Jurisprudencia

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156
-
-
Jurisprudencia
Diferencia
entre
representación
y trasmisión
Dictamen del Sr. Fiscal de Hacienda de Primer Turno, doctor Raúl Moretti
Sr.
Juez:
En
su
dictam,en de fs.
251,
En la sucesión de don
P)
tíos
este
Ministerio, expresó:
Juan Cominotto, debían
declarados he
ser
Paulina y Zaira, y paternos : María Magdalena
Teresa,
exclusivamente,
y
pues los hijos de los tíos pre-fallecidos, no pue
den concurrir ni por derecho propio (C. Civil, art. 1028, inciso 2), ni por
rederos
sus
derecho de
:
maternos
:
representación (C.
Civil art.
1021).
En la sucesión de María Cominotto, fallecida ésta el 13 de enero
de 1947 antes de aceptar la herencia de don Juan Cominotto,, debían ser
2")
declarados herederos
nos, por
derecho de
3')
ría
sus
hermanos
:
María
Magdalena
y Teresa y
y
sus
sobri
representación.
En la sucesión de Teresa Cominotto le suceden
Magdalena
sus
su
hermana: Ma
sobrinos, po.r derecho de representación.
interesados, por intermedio de su representante, en el escrito de fs.
afirman que Teresa y María Cominotto no pueden revestir la calidad
de herederas de don Juan Cominotto; como éstas tramitieron su derecho
Los
253,
de aceptar o repudiar la herencia, deben ser declarados herederos de don
Juan Cominotto los sobrinos de ellas, declarados herederos en sus
sucesiones,
por derecho de
representación.
respectivas
según esta opinión,
derecho propio ni por derecho
Por tanto
los sobrinos que
no pueden concurrir ni
por
representación, concurren por derecho de trasmisión.
El M. Público, en su dictamen de fs. 255, expresa que don Juan Co
minotto (primitivo causante) es heredado directamente por el sucesor
(los
sobrinos) del heredero fallecido (María y Teresa Cominotto) en mérito al
de
derecho de transmisión establecido por el art.
1040 del C. Civil.
—
san,
con
—
su sentencia de fs. 259, afirma:
heredero sin haber hecho manifestación de aceptar o
los derechos que, según el art. 1039, están en su patrimonio, pa
la misma calidad a sus herederos, a quienes la ley les confiere el
El Sr.
Juez,
"Al fallecer
repudiar
157
en
un
derecho de aceptar o repudiar la herencia trasmitida,
tado la herencia dejada por su causante"
"Si acepta
miento del
o
primer
repudia
el acto
causante,
jurídico
si
como
ese
se
siempre
retrotrae
a
que
haya
acep
la fecha del falleci
derecha, hubiera sido ejercido por
el trasmisor"
"Existen dos trasmisiones hereditarias
perfectas,
de acuerdo
con
el art.
1039 del C. Civil y un derecho de aceptar o repudiar la herencia cuando un
heredero ha fallecido sin hacer manifestación de voluntad en ese sentido"
"Los descendientes de los tíos están excluidos de la
acuerdo
con
enunciado
el art.
1021 del C.
Civil.
precedentemente, corresponde
representación,
de
Por lo tanto y con arreglo a Ip
modificar las declaratorias de he
rederos, conforme lo aconseja el Sr. Fiscal de Hacienda de Primer Turno.
Ministerio solicitó que los interesados
respectivas liquidaciones de impuestos, de acuerdo con las
declaratorias de herederos, (fs. 260 vta.). Y presentada la relación
Consentida
esa
sentencia,
este
formulasen las
nuevas
liquidación del impuesto, el Fiscal insistió en que se prac
liquidaciones de acuerdo a la sentencia de fs. 258.
Los interesados en el escrito en vista dicen que no son procedentes las
observaciones de esta Fiscalía en cuanta tienden a fragmentar una trasmi
sión hereditaria única, obligando a formular inventarios y liquidaciones de
impuestos especiales para las sucesiones de doña María y doña Teresa Co
jurada
de bienes y
ticaran las
minotto
.
La sentencia de fs. 258
en la que se hicieron las
correspondientes de
claratorias de herederos, de acuerdo al dictamen de esta Fiscalía, fué
pro
nunciada con la intervención de los interesados
fs. 253
y del M.
fs. 255
Público
quienes, en sus respectivos escritos formularon su
—
,
—-
—
—
a la pretensión del M.
Fiscal.
consiguiente, se trata de una sentencia pronunciada en juicio (prin
cipal o incidental) sobre las personas que tienen derecho a concurrir en de
terminadas sucesiones, de la misma naturaleza e igual eficacia
que a diario
se pronuncian en los juicios sucesorios, sobre la relación
jurada de bienes
o sobre las liquidaciones de impuestos.
Esa sentencia, en cuanto ha sido pronunciada frente a todos los intere
sados-herederos M Público y M Fiscal,
con la
oposición, expresa de
los herederos y del M. Público, ha pasado en autoridad de cosa
juzgada,
oposición
Por
.
por lo
menos
en
.
cuanto su
—
.
contenido determina
uno
de los supuestos
de-
158
—
-
de los herederos en las respectivas sucesiones
en que deben
apoyarse las correspondientes liquidaciones de impuestos. Como esa senten
cia fué consentida por los herederos, en este momento del proceso sucesorio,
esa sentencia es inmutable e imperativa, es decir, no puede modificarse en
este proceso (cosa juzgada formal, C. de P
Civil, art. 490, inc. 2°) y su
terminíí,ción
—
se impone autoritativamente, con fuerza de ley (cosa juzgada ma
terial, C. Civil, inc. 3' y 1603) ; de tal suerte que ningún otro Juez puede
contenido
de
conocer
tencia
(ne
fallar de
o
nuevo
bis in
ídem)
nuevo
la contienda
resuelta por
legal
esa
sen
.
O por lo menos, en este proceso sucesorio y en este momento de su
tramitación, cuando corresponde practicar las liquidaciones de impuestos de
acuerdo
con
cidida por
de
sentencia, no es posible plantear de nuevo la cuestión de
decisión, sin perjuicio de c^ue los interesados pudiesen, luego
esa
esa
liquidados
y-
los
pagados
impuestos, formular
contra el
clamaciones que considerasen oportunas y procedentes,
Por lo expuesto, este Ministerio estima que no
Estada las
re
juicio ordinario
corresponde promover
en un
.
nuevo la cuestión a que se refiere el escrito en vista, por cuyo motivo se
debe ordenar que los interesados practiquen las liquidaciones de impuestos
de conformidad con la sentencia por eUos consentida.
de
En el escrito
tesis que enseña
en
vista, el letrado que asiste
Derecho, en
la Facultad de
en
a
los
su
expone la
interesados,
carácter de Profesor de
Derecho Civil, precisamente, de la parte de Sucesiones.
El Fiscal respeta, invariablemente, las opiniones ajenas, aunque no ten
ga la suerte de compartirlas. En este caso, con mayor razón, cuanto quq la
opinión proviene de un eminente Profesor de nuestra Facultad, autor de
un
notable
curso
sobre sucesiones
.
