¿Qué sucede cuando explota una bomba atómica? EFECTOS DE UNA EXPLOSIÓN El alcance de los daños depende de la distancia del punto cero, es decir, el punto bajo el cual ocurre la explosión de la bomba. El calor, la presión y los residuos producidos por el impacto causan los primeros perjuicios graves. En el punto cero, la elevada temperatura liberada tiene un efecto vaporizador a su paso. Según la potencia de la bomba, el radio de devastación de edificios y otras estructuras puede alcanzar de 8 a 10 kilómetros. La explosión produce una gran ráfaga de fuego y viento. “Indudablemente, si los pueblos del mundo fuesen plenamente conscientes del peligro que encierran las armas nucleares y de las consecuencias de su uso, las rechazarían y no permitirían que, en su nombre, los gobiernos continuaran poseyéndolas o adquiriéndolas, ni siquiera, ante una supuesta necesidad de defensa.” — Comisión de Canberra sobre la eliminación de las armas nucleares L L U V I A R A D I O A C T I VA El calor, la llama y la radiación cobran víctimas más allá del área inmediata del estallido. Según la potencia de la bomba, la bola de fuego puede llegar a expandirse a más de 40 kilómetros. En dicho caso, las personas y los animales que se encuentran a más de 80 kilómetros de distancia también sufren graves quemaduras. PULSO ELECTROMAGNÉTICO El estallido de una bomba nuclear crea una onda electromagnética expansiva. Los alambres metálicos que reciben su efecto actúan como antenas que transmiten una corriente de alto voltaje, que devasta todo tipo de cables y sistemas electrónicos. Las armas nucleares de mayor sofisticación están diseñadas para destruir los sistemas de comunicación. Los daños electromagnéticos pueden extenderse a nivel continental, según la altura en que explota la bomba. Entre los efectos de la explosión nuclear se encuentra la formación de nubes radioactivas localizadas, conformadas por ingentes partículas de tierra pulverizada y agua evaporada por las altas temperaturas. Las partículas de mayor masa caen de vuelta a la Tierra en menos de una hora, precipitándose en los alrededores de la bola de fuego de manera simultánea con la ascensión de la nube. Más de la mitad de los residuos atómicos caen sobre la superficie produciendo una lluvia radioactiva al cabo de 24 horas. Las partículas radioactivas más pequeñas quedan suspendidas en la atmósfera y luego se depositan gradualmente en la superficie de la Tierra a lo largo de semanas, meses, e incluso años. Cuando son absorbidos o ingeridos, los materiales radioactivos que permanecen en el agua pueden afectar a personas localizadas a miles de kilómetros del lugar de la explosión. Entre 1946 y 1996, se han efectuado más de 280 pruebas nucleares en la región del Pacífico. Los artefactos detonados han sido más potentes que las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki. Muchos países han sufrido los efectos de la radiación que han producido estos experimentos. Es sabido que la radiación daña los cromosomas y causa enfermedades cancerígenas. HIROSHIMA Y NAGASAKI Efectos de las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki El 6 de agosto de 1945, un bombardero B-29 de los Estados Unidos lanzó sobre el centro de la ciudad japonesa de Hiroshima, un artefacto nuclear denominado “Little Boy” (niño pequeño) que explotó a una altura de 1.600 metros y tuvo un impacto equivalente a 13 kilotones de trinitrotolueno. En la actualidad, la capacidad destructiva de las bombas es exponencialmente mayor. Según los cálculos, 90.000 personas murieron instantáneamente. El radio de destrucción fue de más de un kilómetro y medio, y se produjeron incendios en un área mayor a 6 kilómetros cuadrados. El 90 por ciento de las edificaciones de Hiroshima fueron dañadas o destruidas completamente. HUMAN SPIRIT: PANEL #15 4’-2” (50”) wide x 7’-0” (84”) high • 11-30-09 HUMAN SPIRIT: PANEL #16 4’-2” (50”) wide x 7’-0” (84”) high • 11-30-09 En diciembre de 1945, miles de personas que habían sufrido lesiones o envenenamiento por la radiación perdieron la vida. El saldo de fallecidos de dicho año fue de 140.000. Tres días después de la primera explosión, el 9 de agosto de 1945, otro B-29 arrojó una segunda bomba atómica sobre el valle industrial de la ciudad de Nagasaki. La explosión produjo una energía equivalente a 21 kilotones de trinitrotolueno. Según cálculos, unos 70.000 de los 240.000 habitantes de Nagasaki murieron instantáneamente, mientras que otros 60.000 sufrieron lesiones.