SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1662

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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1662/2012
Sucre, 1 de octubre de 2012
SALA TERCERA
Magistrada Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de amparo constitucional
Expediente:
Departamento:
01378-2012-03-AAC
Chuquisaca
En revisión la Resolución 50/2012 de 31 de julio, cursante de fs. 63 a 64 vta.,
pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por
Esperanza Guzmán Peralta de Aruzca contra Betty Nogales Bohórquez,
Jueza del Juzgado Tercero de Partido en lo Civil y Comercial del
departamento de Chuquisaca.
I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA
I.1. Contenido de la demanda
Mediante memorial presentado el 20 de julio de 2012, cursante de fs. 41 a 46
vta., la accionante expresa los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
I.1.1. Hechos que motivan la acción
Dentro de la demanda sumaria de cumplimiento de contrato seguida en su contra
por Aurora Elena Rocabado Domínguez de Mejía a través de su abogado
apoderado Antonio Durán Jurado, en ejecución de sentencia interpuso incidente
de comprobación y declaración de extinción de la obligación que contenía el
contrato de préstamo de dinero para su persona, por efectos de la resolución del
mismo y ante la existencia de un fallo en ejecución referida al cumplimiento de la
misma obligación. Incidente que el Juez Segundo de Instrucción en lo Civil -en
suplencia legal- lo declaró improbado, mediante Auto Definitivo de 30 de
noviembre de 2011; contra el que planteó apelación en el efecto devolutivo,
conocida y resuelta por la Jueza ahora demandada, quien por Auto de Vista
13/2012 de 16 de abril, confirmó la Resolución del inferior, incurriendo en
omisiones ilegales, porque no dio respuesta a los puntos resueltos en el fallo y que
fueron motivo de apelación y fundamentación en el memorial de alzada; actos que
suprimen sus derechos y garantías fundamentales.
A tiempo de resolver el recurso interpuesto por su parte, la Jueza afirmó que la
apelante, no cumplió con los requisitos exigidos por los arts. 219 y 227 del Código
de Procedimiento Civil (CPC), concretamente observó que la interesada: a) No
señaló la expresión de agravios y el sustento de la apelación, fundamento y
razones, si el agravio es de forma o de fondo; b) Se limitó a efectuar una relación
de hechos y lo que debió considerarse en la resolución desde su óptica; c) No
indicó la norma legal infringida; d) No puntualizó los errores de hecho y derecho
en la resolución recurrida; e) No efectuó una articulación fundada y objetiva sobre
los errores de la resolución; y, f) No mencionó las disposiciones legales
incumplidas o mal aplicadas y en qué consisten esas infracciones. Conclusiones
totalmente falsas, porque en el memorial de apelación, se cumplieron todos los
requisitos exigidos por la precitada normativa; en el primer motivo se precisó la
parte del Auto impugnado donde se encuentran las conclusiones arbitrarias a la
que arribó el Juez a quo y en la que sustentó su decisión de declarar improbada
en alzada el incidente, explicando el por qué ese criterio resulta erróneo y hasta
ilógico. De igual forma, en la segunda parte del primer motivo del recurso de
apelación, se preciso la conclusión errónea del Juez a quo y los expresó como
agravios, citando las disposiciones legales en las que se sustenta y las que fueron
contrariadas.
Sostiene que el juez o tribunal, sólo puede pronunciar resolución de vista
confirmatoria cuando resuelve en el fondo el recurso de apelación, esto es, cuando
el recurrente demostró o acreditó los agravios, caso contrario, corresponde
desestimar el recurso, anular el auto de concesión de alzada y declarar
ejecutoriada la resolución impugnada; lo que demuestra una absoluta
incongruencia entre la parte considerativa y la resolutiva, dado que no puede
confirmarse una resolución que no mereció revisión.
Asimismo afirma que, de la revisión del art. 227 del CPC, los supuestos extrañados
por la autoridad demandada no fueron establecidos como exigencias o requisitos a
observar en el recurso de apelación, sino, atento al 258 inc. 2) del adjetivo civil,
son requisitos que deben observarse en el recurso de casación, esto porque es un
recurso extraordinario o de segunda instancia; en ese contexto, la autoridad
judicial accionada, al sustentar su decisión de confirmar el Auto apelado, en el
“supuesto” incumplimiento de requisitos que no están previstos por ley para el
recurso de apelación incurrió en un acto ilegal, habida cuenta que exige el
cumplimiento de requisitos que no están previstos en la ley.
I.1.2. Derechos y garantías supuestamente vulnerados
La accionante señala como lesionados sus derechos a la defensa y al debido
proceso en sus elementos a la motivación y congruencia, citando al efecto los
arts. 115.II y 119.II de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela y en consecuencia: 1) Se deje sin efecto el Auto de
Vista 13/2012 de 16 de abril, pronunciado por la Jueza demandada; 2) Se
ordene a la autoridad demandada, dicte una nueva resolución debidamente
fundamentada en la que se resuelvan los puntos que fueron resueltos objeto de
apelación y fundamentación, observando los principios de pertinencia y
congruencia, previstos en el art. 236 del CPC; y, 3) Sea con imposición de
costas.
I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías
Celebrada la audiencia pública el 31 de julio de 2012, según consta en el acta
cursante de fs. 60 a 62, en presencia de la accionante asistida de su abogado y
de la tercera interesada; y, en ausencia de la autoridad jurisdiccional
demandada y del representante del Ministerio Público, se produjeron los
siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación de la acción
El abogado de la accionante ratificó los argumentos del memorial de demanda.
