156 - - Jurisprudencia Diferencia entre representación y trasmisión Dictamen del Sr. Fiscal de Hacienda de Primer Turno, doctor Raúl Moretti Sr. Juez: En su dictam,en de fs. 251, En la sucesión de don P) tíos este Ministerio, expresó: Juan Cominotto, debían declarados he ser Paulina y Zaira, y paternos : María Magdalena Teresa, exclusivamente, y pues los hijos de los tíos pre-fallecidos, no pue den concurrir ni por derecho propio (C. Civil, art. 1028, inciso 2), ni por rederos sus derecho de : maternos : representación (C. Civil art. 1021). En la sucesión de María Cominotto, fallecida ésta el 13 de enero de 1947 antes de aceptar la herencia de don Juan Cominotto,, debían ser 2") declarados herederos nos, por derecho de 3') ría sus hermanos : María Magdalena y Teresa y y sus sobri representación. En la sucesión de Teresa Cominotto le suceden Magdalena sus su hermana: Ma sobrinos, po.r derecho de representación. interesados, por intermedio de su representante, en el escrito de fs. afirman que Teresa y María Cominotto no pueden revestir la calidad de herederas de don Juan Cominotto; como éstas tramitieron su derecho Los 253, de aceptar o repudiar la herencia, deben ser declarados herederos de don Juan Cominotto los sobrinos de ellas, declarados herederos en sus sucesiones, por derecho de representación. respectivas según esta opinión, derecho propio ni por derecho Por tanto los sobrinos que no pueden concurrir ni por representación, concurren por derecho de trasmisión. El M. Público, en su dictamen de fs. 255, expresa que don Juan Co minotto (primitivo causante) es heredado directamente por el sucesor (los sobrinos) del heredero fallecido (María y Teresa Cominotto) en mérito al de derecho de transmisión establecido por el art. 1040 del C. Civil. — san, con — su sentencia de fs. 259, afirma: heredero sin haber hecho manifestación de aceptar o los derechos que, según el art. 1039, están en su patrimonio, pa la misma calidad a sus herederos, a quienes la ley les confiere el El Sr. Juez, "Al fallecer repudiar 157 en un derecho de aceptar o repudiar la herencia trasmitida, tado la herencia dejada por su causante" "Si acepta miento del o primer repudia el acto causante, jurídico si como ese se siempre retrotrae a que haya acep la fecha del falleci derecha, hubiera sido ejercido por el trasmisor" "Existen dos trasmisiones hereditarias perfectas, de acuerdo con el art. 1039 del C. Civil y un derecho de aceptar o repudiar la herencia cuando un heredero ha fallecido sin hacer manifestación de voluntad en ese sentido" "Los descendientes de los tíos están excluidos de la acuerdo con enunciado el art. 1021 del C. Civil. precedentemente, corresponde representación, de Por lo tanto y con arreglo a Ip modificar las declaratorias de he rederos, conforme lo aconseja el Sr. Fiscal de Hacienda de Primer Turno. Ministerio solicitó que los interesados respectivas liquidaciones de impuestos, de acuerdo con las declaratorias de herederos, (fs. 260 vta.). Y presentada la relación Consentida esa sentencia, este formulasen las nuevas liquidación del impuesto, el Fiscal insistió en que se prac liquidaciones de acuerdo a la sentencia de fs. 258. Los interesados en el escrito en vista dicen que no son procedentes las observaciones de esta Fiscalía en cuanta tienden a fragmentar una trasmi sión hereditaria única, obligando a formular inventarios y liquidaciones de impuestos especiales para las sucesiones de doña María y doña Teresa Co jurada de bienes y ticaran las minotto . La sentencia de fs. 258 en la que se hicieron las correspondientes de claratorias de herederos, de acuerdo al dictamen de esta Fiscalía, fué pro nunciada con la intervención de los interesados fs. 253 y del M. fs. 255 Público quienes, en sus respectivos escritos formularon su — , —- — — a la pretensión del M. Fiscal. consiguiente, se trata de una sentencia pronunciada en juicio (prin cipal o incidental) sobre las personas que tienen derecho a concurrir en de terminadas sucesiones, de la misma naturaleza e igual eficacia que a diario se pronuncian en los juicios sucesorios, sobre la relación jurada de bienes o sobre las liquidaciones de impuestos. Esa sentencia, en cuanto ha sido pronunciada frente a todos los intere sados-herederos M Público y M Fiscal, con la oposición, expresa de los herederos y del M. Público, ha pasado en autoridad de cosa juzgada, oposición Por . por lo menos en . cuanto su — . contenido determina uno de los supuestos de- 158 — - de los herederos en las respectivas sucesiones en que deben apoyarse las correspondientes liquidaciones de impuestos. Como esa senten cia fué consentida por los herederos, en este momento del proceso sucesorio, esa sentencia es inmutable e imperativa, es decir, no puede modificarse en este proceso (cosa juzgada formal, C. de P Civil, art. 490, inc. 2°) y su terminíí,ción — se impone autoritativamente, con fuerza de ley (cosa juzgada ma terial, C. Civil, inc. 3' y 1603) ; de tal suerte que ningún otro Juez puede contenido de conocer tencia (ne fallar de o nuevo bis in ídem) nuevo la contienda resuelta por legal esa sen . O por lo menos, en este proceso sucesorio y en este momento de su tramitación, cuando corresponde practicar las liquidaciones de impuestos de acuerdo con cidida por de sentencia, no es posible plantear de nuevo la cuestión de decisión, sin perjuicio de c^ue los interesados pudiesen, luego esa esa liquidados y- los pagados impuestos, formular contra el clamaciones que considerasen oportunas y procedentes, Por lo expuesto, este Ministerio estima que no Estada las re juicio ordinario corresponde promover en un . nuevo la cuestión a que se refiere el escrito en vista, por cuyo motivo se debe ordenar que los interesados practiquen las liquidaciones de impuestos de conformidad con la sentencia por eUos consentida. de En el escrito tesis que enseña en vista, el letrado que asiste Derecho, en la Facultad de en a los su expone la interesados, carácter de Profesor de Derecho Civil, precisamente, de la parte de Sucesiones. El Fiscal respeta, invariablemente, las opiniones ajenas, aunque no ten ga la suerte de compartirlas. En este caso, con mayor razón, cuanto quq la opinión proviene de un eminente Profesor de nuestra Facultad, autor de un notable curso sobre sucesiones . Por eso, el Fiscal siente se un tanto cohi bido al expresar una opinión divergente de la que debe ser indudablemente fruto de muy intensas y prolongadas meditaciones. Por ello, el Fiscal pide excusas por insistir en su opinión propia, porque no ha podido convencerse de los o ne errores y falacias que se le imputan en el escrito a la vista. El Profesor Irureta Goyena funda su tesis en dos razones fundamentales : "La primera radica en que la adquisición del dominio de la