carlos sobrini 4 - Universidad de Navarra

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carlos sobrini
dos conferencias sobre mis obras
lecciones/documentos de arquitectura
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dirección
JUAN MIGUEL OTXOTORENA
director ejecutivo
JOSÉ MANUEL POZO
coordinación
CÉSAR MARTÍN
maquetación
BELÉN LARRAÑETA
XABIER APARICIO
edición
T6 EDICIONES
impresión
GRÁFICAS ABEGI
depósito legal
NA 3034-2000
ISBN 84/89713-31-6
© ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE ARQUITECTURA. UNIVERSIDAD DE NAVARRA
SEPTIEMBRE, 2000
T6 ediciones S.L.
Escuela Técnica Superior de Arquitectura. Universidad de Navarra
31080 Pamplona. España. Tel 948/425600. Fax 948/425629
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación, incluyendo el diseño de cubierta, puede reproducirse, almacenarse o
transmitirse de forma alguna, o por algún medio, sea éste eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia sin la previa autorización escrita por parte de la propiedad.
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Presentación
Las páginas que siguen recogen los textos correspondientes a una
serie de conferencias recientemente impartidas en la Escuela de
Arquitectura de la Universidad de Navarra por el arquitecto Carlos
Sobrini, quien en la actualidad sigue perteneciendo a su claustro
como Profesor Honorario, tras una prolongada dedicación en sus
aulas a las tareas docentes como Profesor Ordinario del
Departamento de Proyectos, y últimamente como Presidente del
Tribunal del Proyecto Fin de Carrera.
Estas conferencias encajan sin duda en el horizonte del ciclo
‘Lecciones de Arquitectura’ que busca traer al ámbito de la Escuela
la voz de quienes, en nuestro entorno más o menos cercano, consideramos maestros y figuras relevantes de la historia reciente de la
profesión.
En sintonía con el planteamiento general del ciclo, las reflexiones que
contienen vienen también, de alguna manera, a condensar la experiencia vivida por el ponente a lo largo de su larga e intensa trayectoria; y fueron desarrolladas a lo largo de dos sesiones celebradas en
fechas sucesivas ante un auditorio académico, constituido por profesores y alumnos. Esto es sin duda lo que explica su intencionalidad y
su tono: están concebidas y planteadas sobre el fondo de la llamada
a una especie de revisión general de su trabajo, a la vuelta de los
años, atenta a extraer consecuencias para la formación de los estudiantes y la composición de lo que vendría a ser un mensaje dirigido
a las diversas instancias comprometidas con el presente y el futuro
del arte edificatoria.
Las sesiones se centraron en la revisión pormenorizada de dos de
sus proyectos más conocidos en nuestro entorno, el del edificio de
Ciencias y el de la propia Escuela de Arquitectura de esta
Universidad, que Carlos Sobrini expuso con profusión de detalles en
lo relativo tanto a su gestación y su proceso de ideación cuanto a su
definición exhaustiva al hilo de las correspondientes opciones constructivas y técnicas.
Respondiendo a nuestra petición, realizada con vistas a tener una
constancia expresa de la experiencia, a favorecer el mejor cumplimiento de sus objetivos originarios, aceptó después revisar y corregir la transcripción escrita de su discurso, que ha dado lugar al texto
que se recoge aquí con el acompañamiento de algunas imágenes
ilustrativas.
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Carlos Sobrini, en todo caso, no constituye para la Escuela un mero
conferenciante más. Su figura es mucho más la del profesor venerado, admirado y querido, y la del colega y amigo entrañable. Por eso
esta publicación tiene un significado particular. Pero además, sus
charlas contaron con un notable éxito desde el punto de vista la asistencia, el interés y la satisfacción de los alumnos. El tono llano y directo, sencillo y asequible, de las explicaciones referidas a sus obras y
la habilidad con que aparecían salpicadas de destellos de su característico sentido del humor conquistaron definitivamente al auditorio,
que se mantuvo a lo largo de las sesiones cautivado y atento como
en las ocasiones más señaladas.
No es fácil que la letra de imprenta llegue a plasmar la especial conjunción de ilusión, sensatez, llaneza y calor que la personalidad de
Sobrini supo transmitir a la exposición de los afanes y las luchas que
determinan su propia biografía; esos mismos afanes y luchas en que
se impone adentrarse para seguir afrontando las dificultades del proceloso mundo de la práctica edificatoria. Por eso este texto compone
también una suerte de legado deontológico, marcado por la llamada
a la asunción de la tarea de la arquitectura como una misión al mismo
tiempo creativa y ética, comprometida con la enorme responsabilidad de participar en la configuración del entorno para el despliegue
de la vida de muchas personas. Su lectura evoca sin duda, para
quienes pudimos oírle en vivo y para quien se enfrenta a ella por primera vez, la autoridad de quien constituye un modelo de empeño y
honestidad intelectual, de pasión por su trabajo y, en último extremo,
de buen hacer, humanismo y magnanimidad; y, para quienes hemos
sido sus alumnos y compañeros de brega en la Escuela, el afecto
sencillo y sincero con que siempre ha sabido rodear cualquier relación institucional, académica y profesional.
Pamplona, agosto de 2000
Juan Miguel Otxotorena
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Proyectos en la Universidad de Navarra.
Agradezco vuestra asistencia, máxime tratándose de un día de fiesta docente, a una charla que, “a priori”, no parece tener mucho interés; y más aún, tratándose de un arquitecto que, como yo, nunca se
prodigó precisamente en la exhibición de su trabajo profesional
desarrollado en el transcurso de muchos años. Así es en verdad.
Nunca sentí necesidad, ni deseo, ni mucho menos obligación de
exponer o publicar mi obra ni mis posibles o supuestos méritos.
Y supuestamente fue así por mi innato retraimiento a exhibirme públicamente, al considerar que mi obra no ha tenido, en general, suficiente interés profesional. Mi respuesta permanente fue no publicar ni
enseñar nada que realmente no interesara. ¿Para qué? ¿sólo por
vanidad?. Siempre fui consciente de que la Arquitectura, tanto la
buena como la mala, será contemplada, irremediablemente, por
varias generaciones sucesivas. Ella misma cantará y contará sus
defectos y cualidades; y, sin duda, lo hará mejor que su autor si,
como suele suceder, no sabe o no puede ser objetivo.
Pues bien. Hace un par de meses, la Dirección de la Escuela me propuso dictar alguna charla sobre mi obra. Sinceramente, esta petición
me produjo una gran sorpresa; y supuse que era un detalle de delicadeza hacia mi persona. Hasta, quizá, engordé algún kilo de engreimiento y llegué a pensar que bien pudiera ser hasta merecido, no ya
por mi obra sino en atención a mi dedicación, rigor y profesionalidad.
En aquel momento lo agradecí personal y afablemente. Ahora, públicamente, reitero mi agradecimiento del modo más cordial posible.
