Jurisdicción: Social Recurso de Suplicación núm. 5121/2005. Ponente: Ilmo. Sr. D. Ignacio Mª Palos Peñarroya DERECHOS LABORALES DE LOS TRABAJADORES: derechos en la relación de trabajo: derecho a la intimidad: lesión del derecho: desestimación: registro de los efectos particulares del trabajador: medida idónea para la finalidad pretendida, necesaria y equilibrada. DESPIDO PLURICAUSAL: confluencia de una causa o panorama discriminatorio y otros motivos concomitantes de justificación: carga de la prueba: validez para excluir su consideración como discriminatorio que el empresario acredite que la causa alegada tiene una justificación objetiva y razonable que con independencia que merezca la calificación de procedente excluya cualquier propósito discriminatorio: doctrina constitucional; nulo: discriminación por razón de sexo: desestimación: concurrencia de motivos disciplinarios; procedente: trasgresión de la buena fe contractual: apropiación de productos de la empresa. El TSJ desestima el recurso de suplicación interpuesto por la parte actora contra la Sentencia del Juzgado de lo Social núm. 2 de los de Sabadell, de fecha 26-11-2004, dictada en autos promovidos sobre despido, confirmando lo resuelto en la misma. En Barcelona a 24 de octubre de 2005. La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, compuesta por los/as Ilmos./as. Sres./as. citados al margen, EN NOMBRE DEL REY ha dictado la siguiente SENTENCIA NÚM. 8075/2005 En el recurso de suplicación interpuesto por Sofía frente a la Sentencia del Juzgado Social 2 Sabadell de fecha 26 de noviembre de 2004 dictada en el procedimiento Demandas núm. 511/2004 y siendo recurrido/a Ministerio Fiscal y Schlecker SA. Ha actuado como Ponente el Ilmo. Sr. Ignacio María Palos Peñarroya. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO Con fecha 8 de junio de 2004 tuvo entrada en el citado Juzgado de lo Social demanda sobre Despido disciplinario, en la que el actor alegando los hechos y fundamentos de derecho que estimó procedentes, terminaba suplicando se dictara sentencia en los términos de la misma. Admitida la demanda a trámite y celebrado el juicio se dictó sentencia con fecha 26 de noviembre de 2004 que contenía el siguiente Fallo: «Que desestimando la demanda formulada por Sofía contra la empresa Schlecker, SA, sobre despido, debo absolver y absuelvo a la entidad demandada de las pretensiones deducidas en su contra, calificando el despido como procedente». SEGUNDO En dicha sentencia, como hechos probados, se declaran los siguientes: «I.-La demandante, Sofía, con DNI núm. NUM000, ha venido prestando sus servicios por cuenta de la empresa demandada Schlecker, SA -dedicada ala actividad económica de venta al por menor de productos de droguería- con antigüedad desde 05/04/95, categoría profesional de Jefe de Equipo y salario mensual con prorrata de pagas extras de 904,16 euros (hecho no controvertido). II.-La empresa, demandada, en virtud de carta fechada el 17/05/04, participó a la actora su despido con efectos desde el día siguiente. El contenido de la misiva es del tenor literal siguiente: "Muy Sra. nuestra: La dirección de la empresa le comunica mediante el presente escrito que ha tomado la decisión de rescindir su contrato de trabajo, procediendo a su DESPIDO disciplinario, en atención a lo dispuesto en el artículo 54 y siguientes del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) , así como del artículo 51 y concordantes del Convenio aplicable de empresas minoristas de droguería, herboristería, ortopedias y perfumerías. Los motivos que han originado esta decisión son, como Vd. sabe perfectamente los que se detallan a continuación: 'Vd. viene prestando sus servicios, bajo la categoría y con las funciones propias de 'encargada de establecimiento-jefe de equipo' en el centro de trabajo o establecimiento sito en Barbera, A venida Virgen de Montserrat, 69. Al finalizar su jornada el pasado 15 de mayo de 2004, siendo aproximadamente las 20.00 horas, y cuando Vd. ya se encontraba en la calle cerrando el establecimiento, fue sorprendida por la encargada de zona, la Sra. Marina que iba acompañada por su asistente de zona, la Sra. Ana María. En ese momento la encargada de zona y su asistente observaron que Vd. portaba una bolsa de plástico con anagrama de 'Schlecker' llena de productos de la tienda, por lo que le solicitaron que entrara dentro del establecimiento y les mostrara el interior o contenido de la tienda y el ticket de compra. Ante ello Vd. respondió que 'no sabía' y que alguien le debía de haber puesto esos productos en el interior. Los productos encontrados en el interior de la bolsa que Vd. estaba sacando de la tienda sin pagar son los siguientes: 1. un bote de Delial espuma F-20 con un valor de 9,99 euros. 