Hiroshima y Nagasaki, recuerdo perenne de la amenaza global de

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Hiroshima y Nagasaki, recuerdo perenne de la amenaza
global de EEUU
Caracas, 06 Ago. AVN.- En tan solo un segundo, de forma instantánea, con el impacto fueron
asesinadas más de 100.000 personas, a las que se sumaron luego otras 185.000 producto de la
radiación provocada por las bombas atómicas que Estados Unidos arrojó en las ciudades japonesas
de Hiroshima y Nagasaki, hace 70 años, el 6 y 9 de agosto de 1945, respectivamente.
Aunque EEUU es el mayor armamentista nuclear, y el único país que ha usado este tipo de energía
con fines bélicos, actualmente se adjudica el derecho de decidir qué países pueden o no usar esta
energía, ejerciendo presiones y sanciones contra aquellos que -como Irán- deciden hacer uso libre de
esta energía con fines pacíficos.
Aquel agosto de 1945, los ataques con bombas atómicas fueron autorizados por el presidente de
Estados Unidos Harry S. Truman, después de seis meses de intenso bombardeo de otras 67
ciudades. Algunos celebran estos hechos por considerar que pusieron fin a la Segunda Guerra
Mundial (1939-1945), pero nada más lejos de la realidad, el objetivo de Estados Unidos era la
rendición total para poner a las islas japonesas bajo su tutelaje.
"El uso de esta arma bárbara en Hiroshima y Nagasaki no fue de ninguna ayuda en nuestra guerra
contra Japón. Los japoneses ya estaban vencidos y listos para rendirse", dijo posteriormente el
Almirante William D. Leahy, jefe del Estado Mayor de Truman, durante una entrevista en donde se
evidenció la falta de justificación del uso de estas armas de destrucción masiva.
Japón quería la paz, pero el emperador Hirohito no estaba dispuesto a ceder su soberanía a un país
extranjero y enemigo, esta negativa fue manipulada por el gobierno de Truman para llevar a cabo
los genocidas bombardeos atómicos sobre el imperio japonés. El 6 de agosto de 1945 EEUU lanza
una bomba de uranio sobre Hiroshima, sin previo aviso, asesinando de forma instantánea a más de
80 mil personas.
Truman justificó el bombardeo diciendo que el objetivo había sido la destrucción de instalaciones
militares japonesas, considerablemente debilitadas ya, y que la muerte de civiles serían mínimas; sin
embargo, la bomba no cayó en ninguna base militar sino en el centro de la ciudad.
La página web del Museo Memorial de Paz de Hiroshima explica que luego de la explosión la
temperatura del aire al momento alcanzó varios millones de grados centígrados (la temperatura
máxima de las bombas convencionales es de aproximadamente 5 mil grados centígrados). Varias
millonésimas de segundos después, apareció una bola de fuego que irradiaba calor blanco, y tras
pasar un segundo se expandió hasta alcanzar un diámetro de 28 metros con un temperatura
cercana a los 300 mil grados centígrados.
Tres días después (9 de agosto de 1945), y conocido los efectos de la primera bomba atómica, EEUU
lanzó una segunda, esta vez de plutonio, sobre Nagasaki, el número de muertes instantáneas superó
las 50 mil.
Ante los actos de barbarie y crueldad perpetrados por EEUU, Japón decidió entregarse en manos de
Washington.
El mismo día del lanzamiento de la primera bomba atómica, el 6 de agosto, el presidente Truman
ofreció declaraciones a la prensa: "Hemos gastado más de dos mil millones de dólares en la mayor
apuesta científica de la historia, y hemos ganado", expresó entre risas, sin importarle las muertes o
los daños de la población japonesa.
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