LECCIONES Y TESTIMONIOS DE UN DIPLOMADO A 460 MAESTROS EN EL ESTADO DE MÉXICO Octubre 2013 - Febrero 2014 LECCIONES Y TESTIMONIOS DE UN DIPLOMADO A 460 MAESTROS 1 EN EL ESTADO DE MÉXICO Octubre 2013-Febrero 2014 Reconocimiento Las relaciones tutoras forman comunidades de aprendizaje en las que la autoría de lo que se logra no puede atribuirse a una persona porque queda repartida en el conjunto. Todos aportan y todos reciben, cada una y cada uno empleando múltiples, singulares talentos. Esto sucedió en el Diplomado con todos los participantes y claramente entre quienes lo prepararon y llevaron a cabo en Redes de Tutoría (Redes). La autoría se reparte necesariamente entre los que negociaron el proyecto con las autoridades del Estado de México, organizaron el plan de trabajo, prepararon materiales, cuidaron detalles administrativos, condujeron las sesiones –lo más arduo- en las cuatro sedes en las que se repartieron los maestros y, finalmente, entre quienes ayudaron a concluIr el proceso y elaboraron resultados. De los asesores de Redes destaca la participación de Gerardo Espinosa, como principal interlocutor con las autoridades educativas, y la de Juan Martín Martínez y Araceli Castillo como coordinadores del grupo que diseñó y ejecutó el Diplomado: Álvaro de Ávila –coordinador del trabajo de campo-, Martha Casas, Román Fuentes, Patricia Rodríguez y Laura Meneses. Lupita Estrella participó al final del Diplomado y continuó apoyando, junto con Álvaro, Patricia, Laura y Martha, en la recopilación y análisis de los registros, tanto de los asesores como de los maestros del Diplomado. Jessica Trujano, Ernesto Ponce y Carlos Torres facilitaron la comunicación digital y la nueva directora general de Redes, Ana Gabriela Heria, llegó a tiempo para conocer y difundir los resultados. El Diplomado es resultado de una larga tradición de apoyo a las escuelas para introducir relaciones personales de enseñanza aprendizaje. Con esta experiencia, Redes pudo responder al interés de las autoridades educativas de manera certera, como lo manifiesta el logro múltiple que es posible constatar en los efectos del Diplomado. La práctica continua y la revisión del trabajo hizo posible una capacitación que destaca por la rapidez y la profundidad con la que se estudió el trabajo docente y se experimentó una alternativa que lo enriquece profesionalmente. Por la importancia de los resultados y la necesidad de darlos a conocer, primeramente a quienes vivieron el proceso, pero también para compartirlo con otros educadores, sobre todo con quienes ya participan en redes de tutoría, decidí estudiar los resultados del Diplomado, ordenarlos y darlos a conocer. La elaboración es personal, pero el logro es de todos los que participaron en el proceso, por lo que todos pueden corregir o añadir comentarios a la elaboración que presento. Gabriel Cámara Director Fundador de Redes de Tutoría. 1. “Competencias para impulsar el fortalecimiento académico a través de tutoría con énfasis en el manual del maestro-tutor ‘Guía para la práctica educativa en comunidad de aprendizaje’”, Redes de tutoría, S.C I. Revisión del proceso y aportes del Diplomado A. Proceso El entorno Se presentan aportes relevantes del Diplomado “Competencias para impulsar el fortalecimiento académico a través de la tutoría con énfasis en el manual del maestro-tutor” que tomaron 460 maestros de educación básica en escuelas públicas del Estado de México. Lo especial del Diplomado, como sugiere el título, fue ofrecer a los participantes la experiencia de estudiar algún tema central del programa de estudio en relación tutora con un asesor externo, reflexionar sobre el proceso de aprendizaje, actuar después como tutor de otros compañeros del Diplomado y, finalmente, probar la tutoría en el lugar de trabajo. En otras palabras, el Diplomado fue capacitación para generar redes de tutoría en las que lo bien aprendido, en relación cara a cara con el tutor, se continúa aprendiendo con igual profundidad en sucesivos encuentros de quienes primero aprendices después son tutores. La clave de todo el proceso es mantener siempre el principio elemental de ofrecer lo que se demostró saber a quien se interesa en aprenderlo. El éxito de la relación tutora está en asegurar el empalme de capacidad con interés, que es la manera más sencilla de lograr calidad escolar-–aprender a aprender a propósito de un tema de estudio— y equidad educativa –-acomodar siempre el diálogo docente a la condición particular de cada estudiante. En el Estado de México se viene probando la eficacia de la relación tutora desde finales de la última década del siglo pasado, en pequeñas poblaciones donde se 2 implementó la Posprimaria Comunitaria del Consejo Nacional de Fomento Educativo. A partir del 2008 se empezó a probar en algunas telesecundarias y, finalmente, en el 2010 las redes de tutoría se extendieron a las 369 escuelas de educación básica, en las que durante tres ciclos consecutivos la mayoría de los estudiantes habían calificado en el nivel Insuficiente de la prueba ENLACE. El trabajo de Redes en escuelas primarias y en telesecundarias del Estado tuvo resultados notables que pudieron constatar investigadores externos.3La Estrategia Integral para la Mejora del Logro Educativo concluyó como proyecto federal a finales del 2012, aunque en el Estado de México se continúa trabajando intensivamente en algunas regiones como Ixtapan de la Sal, con el apoyo decidido de supervisores, maestros y maestras, 4 se difunde en reuniones y talleres, continúa atrayendo a visitantes extranjeros, y se afirma con eventos como el Diplomado que ahora se reseña. 2. Se abrieron centros de Posprimaria en comunidades como El Jacal, Almoloya de Juárez; Barrio 14, Villa Victoria; Peña Colorada, Ixtapan del Oro; Mesas Altas y Mesa Rica en Valle de Bravo; Hacienda Nueva, Amanalco; Aserradero Viejo, Sultepec y Hormigueros, Tejupilco. David Turner realizó una evaluación por encargo del Banco Mundial (David A.Turner y Ma. Guadalupe González de Turner: Post-Primary Rural Community Education. External Evaluation, Consejo Nacional de fomento Educativo, México, November 2000) y publicaron un artículo sobre su experiencia con Posprimaria: David Turner y M.G. González de Turner, “Education as the Missing Link in Rural Development: the case of Post-Primary Education in Mexico”, New Era in Education, The Journal of the World Educational Fellowship, vol.82, num 1, abril de 2001. Lo característico del Diplomado fue que se diseñó teniendo en cuenta lo que convenía mejorar, a partir de experiencias anteriores en relación tutora, entre maestros de primarias, telesecundarias y aun secundarias generales; pero particularmente teniendo en cuenta un Diplomado anterior que ofreció la Unidad de la Universidad Pedagógica Nacional en Guanajuato. Un hecho que se quiso corregir es que la red de tutoría no se limitara en la práctica a los asesores académicos, sino que llegara hasta los maestros con grupo. Así, la Subdirección Regional de Educación Básica y la Subdirección de Telesecundarias de la Secretaria de Educación, propusieron que el Diplomado se ofreciera a docentes de las diversas regiones; que se diera de manera intensiva, en sesiones de seis horas hábiles, aunque seriadas, y que lo condujera el grupo Redes de Tutoría (Redes). La promoción de Redes de Tutoría por parte del grupo que condujo el Diplomado se viene haciendo intencionalmente a gran escala. El propósito es responder eficazmente al doble objetivo de la educación básica: que sea de calidad y que pueda llegar sin menoscabo a todas las escuelas. Lograr aprendizajes de calidad en algunas escuelas escogidas no ha sido imposible; la dificultad ha sido asegurar el logro en cualquier escuela --potencialmente en todas--, independientemente de la localidad y el entorno socio-cultural. Desde esta perspectiva el doble empeño del servicio público parecería irrealizable dada la escasez de docentes y las limitaciones presupuestales. El desafío para Redes consistió en diseñar y probar el apoyo mínimo, asequible al sistema y a cualquier maestra(o), pero capaz de aumentar al máximo posible la calidad de lo que ella o él enseñan y aprenden sus estudiantes. La paradoja fue que la intervención mínima tomó forma en centros educativos de donde menos se esperaba: en pequeñas comunidades, en secundarias multigrado, con instructores temporales y en entornos con escasos alicientes académicos. En condiciones elementales fue posible descubrir la importancia decisiva que tiene el interés de aprender temas escolares, sobre todo cuando el tiempo de estudio compite con tareas de subsistencia y las familias no presionan a los hijos para que asistan al centro comunitario. Los asesores e instructores debían ofrecer, a quienes asistían al centro, desafíos académicos que los motivaran a esforzarse por aprender. Sin embargo, aprender contenidos del programa regular no motivaría suficientemente a quienes no ven necesario acumular grados, camino a una carrera universitaria, pero sí podría tener sentido aprenderlos como ocasión de lograr una competencia básica tan evidentemente útil como es aprender por cuenta propia de los libros. En las comunidades apartadas los estudiantes difícilmente tendrán acceso a buenos maestros, pero sí podrán seguir aprendiendo de los textos disponibles –y cada vez más, de los que llegan por medios electrónicos. Sólo que una competencia no se aprende sino en relaciones personales, de quien sabe con quien desea aprender, 3. En el 2012 Michael Hawkins realizó un estudio en escuelas primarias: An evaluation of the Experience of Tutor Networks in Estado de Mexico: A Perspective from the United Kingdom, Be the Change Education, Ltd. Londres. A principios del 2013 Brian Reinville y Zoe Stemm-Calderón, estudiantes de doctorado en la Escuela de Educación de la Universidad de Harvard, visitaron tres escuelas telesecundarias y recibieron tutoría de maestros y estudiantes. 4. Dennis Shirley, autor junto con Andy Hargreaves del libro La Cuerta vía. El prometedor futuro del cambio educativo, Octaedro, Barcelona, 2012, y catedrático de Boston College, visitó una escuela en el municipio de Sultepec. También han hecho visitas investigadores de Mexicanos Primero. Finalmente, en marzo del presente año la Dra. Charlotte Ryan de la Universidad de Massachusetts, visitó escuelas primarias y secundarias. y esto obligó a cambiar la clase tradicional y transformarla en comunidad de aprendizaje. La capacitación no sólo de instructores, sino de los mismos asesores de Redes, se hizo en relación de tutor a aprendiz, polivalente, sobre temas de las principales asignaturas. Más importante que los mismos contenidos fue la manera de estudiarlos con interés y por cuenta propia en diálogo tutor. Las redes que se formaron, en enlaces de aprendices que habiendo demostrado competencia pasaban a ser tutores de sus compañeros, garantizaron tanto la calidad de lo que se enseñaba –aun cuando fueran pocos temas— como la adecuación del diálogo a las condiciones particulares de cada estudiante. Calidad y equidad en una misma entrega. La razón elemental es que la relación tutora, al poner cara a cara maestro y estudiante crea el entorno que necesita el buen aprendizaje: se ofrece lo que ostensiblemente vale y se conoce; el interés del que acepta la oferta descarta la simulación; el diálogo tutor asegura la empatía y la perseverancia con la que el tutor apoya al aprendiz en cada etapa del proceso, así como la seguridad con la que éste, el aprendíz, avanza confiado en su maestro; el rigor del avance conduce, invariablmente, al dominio de lo que se estudia y el compromiso mutuo de lograr el propósito inicial no queda 5 satisfecho sino hasta demostrar el logro. Lo que los maestros vivieron en el Diplomado confirmó el poder de las relaciones personales de enseñanza aprendizaje, para cumplir el propósito del sistema educativo de dar a todos educación de calidad, en este caso capacitación de calidad a cada uno de los participantes. Primero que nada, lo vivieron como cambio personal, reconociendo en la sencillez elemental del encuentro de tutor y aprendiz el cumplimiento de los mejores rasgos de su misma práctica docente y de su experiencia como estudiantes. Las relaciones personales crearon el entorno en que el gusto de enseñar y el interés de aprender produjeron logros evidentes, visibles a los actores directos y a quienes observaban el proceso. Los maestros reconocen con satisfacción el valor profesional de lo que hicieron y lo que convendría adecuar en las escuelas para lograr que su trabajo acierte a dar apoyo oportuno a todos y todos tengan la oportunidad de aprender a aprender en su paso por la escuela. La comunidad de aprendizaje, a través de la cadena contínua de tutores que forman tutores, multiplica las posibilidades de aprender como no es posible suceda en salones de clase donde el maestro es la fuente principal de conocimientos y, por el tamaño de los grupos, no puede atender personalmente a cada estudiante. En la comunidad de aprendizaje todos tienen la oportunidad no sólo de aprender, sino de enseñar --que es ocasión suprema de aprender. El cambio personal que producen las redes de tutoría lleva naturalmente a continuarlo en cualquier lugar donde trabajen los maestros. La motivación que produjo y alimenta el cambio continúa y garantiza el avance del buen aprendizaje. Este dinamismo de cambio educativo, a partir del convencimiento interior de los maestros, es el mayor logro y a la vez la mejor evaluación del Diplomado. 5. Seymour Sarason destacaba algunos de estos atributos en lo que llamó “contexto productivo de aprendizaje”. Ver Sarason, S. B. (1996) Revisiting The culture of the school and the problem of change, Teachers College Press, Columbia University, New York., y Sarason, S. B. (2004) And what do you mean by learning? Heinemann Portsmouth, NH. La estructura El Diplomado atendió a los 460 docentes de educación básica en 19 sedes de 14 municipios del Estado de México: Amecameca, Ecatepec, Texcoco, Nezahualcóyotl, Metepec, Atlacomulco, Tejupilco, Valle de Bravo, Jilotepec, Naucalpan, Cuautitlán Izcalli, Zumpango, Toluca e Ixtapan de la Sal. Cinco asesores de Redes, apoyados por su institución,6 condujeron a lo largo de seis meses 15 sesiones presenciales de seis horas para cada uno de los grupos de 15 a 20 personas, en los que se repartieron los maestros de las sedes. Además de las sesiones presenciales, se incluyeron lecturas, elaboración de escritos y prácticas de campo en las escuelas; actividades que sumadas dieron nominalmente 180 horas de trabajo. La tarea central del diplomado fue vivir integralmente, en las sesiones presenciales, la experiencia de enseñanza aprendizaje en relación tutora, a fin de asimilarla, demostrarla y ser capaz después de repetirla en los centros de trabajo. Resultados Si aprender es transformarse, el D¡plomado muestra, en los hechos y el testimonio de los participantes, que hubo transformaciones notables para su desempeño profesional y para el avance académico y humano de sus estudiantes. La transformación más evidente, y probablemente la lección más útil para quienes desde la administración escolar promovieron el diplomado, fue la aceptación decidida del curso por parte de maestros que llegaron a él con reservas, porque recibirían, como dijeron algunos, “más de lo mismo” –es decir, de poco provecho. Los maestros fueron seleccionados directamente por sus directores según criterios diversos y muchos dijeron resentir que se les distrajera de sus tareas habituales, con el tipo de capacitación que imaginaban. Lo que transformó la actitud inicial fue vivir la experiencia de un nuevo tipo de desarrollo profesional. Lo nuevo fue el trato individual con el que se establecieron compromisos de aprendizaje, en diálogo franco con el asesor de Redes. El cambio fue de forma y fondo, porque la relación personal generó empatía, alentó el interés y sostuvo el esfuerzo individual; pero también logró la satisfacción de descubrir el poder de aprender por cuenta propia, hacer visible el aprendizaje y, todavía más, la posibilidad real de multiplicarlo en grupos numerosos. “Más de lo mismo” para muchos era recibir apoyo en temas generales que rara vez, si acaso, respondían a las necesidades sentidas, las carencias particulares estrictamente individuales que impiden a un maestro desempeñar bien el oficio docente. A este desencuentro de intereses específicos se añadía la inaplicabilidad de conceptos generales a la realidad de grupos numerosos. El maestro no sólo no recibía apoyo en lo que veía faltaba en su docencia, sino que aun las buenas recomendaciones que recibía eran prácticamente imposibles de implementar cuando por el gran número de estudiantes no podía motivar y atender personalmente a cada uno de ellos. 