REPERCUSIONES DEL SEDENTARISMO SOBRE LA SALUD EN LOS NIÑOS. Yolanda Caballero Díaz, Montserrat Fernández Castellano, Maite López Santana, Silvia López Santana, Isabel Laura Medina Guerra y Raquel Viera Rodríguez. Introducción. Entre los factores de riesgo que existen en la población, uno de los más sobresalientes es el sedentarismo. La falta de actividad física influye más que los hábitos alimenticios en el sobre peso y la obesidad infantil. Estudios señalan que la mitad de los niños con edades comprendidas entre los 3 y 14 años “realizan actividades deportivas esporádicas” y que son precisamente estos niños los que presentan un mayor riesgo de padecer sobrepeso, obesidad o colesterol alto. Niños que al presentar estos riesgos, en lo que contribuye a las clases de Educación Física su actitud es totalmente negativa hacia la realización de cualquier tipo de actividad física, ya que por vergüenza a desarrollarla mal, el no poder por su exceso de masa corporal, etc., hacen que el alumno/a transmita un comportamiento inadecuado. Es por ello por lo que pretendemos dar a conocer en esta comunicación la importancia de crear un adecuado y frecuente hábito saludable en los niños/as con la práctica de actividad física desde edades tempranas, precisamente para contrarrestar los efectos nocivos que conlleva el sedentarismo. Destacamos por tanto las enfermedades coronarias y accidentes cerebrovasculares, la obesidad y exceso de peso, mejora de la condición mental, etc. Fundamentación teórica. La inactividad física constituye una gran preocupación para la salud pública. Las enfermedades coronarias y accidentes cerebrovasculares Son la principal causa de muerte en Europa. Los niños en general deben llevar un estilo de vida activo, con un nivel moderadamente medio de ejercicios aeróbicos, pudiendo con esto, reducir las posibilidades de contraer enfermedades cardiacas graves o morir por su causa. Los beneficios que el ejercicio físico aporta a la salud, pueden notarse si se realizan actividades físicas moderadas. Por ello en nuestros niños la realización de ejercicios físicos de 30 minutos al menos tres o cuatro veces semanales, reducen el riesgo de padecer afecciones cardiacas. También se ha comprobado que la actividad física ayuda a recuperarse de enfermedades cardiacas, mediante programas de rehabilitación que se basan en el ejercicio, y resultan eficaces para reducir el peligro de muerte. Es mas, tanto los periodos cortos de actividad como el entrenamiento deportivo continuado reducen la ansiedad y mejoran las reacciones ante el estrés, así como la calidad y extensión del sueño. También se ha demostrado que mejora el funcionamiento mental, la memoria a corto plazo y la toma de decisiones. Obesidad y exceso de peso Para mantener el peso es necesario que haya un equilibrio entre la energía que se gasta y la energía que se consume. La obesidad se desarrolla cuando se consume más de lo que se gasta durante un determinado periodo de tiempo. El ejercicio puede ayudar a todos aquellos niños/as obesos o que tienen sobrepeso, a perder peso, si lo combinan con una dieta hipocalórica (baja en calorías) y puede mejorar su composición corporal, ya que conserva tejido muscular y aumenta la pérdida de grasa. La actividad física es efectiva para reducir la grasa abdominal o “forma de manzana” (cuando la grasa se acumula en la zona del estómago y el pecho), que se asocia con un incremento del riesgo de padecer diabetes o enfermedades cardiacas. Además, todos/as aquellos/as que regularmente practican actividad física tienen más posibilidades de mantener la pérdida de peso a largo plazo. Quizás la mayor ventaja que tiene la actividad física para ellos/as es su efecto sobre su perfil de riesgo. Mejora de la condición mental La actividad física mejora la salud psicológica en los alumnos / as, el alumno aumenta su autoestima, estado de ánimo, la emotividad, así como en la autopercepción de la imagen del cuerpo que se denota claramente en las clases de educación física y la autoestima física. Características del ejercicio físico El ejercicio físico que un niño/a debe desarrollar ha de ser personalizado a sus circunstancias: adecuado a su realidad biológica (edad, sexo, situación fisiológica de pérdida de salud: diabetes, colesterolemia, presión alta, enfermedad de corazón, etc.); adecuado a su realidad psicológica en función de los gustos, las preferencias de cada uno: lo importante es que se produzca un gasto calórico significativo, independiente del tipo de ejercicio. Además, el ejercicio físico debe ser no estresante, ni física ni psíquicamente. No es estresante físicamente, cuando no sobrepasamos la frecuencia cardiaca recomendable en cada uno. Lo importante es que la práctica de la actividad física resulte eficaz y que el alumno/a no se sienta cansado, agotado, pero tampoco completamente relajado, descansado. Tampoco debe resultar estresante como apuntábamos anteriormente. Es decir que no resulte un castigo para el niño/a sino como algo gratificante porque va a mejorar su salud, se va a sentir mejor físicamente, aumenta su autoestima, y capacidad. Ha de ser regular: procurando que sea diario o al menos tres veces a la semana, a la misma hora a ser posible. Finalmente que sea suficiente, es