I.2.2. Informe de la autoridad demandada
Betty Nogales Bohórquez, Jueza del Juzgado Tercero de Partido en lo Civil y
Comercial del departamento de Chuquisaca -ahora demandada-, en informe
escrito cursante de fs. 58 a 59, refirió lo siguiente: i) Como consecuencia de
una apelación formulada por la accionante contra el Auto de 30 de noviembre
de 2011, que resolvió declarando improbado el “incidente de comprobación y
declaración de la extinción de la obligación, que para su persona, tenía el
contrato de préstamo de dinero que precisó, por efectos de la resolución del
mismo y ante la existencia de un fallo en ejecución, referido al cumplimiento de
la misma obligación”, dictado por el Juez Segundo de Instrucción en lo Civil en
suplencia de su similar Tercero, el caso se remitió a su despacho; ii) Apelación
resuelta por su autoridad el 13 de abril de 2012, confirmando el Auto
interlocutorio de 1 de octubre de 2011, con costas a la apelante, porque la
ahora accionante, refirió de manera genérica, que la decisión asumida por el
Juez a quo de declarar improbado el incidente referido, es totalmente arbitraria
y le causa agravios, pero no señaló por qué es arbitraria y cuál fue el agravio
sufrido como emergencia de la resolución dictada por el Juez de instancia,
tampoco señaló cual es la norma legal infringida y catalogada como violatoria y
perjudicial a sus intereses, es decir, no existe sustento de la apelación, su
fundamento y razones, conforme extracta la misma recurrente, se refiere al
contrato de préstamo de $us2500.-(dos mil quinientos dólares
estadounidenses); iii) En el siguiente párrafo reconoce que no existe contrato
bilateral entre su persona y la demandante; sin embargo, en forma
contradictoria, pide que se deje sin efecto el contrato por ser errónea la
interpretación del Juez a quo, pero tampoco manifiesta porqué hace esa
consideración; iv) Refiere que por efecto de la resolución, quedó resuelto el
contrato y extinguida la deuda respecto de su persona, pero no precisó la
norma vulnerada por el a quo; v) Se debió indicar punto por punto los errores,
omisiones y demás deficiencias en forma clara y precisa, indicando el error de
hecho y derecho; puntualizando la naturaleza del agravio, para que en alzada,
se reparen los mismos, lo que no sucedió en el presente caso; vi) Con relación
a la presunta incongruencia del segundo considerando y la parte resolutiva del
fallo, el art. 237 de CPC, establece las formas de resolución del auto de vista y
mal podría su autoridad disponer en la parte resolutiva, el desestimatorio,
cuando la norma legal no reconoce esta figura en las formas de resolución para
el auto de vista y tampoco anular obrados, porque de acuerdo al principio de
especificidad, no existía razón legal para disponer el anulatorio, por lo que, en
cumplimiento a lo previsto por referido artículo del Código adjetivo civil,
únicamente correspondía disponer el confirmatorio por incumplimiento de lo
previsto por los arts. 219 y 227 del mismo cuerpo legal. Por lo manifestado, al
no ser evidentes las omisiones y actos ilegales denunciados, solicita que se
deniegue la acción.
I.2.3. Intervención del tercero interesado
El abogado de la tercera interesada, presente en la audiencia pública, afirmó
que el Auto de Vista “1/2012”, no es vulneratorio de derechos; por lo que pidió
que se deniegue la tutela impetrada.
I.2.4. Resolución
La Sala de turno por vacación judicial del Tribunal Departamental de Justicia de
Chuquisaca, mediante Resolución 50/2012 de 31 de julio, cursante de fs. 63 a 64
vta., concedió la tutela solicitada, dejando sin efecto el Auto de Vista 13/2012
de 16 de abril, disponiendo que la autoridad demandada dicte una nueva
resolución, ingresando al fondo y pronunciándose sobre todos los puntos
apelados, cumpliendo con la normativa civil que corresponde; sin responsabilidad
por ser excusable; bajo los siguientes argumentos: a) Entre los principios
contenidos en la Constitución Política del Estado, se encuentran el de verdad
material e informalismo, lo que implica que el sistema judicial debe abrir sus
puertas a la administración de justicia evitando que se dependa de formalidades;
b) Desde el orden constitucional se encuentra que existe incongruencia en la
resolución de Betty Nogales Bohórquez -ahora demandada-, pues ella misma
admite que se mencionó la existencia de agravios citando algunos de ellos, pero
contrariamente no entra al fondo; c) Revisando la norma que tiene que ver con
el recurso de apelación, lo que exige es simplemente que se explique el agravio y
no necesariamente que se mencionen las normas vulneradas; d) Aunque el
memorial presentado por la parte accionante es ambiguo, incluyó los motivos de
la apelación, lo que conlleva a concluir que la señora Jueza de la causa tenía la
obligación de ingresar al fondo y pronunciarse sobre todos los puntos apelados;
y, e) La parte resolutiva no se acomoda al razonamiento expresado en la
considerativa, pues con esa fundamentación no correspondía confirmar la
resolución.