Precisamente por lo que he dicho en la primera parrafada, ni hice ni
guardé nunca fotografías. Los planos que conservo son planos de
obra, porque no hice reducciones ni diapositivas claras para ser proyectadas. Fallé siempre de intentar unas mínimas relaciones públicas
que ilustraran y completaran un elemental currículum. Porque todo
hay que decirlo, currículum si tengo y bueno:
Premio Fin de Carrera en 1.952 en Madrid (sólo había Escuelas en
Madrid y Barcelona). Llamado por la Escuela al año siguiente, 1.953,
para ser profesor adjunto de una Cátedra de Proyectos. Premio
Nacional de Arquitectura en 1.959. Premios en varios concursos
libres. Encargado de Cátedra en Proyectos en varios cursos en
Madrid. Catedrático de Proyectos por oposición en 1.969 pidiendo la
excedencia en 1.973 para incorporarme al Claustro de Profesores de
Pamplona; primero en la Cátedra de Proyectos de quinto curso y, en
seguida en Proyecto Fin de Carrera, destino que sigo desarrollando.
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Llevo 46 años de ejercicio profesional muy intenso. Siempre con estudio propio. Con colaboradores que tuve la suerte de elegir muy bien.
Singularmente en los últimos diez años con tres hijos: dos arquitectos
y un ingeniero agrónomo; y dos yernos, también arquitectos, en el
estudio. Simultaneado con ese intenso trabajo, llevo ya 45 años de
ejercicio docente en Arquitectura. Siempre en el departamento de
Proyectos y siempre feliz por la satisfacción que la enseñanza me ha
proporcionado.
Se me pidió hablar de mi obra y de mi vida profesional. Y como le
puede ocurrir a cualquier otro profesional, en tanto tiempo hay
muchas cosas que contar más o menos interesantes, pero imposible
de ceñir a una sola charla. Por ello propuse, y así se aceptó, que fueran dos o varias las clases que impartiera siendo la primera la de este
día, y referida a mis dos obras ejecutadas en el Campus de la
Universidad de Navarra: Facultad de Ciencias, Medicina y Farmacia,
y esta Escuela de Arquitectura. Y así lo vamos a intentar; dejando
para más adelante la exposición de algunas obras realizadas en
Navarra y en otras partes de España; así como el desarrollo de la aludida vocación docente del que os habla. Esta parcela la dictaré al
final del ciclo, prometiendo, además, que en ese momento haré una
exposición de lo que yo considero que debe ser la enseñanza de
nuestra profesión. Versión muy personal pero, posiblemente, notable
e interesante como prédica surgida después de 45 años en Talleres
docentes de Proyectos.
situación. 1
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Facultad de Ciencias, Medicina y Farmacia
El Proyecto me fue encargado por la Universidad de Navarra como
arquitecto único, así como también, posteriormente, la dirección
facultativa de la obra.
Me propusieron un solar, a mi entender, plenamente idóneo, por estar
situado entre el Hospital Provincial, el Hospital de la Seguridad Social
y la Clínica Universitaria; tres renombrados centros hospitalarios,
fuera incluso de nuestros límites navarros, y que, evidentemente, han
de ser muy útiles a los estudiantes de las tres Facultades, principalmente a los de Medicina. Me aportaron un programa de necesidades
muy completo y bien estructurado, circunstancia no muy normal entre
nuestros clientes. También me dejaron libertad casi total para gestar
mi diseño personal. Era la primera obra encargada en esta
Universidad y el proceso seguido para redactar el proyecto fue una
auténtica gozada.
situación. 1
Con todos los datos sobre el tablero, llega el momento crucial, para
el arquitecto, de enfrentarse con el papel en blanco. Hoy, la metodología ha cambiado. Los ordenadores la han transformado. Yo, que no
los uso para dibujar, no sé si ese cambio existe, ni en qué sentido,
pero lo intuyo. Creo, aunque no lo aseguro, que la eliminación del croquis, de los organigramas, de las pequeñas y rápidas perspectivas,
etc., todo ello a mano alzada, que orlaban y aparecían en todos los
rincones de nuestros papeles de dibujo sobre el tablero, habrán restado jugosidad, personalidad y poesía a nuestro diseño. Y ésto como
consecuencia, a mi entender, de la aparición de los ordenadores;
muy útiles y necesarios para el desarrollo complejo de un proyecto
completo, pero nó para el inicio del diseño, que es el momento auténtico de la gestación. Pues bien, en ese momento estamos y era necesario encontrar la tipología idónea para este edificio docente: la
Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra.
Los condicionantes objetivos eran excepcionales: un magnífico solar,
con un solo “pero” que ahora analizaremos; un programa muy claro y
meditado; inexistencia de exigencias en el entorno que pudieran
incidir en el diseño formal y plástico del edificio, ni en sus materiales
ni texturas, etc...
Como se ha dicho antes, sólo un punto negativo en cuanto al solar:
sus dimensiones no eran suficientes para resolver holgadamente las
necesidades funcionales, el aparcamiento suficiente y el respeto a
una zona muy consolidada.
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En cuanto a los condicionantes subjetivos, los que yo pretendo, intentando una tipología propia, surgen con asombrosa rapidez.
A la vista del programa, y teniendo en cuenta lo expresado por profesores y alumnos de las correspondientes facultades, llegué a la
conclusión de que tanto las aulas como los laboratorios exigían un
recogimiento acústico y reservado de esos espacios. Me impuse, por
tanto, como premisa o condicionante fundamental, la consecución de
un edificio en el que los pasos perdidos o pasillos de circulación, no
fuesen ni gratos, ni amables. Que no sirviesen nunca para convertirse en lugares de estancia o descanso. Había que conseguir que, al
acabar una clase, los alumnos desapareciesen con rapidez de aquellos espacios, para no provocar ruidos ni murmullo.
Siendo 26, los espacios docentes independientes, estimé que era
fundamental estudiar un esquema de circulaciones y zonificación
que no dispersara, sino que recogiera esos espacios, a fin de evitar
exceso de superficie y de distancias. Opté, así mismo, por ser expresivo al exterior; tratando de mostrar en la forma exterior lo que ocurre
dentro.
Intentando dar cauce a éstos condicionantes, llegué, después de
muchos tanteos, a un esquema de planta estrellada cuyas puntas
están ordenadamente dispuestas, y corresponden alternativamente a
los laboratorios y a las aulas con plantas específicas. El núcleo de
esta estrella de seis puntas se convierte en un hexágono central. Un
vacío, también hexagonal, se repite en todas las plantas; incluso en
su techo acristalado. De este modo, se conseguían circulaciones
muy breves; en espacios relativamente oscuros, tristes y poco gratos;
sin vistas exteriores, cumpliéndose así lo contemplado al fijar los condicionantes.
semisótano. 2
planta baja. 3
Para ordenarlo todo, se adopta, después de muchas tentativas, el
triángulo equilátero como módulo generador. Resulta adecuado para
hacer consecuentes la estructura con unas plantas convenientes a la
función que albergan. Pero también encontramos alguna dificultad
para adoptar ese módulo. Las formas óptimas en planta para desarrollar sus correspondientes funciones debían ser: Forma de hexágono para el patio central, las aulas lectivas, salón de actos y oratorio,
y forma rectangular para los laboratorios, oficinas, cafetería y despachos. El módulo era acertado para los espacios hexagonales, pero
no para los rectangulares. La solución más correcta parecía ser
adoptar el módulo triangular y adaptarlo para los espacios rectangulares. Medida que no suponía un gran desajuste gráfico.
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semisótano. 2
planta baja. 3
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Contemplando todas las plantas del edificio dibujadas sobre la plantilla modular, no se aprecia ninguna anomalía geométrica o gráfica.