herencia legado por aplicación de las disposiciones de los arts. 1039 y 937, no tie carácter definitivo repudio" "La e irrevocable sino que puede resolverse mediante el . segunda, 1039 sólo ampara que los a es decisiva, consiste herederos, en y la del art. que la 937 a disposición del art. legatarios de "es- los — 159 — mientras que según el art. 1040, confirmado por el art. 936 el derecho de trasmisión es extensivo a todos los legatarios, incluso los de pecie cierta", género, no no que únicamente adquieren "ipso jure" una acción o derecho propiedad de personal contra la los bienes legados, si el heredero para exi- £Írle el pago". Según el art. 1039 del C. Civil, por el hecho solo de abrirse la sucesión, propiedad y la posesión de la herencia pasan de pleno derecha a los here deros del difunto, con la obligación de pagar las deudas y cargas hereditarias Si un heredero fallece antes de haber aceptado o repudiado la herencia se le ha deferido, trasmite a los herederos el derecho de aceptar o repu que diar dicha herencia, (C. Civil, art. 10.40). En la sucesión del trasmitente, se encuentran los bienes trasmitidos por el causante originario, de acuerdo con el art. 1039, puesto que ningún acto del trasmitente, cumplido posteriormente a la muerte del causante originario, ha impedido que se produjeran los efectos enunciados por el art. 1039.. Pero, los herederos del trasmitente pueden impedir que esos efectos sean irrevocables y definitivos. ¿Cómo? Por medio del ejercicio del derecho de aceptar o repudiar que les ha trasmitido su causante, de acuerdo con el la . 1040. art. Si el trasmitente hubiese rederos no aceptado la herencia de su causante, sus he podrían repudiarla separadamente, (C. Civil, art. í052, inc. 2")'. En la sucesión de su causante, los herederos del trasmitente encuentran originario y el derecho de aceptar o de los bienes heredados por el causante repudiar esa herencia. Por esa decisiva razón, los herederos no pueden ejercer ese derecho de aceptar la herencia, sin aceptar la herencia de la persona que les trasmite' ese derecho, (C. Civil, art. 1040, inc. 2»), porque si no que correspondía al causante recho no — — , se se le puede ejercer ese de adquiere, mediante la de la herencia en que ese derecho se encuentra. Cuando los herederos del trasmitente han aceptado la herencia deferida por éste, por medio del ejercicio del derecho trasmitido de aceptar o re deciden, en forma irrevocable y definitiva, si los bienes que se en pudiar cuentran en la sucesión de su causante, en virtud de lo en el art. aceptación — — dispuesto 1039, se deben o no considerar como parte de la sucesión de éste, es decir, originario al parte integrante los herederos deciden si los bienes trasmitidos por el causante causante trasmitente, serán o no heredados por ellos, como de la sucesión de Se insiste mite la en herencia, El Fiscal no causante inmediato. decir que, en el caso previsto en el art. 1040 no sino el derecho de aceptar o repudiar la herencia. tiene necesidad de fundar extensamente su' su opinión se' tras contra- 160 — Le basta citar el art. ría. del art. apartado 1040, pues "Pero si la herencia deferida gún el art. 1040, puede cada Por tanto, dispuesto en el art. cuota" que también se inc. 1052, en a esa — 3'^, cuyo lugar disposición legal se a se remite el último dice expresamente: persona se trasmite a sus herederos, de los transmisarios aceptar o repudiar una uno se su trasmite la herencia, y ésto está en armonía con lo 1039, pero, en virtud del derecho de aceptar o repudiar se trasmite, los herederos del trasmitente pueden aceptar o re cuota, independencia de aceptar y repudiar la herencia del pudiar ésta es constituida por bienes no heredados del cau en cuanto trasmitente, con su originario. sante En cuanto a na, el suscrita se atribuye Según segunda razón invocada por el Profesor Irureta Goye permite decir que ella no tiene la significación c{ue se le la . el derecho a el art. 936, ellos, desde De conformidad en que con los puros y simples, el legatario adquiere el testador, y los' trasmite a sus herederos legados muere el art. 1040, . los herederos pueden ejercitar el de recho de aceptar o repudiar el legado, en la misma forma que se ha visto anteriormente. Si aceptan el legado, por esa aceptación ingresa definitivao irrevocablemente en el patrimonio del causante trasmitente, los bienes le bienes que, gados, sante por el modo sucesión. El cau de aceptar o repudiar el legado puro y derecho de crédito (herencia) y trasmitió, además, el a su vez, trasmitente, fallecido simple, trasmitió derecha de un adquieren ellos, antes o de repudiarlo. Por eso, el derecho de aceptar o de repudiar trasmitido según el art. 1040 no cambia de naturaleza, se trate de aceptar o de repudiar una herencia o legado de "especie cierta" o de un legado puro y simple, porque en un caso se trasmite la propiedad y posesión y en otro, la titularidad de un derecho personal. Aceptada la herencia o el legado de "especie cierta", los bienes que in tegran aquélla o la cosa cierta y determinada, quedan en el patrimonio' del causante trasmitente, porque esos bienes ya habían sido adquiridos por él de pleno derecho, arts. 1039 y 937 del C. Civil. Aceptado el legado puro y simple, ingresan al patrimonio del causante trasmitente los bienes legados, cuyo derecho él había adquirido desde la muerte de su respectivo causante, art. aceptarlo 936. Finalmente, el Profesor Irureta Goyena invoca a su favor la retroacti aceptación. Efectivamente, María y Teresa Cominotto no aceptaron la herencia de vidad de la — Juan L. misarios Cominotto; quienes aceptan 161 — son sus sobrinos (y su hermana) tras- . Esa aceptación, es verdad, se retrotrae al día del fallecimiento de Juan precisamente, porque esa aceptación hace irrevocable y defi nitiva la trasmisión opera.da de pleno derecho a la fecha indicada, de con formidad con el art. 1039 del C. Civil. Pero esa aceptación no puede im portar hacer volver los bienes hereditarios al patrimonio de Juan L. Co minotto, condición indispensable para que los aceptantes puedan, a su vez, L. Cominotto heredar a este causante directamente como se afirma en el escrito en vista. si María y Teresa Cominotto ad simple de derecha la quirieron pleno propiedad y posesión de los bienes de su cau sante, Juan L. Cominotto, de acuerdo con el art. 1039 del C. Civil, aun Esta observación es decisiva : no pudieron ejercitar oportunamente el derecho de aceptar o repudiar herencia, ¿cómo se explica que sus sobrinos y su herma.na puedan he redar directamente esos mismos bienes en la sucesión de Juan L Cominotto, que esa . si esos bienes están en el patrimonio de María y de Teresa Cominotto o hereditario de éstas? Si fuese posible demostrar forman parte del acervo que esos bienes trasmitidos por el modo sucesorio a María y Teresa Comi notto, volvieron posteriormente al patrimonio del causante Juan L. Comi notto, entonces acaso, se podría admitir la posibilidad de que los trasmisarios heredaron directamente al causante originario, Juan L. Cominotto. Por lo expuesto, el Fiscal, no obstante el profundo respeto que le me la opinión del ilustrado Profesor de nuestra Facultad de Derecho, in rece siste en su quidaciones observación sobre el modo de de impuestos de herencias. — practicar las correspondientes Sentencia del Sr. Juez Letrado de Primera Instancia de en lo Civil Quinto Turno Octubre 10 de de fs. li RaiU Moretti. 