2. un bote de Abre Solalre spray con un valor de 11,29 euros. 3. un bote de Delial Espuma F-8 con un valor de 8,49 euros. 4. un bote de aftersun leche con un valor de 4,29 euros. 5. un bote de Abre Solaire spray con un valor de 11,29 euros. 6. un bote de Aftersun Mousse con un valor de 5,29 euros. 7. un bote de aftersun gel con un valor de 4,79 euros. 8. un bote de Rilanaja sun con un valor de 3,99 euros'. El importe total de los productos que Vd. estaba sustrayendo de la tienda sin haber sido pasados por caja y por tanto sin ser pagados, y que fueron mostrados y comprobados por la Policía Local en el momento de los hechos, ascienden a un importe total de 59,42 euros. Vd. sabe, pues así consta en las instrucciones y carpetas de directrices que obran en todas y cada una de las tiendas de la Empresa, incluida en la que Vd. presta sus servicios, que en los establecimientos de venta al público de Schlecker, SA está terminantemente prohibido que el personal adquiera o compre productos estando solos, pues para ello requieren que la compra y el cobro se efectúe por otro empleado; sin perjuicio de lo cual, Vd. no sólo incumplió las normas de la empresa al respecto -en materia de compra por parte de los empleados-, sino que Vd. estaba sacando productos de la tienda sin haber pagado los mismos, y obviamente sin disponer de permiso o autorización alguna al respecto. Lo anterior, supone una clara deslealtad y absoluta defraudación hacia la Empresa, habiendo Vd. intentado la apropiación de género o productos de la Compañía, abusando de su puesto de trabajo y funciones en la tienda donde viene prestando sus servicios. En consecuencia y a la vista de los anteriores hechos, considera la Empresa que Vd. ha incurrido en un claro abuso de la buena fe contractual, incurriendo de esta manera en una falta muy grave, en atención a lo preceptuado en el artículo 51 (Régimen Disciplinario de las faltas muy graves) del Convenio Colectivo interprovincial de Empresas minoristas de droguería, herboristerías, ortopedias y perfumería. Los hechos descritos suponen sin duda alguna una clara defraudación y un quebrantamiento de los deberes de fidelidad y lealtad implícitos en toda relación laboral, siendo calificables, a tenor de la normativa laboral vigente y aplicable, como falta muy grave susceptible de ser sancionada con el despido. Medida, ésta pues, que se toma y que tendrá efectos a partir del día siguiente a la remisión de la presente, es decir, mañana día 18 de mayo de 2004. Asimismo, le comunicamos que a partir de este mismo. momento, está a su entera disposición la correspondiente liquidación por sus servicios prestados durante la mensualidad de mayo de 2004 y, propuesta de liquidación, de saldo, finiquito y partes proporcionales". La carta de despido fue remitida a la actora vía burofax el mismo día 17/05/04, siendo entregada a su destinataria el 20/05/04 (Folios 75 a 79, 199 y 200). III.-La actora y la empresa demandada acordaron en el mes de junio de 2000 ampliar la jornada pactada en el contrato de trabajo -de 20 horas semanales- a 40 horas semanales. Igualmente, convinieron que, desde el día 29/09/03, aquélla pasase a desempeñar sus funciones en el centro de trabajo sito en la CI Virgen de Montserrat de Barbera del Valles y en horario continuado de 14.00 horas a 20.00 horas. Hasta entonces la demandante había venido desarrollando sus funciones en el establecimiento de la C/ Duran i Sors de Sabadell (confesión en juicio de las partes, folios 153 y 155). IV.-La demandante, interesada en reducir su jornada para cuidado de hijo menor de seis años, cumplimentó en fecha no determinada del mes de abril impreso que le facilitó la empresa, dirigido a la oficina de empleo. En el mismo consta que la jornada habitual de la actora pasaría a tener una duración de 20 horas semanales, como consecuencia de la petición de excedencia maternal (hecho no controvertido, folio 196). V.