6. Negociación, Diseño, materiales, revisiones periódicas y análisis del diplomado y sus productos. Los testimonios del cambio que vivieron los maestros al experimentar ralaciones personales de enseñanza aprendizaje son abundantes y aparecen, explícita o implícitamete, en sus reflexiones escritas sobre los procesos que vivieron en el Diplomado. La evidencia está en los registros de la tutoría que recibieron, de la que ellos dieron a otros compañeros y de las que realizaron en sus lugares de trabajo. El valor de estos testimonios está en la realidad de la experiencia, en haber superado felizmente obstáculos académicos y emocionales, aun administrativos. Pero, a fin de aprovechar más claramente la lección que dan los maestros que vivieron el Diplomado, es conveniente categorizar y elaborar sus principales aspectos. B. Aportes Capacitación analógica El carácter analógico –como de molde a moldeado—define la capacitación del Diplomado y la distingue de otras capacitaciones que se ofrecen a maestros en servicio. Los asesores de Redes ofrecieron a los maestros de cada grupo temas de estudio que ellos, los asesores, habían visto y demostrado en su comunidad de aprendizaje. Así como antes habían sido aprendices, ahora actuaban como tutores de los maestros, quienes, después de la capacitación, harían lo mismo con sus compañeros y finalmente con sus estudiantes. Los temas de estudio debían ser desafiantes para despertar interés y sostener el diálogo tutor; pero la constante en el Diplomado fue mantener la horizontalidad de una relación que, para ser efectiva, debía realizarse alternadamente, sin distorsión, de capacitador a capacitando y de éste a otros aprendices. Además de asegurar la práctica de la misma competencia básica de aprender a aprender en los temas de interés, el Diplomado dio a los maestros la oportunidad de constatar que lo que ejercitaban podía implementarse en sus salones, al ver la sencillez con la que el asesor de Redes se desempeñaba en el diálogo tutor. No hubo en el Diplomado separación entre quienes decidían las actividades y quienes las debían ejecutar, porque ambos, asesores y maestros dialogaban y aprendían en pie de igualdad sobre temas que habían acordado estudiar. Aplicabilidad El corolario de aprovechar la competencia que demuestra el asesor y de aplicarla de manera análoga con otros compañeros del Diplomado era que después los maestros podrían aplicar lo que aprendieron en sus centros de trabajo. Los temas sobre los que se ejercitó la tutoría se tomaron de los programas de estudio; los mismos temas que los maestros deben enseñar a sus estudiantes. Cuando finalmente pudieron experimentar la tutoría en sus escuelas, no tuvieron que cambiar de tema; lo que cambió fue la relación docente. Alguien comentó, y los compañeros coincidieron con el comentario, que era la primera vez que podían aplicar directamente el contenido de un curso de capacitación en sus escuelas. Visibilidad del aprendizaje Cuando se cumple la condición de ofrecer lo que se sabe a quien en verdad quiere aprenderlo, queda al descubierto lo más elemental de cualquier situación de aprendizaje intencional. No hay formalidad escolar que encubra ignorancias en el que enseña, ni lugar para simular interés en el que aprende. No hay manera de diferir a futuro el resultado del esfuerzo, ni de posponer la evaluación del proceso. Tampoco se pueden aducir carencias técnicas, económicas o sociales para justificar lo que no se logra en el encuentro. En el diálogo elemental de tutor y aprendiz, lo que destaca sobre cualquier otra circunstancia es la honestidad y la verdad con la que se aprende. La espontaneidad del diálogo, la intensidad del esfuerzo, las diversas manifestaciones del logro son visibles a los actores y a quienes los observan. Esta visibilidad es garantía de buen aprendizaje, como lo demuestra la satisfacción del aprendiz y su capacidad de multiplicar la experiencia con otros aprendices. También lo confirma la investigación reciente sobre los factores escolares que inciden en la calidad de los aprendizajes. A través de cientos de metanálisis de miles de investigaciones sobre factores que inciden en el aprendizaje escolar, el investigador neozelandés, John Hattie concluye, La enseñanza y el aprendizaje se hacen visibles cuando la práctica se encamina deliberadamente a dominar algo, cuando se vigila el avance, cuando las personas (maestros, estudiantes, compañeros) se empeñan activamente y se apasionan con el aprendizaje. Son maestros que descubren el aprendizaje en los ojos de sus estudiantes, y estudiantes que ven en la enseñanza de su maestro la clave para aprender lo que desean. La evidencia más sólida de esta investigación es que los efectos más importantes en el aprendizaje de los estudiantes ocurren cuando los maestros aprenden de su propia enseñanza, y cuando los estudiantes se convierten en sus propios maestros. 7 En el Diplomado los maestros pudieron aprender de su práctica, como se lee en sus comentarios y en los registros de sus procesos, porque el diálogo tutor hizo visible en todo momento tanto la calidad del trabajo como la realidad del logro. Ayuda eficaz El proceso de aprendizaje en relación tutora es visible porque el diálogo se basa en la confianza y los actores pueden proceder con transparencia. En el Diplomado, cada maestro experimentó la atención personal del asesor de Redes, en la que hubo respeto, interés y compromiso de trabajo. La visibilidad fue efecto de la confianza, y con confianza fue posible reconocer deficiencias –aun en la especialidad académica del aprendiz—y aprender. Contra la tendencia escolar de pretender saber lo que se ignora, a fin de dar gusto al docente, en el diálogo tutor exponer errores es ocasión de aprender, porque necesariamente se corrigen. Los maestros, en vez de disgusto por incurrir en errores, tuvieron la satisfacción de encontrarles remedio con ayuda del asesor y en colegiado. 7. Tomado y traducido de John Hattie, (2012) Visible Learning for Teachers: Maximazing Impact on Learning, Routledge, Londres y NY, p.18. Contenido y tiempo en función del aprendizaje Una de las novedades que vivieron los maestros fue ver que los temas de estudio que ofrecían los capacitadores, aun cuando eran reducidos, no se imponían a todo el grupo, sino que cada participante escogía el que desafiaba su interés particular. Asimismo, no todos debían proceder al mismo paso ni aprender en el mismo tiempo, sino de modo personal, conforme cada uno exploraba el tema escogido, hacía consultas, revisaba el proceso, dialogaba con el asesor; hasta que, finalmente, sentía y demostraba entender el tema. La experiencia era tanto más novedosa cuanto se ha hecho práctica regular en las escuelas poner el aprendizaje en función de temas comunes que los estudiantes deben ver en tiempos determinados. Después de experimentar el orden inverso, la necesidad imperiosa en todo buen aprendizaje de poner el contenido y el tiempo en función del aprendizaje individual, los maestros desean un cambio semejante en sus escuelas. Alentar estos cambios tiene garantía de éxito porque son los actores de base en las escuelas los que los proponen, con experiencia interior y convencimiento personal . Non multa sed multum El dicho latino expresa uno de los principios de la pedagogía jesuita que durante los siglos XVI, XVII y XVIII se practicó con reconocido éxito en los colegios de las 8 metrópolis europeas y sus colonias. No conviene ver muchas cosas superficialmente, sino pocas en profundidad. Otra de las novedades que experimentaron los maestros fue ver que al profundizar en un tema central y lograr entenderlo a cabalidad, veían necesariamente muchos más temas y cubrían otros contenidos del programa. La objeción a dedicar todo el tiempo que amerite el estudio a fondo de algún tema es que no habrá tiempo para ver el resto de los temas que demanda el programa. La razón es que el maestro debe responder a la urgencia de sus superiores de ir cubriendo, en tiempo y forma, las dosificaciones del programa de estudio. La experiencia del Diplomado permitió descubrir que no sólo se conoce a fondo un tema cuando el empeño de entender toma el tiempo necesario, sino que también se conocen otros temas y, finalmente, se puede dar cuenta del programa con la satisfacción de estar aprendiendo bien. La experiencia de aprender en colegiado Cada grupo en el Diplomado enfrentó retos semejantes de aprendizaje; cada maestro trabajó el tema que le interesó aprender, pero todos lo hicieron al descubierto, en tutorías que pasaban de individuales a grupales y en las que, finalmente, todos demostraban lo aprendido. Los temas que los maestros trabajaron en las primeras sesiones como aprendices, los ofrecieron después, como tutores, a otros compañeros, y éstos repitieron el proceso. Dar y recibir tutoría fue la ocasión de conocer intereses, modos de aprender y, sobre todo, caer en la cuenta de la imperiosa necesidad de entender y respetar el mundo intelectual y afectivo de cada aprendiz. Esta experiencia se enriqueció con los comentarios de los asesores y lecturas adicionales 8. Allan Farrel, (1938) Jesuit Code of Liberal Education, Milwaukee, The Bruce Publishing Co. de autores que explicaban el alcance de la relación tutora y las comunidades de aprendizaje. Por la diligencia con la que se trabajó, por el logro visible, valioso y compartido, y por la satisfacción que expresaron los maestros, se perfiló un entorno donde el trabajo docente se perfecciona entre compañeros . La transformación del núcleo Al ver la utilidad que descubría el Diplomado, varios maestros no sólo lo contrastaron favorablemente con capacitaciones anteriores, sino que extendieron su reflexión a reformas que se han implementado para mejorar el servicio educativo. Las consideraciones tenían como base la experiencia de vivir el núcleo del aprendizaje, el empeño elemental del sistema educativo, de una manera distinta a la habitual. La relación tutora recompone, necesariamente, la relación docente y asegura tanto la capacidad como el interés para aprender algo. Si esto sucede en la unidad mínima del sistema, se asegura el propósito de la educación básica y los otros factores del servicio cumplirán su función con eficacia. Pero si la estructura escolar, por alguna causa, dificulta el empalme del interés del estudiante con la capacidad de su docente, no habrá reforma estructural (nuevos programas y textos, reordenamientos administrativos, evaluaciones generales, mejor equipamiento, incentivos a docentes, introducción de sistemas digitales, etc.) que logre el objetivo que las justifica. La llave maestra Contra la rigidez de un formato único –texto, secuencias, dosificación, cuestionarios, evaluaciones— el diálogo tutor permite atender diferencias personales en cualquier nivel y sobre cualquier tema de estudio. Por principio, el maestro-tutor ofrece sólo lo que ha demostrado saber y lo ofrece con la intención expresa de responder no sólo al interés personal del estudiante, sino de acomodar el diálogo en todo momento a su disposición y entorno cultural. Con tiempo y dedicación para apoyar así al estudiante, el docente acertará a acomodar su docencia a lo que cada uno necesita: lograr el éxito del empeño académico y a la vez socializar el aprendizaje. El logro y el déficit Al revisar registros del Diplomado aparece con claridad que dos necesidades comunes entre maestros de educación básica se satisfacen en red de tutoría: seguridad profesional para manejar los diversos temas del programa de estudios, y atención individual a cada estudiante. El principio elemental de la tutoría, según el cual el maestro ofrece sólo lo que sabe, da seguridad profesional al docente, en el supuesto de que, al aprender en profundidad un tema, se cubren necesariamente otros y el programa no se descuida. Más importante todavía, la red de tutoría al crear una comunidad de aprendizaje multiplica el alcance del maestro y hace posible en el grupo dar y recibir atención personal. Pero estas necesidades, sentidas por la inmensa mayoría de docentes, se atienden eficazmente en la medida que la estructura escolar se modifica para que el salón de clase tradicional pueda convertirse en una comunidad de aprendizaje. La extensión de la experiencia del Diplomado, como se confirma en escuelas donde la relación tutora se ha venido implementando exitosamente, será paulatina pero segura. Implica experimentar informada y libremente la nueva relación de enseñanza aprendizaje. Descartar prácticas habituales no se logra sino con el convencimiento del grupo al experimentar personalmente las ventajas del cambio. En el Diplomado, se percibe claramente un proceso en el que lo nuevo se mezcla todavía con lo antiguo y todavía no luce la relación tutora con la fuerza que debería, aunque el cambio ya está en marcha. Evaluación externa La visibilidad del diálogo tutor garantiza el aprendizaje, porque tutor y aprendiz se empeñan en que ocurra y porque perciben constantemente el desempeño del proceso y pueden modificar el curso. Esta evaluación personal se hace pública al demostrar lo aprendido y al dar tutoría a otros compañeros. La evidencia de que se aprendió con autonomía, de que se aprendió bien y que se domina un tema, al grado de poder enseñarlo a otros, es patente a cualquier evaluador externo. Otra cosa será investigar cuántos temas maneja con profundidad el aprendiz y cómo los integra. Para evaluar estos aspectos será necesario estudiar registros de trabajo y hablar directamente con el aprendiz y su maestro. Se harán también evaluaciones estándar. Para evaluar la efectividad de una comunidad de aprendizaje hay que detectar la fidelidad con la que se viven las características de lo que Sarason llama contexto de aprendizaje productivo y los rasgos que definen la relación tutora, como son atender personalmente a cada uno, dar oportunidad de elegir tema de estudio y avanzar al propio paso, así como tener ocasión de demostrar y dar tutoría a otros compañeros. Aun cuando la atención se dirige al logro académico, la evaluación de una comunidad de aprendizaje incluye estimar la calidad de las relaciones interpersonales, el respeto, la ayuda mutua, la satisfacción compartida, la originalidad, la autonomía, etc. Teoría y práctica La mayoría de las reflexiones de los maestros sobre sus procesos de aprendizaje y tutoría muestran gran seguridad en el manejo de teorías y conceptos generales. La reflexión sobre los procesos fue parte esencial del diplomado y tuvo lugar no sólo en el diálogo interpersonal, sino en los escritos en que cada maestro fue ordenando su experiencia. Casi invariablemente los maestros en estas reflexiones contrastaron la práctica habitual con la nueva manera de enseñar y aprender. Además, se 9 hicieron lecturas de algunos autores con la idea de ampliar el entorno conceptual del Diplomado. Lo notable en la mayoría de los registros de los maestros es que pudieron contrastar e integrar su experiencia concreta con principios pedagógicos y discursos educativos generales. Así como no hubo separación entre capacitador 9. Richard Elmore, “El núcleo de la práctica educativa” tomado y traducido de Instructional Rounds in Education, Harvard Education Press, Cambridge, 2009; Gabriel Cámara, “Leer con sentido”, en Otra Educación Básica es Posible, Siglo XXI Editores, México, 2008; Santiago Rincón Gallardo, “Gestión escolar y profesionalización. Consolidar las relaciones tutoras”, en Redes de Tutoría Académica. Orientaciones para su Gestión en Regiones y Escuelas, SEB, México, 2012; Mortimer Adler, “Cómo leer un Libro”, en Muchas Reglas un Hábito, IPN., México, 1992; Ángel I. Pérez Gómez, “Insatisfacción Escolar. La Escuela Desbordada”, en Educarse en la Era Digital, Morata, Madrid 2012; Redes de Tutoría, “¿Qué es la relación tutora?” (mimeo), México, 2013. y capacitando, tampoco hubo terminología ajena a la experiencia diaria de los maestros o a lo que vivían en la red de tutoría. Todo era visible y explicable. Se dio lo que Anthony Bryk y Davis Yaeger10 llaman “teoría práctica”, en la que tanto investigadores teóricos como quienes llevan las tareas docentes, emplean el mismo lenguaje. Trascendencia a las escuelas de los maestros El propósito de dirigir el Diplomado a maestros en servicio fue alentar la práctica de la relación tutora en las escuelas, tanto que el último tramo del Diplomado se orientó a elaborar un plan de intervención tutora en la escuela de cada participante, probarlo y registrar el resultado. Sin haber logrado hacer la revisión de los más de cuatrocientos planes de intervención, es posible decir que algunos destacan por la claridad y el convencimiento con que asumen la relación tutora, pero en los registros de las experiencias que ya habían hecho en sus escuelas, los maestros invariablemente subrayan las dificultades de implementación, sea porque el director no admite hacer adecuaciones de horario, o no piensa que la relación tutora sea buena metodología; pero también porque los compañeros maestros no piensan que conviene hacer lugar a una metodología que cuestiona prácticas habituales. Trascendencia más allá de las escuelas. Una de las señales indiscutibles de éxito en el Diplomado fue el entusiasmo que la relación tutora despertó entre maestros de Toluca, Ixtapan de la Sal y Jilotepec por organizar un encuentro con quienes han vivido esa metodología fuera del Edomex. El asesor Álvaro de Ávila que atendió a los grupos de Toluca e Ixtapan de la Sal, fue el enlace con maestros y estudiantes de Zacatecas que han vivido la relación tutora y, junto con la Maestra Reynalda Miranda de Jilotepec, organizaron un encuentro de dos días en ese municipio, en la Subsede de Jilotepec de la Unidad Pedagógica Nacional. De Zacatecas vinieron 23 alumnos de la Escuela Normal del estado, y sus maestros; así como maestros de telesecundaria y un pequeño grupo de sus estudiantes con experiencia en relación tutora. Del Estado de México asistieron los maestros del Diplomado que promovieron el encuentro y los maestros y alumnos de la Unidad Regional. El propósito fue dar y recibir tutoría, intercambiar temas y demostrar aprendizajes. Hay además casos en los que la práctica de la relación tutora en las escuelas trascendió a la familia, porque ha entusiasmado a hermanos menores y aun a los padres. 