Por eso, el Fiscal
siente
se
un
tanto cohi
bido al expresar una opinión divergente de la que debe ser indudablemente
fruto de muy intensas y prolongadas meditaciones. Por ello, el Fiscal pide
excusas por insistir en su opinión
propia, porque no ha podido convencerse
de los
o
ne
errores
y falacias que
se
le
imputan
en
el escrito
a
la vista.
El Profesor Irureta Goyena funda su tesis en dos razones fundamentales :
"La primera radica en que la adquisición del dominio de la herencia
legado por aplicación de las disposiciones de los arts. 1039 y 937, no tie
carácter definitivo
repudio"
"La
e
irrevocable sino que
puede resolverse mediante
el
.
segunda,
1039 sólo ampara
que
los
a
es
decisiva, consiste
herederos,
en
y la del art.
que la
937
a
disposición del art.
legatarios de "es-
los
—
159
—
mientras que según el art. 1040, confirmado por el art. 936
el derecho de trasmisión es extensivo a todos los legatarios, incluso los de
pecie cierta",
género,
no
no
que
únicamente
adquieren "ipso jure"
una
acción
o
derecho
propiedad de
personal contra
la
los bienes
legados,
si
el heredero para exi-
£Írle el pago".
Según el art. 1039 del C. Civil, por el hecho solo de abrirse la sucesión,
propiedad y la posesión de la herencia pasan de pleno derecha a los here
deros del difunto, con la obligación de pagar las deudas y cargas hereditarias
Si un heredero fallece antes de haber aceptado o repudiado la herencia
se
le ha deferido, trasmite a los herederos el derecho de aceptar o repu
que
diar dicha herencia, (C. Civil, art. 10.40).
En la sucesión del trasmitente, se encuentran los bienes trasmitidos por
el causante originario, de acuerdo con el art. 1039, puesto que ningún acto
del trasmitente, cumplido posteriormente a la muerte del causante originario,
ha impedido que se produjeran los efectos enunciados por el art. 1039..
Pero, los herederos del trasmitente pueden impedir que esos efectos sean
irrevocables y definitivos. ¿Cómo? Por medio del ejercicio del derecho de
aceptar o repudiar que les ha trasmitido su causante, de acuerdo con el
la
.
1040.
art.
Si el trasmitente hubiese
rederos
no
aceptado la herencia de su causante, sus he
podrían repudiarla separadamente, (C. Civil, art. í052, inc. 2")'.
En la sucesión de
su
causante, los herederos del trasmitente encuentran
originario y el derecho de aceptar o de
los bienes heredados por el causante
repudiar
esa
herencia.
Por
esa
decisiva razón, los herederos
no
pueden ejercer
ese
derecho de
aceptar la herencia, sin aceptar la herencia de la persona que les trasmite' ese
derecho, (C. Civil, art. 1040, inc. 2»), porque
si no
que correspondía al causante
recho
no
—
—
,
se
se
le
puede ejercer ese de
adquiere, mediante la
de la herencia en que ese derecho se encuentra.
Cuando los herederos del trasmitente han
aceptado la herencia deferida
por éste, por medio del ejercicio del derecho trasmitido
de aceptar o re
deciden, en forma irrevocable y definitiva, si los bienes que se en
pudiar
cuentran en la sucesión de su causante, en virtud de lo
en el art.
aceptación
—
—
dispuesto
1039,
se
deben
o
no
considerar
como
parte de la sucesión de éste,
es decir,
originario al
parte integrante
los herederos deciden si los bienes trasmitidos
por el causante
causante trasmitente, serán o no heredados
por ellos, como
de la sucesión de
Se insiste
mite la
en
herencia,
El Fiscal
no
causante inmediato.
decir que, en el caso previsto en el art. 1040 no
sino el derecho de aceptar o repudiar la herencia.
tiene necesidad de fundar extensamente su'
su
opinión
se'
tras
contra-
160
—
Le basta citar el art.
ría.
del art.
apartado
1040, pues
"Pero si la herencia deferida
gún el art. 1040, puede cada
Por tanto,
dispuesto en el art.
cuota"
que también
se
inc.
1052,
en
a
esa
—
3'^,
cuyo lugar
disposición legal se
a
se
remite el último
dice expresamente:
persona se trasmite a sus herederos,
de los transmisarios aceptar o repudiar
una
uno
se
su
trasmite la herencia, y ésto está en armonía con lo
1039, pero, en virtud del derecho de aceptar o repudiar
se
trasmite, los herederos del trasmitente pueden aceptar
o
re
cuota,
independencia de aceptar y repudiar la herencia del
pudiar
ésta es constituida por bienes no heredados del cau
en
cuanto
trasmitente,
con
su
originario.
sante
En cuanto
a
na, el suscrita se
atribuye
Según
segunda razón invocada por el Profesor Irureta Goye
permite decir que ella no tiene la significación c{ue se le
la
.
el derecho
a
el art.
936,
ellos, desde
De conformidad
en
que
con
los
puros y simples, el legatario adquiere
el testador, y los' trasmite a sus herederos
legados
muere
el art.
1040,
.
los herederos
pueden ejercitar
el de
recho de aceptar o repudiar el legado, en la misma forma que se ha visto
anteriormente. Si aceptan el legado, por esa aceptación ingresa definitivao irrevocablemente en el patrimonio del causante trasmitente, los bienes le
bienes que,
gados,
sante
por el modo sucesión. El cau
de aceptar o repudiar el legado puro y
derecho de crédito (herencia) y trasmitió, además, el
a su
vez,
trasmitente, fallecido
simple,
trasmitió
derecha de
un
adquieren ellos,
antes
o de repudiarlo.
Por eso, el derecho de aceptar o de
repudiar trasmitido según el art. 1040 no cambia de naturaleza, se trate
de aceptar o de repudiar una herencia o legado de "especie cierta" o de un
legado puro y simple, porque en un caso se trasmite la propiedad y posesión
y en otro, la titularidad de un derecho personal.
Aceptada la herencia o el legado de "especie cierta", los bienes que in
tegran aquélla o la cosa cierta y determinada, quedan en el patrimonio' del
causante trasmitente, porque esos bienes ya habían sido adquiridos por él
de pleno derecho, arts. 1039 y 937 del C. Civil. Aceptado el legado puro
y simple, ingresan al patrimonio del causante trasmitente los bienes legados,
cuyo derecho él había adquirido desde la muerte de su respectivo causante,
art.
aceptarlo
936.
Finalmente, el Profesor Irureta Goyena invoca a su favor la retroacti
aceptación.
Efectivamente, María y Teresa Cominotto no aceptaron la herencia de
vidad de la
—
Juan
L.
misarios
Cominotto; quienes aceptan
161
—
son
sus
sobrinos
(y
su
hermana)
tras-
.
Esa
aceptación, es verdad, se retrotrae al día del fallecimiento de Juan
precisamente, porque esa aceptación hace irrevocable y defi
nitiva la trasmisión opera.da de pleno derecho a la fecha indicada, de con
formidad con el art. 1039 del C. Civil. Pero esa aceptación no puede im
portar hacer volver los bienes hereditarios al patrimonio de Juan L. Co
minotto, condición indispensable para que los aceptantes puedan, a su vez,
L.