decir que debe producir un gasto energético. Aplicación práctica. Cada niño/a debe realizar ejercicio o deporte más adecuado a su realidad biológica, social, psicológica, tomando las debidas precauciones y realizando los controles necesarios. Siempre es recomendable no sobrepasar la frecuencia cardiaca de cada uno. Siempre son recomendables los ejercicios de tipo aeróbico o de baja resistencia: caminar, nadar, bailar, ciclismo, tenis, fútbol, baloncesto. Estos ejercicios o deportes, además de proporcionar todos los beneficios y ventajas citados, favorecen la circulación periférica (sobre todo las personas obesas), aumentan la oxigenación de todas las células del organismo, estimulan la eficacia del trabajo del corazón, aumentan la utilización del oxigeno sanguíneo por parte de los músculos. El ejercicio, sea cual sea, siempre será individualizado, eligiendo aquel que resulte más conveniente para cada uno, en función de sus características, siempre asesorado con su equipo sanitario en el Centro de salud sobre la convivencia de realizar tal o cual ejercicio o deporte, sin olvidar la presencia del profesor o maestro de educación física que recomienda o aconseja en todo momento cual es mas adecuado. El ejercicio moderado de baja o media intensidad y duración proporciona beneficios útiles para la salud, evitando gran parte de riesgos ya citados. Transmisión de valores La transmisión de valores en las clases de educación física es un factor importante, son muchos los valores que el propio profesor trata de inculcar dentro de la propia área. Valores que se transmiten de unos a otros y con ello pretendemos que el alumno aparte de disfrutar tanto dentro de las clases de educación física como en actividades deportivas extraescolares tome conciencia de la amistad, la colaboración, el compartir con el compañero, dándole en definitiva un carácter educativo al deporte o actividad física. Conclusiones. Desde temprana edad, los niños deben volverse activos, con ello se contribuye a que se reduzca el riesgo de padecer afecciones cardiacas, algunos tipos de cáncer y diabetes, y además pueden controlar mejor su peso, incrementar resistencia para realizar trabajos físicos y mejorar la salud de sus músculos y sus huesos. También tienen más posibilidades de que mejore su calidad de vida y salud biológica. La actividad física no sólo puede añadir años de vida, sino que también se están recopilando pruebas de que añade calidad de vida a esos años. El sedentarismo es una epidemia en Europa. Las principales autoridades de todo el mundo ya han aceptado las pruebas que asocian la vida inactiva con varias enfermedades y desórdenes físicos y mentales. Es estos momentos, parece que la situación esta más bien empeorando. Los costes en términos de sufrimiento humano, pérdida de productividad y asistencia sanitaria son elevados. La solución es aparentemente simple Hay que moverse más y con mas frecuencia, comenzando por los padres y tomando conciencia sus hijos. Para fomentar la actividad física es necesaria la intervención concertada de varios organismos que ayuden a las personas a reducir su sedentarismo e incrementar el ejercicio de actividades físicas, y que cambien el entorno para potenciar que la gente sea más activa. Los gobiernos nacionales, regionales y locales tienen que trabajar más con los urbanistas y planificadores del transporte, los colegios, los lugares de trabajo y las autoridades sanitarias para fomentar más actividades como caminar, montar en bicicleta, y muchas más actividades deportivas. A su vez, es responsabilidad de cada persona, y estas concienciar a sus hijos/ as tratando de llevar un estilo d vida que incluya más actividades físicas al día. En resumen, y por todo lo dicho, es preciso que nos aproximemos a un estilo de vida saludable, en el que pongamos en práctica una alimentación saludable, siguiendo las indicaciones alimenticias, en nuestro caso incidir en un buen desayuno en nuestro alumno/a, no en la bollería industrial que proporciona excesivas grasas contribuyendo a un exceso de peso, realizar actividad física adecuada, regular, no estresante y suficiente, propiciando de este modo una promoción de la salud y consecuentemente, una mayor calidad y expectativa de vida. En la actividad física esta demostrada su efectividad en la mejora del estado de salud. Bibliografía. AA.VV. (1996). Ejercicio físico para mejorar la salud. Madrid: Pirámide. Heyward, V.H. (1996). Evaluación y prescripción del ejercicio. Barcelona: Paidotribo. Malkin, M. (1996). La marcha aeróbica. Barcelona: Martínez Roca. Marcos Becerro, J. F. (1994). Ejercicio, forma física y salud. Madrid: Eurobook. Navarro García, R; Ramos Gordillo, A y Ruiz Caballero, J. A (1999). Introducción a la medicina de la educación física y el deporte (tomo I). Madrid: Gymnos. Navarro García, R; Ramos Gordillo, A y Ruiz Caballero, J. A (1999). Introducción a la medicina de la educación física y el deporte (tomo II). Madrid: Gymnos. Navarro Valdivieso, M. et al (1998). Actividades físicas y deportivas para niños. Ejercicio físico y salud. Madrid: Gymnos. Ribas Serna, J. y otros (1989). Educación para la salud en la práctica deportiva escolar. Málaga: Unisport. 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