1950.* Fistos: Para resolución, este incidente sobre liquidación de impuesto herencias, promovida por los sucesores de don Juan L. Cominotto a 267. Resultando : Que a fs 258 se resolvió la incidencia relativa a la de herederos, determinando el Juzgado quiénes tenían derecho a las herencias deferidas por los causantes Juan Leonardo Cominotto Figari y María Teresa Cominotto Martrgnan. La resolución fué consentida por . claratoria de las partes y los Ministerios Público y Fical. — 162 — 2') Que a fs. 267 la parte que representa el Sr. Alberto Ghiringhelli, formula la liquidación del impuesta de herencias, de acuerdo con el concep to rechazado por la resolución antes referida, es a la teoría decir, con arreglo sostenida' por su defensa letrada, que el Juzgado no tuvo el honor de com partir, sin intentar acción alguna tendiente a modificar la declaratoria de herederos. El Sr. Fiscal de Hacienda a fs. 276 y sgts. sostiene que existe juzgada con respecto a la declaratoria de herederos, por haber sido pronunciada con la intervención de todos los interesados, herederos, Minis terios Público y Fiscal, y con la oposición expresa de los herederos y del M. Público, y que esa sentencia, en este momento del proceso es inmutable e imperativa, es decir, no puede modificarse en este juicio. cosa Considerando: P) Que el suscrito no entra a juzgar si la resolución que modificó la declaratoria de herederos es de aquéllas que causan estado, a pesar de estar consentida por las partes y de haber sido resuelta la inci dencia con blica, pues oposición en esta de los interesados y la opinión contraria del M. Pú incidencia no se plantea, por la parte actora, nin nueva acción tendiente a modificarla. Sería prejuzgar, inhibiéndolo desde ahora para fallar la contienda si se produjera más adelante. Pero, el sen tenciador entiende que mientras no se logre la modificación de la sentencia guna de fs. ajustarse a la de correspondencia con el tributa que deben pagar los herederos. Debe existir una relación de depen dencia entre el tributo exigido y la persona que debe pagarlo. Va contra las normas de la ley impositiva que el tributo hérencial se le imponga a personas que, según resolución judicial acatada, no están dentro del orden de llamamiento iniciado por la decisión del Magistrado, que es al fin, el que ha interpretado el orden de llamamiento legal. Es inoperante la acción ten diente a obtener una resolución contraria a lo ya resuelto, por la vía elegida por el actor. No hay posibilidad de acceder a la aprobación de la nueva li quidación de impuestos formulada a fs. 267 sin que, previamente, se obten ga una declaratoria de herederos conforme a su tesis. El Juez, vuelve a re petirlo, no juzga ahora si la resolución de fs. 258 es de la naturaleza de aquéllas que, una vez consentidas, no pueden modificarse, porque llevan en sí el imperio de la cosa juzgada. Y estima, de acuerdo con lo expuesto, que los interesados deben practicar nueva liquidación, ajustándose a la declara 258, la liquidación claración allí formulada. del impuesto de herencias debe De otro modo no habría toria de herederos de fs. 258. Profesor Dr Irureta Goyena, 217 y sgts., va a dar los fundamentos doctrinarias que tuvo en cuenta para dictar la sentencia de fs. 258, ya que los fundamentos legales fueron dados en la misma resolución. La cuestión, que se debate está en saber si cuando se opera el derecho de 2') letrado El sentenciador, patrocinante de la en homenaje tesis expuesta al a fs. — trasmisión, tienen lugar dos 163 — más comunicaciones de bienes o a título here Ello ha de resultar del estudia que haremos de los arts. 1039 y 1040 del C. Civil y demás concordantes. Un poco de historia de los insti ditario. referidos, nos llevará a la solución pretendida. Según Laurent (t. IX, Sucesiones, págs. 254 y sgts.) en derecho romano se distinguía entre tutos la relación y la es adquisición de decir, abierta, cuando el la herencia. La sucesión sucesor era llamado a era deferida ella, de manera (delata), que pu adquirirla aceptándola. Y era adquirida (acquisita) cuando entraba en el patrimonio de aquél que había sido llamado, para lo cual era necesario una aceptación, que se Hamaba adición. Cumplida la adición la herencia era adc[uirida y quedaba en el patrimonio del sucesor. Pero había excepciones a esta regla general y era para aquellos herederos que la ley consideraba ne cesarios, los cuales adquirían la sucesión de pleno derecho desde la muerte del causante. En este caso la delación y la adquisición se confundían. Claro Solar (De la Sucesión por causa de muerte, t. 13 de su Obra y I de las Sucesiones, págs 42 y sgts ) enseña que, en derecho romano- los herede diera . ros se dividían voluntarios . en . dos clases : Los herederos necesarios y los extraños o en posesión de la herencia en el El heredero necesario entraba momento mismo de la muerte del de persona de éste, lo quisiera o no lo de herederos permanecían extraños La ley imponía la herencia a los cujus y continuaba inmediatamente la quisiera. Mientras que la segunda clase a la herencia hasta tanto la primeros se la ofrecía a los aceptaran. segundos. dos grupos : los determinadas "sui et necessarii" suyos y necesarios, que eran los que estaban bajo la patria potetad o potestad marital; y los denominados "necessarii" simplemente, que eran los siervos, que estaban bajo la potestad dominical, a quienes el difunto Los herederos necesarios se otorgado su libertad gravada, a estas dos clases había dividían y en la herencia estaba muy les hacía muy onerosa la misma, por lo cual el Pretor concedió primeramente a los sui et necessarii el derecho de separación de patrimonios, con lo cual podían hacer valer también sus créditos contra la herencia. Los "haeredes voluntarii" herederos extraños o por pura generosidad. Si de herederos se eran libres de adquirir la herencia o no, pero era necesario un de ellos que indicara la voluntad de ser herederos, "adire haereditatem" Según Laurent (op. citada) la herencia deferida, en tanto ella no era adc[uirida por medio de la "aditio" quedaba vacante (jacens) en el