10. “La virtud de una teoría práctica es que cada uno de sus elementos es reconocible inmediatamente, tanto por quienes se especializan en la práctica como por quienes se especializan en la teoría; cada uno de los cuales entiende a profundidad el problema concreto particular desde su propia perspectiva. Esto es importante, pensamos, para que la teoría sea guía útil en la mejora de la práctica pero también para que tanto los teóricos como los prácticos la acepten” (tomado y traducido de Improvement Research Carried Out Through Networked Communities: Accelerating Learning about Practices that Support More Productive Student Mindsets, Carnegie Foundation for the Advancement of Teaching, manuscrito, junio 10, 2013, p. 15. El diseño y la práctica del Diplomado Las ventajas que se señalan tanto en el diseño como en la implementación del Diplomado permiten, por contraste, detectar aspectos que no se dieron y que hubieran aumentado la efectividad. El rechazo inicial hubiera podido evitarse si el Diplomado se hubiera anunciado con suficiente anticipación y si la participación se hubiera negociado con más libertad entre los funcionarios, el director y el maestro. La idea era construir sobre la experiencia anterior de los maestros con relación tutora, pero en la mayoría de los casos la experiencia había sido superficial e incompleta. Muchos maestros la habían vivido sólo durante unas semanas al principio del ciclo escolar en el curso propedéutico para estudiantes de primero de secundaria en el 2011 y 2012; otros no la conocían. Aun cuando la intención era clara, la movilidad de docentes en las regiones, o bien alguna circunstancia particular, no permitió siempre elegir a maestros con experiencia previa en comunidades de aprendizaje. Sin embargo, como se dijo ya anteriormente, el Diplomado disipó pronto el rechazo inicial de los maestros. Más importante que la manera de conformar el grupo, resulta la ausencia de un plan concreto para apoyar la continuidad del trabajo en las escuelas. No sería dable pensar en un diseño general que hiciera lugar por decreto a la relación tutora en las escuelas, pero sí en anticipar experiencias acordadas en algunas escuelas en las que supervisor, director, maestros y padres de familia decidieran experimentar incrementalmente la transformación de algún o algunos grupos en comunidades de aprendizaje. Con el mismo fin de aprovechar lo que se ganó en el Diplomado, hubiera sido conveniente establecer una red virtual en la que los 460 participantes pudieran intercambiar experiencias, recibir información adicional sobre las redes de tutoría en el Estado de México y en otros estados, aun en otros países, y de manera más ambiciosa, continuar recibiendo tutoría. Imponer para liberar Una característica de la relación tutora es que únicamente puede vivirse en entorno de libertad. El diálogo tutor será siempre original, atento a detalles no previstos, creativo para acomodar circunstancias cambiantes de ánimo, percepción, conocimientos y recursos tanto del tutor como del aprendiz. Sólo en libertad se aprende y el diálogo tutor se basa en la libertad con la que tutor y aprendiz deciden el trabajo. La paradoja fue que la asistencia al Diplomado en relación tutora se impuso a los maestros por decisión general de los superiores y particular de sus directores. Se supo de casos en los que hubo algún reclamo, pero en lo general la orden se acató y se ejecutó con disciplina institucional. La protesta inicial de la mayoría fue interior y aun cuando se expresó de viva voz, la intención no fue obstruir el Diplomado sino desahogar el malestar. La relación interpersonal desbancó prejuicios y suavemente transformó las sesiones del Diplomado en comunidades de aprendizaje, porque los asesores atendieron necesidades particulares, dieron opción de elegir temas y respetaron el avance de cada maestro. Todavía, por la insistencia de muchos maestros que, gustando ya del Diplomado, insistían en pedir que se les extendieran oficios por escrito para amparar su participación, es posible percibir el grado de dependencia institucional aun para mejorar profesionalmente. Sin la orden de presentarse al Diplomado, la mayoría de los maestros no hubiera tenido la oportunidad de experimentar cabalmente la relación tutora y enriquecer su docencia con apoyo de los compañeros. En las condiciones en que actualmente se vive la cultura escolar en el sistema educativo mexicano parece que, al menos en las circunstancias en que tuvo lugar el Diplomado, resulta positivo emplear la autoridad para experimentar vivir la autonomía que exige el trabajo profesional de los maestros. II. Evidencias de aprendizaje De los registros de trabajo durante el Diplomado, se transcriben reflexiones personales de los maestros que dan fe de la transformación que a lo largo de las sesiones de capacitación experimentaron sus autores. Son una muestra de lo que vivió la mayoría de los maestros, y obviamente limitada porque en el tiempo disponible no fue dable ordenar y cuantificar cientos de estos testimonios. El propósito central es sustentar las lecciones que Redes encuentra en el Diplomado y nada mejor que con la opinión y la práctica de quienes lo recibieron, primero con recelo y finalmente con manifiesto entusiasmo. De los escritos se seleccionan párrafos relevantes y dada la limitación de la muestra, así como el hecho de que no se cuenta con la anuencia de los autores, se transcriben omitiendo nombres y regiones. Las autoridades del Estado de México y Redes tienen copia digital de todos los registros en que naturalmente se podrían hacer análisis y estudios más completos sobre lo que logró y se hubiera podido lograr con el Diplomado. Unos textos se refieren a la experiencia de recibir tutoría del asesor de Redes, otros a la de dar tutoría a otros compañeros y otros más a la experiencia de intentar repetir la tutoría en sus lugares de trabajo con compañeros y/o estudiantes. Atención personal “Yo misma fui parte de la estadística de docentes que habíamos escuchado hablar de la ‘relación tutora’, e incluso fui capacitada en un solo día por académicos para la puesta en marcha del cuadernillo ‘Lee, piensa, decide y aprende’, en junio de ciclos anteriores; pero nada de esto fue suficiente para que le diera el sentido y la importancia que hoy encuentro; por lo tanto, he llegado a concluir que una cosa es que alguien te hable sobre tutoría o te capacite ‘en cascada’, y otra realmente vivirla a través de una ‘capacitación artesanal’. Justo ahí está la diferencia”. “…la experiencia sobre esta relación tutora, donde tuve la fortuna de ser tutorado, digo fortuna porque el tutor mostró tolerancia, disposición y, lo más importante, supo guiarme mediante preguntas generadoras de reflexión que permitieron obtener los resultados anteriores…” “…le pedí que registrara su proceso de aprendizaje y me comentó que le gustaría trabajar con lápiz para ordenar sus ideas. Le dije que lo hiciera como le pareciera y comenzó a escribir. Dentro del registro de aprendizaje pude observar que se le dificultaba la redacción y ordenar sus ideas, además de que tenía mucha impaciencia por terminar la tutoría y ver cómo quedaba. Se sentía ansioso y lo que hice fue ayudarle a ordenar sus idas haciendo un repaso del trabajo que realizamos…” “Así tardamos mucho tiempo en acomodar su registro de proceso, pues tenía que estarle preguntando de dónde habían salido esos resultados, o qué procedimiento había seguido; al final, tuve que estarle recordando todo el proceso que hicimos para obtener el área a partir del triángulo”. “En un inicio, al dictarle el problema que íbamos a trabajar, observé su rostro y se relacionó mucho con su expresión: “ No le entiendo nada”. Traté de motivarla con el problema diciéndole que estaba sencillo, que sólo era cuestión de desmenuzar lo que me estaba pidiendo. En realidad el problema era sencillo, pero le costó mucho trabajo resolverlo. Le di un espacio para que leyera el problema y pudiera empezar a resolverlo, al cabo de un rato le pregunté acerca de lo que pedía y me refirió que pedía el perímetro y el área de una parte sombreada”. “Bondades de la relación tutora: conoces al estudiante como persona, más allá de un alumno, es un ser con sentimientos y experiencias buenas y malas y éstas pueden ser utilizadas como herramientas en favor del tutor. No hay sólo un protagonista, ambos lo son. Los maestros creemos que no se puede aprender de otro alumno, sino sólo de los maestros; pero con esta metodología se entiende que aprender va más allá de conocer el resultado de un problema”. “Somos afortunados en participar … nosotros estamos costruyendo el Diplomado de acuerdo a nuestras necesidades; estamos aprendiendo a leer con sentido y a reflexionar.” “Reconozco que en los grupos que atiendo hay diversidad de habilidades e intereses con los que cuenta cada uno y, cuando no los considero, llego a un trabajo rutinario, de escasa exigencia intelectual, tareas repetitivas, mismos contenidos. Si tengo la iniciativa de cambiar, debo ser innovadora, debo tener iniciativa por considerar necesidades e intereses de los alumnos y forjar en mi persona la creatividad que, sin duda alguna, llevará a conseguir una educación de calidad para todos los alumnos.” La confianza de dar libertad de elección al aprendiz genera el compromiso “Posteriormente la tutora muy amablemente nos dio a conocer las opciones para trabajar, fue entonces cuando escuché: ‘la mayoría son temas de Español, y sólo traigo uno de Matemáticas, es sobre fracciones’. Fue en ese momento cuando un dilema llegó a mi mente, puesto que en lo personal me apasiona la literatura, los cuentos, etc.; pero mi compromiso profesional fue más intenso y recordé aquel día en que los universitarios [alumnos de la UPN] me pidieron que reforzáramos el tema de fracciones y no sólo eso, sino también estrategias para su enseñanza. También recordé a los pequeños de la telesecundaria, con sus caritas de confusión cada que algún problema de la clase requiere de operar con fracciones; entonces decidí levantar la mano y con firme convicción decir ‘Maestra yo elijo el tema de fracciones’. Fue así como acepté el reto”. “Se realiza la presentación de ambas ya que no hay una relación de alumna– maestra, se explica que se va a trabajar con la estrategia de Tutoría y se les dice que debe existir la confianza suficiente para decir en algún momento que no se entiende lo que se pide o lo que va a realizar. Cabe aclarar que se le dice que esta estrategia requiere que escriban cada vez que vamos realizando un proceso, para después poder saber qué es lo que vamos haciendo y de dónde se están obteniendo los resultados”. “Mi primera reacción, cuando indicaron que nos anexáramos a uno de tres equipos para trabajar, fue integrarme a matemáticas, por ser el tema que más domino; pero pensé ‘vine a aprender y sacar provecho de este curso’ y me anexé a literatura. No quise irme a poesía, porque este tema siempre se me ha hecho muy ajeno”. Cambio de actitud al experimentar la utilidad del Diplomado “Cuando inicié con la lectura de ‘La tierra que nos han dado’, ignoraba aun cómo se presentaría el cambio y dudaba si era sólo un curso más; sin embargo, me di cuenta de lo equivocado que estaba, porque se me dio una tutoría de la lectura con la que me di cuenta de lo que alguien me puede ayudar a entender y comprender que lo que no alcanzaba a ver más allá de una simple lectura, se podría convertir en un texto y aprendizaje significativo. Fue entonces que comprendí que no era algo más de lo mismo, sino que era realmente un cambio, un apoyo y una nueva forma de encontrar aprendizajes. Ahora, después de cuatro sesiones de trabajo pertenecientes al Módulo I, he mejorado hasta mi relación con mis compañeros, alumnos y hasta con mi familia”. “Pienso, y lo digo con toda honestidad, que aún me falta mucho por conocer y dominar de la tutoría; sobre todo la práctica y el manejo de otro tipo de problemática que debe ir surgiendo cuando se implemente en otros ambientes y con otros temas, pero espero que así como cambiaron mis perpectivas de inicio a la fecha, cambien también de este momento al final del diplomado”. “Cuando me informaron en mi escuela que había sido seleccionado para tomar un diplomado, sin que supiera sobre qué, no me encontraba muy dispuesto para hacerlo, pero pues ‘órdenes son órdenes’ y aquí llegamos. Estando aquí, me enteré que tenía relación con el guión de tutoría y persistí en mi poca disposición de tomarlo. Sin embargo, la presentación que hicieron las conductoras y el entusiasmo que mostraron para organizarlo, fueron cambiando mi forma de pensar”. “La primera impresión que tuve al conocer la tutoría fue que se trataba de ‘más de lo mismo’ y que las sesiones del diplomado pintaban para ser tediosas y rutinarias. A la fecha, aún me sigue sorprendiendo el gusto y la satisfacción que me proporcionan las actividades que hemos venido desarrollando”. El tutor acomoda el diálogo a la necesidad del aprendiz “Le cuestioné si con ellos también debía hacer suma de fracciones y que si los datos que tenía eran los que debía utilizar, ya que utilizaba, con Lucas 3/8 + 1/12 y con Octavio 2/5 + 1/3, así que le pedí leyera otra vez el texto. Su primera respuesta fue afirmar que sí, pero después dijo que no; que creía que era resta, pero seguía utilizando los mismos datos que tenía de los dos niños. Se le sugirió releer el problema con detenimiento, específicamente con los niños, primero lo de Lucas y luego lo de Octavio”. “…me doy cuenta de que el problema está en que no sabe ubicar el vértice. Recurro a hacerle el siguiente cuestionamiento: ‘dime ¿qué entiendes por vértice?’ Sigue sin contestar… seguía sin contestar y entonces recurro a decirle que el lugar en donde nos encontramos es un biblioteca y que podemos hacer uso de los materiales que en ella existen, que si cree conveniente consultar un libro y me dijo que sí. Eligió una enciclopedia, buscaba vértice pero no lo encontraba…” “…comenzó a realizar suma de fracciones pero no tenía claro cómo se realiza la suma de fracciones puesto que lo hacía directo, por ejemplo al sumar 4/10 mas ½ decía que el resultado era de 5/12. Por lo que le sugerí que investigara cómo se resuelve la suma de fracciones con denominador común. Recurrió a internet. Cuando investigó pedí que resolviera el avance de Daniela, pero no realizaba acción alguna, a lo que supuse que no había entendido lo que investigó. Le proporcioné un libro de texto, pero tampoco podía avanzar; por lo que me dispuse a explicar cómo se resuelve la suma de fracciones”. “Después de que la tutora conoció lo que yo sabía y lo que era necesario construir, comenzó dándome la instrucción de que trazara un ángulo, yo seguí las instrucciones y me pidió que prolongara las rectas después del vértice. Al observar lo que se formaba de esa prolongación de rectas me dijo que eso era intersección. Al observarlo yo definí entonces que la intersección es donde se cortan dos rectas. La tutora me solicitó que trazara otros dos ángulos y que en cada parte del ángulo colocara tres letras por ejemplo YXZ, en el otro ángulo POQ, ahora me dijo que pusiera especial atención en el orden en que estaban escritas las letras y en el orden en que los había colocado en el ángulo que acababa de trazar. Aquí pude observar que las letras de las orillas correspondían a los lados y la letra del centro al vértice del ángulo”. Aprendizaje en colegiado “El coordinador se dio cuenta que el grupo de trabajo tenía las soluciones correctas, resaltó las diferentes formas de llegar a ellas, y en forma de plenaria se identificaron los conceptos que pudieran rescatarse para recuperar los recursos matemáticos a integrar en el presente registro…” “Es interesante hacer un alto en el camino a estas alturas del Diplomado y agradezco la oportunidad que se me da de hacerlo. La siguiente reflexión parte del desconcierto inicial y las expectativas con las cuales yo abordé el curso. Poco a poco y a través de un proceso de concientización en el que han intervenido asesores, compañeros, lecturas complementarias, investigaciones y, más que nada, la problemática en la que se encuentran los procesos de enseñanza que estoy aplicando con mis alumnos de tercer grado de telesecudaria han ido introduciento en mí un interés creciente por conocer, dominar y aplicar este modelo en mi ámbito educativo”. “Los maestros debemos estar en condiciones de aprender y repensar nuestra práctica profesional, desarrollar nuestra capacidad para diseñar, organizar, comprender, innovar, evaluar prácticas y estrategias que fomenten el aprender a aprender, darles más peso a los procesos, no sólo a los resultados del aprendizaje”. La tutoría como ocasión de reflexión sobre el propio aprendizaje “Una de las primeras actividades que realicé fue la que el maestro tutor me dijo, que antes de que leyera la lectura, escribiera lo que imaginaba sólo al leer el título “La noticia”. De momento se me ocurrieron varias cosas ya que mi imaginación se trasportó a otras situaciones que se me familiarizaron; una idea fue que relacionaba el titulo con una noticia que ya tenía algo de tiempo, que fue la enfermedad de las vacas locas, pues bien eso es lo que se me había venido a la mente de momento”. “La verdad nunca me imaginé llegar a analizar y comprender un texto en la forma en que esta tutoría me ha llevado a hacerlo. Es sorprendente. Anteriormente yo había disfrutado los escritos de Juan Rulfo, sin más orientación o antecedente que leer por leer, nunca un prólogo, una crítica o un análisis sobre la vida y la obra de este autor. Para mí era más que suficiente el haberlo leído y disfrutado”. “La tutoría representó para mí una forma de compartir el aprendizaje entre tutorado y tutor, una forma diferente a la común, ya que se acepta el error como aprendizaje y sobre todo porque se profundiza en los conocimientos y el porqué de las cosas. También me permitió darme cuenta de mis fortalezas y debilidades, pero con la intención de mejorar continuamente”. La tutoría como ocasión de reflexionar sobre la propia docencia “Al revisar sus conceptos previos cometí el error de pedirle que buscara en internet la definición de dichos conceptos y al dejarlo trabajar con la computadora reflexioné sobre mi quehacer y recordé que la labor como tutor no siempre es dejar que el tutorado busque información, por lo que el dominio del tema por mi parte daría pauta a las ejemplificaciones que me permitieran hacerle ver y deducir sus propios conceptos”. “Recordando las características que debe poseer un buen tutor me di cuenta de que carecía de varias de ellas ya en la práctica, por ejemplo la paciencia. Yo quería decirle todo e incluso enseñarle haciendo el ejercicio; la gesticulación me costó mucho trabajo omitirla, en realidad creo que no puede, me era difícil no afirmar o negar una acción que hacía o que debía hacer… pero lo desesperante de enseñar y de que lo aprendiera me ganó.” “Ya que había trazado el triángulo le pedí identificara dónde estaba ABC. Otro error, le dije qué tenía que hacer; otra vez!! No la dejé que leyera y realizara las acciones que creía eran convenientes; me predispuse, pensé estar trabajando con un alumno … Me llegó a preguntar si estoy dirigiendo correctamente los conceptos, pues al no tener respuesta me pongo en conflicto. No puedo tutorar algo así; lo que me hace recordar que realmente así se trabaja con los alumnos; mi relación tutora estaba siendo lo más parecida a lo que se realiza dentro del aula … Debo mencionar que en todo este proceso afirmé, negué indiqué, y en cada gesticulación recordé esa parte que decía que no se debía hacer; pero al intentar no hacerlo, no encontraba la forma de darle a entender lo que quería”. “Reconozco que como tutor he intentado reprimir mis deseos de mostrar mis conocimientos y permitir que otros busquen exponer los suyos; equivocados o no, ellos tendrán que encontrar el camino para contestar sus dudas. Aún tengo que aprender a escuchar para poder ser un verdadero acompañante. Para mí este aspecto ha sido el más difícil de manejar (largos años de formación conductista en mi educación)”. “Es muy difícil reconocer que tenemos retos tremendos, hay que darnos cuenta de que la forma en que fuimos formados no nos ayuda a entender este tipo de cuestiones. Es necesario