II. CONCLUSIONES
Del atento análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en el
expediente, se establecen las siguientes conclusiones:
II.1. Dentro del proceso sumario de cumplimiento de contrato seguido por
Aurora Elena Rocabado Domínguez contra Carmen Rosa Aruzca de
Enríquez, se constata que el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil del
departamento de Chuquisaca, pronunció la Resolución de 29 de
septiembre de 2010, por la que declaró probada la demanda e improbada
la excepción perentoria de prescripción opuesta, disponiendo, entre otros,
que la garante Esperanza Guzmán Peralta de Aruzca pague la deuda
establecida en la suma de $us2500.-, más intereses convenidos en el
2,5% mensual, en el plazo impostergable de quince días a contar de la
ejecutoria del referido fallo (fs.5 vta. a 8).
II.2. Por memorial presentado el 18 de julio de 2011 ante el Juez de la causa,
Esperanza Guzmán Peralta de Aruzca, interpuso incidente de
comprobación y declaración de extinción de la obligación que para su
persona contenía el contrato de préstamo de dinero que precisó, por
efectos de la resolución del mismo y ante la existencia de una resolución
en ejecución referida al cumplimiento de la misma obligación (fs. 12 a
15). Incidente declarado improbado mediante Auto Definitivo de 30 de
noviembre de 2011 (fs. 41 y 58).
II.3. Contra el Auto Definitivo de 30 de noviembre de 2011, la ahora
accionante, planteó recurso de apelación en el efecto devolutivo (fs. 18 a
21 vta.), resuelto por la Jueza Tercera de Partido en lo Civil y Comercial
del antes citado Tribunal Departamental de Justicia, mediante Auto de
Vista 13/2012 de 16 de abril, por el cual, confirmó el Auto interlocutorio
de 1 de octubre de 2011, con costas, bajo el fundamento que no se
ajustó en su fundamentación a la técnica procesal establecida en el art.
227 del adjetivo civil, al no haber mencionado las disposiciones legales
incumplidas o mal aplicadas y en qué consisten esas infracciones,
solicitando directamente que se revoque totalmente la Resolución (fs. 32
a 34).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
La accionante alega que la autoridad demandada lesionó sus derechos a la
defensa y al debido proceso en sus elementos a la motivación y congruencia,
dado que dentro del proceso sumario de cumplimiento de contrato, planteó
apelación en el efecto suspensivo, contra la Resolución emitida por el Juez a
quo que declaró improbado un incidente de comprobación y declaración de
extinción de la obligación que para su persona contenía el contrato de
préstamo de dinero que precisó, por efectos de la resolución del mismo y ante
la existencia de una sentencia en ejecución referida al cumplimiento de la
misma obligación; alzada que confirmó el Auto Interlocutorio de primera
instancia, bajo el argumento que el recurso examinado no se ajustó en su
fundamentación a la técnica procesal establecida en el art. 227 del adjetivo
civil, al no haber mencionado las disposiciones legales incumplidas o mal
aplicadas y en qué consisten esas infracciones. Extremos totalmente falsos
porque en el memorial del recurso de apelación observaron los requisitos
exigidos por la precitada normativa así como por el art. 219 del CPC. En
consecuencia, en revisión de la Resolución dictada por el Tribunal de garantías,
corresponde dilucidar si tales extremos son evidentes y si constituyen actos
ilegales lesivos de los derechos fundamentales o garantías constitucionales de
la accionante, a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
III.1. El debido proceso y los principios de congruencia y pertinencia
de las resoluciones
El debido proceso previsto en el art. 115.II de CPE, ha sido entendido
por el Tribunal Constitucional, en la SC 2798/2010-R de 10 de diciembre,
como: “…el derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo, en
el que sus derechos se acomoden a lo establecido por disposiciones
jurídicas generales aplicables a todos aquellos que se hallen en una
situación similar, comprende el conjunto de requisitos que deben
observarse en las instancias procesales, a fin de que las personas puedan
defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del
Estado que pueda afectar sus derechos”.
Ahora bien, entre los elementos que configuran el debido proceso se
encuentran la pertinencia y la congruencia de las resoluciones, las que
contextualizaremos a continuación para obtener una mejor comprensión
del análisis del caso concreto que se desarrollará posteriormente.
La pertinencia en las resoluciones judiciales dictadas en segunda
instancia, se encuentra prevista por el art. 236 del CPC, que señala que
el auto de vista deberá circunscribirse precisamente a los puntos
resueltos por el inferior y que hubieran sido objeto de apelación y
fundamentación a que se refiere el art. 227 del mismo Código, es decir, a
la expresión de los agravios sufridos por efecto de la resolución que
hubiere pronunciado. Así, la SC 0863/2003-R de 25 de junio, dispuso
que: “…el juez o tribunal ad quem, no puede ir más allá de lo pedido,
salvo en los casos en que los vicios de nulidad constituyan lesiones a
derechos y garantías constitucionales como cuando la nulidad esté
expresamente prevista por ley”.
Consecuentemente, los jueces y tribunales de segunda instancia, al
pronunciar resolución, deben velar porque sus determinaciones sean
pertinentes, dado que: ”…la pertinencia entre el recurso de apelación,
resolución apelada y lo resuelto en el auto de vista, es una condición
esencial para asegurar a los justiciables que en la decisión de su recurso
los superiores en grado tienen delimitado su campo de acción para emitir
su resolución, limite que se expresa precisamente en la fundamentación
de agravios prevista por el art. 227 del Código de Procedimiento Civil
(CPC), como por el contenido de lo resuelto en la sentencia apelada,
marco del cual el tribunal de alzada no puede apartarse” (SC
2017/2010-R de 9 de noviembre).
