Diálogos con el Señor (Tríptico de llamada y respuesta)

Diálogos con el Señor (Tríptico de llamada y respuesta)
DE LA DUDA A LA FE
Adéntrate, Tomás, en mi costado
y sacia allí la sed de tus razones,
y cuenta con tus dedos tantos dones
que el Padre hoy en ti ha derramado.
¡Señor mío y Dios mío!, yo he dudado
y mi premio es la fe, Tú lo dispones.
Tú vuelves hacia Ti los corazones.
¿Quién soy para mirar hacia otro lado?
Eres libre, y así es como te quiero,
que, ansioso de respuestas, me las pidas
y, seguro de mi amor, seas sincero.
Seguro estoy en Ti, nunca me olvidas.
Soy libre cuando soy tu prisionero.
No ansío otra verdad que tus heridas.
DEL MIEDO A LA ESPERANZA
A vosotros la paz, mi paz, os doy,
que es mandato y razón, don y tarea.
Llevadla sin temor, que el mundo vea
el camino que conduce adonde voy.
No te oculto lo cobarde que yo soy.
Tú sabes que no basta con que crea.
Que el miedo a seguirte me posea
es lastre que me deja donde estoy.
Sal afuera, amigo, vive y siente,
no es otra la misión que te presento
que la Vida que mana de mi fuente.
Allí me saciaré, pues voy sediento,
dibujando tu cruz sobre mi frente,
caminando empujado por tu aliento.
DEL NO AL SÍ DE LA CARIDAD
¿Y dices que eres Dios? Si Dios no existe…
¿Pretendes que yo atienda tu llamada
si en nada la distingo de la nada
y no recuerdo ya lo que dijiste?
Aspiro a que, si alguna vez me viste,
aún puedas regalarme una mirada.
En casa está la mesa preparada
para ti desde el día que te fuiste.
Me admiran tu bondad y tu paciencia,
lo inmenso de tu ardiente Corazón
que late reclamando mi presencia.
Porque es tuya también esta Misión,
que transforma y renueva tu existencia
cultivando tu propia vocación.
PSEUDÓNIMO DEL AUTOR:
Salamanca, 28 de febrero de 2010
CATORCE