Cominotto
heredar
a
este causante directamente
como
se
afirma
en
el escrito
en
vista.
si María y Teresa Cominotto ad
simple
de
derecha
la
quirieron
pleno
propiedad y posesión de los bienes de su cau
sante, Juan L. Cominotto, de acuerdo con el art. 1039 del C. Civil, aun
Esta
observación
es
decisiva
:
no
pudieron ejercitar oportunamente el derecho de aceptar o repudiar
herencia, ¿cómo se explica que sus sobrinos y su herma.na puedan he
redar directamente esos mismos bienes en la sucesión de Juan L Cominotto,
que
esa
.
si
esos
bienes están
en
el
patrimonio de María y de Teresa Cominotto o
hereditario de éstas? Si fuese posible demostrar
forman parte del acervo
que esos bienes trasmitidos por el modo sucesorio a María y Teresa Comi
notto, volvieron posteriormente al patrimonio del causante Juan L. Comi
notto, entonces acaso, se podría admitir la posibilidad de que los trasmisarios heredaron directamente al causante originario, Juan L. Cominotto.
Por lo expuesto, el Fiscal, no obstante el profundo respeto que le me
la opinión del ilustrado Profesor de nuestra Facultad de Derecho, in
rece
siste
en
su
quidaciones
observación sobre el modo de
de impuestos de herencias.
—
practicar
las
correspondientes
Sentencia del Sr. Juez Letrado de Primera Instancia
de
en
lo Civil
Quinto Turno
Octubre 10 de
de
fs.
li
RaiU Moretti.
1950.*
Fistos: Para resolución, este incidente sobre
liquidación de impuesto
herencias, promovida por los sucesores de don Juan L. Cominotto a
267.
Resultando
: Que a fs
258 se resolvió la incidencia relativa a la de
herederos, determinando el Juzgado quiénes tenían derecho a
las herencias deferidas por los causantes
Juan Leonardo Cominotto Figari
y María Teresa Cominotto Martrgnan. La resolución fué consentida
por
.
claratoria de
las partes y los Ministerios Público
y Fical.
—
162
—
2') Que a fs. 267 la parte que representa el Sr. Alberto Ghiringhelli,
formula la liquidación del impuesta de herencias, de acuerdo con el
concep
to rechazado por la resolución antes referida, es
a la teoría
decir, con
arreglo
sostenida' por su defensa letrada, que el Juzgado no tuvo el honor de com
partir, sin intentar acción alguna tendiente a modificar la declaratoria de
herederos. El Sr. Fiscal de Hacienda a fs. 276 y sgts. sostiene que existe
juzgada con respecto a la declaratoria de herederos, por haber sido
pronunciada con la intervención de todos los interesados, herederos, Minis
terios Público y Fiscal, y con la oposición expresa de los herederos y del
M. Público, y que esa sentencia, en este momento del proceso es inmutable
e imperativa, es decir, no
puede modificarse en este juicio.
cosa
Considerando:
P) Que
el suscrito
no
entra
a
juzgar
si la resolución
que modificó la declaratoria de herederos es de aquéllas que causan estado,
a pesar de estar consentida por las partes y de haber sido resuelta la inci
dencia
con
blica, pues
oposición
en
esta
de los interesados y la opinión contraria del M. Pú
incidencia no se plantea, por la parte actora, nin
nueva
acción tendiente a modificarla. Sería prejuzgar, inhibiéndolo desde
ahora para fallar la contienda si se produjera más adelante. Pero, el sen
tenciador entiende que mientras no se logre la modificación de la sentencia
guna
de fs.
ajustarse a la de
correspondencia con el
tributa que deben pagar los herederos. Debe existir una relación de depen
dencia entre el tributo exigido y la persona que debe pagarlo. Va contra
las normas de la ley impositiva que el tributo hérencial se le imponga a
personas que, según resolución judicial acatada, no están dentro del orden
de llamamiento iniciado por la decisión del Magistrado, que es al fin, el que
ha interpretado el orden de llamamiento legal. Es inoperante la acción ten
diente a obtener una resolución contraria a lo ya resuelto, por la vía elegida
por el actor. No hay posibilidad de acceder a la aprobación de la nueva li
quidación de impuestos formulada a fs. 267 sin que, previamente, se obten
ga una declaratoria de herederos conforme a su tesis. El Juez, vuelve a re
petirlo, no juzga ahora si la resolución de fs. 258 es de la naturaleza de
aquéllas que, una vez consentidas, no pueden modificarse, porque llevan en
sí el imperio de la cosa juzgada. Y estima, de acuerdo con lo expuesto, que
los interesados deben practicar nueva liquidación, ajustándose a la declara
258,
la
liquidación
claración allí formulada.
del
impuesto
de herencias debe
De otro modo
no
habría
toria de herederos de fs. 258.
Profesor Dr
Irureta Goyena,
217 y sgts., va a dar los
fundamentos doctrinarias que tuvo en cuenta para dictar la sentencia de fs.
258, ya que los fundamentos legales fueron dados en la misma resolución.
La cuestión, que se debate está en saber si cuando se opera el derecho de
2')
letrado
El sentenciador,
patrocinante de la
en
homenaje
tesis expuesta
al
a
fs.
—
trasmisión, tienen lugar dos
163
—
más comunicaciones de bienes
o
a
título here
Ello ha de resultar del estudia que haremos de los arts. 1039 y
1040 del C. Civil y demás concordantes. Un poco de historia de los insti
ditario.
referidos, nos llevará a la solución pretendida. Según Laurent (t.
IX, Sucesiones, págs. 254 y sgts.) en derecho romano se distinguía entre
tutos
la relación y la
es
adquisición de
decir, abierta, cuando
el
la herencia. La sucesión
sucesor
era
llamado
a
era
deferida
ella, de
manera
(delata),
que pu
adquirirla aceptándola. Y era adquirida (acquisita) cuando entraba
en el patrimonio de aquél que había sido llamado, para lo cual era necesario
una aceptación, que se Hamaba adición.
Cumplida la adición la herencia era
adc[uirida y quedaba en el patrimonio del sucesor. Pero había excepciones
a esta regla general y era para aquellos herederos que la ley consideraba ne
cesarios, los cuales adquirían la sucesión de pleno derecho desde la muerte
del causante. En este caso la delación y la adquisición se confundían. Claro
Solar (De la Sucesión por causa de muerte, t. 13 de su Obra y I de las
Sucesiones, págs 42 y sgts ) enseña que, en derecho romano- los herede
diera
.
ros
se
dividían
voluntarios
.
en
.
dos clases
:
Los herederos necesarios y los extraños o
en posesión de la herencia en el
El heredero necesario entraba
momento mismo de la muerte del de
persona de éste, lo quisiera o no lo
de herederos permanecían extraños
La
ley imponía
la herencia
a
los
cujus y continuaba inmediatamente la
quisiera. Mientras que la segunda clase
a
la herencia hasta tanto la
primeros
se
la ofrecía
a
los
aceptaran.
segundos.