El principio de congruencia, sobre el cual la SC 0358/2010-R de 22 de
junio, indicó que: “…implica también la concordancia entre la parte
considerativa y dispositiva, pero además esa concordancia debe
mantenerse en todo su contenido, efectuando un razonamiento integral y
armonizado entre los distintos considerandos y razonamientos emitidos
por la resolución, esta concordancia de contenido de la resolución y su
estricta correspondencia entre lo pedido, lo considerado y lo resuelto,
conlleva a su vez la cita de las disposiciones legales que apoyan ese
razonamiento que llevó a la determinación que se asume. En base a esos
criterios se considera que quien administra justicia debe emitir fallos
motivados, congruentes y pertinentes”.
Respecto a ambos principios, la SC 1335/2010-R de 20 de septiembre,
puntualizó: “…el único caso en que un juez o tribunal superior en grado
podría apartarse del cumplimiento del principio de congruencia respecto
a su pronunciamiento, encuentra respaldo en el contenido del art. 15 de
la Ley de Organización Judicial abrogada (LOJabrg), al disponer que los
tribunales y jueces de alzada, en relación con los de primera instancia y
los de casación respecto de aquéllos, estaban obligados a revisar los
procesos de oficio para determinar si los jueces y funcionarios
observaron los plazos y leyes que norman la tramitación y conclusión de
los procesos y proceder a corregir el procedimiento, aplicando, en su
caso, las sanciones pertinentes; además de observar que toda nulidad
tiene que estar expresamente prevista por ley, conforme al principio
sentado por el art. 251.I del CPC; acorde a ello, en caso de advertirse la
vulneración de derechos fundamentales o garantías constitucionales,
quedaba plenamente justificada la falta de pronunciamiento sobre lo
resuelto por el inferior en grado y lo impugnado por el apelante en su
recurso, en el supuesto que la situación advertida no hubiese sido
cuestionada”.
Es oportuno aclarar que el cumplimiento de los principios de congruencia
y pertinencia pueden ser pasados por alto en un solo caso, y es el
referido a la obligatoriedad que tienen las autoridades que conocen un
asunto en alzada, de revisar de oficio las actuaciones procesales a
efectos del saneamiento del proceso, atribución conferida por el art. 17.I
de la Ley del Órgano Judicial (LOJ); en virtud al cual, cuando se
adviertan vulneraciones de derechos fundamentales y/o garantías
constitucionales,
queda
plenamente
justificada
la
falta
de
pronunciamiento sobre los puntos impugnados por el apelante, de lo
resuelto por el inferior en grado, porque si en cumplimiento de la labor
fiscalizadora, constata la presencia de las lesiones, entonces aún de
oficio, podrá determinar nulidades de acuerdo a los límites establecidos
en la ley; a contrario sensu, cuando dicha autoridad no advierta causales
expresas de nulidad a tiempo de pronunciar el auto de vista, entonces le
corresponderá circunscribirse a los puntos resueltos por el a quo y que
hubieran sido objeto de apelación y fundamentación por el afectado.
III.2. Recurso de apelación en materia civil
El recurso de apelación encuentra su génesis en el derecho de
impugnación, constitucionalmente reconocido por nuestra Ley
Fundamental en el art. 180.II que garantiza su ejercicio en los procesos
judiciales; constituye el más importante y usual de los recursos
ordinarios, se trata de un mecanismo remedial intraproceso que tiene
como objetivo, lograr que un juez o tribunal jerárquicamente superior,
revoque o modifique una resolución judicial pronunciada por el inferior,
por considerarla errónea en la interpretación o aplicación del derecho, o
bien, en la apreciación de los hechos o de la prueba.
No se trata de una doble instancia, porque no implica una revisión de la
instancia inferior o un nuevo juicio; y precisamente por ello, las normas
previstas por el art. 236 CPC, limitan su ejercicio, cuando disponen que el
juez o tribunal de apelación debe circunscribirse a examinar la decisión
impugnada sobre la base del material reunido en primera instancia, y
muy excepcionalmente sobre aquel recepcionado en segunda instancia;
constituye un procedimiento cuyo objeto consiste en verificar, sobre la
base de la resolución impugnada, el acierto o el error con que se
valoraron los actos procesales por parte del a quo.
Para la interposición de la apelación, se exige el cumplimiento de ciertos
requisitos de admisibilidad, señalados expresamente en el Código
adjetivo civil, entre ellos, la existencia de agravio, es decir, que el
recurso alegue la presencia de un agravio o perjuicio personal, de lo
contrario, no es posible apelar por el simple hecho de hacerlo o sólo por
no estar de acuerdo con la decisión de la autoridad jurisdiccional;
extremos que deben estar identificados en el memorial de demanda,
explicando los motivos o fundamentos de la insatisfacción, ya sean
totales o parciales.
En la normativa especial de la materia, se puede identificar el desarrollo
del instituto jurídico del recurso ordinario de la apelación, a partir del
Título IV, Capítulo III, arts. 219 y ss. del CPC, articulado en el que se
estima que este mecanismo procederá a favor de todo litigante que
habiendo sufrido algún agravio en la resolución del inferior, solicitare que
el juez o tribunal superior lo repare.