Considero que la fineza del diseño está ajustada.
Después de esta primera decisión, y no sobre planos acabados, sino
todavía sobre croquis de zonificación y circulaciones, es cuando ha
de resolverse la valoración métrica del módulo. Es fundamental para
poder desarrollar los esquemas planteados. Después de múltiples
tanteos, se adoptó la magnitud de 1.90 metros para el lado del triángulo equilátero modular. Hay que decir que esta medida, en el caso
que nos ocupa, sólo tiene la misión de dar dimensión al diseño y, fundamentalmente, ordenar el conjunto. Pero en algunas ocasiones, el
papel del módulo tiene mucho más alcance, pudiendo llegar incluso
a ser decisivo en el resultado final económico, si aquel se ha adoptado en función de elementos muy repetitivos de dimensiones normalizadas. En el diseño de la Facultad, esa misión no existió, y se
eligió atendiendo sólo a la ordenación del programa y al dimensionado idóneo para la función de cada espacio. Voy a explicar un poco
las plantas:
Planta baja: la de acceso. Un acceso claro y lineal hacia el centro
geométrico del edificio, dejando a uno y otro lado, sin necesidad de
preguntar nada, conserjería, información y bedeles. Tras el acceso
por un corta vientos (necesario, si no hay aire acondicionado, en un
clima continental: duro en invierno y en verano), y circulando perimetralmente en sentido contrario al de las agujas del reloj encontramos
la conserjería, el guardarropa, las oficinas administrativas, los teléfonos en cabina, el oratorio, suficientemente capaz, la asociación de
alumnos, un espacio disponible, siempre necesario para futuros usos
no previsibles y que, seguramente, hoy está ocupado, el salón de
actos, y por último, la cafetería, racionalmente ordenada, con gran
longitud de barra y espacio amplio para mesas.
El espacio central, con luz natural cenital, pobremente suficiente,
permite, por su disposición geométrica, una visibilidad clara de todas
las puertas perimetrales. Dispone de los tres elementos necesarios
para cumplir su uso de reparto de circulaciones: espacio de espera
en el centro; dos escaleras que unen verticalmente todas las plantas;
y dos ascensores de gran cabida con el mismo fin. Además, han surgido otras tres escaleras de dos tramos cada una, y estratégicamente visibles. Dan acceso a las tres alas rectangulares, que tienen sus
pavimentos media planta hacia arriba y media hacia abajo. Son
estancias que no tienen ningún papel docente.
La primera de estas escaleras, empezando por la derecha, en su
nivel inferior, da acceso a las oficinas administrativas; en el nivel
superior, a despachos de directores, secretario y sala de juntas.
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entreplanta. 4
La segunda escalera, en su nivel inferior lleva a la asociación de alumnos y a un espacio disponible; y en su cota superior, se encuentran
todos los lugares de reunión de profesores, y despachos de los directores de estudios. Por último, la tercera de las escaleras, en su planta
inferior aloja la cafetería, con su almacén y cocina; y la planta superior
se adapta para vivienda del conserje, vestuarios de personal femenino y masculino de todas las facultades, y aseos de alumnos. Vivienda
y vestuarios cuentan con acceso desde el exterior. También la cafetería tiene una puerta de acceso exterior para mercancías.
entreplanta. 4
En la entreplanta, el volumen hexagonal sobre la zona de acceso, y
otros dos espacios próximos se destinan a los lugares donde los
alumnos que lo necesiten, tienen sus taquillas personales y cerradas,
con las batas de trabajo. Hoy creo que no tienen ese uso y tengo que
enterarme a qué se debe.
Analizando hoy la planta baja, he de confesar que tiene dos fallos
inadmisibles.
El primero es la existencia deliberada e impune de varios peldaños
en el acceso del edificio: cinco en el exterior y tres en el interior.
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Como arquitecto no tuve la suficiente atención ni delicadeza con los
minusválidos. Tampoco la tenía aquella sociedad de hace treinta
años. Ni siquiera había normativas que exigieran evitar las barreras
arquitectónicas, como las hay hoy. Pero el sentido común, que nos
debe guíar siempre en nuestros proyectos, me falló y traicionó. Pido
perdón por ello a los perjudicados.
El segundo fallo inadmisible es la ausencia, en esta planta, de los
aseos necesarios.
Un tercer fallo, aunque más tolerable, es la separación de las oficinas
administrativas de la planta que alberga a sus directores. No es plenamente necesaria esa unión, pero sí aconsejable. Quizá este fallo
sea motivado por esa manía que tenemos los arquitectos, y muchos
alumnos, de mantener las verticales, o “plomos”, en un edificio de
varias plantas, aun cuando el uso de cada una de éstas, sea distinto, y sus necesidades volumétricas, opuestas o variadas. Parece que
nos da miedo salirnos o remeternos de los perímetros inferiores o
superiores, cuando quizá en muchas ocasiones es seguro que la creación de cuerpos volados o retranqueados, en función de las necesidades internas, proporciona vibraciones cromáticas, o de luces y
sombras, que la composición exterior puede agradecer.
Los otros dos hexágonos de esta planta, que no tienen ninguna función específica en este nivel son los correspondientes a los techos
del oratorio, y del salón de actos. Ambos espacios disponen de doble
altura de techo.
planta primera. 5
planta segunda. 6
planta tercera. 7
Creo que la planta conseguida es clara, con una fácil lectura.
Dispuesta con un sentido común que, muchas veces, los arquitectos
olvidamos o no practicamos.
Creo también que se ha logrado una lógica zonificación y, quizá por
eso, un esquema de circulaciones muy racional.
También quiero señalar las libertades que me tomé en la ruptura de
verticales en los perímetros del oratorio, del salón de actos y de los
testeros de las puntas rectangulares. Libertades que, como he dicho
antes, a veces los arquitectos no nos atrevemos a tomar.
La planta segunda es idéntica a la tercera, salvo la distribución de
mesas y otros detalles en los laboratorios.
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Las creo correctas en cuanto a su claridad y limpieza funcional, zonal
y circulatoria. Así como la escasez premeditada, como al principio
anuncié, de espacios de estar atractivos, que se trataban de evitar.
En la planta tercera, desaparecen las aulas hexagonales porque no
son necesarias. Y con ello se consigue a mi entender una mayor
riqueza plástica exterior, por el juego de volúmenes, y por evitar la
cornisa continua.
Como crítica negativa, tengo que admitir el desprecio total que hice
de la orientación. En un edificio docente, este desprecio denota un
inadmisible desconocimiento de la importancia de la orientación y el
soleamiento. He de denunciar aquí el general menosprecio y desdén
que la mayoría de los alumnos del Proyecto Fin de Carrera acusan en
esta materia. Quizá no se advierta tampoco, en las revistas profesionales, interés por ello. ¿Es que en Proyectos no se informa ni se aconseja acerca de esto? Tampoco a mí me aleccionaron pertinazmente
del movimiento de la Tierra sobre su propio eje y alrededor del Sol, y
ya veis como metí la pata hace treinta años cuando redacté este proyecto. No lo hagáis vosotros, para así hacer más grata la vida a los
usuarios de vuestras obras. Si tuviera que redactar hoy el proyecto de
esta facultad, resolvería de otro modo las aulas.
planta primera. 5
planta segunda. 6
Se puede apreciar como está ajustada su planta, fundamentalmente,
a la retícula modular adaptada y
adoptada para los volúmenes de
planta rectangular.
planta tercera. 7
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En los planos a mayor escala, se puede ver la ardua, detallada y tra
bajosa labor del arquitecto, aunque emocionante y entusiasta; estudiando todos los rincones y espacios posibles con el mayor detalle.