sentido de que ella no tenía dueño. La herencia vacante, según algunos intérpretes, era considerada una persona moral que representaba al difunto y por una sin gular ficción, la herencia era propietaria de los bienes hereditarios y la tras mitía al heredero en el momento de la adición. Laurent rechaza esta tesis por demasiado absoluta, diciendo que ésto jamás entró en el pensamiento voluntarios, acto de un jurisconsulto romano Que la ficción existía y tenía un fin especial : adquisiciones por intermedio de los esclavos hereditarios. Solar (op. cit,, págs. 54 y sgts.) afirma que, dado el rigor cíe los facilitar ciertas Claro . — principios nada 164 - el derecho romano, la delación no hacía entrar del heredero, y para que la eventualidad fuera una patrimonio era necesario un acto de adquisición de éste, que se verificaba por establecidos en el en realidad, medio de la adición, salvo los casos exceptuados a que hemos hecho referen No se podía transferir por testamento una herencia simplemente defe cia. rida y la sucesión universal que tenía por objeto el comprender las herencias deferidas. Antonio Gómez patrimonio no podía (t. P, cap. 9, De Claro Solar, expresa que "Re trasmissione haereditatis, N' 1), citado por gularmente la herencia no adita por el heredero durante era su vida no es tras herederos, sino que es como si no hubiera sido deferida" Esto lo que consagraba expresamente la constitución de Justinianus del año mitida a los 534. El mismo Claro Solar "Como todos los imposibilidad las excepciones a este principio y dice: del Derecho Civil, éste relativo a la los herederos del derecho a una herencia no enumera principios rigurosos de trasmisión a adita por el de cujus en vida, experimenta algunas excepciones que daban Una de estas era la que tenía lugar ex como resultado dicha trasmisión. cuando el de cujus se hallaba en el caso de in restitutionis, integrum capite de la restitución in integrum contra la repudiación o la omisión de una su cesión y fallecía antes de haber sido restituido, trasmitía a sus herederos el derecho de obtener esa restitución, lo que implica el derecho de poder aceptar la_ sucesión repudiada u omitida Otro caso era el de la trasmisión Theodo. que alude la constitución de Justinianus citada. Para salvar los in convenientes c(ue presentaban las leyes Julia y Papia Popea, que impedían a los herederos adir la herencia antes de la apertura del testamento, ante' siana a apertas tabuláis, Theodosio II permitió a los hijos (en general a los descen instituidos por un ascendiente, si morían antes de abrirse el testa mento, trasmitir el derecho de herencia que les era deferido a sus herederos descendientes, aunque murieran sin haber tenido conocimiento de la dela dientes) ción. Finalmente Justinianus estableció que el derecha de trasmisión para aceptar repudiar la herencia, pasaba al heredero, en general si la persona a quien se había deferido la herencia, moría antes de la expiración del plazo para deliberar o en el año a partir de la apertura de la sucesión, con tal Como norma general, si que hubiera tenido conocimiento de la delación" gue Claro Solar, los jurisconsultos y glosadores del derecho romano, esta blecieron que, fuera de los casos de excepción ya indicados, la trasmisión sólo podría tener lugar ex potentia suitatis ex potentia sanguinis y ex capite juris deliberandi. Se producía la primera cuando una persona moría dejan do un hijo suyo que se hallaba bajo su patria potestad, pues si tal hijo fallecía, trasmitía a sus herederos la herencia de su padre que ya había sido adquirida, pues en este caso, la delación importaba adquisición. La segunda o efectuaba por virtud y privilegio de la sangre, de los ascendientes a los descendientes, y si éstos morían sin haber aceptado la herencia la trasmitían a sus descendientes ya ganado, ya solamente extraño, a quien se defería la se — herencia por testamento la herencia; y trasmitía o 165 — ab intestado moría sin haber hecho adición de cualquier heredero, aunque fuera extraño, si mo posterior a la apertura de la sucesión que se le había de ferido para c[ue declarara si hacía la adición o repudiaba. No se trasmitían en este caso la herencia, sino la facultad de aceptarla o repudiarla, por ¡/c que la herencia no se hallaba en el patrimonio del que moría sin haberla aceptado por cualquier causa, ignorancia de que se le hubiera diferida, que podía ocurrir si él no había solicitado plazo para deliberar. En el antiguo derecha español, la ley 2, tít. 6 de la Partida 6*, disponía: "E si por auentura alguna de los herederos muriese ante que se cumpliesse el plazo cjue les era puesto, ac]uel tiempo que le fincausa después de su muerte deuelo auer Pero si muriese desp'ués del plazo, antes que su heredero para consejarse. se otorgase por heredero, si este atal era extraño, el su heredero non aura derecho ninguno en la herencia sobre c[ue el finado suia tomado plazo para aconsejarse. Mas si aquel que fino, descendiese de liña derecha del testa dor que lo estableció por heredero entonce su heredera puede haber la he rencia, maguer aquel a quien heredaua sea muerto después del plazo que le El autor chileno citado, comentando esta dis fue dado para aconsejarse" la ley distinguía dos casos : si el heredero a quien se posición, expresa c|ue ha dado plazo para deliberar, moría antes que se cumpliera el plazo, su he redero, cualquiera que fuera, gozaba del tiempo que le faltaba para enterar dicho plazo; pero si el heredero se moría después de vencido este plazo, tra tándose de un heredero; y al contrario, lo trasmitía si se trataba de un des cendiente en línea recta de aquél, para aceptar cuya herencia había pedida Y concluye con este comentario : "La ley española no modificaba el plazo pues, las reglas establecidas en el Derecho romano que hacían sustancial diferencia entre las tres causas de trasmisión de la herencia, que constituían excepciones al principio fundamental que no admitía la trasmisión de la herencia o legado que no hubiera sido adida por el heredero o legata/rio aceptándola" El derecho consuetudinario francés, cambia totalmente la faz del problema y en su máxima "Le Mort saisit le vif son hoír le plus proche et habile a succeder", por apócope "Le mort sisit 1 vif" se resume el cam bia fundamental operado con respecto al derecho romano. El muerto toma al vivo y lo coloca en su lugar para que continúe su persona. Desaparece así el período de vacancia de la herencia y desde el momento mismo de la muerte del cujus, la propiedad de los bienes reposa sobre la cabeza del he redero. No es ya necesaria la adición del derecho romano para adquirir la herencia. Esta es adquirida desde el instante mismo que le es deferida, por la muerte del causante. Este principio fué el que