En la SC 0366/2004-R de 17 de marzo, el extinto Tribunal Constitucional
con relación a los requisitos formales, así como las condiciones
materiales para la procedencia y sustanciación de los recursos de
apelación, estableció lo siguiente: “Entre las condiciones materiales para
la admisión y procedencia del recurso de apelación, la norma prevista por
el art. 219 CPC establece que el recurso de apelación procede para la
reparación de algún agravio que hubiese sufrido el litigante con la
resolución emitida por el juez de la causa, reparación que será efectuada
por el juez o tribunal superior en grado; en concordancia con la norma
citada, el art. 227 CPC exige al recurrente, la expresión de los
fundamentos del agravio sufrido; ello en razón a que, tomando en
cuenta que la apelación tiene la finalidad de reparar los agravios sufridos
por el recurrente, la fundamentación de agravios abre materialmente la
competencia del juez o tribunal de alzada y delimita el ámbito de su
actuación en la resolución del recurso; pues éste sólo podrá emitir
resolución respecto de todos y cada uno de los puntos resueltos por el
inferior y que fueron impugnados expresa y fundadamente por el
recurrente, excepto que se trate de la apelación de resoluciones
definitivas que resuelvan excepciones perentorias, donde el mencionado
órgano jurisdiccional podrá revisar y fallar de oficio sobre las demás
excepciones si encontrare improbada la primera, conforme faculta la
norma prevista por el art. 343 CPC”.
De lo relacionado es posible concluir que el recurso de alzada en materia
civil, requiere de la realización de una condición esencial, como es la
expresión fundamentada de los agravios a cargo del apelante, a ser
cumplidos a tiempo de su interposición; extremo del cual depende, que
el juez o tribunal de segunda instancia aperture su competencia; por
ende, su absoluto incumplimiento, obstaculizará a la autoridad de
apelación, que ingrese al análisis de fondo de lo demandado.
Argumentación que no necesariamente debe ser extensa o ampulosa
para cumplir con su objetivo.
III.3. Principio de verdad material
sustancial sobre el formal
y
prevalencia
del
derecho
Entre los principios de la jurisdicción ordinaria consagrados en la
Constitución Política del Estado, en el art. 180.I, se encuentra el de
verdad material, cuyo contenido constitucional implica la superación de la
dependencia de la verdad formal o la que emerge de los procedimientos
judiciales, por eso es aquella verdad que corresponde a la realidad,
superando cualquier limitación formal que restrinja o distorsione la
percepción de los hechos a la persona encargada de juzgar a otro ser
humano, o de definir sus derechos y obligaciones, dando lugar a una
decisión injusta que no responda a los principios, valores y valores éticos
consagrados en la Norma Suprema de nuestro país, a los que, todas las
autoridades del Órgano Judicial y de otras instancias, se encuentran
impelidos a dar aplicación, entre ellas, al principio de verdad material,
por sobre la limitada verdad formal.
Acorde con dicho criterio, la SCP 0144/2012 de 14 de mayo, estableció:
“…la estructura del sistema de administración de justicia boliviano, no
pueda concebirse como un fin en sí mismo, sino como un medio para
obtener el logro y realización de los valores constitucionales, por otra
parte, impele a reconocer la prevalencia del derecho sustantivo sobre el
derecho adjetivo o sobre las formas procesales, que a su vez y en el
marco del caso analizado obliga a los administradores de justicia entre
otros a procurar la resolución del fondo de las problemáticas sometidas a
su jurisdicción y competencia dejando de lado toda nulidad deducida de
formalismos o ritualismos procesales que impidan alcanzar un orden
social justo en un tiempo razonable”.
Sobre la justicia material frente a la formal, en la SC 2769/2010-R de 10
de diciembre, se sostuvo lo siguiente: “El principio de prevalencia de las
normas sustanciales implica un verdadero cambio de paradigma con el
derecho constitucional y ordinario anterior, antes se consideraba el
procedimiento como un fin en sí mismo, desvinculado de su nexo con las
normas sustanciales, en cambio, en el nuevo derecho constitucional, las
garantías del derecho procesal se vinculan imprescindiblemente a la
efectividad del derecho sustancial, puesto que no se trata de agotar
ritualismos vacíos de contenido o de realizar las normas de derecho
sustancial de cualquier manera.
'Lo que persigue el principio de prevalencia del derecho sustancial es el
reconocimiento de que las finalidades superiores de la justicia no puedan
resultar sacrificadas por razones consistentes en el culto ciego a reglas
procesales o a consideraciones de forma, que no son estrictamente
indispensables para resolver el fondo de los casos que se somete a la
competencia del juez' (BERNAL PULIDO Carlos, El Derecho de los
derechos, Universidad Externado de Colombia, pág. 376). La Corte
Constitucional de Colombia, en la S-131 de 2002, afirmó que '…las
disposiciones que integran el ordenamiento jurídico en lo que atañe a
trámites y procedimientos están puestas al servicio del propósito estatal
de realizar materialmente los supremos valores del derecho, y no a la
inversa. O, en otros términos, las formas procesales no se justifican en sí
mismas sino en razón del cometido sustancial al que pretende la
administración de justicia'.
En efecto, el derecho procesal también constituye una garantía
democrática del Estado de Derecho para la obtención de eficacia de los
derechos sustanciales y de los principios básicos del ordenamiento
jurídico, puesto que todos los elementos del proceso integran la plenitud
de las formas propias de cada juicio, y no constituyen simplemente
reglas formales vacías de contenido, sino instrumentos para que el
derecho material se realice objetivamente en su oportunidad; no
obstante ello, éste y sólo éste es su sentido, de tal manera que el
extremo ritualismo supone también una violación del debido proceso,
que hace sucumbir al derecho sustancial en medio de una fragosidad de
formas procesales.