Es obligado hacerlo. Aunque, desgraciadamente, no son muchos
los profesionales que lo desarrollan, deteriorando con ello ante la
sociedad la imagen de una profesión tan noble y apasionante como
la nuestra.
Se muestran aquí las plantas de amueblamiento de las aulas y los
laboratorios. Pero otros tantos planos de dimensiones, detalles y
escalas se redactaron por separado para cada una de las instalaciones de fontanería, electricidad, calefacción, estructura, pavimentos,
carpintería, albañilería, etc.
cafetería. 8
vivienda y vestuarios de personal. 11
asociación de alumnos. 9
decanatos. 12
secretaria y administración. 10
15
dirección. 13
edafología y geología. 18
laboratorio de galénica. 14
laboratorios de zoología. 15
conducta y genética. 19
farmacognosia bromatológica.16
microscopia y microbiología. 17
laboratorios de farmacología y fisiología. 20
16
aula 2. 21
aula 3. 22
17
química-fisica y orgánica. 23
aula 1. 28
laboratorios de bioquímica. 24
fisiología vegetal y ecología. 25
acceso. 29
lab. botánica e inorgánica. 26
sala de estudio. 27
oratorio. 30
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Los techos son en este proyecto parte fundamental de la arquitectura interior.
Quise que la estructura de hormigón quedara totalmente vista.
Considero que estructura, forma exterior, función y espacio interior,
son las cuatro razones arquitectónicas; base y fundamentos de la
arquitectura plena y, por tanto, del compromiso irrenunciable de todo
arquitecto con su obra.
Muchas veces, los arquitectos renunciamos a poner cariño e interés
en la solución de tres partes constitutivas de todas nuestras obras: la
estructura, que por no estudiar su diseño como es obligado y vocacional, la ocultamos después con la albañilería, tanto al interior como
al exterior; las plantas bajas, que una vez ocupadas con locales
comerciales, la arquitectura de éstos nada tiene que ver con el resto
del edificio; y, por fín, los áticos o torreones de la cubierta que, cuando hemos de resolverlos, estamos ya cansados del diseño, o lo hacemos deprisa y corriendo porque, cuando estudiamos el resto de las
plantas no tuvimos presente lo que podían afectar a los volúmenes de
cubierta. Esto es muy corriente, y es una pena.
También yo he metido la pata en estos aspectos. Una vez, un buen
alumno, al corregirle algo me dijo: “Usted hizo lo mismo en tal obra”.
A lo que yo contesté: “Tienes razón. Me equivoqué. Y no quiero que
tú te equivoques. Porque si tú te equivocas, es la Arquitectura quien
se equivoca. Y eso es más grave”.
techos del semisótano. 31
19
En los techos de planta de semisótano, podemos apreciar la coherencia formal entre los que son de módulo triangular y los ortogonales.
techos del semisótano. 31
Las juntas de dilatación son, precisamente, las líneas de separación
entre los bloques rectangulares y el núcleo central hexagonal. El
diseño de la estructura es muy sencillo, puramente geométrico. Hace
30 años no teníamos los ordenadores de hoy, y había que resolverlo
artesanalmente. Los planos los dibujábamos en el tablero, tan querido, de 2 metros x 1 metro, barrido por el tecnígrafo ISIS que, todavía
hoy, después de cincuenta años ininterrumpidos, sigue funcionando
sin parar. Fui también un consciente asustado del cálculo estructural;
resolviendo un sistema de 72 ecuaciones con otras tantas incógnitas.
Cualquiera que sepa algo de esto os podrá contar sus dificultades.
Los paneles triangulares entre vigas son también de homigón, y piramidales por su cara inferior.
techos planta baja. 32
Seguimos viendo en esta foto la limpieza del diseño, con la única
variante de los paneles triangulares entre vigas, que de verdad forman una secuencia de tres espacios vestibulares sucesivos con un
diseño rayado original.
techos planta baja. 32
20
Los techos de la entreplanta, y de las plantas primera, segunda y tercera siguen una tipología idéntica a las anteriores y así lo aceptamos.
Con éllo, se acentúa nuestra idea de coherencia y de limpieza en el
ordenamiento modular, realmente muy ajustado y tratado, a mi entender, con suficiente sensibilidad.
techos entreplanta y plantas primera, segunda y tercera. 33 y 34
techos entreplanta. 33
techos plantas primera, segunda y tercera. 34
21
Las fachadas de acceso y posterior tienen un diseño totalmente geométrico. Los huecos de fachada tienen tipologías diferentes, conforme a los espacios que han de iluminar. El criterio es, evidentemente,
subjetivo y puede no ser compartido por otros profesionales. Este es
un tema escabroso para polemizar.
alzados. 35 y 36
alzados. 35
alzados norte-sur. 36
22
Para el desarrollo de la función existen normas, experiencias, y evidencias que conducen a la función hacia soluciones o propuestas
objetivamente excelentes, manteniendo además la posibilidad de
una gama casi infinita de variantes. Sin embargo, cuando se habla de
composición plástica, de forma de diseño, configuración, aspecto,
proporciones, etc., no es fácil adoctrinar. Y ésto es porque, la sensibilidad personal ha sido ahormada y estampada muy libremente.
Quizá, hasta luchando por liberarse de injerencias ajenas que podían, a su juicio, deteriorar su “ego”. Juzgar todo esto puede, pues,
ofender, involuntariamente, la subjetividad ajena.
Ciertamente, la crítica de la Arquitectura puede y debe basarse no
sólo en la sensibilidad del crítico, sino también, en fórmulas más o
menos estereotipadas, y en corrientes universales. Pero al final es la
apreciación personal la que sale a flote. De ahí, las variadas opiniones que hacen, a veces, tan difícil acordar el fallo en un concurso.
A mi entender, son arriesgadas las posturas acerca de la Arquitectura
que parecen estar en posesión de la verdad. Esta actitud equivale a
veces a premiar diseños que ellos (los componentes del jurado), firmarían. Y rechazar los que nunca quisieran. Y ésto es grave. Una
composición musical, una escultura, una pintura, y !cómo no!, un edificio, gusta si emociona, impresiona, enternece y turba. Si esta sensación no surge aparece la indiferencia. Pero eso no quiere decir que
la obra sea rechazable incuestionablemente. Es muy probable que
sea aceptada por otro crítico, y hemos de admitirlo así.
En mi opinión, lo más importante al juzgar una obra humana es
seguir, contemplar y analizar el proceso seguido hasta llegar al resultado final. Este resultado final siempre será anecdótico, incluso
puede llegar a ser malo, después de haber seguido un proceso
metodológico excelente. Para mí, será plausible y premiable.
Cuidemos el proceso a seguir. Aportemos a él nuestra sensibilidad,
el sentido común, suficientes conocimientos tecnológicos y de funcionalidad del tema y, sobre todo, trabajo estimulado por una firme
vocación que hará que aquel no sea tan penoso y difícil.