-La actora, para asesorarse sobre el contenido de dicho documento, efectuó consulta al Comité de empresa, siendo informada respecto a la inadecuación de tal impreso y proporcionándosele otro en el que figura que "la reducción de jornada de trabajo es al amparo del artículo 37.5 del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) , por tener al cuidado directo un hijo menor de seis años". La demandante remitió vía fax el nuevo formulario a la oficina del Prat de Llobregat el día 08/05/04. (Confesión en juicio de la actora, testifical de la Sra. Rosa, folio 198). VI.-El Comité de empresa formuló denuncia contra la empleadora ante la Inspección de Trabajo en fecha 26/11/03, al detectar la tramitación irregular efectuada por la mercantil respecto a la solicitudes de reducción de jornada por cuidado de hijo presentadas por las trabajadoras. La Inspección constató que la empresa formalizaba escritos dirigidos a la oficina de empleo comunicando la solicitud de reducción de jornada por excedencia maternal de trabajadoras cuando en realidad se trataba de reducción de jornada para atender al cuidado de hijos menores de seis años, finiquitando a dichas empleadas e indicándose como causa del desempleo "cese voluntario" (Folios 212 y 240 a 242). VII.-El Comité de empresa también presentó denuncia ante la Inspección de Trabajo, imputando a la empleadora la práctica de despedir a las trabajadoras en situación de incapacidad temporal. La Inspección, a raíz de las actuaciones practicadas, reveló incumplimientos de la sociedad en materia laboral -al no entregar, entre otra, documentación relativa a las empleadas despedidas o cuyos contratos se extinguieron estando de baja médica-, en seguridad y salud laboral y por obstrucción a la labor inspectora, levantando por ello acta de infracción en fecha 26/01/04. La empresa demandada presentó escrito el 17/02/04 ante el Departament de Treball de la Generalitat de Catalunya interesando la anulación de la referida acta (Folios 216 a 225, 243 a 249 y 88 a 95). VIII.-En fecha 12/11/02 se dictó sentencia por el Juzgado Social núm. 33 de Barcelona en los autos núm. 788/02, sobre despido, instados contra la empresa demandada, en la que constan como hechos probados -entre otros- que la demandante en aquel procedimiento fue despedida disciplinariamente estando en situación de baja médica, así como que la mercantil realizaba habitualmente una "prueba de honestidad" consistente en introducir dinero en la caja sin conocimiento del trabajador para comprobar posteriormente su reacción al percatarse del exceso en el cuadre (Folios 226 a 236). IX.-La empresa demandada interpuso recurso de suplicación contra la anterior resolución, siendo desestimado por sentencia de fecha 31/07/03 dictada por la Sala Social del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (Folios 258 a 269). X.-El Juzgado Social núm. 16 de Barcelona pronunció sentencia en fecha 23/09/04, en procedimiento por despido núm. 462/04, declarando improcedente el despido sufrido por una empleada de Schlecker, SA La trabajadora en cuestión había firmado su baja voluntaria en la empresa tras manifestarle el supervisor de zona que, realizado un test de compra, se había detectado una falta de 20,36 euros y que si suscribía voluntariamente la baja no se formularía contra ella denuncia. Igualmente se hace referencia a otra ex empleada de la mercantil a la que se le hizo firmar su baja voluntaria después de imputársele haberse llevado productos de la tienda y que si no firmaba se interpondría denuncia acusándola por robo.. En dicha sentencia se recoge como hecho probado octavo que constituye praxis usual en la empresa demandada que el encargado de zona y su ayudante se personen ocasionalmente en los diferentes establecimientos para reunirse en el almacén con alguna trabajadora a la que acusan de robo, proponiéndole que suscriba su baja voluntaria y advirtiéndole que de no hacerlo se presentará denuncia contra ella. (Folios 250 a 256). XI.