intentar disminuir estas formas de trabajo tradicional. Ser muy teórico en el aprendizaje de los alumnos no es el camino; se requiere que el alumno resuelva, reflexione, utilice sus propios recursos para que genere su aprendizaje ya sea conceptual o procedimentalmente. Es muy importante propiciar el contacto entre el sujeto alumno y el objeto de conocimiento: el alumno no construye con lo que el docente le dice, sino con lo que él hace. Nuestras prácticas de enseñanza no están funcionando, no dejamos que el alumno sea libre para generar sus propios conocimientos. Es necesario partir del interés del alumno”. “Finalmente en esta parte del proceso puedo afirmar que en el aspecto metodológico aprendo que la tutoría se vuelve una alternativa efectiva para la construcción de aprendizajes de manera semiautónoma con todo lo que conlleva: facilitación de recursos, motivación constante para aprender, atención personalizada, etc.” “La tutoría surge como una propuesta para acompañar las trayectorias escolares de los jóvenes y, por consiguiente, como línea de mejora al Proyecto Escolar Institucional. Desde una mirada docente, con la convicción de que es posible una escuela diferente, se pretende constuir sentidos, condiciones y acciones que permitan un desarrollo integral del estudiante. Los planes y programas educativos 2011 están orientados a cubrir el desarrollo de habilidades, capacidades y actitudes de los estudiantes, para lo cual el Proyecto Relación Tutora se visualiza como una estrategia y tiene su fundamento en la búsqueda de la formación integral de los estudiantes, tanto académica como formativa”. “[El propósito de la relación tutora] es proveer al alumno de estrategias que le permitan aprender a aprender, además de desarrollar sus competencias déntro de la comunidad de aprendizaje, donde se involucre tanto a docentes como a padres de familia en el aprendizaje y necesidades específicas de los alumnos, con la finalidad de formar alumnos tutores, compañeros de escuela y redes de tutoría donde cada uno confirme sus intereses vocacionales en algún campo profesional, integrando actividades que potencien su desarrollo como alumno independiente, siendo un ser humano que forma parte de un mundo globalizado”. “Con la relación tutora debemos esperar un proceso propio de cada tutorado. Aprendí que no se debe limitar; se debe invitar, sugerir, motivar a que el tutorado haga o realice un registro donde pueda denotar aquellos conocimientos que le limitan o le ayudan a comprender lo que lee”. “Tenemos que enfocar el aprendizaje del alumno a todos los recursos con los que cuenta la escuela, que busquen lo que les hace falta, que aprendan a discriminar lo que no es importante … que escriban, que demuestren lo que aprendieron”. “Las reformas van y vienen y los resultados no cambian, ya que en el momento que apenas le vamos entendiendo, llega otra reforma y éstas no están creadas a partir de las necesidades y el medio en el que el alumno se encuentra. Van cambiando ciertas situaciones en cuanto a las reformas educativas, pero no cambia la estructura de la escuela, el enfoque y el contenido. Al asociar esto con las redes tutoriales, puedo mencionar que el objetivo de la tutoría es generar comunidades de aprendizaje en el salón, que nosotros como docentes induzcamos la construcción del conocimiento. En la actualidad se pretende que los alumnos sean autónomos, intelectuales. La escuela debe enseñar lo que cada alumno quiere aprender. Estoy muy de acuerdo que el conocimiento no surge de la noche a la mañana. Siempre tiene que haber un proceso de construcción del conocimiento. Queda bien claro que el maestro es el que acompaña. El papel del maestro tutor tiene como objetivo ayudar al alumno a buscar soluciones, no dar las soluciones; debemos ampliar un poquito el nivel de conciencia y debemos tener en claro que lo que se pretende es dar calidad y no cantidad de lo mismo de siempre”. Sin relación personal es difícil detectar y más todavía subsanar una deficiencia. “Por ejemplo si eran 9/10 ella dividía 10 entre 9 a lo que le sugerí investigara cómo es que se convierte de números fraccionarios a decimales. Ya teniendo el conocimiento pudo resolver el problema, pero posteriormente volvía a repetir este error varias veces. Tuvo que investigar puesto que no se quedaba con el conocimiento y sólo lo recordaba y utilizaba cuando lo investigaba”. “… no obstante me percaté que estaba tomando el perímetro del círculo de la hoja del problema, como le pasó a mi otra tutorada, así que tuve que hacerle reflexionar que esa no era la figura que tenía que tomar como referencia, sino la de 20 cm de base. Tuve que insistir con muchos cuestionamientos, porque él estaba aferrado con la medida de 14 cm que había obtenido antes, pero al fin se dio cuenta que tenía que tomar la medida de 20cm.” “Le pregunté que si le había gustado el poema y me dijo que poco. Le pregunté que si sabía algo del autor del poema y me comentó que no. Le comenté que sería bueno saber algo de él y me dijo que investigaría su biografía y le comenté que sería adecuado. Lo investigó y se dio cuenta que era un poeta importante en México ya que trabajó junto con Octavio Paz y con un buen número de trabajos y premios”. “Es entonces cuando se encuentra con la primera dificultad y me pregunta sobre que si el vértice es el que me está señalando, pero lo que me señala es un lado del triángulo. Le pregunté que si sabía la definición de vértice y me dice que sí pero insiste en que es un lado. Le vuelvo a preguntar que si sabe cuántos lados tiene un triángulo y me dice que tres; entonces le pido me los señale con su lápiz y es cuando se da cuenta de su error y me lo reafirma diciendo: ‘ya me di cuenta que ese no es el vértice’. Le dije que me señalara cuál es y lo señaló. Después de eso siguió trabajando solo…” Un principio general de la tutoría es no adelantarse a dar respuestas, pero el arte es saber cuándo esperar y cuándo adelantarse. “le vuelvo a preguntar que para qué le sirve obtener ese dato, me dice que para hacerle igual que en el área, que cuando obtuvo el área del triángulo le restó el área de la mitad del círculo; volví a insistir en la pregunta, realmente así se podrá obtener el valor del perímetro? a lo cual se queda pensativa, aún así con sus dudas le sugiero que continúe”. “…le dije que utilizara el juego geométrico para que le quedara su triángulo más exacto, pero no sabía con qué; no supe si la explicación era válida, porque no estaba dentro del guión y porque no era parte de la construcción de conocimiento que el problema exigía, pero le enseñé cómo trazar un triángulo equilátero con el compás. Le dije ‘marca en la libreta una línea que tenga 6 cm de largo y abre el compás a 6 cm que es lo que mide la base de lo que será tú triángulo y coloca en un extremo de la línea la punta de tu compás, realiza un arco en la parte superior, repite el mismo procedimiento sólo que ahora apoyarás la punta de tu compás en el otro extremo de la línea y vuelve a marcar el arco que se forma en la parte superior; verás que los arcos que has trazado coinciden en un punto, ese punto de intersección entre los dos arcos, indica dónde se cierra tú triángulo’. No encontré otra forma de explicarle cómo trazarlo, y pensando, creo que este aprendizaje no tiene otra forma de construirse que así, diciéndole lo que debe hacer”. “Como a mí me es más fácil o me fue más fácil sacar primero el perímetro que me solicitaba el problema, induje que a ella también, no sin antes preguntarle qué se le hacía más fácil de sacar primero. Al no tener una opción como respuesta, empezamos con el perímetro…” “¿Cómo indicarle que el tercer vértice se arma con la unión de los segmentos que me estaba observando? Le pedí me dibujara aparte el primer vértice y que les colocara el nombre de los segmentos que estaba uniendo. Justo en ese momento sentí ansiedad, quería agarrar mi marcador y dibujárselo; pero si algo he aprendido es que un conocimiento que no es vivencial no se aprende. Además de que no podía decirle. Me insistía en que eran dos, asi que le pregunté lo que por inercia me iba a responder, o al menos eso yo creía, y me funcionó: ‘¿Cuántos lados tiene un triángulo? ¿y un cuadrado?, ¿cuántos vértices tiene un triángulo y un cuadrado?” “…se le planteó a la alumna la siguiente cuestión: que dibujara en una hoja la figura del problema y que después la recortara y que observara si se podían unir las piezas y formar con esta alguna figura regular. Estrategia que le permitió a la alumna vislumbrar que se trataba de un cuadrado y que efectivamente era sencillo calcular su área”. Experiencia incompeta “Quisiera comenzar este diálogo haciendo referencia a la información que tenía sobre la relación tutora con el desarrollo del cuadernillo “Tutorial” que se maneja en la escuela telesecundaria con los alumos de primer año. La primera ocasión que manejé este cuadernillo lo hice sin ninguna orientación previa y lógicamente fue un fracaso, dado que intenté adaptarlo a los esquemas del proceso de enseñanza aprendizaje tradicionales. La siguiente ocasión recibimos una asesoría previa y tratamos de adaptar el uso del cuadernillo a las indicaciones dadas, pero surgieron muchas dudas: primero, el tiempo para desarrollar las actividades fue insuficiente, segundo las actividades que tenían que desarrollarse resultaban totalmente diferentes para los alumnos, tercero sus conocimientos previos eran insuficientes y sobre todo yo estaba muy ajeno. Ahora lo entiendo o trato de entender lo que representaba el proceso de tutoría”. Dificultades de implementación en las escuelas “Algunas de las desventajas, por ejemplo, serían los tiempos destinados a la enseñanza. En Telesecundaria se tienen 50 minutos para cada asignatura, de los cuales 15 minutos son para observar el programa televisivo; los 35 minutos restantes se emplean en comentar la información del programa, la lectura de textos o de información de investigación y la aplicación de ejercicios, o elaboración de esquemas, mapas conceptuales, resúmenes, cuadros comparativos, diagramas de árbol, entre otros”. “[Introducir la tutoría] implica también procesos paulatinos que deben saberse direccionar para que se logre en los grupos de alumnos despertar el interés por aceptar ser tutorado, primero, para después llegar a ser tutor y consolidar de forma distinta mejores niveles de aprendizaje”. “La tutoría consiste en un ‘proceso de acompañamiento durante la formación de los estudiantes que se concreta mediante la atención personalizada a un estudiante o a un grupo reducido de estudiantes, por parte de un docente formado para esta función’. En consecuencia, la tutoría comprende un conjunto sistematizado de acciones educativas centradas en el estudiante. Como práctica docente tiene una especificidad clara; es distinta y a la vez complementaria a la docencia frente a grupo, pero no la sustituye. Se ofrecerá en espacios y tiempos de clase”. “Sin embargo no todo ha sido fácil. A pesar de tener una directora flexible, que da apertura a la implementación de actividades que mejoren los aprendizajes … hemos tenido problemas por los horarios y se me ha pedido respete todas las clases y programas de manera sistemática y que incorpore las tutorías ocasionalmente. Ya había previsto esto. Definitivamente comprendo su postura. III. Registros de la tutoría que recibe un maestro, la que da a otro compañero y la que da a un alumno. A. Registro de la tutoría que recibió Registro del proceso de aprendizaje Al decidir trabajar con la situación problemática “área de la región PQR”, comencé a subrayar los conceptos que me servirían de base para dar solución al planteamiento: “Sea ABC un triángulo equilátero y P, Q, R los puntos medios de AB, BC, y CA respectivamente. Sean los vértices del triángulo los centros de los arcos PR, PQ y QR. Si un lado del triángulo mide 6cm, ¿Cuál es el perímetro de la región PQR?, ¿Calcula el área de la región PQR del problema anterior?” Posteriormente busqué en el diccionario de Encarta y la enciclopedia de la misma, dichos conceptos, con los que creí dar con la solución lo más pronto posible, situación que no fue así, ya que sólo encontré superficialmente una sola característica de los triángulos equiláteros: sus lados iguales, condición que más adelante no me servirá al cien por ciento para la solución. Así mismo encontré como concepto de vértice al punto en que concurren los dos lados de un triángulo; lo más sencillo y que al parecer me permitía terminar pronto con el ejercicio fue recordar, a través de la lectura, que el perímetro es la suma de los lados; donde empecé a tener dificultad fue al conocer la fórmula para obtener el área de una triángulo equilátero porque se visualizaba el uso de la raíz cuadrada como operación para encontrar el resultado. Con todo lo que recabé como información decidí resolver el planteamiento de una manera muy, pero muy sencilla, sin saber que muy pronto me encontraría con una dificultad aun mayor a consecuencia de no interpretar correctamente el problema (comprenderlo), porque creí que la figura que se formaba en los puntos intermedios PR, PQ y QR era una figura con sus lados iguales por lo que la solución estaba muy cerca. Al trazar en mi cuaderno el triángulo de 6 cm con sus tres lados iguales y localizar los puntos intermedios visualicé al interior una figura similar a la primera. Al unir los puntos deduje de inmediato que los lados de ésta eran la mitad de la mayor por lo que el perímetro en un instante lo obtuve. Fórmula de Herón, fórmula que sirve para calcular el área, A, de un triángulo en función de sus lados, a, b, c: siendo p el semiperímetro: p = (a + b + c)/2. Por ejemplo, si los lados de un triángulo miden a = 7 cm, b = 11 cm, c = 8 cm, entonces el semiperímetro es p = (7 + 11 + 8)/2 = 13 cm y su área es: Al comenzar a trabajar con el área recordé el inconveniente de la raíz cuadrada puesto que es una operación que nunca he utilizado. No obstante inicié, pero al no entenderla, busqué otra opción y di con la fórmula de Herón aún más complicada, porque tiene raíz cuadrada y letras y signos de operaciones cuadráticas que pude sustituir porque deduje que p es igual a perímetro y al tener ese resultado pude sustituir las demás letras, sin embargo me atoré en el asunto de la raíz cuadrada, al no saber cómo se resuelve. Indagué de nuevo en la enciclopedia de Encarta y realicé paso a paso la operación, pero el resultado no se me hizo el correcto ya que fue muy elevado, pero por una gran cantidad, lo que me desanimó al momento. Tanto esfuerzo para darme cuenta que lo que había hecho estaba mal. Retomé el planteamiento de nuevo en busca de algún concepto más, concepto al cual no le di importancia en un principio y que en esta segunda ocasión tampoco, porque me pregunté en qué me ayudaría la palabra si no tiene relación directa con un triángulo. Este fue el momento más difícil ya que me había quedado atorado, no encontré la solución y no tenía idea por dónde seguir o recomenzar, llegó un momento en que me desesperé tanto que dejé por completo el problema, me di por vencido. Después de un tiempo el tutor comenzó a trabajar conmigo, cuestionándome lo que había hecho. Al escuchar todo lo que hice, retomó la definición de un triángulo equilátero para encontrar otras características, mismas que deduje desde sus planteamientos en los que introdujo, sin hacer hincapié en ello, el concepto de arco, sus ángulos tienen 60° y tres ejes de simetría. Posteriormente analizando el concepto de vértice inferí el nombre que recibe la distancia que se forma desde el punto donde se unen las rectas hacia el centro, es decir un ángulo; mi lógica decía, qué sencillo, triangulo es lo mismo a una figura con tres ángulos, aquí se empezaba a abrir el camino para dar con la solución. En mi desesperación observaba hacia todos lados y me percaté que algunos compañeros tenían el mismo problema, pero su figura central era muy diferente a la que había trazado. Así mismo vi entre la mesa un juego geométrico que decidí emplear. El tutor me pidió trazar un círculo para rescatar varios conceptos que me ayudarían a resolver el ejercicio, entre ellos circunferencia y área de un círculo; la circunferencia es el perímetro lo que rodea al círculo y el área es el contenido, lo que está dentro del círculo o circunferencia (espacio ocupado). Enhorabuena, ya estaba por buen camino, solo me faltaba recorrerlo, sencillo parecía, pero mi desesperación volvía hacer presa de mí. Retomando el concepto de arco, vértices, tracé desde cada vértice de mi triángulo original los arcos y con ello los círculos completos y pude apreciar que la figura interna no era un triángulo con lados planos, sino un triángulo con lados curvos. Oh, oh, la sorpresa fue mayor, ahora qué haría para sacar el perímetro de una figura con tales características. Volvieron los planteamientos: ¿Cómo obtener el perímetro de una figura en arcos, de la que desconozco sus medidas? Recordé el eje de simetría porque al visualizar la figura me percaté que era simétrica en sus tres lados. Punto número uno resuelto, pero ¿cómo saber la medida esos lados? Lo que primero se me ocurrió fue obtener el área o perímetro de uno de los círculos y separar la parte del círculo/arco que conforma la figura, me pude percatar de ello al observar el gráfico (triángulo con sus tres círculos), pero cómo proceder ante tal situación, una nueva dificultad se presentó. Con apoyo de los cuestionamientos del tutor recordé que la línea que divide al círculo por la mitad se denomina diámetro y que esa distancia (medida) cabe tres veces y un cachito en el perímetro del círculo. En ese momento recordé el concepto de π (pi) que equivale a 3.1416; tenía este dato, el del diámetro que visualizado en el gráfico corresponde a una mitad del triángulo inicial y a la otra mitad que queda fuera de él. Así mismo me percaté que el arco ocupa 1/6 parte del círculo por lo que deduje la operación a emplear: π X diámetro entre 6, seis porque son las partes en que se dividen los arcos de la figura central del triángulo principal o porque cada ángulo equivale a 60° y un circulo tiene 360°. Coincidencia fue el resultado ya que equivale a pi, 3.1416, resultado que multipliqué por 3 ya que son los tres arcos que conforman a la figura interna. Uf!! listo primer cuestionamiento resuelto. El perímetro de la figura tiene un valor de 9.4248. Ahora sólo faltaba obtener el área de dicha figura, pero