pasó con posterioridad a la legislación francesa y el Código dispuso que no solamente la propiedad, sino también la posesión, pasaban de pleno derecho a los herederos, por el sólo efecto de la ley y aún con desconocimiento de éstos. Pero el Código francés exige también una manifestación de voluntad del heredero para que ría dentro del año . a — 166 - declare si acepta o repudia la herencia porque según el mismo, nadie es he no lo quiere (Nul n'est heritier que ni veut), (art. 775). Co'mo veremos más adelante, este principio no es tan absoluto como parece, en la redero si ^legislación comentada. Los comentaristas franceses se preguntan si .esta manifestación de voluntad tiene las mismas consecuencias y características del derecho Laurent romano. la teoría consuetudinaria digo es (op. citada) hablando de la consagración de el derecha francés, dice que los autores del Có del derecho romano, estableciendo el principio contrario, en se apartaron decir, la trasmisión de la herencia de pleno derecho y en virtud de la que el antes. Es así que el Y agrega: "Sucede lenguaje jurídico sobrevive a las ideas que expresaba Código habla ahora de adición de la herencia (art. 770). Esto sería una herejía si se entiende esta palabra no puede ser cuestión de adquirir la herencia en el sentido romano; por una adición, porque ella es adquirida en virtud de la ley, desde el instante de la apertura de la sucesión", Planiol y Ripert, (Tratado Práctici de D. Civil, t. 4, pág. ,305) desarrollando el principio de que la opción hecha por el heredero debe ser siempre pura y simple y no condicionada o a tér mino, expresa: "Ese carácter de la opción no es solamente tradicional en principio y de aplicación esencial para la claridad y la fijeza de las relacio ley. a veces creadas por la trasmisión hereditaria; es forzoso si se tiene en cuenta que la trasmisión hereditaria se verifica por ministerio de la ley misma y que la opción no es más que la facultad qiie se da al heredero\de confirmar o nes anular (confirmer ou los d'infirmer) de la efectos ley" El heredero puede optar entre aceptar la herencia pura y simplemente bajo beneficio de inven tario, o repudiar la herencia. Baudry Lacantinerie et Wahl, (t. 2, Succesion, pág. 4) dicen que cualquiera sea el sentido de la opción hecha por el heredero, la determinación que éste tome se retrotrae al día de la apertura de la sucesión, como consecuencia de lo dispuesto por los arts. 777 y 785 del Código Francés, que establecen que los efectos de la aceptación se re trotraen al es día de la apertura de la sucesión y que el heredero que repudia no haber sido jamás heredero. Dicen que se pretenden opo considerado al texto de la de la otra y c^ue se pretende también que legislación diferentes, puesto que "disponiendo la primera que el efecto de la aceptación se retrotrae al día de la apertura de la sucesión, semeja presentar la aceptación como una con dición suspensiva de la "saisine" condición que una vez cumplida, tendrá efecto retroactivo al día de la apertura de la sucesión, por aplicación del art. 1179 de manera que se puede inferir que el heredero es "saisi" bajo la condición suspensiva de su aceptación. Con arreglo al art. 785, al contra rio, el repudio parece ser una condición resolutoria de la "saisine", diciendo ner una disposición ellas han sido tomadas de dos sistemas de , que "el heredera "hace entender muy claramente que el antes de su aceptación, puesto ficción para que él sea que considerado después como de no su sucesor renuncia es es heredero necesaria habiéndolo sido jamás. El una sUr — cesor seria, pues, toria de su con arreglo repudiación; esta !67 al art. solución - 785 "saisi" se apoya, bajo la condición resolu además, sobre el art. 811 vacante, sino después de la renuncia que de los herederos y sobre los arts. 843 y 845 que someten a colación a todo Los autores citados rechazan estas dos no ha renunciado" heredero considera no una sucesión como que hipótesis expresando que esos dos textos legales son la consecuencia de un solo -y mismo principio, a saber, que por una ficción del derecho, el heredero, que, en el hecho, siempre tomará un plazo prudencial para decidirse después de la apertura de la sucesión, será reputado haber optado en este mismo momento. El argumento que se extrae para sostener la primera hipótesis, pierde todo su valor si se considera que el principio se aplica tanto a la aceptación pura y simple, como a la aceptación bajo beneficio de inventario y que aceptado ese fundamento, en este último caso, el heredera lo sería bajo beneficio de inventario solamente desde el momento de su aceptación, hasta cuyo momento él habría tenido la calidad que le atribuye el art. 724 de representar al difunto y ser tenido ultra vires con respecto a las deudas Termina exponiendo su criterio diciendo que como la ley atri sucesorias . a los herederos la doble "saisine" de la propiedad y de los bienes hereditarios, y c^ue la atribuye sin condición, supone que el sucesor es heredero de pleno derecho antes de toda aceptación y salvo la resolución de su título si él repudia; y que la retroactividad de buye de la de pleno posesión derecho aplica tanto al heredero beneficiario como a cualcjuier otro, tengan posesión de los bienes, dado cjue la ley se expresa en térmi Resulta de todo lo ex nos generales y no se concibe ninguna distinción. puesto que el derecho francés ha adoptado estos principios : cjue nadie está obligado a aceptar una sucesión que se le defiere : que la aceptación tiene efecto retroactivo al día de la muerte del cujus y que el que repudia se con sidera no haber sido jamás heredero. Consecuente con estos principios, dice Claro Solar (op. citado, pág. 50) que es necesario una manifestación de voluntad para ser heredero o no serlo, ya que no hay herederos necesarios y el que es llamado a la sucesión puede aceptarla o repudiarla. Con respecto al carácter que tiene esta aceptación, transcribe la opinión de Laurent que dice: "He ahí, en apariencia, la teoría del derecho romano en lo que con cierne a los herederos llamados extraños o voluntarios; no llegan a ser he rederos sino por la adición, es decir, por la declaración de su voluntad de ser herederos. Nuestro Código exige también una aceptación del sucesor ser heredero y si no lo quiere, una renuncia. ¿,No es la adición que quiere del derecho romano? No; el Código introduce una derogación esencial al derecho romano al reclamar que la propiedad y la posesión de la herencia son trasmitidas de pleno derecho a los herederos legítimos. Resulta de este nuevo principio que en el momento qtie el heredero acepta la herencia, o, para decirlo mejor, el derecho hereditario está ya en su patrimonio; ésto es tan cierto que si se muere, trasmite su derecho a