-El día 15/05/04, sobre las 20.00 horas, la demandante salió de la tienda al finalizar su jornada laboral portando una bolsa de cartón. Mientras se encontraba cerrando la persiana se personó la supervisora de zona -Sra. Marina- junto con su ayudante -Sra. Ana María-, al objeto de realizar un control. La primera, que había observado una diferencia de inventario por falta de género mayor de la habitual, decidió escoger la tienda en que se encontraba empleada la demandante para efectuar dicho control. La Sra. Marina solicitó a la actora que le entregara las llaves del establecimiento, expresándole que se trataba de "un cierre". Inmediatamente entraron las tres en la tienda y la Sra. Marina pidió a la demandante que le mostrase el contenido de la bolsa de cartón. La actora, que estaba nerviosa, sacó únicamente su bata de trabajo. La Sra. Marina, al percatarse de que en el fondo, debajo de una pequeña toalla, había una bolsa de plástico, extrajo la misma, comprobando que tenía el anagrama de la empresa y que en su interior había ocho productos de cosmética. Preguntada sobre tal extremo por la Sra. Marina, la demandante respondió que la bolsa no era suya, que era una trampa y que alguien se la había puesto dentro de la bolsa de cartón. Posteriormente, pidió a la supervisora que la perdonara. Ésta le contestó que no era posible, al tratarse de muchos artículos, y que había dos opciones: Firmar su baja voluntaria o enfrentarse a una denuncia ante la policía. (Testificales de la Sras. Marina y Ana María). La actora dijo entonces que quería llamar por teléfono a su marido y la supervisora le indicó que, si así lo hacía, ella llamaría al Sr. Jose Luis -jefe de ventas de la empresa demandadaporque no quería tener ningún enfrentamiento con el marido de la demandante. Ésta habló telefónicamente con su marido y la Sra. Marina se puso en contacto con el Sr. Jose Luis quien, tras ser informado sobre lo sucedido por la Sra. Marina y después de hablar con la actora, le dijo a la supervisora que llamase a la policía para evitar que se produjera algún escándalo en la tienda. Así lo hizo la Sra. Marina, personándose al poco tiempo una patrulla de la policía local, compuesta por los agentes núm. NUM001, NUM002 Y NUM003. (Testificales de la Sra. Marina, Sra. Ana María y la supervisora comunicó a los agentes que la actora había pretendido llevarse los artículos que contenía la bolsa de plástico. A continuación los agentes identificaron a la demandante y ésta les participó que era empleada de Schlecker y que la empresa le había tendido una trampa para despedirla. (Testificales de los agentes policiales que depusieron en el acto del juicio). XII.-La policía local, tras recoger las declaraciones de la actora y de la Sra. Marina, remitió las diligencias núm. 79/2004 al Juzgado de guardia de Cerdanyola del Valles. El Juzgado de Instrucción núm. 1 de dicha localidad incoó juicio de faltas núm. 261/2004 en virtud de auto de fecha 18/05 /04, sin que hasta la fecha conste que se haya celebrado el acto de juicio. (Folios 201 a 211). XIII.-La demandante estuvo trabajando sola en el establecimiento durante toda la jornada laboral del día 15/05/04 (hecho no controvertido). XIV.-La operación de cierre se realiza aleatoriamente por los supervisores de zona respectivos en las diversas tiendas de la empresa demandada. Consiste en controlar la puntualidad de la hora de cierre, así como en comprobar que la caja está hecha y que los empleados no sustraen género. Suele efectuarse de lunes a viernes, no siendo habitual que se verifique el sábado. (Testifical de la Sra. Marina). XV.-La plantilla de la empresa demandada está compuesta mayoritariamente por mujeres, trabajando algunas de ellas a tiempo completo y otras a tiempo parcial (folios 117 a 140). XVI.-La empleadora había informado a la actora sobre las normas a seguir para realizar compras personales, estando.aquéllas incluidas en el "Reglamento interior de la casa y de la empresa". Este último dispone textualmente en su apartado 7.15 que "no está permitido que el que compra se cobre el mismo en caja. La mercancía comprada debe ser puesta en bolsas de plástico y éstas deben ser cerradas con grapas y el recibo de caja debe ser pegado a ellas por fuera..." (Confesión en juicio de la demandante, folios 159 a 164). XVII.-La actora inició proceso de incapacidad temporal por enfermedad común el día 17/05/04. (Folio 195). XVIII.-La demandante, con anterioridad al despido, nunca había sido. sancionada (hecho no controvertido). XIX.-La demandante no ostenta cargo de representación sindical o legal de los trabajadores (hecho no controvertido). XX.-La actora presentó el 02/06/04 ante el Departament de Treball de la Generalitat de Catalunya papeleta de conciliación, celebrándose el correspondiente acto en fecha 28/06/04 con el resultado de "sin avenencia" (folio 23)». TERCERO Contra dicha sentencia anunció recurso de suplicación la parte actora, que formalizó dentro de plazo, y que la parte contraria, a la que se dio traslado impugnó, elevando los autos a este Tribunal dando lugar al presente rollo. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO Recurre en suplicación Dª Sofía la sentencia que desestimó su demanda por despido contra la empresa Schlecker, SA, y declaró la procedencia del mismo. Solicita en primer lugar, al amparo del apartado b) del artículo 191 de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) , la revisión del hecho probado undécimo, proponiendo para el mismo el siguiente texto alternativo: «El día 15.05.2004, sobre las 20,00 horas, la demandante salió de la tienda al finalizar su jornada laboral portando una bolsa de cartón. Mientras se encontraba cerrando la persiana la supervisora de zona -Sra. Marina- junto con su ayudante -Sra. Ana María- al objeto de realizar un control. La Sra. Marina solicitó a la actora que le entregara las llaves del establecimiento, expresándole que se trataba de un "cierre". Dentro de la tienda la Sra. Marina le dijo que debía firmar su baja voluntaria o enfrentarse a una denuncia ante la policía por robo de unos productos de la tienda, mostrándole una bolsa de plástico con el anagrama de la empresa. La actora dijo entonces que quería llamar por teléfono a su marido y la supervisora le indicó que, si así lo hacía, ella llamaría al Sr. Jose Luis -Jefe de Ventas de la empresa demandada-. La Sra. Marina se puso en contacto con el Sr. Jose Luis quien, tras ser informado sobre lo sucedido, le dijo a la supervisora que llamase a la policía. Así lo hizo la Sra. Marina, personándose al poco tiempo un patrulla de la policía local compuesta por los agentes núm. NUM001, NUM002 y NUM003. La supervisora comunicó a los agentes que la actora había pretendido llevarse los artículos que contenía la bolsa de plástico. A continuación los agentes identificaron a la demandante y ésta les participó que era empleada de Schlecker y que la empresa le había tendido una trampa para despedirla». La revisión de los hechos declarados probados que permite el apartado b) del artículo 191 de la Ley de Procedimiento Laboral, ha de basarse en pruebas documentales o periciales que de forma clara, evidente y directa, pongan de manifiesto algún error u omisión que haya podido cometerse, sin necesidad de acudir a hipótesis, conjeturas o suposiciones, no siendo posible una nueva valoración de otras pruebas como la de interrogatorio de las partes o la testifical, ya que tal función, en un recurso de carácter extraordinario como el de suplicación, corresponde en exclusiva al juzgador de instancia. Aplicando tales criterios no es posible acceder a la revisión que pretende la recurrente al basarse en los documentos foliados con los números 206, 207 y 202 del ramo de su ramo de prueba, donde consta la declaración que hizo ante la policía local el día de los hechos y la manifestación de los agentes de la policía que acudieron a las dependencias de la demandada, los cuales no son propiamente documentos que por sí solos dan fe de la veracidad de un hecho sino documentación de alegaciones o manifestaciones verbales de la propia parte y de terceros, cuya autenticidad debe ser contrastada con otras pruebas. Postula también la recurrente la supresión de las manifestaciones realizadas por las testificales de la Sra. Marina y Ana María, dado que la demandada fundamenta la inculpación a la actora en base a estos dos testigos que ostentan cargos directamente implicados en el ejercicio de la facultad disciplinaria de la empresa, aludiendo a diversas sentencias que han enjuiciado hechos semejantes, petición que ha de ser igualmente rechazada, ya que la posición que ocupen unos testigos dentro de la empresa puede ser tenida en cuenta en la instancia para valorar la credibilidad de su testimonio, pero en modo alguno para que la Sala prescinda y suprima el resultado de tal prueba, ya que no puede entrar a valorar de nuevo una prueba no susceptible de ser revisada en suplicación. SEGUNDO En un segundo apartado destinado al examen del derecho aplicado denuncia la recurrente, en primer lugar, la infracción de los artículos 18 de la Constitución Española ( RCL 1978, 2836) , 18 y 4.2.e), en relación con el artículo 20.3 y la aplicación indebida del artículo 55.4, todos ellos del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) , alegando que el registro que efectuaron dos empleadas de la empresa sobre sus efectos personales no estaba justificado y vulneró su derecho constitucional a la intimidad personal. El artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores señala que solo podrán realizarse registros sobre la persona del trabajador, en sus taquillas y efectos particulares, cuando sean necesarios para la protección del patrimonio empresarial y del de los demás trabajadores de la empresa, dentro del centro de trabajo y en horas de trabajo. En su realización se respetará al máximo la dignidad e intimidad del trabajador y se contará con la asistencia de un representante legal de los trabajadores o, en su ausencia del centro de trabajo, de otro trabajador de la empresa, siempre que ello fuera posible. Por su parte el artículo 20.3 del mismo cuerpo legal permite al empresario adoptar las medidas que estime más oportunas de vigilancia y control para verificar el cumplimiento del trabajador de sus obligaciones y deberes laborales, guardando en su adopción y aplicación la consideración debida a su dignidad humana. Y el artículo 4.2.e) de la misma Ley reconoce a los trabajadores el derecho al respeto de su intimidad y a la consideración debida a su dignidad. El Tribunal Supremo en sentencia de 5 de diciembre de 2003 ( RJ 2004, 313) recuerda que el Tribunal Constitucional, después de reconocer el derecho de los trabajadores a la intimidad, también durante el desarrollo de su trabajo (entendida aquélla como un «ámbito propio y reservado frente a la acción y el conocimiento de los demás»), ha señalado igualmente que tal derecho «no es absoluto como no lo es ninguno de los derechos fundamentales, pudiendo ceder ante intereses constitucionalmente relevantes, siempre que el recorte que aquél haya de experimentar se revele como necesario para lograr el fin legítimo previsto, proporcionado para alcanzarlo y, en todo caso, sea respetuoso con el contenido esencial del derecho». Habiendo terminado por concluir afirmando dicho Tribunal -en definitiva- que los controles empresariales que puedan establecer los empleadores en uso de su derecho a controlar la actividad de los trabajadores serán lícitos mientras no produzcan resultados inconstitucionales, y que para poder afirmar si ese respeto se entiende producido o no habrá que establecer en cada caso si la medida empresarial adoptada se acomoda a las exigencias de proporcionalidad entre el fin pretendido con ella y la posible restricción de aquel derecho fundamental de los trabajadores, para lo cual es necesario constatar si dicha medida «cumple los tres requisitos o condiciones siguientes: si tal medida es susceptible de conseguir el objetivo propuesto (juicio de idoneidad); si, además, es necesaria, en el sentido de que no exista otra medida más moderada para la consecución de tal propósito con igual eficacia (juicio de necesidad); y, finalmente, si la misma es ponderada o equilibrada, por derivarse de ella más beneficios o ventajas para el interés general que perjuicios sobre otros bienes o valores en conflicto (juicio de proporcionalidad en sentido estricto)». En el presente caso se cumplen estos requisitos, considerando la Sala adecuado y proporcionado el control efectuado por dos empleadas de la empresa sobre los efectos personales de la actora. Se dice en el hecho probado undécimo que la Sra. Marina, una de las personas que efectuó el registro, había observado una diferencia de inventario por falta de genero mayor de lo habitual, por lo que decidió escoger la tienda en la que se encontraba empleada la demandante para efectuar dicho control. La Sra. Marina solicitó a la actora que le entregara las llaves del establecimiento, expresándole que se trataba de un cierre. Inmediatamente entraron las tres en la tienda y la Sra. Marina pidió a la demandante que le mostrase el contenido de la bolsa de cartón que portaba al salir de la tienda. La actora que estaba nerviosa, sacó únicamente su bata de trabajo. La Sra. Marina al percatarse de que en el fondo, debajo de una pequeña toalla, había una bolsa de plástico, extrajo la misma, comprobando que tenía el anagrama de la empresa y que en su interior había ocho productos de cosmética. Dicha medida de control, adoptada ante la constatación de diferencias de inventario, era adecuada para el fin que se pretendía conseguir: averiguar la causa de la desaparición de productos de la empresa; era necesaria por no existir un medio menos gravoso para conseguir dicho fin y era proporcionada en el juego de los intereses en conflicto: la defensa del patrimonio de la empresa y el respeto a la dignidad y la intimidad de la trabajadora. Ninguna