En las fachadas de éste edificio, traté de conseguir un juego plástico
muy ordenado. Los componentes argumentales de este diseño iban
a ser: la expresión geométrica de la función desarrollada en su interior; y rigor, austeridad y ascetismo de los materiales usados (ladrillo
y vidrio). El ladrillo, elegido de un color y textura con intención de protagonismo.
23
En las secciones se aprecia la abertura y el volumen del espacio
vacío del patio central, que considero proporcionado adecuadamente tanto en diámetro como en altura.
A continuación se muestran unos planos constructivos. Trato de explicar lo importante del estudio, por parte del arquitecto, de la construcción plena del edificio, de todas sus partes y detalles. Es el único
medio para explicar un proyecto a los colaboradores en el hecho
arquitectónico, constructores e instaladores, y que entiendan y aprecien tu labor, para considerarte como auténtico director del diseño y
de la ejecución.
alzado lateral 1. 37
24
alzado frontal. 38
alzado lateral 2. 39
25
alzado lateral 3. 40
alzado laboratorio. 41
26
vista del conjunto. 42
testero. 43
acceso. 44
27
tramo de escalera. 45
28
En el lucernario, se mantiene la fidelidad al lenguaje estructural, tanto
en el cierre inferior, de hormigón con vidrio “Termolux”, como en el
superior, con armaduras metálicas que sustentan un cierre de vidrio
armado. Se consideró muy detalladamente una rápida evacuación
del agua de lluvia, incluso en fuertes aguaceros. Con el doble lucernario conseguimos evitar las humedades por condensación.
secciones. 46
detalles del lucernario. 47
pasos en lucernario para mantenimiento. 48
Siempre es fundamental prever lo necesario para el mantenimiento
de un edificio. En este caso se resuelve el paso por el lucernario para
reposición de cristales, arreglos eléctricos, pintura, etc.
secciones. 46
29
detalles del lucernario. 47
pasos en lucernario para mantenimiento. 48
30
Los planos necesarios para completar un edificio son innumerables.
Aquí tenemos algunos detalles de bancos, antepechos, encuentros,
etc., del patio central.
La sección del cerramiento de fachada de los laboratorios explica la
solución adoptada para iluminarlos. La anchura de los laboratorios es
considerable. Iluminar, con luz natural, el fondo del espacio resulta
difícil, sobre todo al tener que colgar, porque así se me pidió, armarios en toda la longitud de la fachada. Por encima de las mesa de trabajo se colocan unas ventanas normales y corridas. Encima de éstas
se disponen los armarios, también corridos, para útiles de laboratorio, hasta una altura accesible a los usuarios. Y a partir de esa cota,
y hasta el techo, se proyecta el lucernario fijo de pavés de vidrio. Éste
lanza la luz hasta el fondo de la sala; ayudado, además, por el reflejo en el techo inclinado de escayola.
sección muro de laboratorio. 49
31
detalles de oratorio. 50
detalles del patio central. 51
32
Escuela de Arquitectura
Me interesa, sobre todo, que conozcáis el proceso que se siguió
hasta llegar al edificio que ocupamos y vivimos. Cuando se contempla un inmueble terminado no es imaginable la trayectoria y complejidad vivida por el autor desde el día feliz que recibió el encargo,
hasta la fecha de inauguración. Y con ésta Escuela se vivieron
momentos que quiero que conozcáis porque, de ellos, se pueden
sacar consecuencias, quizá, aleccionadoras.
Hace 23 años, un grupo de personas amigas de la Universidad de
Navarra, entusiasmadas con ella y con una firme esperanza en su
futuro, quiso participar muy intensamente en su crecimiento. La
Escuela de Arquitectura llevaba ya varios años impartiendo su
docencia, pero en unos locales prestados por la Biblioteca y no muy
aptos para aquel fin. Conscientes de esta necesidad, y habiendo, en
ese grupo, varios componentes de empresas de la construcción,
decidieron aportar los medios económicos que hicieran posible la
construcción de la Escuela.
Se pusieron al habla conmigo en los comienzos de 1.974 y dándome
plena libertad para el diseño trazamos el plan de actuación.
Aunque soy navarro de nacimiento, la vida, poque así lo quise, me
llevó a Madrid donde en 1.952 al terminar la carrera monté mi estudio profesional. Trabajaron allí sucesivamente bastantes compañeros
en el transcurso de los años, formándose hasta crear cada uno su
estudio propio. En el año 1.974, año de encargo y hasta 1.978, coincidieron trabajando conmigo, y por tanto colaborando en el diseño de
esta Escuela, siendo de justicia nombrarlos, al mismo tiempo que
agradecerles su aportación, los compañeros Luis Alberto Mingo,
arquitecto formado en esta Universidad, mis hijos Paloma y Carlos Mª,
Patricio Muñoz y sobre todo Eugenio Aguinaga que, incluso, llegó a
firmar oficialmente el Proyecto conmigo.
Acometimos con especial entusiasmo el trabajo, para mí apasionante tratándose de una Escuela de Arquitectura y en mi tierra. Partimos
de un programa que, en principio, redactamos nosotros con datos de
necesidades aportados por la Escuela, fundamentalmente en cuanto
al número presente y futuro de alumnos. Los croquis iniciales se fueron mostrando al grupo promotor y aceptados y aplaudidos por él.
Posteriormente se incorporaron al equipo redactor los compañeros y
profesores de la Escuela, Javier Lahuerta y Rafael Echaide, con los
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cuales se convino en que por no tener yo oficina en Pamplona, todos
los trabajos se gestarían en mi estudio de Madrid y con Lahuerta y
Echaide mantendría las reuniones necesarias aprovechando mis viajes quincenales a Pamplona. En cambio, ellos se ocuparían con una
mayor intensidad de la Dirección de la obra cuando ésta comenzara.
En la primera conversación que mantuvimos además de mostrarles la
última solución surgida después de los primeros croquis, les expuse
las premisas y condicionantes subjetivos planteados y aceptados
para asumirlos en la gestación del diseño y que eran los siguientes:
1. La Escuela debía estar muy abierta al exterior y todos sus espacios
con lenguaje fácil y claro y totalmente integrados y relacionados en el
interior, muy participativos unos en todos, todo visible, nada oculto y
espectacularmente bañado el interior con intensa luz natural.
2. Recuerdo, y creo que todos los de mi época también, que de estudiantes donde de verdad comprendíamos la Arquitectura era en los
pasillos de la Escuela, en grupos de compañeros de cualquier curso,
charlando sobre revistas, libros, exposiciones, actos culturales, etc...,
y, sobre todo, en los talleres, con la clase de proyectos diaria y, sin
parar desde las doce del mediodía, donde cada uno tenía su tablero
y su papel, de dos metros por uno, pegado en él, en el que se desarrollaba y dibujaba el Proyecto del momento. Por delante de este
tablero, y de los cientos de tableros que en la Escuela había y que
estaban a la vista de quien quisiera verlos, es donde aprendímos no
sólo a comprender la infinita Arquitectura, sino a compartir gratas tertulias ante planos, sabiendo que en las clases lectivas o de
Proyectos, los profesores consolidarían nuestras nacientes experiencias o las de los demás.