sus herederos, los cuales la aceptación o no se la 168 — o repudiar ¿En qué consiste, en consecuencia, el derecho hereditario? En la facultad que tiene el heredero de aceptar o repudiar la sucesión que le es trasmitida por la ley. ¿Qué es, pues, aceptar una sucesión? Es confirmar la trasmisión que se ha operado en virtud de la ley En ese sentido dice el Código que la aceptación se retrotrae al día de la apertura podrán aceptar quiere decir ésto que sea por la aceptación que el here propiedad de la sucesión; la tiene ya en virtud de la ley; El su voluntad no interviene sino para confirtnar lo que la ley ha hecho como derecho su en la no romano; herencia, adquiere, pues, aceptación, por la adquiere en virtud de la ley en el momento de la muerte del de cujus" Estos son los principios fundamentales incorporados a nuestra legislación positiva por el art. 1039 del C. Civil. Difiere en algo esta disposición con la redacción dd su similar francesa, como lo hace notar Narvaja en su "Fuen de la sucesión. No dero adquiera la . tes, Notas y Concordancias", del C. gatarios de acuerdo con cierta Todos los herederos y los le legislación, adquieren la propiedad de Civil. especie la lay, por la sola muerte del de cujus; y con excepción del Estado, adquieren también la posesión, todos los herederos. No la tienen los legatarios citados, ni la tenían tampoco los hijos naturales cuando con currían con hijos legítimos, hasta que fué derogada la disposición por la ley N' 5.391 de 25 de enero de 1916. En la legislación francesa hay here deros que no tienen la posesión de pleno derecho y deben pedirla judicial mente. Por eso los autores franceses, en su casi totalidad, relacionan la "saisine" con la posesión y no con la propiedad. Hay herederos que adquieren la propiedad de pleno derecho y deben obtener la posesión. Y hay herede que tienen la Planiol y Ripert en nuestra posesión y no son propietarios. Estudiando este Instituto, (t. 4, op. cit., pág. 253), sostienen cj:ue la "saisine" no tiene ninguna relación con la trasmisión de la propiedad y que no es tam poco la trasmisión de la posesión de los bienes hereditarios. Y llegan a esta sutilísima definición de la "saisine" : "Es la autorización legal, para actuar de pleno como poseedor de la herencia", o también como "la investidura le gal de la posesión de la herencia'' Con arreglo a los principios establecidos por el art. 1039 de nuestro Código, muerto el causante, la propiedad y po sesión de la herencia pasan ipso jure, a sus herederos sin necesidad de nin gún acto o hecho. Viene después un período indefinido de expectativa, o más bien de deliberación, dentro del cual el heredero debe resolver qué ac titud tomará y definirá su opción. Si opta por la aceptación beneficiaría, los dos patrimonios quedan separados. En ambos casos la situación de esos patrimonios debe considerarse con efecto retroactivo a la fecha del falleci miento del de cujus. Pero esta aceptación, tanto pura y simple, como bene ficiaría, no es la que hace radicar el patrimonio del causante en el heredero, porque por disposición de la ley, como ya lo hemos estudiado, se radicó desde el momento mismo de la expiración del dueño. La aceptación no hizo más que confirmar lo que la ley dispuso. No se adquirió la herencia por la ros 169 ~ ~ ten aceptación, porque no existe la delación en nuestro derecho y porque no dría sentido entonces la disposición del art. 1039 si se la quisiera inter pretar de otra manera. Si se repudia la herencia por el heredero, la ley, por una ficción que ella creó, borra todo lo hecho y considera que no pasado nada; que el heredero no ha sido tal heredero y llama al c[ue debe ocupar su lugar. Laurent (op. cit., parág. 212), dando los fundamentos de la teoría consuetudinaria de la aceptación de la herencia, sostiene que la teoría romana es más jurídica que la nueva, porque no se concibe casi que la propiedad pase al heredero sin un acto de voluntad del que deba adqui medio de ha rirla; y que la adición es ese Pero los acto de voluntad. romanos admitían excepción importantísima a la adición y era con respecto a los herederos necesarios de quiénes los hacía herederos a pesar de ellos, no ad mitiéndoles el repudio ni la m.anifestación de voluntad de aceptar la heren cia. Esta pasaba de pleno derecho a los herederos sin más requisitos. Si más jurídico era el instituto de la adición, más justo y equitativo es el ins tituto que configura el art. 1039 de nuestro Código y se adapta más a las concepciones modernas del derecho. Nuestro legislador tomó los principios de la legislación francesa, pero consagró el principio absoluto de la libertad de aceptar o repudiar la herencia (art. 1051 del C. Civil) que no la tienen también una los franceses cuando se trata de derecho de trasmisión, como lo veremos enseguida Ahora bien : si fallece el heredero sin haber hecho la, opción, ¿ qué pasa? Entonces entra en función el art. 1040 del C. Civil. Conviene ano tar, sin embargo, antes de entrar al estudio de ese nuevo instituto llamado "derecho de trasmisión", cual era la situación del patrimonio que el here dero había recibido de su causante. "A" fallece y su herencia pasó de pleno derecho a "B" quien fallece con posterioridad sin haber hecho manifestación alguna de voluntad. El patrimonio de "A" con arreglo al art. 1039 ya está en el de "B" de pleno derecho. Pero "B" tenía el derecho de aceptar o no la herencia y es ese derecho el cjue trasmitQ a sus herederos con arreglo . al art. 1040. Por el hecho de haber muerto sin haber hecho manifestación de voluntad "B", ¿queda sin efecto la disposición del art. 1039? Jamás. Nadie puede sostener semejante herejía jurídica. El patrimonio de "A" está ya radicado en el de "B" Al fallecer éste sin haber hecho manifesta ción alguna, pasa, de pleno derecho a sus herederos todo su patrimonio que es el que recibió de "A" y el suyo propio, no pero confundidos aún; y pasa también el derecho de aceptar o repudiar la herencia de "A" porque es uno de los tantos derechos que tenía "B" a su favor. ¿Cuál es el objeto, enton ces, de la disposición del art. 1040, si el derecho de trasmisión es uno de los tantos derechos borrar la tradición según las patrimoniales del causante? El circunstancias, de los herederos necesarios. Los arts. tido, armonizan objeto principal es el de que determina que si fallecía sin haber aceptado, no trasmitía nada a sus herederos, salvo el caso romana entre sí y son 1039 y consecuentes 1040, tomándolos con los principios en ese sen que ya hemos fijado. Para aceptar la tesis contraria, la sustentada en este expediente por el letrado patrocinante de la sucesión, tendría la ley que haber establecido una disposición especial, creando otra ficción por la cual se entendiera que fallecida un