Dicho de otro modo, el derecho sustancial consagra en abstracto los
derechos, mientras que el derecho formal o adjetivo establece la forma
de la actividad jurisdiccional cuya finalidad es la realización de tales
derechos. Uno es procesal porque regula la forma de la actividad
jurisdiccional, por ello se denomina derecho formal, es la mejor garantía
del cumplimiento del principio de igualdad ante la ley y un freno eficaz
contra la arbitrariedad; y el otro, es derecho material o sustancial,
determina el contenido, la materia, la sustancia, es la finalidad de la
actividad o función jurisdiccional”.
Resumiendo lo precedentemente señalado, se debe puntualizar que el
principio de verdad material consagrado por la propia Constitución
Política del Estado, corresponde ser aplicado a todos los ámbitos del
derecho; en ese orden, debe impregnar completamente la función de
impartir justicia. Por ende, no es posible admitir la exigencia de
extremados ritualismos o formalismos, que eclipsen o impidan su
materialización, dado que todo ciudadano tiene derecho a una justicia
material, como se desprende de lo estipulado por el art. 1 de la CPE, por
lo que, debe garantizarse que las decisiones de las autoridades
jurisdiccionales a cargo del proceso, sean producto de apreciaciones
jurídicas, procurando la resolución de fondo de las problemáticas
sometidas a su jurisdicción y competencia; pues si bien, las normas
adjetivas prevén métodos y formas que aseguren el derecho a la
igualdad de las partes procesales, para garantizar la paz social evitando
cualquier tipo de desorden o caos jurídico; sin embargo, los mecanismos
previstos no pueden ser aplicados por encima de los deberes
constitucionales, como es la de otorgar efectiva protección de los
derechos constitucionales y legales, accediendo a una justicia material y
por lo tanto, verdaderamente eficaz y eficiente. Todo ello con el objetivo
final de que el derecho sustancial prevalezca sobre cualquier regla
procesal que no sea estrictamente indispensable para resolver el fondo
del caso sometido a conocimiento del juez.
III.4. Requisitos de admisibilidad de la apelación frente a la justicia
material
De lo relacionado precedentemente es posible concluir que el recurso de
apelación en materia civil, es un mecanismo ordinario de impugnación
contra resoluciones de los jueces o tribunales inferiores, por considerar
que la interpretación deducida por éstos, a tiempo de fallar, causaron
agravio a los litigantes, en procura que la autoridad superior en grado,
enmiende, con arreglo a derecho, el daño o daños ocasionados.
Dentro de ese marco, a efectos de acceder a su interposición, se deben
cumplir con los requisitos estipulados en la normativa legal vigente;
traducidos en la expresión fundamentada de los agravios sufridos como
consecuencia de la resolución impugnada; aspectos que abrirán la
competencia del juez o tribunal de alzada, para ingresar al análisis de
fondo de lo demandado y pronunciar una resolución basada en derecho;
no obstante ello, no es posible exigir que la argumentación contenida en
el memorial del recurso, sea ampulosa; pues basta con que exprese y
fundamente sobre los puntos resueltos por el inferior que son objeto de
impugnación por causar lesión de derechos fundamentales y/o garantías
constitucionales.
Sin embargo de lo señalado, realizando una interpretación desde y
conforme a la Ley Fundamental, no es admisible la exigencia de una
extrema rigurosidad en las formas, que se traduzca en denegación de
justicia, dando lugar a una decisión injusta que infrinja los principios
constitucionales. Precisamente por esas razones, cuando de los datos del
proceso sea posible identificar los agravios sufridos por el apelante,
deberá la autoridad jurisdiccional que se encuentra en conocimiento del
recurso de apelación, extraerlos para la resolución del caso; y si el
memorial de demanda, aunque de manera ambigua, exponga
medianamente tales agravios, entonces, con mayor razón deberá
prevalecer la justicia material o sustancial sobre la formal, para pasar a
emitir una decisión en el fondo, despojándose de paradigmas que
impidan la materialización de la función de impartir justicia.
En consecuencia, será posible rechazar el uso del recurso de alzada,
solamente en aquellos casos de extrema carencia de elementos
suficientes para su consideración; es decir, que ni de los actuados
procesales ni de los fundamentos esgrimidos por el apelante se puedan
deducir los daños o lesiones de derechos y garantías.
III.5. Análisis del caso concreto
En el caso que se examina, de los antecedentes del expediente, se
evidencia que la ahora accionante, Esperanza Guzmán Peralta de Aruzca,
el 20 de diciembre de 2012, presentó recurso de apelación en el efecto
devolutivo, contra el Auto Definitivo de 30 de noviembre de 2011,
dictado por el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil del departamento
de Chuquisaca, por el cual, se declaró improbado el “incidente de
comprobación y declaración de extinción de la obligación que para su
persona contenía el contrato de préstamo precisado, por efectos de
resolución del mismo y ante la existencia de una Sentencia en ejecución”
(sic), referida al cumplimiento de la misma obligación.