de las razones esgrimidas por la actora para impugnar la validez de la medida puede ser aceptada. El registro estaba justificado por los descuadres observados y el que en la carta de despido nada se dijera al respecto es irrelevante, toda vez que la misma solo debe recoger los hechos que motivan el despido, según el artículo 55.1 del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) , descritos de una manera suficiente para que el trabajador pueda defenderse, lo que en el presente caso así se ha hecho, sin que se haya alegado expresamente ningún defecto formal en la carta. Tampoco es necesaria ninguna explicación o justificación de porqué se elige a un determinado trabajador y no a otros cuando se desconoce quien puede ser el responsable de los hechos que se trata de investigar. La medida de vigilancia y control se efectuó en presencia de otra trabajadora de la empresa, la Sra. Ana María que acompañaba a la Sra. Marina, siendo la actora la única persona encargada de la tienda, por lo que en la fecha de los hechos ningún otro trabajador o representante de los trabajadores se encontraba en el lugar para presenciarlo. La asistencia preceptiva de tal representante no viene exigida por el precepto ni es obligatorio que se le convoque expresamente para ello, pues ante su ausencia del centro de trabajo puede presenciar el registro otro trabajador. Las funciones que este otro trabajador desempeñe en la empresa es también algo irrelevante, pues el precepto no impone ningún requisito adicional. Por las razones expuestas el presente motivo de censura jurídica debe ser desestimado al no apreciarse ningún atentado contra la dignidad o la intimidad de la trabajadora, ni en el registro al que fue sometida ni en la forma en que el mismo se llevó a cabo. TERCERO En el siguiente motivo de censura jurídica denuncia la actora la infracción de los artículos 55.5.b), 4 y 17 del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) , así como del artículo 14 de la Constitución ( RCL 1978, 2836) . En dicho motivo hace un repaso de todos los antecedentes y circunstancias que se consignan en los propios hechos probados, los cuales relaciona con el hecho mismo del despido, para deducir de ello la falta de acreditación de las imputaciones efectuadas para justificarlo, lo que comportaría su nulidad a tenor del artículo 55.5 del Estatuto de los Trabajadores. Con arreglo a dicho precepto en su apartado 5.b) es nulo el despido de las trabajadoras embarazadas y el de los trabajadores que hayan solicitado uno de los permisos a los que se refieren los apartados 4 y 5 del artículo 37 de esta Ley, o estén disfrutando de ellos o hayan solicitado la excedencia prevista en el apartado 3 del artículo 46 de la misma. Añade el precepto que lo establecido en las letras anteriores será de aplicación salvo que, en ambos casos, se declare la procedencia del despido por motivos no relacionados con el embarazo o con el ejercicio del derecho a los permisos y excedencias señalados. Esta última precisión es la misma que ha establecido el Tribunal Constitucional en todos los supuestos de despidos nulos por vulneración de derechos fundamentales o libertades públicas de algún trabajador cuando consta la existencia de indicios de que tal vulneración se ha producido. En efecto, ha tenido ocasión de señalar dicho Tribunal que cuando se ventila un despido pluricausal en el que confluye una causa, fondo o panorama discriminatorio y otros eventuales motivos concomitantes de justificación, es válido para excluir que el mismo pueda considerarse discriminatorio o contrario a los derechos fundamentales que el empresario acredite que la causa alegada tiene una justificación objetiva y razonable que, con independencia de que merezca la calificación de procedente, permita excluir cualquier propósito discriminatorio o contrario al derecho fundamental invocado ( STC núm. 7/93 [ RTC 1993, 7] ). Ha puesto de relieve asimismo que en aquellos casos en que la trascendencia disciplinaria es susceptible de distinta valoración, el empresario ha de probar tanto que su medida es razonable y objetiva como que no encubre una conducta contraria a un derecho fundamental, debiendo alcanzar necesariamente dicho resultad probatorio sin que baste el intentarlo. De modo que la parte demandada no solo debe probar los hechos motivadores de la decisión sino también su entidad. Es decir, que el comportamiento del trabajador tenga una