dos grupos : los determinadas "sui
et necessarii" suyos y necesarios, que eran los que estaban bajo la patria potetad o potestad marital; y los denominados "necessarii" simplemente, que
eran los siervos, que estaban bajo la potestad dominical, a quienes el difunto
Los herederos necesarios
se
otorgado su libertad
gravada, a estas dos clases
había
dividían
y
en
la herencia estaba muy
les hacía muy onerosa la misma,
por lo cual el Pretor concedió primeramente a los sui et necessarii el derecho
de separación de patrimonios, con lo cual podían hacer valer también sus
créditos contra la herencia. Los "haeredes voluntarii" herederos extraños o
por pura
generosidad. Si
de herederos
se
eran libres de adquirir la herencia o no,
pero era necesario un
de ellos que indicara la voluntad de ser herederos, "adire haereditatem"
Según Laurent (op. citada) la herencia deferida, en tanto ella no era adc[uirida por medio de la "aditio" quedaba vacante (jacens) en el sentido de que
ella no tenía dueño. La herencia vacante, según algunos intérpretes, era
considerada una persona moral que representaba al difunto
y por una sin
gular ficción, la herencia era propietaria de los bienes hereditarios y la tras
mitía al heredero en el momento de la adición. Laurent rechaza esta tesis
por demasiado absoluta, diciendo que ésto jamás entró en el pensamiento
voluntarios,
acto
de
un
jurisconsulto romano Que la ficción existía y tenía un fin especial :
adquisiciones por intermedio de los esclavos hereditarios.
Solar (op. cit,, págs. 54 y sgts.) afirma
que, dado el rigor cíe los
facilitar ciertas
Claro
.
—
principios
nada
164
-
el derecho romano, la delación no hacía entrar
del
heredero, y para que la eventualidad fuera una
patrimonio
era necesario un acto de adquisición de éste, que se verificaba
por
establecidos
en
el
en
realidad,
medio de la adición, salvo los casos exceptuados a que hemos hecho referen
No se podía transferir por testamento una herencia simplemente defe
cia.
rida y la sucesión universal que tenía por objeto el
comprender las herencias deferidas. Antonio Gómez
patrimonio no podía
(t. P, cap. 9, De
Claro Solar, expresa que "Re
trasmissione haereditatis, N' 1), citado por
gularmente la herencia no adita por el heredero durante
era
su
vida
no
es
tras
herederos, sino que es como si no hubiera sido deferida" Esto
lo que consagraba expresamente la constitución de Justinianus del año
mitida
a
los
534. El mismo Claro Solar
"Como todos los
imposibilidad
las
excepciones a este principio y dice:
del Derecho Civil, éste relativo a la
los herederos del derecho a una herencia no
enumera
principios rigurosos
de trasmisión
a
adita por el de cujus en vida, experimenta algunas excepciones que daban
Una de estas era la que tenía lugar ex
como resultado dicha trasmisión.
cuando
el de cujus se hallaba en el caso de
in
restitutionis,
integrum
capite
de la restitución in
integrum
contra
la
repudiación
o
la omisión de
una
su
cesión y fallecía antes de haber sido restituido, trasmitía a sus herederos el
derecho de obtener esa restitución, lo que implica el derecho de poder aceptar
la_ sucesión repudiada u omitida Otro caso era el de la trasmisión Theodo.
que alude la constitución de Justinianus citada. Para salvar los in
convenientes c(ue presentaban las leyes Julia y Papia Popea, que impedían
a los herederos adir la herencia antes de la apertura del testamento, ante'
siana
a
apertas tabuláis, Theodosio II
permitió a los hijos (en general a los descen
instituidos por un ascendiente, si morían antes de abrirse el testa
mento, trasmitir el derecho de herencia que les era deferido a sus herederos
descendientes, aunque murieran sin haber tenido conocimiento de la dela
dientes)
ción.
Finalmente
Justinianus estableció que el derecha de trasmisión para
aceptar
repudiar la herencia, pasaba al heredero, en general si la persona
a quien se había deferido la herencia, moría antes de la
expiración del plazo
para deliberar o en el año a partir de la apertura de la sucesión, con tal
Como norma general, si
que hubiera tenido conocimiento de la delación"
gue Claro Solar, los jurisconsultos y glosadores del derecho romano, esta
blecieron que, fuera de los casos de excepción ya indicados, la trasmisión
sólo podría tener lugar ex potentia suitatis ex potentia sanguinis y ex capite
juris deliberandi. Se producía la primera cuando una persona moría dejan
do un hijo suyo que se hallaba bajo su patria potestad, pues si tal hijo
fallecía, trasmitía a sus herederos la herencia de su padre que ya había sido
adquirida, pues en este caso, la delación importaba adquisición. La segunda
o
efectuaba por virtud y privilegio de la sangre, de los ascendientes a los
descendientes, y si éstos morían sin haber aceptado la herencia la trasmitían
a sus descendientes ya
ganado, ya solamente extraño, a quien se defería la
se
—
herencia por testamento
la herencia; y trasmitía
o
165
—
ab intestado moría sin haber hecho adición de
cualquier heredero, aunque fuera extraño, si mo
posterior a la apertura de la sucesión que se le había de
ferido para c[ue declarara si hacía la adición o repudiaba. No se trasmitían
en este caso la herencia, sino la facultad de aceptarla o repudiarla, por ¡/c
que la herencia no se hallaba en el patrimonio del que moría sin haberla
aceptado por cualquier causa, ignorancia de que se le hubiera diferida, que
podía ocurrir si él no había solicitado plazo para deliberar. En el antiguo
derecha español, la ley 2, tít. 6 de la Partida 6*, disponía: "E si por auentura alguna de los herederos muriese ante que se cumpliesse el plazo cjue les
era puesto, ac]uel tiempo que le fincausa después de su muerte deuelo auer
Pero si muriese desp'ués del plazo, antes que
su heredero para consejarse.
se otorgase por heredero, si este atal era extraño, el su heredero non aura
derecho ninguno en la herencia sobre c[ue el finado suia tomado plazo para
aconsejarse. Mas si aquel que fino, descendiese de liña derecha del testa
dor que lo estableció por heredero entonce su heredera puede haber la he
rencia, maguer aquel a quien heredaua sea muerto después del plazo que le
El autor chileno citado, comentando esta dis
fue dado para aconsejarse"
la
ley distinguía dos casos : si el heredero a quien se
posición, expresa c|ue
ha dado plazo para deliberar, moría antes que se cumpliera el plazo, su he
redero, cualquiera que fuera, gozaba del tiempo que le faltaba para enterar
dicho plazo; pero si el heredero se moría después de vencido este plazo, tra
tándose de un heredero; y al contrario, lo trasmitía si se trataba de un des
cendiente en línea recta de aquél, para aceptar cuya herencia había pedida
Y concluye con este comentario : "La ley española no modificaba
el plazo
pues, las reglas establecidas en el Derecho romano que hacían sustancial
diferencia entre las tres causas de trasmisión de la herencia, que constituían
excepciones al principio fundamental que no admitía la trasmisión de la
herencia o legado que no hubiera sido adida por el heredero o legata/rio
aceptándola" El derecho consuetudinario francés, cambia totalmente la faz
del problema y en su máxima "Le Mort saisit le vif son hoír le plus proche
et habile a succeder", por apócope "Le mort sisit 1 vif" se resume el cam
bia fundamental operado con respecto al derecho romano. El muerto toma
al vivo y lo coloca en su lugar para que continúe su persona. Desaparece
así el período de vacancia de la herencia y desde el momento mismo de la
muerte del cujus, la propiedad de los bienes reposa sobre la cabeza del he
redero. No es ya necesaria la adición del derecho romano para adquirir la
herencia. Esta es adquirida desde el instante mismo que le es deferida, por
la muerte del causante. Este principio fué el que pasó con posterioridad a
la legislación francesa y el Código dispuso que no solamente la
propiedad,
sino también la posesión, pasaban de pleno derecho a los herederos,
por el
sólo efecto de la ley y aún con desconocimiento de éstos. Pero el
Código
francés exige también una manifestación de voluntad del heredero
para que
ría dentro del año
.
