(Verificar al momento de su lectura) INTERVENCIÓN DE MÓNICA BOLAÑOS, REPRESENTANTE PERMANENTE ALTERNA DE GUATEMALA ANTE LAS NACIONES UNIDAS DEBATE ABIERTO DEL CONSEJO DE SEGURIDAD SOBRE “EL MANTENIMIENTO DE LA PAZ Y LA SEGURIDAD INTERNACIONALES: REFLEXIÓN SOBRE LA HISTORIA Y REAFIRMACIÓN DEL FIRME COMPROMISO CON LOS PROPÓSITOS Y PRINCIPIOS DE LA CARTA DE LAS NACIONES UNIDAS” (23 DE FEBRERO DE 2015) Señor Presidente, Guatemala acoge con beneplácito la iniciativa de China de celebrar este importante debate abierto y aplaudimos que el Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi, lo presida personalmente. Agradecemos la nota conceptual 1 elaborado para esta ocasión, la cual sin duda invita a la reflexión (thoughtprovoking). Asimismo, agradecemos al Secretario General Ban Ki-moon por su inspiradora declaración. Nos complace tomar parte de este debate, especialmente cuando se conmemoran acontecimientos históricos vinculados a la creación de las Naciones Unidas. Ante la pérdida de tantas vidas humanas en conflictos a nivel mundial y las nuevas amenzas, es oportuno que los Estados Miembros nos preguntemos si estamos cumpliendo la promesa fundacional de la Organización: “preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra”. Al respecto, quisiéramos hacer las siguientes acotaciones: Primero, Guatemala atribuye la más alta importancia a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas. No se trata de una mera enumeración de valores y fines generales. Es la parte del instrumento constitutivo de la Organización que justifica su existencia y a la que debemos remitirnos para validar la interpretación del resto de su articulado, así como para realizar una correcta valoración política del actuar de sus miembros. Los principios y propósitos de la Carta también nos ilustran que la paz y seguridad internacionales no sólo se alcanzan mediante medidas de naturaleza política – como las diplomáticas o militares – o jurídicas, destinadas a prevenir, reducir o eliminar los conflictos. Sino que adicionalmente a estas, es necesario adoptar medidas orientadas a potenciar las relaciones de cooperación y la unidad entre los Estados. Segundo, el camino a la paz mundial en el siglo XXI no lo encontraremos en los principios de la no intervención e invocando soberanías absolutas. La nota conceptual presenta como ideas contrapuestas el “intervenir solo cuando la paz y la seguridad están realmente amenazada” y la “no injerencia en los asuntos internos”. Guatemala ha vivido ambos lados del argumento. Por una parte, defendemos 1 Documento S/2015/87. decididamente el principio de la no injerencia en los asuntos internos de los Estados. No obstante, pasamos por un conflicto interno armado de 36 años en el que se cometieron atrocidades en masa. Por ello, la frase “nunca más” (never again) encuentra especial resonancia con nosotros. Los principios de soberanía y no intervención no deben ser utilizados como excusa para no cumplir con obligaciones internacionales. Más bien, los gobiernos tienen la responsabilidad de proteger a sus propias poblaciones. No olvidemos que soberanía equivale a responsabilidad. (sovereignty = responsability). Tercero, mantener la paz y la seguridad internacionales requiere también reforzar al único órgano mundial encargado de defenderlas. Es necesario que el Consejo de Seguridad respete y cumpla los principios y propósitos que deben orientar su labor. La comunidad internacional necesita y tiene derecho a un Consejo de Seguridad efectivo y eficaz. Todos los Miembros de esta Organización le hemos dado un mandato a este órgano para que actúe a nombre nuestro. Sin embargo, en varias instancias, como por ejemplo, la inacción en Siria y en la cuestión de Palestina, ha menoscabado los principios y propósitos de la Carta y sus obligaciones a la comunidad internacional. En un momento donde un acuerdo sobre las propuestas de reforma parece lejano, los miembros permanentes podrían ser audaces y comprometerse con la propuesta francesa de regular el uso del veto en situaciones de atrocidades. Es necesario limitar el uso del veto porque, en ocasiones, no sólo impide la prevención o solución de conflictos sino que también fomenta la impunidad. Además los cinco miembros permanentes deben siempre dar a conocer en detalle las razones y motivaciones para el uso del veto. Debería esta justificación respetar, y en cierta manera estar basada en, los propósitos y principios de la Carta. Cuarto, en un mundo de constantes cambios y de necesidad de soluciones rápidas y efectivas, no se debe perder de vista la noción de equilibrio, ni el valor del balance. Los extremos han demostrado no funcionar ni eficiente ni efectivamente en la solución de conflictos, y en numerosas situaciones pueden generar mayores conflictos que los que se tratan de prevenir. Al evaluar un determinado curso de acción y sus posibles consecuencias, aparecen dos necesidades fundamentales a cubrir, por un lado la importancia de actuar a tiempo, y por el otro, la precaución en las medidas a implementar. Finalmente, Guatemala como miembro fundador de las Naciones Unidas y defensora de la democracia y el estado de derecho está comprometida con encontrar soluciones permanentes al flagelo de la guerra. Pero para lograr que la paz sea duradera hace falta no solo la acción del Consejo de Seguridad, sino la de todos los órganos principales de las Naciones Unidas y de los Estados Miembros, construir un verdadero multilateralismo en condiciones de igualdad y con apego a los propósitos y principios de la Carta. Muchas gracias. 2