Bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki

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Podemos recoger la experiencia de los «pacientes» del acto me-diante textos ya directamente del Japón
(Anexo 2), aunque tam-bién analizados y tabulados en experimentación objetivadora científica. La
experiencia de los «actores», la inmediata de los tripu-lantes del avión (Anexo 2) no nos interesa tanto.
El 6 de agosto de 1945, a las 8'15 de la mañana, hora local, llegó el B−29 llamado por su piloto «Enola Gay»,
en honor a su madre, sobre la vertical de Hiroshima. Había despegado de la isla de Tinian, a 2.500 Km de
distancia, unas seis horas antes.
A diez mil metros de altura soltó la bomba con dos trozos de uranio purificado de unos veinte kilos. A los 550
metros sobre la vertical del Hospital Shekai el artefacto encajó los dos trozos logrando así la masa crítica.
El desencadenamiento de energía fue equivalente a la explo-sión de dieciocho mil toneladas de T.N.T (trilita),
aunque de efec-tos más graves de radiación que el T.N.T. no produce.
La ciudad de 400.000 habitantes, en un radio de unos tres kilómetros del «punto cero» (vertical de la
explosión), es decir, en un diámetro de seis kilómetros quedó convertida en un desier-to humeante.
En el acto, 85.000 muertos, más otros 70.000 heridos graves perecieron en las 48 horas siguientes, tras atroces
sufrimientos. Las cifras evidentemente sólo pueden ser aproximadas, porque el número de refugiados de otras
ciudades bombardeadas con bom-bas convencionales y de fósforo por los B−29 se desconoce. Así como la
cifra de trabajadores forzados coreanos y chinos.
De estas bajas, se puede estimar que un 40 por 100 estaban en la «zona letal» (zona mortal) de dos kilómetros
de diámetro con centro en el punto cero. Murieron a consecuencia de las so-brepresiones de onda explosiva de
hasta centenares de atmófe-raslm.2 y del «efecto térmico» de hasta diez mil grados de calor en el suelo, que
fundió el metal y el granito y vaporizó los cuer-pos humanos (A pesar de la censura de los ocupantes
norteamericanos, se han conser-vado las famosas fotografías de «sombras» de hombres y mujeres sentados).
Otro 30 por 100 fueron muertos por quemaduras directas de tercer grado, o por los incendios colosales
propagados por hura-canes que, a un kilómetro, eran de unos 500 kilómetros por ho-ra. Y otro 20% por sobre
dosis mortales de radiaciones de efecto inmediato.
Mas los efectos posteriores de cánceres piel, huesos, sangre, que continuaron matando gente hasta hoy,
cuarenta años después.
Más aquellos que irradiados en sus órganos genitales engendraron seres vivos seriamente dañados (niños
microcéfalos, etc.) personas angustiadas para siempre por la posibilidad de que el mal latente en ellas surgiera
de improviso, sintiéndose apestados, mirados con recelo por la misma sociedad japonesa que no quiera
recordar el horror.
Sin embargo, las bombas nucleares de uranio, como la que estalló en Hiroshima, o la de plutonio, que lo hizo
en Nagasaki, son de una potencia centenares de veces inferior a las actuales bombas termonucleares o de
Hidrógeno.
Hiroshima
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C. de Japón cap. de la prefectura homón., al SO de la isla de Honshu. 1.044.118 hab. Puerto pesquero en el
mar Interior de Japón. Astilleros. La industria está representada por las ramas siderúrgica, los automóviles, las
fibras textiles artificiales, la papelera y la agroalimentación (conservas). La ciudad ha crecido hasta ocupar
algunas islas de la bahía.
Historia
Fue fundada como plaza fuerte en 1594 y en ella alcanzó gran desarrollo el catolicismo, aunque las
persecuciones de los siglos XVII y XVIII lo hicieron desaparecer. En los siglos XIX y principios del XX se
convirtió en cuartel general del ejército.
Ha pasado a la posteridad asociada a uno de los momentos más trágicos de la humanidad. Fue elegida por
EEUU como objetivo del primer bombardeo atómico de la historia, que destruyó el 90 % de la ciudad con una
bomba (6 de agosto de 1945), causando 157.071 muertos y largas secuelas de contaminación radiactiva en sus
habitantes. Más tarde se convirtió en la capital de la lucha por la abolición de las armas atómicas. En 1947 se
estableció la Comisión de Afectados por la Bomba Atómica y se construyeron el museo y el parque Memorial
por la Paz.
Nagasaki
C. de Japón, cap. de la prefectura homónima, en la isla de Kyushu, en la costa del mar de China. 444.616 hab.
Puerto pesquero. La primera ciudad del Japón en cuanto a la importación de petróleo y a la exportación de
productos textiles. Astilleros. Industria siderúrgica, automovilística, y papelera. Cerámica. Cemento.
Universidad.
Historia
En sus orígenes un pequeño pueblo de pescadores. La función mercantil de Nagasaki se remonta al 1568,
cuando el daimio Omura Sumintada la recuperó del aislamiento económico y cultural en el que la habían
sumido los Nagasaki, señores feudales que dieron su nombre a la ciudad. Fue una de las primeras ciudades
que se abrió al comercio con Occidente, comercio que mantuvo con holandeses y chinos en el s. XVII. El
tráfico se liberalizó totalmente en 1859.
En ella fue lanzada el 9 de agosto de 1945, durante la II Guerra Mundial, la segunda bomba atómica, que
arrasó prácticamente la urbe, causando unos 40.000 muertos y destruyendo un tercio de los edificios.
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Reconstruida en la posguerra, sobre el trazado existente, ha recobrado su antigua pujanza. Conserva aún
algunos edificios antiguos orientales como los templos de Sofukuji y Suwa
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