heredero sin haber aceptado o repudiado, se consideraba que la herencia no había entrado en su patrimonio. No sólo armonizan entre sí esas dos disposiciones, sino que están en completa armonía con muchas otras disposiciones del Código que regulan la trasmisión sucesoria, y con los prin cipios esenciales que las fundamentan. Así vemos, por ejemplo, c[ue nues tro C. Civil, ha establecido como reglas fundamentales las siguientes: a) son incapaces de adquirir por causa de muerte, los que no estuvieran conce bidos al tiempo de abrirse la sucesión, o, aunque concebidos no nacieran via bles (arts. 835, 1012 y 1038 del C. Civil; b) la aceptación y la repudia ción de la herencia son indivisibles y no pueden hacerse sólo en parte (art. 1052, inc. 2). Para no hacer más extensa esta historia de los institutos, no damos aquí los fundamentos de estas disposiciones, c[ue son demasiado co nocidos por los expertos en derecho y que son básicos para la estabilidad de los patrimonios sucesorios. La ley consagró esos principios y fijó acto seguido los casos en que no regirán cuando entra en juego el instituto de la trasmisión, diciendo, en el primer caso (art. 1038) que cuando se sucede por derecho de trasmisión, bastará existir al tiempo de la apertura de la sucesión de la persona por quien se trasmite la herencia o legado; 'y en el segundo caso establece cjue si la herencia deferida a una persona se trasmite herederos, conforme al art. 1040, puede cada uno de los trasmisarios o repudiar su cuota. Además, por el inc. 2' de este artículo, dispu so, que no se puede ejercer ese derecho sin aceptar la herencia de la persona que lo trasmita. Vayase viendo como es de lógica la ley consigo mismo y cómo van armonizando sus disposiciones entre sí. No puede heredar el que no exista jurídicamente, pero cuando hay trasmisión, basta que exista en a sus aceptar el momento del fallecimiento del trasmisario. blema que En el fondo es el mismo pro aplica porque el heredero del trasmisario no va a heredar di rectamente al primer causante, sino al suyo propio. Y en el segundo caso no hay tal división de la aceptación o repudio por los herederos, porque cada uno está ejerciendo un derecho en la sucesión de su causante, para la cual la ley sí, dijo expresamente que debía aceptarse a fin de poder ejercer el de recho de aceptar o repudiar la herencia trasmitida. No son excepciones las que establece la ley, sino la afirmación del mismo principio proclamado con fundamento de los institutos y que tienden a aclarar los problemas suscita dos en diversas legislaciones con motivo de la confusión reinante entre los tratadistas y jurisconsultos. Nuestra ley, en muchas de sus disposiciones, ha resuelta los problemas con mayor claridad que otras legislaciones, apro vechando la experiencia ajena. Uno de ellos es el que consagra la libertad absoluta de aceptar o repudiar (art. 1051 del C. Civil). Este principio estambién consagrado en la ley francesa en el art. 775, que establece: "Nul se — n'est — d'accepter une succesion qui luí est echué". Pero el Código, establece que cuando una herencia deferida a tenn mismo es 171 trasmitida a los herederos de éste que aún no art. 782 del una persona ha hecho manifestación de voluntad, todos los herederos deben aceptarla o repudiarla, y si no se ponen de acuerdo se entenderá que la aceptan bajo beneficio de inventario. Los franceses critican esta porque dicen que va contra la li 775 y que no tiene razón de ser. El art. 1073 tomado también del 782 francés, ha consagrado la ver dadera doctrina, eliminando la objeción apuntada, al establecer, sin distin ción alguna entre herencia deferida y herencia trasmitida, que "si son varios autores disposición bertad por el art. los herederos y no aceptarán los que hay acuerdo entre ellos sobre la aceptación de la herencia, quieran, y los que no, repudiarán; pero los que acepten consagrada del C. Civil, lo harán por la totalidad. "Si el desacuerdo recae únicamente sobre el modo de la aceptación, todos ellos serán obligados a aceptar con beneficio de inven tario" Con este inciso aceptación o la segundo repudiación, sino acuerdo entre los tiene, contra la sucesores opinión opera el derecho de no se lesiona la libertad de optar entre la que se regula la primera cuando no existe sobre el modo de aceptarla. El sentenciador sos del profesor Irureta Dr. trasmisión, existen dos o Goyena, que cuando más sucesiones bien se definidas, según hayan muerto dos o más causantes, sin aceptar la herencia. Y su opinión ya fundada anteriormente, está apoyada por eminentes tratadistas. Laurent (t. 9, pág. 80) comentando esta posición jurídica, se expresa de esta manera: "Se dice comúnmente c[ue hay tres maneras de suceder: de su causante (de son chef), por representación y por trasmisión (cita a Toullier (t. II, 2 p., 112, N' 188), como adoptando esta división. Esto no es exacto. Aquéllas que recogen una sucesión por trasmisión no .suceden. Cuando el difunto que se las trasmite ha muerto después de haberla acepta do, ya no hay sucesión es un patrimonio único que pasa a los herederos. En ese patrimonio se encuentran, es cierto, los bienes recogidos por el difunto en la sucesión de aquél a la cual fué llamada; pero esos bienes no forman más que ha una dejado sucesión, porque se han confundido herederos. Estos con llamados los otros bienes que él la herencia del abuelo, padre Es lo mismo si el padre ha muer to antes de haber 'aceptado la herencia; él igualmente ha sucedido; luego es imposible que sus descendientes sucedan. No hay más diferencia entre la segunda hipótesis y la primera, que ésta: en un caso, los descendientes recojen los bienes de su padre, mientras que en el otro ellos son aún litures ellos son a sus llamados a la' herencia del no son a . de aceptar la sucesión o repudiarla" "La trasmisión no es, pues, un modo de suceder. Ella difiere, desde todo punto de vista, de la representación. La trasmisión supone que aquél que trasmite la herencia ha sobrevivido y es porque ha sobrevivido que ha sucedido y que él trasmite la sucesión a sus herederos. En tanto que no se representa a las personas vivas, la represen tación tiene por objeto poner a los representantes en el lugar que hubiera 1T2 — ^ ocupado aquél que ha pre-muerto. De ello resulta, sucede al representada, no es su heredero; sucede la herencia del cual en aquél que llamado por el beneficio de la ley. Al contrario, herencia por trasmisión, sucede al heredero 'que la la trasmite; él no tiene, pues, derecho a esta sucesión, más adquiere , recoge y que que el representante no al difunto directamente se es una como causa-habiente de aquél que la ha adquirido Es to .supone que aquél que recoge una sucesión por trasmisión, acepta la he rencia en la cual esta sucesión