a
—
166
-
declare si acepta o repudia la herencia porque según el mismo, nadie es he
no lo quiere (Nul n'est heritier
que ni veut), (art. 775). Co'mo
veremos más adelante, este principio no es tan absoluto como
parece, en la
redero si
^legislación comentada. Los comentaristas franceses se preguntan si .esta
manifestación de voluntad tiene las mismas consecuencias y características
del derecho
Laurent
romano.
la teoría consuetudinaria
digo
es
(op. citada)
hablando de la
consagración
de
el derecha
francés, dice que los autores del Có
del derecho romano, estableciendo el principio contrario,
en
se apartaron
decir, la trasmisión de la herencia de pleno derecho
y
en
virtud de la
que el
antes. Es así que el
Y agrega: "Sucede
lenguaje jurídico sobrevive a las
ideas que expresaba
Código habla ahora de adición de
la herencia (art. 770). Esto sería una herejía si se entiende esta palabra
no puede ser cuestión de adquirir la herencia
en el sentido romano;
por
una adición, porque ella es adquirida en virtud de la ley, desde el instante
de la apertura de la sucesión", Planiol y Ripert, (Tratado Práctici de D.
Civil, t. 4, pág. ,305) desarrollando el principio de que la opción hecha
por el heredero debe ser siempre pura y simple y no condicionada o a tér
mino, expresa: "Ese carácter de la opción no es solamente tradicional en
principio y de aplicación esencial para la claridad y la fijeza de las relacio
ley.
a
veces
creadas por la trasmisión hereditaria; es forzoso si se tiene en cuenta
que la trasmisión hereditaria se verifica por ministerio de la ley misma y que
la opción no es más que la facultad qiie se da al heredero\de confirmar o
nes
anular
(confirmer
ou
los
d'infirmer)
de la
efectos
ley"
El heredero
puede
optar entre aceptar la herencia pura y simplemente bajo beneficio de inven
tario, o repudiar la herencia. Baudry Lacantinerie et Wahl, (t. 2, Succesion, pág. 4) dicen que cualquiera sea el sentido de la opción hecha por el
heredero, la determinación que éste tome se retrotrae al día de la apertura
de la sucesión, como consecuencia de lo dispuesto por los arts. 777 y 785
del Código Francés, que establecen que los efectos de la aceptación se re
trotraen al
es
día de la apertura de la sucesión y que el heredero que repudia
no haber sido jamás heredero.
Dicen que se pretenden opo
considerado
al texto de
la de la otra y c^ue
se pretende también
que
legislación diferentes, puesto que
"disponiendo la primera que el efecto de la aceptación se retrotrae al día
de la apertura de la sucesión, semeja presentar la aceptación como una con
dición suspensiva de la "saisine" condición que una vez cumplida, tendrá
efecto retroactivo al día de la apertura de la sucesión, por aplicación del
art. 1179 de manera que se puede inferir que el heredero es "saisi" bajo la
condición suspensiva de su aceptación. Con arreglo al art. 785, al contra
rio, el repudio parece ser una condición resolutoria de la "saisine", diciendo
ner
una
disposición
ellas han sido tomadas de dos sistemas de
,
que "el heredera "hace entender muy claramente que el
antes de
su
aceptación, puesto
ficción para que él
sea
que
considerado
después
como
de
no
su
sucesor
renuncia
es
es
heredero
necesaria
habiéndolo sido jamás. El
una
sUr
—
cesor
seria, pues,
toria de
su
con
arreglo
repudiación;
esta
!67
al art.
solución
-
785 "saisi"
se
apoya,
bajo
la condición resolu
además, sobre el
art.
811
vacante, sino después de la renuncia
que
de los herederos y sobre los arts. 843 y 845 que someten a colación a todo
Los autores citados rechazan estas dos
no ha renunciado"
heredero
considera
no
una
sucesión
como
que
hipótesis expresando que esos dos textos legales son la consecuencia de un
solo -y mismo principio, a saber, que por una ficción del derecho, el heredero,
que, en el hecho, siempre tomará un plazo prudencial para decidirse después
de la apertura de la sucesión, será reputado haber optado en este mismo
momento. El argumento que se extrae para sostener la primera hipótesis,
pierde todo su valor si se considera que el principio se aplica tanto a la
aceptación pura y simple, como a la aceptación bajo beneficio de inventario
y que aceptado ese fundamento, en este último caso, el heredera lo sería
bajo beneficio de inventario solamente desde el momento de su aceptación,
hasta cuyo momento él habría tenido la calidad que le atribuye el art. 724
de representar al difunto y ser tenido ultra vires con respecto a las deudas
Termina exponiendo su criterio diciendo que como la ley atri
sucesorias
.
a los herederos la doble "saisine" de la propiedad y
de los bienes hereditarios, y c^ue la atribuye sin condición,
supone que el sucesor es heredero de pleno derecho antes de toda aceptación
y salvo la resolución de su título si él repudia; y que la retroactividad de
buye
de la
de
pleno
posesión
derecho
aplica tanto al heredero beneficiario como a cualcjuier otro,
tengan
posesión de los bienes, dado cjue la ley se expresa en térmi
Resulta de todo lo ex
nos generales y no se concibe ninguna distinción.
puesto que el derecho francés ha adoptado estos principios : cjue nadie está
obligado a aceptar una sucesión que se le defiere : que la aceptación tiene
efecto retroactivo al día de la muerte del cujus y que el que repudia se con
sidera no haber sido jamás heredero. Consecuente con estos principios, dice
Claro Solar (op. citado, pág. 50) que es necesario una manifestación de
voluntad para ser heredero o no serlo, ya que no hay herederos necesarios
y el que es llamado a la sucesión puede aceptarla o repudiarla. Con respecto
al carácter que tiene esta aceptación, transcribe la opinión de Laurent que
dice: "He ahí, en apariencia, la teoría del derecho romano en lo que con
cierne a los herederos llamados extraños o voluntarios; no llegan a ser he
rederos sino por la adición, es decir, por la declaración de su voluntad de
ser herederos.
Nuestro Código exige también una aceptación del sucesor
ser
heredero
y si no lo quiere, una renuncia. ¿,No es la adición
que quiere
del derecho romano? No; el Código introduce una derogación esencial al
derecho romano al reclamar que la propiedad y la posesión de la herencia
son trasmitidas de pleno derecho a los herederos legítimos.