3. La Escuela no es para gestar; se gesta la intimidad, en el silencio
de tu cubículo, mayor o menor, pero aislado. La Escuela es para
desarrollar a la vista de los demás, es para aportar a los compañeros
tus ideas, tus pensamientos, tus teorías, tus conocimientos, al mismo
tiempo que tú recibes los de tus compañeros. Es la esperanza de la
solidaridad, del compartir; la otra es la del egoísmo, del guardarlo
todo para ti.
4. Como consecuencia de lo anterior, los Talleres de Proyectos no
debían tener puertas, constantemente abiertos, invitando a entrar, y
desde su interior se contemplarán por todos sus lados la naturaleza,
el cielo, el sol, las nubes, las plantas, los hombres, el verde, el azul,
y todo lo que queráis que proporcione paz interior, alegría, amor. Sólo
así se podrá ahondar en los espacios que han de ser usados por los
hombres, tarea cumbre, apasionante e irrenunciable del Arquitecto.
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5. Creo, que una de las mayores carencias, con las que se sale de la
Escuela, es la falta de familiaridad con los oficios. No se sabe manejar la paleta, ni el fratás, ni la tupí, ni la bujarda, etc, etc,. El complemento de la teoría, es la práctica. Sin ella, no habremos tomado el
alimento profesional suficiente. Éste nos ayudará, casi seguro, a diseñar mejor y nos podrá aportar posibles y variadas soluciones.
Es evidente que hoy, con los medios de que disponemos, sería
absurdo diseñar y desarrollar con unos sistemas y procedimientos
idénticos a los de entonces. Pero por ceñirnos únicamente a los
medios, hemos abandonado la gran riqueza proyectual y testimonial
que entonces se prodigaba. Considero necesario y urgente buscar la
metodología apta para hoy, y que sea la alternativa de aquella.
nivel 0, octubre del 74. 52
Con aquéllas premisas descritas surgió, de los primeros croquis, ésta
solución primera, que mostré a Lahuerta y Echaide. Vemos en ella
que la zonificación, circulaciones y espíritu arquitectónico surgen ya,
como inicio de lo que luego termino siendo.
nivel 1, octubre del 74. 53
En ella, apreciamos una respuesta que cumple plenamente con la
filosofía inicialmente planteada. Muy jugosa y divertida. Talleres de
Proyectos, siempre al Norte para lograr iluminación constante, con
capacidad inicial suficiente, y bien dispuestos. Flojos los espacios de
aulas. Mal ordenados los aseos. Y, principalmente, solución que hoy
no admitiría la sociedad por su coste. Resulta cara por la excesiva
longitud de fachada, tanto para el coste de obra como para el mantenimiento.
nivel 2, octubre del 74. 54
Última planta; con uso adecuado en cuanto a la biblioteca; no así la
vivienda, que debe situarse en planta baja. Dudo del resultado final
compositivo. Se trata de un ático retranqueado sin mucho sentido.
nivel 3, octubre del 74. 55
Bien resuelta la planta, muy clara y funcional si no fuera por la necesidad de usar una barrera arquitectónica: la escalera.
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nivel 0, octubre del 74. 52
nivel 1, octubre del 74. 53
nivel 2, octubre del 74. 54
nivel 3, octubre del 74. 55
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secciones, octubre del 74. 56
Interesantes por su apertura zonal tanto al interior como al exterior.
En resumen, una solución muy cercana a la que se consideró óptima
para una Escuela de Arquitectura. Tiene puntos negativos, pero también positivos, a mi entender tan gratos que, aconsejan seguir trabajando sobre ella hasta conseguir el equilibrio que, personalmente,
intuía.
La propuesta anterior, la fecho en octubre del 74. Para considerar, las
objeciones, e intentar a la vez, algo que me siguiese apeteciendo
personalmente, seguí trabajando y rompiendo papeles, hasta llegar a
esta nueva propuesta que planteé en Pamplona, en marzo del 75.
nivel 1, marzo del 75. 57
Solución en la que se siguen tratando los mismos invariantes. Su filosofía docente es similar a la anterior. Bien dispuestos todos los espacios, con la zonificación posible e inicialmente correcta. Aparece la
administración volumétricamente separada de los espacios docentes, mejorando su funcionalidad.
nivel 2, marzo del 75. 58
Igual que sucede en la planta baja: la estructura global, la disposición de los espacios, su juego particional, son atractivos pero engañosos. Es una planta que no admite ninguna flexibilidad para una
posible repartición distinta y variada.
Las aulas están dispuestas de modo muy diferente. Sigue siendo
solución cara que cuesta trabajo proponerla a los promotores.
nivel 0, marzo del 75. 59
Nueva propuesta, un mes después de la anterior. Se regularizan las
zonas y sus espacios en cuanto a su forma en planta, pero están más
desordenados si bien son de construcción más sencilla y económica.
Pierde considerable gracia y emoción la anterior.
37
secciones, octubre del 74. 56
nivel 1, marzo del 75. 57
nivel 2, marzo del 75. 58
nivel 0, marzo del 75. 59
38
nivel 1, marzo del 75. 60
Como ha ocurrido con el nivel 0, se simplifica todo. Se hace más
constructivo pero, se convierte quizá, en solución aburrida. Hay que
darle más vueltas y reconsiderarlo desde el principio.
nivel 0, abril del 75. 61
Surge en el mismo mes que la propuesta anterior, y muy parecida a
ella. Si bien se ordena un poco más, sigue sin garra. Hay dos departamentos en la zona este que están descolgados.
nivel 1, abril del 75. 62
Se ha mejorado esta planta y creo que ha llegado, ya, a una solución
admisible pero sin encontrar todavía la garra y emoción de las primeras soluciones.
nivel 1, marzo del 75. 60
nivel 0, abril del 75. 61
nivel 1, abril del 75. 62
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niveles 0 y 1.80, abril del 75. 63
Se sigue dando vueltas a lo mismo pero no surge la solución ideal.
Un poco mejor en algunos detalles, como la calle central y departamentos, mejorando proporciones y medidas.
niveles 3.60 y 5.40, abril del 75. 64
También ha mejorado levemente en su funcionalidad, pero sospecho
que no, en la plástica exterior. No convence.
planta de cubiertas, abril del 75. 65
Aparecen las cubiertas con estructuras estéreas pero muy tímidas y,
quizá, desordenadas, sin coherencia.
niveles 0 y 1.80, abril del 75. 63
niveles 3.60 y 5.40, abril del 75. 64
planta de cubiertas, abril del 75. 65
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fachadas, abril del 75. 66
secciones, abril del 75. 67
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fachadas, abril del 75. 66
Fachadas desgarradas, sin lenguaje claro. Sin expresión unitaria,
desordenadas. Han surgido complicadas con falta de coherencia.
secciones, abril del 75. 67
Es lo mejor de la propuesta, pero probablemente desorbitada. Los
espacios que se crean son muy sugerentes.
Pasan varios meses en los que, sin dejar de trabajar, no prosperan las
propuestas. La explicación es sencilla. No es fácil el ajuste profesional entre arquitectos que cada uno tiene una propia y acusada personalidad. El embrague no funciona y chirría la marcha. No es
aconsejable persistir porque no se llegará lejos. Si se llegara, será
mediante soluciones medias, acomodadas, educadas, etc., y el
resultado final será pobre, sin personalidad. Y esto es lo que ocurrió.