En el citado memorial se pueden identificar las siguientes alegaciones por
parte de la apelante: 1) Como todo contrato de préstamo, contenía una
obligación unilateral para los deudores, de pago de la suma de dinero,
recibida como préstamo; y para su persona, en calidad de garante, era la
de asegurar la devolución de ese monto, más no participó en la
suscripción de los contratos bilaterales o sinalagmáticos; por lo que, el
importe otorgado en calidad de préstamo, que a criterio del a quo,
implica que el contrato ha sido cumplido parcialmente por una de las
partes, es totalmente erróneo, porque su persona, como garante nunca
asumió ninguna obligación de honrar dicho pago, por lo que, resulta
ilógico que se sostenga el cumplimiento parcial de la demandante,
respecto de ella, de una obligación que jamás asumió; 2) La autoridad
estableció, que en su condición de garante, cumpla con la obligación de
pagar a la demandante la suma adeudada más los intereses, en el plazo
de quince días de ejecutoriada la sentencia, sin embargo, en el numeral
tercero dispone que en caso de incumplimiento de la resolución, en
estricta aplicación del art. 568 del CC, quedará resuelto el contrato; por
ende, al habérsele notificado con el Auto de ejecutoria del proceso, el 17
de noviembre de 2010, transcurrió desde esa fecha hasta la interposición
del incidente, más de seis meses, por ende, el contrato de préstamo
quedó resuelto, con efectos retroactivos y por lo tanto, la obligación de
garantizar el pago quedó extinguida; en consecuencia, a partir de ello,
no se puede hablar de obligaciones que cumplir, sino simplemente de la
restitución de lo que hubieran recibido las partes y su persona no recibió
ni un solo centavo, por lo que no puede obligársele a restituir algo que
no percibió, ya que su obligación de garantizar la deuda asumida por los
deudores, quedó extinguida y pretender que se cumpla con una deuda
extinguida, es arbitrario y le causa agravio; 3) Por lo manifestado,
correspondía al Juez, admitir el incidente planteado y declarar extinguida
la obligación que contenía para su persona el contrato de préstamo e
impedir el embargo y anotación preventiva de sus bienes muebles e
inmuebles; y, 4) Se advierte que la autoridad jurisdiccional extraña no
haberse acreditado la cancelación del monto adeudado, extremo que no
fue sustentado en su incidente, sino la existencia de estado de ejecución
referido a la observancia de la obligación que arbitrariamente pretende
que cumpla, cuya relevancia a los fines de su petición de extinción no fue
expuesta; es decir, no se precisaron las razones por las cuales resulta un
sustento válido o no para solventar los efectos de la resolución del
contrato de préstamo, invocado para la extinción de la obligación que
para su persona contenía el contrato. En virtud a lo cual, correspondía
dictar auto de vista, revocando en forma total el Auto impugnado,
pronunciándose sobre el fondo del incidente promovido, y darle la razón
de que la existencia de una sentencia en ejecución referido al
cumplimiento de la misma obligación, que contenía para ella, el contrato
de préstamo base de la demanda, solventa su petición de extinción de la
obligación, en base a los efectos de la resolución del contrato.
A continuación, en el mismo memorial, la accionante, solicitó a la
autoridad jurisdiccional superior en grado, que conceda su recurso de
apelación y una vez advertidos los agravios, pronuncie auto de vista,
revocando en forma total el Auto impugnado, y en el fondo declare: i)
Extinguida la obligación que contenía para su persona el contrato de
préstamo de dinero, consistente en garantizar el pago del préstamo
obtenido por los deudores, por efectos de la Resolución del referido
contrato, y por existir una sentencia en ejecución, referida al
cumplimiento de la misma obligación por parte de los deudores; y, ii) la
imposibilidad de proceder al embargo o anotación preventiva de sus
bienes muebles o inmuebles por parte de la actora, a efectos de intentar
el cumplimiento de la referida obligación, por su extinción. Sea con
costas y las formalidades de ley.
Ahora bien, previo a los traslados de ley y una vez recibida la respuesta a
la apelación interpuesta por Esperanza Guzmán Peralta de Aruzca, el
Juez a quo concedió la misma, y dispuso la remisión del testimonio a la
instancia correspondiente; radicándose ante el Juzgado Tercero de
Partido en lo Civil y Comercial, instancia ante la cual, la Jueza a cargo del
mismo ahora demandada, pronunció el Auto de Vista 13/2012 de 16 de
abril, confirmando el Auto interlocutorio de 1 de octubre de 2011, con
costas, bajo el argumento que la apelante no señaló la expresión de
agravios y el sustento del recurso, fundamento y razones, si el agravio es
de forma o de fondo, se limitó a efectuar una relación de hechos y lo que
debió considerarse en la resolución desde su óptica, pero no indica
específicamente, cual es la norma legal infringida por el juez de
instancia, motivo por el que la cataloga como violatoria y perjudicial a
sus intereses, y que por tanto, no cumplió con la previsión establecida
por el art. 227 del CPC, es decir, no puntualizó los errores de hecho y
derecho, establecidos en la resolución recurrida, menos efectúa una
articulación fundada y objetiva sobre los errores de la resolución.
Agregando la citada autoridad, al final de la misma resolución lo
siguiente: “Concluyendo, a pesar de existir irregularidades dentro del
proceso, que por cierto la parte recurrente no las hizo valer con defensa
efectiva, se tiene que el recurso examinado, no se ajusta en su
fundamentación a la técnica procesal establecida en el art. 227 del
Adjetivo civil, al no haber mencionado las disposiciones legales
incumplidas o mal aplicadas y en qué consisten esas infracciones,
solicitando directamente que se revoque totalmente la resolución” (sic).