Resulta de este
nuevo principio que en el momento qtie el heredero
acepta la herencia, o,
para decirlo mejor, el derecho hereditario está ya en su patrimonio; ésto
es tan cierto que si se muere, trasmite su derecho a sus
herederos, los cuales
la
aceptación
o
no
se
la
168
—
o repudiar
¿En qué consiste, en consecuencia, el derecho
hereditario? En la facultad que tiene el heredero de aceptar o repudiar la
sucesión que le es trasmitida por la ley. ¿Qué es, pues, aceptar una sucesión?
Es confirmar la trasmisión que se ha operado en virtud de la ley
En ese
sentido dice el Código que la aceptación se retrotrae al día de la apertura
podrán aceptar
quiere decir ésto que sea por la aceptación que el here
propiedad de la sucesión; la tiene ya en virtud de la ley;
El
su voluntad no interviene sino para confirtnar lo que la ley ha hecho
como
derecho
su
en
la
no
romano;
herencia,
adquiere, pues,
aceptación,
por
la adquiere en virtud de la ley en el momento de la muerte del de cujus"
Estos son los principios fundamentales incorporados a nuestra legislación
positiva por el art. 1039 del C. Civil. Difiere en algo esta disposición con
la redacción dd su similar francesa, como lo hace notar Narvaja en su "Fuen
de la sucesión. No
dero
adquiera
la
.
tes, Notas y Concordancias", del C.
gatarios
de
acuerdo
con
cierta
Todos los herederos y los le
legislación, adquieren la propiedad de
Civil.
especie
la lay, por la sola muerte del de cujus; y con excepción del
Estado, adquieren también la posesión, todos los herederos. No la tienen
los legatarios citados, ni la tenían tampoco los hijos naturales cuando con
currían con hijos legítimos, hasta que fué derogada la disposición por la
ley N' 5.391 de 25 de enero de 1916. En la legislación francesa hay here
deros que no tienen la posesión de pleno derecho y deben pedirla judicial
mente.
Por eso los autores franceses, en su casi totalidad, relacionan la
"saisine" con la posesión y no con la propiedad. Hay herederos que adquieren
la propiedad de pleno derecho y deben obtener la posesión. Y hay herede
que tienen la
Planiol y Ripert
en
nuestra
posesión y no son propietarios. Estudiando este Instituto,
(t. 4, op. cit., pág. 253), sostienen cj:ue la "saisine" no
tiene ninguna relación con la trasmisión de la propiedad y que no es tam
poco la trasmisión de la posesión de los bienes hereditarios. Y llegan a esta
sutilísima definición de la "saisine" : "Es la autorización legal, para actuar
de pleno como poseedor de la herencia", o también como "la investidura le
gal de la posesión de la herencia'' Con arreglo a los principios establecidos
por el art. 1039 de nuestro Código, muerto el causante, la propiedad y po
sesión de la herencia pasan ipso jure, a sus herederos sin necesidad de nin
gún acto o hecho. Viene después un período indefinido de expectativa, o
más bien de deliberación, dentro del cual el heredero debe resolver qué ac
titud tomará y definirá su opción. Si opta por la aceptación beneficiaría,
los dos patrimonios quedan separados. En ambos casos la situación de esos
patrimonios debe considerarse con efecto retroactivo a la fecha del falleci
miento del de cujus. Pero esta aceptación, tanto pura y simple, como bene
ficiaría, no es la que hace radicar el patrimonio del causante en el heredero,
porque por disposición de la ley, como ya lo hemos estudiado, se radicó
desde el momento mismo de la expiración del dueño. La aceptación no hizo
más que confirmar lo que la ley dispuso. No se adquirió la herencia por la
ros
169
~
~
ten
aceptación, porque no existe la delación en nuestro derecho y porque no
dría sentido entonces la disposición del art. 1039 si se la quisiera inter
pretar de otra manera. Si se repudia la herencia por el heredero, la ley, por
una ficción que ella creó, borra todo lo hecho y considera que no
pasado nada; que el heredero no ha sido tal heredero y llama al c[ue debe
ocupar su lugar. Laurent (op. cit., parág. 212), dando los fundamentos
de la teoría consuetudinaria de la aceptación de la herencia, sostiene que la
teoría romana es más jurídica que la nueva, porque no se concibe casi que
la propiedad pase al heredero sin un acto de voluntad del que deba adqui
medio de
ha
rirla;
y que la adición
es
ese
Pero los
acto de voluntad.
romanos
admitían
excepción importantísima a la adición y era con respecto a los
herederos necesarios de quiénes los hacía herederos a pesar de ellos, no ad
mitiéndoles el repudio ni la m.anifestación de voluntad de aceptar la heren
cia. Esta pasaba de pleno derecho a los herederos sin más requisitos. Si
más jurídico era el instituto de la adición, más justo y equitativo es el ins
tituto que configura el art. 1039 de nuestro Código y se adapta más a las
concepciones modernas del derecho. Nuestro legislador tomó los principios
de la legislación francesa, pero consagró el principio absoluto de la libertad
de aceptar o repudiar la herencia (art. 1051 del C. Civil) que no la tienen
también
una
los franceses cuando
se
trata de derecho
de trasmisión,
como
lo
veremos
enseguida Ahora bien : si fallece el heredero sin haber hecho la, opción, ¿ qué
pasa? Entonces entra en función el art. 1040 del C. Civil. Conviene ano
tar, sin embargo, antes de entrar al estudio de ese nuevo instituto llamado
"derecho de trasmisión", cual era la situación del patrimonio que el here
dero había recibido de su causante. "A" fallece y su herencia pasó de pleno
derecho a "B" quien fallece con posterioridad sin haber hecho manifestación
alguna de voluntad. El patrimonio de "A" con arreglo al art. 1039 ya
está en el de "B" de pleno derecho. Pero "B" tenía el derecho de aceptar
o no la herencia y es ese derecho el cjue trasmitQ a sus herederos con
arreglo
.
al art.
1040. Por el hecho de haber muerto sin haber hecho manifestación
de voluntad "B", ¿queda sin efecto la disposición del art. 1039? Jamás.
Nadie puede sostener semejante herejía jurídica. El patrimonio de "A"
está ya radicado en el de "B" Al fallecer éste sin haber hecho manifesta
ción alguna, pasa, de pleno derecho a sus herederos todo su patrimonio que
es
el que recibió de "A" y el suyo
propio,
no
pero
confundidos aún; y pasa
también el derecho de aceptar o repudiar la herencia de "A" porque es uno
de los tantos derechos que tenía "B" a su favor. ¿Cuál es el objeto, enton
ces, de la disposición del art. 1040, si el derecho de trasmisión es uno de
los tantos derechos
borrar la tradición
según
las
patrimoniales
del causante? El
circunstancias,
de los herederos necesarios. Los arts.
tido, armonizan
objeto principal
es
el de
que determina que si fallecía sin haber aceptado,
no trasmitía nada a sus herederos, salvo el caso
romana
entre sí y
son
1039 y
consecuentes
1040, tomándolos
con
los
principios
en
ese sen
que ya hemos
fijado. Para aceptar la tesis contraria, la sustentada en este expediente por
el letrado patrocinante de la sucesión, tendría la
ley que haber establecido
una disposición especial, creando otra ficción
por la cual se entendiera que
fallecida un heredero sin haber aceptado o
repudiado, se consideraba que la
herencia no había entrado en su patrimonio. No sólo armonizan entre sí
esas dos disposiciones, sino que están en
completa armonía con muchas otras
disposiciones del Código que regulan la trasmisión sucesoria, y con los prin
cipios esenciales que las fundamentan. Así vemos, por ejemplo, c[ue nues
tro C. Civil, ha establecido como reglas fundamentales las siguientes: a)
son incapaces de adquirir por causa de muerte, los que no estuvieran conce
bidos al tiempo de abrirse la sucesión, o, aunque concebidos no nacieran via
bles (arts. 835, 1012 y 1038 del C. Civil; b) la aceptación y la repudia
ción de la herencia son indivisibles y no pueden hacerse sólo en parte (art.