está comprendida" Y para afirmar más la tesis expuesta, transcribiremos otra opinión concorde con la anterior, ex indirectamente, que . puesta por Baudry Lacantinerie y Wahl (t. 2, Succesiones, p. tación repudiación o por los "El derecho hereditario sión)" do por la -.Si pues, del heredero sucesores fija se (sucesión 77) : "Acep por 'trasmi sobre' la cabeza del heredero designa 711) i después el instante mismo de la apertura de la -sucesión (art. ley, él muere, aunque no tuviere más que un instante de razón en de esta apertura, él trasmite su derecho hereditario a sus propios herederos se los trasmite tal cual le pertenecen por consiguiente con el derecho y él • de opción qui y est attache, si él no lo ha ejercida aún. Estos pueden, pues, aceptar ya sea pura y simplemente bajo beneficio de inventario, o ya repu.diár lá Sucesión trasmitida.' Esto es lo que decide el art. 781, así concebido: "Lofsque sans .ou celui a qui succesion est ecue, est decede une sans Tavoir repudiee l'avoir acceptee expresement ou tacitament, ses heritiers peuvent ou la repudier deson chef" Esta regla deriva del antiguo derecho í'accepter aplica la "saisine" El heredero, habiendo "saisi" por -efecto mismo morir sin que su derecho se extinga; pero es probable que ':se termine por extender esta regla a los herederos no "saisi" en todos los casos ella se aplica a ellos hoy día, como nosotros lo hemos visto" (v. par. a .y se del deceso, puede El casó que nos ocupa es comúnmente designado bajo el nombre de ■sucesión por trasmisión, porqué los herederos del -sucesor fallecido ejercen un "derecho hereditario deferido a su autor y trasmitido -por éste a ellos. -819): :Pero "se cae en 'error ."tesión particular y si se cree distinto, que \a trasmisión pues ,den; ellos .--pues el heredero del" difunto. ejercen -representante es grado que riü' -la, representación -ún -.■' : :P): - de Otro del un modo de heredero no su- suce- AUTOR-; EL heredero no es, el caso de 'la representación. El su es y la trasmisión:-, 'Se sucede por brevivído al de derechos constituye herederos verdaderamente heredero; es "el que sucede ascendiendo a es "el suyo" "De ahí surgen una serie de diferencias entre .llecida." Al contrario, - los los cu se representación del de cujus sucede por trasmisión de de una una persona preJa- persona que ha so- j üs ;' El representante debe colación de lo que él "ha" recibido personalciijus a título gratuito, porque él es su heredero' "y la colación :se"debfe por toda 'persona que tiene la doble calidad de donatario y heredero. •- 2")- -mente delde 173 - — Al contrario, aquél que recibe una sucesión por trasmisión no debe la cola ; ción de lo que él ha recibido personalmente del de cujus"; 3'') -Se le puede representar en la sucesión de la cual se ha renunciado . o de la sucesión de la cual ha sido excluido como indigno. , . Al contrario, no sucesión por trasmisión sino a condición de aceptar la sucesión del heredero al cual ella ha sido deferida, de no- haber sido descar se puede tado recibir una indigno; 4^) No se puede suceder cebido después del fallecimiento como trasmisión, es por representación, cuando se ha sido con del causante ; al contrario, para suceder -por suficiente estar concebido en la época del fallecimiento del he redero ; 5') Aceptando ó repudiando una sucesión a la cual es llamado por re presentación, no se acepta tácitamente la sucesión del representado, mientras que aceptando o repudiando la sucesión trasmitida, se acepta tácitainente la sucesión de aquél a quien, ella ha sido deferida; 6')' El art. 782 no se aplica a la representación'; 7"^) La representación no tiene lugar' más que en las líneas directas colaterales descendientes La trasmisión tiene lugar eñ todas las lineas ; y 8') Sólo los descendientes del heredero pre-fallecido, pueden represen tarlo; todos los sucesores del heredero post fallecido, pueden suceder por ' . trasmisión" Se ha visto cómo ha ido evolucionando el derecho desde la época ro hasta nuestros días, en esta materia, y que nuestra legislación tiene fuente más inmediata en el derecho francés y no en aquél. Sin embargo, mana su el art. 1040 de nuestro Código chileno, que está así redactado a la sucesión no han : prescripto, ha sido tomado casi "Si el heredero fallece antes de a la letra del 957 legatario cuyos derechos haber aceptado o repudiado o le ha deferido, trasmite a sus heredero'S el de recho de aceptar dicha herencia o legado, aún cuando fallezca sin saber que No se puede ejercer este derecho sin aceptar la herencia se le ha deferido. la herencia o legado que se de la persona que lo trasmite" Cotejado nuestro artículo con éste, vemos legislador suprimió palabra legado del lugar en que hemos subrayado. Narvaja (op. citada) no trae referencias a este artículo, que llevaba antes el N' 1002 "Sine annotatio" en su expresión. .No se justifica la supresión en nuestro C. Civil y debe entenderse que ha habido omisión involuntaria al transcribirlo. La redacción chilena es la justa. La teoría sus tentada por el Dr. Irureta Goyena en su indicado escrito, encuentra perfec tamente dentro de la legislación civil chilena, que no tiene, como la nuestra, el instituto configurado en el art. 1039 del C. Civil. La herencia o legado no pasa de pleno derecho a los sucesores del causante, como en nuestro de recho. El art. 956 del C. Civil chileno, dice que "La delación de una asigna ción es el actual llamamiento de la ley a aceptarla o repudiarla" El art. 953 define "las asignaciones por causa de muerte" las que hace la ley o el que nuestro la persona difunta, para suceder en sus bienes; y el art. 954 las "asignaciones a título universal" y "legados" las he "La delación es una oferta que requiere la con "título particular" ""testamento de una llama "herencias chas a a firmación del asignatario; si acepta, será tal asignatario desde que la asigna ción le es deferida ; si en lugar de aceptar la asignación, la repudia, no habrá sido asignatario ni lo será", así se expresa Claro Solar (op. cit., pág. 53) pasando de pleno derecho por la muerte del causante, la propiedad y po sesión de los bienes a sus herederos en el derecha chileno, podría quizá jus tificarse la tesis jurídica del Dr. Irureta Goyena dentro de esa legisladón, diferente pero no en el nuestro cuya posición es muy No " . Por tales fundamentos y los expuestos por el Sr. de Primer Turno, a fs. 276 y sigts. ; Fiscal de Hacienda ' No hacer lugar a lo pedido a fs. 274 vta., mandando la vez, que liquidación definitiva del impuesto de herencias, se haga de acuerdo con la declaratoria de herederos de fs. 258 y a la pedido por el Sr. Fiscal de Hacienda a fs. 265 vta. y corríjase la foliatura de este Se a resuelve: su expediente desde fs. 267 en adelante. — Ángel de la Fuente.