II Domingo de Pascua MONICIÓN DE ENTRADA (Se recomienda que la monición de entrada se lea antes del canto de entrada, para ayudar a la asamblea a guardar silencio y disponerse interiormente a la celebración) ¡Feliz Pascua! Hoy a los ocho días de la Resurrección del Señor, la Iglesia desborda de alegría porque Jesús VIVE en medio de nosotros, derramando VIDA Y MISERICORDIA por el agua y la sangre de su Costado. Hoy es el Domingo de la Divina Misericordia. Jesús dijo: “Dichosos los que crean sin haber visto”. Que los queridos y nuevos santos papas Juan XXIII y Juan Pablo II, en este Domingo, nos hagan estar unidos en la oración y en la fracción del pan. ORACIÓN DE LOS FIELES 1. “Oh Jesús, vencedor de la muerte y del pecado, tuyos somos y tuyos queremos ser”. Para que el Papa S. Juan XXIII nos haga comprender nuestra pertenecía al Cuerpo de Cristo por el bautismo y la exigencia de vivir nuestras promesas bautismales. Oremos: Señor mío y Dios mío, Jesucristo. 2. “Nada de lo que ocurra a los hombres nos debe resultar ajeno”. Para que el ejemplo de S. Juan XXIII fortalezca al Papa, a los obispos y a todos los ministros, de manera que cuiden fielmente del rebaño que se les ha encomendado. Oremos: Señor mío y Dios mío, Jesucristo. 3. “La Iglesia es la caricia del amor de Dios al mundo”: para que San Juan Pablo II mueva a los cristianos de las diferentes comunidades y de nuestra Diócesis a reflejar el rostro de Cristo especialmente a los más alejados: Oremos: Señor mío y Dios mío, Jesucristo. 4. “Los pobres no pueden esperar”: para que la caridad de S. Juan Pablo II, que hizo bien hasta con su sufrimiento, fortalezca los desvelos de los voluntarios de Caritas, y renueve los esfuerzos de los catequistas y predicadores de la Palabra. Oremos: Señor mío y Dios mío, Jesucristo. 5. “Totus Tuus, Maria”, que quiere decir; “Todo tuyo soy María”: para que estas palabras del lema de Juan Pablo II alimenten nuestra devoción a la Virgen, y nos hagan dedicarle a Ella cada día con gozo nuestra jornada. Oremos: Señor mío y Dios mío, Jesucristo. 6. "Merece la pena dar la vida por el Evangelio”: para que la oración de S. Juan Pablo II suscite nuevos apóstoles, sacerdotes y religiosos, dispuestos a proclamar con su alegría que Jesucristo es Misericordia para el mundo. Oremos: Señor mío y Dios mío, Jesucristo. Delegación diocesana de Liturgia. Archidiócesis de Toledo • delegacionliturgiatoledo.wordpress.com • [email protected]