para mi sorpresa desconocía la fórmula para obtenerla, ¿cómo recordarla o deducirla? Ante mi exasperación el tutor comenzó a cuestionarme sobre la información con la que contaba por lo que me pidió que observará el eje de simetría que va de la base al vértice superior, al ver los dos triángulos equiláteros que se formaron trabajamos sobre los datos que se tenían los cuales eran 3 cm de base por 6 cm del lado más largo, nos faltaba la medida del lado, que por su ángulo de 90° seria el dato que nos ayudaría a resolver el problema; al no tenerlo, mi guía me hizo trabajar con el Teorema de Pitágoras apoyándome con la fórmula para obtener el área de un triángulo: la cual despeje de la siguiente manera... Al desconocer la altura del triángulo y solo conocer dos datos hicimos uso de la fórmula de tal teorema, la cual establece que: en un triángulo rectángulo, el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos (a2 + b2 = c2 ). Un detalle más grande surgió porque conocíamos la hipotenusa que corresponde a 6 cm y la base a 3 cm, pero la altura era una incógnita. Ante tal situación se me sugirió invertir los datos conservando la igualdad con lo que la nueva fórmula a utilizar fue la siguiente (c2 + b2 = a2 ), al invertirla y seguir conservando la igualdad quedó de la siguiente manera √c² - √b² = a, al hacer la sustitución por los datos la representé así √6² - √3² = a, y posteriormente √36 - √9 = a , √27 = a; todo iba bien hasta el momento que recordé el inconveniente de la raíz cuadrada por lo que decidí buscar en la Enciclopedia Encarta el proceso para resolver una operación con raíz cuadrada. En un inicio se me dificultó entender dicho procedimiento por lo que decidí hacerla en mi cuaderno paso a paso para poderla entender. Teniendo una experiencia mínima con tal operación comencé a resolver la que se planteó anteriormente dándome como resultado 5.2, enhorabuena, ya estaba por un magnífico desenlace. Al momento retomé la fórmula para obtener el área del triángulo, misma que 2 sustituí y resolví obteniendo como resultado 15.6 cm. Por fin, resuelto el problema, pero al retomar el planteamiento original y la figura formada por los arcos me percaté que el dato obtenido no era el del área de dicha figura por lo que formulé una nueva pregunta ¿cómo obtengo el área de una figura con líneas curvas (arcos). Comentando con mi tutor me recordó la fórmula para obtener el área de un círculo (A = π x R2), ¿Por qué la de un círculo? Sencillo porque la figura tiene tres arcos o tres sextas partes del círculo. Realicé las sustituciones pertinentes para resolver la operación (A = 3.1416 x 32) y (A = 3.1416 x 9) dando como resultado (28.2744) mismo que dividí entre 6 y posteriormente multipliqué por 3 que son los tres arcos del círculo o las 3 partes de 6 que contiene el círculo (14.1372). Al fin tenía el área sólo de tres sextas partes, ahora solamente me quedaba hacer una resta de ambas áreas la del triángulo y la de los tres arcos (15.6 - 14.1372) obteniendo, cómo tanto fue mi deseo, el área de la región PQR = 1.4628. Bingo, resuelto el problema la calma volvió en mí y mi satisfacción fue doblemente enorme. A través de este proceso de tutoría me he percatado que es posible resolver problemáticas de diferentes formas y aún más aprender haciendo uso de la investigación y procesamiento de la información, pero siempre con el apoyo de un guía. Creo que con la práctica se puede llegar a aprender a aprender. B. Registro de la tutoría que dio a un compañero Para dar inicio al proceso de tutoría, le presenté a mi compañero la situación problemática Perímetro y área de la región PQR: “Sea ABC un triángulo equilátero y P, Q, R los puntos medios de AB, BC, y CA respectivamente. Sean los vértices del triángulo los centros de los arcos PR, PQ y QR. Si un lado del triángulo mide 6 cm, ¿Cuál es el perímetro de la región PQR?. Calcula el área de la región PQR del problema anterior”; misma que copió en su cuaderno para trabajar con ella durante cierto tiempo, mismo que fue muy corto porque mi compañero me informó que había encontrado la solución a los cuestionamientos. Al observar el procedimiento que realizó le cuestioné si en realidad el proceso seguido era el correcto a los planteamientos, situación que por un momento lo hizo pensar que en realidad estaba bien. Ante este panorama le pedí localizar, enlistar y definir aquellos conceptos o palabras claves con las cuales se apoyara para dar solución al problema: triángulo equilátero, punto medio, vértice, centro, arco, perímetro y área. Al revisar sus conceptos previos cometí el error de pedirle que buscara en internet la definición de dichos conceptos y al dejarlo trabajar con la computadora reflexione sobre mi quehacer y recordé que la labor como tutor no siempre es dejar que el tutorado busque información, por lo que el dominio del tema por mi parte daría pauta a las ejemplificaciones que me permitieran hacerle ver y deducir sus propios conceptos. Retomando mi reflexión decidí hacer las ejemplificaciones necesarias para que los conceptos trabajados fueran suyos y no los que retomó de las diferentes fuentes de consulta. Las ejemplificaciones fueron mínimas puesto que mi compañero reforzó sus conceptos previos con los que buscó; le pedí que trazara una línea que dividiera a la mitad al triángulo y le pregunté cómo se llama dicha línea, – Eje de simetríarespondió. -¿Cuántos ejes de simetría tiene en total?- volví a cuestionar, sugiriéndole que girara la figura para que se diera cuenta de los tres ejes de simetría. Para trabajar el concepto de vértice le pedí que me dijera cuál era su idea y al expresarme que era la unión de dos líneas le solicité que lo hiciera gráficamente. Para aprovechar su dibujo coloqué la punta del lápiz en la unión de las dos líneas por lo que observó que al retirar el lápiz éste dejaba un punto, palabra que retomó en su concepto. Para reafirmar el concepto de arco le pedí que trazara una circunferencia y la dividiera en cuatro partes y al pasar mi dedo sobre un cuarto de la circunferencia le pregunté si era un arco, a lo que respondió afirmativamente. En esa misma figura visualizamos el centro de donde partían los arcos. Con los conceptos ejemplificados le pedí que retomara el planteamiento para que le diera solución adecuada y después de cierto tiempo observé que el gráfico con el que trabajaría distaba demasiado del que realmente pide el problema. Ante ello le sugerí trazar un nuevo triángulo equilátero en el que ubicara las literales y los puntos medio. Posteriormente retomando el concepto de arco delineó los arcos completando las circunferencias, descubrió así la región PQR misma que sombreó. Su asombro en este momento fue agradable tanto para él como para mí; hasta ese momento se percató del error en el que se encontraba al tratar de solucionar el cuestionamiento. Identificada la región PQR, interrogué sobre qué era el perímetro – Es la suma de los lados de una figura - respondió. Una intervención más di al trazar diferentes figuras geométricas en la parte superior de la hoja en la que se visualizaba la región a trabajar: hexágono, cuadrado, rectángulo y fragmento de circunferencia; la intención fue que él se diera cuenta que el perímetro no es la suma de lados y al seguir la línea que las conforma se diera cuenta que el perímetro es el contorno de una figura. En este momento quedó claro que el perímetro se obtiene al sumar la medida de los lados del contorno de una figura. Retomando la figura de la región en cuestión observó que estaba conformada por tres lados en forma de arco de los cuales ninguno tenía medida, pero sí eran iguales y formaban parte de tres circunferencias. Al interrogarle cómo obtener el perímetro de dicha figura respondió –Tengo que saber cuánto mide un arco. Por lo que lo obtendría sacando el diámetro de un círculo y la fórmula es π x 2r. Expresión que escribió en su cuaderno. Para apoyarle en la reafirmación de diámetro, perímetro y π trazó una circunferencia más en la que al trazar una línea del centro a un extremo recuerda y ratifica que el radio es la línea o distancia que va del centro al contorno o extremo del círculo, y que el diámetro es la suma de dos radios o la distancia o línea que va de un extremo a otro del círculo pasando por el centro del mismo (lo divide en dos partes iguales). Con lo visto hasta el momento le cuestioné ¿cuántas veces cabe el diámetro en el perímetro del círculo? Respondió que tres. En ese momento percibí que sus conocimientos con respecto a π estaban por aflorar, por ello le exigí que lo verificara con el apoyo de un hilo y la medida del diámetro. Al realizar el procedimiento comprobó que cabía tres veces y que su predicción era correcta, pero sobraba un cachito. – ¿Conoces Pi y su valor? – exclamé. – Sí, vale 3.1416. – Exacto – reafirmé, - y el cachito que sobra al verificar cuantas veces cabe el diámetro en el perímetro equivale a .1416. Con los conceptos trabajados hasta el momento le solicité que leyera un vez más el planteamiento y siguiera las indicaciones para darle solución, al hacerlo se percató que sus arcos dibujados eran muy pequeños por lo que le cuestioné qué era lo que realmente le pedía la indicación. Al reflexionar corrigió y trazó y sombreó correctamente la región PQR, en ella se visualizaban tres circunferencias. Al cotejar que había trazado correctamente la región, le pedí resolviera el cuestionamiento. Presto comenzó y, retomando los conceptos, trazó una nueva circunferencia para obtener la medida de uno de los arcos. Esta deducción surge del cuestionamiento – ¿cómo obtendrías el perímetro de dicha región?- Para encontrar el resultado movió conocimientos que anteriormente había investigado en la internet porque pensó que los utilizaría más adelante: fórmulas para obtener el perímetro y área de una circunferencia. Obtener el perímetro de la región PQR se le facilitó, ya que al visualizar que un arco correspondía a una sexta parte de la circunferencia total y al sustituir las literales de la fórmula para obtener el perímetro, obtuvo el resultado que dividiría entre seis y finalmente multiplicaría por tres, ya que tres son los arcos que conforman la región en cuestión. Su alegría crecía más por un logro efectivo que aplaudí al confirmarle la validez del mismo. Ahora sólo le faltaba obtener el área de la región. Intervine para cuestionarle cómo podría obtenerla. Su sonrisa se visualizó de nuevo, porque enseguida empleó la fórmula para obtener el área de un triángulo ya que dedujo que la región estaba dentro de uno. Al sustituir las literales se percató que le faltaba un dato, la altura del triángulo. Me comentó que la podía obtener midiéndola, - En efecto – afirmé, y enseguida pregunté – ¿Y si la figura tuviera mayor dimensión, la puedes medir? – No – respondió. Le pedí que dibujara un nuevo triángulo y que lo dividiera en dos para trabajar con uno solamente. De nuevo colocó sus medidas y no tenía la altura. Un nuevo reto tenía enfrente. Ante su incertidumbre le pregunté si conocía el Teorema de Pitágoras. Una nueva sonrisa, un poco sarcástica visualicé y exclamó ¡Cómo es posible emplear el teorema en un problema que creía muy sencillo! Creo que cometí un nuevo error porque le pedí que investigara sobre el tema. No sé si hice bien, ya que debí hacerlo visual, ejemplificándolo. Teniendo conocimiento de la fórmula, sustituyó sus literales y obtuvo la altura del triángulo, con este dato la obtención del área de la región le fue fácil, ya que tuvo tiempo suficiente para observar en el internet ejercicios de cómo obtener la altura de un triángulo rectángulo haciendo uso de la raíz cuadrada. Al tener este dato, decidió obtener el área de una de las circunferencias y aplicar el mismo procedimiento de dividir entre seis y multiplicar por tres para obtener el área que ocupan los arcos dentro del triángulo, al obtener el dato lo restó al del triángulo y de esta manera obtuvo el área de la región PQR. C. Registro de la tutoría a uno de sus alumnos Para llevar a cabo el proceso de tutoría, invité a mi alumno a formar parte de una relación tutora en la que podría mejorar su capacidad de comprensión y con ello sus resultados académicos, cabe mencionar que es un alumno con un interés muy bajo por el estudio al grado de ser un alumno irregular, con deficiencias en su lectura y escritura, él es el alumno idóneo para trabajar la relación tutora; mi ánimo esta al cien por ciento porque creo que haré un buen trabajo. Al principio le pedí que leyera el planteamiento Perímetro y área de la región PQR: “Sea ABC un triángulo equilátero y P, Q, R los puntos medios de AB, BC, y CA respectivamente. Sean los vértices del triángulo los centros de los arcos PR, PQ y QR. Si un lado del triángulo mide 6 cm, ¿Cuál es el perímetro de la región PQR?, “Calcula el área de la región P Q R del problema anterior” Aceptó el reto después de preguntarle si quería continuar. Por ello le pedí que lo copiara y le diera solución. Decidido, comenzó trazando un triángulo que por un momento visualicé como equilátero, en el que ubicó las literales AB, BC, y C de manera errónea, al centro el punto medio desde el cual salían líneas a las esquinas del triángulo. Así mismo marcó tres arcos casi en las esquinas, en una de las líneas del triángulo ubicó el único dato proporcionado (6 cm). Al observar detenidamente lo que hizo fue reflexionar y volver a trazar un nuevo triángulo, casi con las mismas características al anterior, sólo que ahora un poco más grande y agregando una línea más que pudiese ser uno de los ejes de simetría. El hacer uso de su celular es algo que me llamo la atención. Al estar al pendiente me percaté de que había buscado algo que le permitiera dar solución. Llegó un momento en el que lo vi algo desesperado ya que no podía encontrar el resultado, hasta que por fin me informó que había concluído. Le pedí que me explicara qué había hecho para dar solución al problema. Dentro de su explicación me informó que empleó su teléfono para buscar información en el internet como fórmulas. Fue lo mucho que pude entenderle ya que se puso muy nervioso y se trababa en su explicación. Le di un poco de tiempo para que se tranquilizara y le informé que le apoyaría para darle solución al problema. Le pedí que leyera de nuevo el texto e identificara aquellas palabras que le permitieran entender la solución del problema; las subrayó y enlistó a petición mía: triángulo equilátero, punto medio, vértice, centro, arco, perímetro y área. Le solicité que trazara un nuevo triángulo, considerando el dato con el que contaba y con la información que previamente buscó en internet. Al observar detenidamente cómo eran sus lados y ángulos dedujo que eran iguales. Después de trazar una línea que partía del centro de la base al punto más alto y después de hacerle varias preguntas como: ¿qué hace la línea?, la divide. En ese momento me percaté que le cuesta demasiado reflexionar y por ende deducir la información. Por un momento me desesperé sin hacerlo notorio. En mi mente pasaban ideas “Me va a costar mucho trabajo concluir el guión”; pero retomé el trabajo expresando que la línea que trazó era un eje de simetría y al mostrarle mis manos juntas y separarles me expresó que la línea lo divide en dos, por lo que le pedí que trazara otras líneas similares para que dedujera que tiene tres ejes de simetría. Para el concepto de punto medio me apoyé con una regla [de 30 cms.] y le cuestioné cuál era la mitad de dicho objeto. Me dijo que el 15. Así mismo apoyándome con un lado de la mesa me señaló a ojo de buen cubero la mitad, es decir el punto medio, creo que quedaron claros dichos conceptos. Con respecto al vértice me informó que era la unión de dos líneas, supuse que lo había investigado en el internet. En ese momento dibujé en una hoja diferentes vértices y en uno de ellos coloqué y presioné la punta del lápiz para que al retirarla observara el punto que quedó marcado, concepto que retomó para afirmar que es el punto donde se unen dos líneas. Una moneda de diez pesos fue mi apoyo para marcar una circunferencia de la que dedujo que el arco es una parte de una circunferencia. Posteriormente le pedí que dibujara los arcos que conocía. Me mencionó “como el arco que hay en San Jerónimo”, - Exacto! – exclamé. Con sus dibujos relacionó el concepto para reafirmar la palabra que le di: segmento. Dibujé algunas figuras geométricas para que dedujera el concepto de perímetro, concepto que recordaba hasta cierto punto porque caía en el error de expresar que era la suma de los lados. Por ello me apoyé de una circunferencia para hacerle ver que no tiene lados como las demás figuras, así mismo me apoyé con la mesa de trabajo a la que le pasé mi índice por su contorno para que recordara que el perímetro es el contorno de una figura. El concepto de área fue igual de complicado para entenderlo. Me apoyé de un vaso de plástico para hacerle ver el concepto. Al tocar la base del vaso y colocarlo sobre la mesa, levantarlo y compararlo con la boca del mismo, y preguntarle qué ocupaba, me respondió que cierto espacio, por lo que estableció que el área de una figura es el espacio que ocupa dicha figura. Con el desarrollo de estos conceptos la pedí que retomara el planteamiento y lo fuese llevando paso a paso para trazar la figura solicitada. Cabe mencionar que le fui apoyando, recordándole los conceptos trabajados, en especial “el centro de los arcos” con lo que descubrió una nueva figura “la región PQR” y en el que también se visualizaba una circunferencia, misma que sería el apoyo para seguir trabajando. Le pedí entonces que continuara con la solución del problema. Observé su preocupación porque ahora sería más difícil para él encontrar la solución. Entonces comencé mi intervención solicitando que trazara un nuevo círculo con el que trabajamos los siguientes conceptos: diámetro, radio, Pi. Para los dos primeros le pedí que investigara en el internet y le facilité mi equipo de cómputo. Hasta este momento mi desesperación crecía más ya que percibía en él una problemática de comprensión aguda, por lo que decidí hacerle un poco sencillo el trabajo al facilitarle el equipo. Después de haber leído los conceptos y serenarme un poco, porque esa es una de las características que debe tener un tutor, retomé el círculo; pedí que observara el punto que había dejado el compás y que trazara una línea hacia un extremo. Con lo investigado y el cuestionamiento ‘¿qué nombre recibe esta línea?’, expresó que ‘radio’. En ese momento le ayudé a conformar su concepto, remarcando la línea, el punto y el extremo de la circunferencia. Con ello me indicó que es la línea que va del centro del círculo a un extremo. Para el diámetro le solicité que continuara con el trazo de la línea ya trabajada y la llevara hasta el otro extremo, expresándole que recibía el nombre de diámetro. Con la remarcación de la línea de un lado a otro, y haciéndole ver que pasaba por el centro y la dividía en dos concluyó que el diámetro es la línea que va de un extremo a otro pasando por el centro y divide el círculo a la mitad. Sinceramente me percaté que mi desesperación crecía más y me frustraba porque no avanzaba rápido. Pero recordando las deficiencias que tiene este muchacho deduje que tendría que trabajar más guiones de tutoría para que incremente su capacidad de reflexión, es decir la práctica lo haría crecer poco a poco. Volvimos a retomar la figura en la que se visualizaba la región P Q R y le pregunté qué es lo que tenía que hacer y cómo lo iba a resolver. Me expresó que tenía que obtener el perímetro de la figura formada por arcos, pero como no conocía los datos, ni una fórmula para obtenerla, no supo qué hacer. Entonces le pedí que recordara qué eran los arcos, - ‘Una parte del círculo’- expresó; - ‘¿Y si obtienes el perímetro del círculo, te puede ayudar?’ – inquirí de nuevo. – ‘Sí’ - . – ‘¿Qué tienes que hacer ahora?’ – volví a interrogarle. Por lo que su respuesta la llevó a la práctica y buscó en el internet la fórmula para obtener el perímetro de un círculo P= π d Él conocía un dato solamente que era radio (r), por lo que retomé el concepto de diámetro, que por cierto correspondía a seis centímetros. Le proporcioné un hilo que cortó a la medida del diámetro y le solicité que verificara cuántas veces cabía dicha medida en la circunferencia. Al hacerlo me expresó que tres veces y sobraba un cachito. Entonces le dije que eso era π y que equivale a 3.1416. Con estos datos le apoyé a sustituir las literales por los datos y a recordar el exponente dos, que consiste en multiplicar el mismo número por sí mismo. Al realizar las operaciones pertinentes descubrió el perímetro del círculo, por lo que le cuestioné si ese resultado era lo que se le solicitaba, así mismo le pedí que observara la región y las circunferencias que la rodeaban, y expresó que no, que sólo le pedían la de una parte. Con la uña de mi dedo continué las líneas del triángulo para que se diera cuenta de cuántas veces tenía dicho segmento. Le costó algo de trabajo, pero al final de cuentas descubrió que seis. Le cuestioné, ‘¿Si ese arco es una sexta parte de la circunferencia, qué tienes que hacer?’ No sabía qué hacer, por lo que expresé: sumar, restar, dividir o multiplicar. No daba con la acción a seguir. Ante ello le señalé con el dedo y al mismo tiempo le pregunté, ‘Si el segmento es una parte sólamente del círculo y en él hay seis segmentos iguales y quiero esto (refiriéndome al arco) entre esto (los demás segmentos)?’ Infirió entonces que tenía que dividir su resultado entre seis. Al hacerlo y obtener el resultado le cuestioné si la región estaba formada por un solo arco y me expresó que no, por lo que enseguida dijo que tenía que multiplicar por tres, de esta manera obtuvo el perímetro de la región PQR. Aunque ya había considerado sus deficiencias y que tenía que trabajar más guiones de tutoría, mi desesperación volvía a hacer presa de mí; creo que hasta perdí el interés por concluir el trabajo. Sin embargo continúe porque tengo que terminar un proyecto del cual obtendré un beneficio personal, así lo vi en ese momento, situación que cambió porque al ver su demostración de lo aprendido me di cuenta que la confianza de este muchacho en sí mismo creció un poco, situación que devolvió el aliento y confianza de haber logrado algo. Retomando mi hacer le apoyé para obtener el área. Otro de los cuestionamientos. Para ello me apoyé de tres vasos de plástico, mismos que colocaba en los arcos del triángulo equilátero y los retiraba para que se diera cuenta que dicha figura estaba dentro del triángulo. Al no dar con dicha deducción, tracé un triángulo con las características solicitadas y volví a colocar y retirar los vasos, ante ello se percató de mi intención y expresó que la figura está dentro del triángulo por lo que recordó, en el momento, emplear la fórmula para obtener el área del triángulo. ‘Muy bien’, le expresé. Buscó de nuevo la fórmula para obtener el área y sustituyó las literales. En ese momento mi cabeza volaba anticipando lo difícil que sería trabajar con él la raíz cuadrada, al no tener el dato de la altura, y después de mi cuestionamiento de cómo la obtendría tomó la regla y la midió, con ello y las operaciones necesarias obtuvo el área del triángulo. Le sugerí que retomara el procedimiento que llevó a cabo para obtener el perímetro del círculo pero ahora para obtener el área, por lo que buscó la fórmula y la desarrolló sustituyendo las literales por los datos. Al obtener el área del círculo también se acordó que no la necesitaba toda, que sólo ocuparía una sexta parte por lo que la dividió entre seis y posteriormente la multiplicó por tres, de esta manera obtuvo el área del espacio que ocupaban los arcos. Lo último que le faltaba era hacer la resta para obtener el área de la región P Q R. Al no deducirlo por sí mismo, le ayudé un poco más para que se diera cuenta de que tenía que restar ambos datos y así obtenerla. Sé que no debí hacerlo de esta manera pero ya quería terminar la relación tutora. Después de reflexionar y al estar haciendo este registro me he dado cuenta que debo mejorar mi estrategia de intervención para lograr a través de ejemplos que el tutorado reflexione y aprenda por si solo. IV. Registros de tutoría entre maestros A. Durante la organización de la relación tutora entre los compañeros maestros inicialmente no decidía si tutorar o ser tutorado, sin embargo inmediatamente se me acercó el maestro e iniciamos una conversación amena y entre ésta el maestro me pregunta si quería tutorarlo o me tutoraba. Entonces al preguntarle sobre su tema me sentí indeciso todavía más, ya que otra maestra me preguntó la misma situación de la cual el tema era un cuento. Finalmente me decidí por el tema de fracciones del maestro ya que es un tema muy complejo, sin discriminar al tema del cuento. Entonces, de inmediato para iniciar con la sesión de tutoría, el tutor me proporciona el problema de Fracciones donde hay cuatro amigos que deciden dar dos impulsos cada quien a un carrito, los participantes son: Daniela, Pamela, Lucas y Octavio; después de dar lectura y analizar la situación empiezo a tabular los datos quedando de la siguiente manera: ParticipantesPrimer impulsoSegundo impulsoMeta Daniela 4/10 de la pista ½ del total de la pista Pamela 3/6 de la pista 2/5 del total de la pista Lucas 3/8 de la pista 1/12 de la meta Octavio 2/5 de la meta 1/3 del total de la pista En el primer impulso el carrito de Daniela recorre 4/10 de la pista y en el segundo impulso ½ del total de la pista, entonces lo único que realizo es sumar dichos impulsos obteniendo 9/10, es decir 4/10 + ½ = 8/20 +10 /20 = 18/20 = 9/10; para el caso de Pamela realizó la suma del primer impulso y el segundo impulso es decir; 3/6 + 2/5 = 15/30 +12/30 = 27/30. Es necesario señalar que para sumar estas fracciones busqué fracciones comunes por lo cual para obtener, multipliqué el primer numerador (4) por el segundo denominador (2) y primer denominador (10) por el segundo denominador (2) obteniendo así la fracción equivalente de 4/10 = 8/20; ahora multiplico primer denominador (10) por el segundo numerador (1) y primer denominador (10) por el segundo denominador (20) para así obtener la fracción equivalente de ½= 10/20 ahora se podía sumar. De igual manera para el caso de Pamela multiplico primer numerador (3) por el segundo denominador (5) y primer denominador (6) por el segundo denominador (5), así obtener la fracción equivalente de 3/6=15/30, ahora multiplico primer denominador (6) por el segundo numerador (2) y primer denominador (6) por el segundo denominador (5) obteniendo de esta manera la fracción equivalente de 2/5=12/30 ahora si podía sumar. Ahora para Lucas inmediatamente me percato que para el segundo impulso no corresponde a 1/12 sino que dice que quedó a 1/12 de la meta por lo tanto ese valor se me dificultó saber cuánto realmente avanzó, entonces dije que avanzó 11/12 sin embargo el tutor me cuestiona que si ese valor corresponde al segundo impulso o la suma del primer impulso mas el segundo impulso, ahora concluyo que es el primero y el segundo impulso, entonces ahora la pregunta surge ¿Cuánto avanzó el segundo impulso?, entonces me dispongo a realizar una resta pero no me acordaba cómo y el tutor me pregunta qué debía hacer si eran fracciones diferentes, entonces dije no son equivalentes por lo tanto hay que encontrar una fracción común para 3/8= 9/24 y para 11/12 =22/24. Ahora me dispongo a realizar la resta sin embargo el tutor me cuestiona si realizo una ecuación como la siguiente ¿Qué encuentro, es decir; 9/24 + X =22/24 y empiezo a desarrollarla de la siguiente manera: si X= 22/24 - 9/24= 13/24 entonces inmediatamente concluyo que lo que realmente dio Lucas en el segundo impulso fue de 13/24 por fin me doy cuenta que Lucas quedo a 22/24 de la meta. En el caso de Octavio en una primera aproximación me percaté que pasaba lo mismo que Lucas, lo que en realidad avanzó fue 3/5 y en el segundo 1/3 para entonces lo único que realice fue sumar 3/5 + 1/3 =14/15 quedando de la siguiente manera; Participantes Primer impulso Segundo impulso Lugar después del segundo impulso Daniela 4/10 de la pista ½ del total dela pista 9/10 Pamela 3/6 de la pista 2/5 del total de la pista 27/30 Lucas3/8 de la pista 13/2422/24 Octavio 3/5 1/3 del total de la pista 14/15 De acuerdo a la tabla anterior Octavio queda en primer lugar, Lucas en segundo lugar y tercer lugar un empate entre Pamela y Daniela. Para continuar con el problema el tutor me cuestiona ¿hay otra forma de resolver el problema?, entonces inmediatamente empiezo a transformar las fracciones a decimales es decir; otra forma de interpretar a las fracciones es como una división; es decir para los impulsos de Daniela 4/10=0.4 y ½=0.5 ahora sumo 0.4+0.5 =0.9 que es el lugar que quedo después del segundo impulso, para los impulsos de Pamela 3/6=0.5 y 2/5= 0.4 ahora sumo 0.5+0.4= 0.9 que es el lugar que quedó después del segundo impulso, para los impulsos de Lucas 3/8=0.375 y 13/24=0.54166 ahora sumo 0.375+0.5416=0.9166 que corresponde al lugar que llegó después del segundo impulso y para Octavio 3/5=0.6 y 1/3=0.33 ahora sumo 0.6+0.33=0.93, este valor corresponde el lugar que quedó después del segundo impulso y para visualizar mejor los impulsos tabulé de la siguiente manera: Participantes Primer impulso Segundo impulso Lugar después del segundo impulso Daniela Pamela Lucas Octavio 0.4 de la pista 0.5 de la pista 0.375 de la pista 0.6 0.5 del total dela pista 0.4 del total de la pista 0.5416 0.33 del total de la pista 0.9 0.9 0.9166 0.93 De acuerdo a la tabla anterior se puede observar que la posición después del segundo impulso en tercer lugar llega Daniela y Pamela, en segundo lugar Lucas y en primer lugar Octavio. Otra forma de resolver es convirtiendo a metros los resultados obtenidos en forma de fracción es decir; la unidad corresponde a tres metros entonces realizó una regla de tres obteniendo los siguientes valores: Regla de tres 4/10 ------- = 12/10= 1.2 m y así sucesivamente con los demás impulsos. Ver resultados en la siguiente tabla; Participantes Primer impulso Segundo impulso Lugar después del segundo impulso Daniela 1.2m de la pista 1.5 m del total de la pista 2.7m Pamela 1.5 m de la pista 1.2m del total de la pista 2.7m Lucas 1.125m de la pista 1.62 2.75m Octavio 1.8 0.99 del total de la pista 2.79m De acuerdo a los resultados anteriores se puede observar que la ubicación en el que cada participante llegó al realizar el segundo impulso queda de la siguiente manera: Octavio en primer lugar, Lucas en segundo lugar y hay un empate que corresponde a Pamela y Daniela, además de esta organización en las tablas se puede realizar la recta numérica y ubicar a cada impulso de los participantes: Daniela 0 Pamela 0 Lucas 0 Octavio 0 1 ½ 1.5 11.12 1 2 2.7 3 2 2.7 3 2 1.8 2 2.75 3 2.79 3 Para finalizar la experiencia sobre esta relación tutora, donde tuve la fortuna de ser tutorado, digo fortuna porque el tutor mostró tolerancia, disposición y lo más importante, supo guiarme mediante preguntas generadoras de reflexión que permitieron obtener los resultados anteriores, sin embargo creo a mi parecer esta relación tutora podría ser más enriquecedora, si durante la tutoría hubiera consultado material para reforzar mis conocimientos. Maestro: ¿Cuál considera que fue su aprendizaje en esta tutoría? ¿Con qué conocimientos previos contaba que le permitieron resolver con relativa facilidad el problema? B. TEMA: GEOMETRÍA La profesora se mostró muy interesada en estudiar el tema de geometría pues al realizar mi demostración comenté que era un tema muy sencillo, así que ella lo escogió por esa razón, pues no quería tener dificultades. Le presente la hoja con el problema, la tutorada leyó el texto y se preguntó cómo le haría para calcular el área de la figura, pues no tiene una fórmula específica, pero observó que podría partir del área de un cuarto de círculo, pero de qué le serviría si lo que le pide es el área sombreada. Decidió obtener el área del círculo y aplicó la formula, A= πr2 y obtuvo 1256.64 cm2 después lo dividió entre cuatro obteniendo 314.16 cm2. Escribió la respuesta como un cuarto de circunferencia, se le cuestionó si era de verdad un cuarto de circunferencia y reflexionó acerca de que no era circunferencia, sino círculo. La tutorada se sorprendió al observar que el cuarto de círculo casi era el mismo resultado de pi. Después decidió aplicar la fórmula del cuadrado y obtuvo 400 cm2, le restó 400 a 214.84 y obtuvo 85.84 cm2 que sería el área de la porción del cuadrado que sobra al quitarle un cuarto de círculo, después para comprobar que su resultado fuera correcto sumo 214.84 a 85.84 y resulto 400 cm2, que es el área del cuadrado, ella buscaba comprobar que le diera los 400 cm2 del cuadrado, sin darse cuenta que con la figura sombreada se formaba un cuadrado. Se le preguntó qué era 400 cm2 y ella dijo que el área del cuadrado, le volví a preguntar entonces ¿cuál es el área de la figura sombreada? Se quedó pensando, observando su figura, contestó que 400, muy sorprendida porque era el resultado que había obtenido desde el principio, ella ya tenía el resultado desde el principio. Le pregunté por qué era ese el resultado y me dijo que era porque las dos figuras de las esquinas embonaban y formaban el cuadrado. Entonces le comenté cómo sería el proceso con otra figura, ¿con cuál otra figura podríamos resolver el mismo problema? Ella decidió utilizar un rectángulo; obtuvo el área del rectángulo y comentó entonces cómo calcular el área de la figura sombreada?, le pregunté qué figuras se observaban, ella no percibía de qué manera obtener el área de la figura sombreada, con lo cual me di cuenta que aunque ya había calculado el área del cuadrado, no lo percibía dentro del rectángulo, así que decidimos recortar la figura como un rompecabezas y le pedí que formará la figura sombreada. Al mover las piezas formó un cuadrado, y comentó que se obtenía lado por lado, por lo que el área era de 400 cm2, porque el cuadrado es la mitad del rectángulo. Le cuestioné acerca de la posibilidad de obtenerlo con otra figura y le sugerí usar un triángulo, la tutorada me comentó que era complicado porque la figura tenía curvas, ¿de dónde obtendría un triángulo?, le dije que buscara un triángulo y si no lo encontraba, que en un momento le auxiliaba. Después de un rato, la tutorada no pudo hallar el triángulo, así que le pregunté qué figuras habíamos encontrado. Ella contestó que el rectángulo y el cuadrado. Le cuestioné entonces, ¿cómo encontrar triángulos en un cuadrado o en un rectángulo? A lo que ella respondió: partiéndolos a la mitad, por lo que le indique que partiera los cuadrados en triángulos y les trazamos una diagonal a cada uno. Le cuestioné entonces ¿Dónde hallar el triángulo que nos serviría para encontrar el área sombreada? La tutorada no encontraba el triángulo de ninguna manera, aunque movía las piezas de diversas formas. Le comenté a la tutorada que ahora teníamos más piezas que las del principio y le pedí que las recortara. Al observar las piezas se percató que había obtenido dos porciones circulares y mencionó que esas porciones circulares no servían para nada, le mencioné que si estaba segura y que formara un triángulo con las piezas sombreadas. La tutorada movía las piezas, pero no conseguía obtener un triángulo, así que le pedí que observáramos la figura original y la comparáramos con la que ya habíamos recortado. Ella formó dos triángulos y mencionó muy asombrada que era un cuadrado y que la porción circular sí le había servido después de todo. Le comenté que sí, habíamos formado un cuadrado y que ese ya lo habíamos obtenido anteriormente, pero entonces, si ya teníamos el cuadrado ¿cuántos triángulos tenía éste? Contestó que dos, dos triángulos rectángulos como los del teorema de Pitágoras; entonces le indiqué que con esos triángulos formará un triángulo que le sirviera para calcular el área de la figura sombreada. La tutorada no podía formar un triángulo, así que le pedí que regresáramos a la figura original que tenía dibujada en el cuaderno a la cual le trazamos las diagonales, le dije que la observara y que encontrara el triángulo. Movió las piezas, pero sólo usó las sombreadas, y al fin pudo hallar el triángulo que se le pedía. Recordó la fórmula para calcular el área del triángulo A= (b x h)/2; A= (40 x 20)/2 A=800/2 A= 400 cm2, comentando que había obtenido esto porque era la mitad del rectángulo, y también era el área del cuadrado. Le cuestioné acerca de la manera en la que había obtenido ese triángulo. Se le dificultaba explicar de dónde había salido, por lo que le pedí que regresáramos las piezas a la figura original y observara de dónde había salido el triángulo. Yo le insistía en preguntar de dónde había salido la porción circular y no lo encontraba. Volvimos a observar la figura original hasta que observó que la porción circular era la