1052, inc. 2). Para no hacer más extensa esta historia de los institutos, no
damos aquí los fundamentos de estas disposiciones, c[ue son demasiado co
nocidos por los expertos en derecho y que son básicos para la estabilidad de
los patrimonios sucesorios. La ley consagró esos principios y fijó acto
seguido
los
casos
en
que
no
regirán
cuando entra
en
juego
el instituto de la
trasmisión, diciendo, en el primer caso (art. 1038) que cuando se sucede
por derecho de trasmisión, bastará existir al tiempo de la apertura de la
sucesión de la persona por quien se trasmite la herencia o legado; 'y en el
segundo caso establece cjue si la herencia deferida a una persona se trasmite
herederos, conforme al art. 1040, puede cada uno de los trasmisarios
o repudiar su cuota.
Además, por el inc. 2' de este artículo, dispu
so, que no se puede ejercer ese derecho sin aceptar la herencia de la persona
que lo trasmita. Vayase viendo como es de lógica la ley consigo mismo y
cómo van armonizando sus disposiciones entre sí. No puede heredar el que
no exista jurídicamente,
pero cuando hay trasmisión, basta que exista en
a sus
aceptar
el momento del fallecimiento del trasmisario.
blema que
En el fondo
es
el mismo pro
aplica porque el heredero del trasmisario no va a heredar di
rectamente al primer causante, sino al suyo propio. Y en el segundo caso
no hay tal división de la
aceptación o repudio por los herederos, porque cada
uno está ejerciendo un derecho en la sucesión de su causante,
para la cual
la ley sí, dijo expresamente que debía aceptarse a fin de poder ejercer el de
recho de aceptar o repudiar la herencia trasmitida. No son excepciones las
que establece la ley, sino la afirmación del mismo principio proclamado con
fundamento de los institutos y que tienden a aclarar los problemas suscita
dos en diversas legislaciones con motivo de la confusión reinante entre los
tratadistas y jurisconsultos. Nuestra ley, en muchas de sus disposiciones,
ha resuelta los problemas con mayor claridad que otras legislaciones, apro
vechando la experiencia ajena. Uno de ellos es el que consagra la libertad
absoluta de aceptar o repudiar (art. 1051 del C. Civil). Este principio estambién consagrado en la ley francesa en el art. 775, que establece: "Nul
se
—
n'est
—
d'accepter une succesion qui luí est echué". Pero el
Código, establece que cuando una herencia deferida a
tenn
mismo
es
171
trasmitida
a
los herederos de éste que aún
no
art.
782 del
una
persona
ha hecho manifestación de
voluntad, todos los herederos deben aceptarla o repudiarla, y si no se ponen
de acuerdo se entenderá que la aceptan bajo beneficio de inventario. Los
franceses critican esta
porque dicen que va contra la li
775 y que no tiene razón de ser. El art.
1073
tomado también del 782 francés, ha consagrado la ver
dadera doctrina, eliminando la objeción apuntada, al establecer, sin distin
ción alguna entre herencia deferida y herencia trasmitida, que "si son varios
autores
disposición
bertad
por el art.
los herederos y no
aceptarán los que
hay acuerdo entre ellos sobre la aceptación de la herencia,
quieran, y los que no, repudiarán; pero los que acepten
consagrada
del C. Civil,
lo harán por la totalidad. "Si el desacuerdo recae únicamente sobre el modo
de la aceptación, todos ellos serán obligados a aceptar con beneficio de inven
tario"
Con este inciso
aceptación
o
la
segundo
repudiación, sino
acuerdo entre los
tiene,
contra
la
sucesores
opinión
opera el derecho de
no
se
lesiona la libertad de optar entre la
que se regula la primera cuando no existe
sobre el modo de aceptarla. El sentenciador sos
del
profesor
Irureta
Dr.
trasmisión, existen dos
o
Goyena,
que cuando
más sucesiones bien
se
definidas,
según hayan muerto dos o más causantes, sin aceptar la herencia. Y su
opinión ya fundada anteriormente, está apoyada por eminentes tratadistas.
Laurent (t. 9, pág. 80) comentando esta posición jurídica, se expresa de
esta manera: "Se dice comúnmente c[ue hay tres maneras de suceder: de
su causante (de son chef), por representación y por trasmisión (cita a Toullier (t. II, 2 p., 112, N' 188), como adoptando esta división. Esto no
es exacto.
Aquéllas que recogen una sucesión por trasmisión no .suceden.
Cuando el difunto que se las trasmite ha muerto después de haberla acepta
do, ya no hay sucesión es un patrimonio único que pasa a los herederos. En
ese patrimonio se encuentran, es cierto, los bienes recogidos por el difunto
en la sucesión de aquél a la cual fué llamada; pero esos bienes no forman
más que
ha
una
dejado
sucesión, porque
se
han confundido
herederos. Estos
con
llamados
los otros bienes que él
la herencia del
abuelo,
padre Es lo mismo si el padre ha muer
to antes de haber 'aceptado la herencia; él igualmente ha sucedido; luego es
imposible que sus descendientes sucedan. No hay más diferencia entre la
segunda hipótesis y la primera, que ésta: en un caso, los descendientes recojen los bienes de su padre, mientras que en el otro ellos son aún litures
ellos
son
a sus
llamados
a
la' herencia del
no
son
a
.
de aceptar la sucesión o repudiarla"
"La trasmisión no es, pues, un modo
de suceder. Ella difiere, desde todo punto de vista, de la representación. La
trasmisión supone que aquél que trasmite la herencia ha sobrevivido y es
porque ha sobrevivido que ha sucedido y que él trasmite la sucesión a sus
herederos. En tanto que no se representa a las
personas vivas, la represen
tación tiene por
objeto
poner
a
los representantes
en
el
lugar
que hubiera
1T2
—
^
ocupado aquél que ha pre-muerto. De ello resulta,
sucede al representada, no es su heredero; sucede
la herencia del cual
en
aquél
que
llamado por el beneficio de la
ley. Al contrario,
herencia por trasmisión, sucede al heredero 'que la
la trasmite; él no tiene, pues, derecho a esta sucesión, más
adquiere
,
recoge y que
que el representante no
al difunto directamente
se
es
una
como causa-habiente de
aquél que la ha adquirido Es
to .supone que aquél que recoge una sucesión por trasmisión, acepta la he
rencia en la cual esta sucesión está comprendida" Y para afirmar más la
tesis expuesta, transcribiremos otra opinión concorde con la anterior, ex
indirectamente,
que
.
puesta por Baudry Lacantinerie y Wahl (t. 2, Succesiones, p.