Ocurridos así los actuados procesales, corresponde a continuación
realizar un análisis detallado de los mismos, a efectos de verificar si en el
caso concreto, se lesionaron los derechos denunciados por la parte
accionante. En ese orden, se tiene que, de los argumentos empleados en
el memorial de apelación, permiten avizorar con meridiana claridad, la
expresión de agravios que considera haber sufrido como consecuencia de
la Resolución pronunciada por el Juez Tercero de Instrucción, igualmente
se verifica una petición coherente con lo argumentado, no siendo
evidente lo señalado por la Jueza de alzada, en sentido de que el
memorial de apelación no cumple con la previsión establecida por el art.
227 del CPC, dado que tanto los hechos como el sustento normativo, se
encuentran inmersos en el citado escrito, asimismo se constató la
denuncia sobre los errores que la apelante considera, cometidos por el
inferior.
Por lo explicado, no correspondía de ninguna manera a la Jueza
demandada, confirmar el Auto Interlocutorio impugnado, sin ingresar al
análisis de fondo de lo demandado, dado que como se demostró, no es
evidente que la apelante no hubiere cumplido con los requisitos
establecidos por el art. 227 del CPC, menos aún, cuando en la misma
Resolución se afirma que “…a pesar de existir irregularidades dentro del
proceso”, pero que como la parte no los hizo valer con defensa efectiva,
se confirma el fallo impugnado.
En síntesis, la obligación de la parte apelante para la presentación de su
recurso de reduce a la expresión de agravios, no pudiendo las
autoridades jurisdiccionales a tiempo de impartir justicia, agregarle
nuevos cánones y menos aún cuando estos resultan ser de forma, como
ser la “articulación fundada y objetiva sobre los errores de la resolución”,
o la aclaración sobre si los agravios son de forma o de fondo; o el
expreso señalamiento de la norma legal infringida, tal como se hizo en la
especie, dando prevalencia al derecho formal sobre el material,
provocando denegación de justicia a la afectada, habida cuenta que se le
impidió la concretización de su derecho a la impugnación y por tanto, de
su oportunidad de buscar la reparación de los agravios que considera
que le perjudican.
Dichos aspectos, conllevaron a que el recurso de alzada planteado por la
ahora accionante, no sea analizado en el fondo, como tampoco que se le
dé respuesta a los puntos cuestionados, empeorando la situación,
cuando se afirma expresamente que se verificaron irregularidades en el
proceso; pero que no podrán ser subsanados por falta de cumplimiento
de requisitos de forma, extremo que no puede ser admitido desde
ningún punto de vista, pues aún cuando no se hubieran cumplido en
efecto tales exigencias, aunque tal como se demostró, no fue así, de
igual forma, le correspondía a la Jueza demandada, ingresar al análisis
de fondo, para luego, emitir una resolución debidamente fundamentada,
dando respuesta a todos los aspectos impugnados de la resolución del
inferior.
En consecuencia, se advierte que Betty Nogales Bohórquez, Jueza
Tercera de Partido en lo Civil y Comercial, ahora demandada, lesionó los
derechos de la accionante al debido proceso y a la legítima defensa; ya
que no obstante que esta última hizo uso del medio legal específico
otorgado para el resguardo de sus derechos, cumpliendo con el deber
procesal que le impone el Código de Procedimiento Civil, ya que como se
tiene referido, aunque medianamente, se expresaron los agravios
sufridos y los fundamentos de dichos agravios; no obstante,
posteriormente, realizando una valoración errónea de los hechos
denunciados, la autoridad demandada, pasó por alto el análisis del
contenido constitucional que irradia a la función de impartir justicia;
aplicando una justicia formal en vez haber dado prevalencia a los
aspectos sustanciales; incumpliendo por ende, la congruencia y
pertinencia a la que está sujeta la juzgadora, no obstante que la apelante
cumplió con la obligación de sustentar los agravios; sin embargo, de
manera incongruente e impertinente, apartándose de los límites
impuestos por el art. 236 del CPC, sin ingresar al análisis de fondo, como
correspondía, confirmó la Resolución impugnada, imponiendo
injustamente costas a la apelante.
Por lo referido, tomando en cuenta que la acción de amparo
constitucional es una acción tutelar que protege los derechos
fundamentales y garantías constitucionales en los casos en los que sean
restringidos o suprimidos por actos u omisiones ilegales o indebidas, al
estar demostrado que la demandada lesionó los derechos invocados por
la accionante, corresponde otorgar la tutela solicitada.
Por lo señalado precedentemente, la situación planteada se encuentra dentro
de las previsiones y alcances de la acción de amparo constitucional, por lo que
el Tribunal de garantías, al haber concedido la tutela solicitada, efectuó una
adecuada compulsa de los antecedentes procesales, dando una correcta
aplicación a esta acción tutelar.
POR
TANTOEl
Tribunal
Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad que
le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art.
12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, resuelve: APROBAR la
Resolución 50/2012 de 31 de julio, cursante de fs. 63 a 64 vta., pronunciada
por la Sala de turno por vacación judicial del Tribunal Departamental de Justicia
de Chuquisaca, y en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada, en los
mismos términos que lo hizo la Sala de turno por vacación judicial constituida
en Tribunal de garantías.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional
Plurinacional.
Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
MAGISTRADA
Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
MAGISTRADA
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