que se había movido para formar el triángulo, y que se encontraba en el centro del cuadrado. Le pregunté entonces ¿cómo se había formado el triángulo? Me explicó que era porque la porción circular que se formó al trazar las diagonales en los cuadrados se había cambiado. Recapitulamos que ya habíamos hecho cuatro procedimientos, y le pregunte si podíamos encontrar otro y dijo que ya no, que ya había sido suficiente, así que dejamos hasta ahí la búsqueda de más procedimientos. Le comenté que faltaba el cálculo del perímetro, pero como no habíamos hecho el registro de proceso de aprendizaje, decidimos iniciar nuestros registros y después continuar con el perímetro. Al revisar el registro realizado por la tutorada me percaté de que era muy concreto, así que le comente que hacía falta ser más específica, que le faltaba explicar de dónde había obtenido los resultados que tenía anotados, lo que me deja pensando que si es necesario ir escribiendo el registro mientras se hacen los procedimientos, pues se olvida por qué se hicieron. La tutorada corrigió, fue anotando las fórmulas usadas y los resultados obtenidos, pero todavía faltaba anotar el por qué había hecho tal procedimiento, ella no lo recordaba del todo, así que hizo falta volver a cuestionar lo que se había hecho, recordárselo con cuestionamientos o volver a hacerlo, para lo cual recurrí algunas veces a mi registro o a las anotaciones que tenía la tutorada en su cuaderno. Así tardamos mucho tiempo en acomodar su registro de proceso, pues tenía que estar preguntando de dónde habían salido esos resultados, o qué procedimiento se había seguido; al final, tuve que estarle recordando todo el proceso que hicimos para obtener el área a partir del triángulo, pues en este momento la tutorada ya estaba muy cansada de tanta pregunta, la resolución por medio del triángulo se le complicó mucho. En este momento, reflexionando acerca de lo que habíamos trabajado me percaté que casi no usó lo que había planteado en mi guion tutorial, ya que la tutorada no presentó las dificultades que había imaginado, pues sí tenía los conocimientos necesarios para resolver el problema. Sólo empleé la estrategia de cortar la figura en partes, pues la dificultad que tuvo la tutorada fue no percatarse de las figuras que se hallaban dentro de ésta. En esta estrategia me di cuenta que hay que pedirle al tutorado que sólo emplée las figuras sombreadas para facilitar la observación de las figuras. Además tuve que implementar el cuestionamiento continuo, cada vez que la maestra no hallaba la respuesta, tenía que preguntar o yo misma hacer el movimiento de las piezas y preguntar, pedir que observara. Ahora se le indicó que calculara el perímetro de la figura sombreada, y ella se preguntó ¿cómo? Le cuestioné cuál sería el perímetro? Y ella respondió que el contorno. Recordó la fórmula para obtener el perímetro, le pregunté qué era π y ella dijo que era tres veces el diámetro y un pedacito, con esto obtuvo el perímetro de todo el círculo, después lo dividió entre 4, porque se dio cuenta que sólo es la cuarta parte de éste. Observando la figura también notó que el otro lado curvo tiene la misma medida, así que sumo dos veces el perímetro de la cuarta parte y la medida de los dos mosaicos 40 + 31.416 + 31.416 = 102.832. Terminó la sesión y ya no concluimos. Al iniciar la nueva sesión recordamos que nos habíamos quedado en el perímetro, abrió su cuaderno y observó que ya lo había resuelto, sin embargo como no escribió su registro de proceso no recordaba de dónde habían salido esos números, así que le presenté de nuevo la imagen y recordó los 40 cm de la base, y el perímetro de la cuarta parte, pero no recordaba por qué lo había puesto doble, así que insistí en que viera la imagen y recordó que era porque los lados curvos miden lo mismo. Le pregunté que si había otra forma de obtener el perímetro, lo pensó y dijo que no. Le dije que por qué no, que si en el área lo habíamos hecho. Ella comentó que porque el área es una superficie y el perímetro se alteraría si la figura cambiara. Por la respuesta de la tutorada consideré que no es necesario intentar encontrar el perímetro por medio de otra figura, así que ya no lo hicimos. De igual forma al reflexionar acerca del empleo de mi guion respecto al perímetro, creo que no fue necesario emplear lo que había pensado, pues no tuvo mayor dificultad que encontrar la figura, pero sólo con el cuestionamiento se resolvió. Asimismo no buscamos otro proceso, pues a mí me pareció innecesario, pues la tutorada tenía claro el perímetro. Revise la última parte de su registro de proceso en cuanto al perímetro y me pareció que ya no era necesaria ninguna corrección, así que comenzamos con su guion tutorial. Al iniciar a elaborar el guion tutorial, la tutorada comenzó a hacerlo escribiendo la serie de pasos que ella haría en el momento de aplicar la actividad, como si fuera una planificación; le comenté que tenía que identificar las posibles dificultades que podría tener su tutorado y ella reflexionar acerca de cómo resolvería esas dificultades. La tutorada comenzó a escribir, pero manifestaba que sentía que no avanzaba en el guion, que seguía en lo mismo, así que le pedí que regresara a su registro de proceso y lo leyera, para recordar lo que había hecho en la resolución del ejercicio. Al comenzar a leer su registro de proceso recordó lo de la confusión de circunferencia y círculo, así que comenzó a escribir cómo resolvería éstos y más problemas que se presentaran. La tutorada manifestó que ir leyendo su registro de proceso le estaba sirviendo para elaborar su guion tutorial, que era más sencillo, de esta manera leyendo su registro. Le guié para que recordara los procesos que había hecho, le comenté que ella los había hecho porque los sabía, pero ¿qué haría ella para que alguien que no lo supiera hacer, lo hiciera? De esta manera se fue preguntando en cada proceso, y fue escribiendo lo que ella haría para que el tutorado llegara a ese mismo proceso. Al culminar su guion, comenzamos con el trabajo de la demostración, en el cual no hubo problemas, pues desarrolló sus ideas de forma fluida, sólo la auxilié en utilizar power point para hacer su presentación. Y fue así que culminamos con esta tutoría, la cual me pareció muy interesante, pues pude darme cuenta que es un proceso largo, difícil y a veces desesperante, pero que hace que nos demos cuenta de la manera en la que aprendemos y al hacer el análisis de este proceso nos damos cuenta de situaciones que podemos mejorar dentro de las aulas con nuestros alumnos. REGISTRO DEL PROCESO DE APRENDIZAJE AREAS Elegí un tema de matemáticas llamado ¡Acepta el reto! La tutora me entregó una hoja con el problema planteado y la figura a resolver. Di una primer lectura y pude identificar que se trataba de obtener el área de la parte sombreada de la figura, que era la siguiente: La medida es de 20 cm por lado del cuadrado y tiene marcado un arco por cada cuadrado. Después la tutora me preguntó, de qué manera lo podía resolver y ¿con qué formula? Lo primero que se me ocurrió fue calcular el área del círculo, ya que a simple vista noté que se trataba de curvas, por lo que al calcular el área con la fórmula A= πr2 pude obtener el resultado siguiente1256.64 cm2. Sin embargo, ésta no era la respuesta .Partiendo de ése resultado, lo dividí entre cuatro; aseguré que era 1/4 de circunferencia y la tutora me preguntó si estaba segura que era circunferencia? Observé la figura nuevamente y me di cuenta que no era circunferencia sino obtener área del círculo, porque la circunferencia es el contorno y el círculo es la superficie. Posteriormente saqué el área del cuadrado, la fórmula es: A= lado por lado, sustituyendo valores, A= 20 x 20 teniendo como resultado 400cm2, para poder restar el área del cuadrado menos el área de 1/4 de círculo, 400 – 314.16= y obtuve resultado de la parte sombreada del cuadrado de la izquierda = 85.84 cm. Asimismo me resultó más fácil obtener la parte sombreada del segundo cuadrado, ya que la parte sombreada era 1/4 del círculo 314.16cm2 y ya lo tenía. Al sumar dichas piezas me dio como resultado 400cm2 de área total de la figura sombreada. Con esto me sorprendí mucho, porque me di cuenta que se trataba de un cuadrado y además que el resultado también lo tenía desde antes. La tutora preguntó. ¿Por qué decía yo que era un cuadrado? Yo contesté que lo era, porque al acomodar las piezas sombreadas, éstas conformaban un cuadrado, específicamente se tiene que sobreponer la pieza sombreada curva del cuadrado izquierdo en el lado derecho del cuadrado. La tutora me propuso resolver el mismo ejercicio pero con diferente algoritmo, entonces pensé en resolverlo ahora con la fórmula para calcular el área de un rectángulo. Observé que todas las figuras del ejercicio conformaban un rectángulo y entonces sería otra opción para solucionar el problema. Sustituí los valores en la fórmula del rectángulo, es decir, A= b x h A= 40 x 20 A= 800cm2. Ahora, cómo obtener el área de la parte sombreada? Se recortaron las piezas, (extraordinaria idea) y pude darme cuenta que si unía las piezas sombreadas conformaban un cuadrado y eso era la mitad del rectángulo. Quiero recalcar que cuando la tutora me propuso que resolviéramos el ejercicio por medio del algoritmo del triángulo, me angustié un poco, porque me bloqueé. Yo pensé que no se podía porque había piezas curvas, la tutora me guio preguntándome, ¿de dónde se pueden obtener los triángulos a partir del rectángulo? Así que tuvimos que trazar líneas diagonales, una por cuadrado, y formamos 5 triángulos de los 2 cuadrados que a simple vista se podían distinguir. La tutora me preguntó ¿cuál de los triángulos obtenidos me serviría para calcular el área de la región sombreada? Así que tuve que recortar la figura nuevamente pero partiendo de las diagonales que se habían trazado con anterioridad, para manipular las piezas y así poder entender cómo obtener el área. Me asombré mucho porque me percaté que al unir las piezas sombreadas podía formar un triángulo. Yo me resistía a eso porque había una pieza “curva” que pensé que no entraba en la figura. La tutora me decía que moviera las piezas y que ésa parte del rompecabezas si cabía ahí. Así fue, tenía mucha razón y esa pieza se encontraba en el centro del cuadrado. Para mí fue un gran reto, poder resolver éste problema. El último procedimiento fue muy “complejo”. Recortamos las piezas de manera que formamos primero un rectángulo, una vez visualizado la tutora me pidió ahora formar con esas piezas un triángulo. ¿Cómo hacerlo? Bien, tomé las piezas sombreadas y las acomodé en forma de triángulo. Posteriormente, la tutora me pidió que calculara el área de ésas piezas y entonces apliqué la fórmula del triángulo: A= (b x h)/2 A= (40 x 20)/(/2) A=800/(/2) A= 400 cm2. Con esto me pude dar cuenta que las piezas sombreadas que formaban el triángulo, también forman parte de un cuadrado y de igual manera también su resultado es 400cm2. Por último, la tutora me preguntó que de dónde había salido el triángulo principal. Yo aseguré que las había obtenido de las piezas sombreadas. Me percaté que las únicas piezas que se van a mover para formar un triángulo, son las piezas con arco, piezas que se obtuvieron a partir de la división con diagonales que se realizó con anterioridad. PERÍMETRO La tutora me dio la siguiente indicación: Calcular el perímetro de la figura sombreada. Lo primero que hice fue recordar cuál era la fórmula para calcular el PERIMETRO de la circunferencia que es, P= π . d ( perímetro es igual a Pi por diámetro , recordando que π mide tres veces el diámetro y un pedacito de la circunferencia), sustituyendo por datos la fórmula se despeja de la siguiente manera: Perímetro= 3.1416 X 40 Perímetro= 125.664 Pero, como no necesito el perímetro total de la circunferencia sino dos cuartas partes, entonces dividí 125.664 entre cuatro y me arrojó el siguiente dato: 31.416. Por tanto, ahora para saber el perímetro de la figura sombreada tengo que sumar : 1/4 de circunferencia + 1/4 de circunferencia + diámetro. Sustituyendo valores es: 31.416+ 31.416+ 40= 102.832 cm. Entonces 102.832cm es el perímetro de la figura sombreada. La tutora me preguntó: ¿Se puede obtener el perímetro de otra forma? Yo comenté que no, porque lo que se está pidiendo como dato es el perímetro, es decir, el contorno y como tal no se puede modificar, si no cambiarían sus medidas. También me preguntó que, ¿por qué sí se puede calcular el área de la figura sombreada mediante varias figuras como el cuadrado, el triángulo, el rectángulo y círculo, y no con el perímetro? Respondí que porque se trataba en esta ocasión de contorno de la figura y no de superficies. ELEMENTOS SIGNIFICATIVOS DEL PROCESO DE APRENDIZAJE. Sin duda alguna, durante mi proceso de aprendizaje, aprendí que se debe trabajar minuciosamente cada tema. Significa, que a partir de hoy, nada es superficial, ni relativo. Todo proceso será completo y con un grado de análisis personal que lleve a la construcción del aprendizaje de forma individual y significativa. Todo éste nuevo proceso ha cambiado mis esquemas y mi forma de pensar, inclusive, en mi desempeño en el aula. Aprendí que un solo tipo de problema tiene múltiples formas de resolverse. Durante mi proceso encontré pocas dificultades al resolver el problema. Estaba mecanizada al resolver siempre cada problema, pero el trabajo de la tutora movilizó mis saberes por medio de sus cuestionamientos. Cuando yo pensaba que ya había terminado, la tutora me preguntaba de qué otra forma podía resolver el mismo planteamiento, al principio me sentía bombardeada, pero es así como se van desarrollando las habilidades matemáticas. Cada vez me sentía más motivada para poder seguir .Éste diplomado sobre competencias me ha llevado a la reflexión, a realizar predicciones, a cuestionar, a identificar conocimientos previos y las posibles dificultades en el proceso. En la medida en que fui descubriendo significados durante el proceso de aprendizaje, realizaba más aproximaciones, y encontraba elementos básicos que me permitían darle vida a cada uno de los problemas planteados. Debido a que encontraba deficiencias y dificultades durante el proceso, tuve que generar distintas estrategias para poder solucionar de manera satisfactoria cada ejercicio. Hice uso de mis conocimientos previos y replantear cada vez que era necesario una nueva idea. Confirme mis deficiencias, para mejorar mi nivel de interpretación de los ejercicios. PROPÓSITO. Calcular área y perímetro de la figura sombreada. *Entregar una hoja con el problema a resolver titulado “acepta el reto”. Leer el problema y observar la figura, sobretodo la parte sombreada. Pedir que identifique datos y el tipo de unidades de medición que se refiere, y cuáles usaría en caso de calcular perímetro y cuáles en área. *Explorar conocimientos previos en el tutorado, observando de qué manera resuelve el problema. *Es necesario preguntarle ¿cómo tiene pensado resolverlo?, ¿qué es lo primero que va a hacer? *Posiblemente el tutorado tenga dificultades para calcular área de la parte sombreada de la figura, es importante preguntarle si sabe calcular áreas de distintas figuras planas. *En caso de tener dificultad mostrarle algunas formulas que pudiera utilizar pero propiciando en el tutorado que llegue al algoritmo de manera personal. *Preguntar al tutorado, ¿cuál sería la primera opción para resolver dicho problema? ¿Mediante qué figura comenzaría a calcular el área de la figura sombreada? *En caso que el tutorado escoja la opción de resolverlo por medio del círculo, es importante recalcar que el tutorado puede enfrentarse la dificultad de confundir circulo con circunferencia, hacerle notar que no es lo mismo, por medio de varios ejemplos, como el que observe en la hoja del ejercicio que la parte que se encuentra en color rojo hace referencia al perímetro (contorno) y la parte sombreada se relaciona con el área. *Lo más importante y enriquecedor de éste trabajo de tutoría es propiciar en el tutorado que busque más caminos o soluciones para calcular el área de la parte sombreada. Tal vez buscará alguna otra forma de resolver, usando otro polígono más . *En caso de ser un cuadrado, preguntarle ¿por qué lo escogió? O por qué piensa que puede resolverlo con esa figura? Si no tiene una respuesta precisa, se le puede apoyar recortando las piezas de la figura que se propone resolver. *Se le puede pedir al tutorado que las piezas que están sombreadas las arme y que diga ¿qué figura encontró? *Por consiguiente, si confirma que encontró un cuadrado, entonces hay que pedirle que calcule el área de dicha figura hasta que encuentre un resultado. Podría hacerle notar que la figura que calculó es la mitad de la figura total inicial. *Para obtener más algoritmos de la figura, se le puede pedir que la observe nuevamente y que diga que otro polígono observa. *Es posible que haya observado el rectángulo y que a partir de éste puede también calcular el área de la parte sombreada. *Seguramente se dará cuenta que algunos datos y fórmulas que ha estado empleando hasta el momento le servirán para el ejercicio matemático que está realizando. *Tendrá que volver a manipular el pequeño rompecabezas de las piezas sombreadas y se dará cuenta de que esas conforman la mitad de su rectángulo. Por tanto, llegará más fácil al resultado. *Por último, sería muy buena opción persistir en el agotamiento de resultados, si el tutorado está aún disponible podría proponerle que ahora resolviera por medio de un triángulo. *Si presentara la dificultad para comenzar a resolver, se pediría nuevamente que manejara las piezas y buscara la forma de armar un triángulo. Si no lo encontrara entonces tener la iniciativa de trazar una diagonal en cada cuadrado y posteriormente recortar. Quedarán entonces seis piezas de cuatro que eran; 2 triángulos rectángulos, dos piezas con vértice y arco en su interior y otras 2 en semiluna, las cuales tendrá que manipular para hallar el triángulo. Enfatizando que sólo use las piezas sombreadas, entonces ahí se dará cuenta el tutorado que sí se puede resolver el ejercicio. *Al tratar de calcular el perímetro de la parte sombreada, el tutorado puede enfrentar la dificultad de no saber ¿cómo resolverlo? , se le puede apoyar diciéndole que ya tiene suficientes conocimientos previos al calcular las áreas anteriormente, entonces se puede partir nuevamente de la observación de la figura y preguntarle ¿qué figuras crees que se relacionan con el contorno de la figura sombreada? *Posiblemente conteste que la circunferencia, por la parte en arco que hay en ambos cuadrados. *Preguntar ¿qué parte de la circunferencia es la que observa y cuantas partes observa del mismo tipo? *Por tanto, es posible que si retoma datos que ya tiene aprendidos del ejercicio anterior, pueda resolver el perímetro un poco más fácil. *Preguntar al tutorado si sabe calcular el perímetro de la circunferencia. si presenta la dificultad de no saber cómo hacerlo, entonces proceder a demostrar la fórmula. *Preguntarle ¿cuál es el valor de π? Seguramente responderá 3.1416, para lo cual se pedirá que se auxilie de un pedazo de cordón y que en primer lugar tome como referencia la medida del diámetro, posteriormente colocarlo en el contorno de la circunferencia y comprobar que ése diámetro mide tres veces la circunferencia y un pedacito. V. Registro de tutoría, registro de aprendizaje y guión de tutoría Registro de tutoría Le dicté el problema a la maestra: “Sea ABC un triángulo equilátero y PQR los puntos medios de AB, BC y CA, respectivamente. Sean los vértices del triángulo los centros de los arcos PR, PQ y QR. Si un lado del triángulo mide 6 cm. ¿cuál es el perímetro de la región PQR? Calcula el área de la región PQR del problema anterior”. Después le pedí que lo leyera. La maestra parecía ansiosa y nerviosa al iniciar el trabajo; ella trazó un triángulo y leyó nuevamente el problema, buscó los puntos medios y después ubicó los vértices e inició a trazar los arcos sin utilizar juego geométrico. Me señaló el área que ella creía era la región PQR; le pregunté ¿por qué creía que esa era la región? Me dijo que al trazar los arcos se formaba una nueva figura y que a los puntos medios se les habían llamado PQR y que por lo tanto ella deducía que esa era la región, le dije que no los había nombrado así, que le pedí que nombrará a cada uno de los puntos para no confundirnos. Entonces nuevamente trazó el triángulo, pero en esta ocasión si utilizó juego geométrico. Para trazar el triángulo realizó una línea de 6cm y luego utilizó el transportador. Al preguntarle la razón por la cuál utilizaba el transportador, me dijo que iba a medir 60°, ya que como era equilátero, los tres ángulos medían 60°. Al realizar los trazos de los arcos se presentó un poco de dificultad ya que no coincidían los arcos, entonces le sugerí que trazara el triángulo utilizando el compás para que quedara exacto. Con la regla midió tres centímetros para localizar los puntos medios. Al preguntarle la razón por la cual media tres centímetros, me dijo que porque estaban pidiendo los puntos medios y que la mitad de seis es tres. En esta ocasión fue más cuidadosa y fue poniendo letras a cada punto. Utilizó el compás para trazar los arcos y se dio cuenta de que ahora sí coincidían. Volvió a leer y se dio cuenta de que le pedían la medida del perímetro de la región PQR. Observó que tenía que sacar el perímetro del círculo que desde un inicio había trazado. Ella conocía con exactitud la fórmula para obtener del perímetro, dedujo que era seis el diámetro, sin embargo al cuestionarla sobre la razón por la cual creía que era seis , titubeó un poco así que le pedí me señalara el diámetro. Al principio parecía confundir el radio con el diámetro. Yo le cuestioné si estaba segura de lo que me estaba diciendo, parecía confundida y me lo decía; sin embargo lo identificó muy bien. Después de obtener el perímetro del círculo, realizó una regla de tres queriendo obtener el resultado por proporcionalidad en la cual ella creía que los 360° correspondían al 100% de la circunferencia y que obteniendo el porcentaje que le correspondía a los 60°, podía obtener el perímetro del arco; sin embargo, le hice ver que el perímetro total de su circunferencia era de 18.84 y que la medida que ella estaba obteniendo por medio de la regla de tres era de 16.66. Además ella había realizado otra regla de tres en la que el total de su circunferencia correspondía al 100% y el resultado de su regla anterior correspondía al 60%, de la cual obtiene como resultado 88.46 y creía que esa era la medida de su arco. Por lo tanto, le pedí que nuevamente me señalara el perímetro de su circunferencia. Ella señaló correctamente el perímetro y me dijo que estaba ella haciendo las cosas mal y volvió a repasar el problema. Nuevamente lo analizó y me dijo que tenía que dividir el perímetro entre seis, porque en el círculo se formaban seis arcos y que era mejor obtener el perímetro total del círculo y dividirlo entre seis. Así lo hizo y obtuvo correctamente el perímetro del arco y lo multiplicó por tres. Le pregunté cuál era la razón de multiplicarlo por tres y me señaló los tres arcos que conformaban la región PQR. Volvió a leer el problema y me dijo que ahora tenía que obtener el área, así que analizó nuevamente la figura y me dijo que para eso tenía que obtener el área del triángulo equilátero, y después obtener el área del círculo y dividirlo nuevamente entre seis y después multiplicarlo por tres para obtener el área de los tres arcos; después restar del triángulo el área de los tres arcos y así podría obtener el área de la región PQR y empezó a calcularla por medio de la fórmula de los triángulos. Al sustituir la altura le cuestioné la medida de la altura y me dijo que era seis. Le pedí que me indicara cómo la había obtenido y me dijo que como era equilátero tenía que ser seis. Le pedí que me lo demostrara y midió con la regla. Se dio cuenta que no era seis, que era 5.2. Entonces le comenté que si conocía otra forma de encontrar la medida de un lado desconocido de un triángulo y me dijo que no. Le empecé a comentar sobre un teorema que existía y rápidamente me dijo que Pitágoras y que sí conocía el Teorema. Volvió a analizar el problema y comenzó a hacer cálculos mentales. Le pedí que escribiera lo que me estaba indicando y me vio como con sorpresa, pero empezó a anotar el Teorema de Pitágoras y así lo hizo. Cuando se dió cuenta de que con esa fórmula no iba a obtener el resultado, empezó a analizar el problema y me dijo que tenía que realizar una conversión. La hizo nuevamente por medio de cálculo mental y le pedí que lo escribiera. Así lo hizo y de esta manera encontró la altura del triángulo; enseguida obtuvo nuevamente el área del triángulo; después, realizó las operaciones; nuevamente empezó a realizar operaciones mentales y le pedí que las hiciera en su libreta. Las realizó de una manera desordenada, así que le dije que me parecía que se perdía tiempo cuando ella quería encontrar una respuesta ya obtenida, ya que a mí me parecía que no estaba dando orden a sus operaciones y resultados y le pedí fuera dando orden al trabajo. Me dijo que no le gustaba escribir, pero que en esta ocasión lo iba a hacer. Como lo había comentado, obtuvo el área de la región PQR. La Profra. es una persona sumamente nerviosa y ansiosa, a veces parece no escuchar lo que se le está diciendo; sin embargo, su misma ansiedad hace que encuentre la solución a los problemas muy rápido, no le gusta escribir y siempre trata de resolver los problemas de forma mental. En cuanto a la habilidad para ser tutora, considero que soy tolerante y trato de que mi tutorado analice y razone la problemática planteada por medio de los cuestionamientos que le voy planteando acerca del problema dado; sin embargo, en esta ocasión me sentí desconcertada, ya que mi compañera sabía la forma de resolver algunos procesos del problema, así que la fui guiando conforme se presentaban dificultades que a mí parecer fueron muy pocas a lo que yo me imaginaba, ya que llegué a pensar que habría más dificultades en el aprendizaje. Uno de los aprendizajes que se obtuvieron fue cuando la maestra no sabía que la altura del triángulo equilátero se puede obtener, no sólo midiendo con la regla, sino que la podemos obtener a través del Teorema de Pitágoras, ya que éste permite descubrir la medida de un lado desconocido y permite poder realizar ecuaciones, así como la conversión de la ecuación. El haber realizado el guión de tutoría me permitió tener los conocimientos necesarios para poder ayudar a mi tutorada a consolidar sus aprendizajes y a irla guiando en su proceso de aprendizaje; sin embargo, considero que mi tutorada tiene conocimientos previos muy sólidos y que esto permitió el avance muy rápido con ella y no me permite observar qué más conocimientos debo yo de adquirir para el trabajo con los alumnos. Registro de aprendizaje Mi tutora me dicta el problema: sea ABC un triángulo equilátero y PQR los puntos medios de AB BC y CA respectivamente. Sean los vértices del triángulo los centros de los arcos PR, PQ y QR. Si un lado del triángulo mide 6 cm ¿Cuál es el perímetro de la región PQR? Calcula el área de la región PQR del problema anterior. Una vez anotado me invita a analizar el problema detenidamente. Inicio a leerlo trazando mi triángulo equilátero con un lado de 6 cm. Pregunto a mi tutor si los puntos medios serían la mitad de A,B,C, por que le digo que yo entiendo que es un punto medio. Me afirma que sí. Analizo, me voy a los vértices y regreso mi vista al problema. Analizando los vértices tomándolos como centro, deduzco que tengo que elaborar círculos con centro en cada vértice tocando los puntos medios. Aunque debo admitir que al principio no me quedaban bien, los puntos exactos al trazar las circunferencias no coincidían. Una vez que terminé correctamente el trazo empiezo a centrarme en la pregunta perímetro de la región PQR. Consulto si estoy bien en mi fórmula para calcular perímetro diciendo π x d, teniendo mi duda en el diámetro, y rescatando que no tenía que ocupar todo el círculo. Acudí a mi tutora para preguntar si debía de ocupar todo el diámetro. Me hacer ver lo que me pedía el problema. Le contesto que el diámetro de PQR, y me dice ‘observa bien la circunferencia, ¿te pide toda? Observo que únicamente le tengo que sacar su sexta parte. Por lógica le contesto que sí utilizo todo el diámetro y hasta ahorita mi trazo queda de la siguiente manera: C R A 3.14 A 4.71 A 4.71 3.14 1.47 P Q 3.14 A 4.71 C B Ahora calculo que el diámetro de la circunferencia es de 18.84 posteriormente para sacar mi parte que me pedía se me ocurre sacar la ley de proporcionalidad si 18.84 es el 100%, entonces cometí un error de inferir entonces el 60% de 18.84. Mi tutor me indica que observe y compare los resultados si el perímetro total 18.84 sería coherente. Me vuelvo al círculo y al analizar digo 360º / 6= 60 y me dije 18.84 /6 partes y me da 3.14. Acudo a mi tutora y me dice correcto, ahora ya calculé el perímetro de cada arco. vuelvo a leer el problema y observo que me pedía área de PQR. Analizo la figura intentando sacar otra vez el área de un triángulo; eso es lo que me pareció correcto. Mi tutora me pide que vuelva a ver bien la figura PQR y me pregunta si se forma un triángulo exacto y me percato que no; ya que veo arcos y no rectas; por lo tanto mi tutora me dice que si se encuentra dentro de las tres circunferencias. A partir de ahí observo el triángulo. Le pregunto a mi tutora si calculo el área del mismo. Me afirma que lo realice, pero me tropecé con el problema de que la fórmula para calcular es bxh/2 y ya que tenía la base ahora se me ocurre medir la altura con la escuadra y la regla me da 5.3. Mi tutora me comunica que hay otra forma de calcular la altura más exacta. Coloca sus dedos en la altura y me pregunta qué tipo de triángulo se forma y le contesto que un triángulo rectángulo le comento que no entiendo. Me contesta que hay un matemático famoso a quien se le debe ese aprendizaje. Me acordé del teorema de Pitágoras y con mis conocimientos previos le digo a² + b²= c². Deduzco 9+36=45 pero me sugiere mi tutora que analice qué voy a buscar cateto o hipotenusa. Observo detenidamente y me doy cuenta que lo que busco es el cateto opuesto que viene siendo la altura. Con mi conocimiento previo utilizo la formula inversa b²=c²-a²; 36-9= 27 Trato de sacar la √27 batallando un poco para obtenerla ya que fue estimado hasta llegar a la conclusión de 5.2. Encontrada la altura de 5.2, ahora ya calculo el área multiplicando 6 como base x 5.2 de altura y dividiendo / 2 . Me dio 15.6 .Es eso el área del triángulo. Ahora mi tutor me sugiere que observe. Me percato que me faltó algo y es calcular las áreas de los arcos de los tres círculos con la fórmula π x r2 o sea 3.14 x 9 =28.26. Me di cuenta de que es el área de todo el círculo. Recuerdo lo del perímetro y elaboro mi división 28.26/ 6, que es la sexta parte y me da 4.71 por arco y luego sumo 4.71 tres veces y el resultado es 14.13. Ya tengo las 3 áreas de mis arcos y observo detenidamente y coloco el área del triángulo 15.6. Le resto 14.13 y me resulta 1.47 el área de la región P,Q,R. Mi tutora me observa y me da ánimos contestando que está correcto mi procedimiento y mi resultado. Me di cuenta que reafirmé mis conocimientos de puntos medios, otra forma de encontrar la altura más exacta con el procedimiento del teorema de Pitágoras, recordé las fórmulas de perímetro y área de una circunferencia. Mi problema quedó resuelto, la región PQR de perímetro mide 9.42 y su área 1.47. Me quedó como sigue C A 4.71 3.14 R 3.14 A A 4.71 Q C 1.47 P 3.14 A 4.71 B Guión de tutoría Lo primero que tengo que hacer es darle a mi tutorado el problema a resolver: Sea ABC un triángulo equilátero y PQR los puntos medios de AB, BC y CA respectivamente, sean los vértices del triángulo los centros de los arcos PR, PQ y QR. Si un lado del triángulo mide 6 cm. ¿Cuál es el perímetro de la región PQR? Calcula el área de la región PQR del problema anterior. Objetivo: Que el alumno aprenda a encontrar figuras combinadas, áreas y perímetros en figuras irregulares. Le pediré que lea y analice el problema planteado. Le pediré que dé inicio: Si el alumno traza otro triángulo que no sea equilátero le pediré que me mencione las propiedades de los triángulos equiláteros; en caso de que las desconozca, le pediré que trace los triángulos que conoce y que me mencione las características de cada uno, entonces le pediré que señale cuál es el triángulo equilátero y las razones por las cuáles cree que es un triángulo equilátero, además verificar que el alumno anote a cada vértice del triángulo la letra que le corresponde. Si el alumno no sabe cuáles son los puntos medios, pedirle que me diga qué es un medio, luego le pediré que me señale cuál es la recta AB y que me señale el punto medio de ese segmento y de la misma manera con los puntos de BC y de CA. Si el alumno no sabe cuáles son los vértices le pediré que trace un segmento, después que trace otro que cruce con el primero, que señale con color la unión de esos segmentos y le diré que a esa unión se le llama vértice, después le pediré que señale en su triángulo equilátero las uniones. Si el alumno no puede identificar los centros de los arcos le pediré que trace un círculo y una secante a la cual le llame AB y que coloque su compás en el punto A, que trace un arco, el cual debe de rebasar un poco más del segmento AB, después le pediré que con la misma consigna trace otro arco desde el punto B; a continuación le pediré que una los puntos donde se interceptan los arcos. Le diré que siguiendo las indicaciones anteriores trace otra secante a la cual le llamará BC y que realice el mismo procedimiento para la realización de su otro arco y le pediré que señale con color la unión de los puntos y que me diga que observa de este ejercicio. Después le diré que vuelva nuevamente a su figura y que trace sus arcos desde los puntos señalados. Si el alumno no sabe cuál es la región PQR, le pediré que ilumine con color la figura que obtuvo después de trazar los arcos. Si el alumno no sabe qué es el perímetro le diré que me señale con su dedo el contorno del triángulo, después le diré que haga lo mismo con la región PQR y de esa manera sabrá qué es el perímetro de una figura. Si el alumno no sabe cómo encontrar el perímetro de la región PQR, le pediré que coloque nuevamente su compás en uno de los vértices y que lo gire completando el círculo y que proceda de la misma manera con los otros arcos, después le pediré que me señale el perímetro del círculo, luego que señale, con color diferente o con cola de ratón, nuevamente el perímetro de la región PQR y que me indique que parte del círculo se está tomando para la región PQR, en caso de que aún no logre identificar lo solicitado, le pediré que a partir del radio del círculo, complete el segmento hasta el otro extremo; después le pediré que con su regla, siguiendo uno de los segmentos del triángulo, llegue hasta el extremo del círculo, por último tiene que trazar otra línea diagonal a la anterior. Le pediré que me diga cuántos arcos se formaron del mismo tamaño para que analice y comprenda que cada arco tiene la misma medida, a partir de ahí le diré que piense cuál es la relación que tiene el arco y el círculo, y cómo a partir del perímetro del círculo podemos obtener el perímetro de la región PQR, ya que cada arco es parte del círculo y los tres arcos que conforman la región PQR son parte de la mitad de un círculo. Si el alumno no sabe cómo obtener el área de la región PQR, le pediré que me señale el área de la región PQR y que observe que la región PQR, forma parte de otra figura, que es el triángulo equilátero, formando así figuras compuestas; a partir de estos razonamientos se le pregunta al alumno ¿Cómo puedes entonces saber cuál es el área de la región PQR, si ésta se encuentra dentro del triángulo y es parte de él? El alumno tiene que comprender que la región PQR es una parte del triángulo equilátero y que obteniendo el área del triángulo se obtiene el área de la región. Si el alumno presenta dificultad para localizar el área del triángulo se le ayuda recordando al alumno que la fórmula del área es: base por altura entre dos. Si el tutorado conoce la base, pero desconoce la altura se le pide que trace primero su altura, después se le pregunta ¿Cómo puedes conocer la medida de un lado, en éste caso la altura de un triángulo Le pediré al tutorado que identifique qué clase de triángulo es. Si no logra identificar que se trata de un triángulo rectángulo, le pediré que copie el triángulo en una hoja y después lo recorte y lo pegue al lado del primer triángulo, de tal manera que reconozca que es un triángulo rectángulo. Después le preguntaré si conoce la manera de encontrar el lado desconocido de un triángulo.