D. Rafael Echaide aceptó la solución que yo proponía y dió libertad
de diseño a mi estudio. En cambio D. Javier Lahuerta, con una rica y
brillante personalidad pero, arquitectónicamente opuesta a la mía, en
cuanto al diseño se refiere, anunció que no firmaba mis propuestas.
Rogué a D. Javier que propusiera su solución. Con encomiable profesionalidad, la presentó a los quince días. A mi entender era una
propuesta correcta pero convencional, sin pretensiones de avanzar
por el camino que yo pretendía seguir; ajustando la Arquitectura a los
condicionantes que me tracé. Dado que, en ningún aspecto de esta
vida nadie está en posesión de la verdad, propuse que se sometieran las dos propuestas al análisis y decisión del Claustro de
Profesores. Éste se inclinó por mi solución.
Es de destacar, la dignidad y nobleza del compañero Sr. Lahuerta,
quien, al conocer la decisión del Claustro, presentó la renuncia a formar parte del equipo redactor. En cambio, si continuó D. Rafael
Echaide, si bien sólo para la Dirección. En el diseño sólo intervino en
el interior del Oratorio, una vez terminada la obra.
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emplazamiento y baja, septiembre del 75. 68
Se presentó al Ayuntamiento esta solución de compromiso, para conseguir la Licencia de obra. Salvo el Oratorio, el vestíbulo y las oficinas, la solución es muy parecida a la que posteriormente se
construyó.
planta baja este, septiembre del 75. 69
En estos planos, a mayor escala, se aprecian bien las diferencias con
el edificio construído.
planta baja oeste, septiembre del 75. 70
planta primera este, septiembre del 75. 71
Es en ésta planta, donde se sugería algo que podía dar un argumento suficiente para aceptarla. Se trataba de la supresión de los cierres
fijos de albañilería, separando los talleres de proyectos, como ya se
venía proponiendo en soluciones anteriores, y sustituyéndolos por
cierres móviles de dos metros de altura. Esta propuesta permitiría
organizar los talleres muy flexiblemente, proporcionando variantes y
alternativas conforme a las necesidades de cada momento. Incluso,
otorgando a la Escuela la posibilidad de ejercer a voluntad un papel
de piloto en la enseñanza arquitectónica. Esta propuesta no se aceptó.
emplazamiento y baja, septiembre del 75. 68
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planta baja este, septiembre del 75. 69
planta baja oeste, septiembre del 75. 70
planta primera oeste. 72
sección. 73
planta primera este, septiembre del 75. 71
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planta primera oeste, septiembre del 75. 72
sección, noviembre del 75. 73
En ella ya está plasmada prácticamente la solución actual. Con un
esquema más económico y racional que las propuestas anteriores.
Hasta aquí, la exposición del proceso que seguimos para llegar al
resultado final. Quiero sacar, ahora, una auténtica consecuencia que
os conviene conocer. A veces, el arquitecto debe modificar, no ya sus
soluciones resueltas, sino también sus planteamientos personales,
teniendo que abandonar, con ello, un camino que, de haber seguido
trabajando en él, podía llevarle a la consecución de soluciones quizá
trascendentes. No olvidemos que, en cierto modo, somos administradores de un dinero que nuestro cliente ha puesto sobre la mesa
para algo muy concreto. Y probablemente, es un delito excederse en
ello por capricho personal del arquitecto que, pretende lucirse, suponiendo que esto le hará crecer profesionalmente. No olvidéis, porque
el mundo así nos lo pide, que en una sociedad en la que el dinero
prima como nunca, nuestra responsabilidad es de una trascendencia
que no imaginamos.
Las soluciones para resolver un tema arquitectónico son infinitas. Y ahí
está el arquitecto para discernir con todas las cartas sobre la mesa.
Sería feliz conduciendo un Ferrari, pero quizá tenga que conformarme
con un Panda, y mucho más, todavía, si el dinero no es mío.
45
Generalmente, en las Escuelas no se advierte, ni se toca este tema.
Y lo pasamos muy mal cuando esto nos ocurre.
Estas circunstancias que, evidentemente, frenan nuestra “irrefrenable” fantasía creativa, tanto en la resolución formal, interior, y exterior,
como en la funcionalidad, se repiten muy a menudo en las promociones arquitectónicas privadas, donde el rendimiento económico es
primordial. En las promociones oficiales, administración central y
municipales, existe una mayor libertad de diseño, y el freno económico existe pero es más leve.
planta primera oeste, septiembre del 75. 72
sección, noviembre del 75. 73
46
Veamos ahora, por fin, la solución definitiva aceptada para la
Escuela de Arquitectura y el grupo promotor.
niveles 0 y 1.95, definitivo, diciembre del 75. 74
En el plano de ordenación y niveles 0 y 1.95, se aprecia el conjunto
de la edificación y su entorno, con muy ligeras modificaciones que
luego analizaremos.
Una circunstancia que quiero comentar, es la disposición de los
aparcamientos, el de profesores y el de alumnos. La vista de montones de coches no es agradable. Especialmente, si éstos ocupan
la primera fila y ocultan la Arquitectura. Sea ésta buena o mala. En
este proyecto, el aparcamiento de profesores estaba en el frente de
la izquierda, y el de alumnos en el resto a la derecha. Es decir, que
la vista de la Escuela desde la carretera, se iba a convertir en el
muestrario de 120 metros lineales de coches tapando el edificio.
Se aceptó la propuesta que hice de pasar el de profesores a una
calzada lateral, como hoy está. Sirve, además para acceso de mercancías,y como entrada a la vivienda del conserje y al bar. El aparcamiento de alumnos se deja con un solo acceso, y se ajardina el
espacio entre éste y la calle, y así, minorar el impacto visual de lo
vehículos.
niveles 0 y 1.95, noviembre del 75. 75
Analizando el plano comento como positivo:
1. La independencia de las oficinas, pudiendo funcionar, incluso,
con plena libertad si la Escuela estuviera cerrada. Los despachos
que en ese bloque se prevén para su uso profesional, independiente de su labor docente, de profesores. La finalidad de ésto es, que
en todo momento haya profesores a los que puedan acudir los
alumnos que lo deseen, para formular consultas.
2. La claridad del vestíbulo, con todo a la vista como auténtico centro de gravedad y comunicaciones.
3. La existencia de los talleres de prácticas, como complemento de
la enseñanza teórica, tal como apuntábamos en el punto 5 de las
premisas y condicionantes. Disponen de puertas al exterior para el
suministro de materias primas. Esta posibilidad que, siempre y personalmente, la encontré necesaria, no sé por qué motivo, nunca disfrutó de apoyos. Y en el transcurso de la obra, se ordenó, por la
Universidad, el cierre de las puertas al exterior. El resultado es que
nos quedamos sin unos espacios, que para mí son imprescindibles.
Hay alumnos del Proyecto Fin de Carrera, que no saben las medi-
47
niveles 0 y 1.95, definitivo, diciembre del 75. 74
niveles 0 y 1.95, noviembre del 75. 75
48
das ni conocen los tipos usuales de los materiales. Los ladrillos, por
ejemplo. Bien es verdad, que la necesidad de aulas para otras facultades, como también estuvimos nosotros en su día de prestado, ha
impedido que tengan el uso que se les había destinado. Hago desde
aquí y desde ahora, el ruego a la Dirección de la Escuela de su recuperación.