base real y tenga entidad suficiente como para adoptar la decisión del despido, de forma que éste se hubiera producido verosímilmente en cualquier caso y al margen de todo propósito vulnerador de derechos fundamentales -lo que dejaría inoperante la prueba indiciaria- llevando al Juzgador a la convicción de que tales causas han sido las únicas que han motivado la decisión empresarial ( STC 30/02 [ RTC 2002, 30] ). En el presente caso nos encontramos con unos hechos imputados por la empresa a la actora para proceder a su despido que se han dado por probados y que objetivamente considerados revisten gravedad suficiente como poder calificar la decisión extintiva como procedente, a tenor de lo dispuesto en el artículo 54.2.d) del Estatuto de los Trabajadores, por implicar los mismos una trasgresión de la buena fe contractual que debe presidir toda relación laboral, ya que la trabajadora fue sorprendida el día 15 de mayo de 2004 al finalizar su jornada laboral intentando llevarse unos productos de la empresa que no había pagado. La recurrente ni siquiera discute que tales hechos tengan gravedad bastante para justificar el despido disciplinario. Niega sin más que los mismos hayan ocurrido en la forma en que se le imputan y relaciona la decisión de la empresa de despedirla con otros hechos ocurridos con anterioridad. Sin embargo partiendo de los hechos que la sentencia da por probados, a cuya revisión no se ha accedido, cualquier otro hecho o circunstancia ajena al despido mismo es irrelevante. Por ello ni siquiera es necesario tener en cuenta la sentencia que aporta la empresa en su escrito de impugnación del recurso al amparo del artículo 231 de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) , dictada por el Juzgado de Instrucción núm. 1 de Cerdanyola del Vallès de 9 de diciembre de 2004 en la que se condena a la actora como autora responsable de una falta de hurto, al margen de que dicha sentencia se acompaña por simple fotocopia y sin constancia de su firmeza. El que la empresa en el pasado haya cometido diversas irregularidades en relación a hechos ajenos al despido en nada puede influir sobre la calificación del mismo, porque el que tales irregularidades hayan existido no puede prejuzgar hechos posteriores. Así el que de forma indebida haya tramitado reducciones de jornada como excedencias maternales, que la Inspección de Trabajo haya constatado diversas anomalías e incumplimientos laborales, que algunas sentencias hayan considerado inadmisible determinadas prácticas como la denominada prueba o control de honestidad o hayan negado validez a determinadas bajas voluntarias por falta de consentimiento. El despido de la actora no está relacionado con ninguno de estos hechos, ni siquiera con la reducción de jornada que había solicitado, sino con un intento de llevarse efectos pertenecientes a la empresa sin haber abonado su importe y es solo esta conducta o comportamiento el que ha de valorarse y no las irregularidades que haya podido cometer la empresa en el pasado. Por ello teniendo el despido una justificación objetiva y razonable ajena a cualquier propósito de vulnerar derechos fundamentales de la trabajadora, no puede prosperar la denuncia que se formula en el presente motivo, lo cual comporta la desestimación íntegra del recurso. Vistos los preceptos citados y demás de general y pertinente aplicación, FALLAMOS Que debemos desestimar y desestimamos el recurso de suplicación interpuesto por Dª Sofía contra la sentencia de 26 de noviembre de 2004 dictada por el Juzgado de lo Social núm. 2 de Sabadell en los autos núm. 511/04, seguidos a instancia de dicha recurrente contra la empresa Schlecker, SA, confirmando la misma en todos sus extremos. Contra esta Sentencia cabe Recurso de Casación para la Unificación de Doctrina que deberá prepararse ante esta Sala en los diez días siguientes a la notificación, con los requisitos previstos en los números 2 y 3 del artículo 219 de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) . Notifíquese esta resolución a las partes y a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, y expídase testimonio que quedará unido al rollo de su razón, incorporándose el original al correspondiente libro de sentencias. Así por nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. PUBLICACIÓN.-La anterior sentencia ha sido leída y publicada en el día de su fecha por el/la Ilmo./a. Sr./a. Magistrado/a Ponente, de lo que doy fe.