SIGUIENDO TU CORAZÓN Y TUS RAÍCES: Por Martín (Thupten Chophel) Escribo estas palabras para indicar que en la vida, en muchas ocasiones debemos tomar decisiones en las que el corazón, nuestras raíces y nuestras búsquedas interiores, son parte fundamental y pesan muchísimo en dicha decisión, más que lo externo. Puedo decir que desde pequeño, uno de mis pilares ha sido la búsqueda de la paz y armonía y el aportarla a los demás. Ya actuaba en esa línea cuando era Montañero, afición en la que empecé con 11 años. Luego con la evolución de mi vida a los 27 años me he encontrado con el Budismo, y encontré muchas respuestas y sabiduría, pero mis raíces nunca las he perdido. He tenido Maestros Budistas muy buenos, buenos, regulares, malos y muy malos, pero sobre todo algunos de estos Maestros buscaban destrozar todas mis raíces y cambiar mi forma de ser que era positiva ya antes, y ellos me la querían hacer ver como negativa. Éstos Maestros no tenían raíces en el campo de la paz y la armonía, aunque tuvieran mucha sabiduría, y lo único que me hicieron fue perjudicarme y alejarme de mis pilares, que curiosamente después de darme cuenta que no iba por buen camino con ellos, estos pilares de la paz y la armonía me quedaron reforzados. He escrito ya hace tiempo un artículo sobre las divinidades Budistas, y la importancia de encontrar nuestra divinidad o divinidades favoritas que conectan con nosotros, si es que somos Budistas. Si seguimos divinidades con las que no tenemos conexión ni raíces, el fracaso está asegurado y la realización espiritual, se aleja. No es casualidad que hayamos nacido con unas tendencias positivas determinadas, con una fuerza interior que nos encamina en una dirección, todo esto viene de vidas anteriores y de fortalecer, ya de antes, estas líneas o pilares. ¿Cómo por lo tanto podemos abandonar una línea positiva, en la que llevamos trabajando duramente desde hace vidas? Aunque nos ofrezcan logros espirituales, o fama por dejar esa línea, nunca debemos hacer caso a estas personas destructoras de nuestro camino espiritual, de nuestro futuro, de nuestra felicidad y la de muchos seres. Cuando tomé la ordenación de Monje Budista, muchas personas pensaron que mis raíces no contaban, que el Budismo justificaría cualquier cosa y que tendría que seguir a Maestros, que iban en contra de los derechos humanos, uno de estos Maestros, aprobaba palizas salvajes a niños en el Monasterio, también este Maestro iba contra el respeto por la ley, controlaba las asociaciones religiosas sin respetar los estatutos e imponía directivas títeres, etc. Pues no ocurrió así, embestí y tiré para adelante al margen de la telaraña que estaban tejiendo alrededor mía, y fue la única forma de no salir devorado. Esto lo tuve que hacer inicialmente para marcar unas distancias, pero luego cuando ya había obtenido distancia y abierto un poco mi lugar, pude comprender que eran parte de mi mente, y que no debía de sentir rencor hacia ellos, sino ser inteligente y procurar que no me dañaran y que me permitieran seguir mi camino. Por tanto mantuve relaciones respetuosas con ellos aunque en la distancia., y siempre desaconsejando a las personas que se apoyan o apoyaban en mi el que siguieran a este Maestro despótico. Recientemente he dejado de seguir a otro Maestro que conocí hace años, por sus actos inconsistentes y fuera de lugar, pero simplemente dejé de seguirlo, no me supuso ningún trauma, ni tuve que enfrentarme a nadie, pues no dependía de Él, sino de mi práctica y de mi respeto y admiración por SS el Dalai Lama, por el Budismo, por la Paz y la Armonía en el Mundo, por la Bondad y por la Compasión.