4. La clara y fácil situación de los espacios de mayor contacto con
público ajeno a la Escuela: Oratorio, Salón de Actos y bar.
5. Presencia y control fácil y total de los bedeles, así como también
de la tienda, siempre necesaria en un edificio donde se consume
mucho material de dibujo.
6. Situación estratégica, cómoda y útil de la vivienda del conserje y
una mínima y recomendable intimidad privativa.
7. Desde el nivel de la calle, no existe ninguna barrera arquitectónica
hasta el ascensor, circunstancia que los arquitectos olvidamos o no
queremos aprender. Os advierto que hoy, desde no hace mucho
tiempo, existen unas normas muy rígidas exigiendo que puedan, los
minusválidos, valerse por sí mismos. Veréis que, en el plano, porque
así estaba previsto, existía el ascensor, hidráulico y panorámico,
como así se ha realizado hace poco más de un año. Si no se instaló
entonces, fue por falta de dinero.
Todos estos detalles, justificaciones, argumentos y consideraciones
tenidas en cuenta, y bien resueltas por el arquitecto, cuando se contemplan y se usan, las damos como normales, y rara vez se aplauden. Lo que nadie sabe ni aprecia es lo que ha costado gestarlas.
niveles 3.90 y 5.85. 76
Después de mucho tantear posibilidades, como ya se ha descrito, se
optó por esta solución: la más pragmática, la más clara y limpia, la
niveles 3.90 y 5.85. 76
49
más económica, probablemente también la más funcional pero también y por desgracia, la de menos personalidad. Todo está en su sitio,
todo es correcto, pero le falta la chispa de lo emocionante, de lo que
conmueve, turba y vibra. De esto, la responsabilidad, cierto es,
corresponde al arquitecto, por no haber podido tomar el rumbo que
le apetecía. Aunque también es cierto, que hubo circunstancias que
frenaron.
Creo que la Escuela es simpática, agradable, correcta y cómoda. Y
creo que en gran parte se debe también al hecho de haber tenido y
sabido renunciar, a veces, a la propia “originalidad”. En ocasiones la
vanidad nos llevan a malas soluciones. Paseando por cualquier ciudad podemos ser testigos de construcciones que pretenden ser originales, pero acaban siendo frívolas.
vivenda del conserje. 77
La vivienda del conserje también puede presumir de discreta, aunque no de correcta, porque:
1. A la cocina debía accederse desde el vestíbulo, sin perjuicio, si se
deseara, de la puerta desde el estar-comedor. Pero es más importante que exista la primera.
2. Las aperturas de casi todas las puertas, sus giros, debían ser
inversos, sobre todo en los dormitorios donde se debe procurar la privacidad máxima. Y a propósito de ello, quiero decir que, el tema de
vivenda del conserje. 77
50
las puertas: situación, dimensiones, giros, etc., no es explicado suficientemente en las Escuelas. Sus consecuencias tienen mucha más
importancia de la que se les da.
3. Como cualidad, puedo expresar que es una vivienda normal, de
tres dormitorios. Lo digo porque en muchos Proyectos Fin de Carrera,
estas viviendas se suelen diseñar sólo con dos dormitorios.
cubierta. 78
Las claraboyas están dispuestas ordenadamente y en los sitios precisos. No hay espacios sombríos o con poca luz. Sí quiero comentar
lo siguiente: en la Escuela, cuando se entra de lleno en la primavera,
y mucho más en el verano, se nota excesivo calor en el interior. El
material de cubierta se eligió, entre las variadas ofertas del mercado,
aquel que, estando homologado, ofrecía seguridad térmica. Además,
en las claraboyas, se diseñaron unas conchas estudiadas para protegerlas del sol directo, sin mermar su luminosidad; y estaban previstas en el proyecto pero se eliminaron también por falta de liquidez
económica. Y creo que por donde más calor entra es por el sol calentando el PVC y el interior con rayos directos.
secciones. 79
En las secciones transversales se puede advertir, y hoy lo podemos
comprobar en el edificio, que la luz natural, en el interior del mismo,
es insólita y gratificante.
alzados norte y sur. 80
Creo que los alzados están bien resueltos; con suficiente coherencia
entre el ladrillo, la estructura, de hormigón, el vidrio y la estructura
estérea. Cada uno de los materiales indica claramente para qué está
ahí como coprotagonista y sin sobrar. Creo que eso es importante,
pero no es corriente.
alzados este y oeste. 81
En los planos, los escalonamientos de terreno no son los que en obra
se ejecutaron. Se modificaron para ampliar los aparcamientos exteriores cuando se intuyó el aumento progresivo y considerable del parque móvil de la sociedad.
51
cubierta 78
secciones. 79
alzado norte y sur. 80
alzado este y oeste. 81
52
Y pasamos, ahora, a ver planos (muy pocos para los que se redactaron) de construcción, instalaciones, estructura, detalles, etc., y que
constituyen probablemente más del 90% del total de planos que
componen un proyecto. Fijaros, más del 90%, y que son los que más
pereza da hacerlos. Tened cuidado con esto.
No caigáis en la tentación de abandonarlos. Por este fallo muy extendido entre nosotros estamos perdiendo gran parte de nuestro prestigio, además de sufrir la injerencia en nuestro campo de otros
técnicos que suplan nuestra desidia técnica. No creáis que el arquitecto tiene una relación muy directa con unas supuestas musas, que
pasea con ellas por un también supuesto Parnaso creando belleza.
No seamos fatuos y cumplamos con nuestra responsabilidad. No
somos genios. Y os advierto, que está muy extendido en la sociedad
en que vivimos el deporte de tildarnos de ello.
Vamos a dar una pasada muy rápida a estos planos complementarios pero necesarios:
estructura de cubierta. 82
Una muestra de la estructura estérea, muy compleja. Fue una de las
primeras de este tipo que se realizaron en España y tuvimos que calcularla en Londres.
estructura de cubierta, plano de montaje 83
estructura de cubierta, andamio de montaje. 84
Fijaros que hasta en esto tenemos que intervenir, porque influye en el
presupuesto de la obra, y porque pueden exigirnos daños en cualquier incidencia que ocurra.
53
estructura de cubierta. 82
estructura de cubierta, plano de montaje. 83
estructura de cubierta, andamio de montaje. 84
54
Todos los que vienen ahora son una muestra de la instalación de
ventilación.
aire, niveles 3.90 y 5.85. 85
aire, niveles 0 y 1.95. 86
aire, planta de oficinas. 87
55
aire, vivenda del conserje. 88
aire central térmica. 89
aire, bancadas en central 90
depósito de gasóleo. 91
56
Otra muestra de detalles:
jardineras de fachada. 94
cerramiento. 92
aire, cierre del oratorio. 95
sección de fachada. 93
lucernarios. 96
colección lecciones/ documentos de arquitectura
números publicados
1. Sobre la génesis del proyecto. A propósito del nuevo edificio de bibliotecas de
Javier Carvajal Ferrer. Febrero 1997.
la Universidad de Navarra.
2. Mi visión de la arquitectura. Julio Cano Lasso. Junio 1997.
3. El oficio del arquitecto. Fernando Redón. Noviembre 1997.
4. Dos conferencias sobre mi obra. Carlos Sobrini. Febrero/Mayo 1997.
5. Obra construida. José Antonio Corrales. Noviembre 1998.
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