tación
repudiación
o
por los
"El derecho hereditario
sión)"
do por la
-.Si pues,
del heredero
sucesores
fija
se
(sucesión
77)
:
"Acep
por 'trasmi
sobre' la cabeza del heredero
designa
711) i
después
el instante mismo de la apertura de la -sucesión (art.
ley,
él muere, aunque no tuviere más que un instante de razón
en
de esta apertura, él trasmite su derecho hereditario a sus propios herederos
se los trasmite tal cual le pertenecen por consiguiente con el derecho
y él
•
de opción qui y est attache, si él no lo ha ejercida aún. Estos pueden, pues,
aceptar ya sea pura y simplemente bajo beneficio de inventario, o ya repu.diár lá Sucesión trasmitida.' Esto es lo que decide el art. 781, así concebido:
"Lofsque
sans
.ou
celui
a
qui
succesion est ecue, est decede
une
sans
Tavoir
repudiee
l'avoir acceptee expresement ou tacitament, ses heritiers peuvent
ou la repudier deson chef"
Esta regla deriva del antiguo derecho
í'accepter
aplica
la "saisine"
El heredero, habiendo "saisi" por -efecto mismo
morir sin que su derecho se extinga; pero es probable que
':se termine por extender esta regla a los herederos no "saisi" en todos los
casos ella se aplica a ellos hoy día, como nosotros lo hemos visto" (v. par.
a
.y se
del deceso,
puede
El casó que nos ocupa es comúnmente designado bajo el nombre de
■sucesión por trasmisión, porqué los herederos del -sucesor fallecido ejercen
un "derecho hereditario deferido a su autor
y trasmitido -por éste a ellos.
-819):
:Pero
"se cae en 'error
."tesión
particular
y
si
se
cree
distinto,
que \a trasmisión
pues
,den;
ellos
.--pues
el heredero del" difunto.
ejercen
-representante
es
grado que riü'
-la, representación
-ún
-.■'
:
:P):
-
de
Otro
del
un
modo de
heredero
no
su-
suce-
AUTOR-; EL heredero no es,
el caso de 'la representación. El
su
es
y la trasmisión:-,
'Se sucede por
brevivído al de
derechos
constituye
herederos
verdaderamente heredero; es "el que sucede ascendiendo a
es "el suyo"
"De ahí surgen una serie de diferencias entre
.llecida." Al contrario,
-
los
los
cu
se
representación
del de
cujus
sucede por trasmisión de
de
una
una
persona
preJa-
persona que ha
so-
j üs ;'
El representante debe colación de lo que él "ha" recibido personalciijus a título gratuito, porque él es su heredero' "y la colación
:se"debfe por toda 'persona que tiene la doble calidad de donatario y heredero.
•-
2")-
-mente
delde
173
-
—
Al contrario, aquél que recibe una sucesión por trasmisión no debe la cola
;
ción de lo que él ha recibido personalmente del de cujus";
3'') -Se le puede representar en la sucesión de la cual se ha renunciado
.
o
de la sucesión de la cual ha sido excluido
como
indigno.
,
.
Al
contrario,
no
sucesión por trasmisión sino a condición de aceptar la
sucesión del heredero al cual ella ha sido deferida, de no- haber sido descar
se
puede
tado
recibir
una
indigno;
4^) No se puede suceder
cebido después del fallecimiento
como
trasmisión,
es
por
representación,
cuando
se
ha sido
con
del causante ; al contrario, para suceder -por
suficiente estar concebido en la época del fallecimiento del he
redero ;
5') Aceptando ó repudiando una sucesión a la cual es llamado por re
presentación, no se acepta tácitamente la sucesión del representado, mientras
que aceptando o repudiando la sucesión trasmitida, se acepta tácitainente la
sucesión de aquél a quien, ella ha sido deferida;
6')' El art. 782 no se aplica a la representación';
7"^) La representación no tiene lugar' más que en las líneas directas
colaterales
descendientes
La trasmisión tiene lugar eñ todas las lineas ;
y
8') Sólo los descendientes del heredero pre-fallecido, pueden represen
tarlo; todos los sucesores del heredero post fallecido, pueden suceder por
'
.
trasmisión"
Se ha visto cómo ha ido evolucionando el derecho desde la
época
ro
hasta nuestros días, en esta materia, y que nuestra legislación tiene
fuente más inmediata en el derecho francés y no en aquél. Sin embargo,
mana
su
el art.
1040 de nuestro
Código
chileno, que está así redactado
a
la sucesión
no
han
:
prescripto,
ha sido tomado casi
"Si el heredero
fallece antes de
a
la letra del 957
legatario cuyos derechos
haber aceptado o repudiado
o
le ha deferido, trasmite a sus heredero'S el de
recho de aceptar dicha herencia o legado, aún cuando fallezca sin saber que
No se puede ejercer este derecho sin aceptar la herencia
se le ha deferido.
la herencia
o
legado
que
se
de la persona que lo trasmite"
Cotejado nuestro artículo con éste, vemos
legislador suprimió
palabra legado del lugar en que hemos
subrayado. Narvaja (op. citada) no trae referencias a este artículo, que
llevaba antes el N' 1002 "Sine annotatio" en su expresión. .No se justifica
la supresión en nuestro C. Civil y debe entenderse que ha habido omisión
involuntaria al transcribirlo. La redacción chilena es la justa. La teoría sus
tentada por el Dr. Irureta Goyena en su indicado escrito, encuentra perfec
tamente dentro de la legislación civil chilena, que no tiene, como la nuestra,
el instituto configurado en el art. 1039 del C. Civil. La herencia o legado
no pasa de pleno derecho a los sucesores del
causante, como en nuestro de
recho. El art. 956 del C. Civil chileno, dice que "La delación de una
asigna
ción es el actual llamamiento de la
ley a aceptarla o repudiarla" El art.
953 define "las asignaciones por causa de muerte" las
que hace la ley o el
que nuestro
la
persona difunta, para suceder en sus bienes; y el art. 954
las "asignaciones a título universal" y "legados" las he
"La delación es una oferta que requiere la con
"título particular"
""testamento de
una
llama "herencias
chas
a
a
firmación del asignatario; si acepta, será tal asignatario desde que la asigna
ción le es deferida ; si en lugar de aceptar la asignación, la repudia, no habrá
sido asignatario ni lo será", así se expresa Claro Solar (op. cit., pág. 53)
pasando de pleno derecho por la muerte del causante, la propiedad y po
sesión de los bienes a sus herederos en el derecha chileno, podría quizá jus
tificarse la tesis jurídica del Dr. Irureta Goyena dentro de esa legisladón,
diferente
pero no en el nuestro cuya posición es muy
No
"
.
Por tales fundamentos y los expuestos por el Sr.
de Primer Turno, a fs. 276 y sigts. ;
Fiscal de Hacienda
'
No hacer lugar a lo pedido a fs. 274 vta., mandando
la
vez, que
liquidación definitiva del impuesto de herencias, se haga
de acuerdo con la declaratoria de herederos de fs. 258 y a la pedido por
el Sr. Fiscal de Hacienda a fs. 265 vta. y corríjase la foliatura de este
Se
a
resuelve:
su
expediente
desde fs.
267
en
adelante.
—
Ángel
de la Fuente.
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