364-CAS-2010 SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador a las diez horas del día treinta y uno de agosto de dos mil once. El anterior recurso de casación ha sido interpuesto por el Licenciado José Iván Serpas Iglesias, en su calidad de Defensor Público, contra la sentencia definitiva condenatoria, pronunciada por el Tribunal Primero de Sentencia de San Miguel, a las ocho horas del día catorce de mayo del año dos mil diez, en el proceso penal instruido en contra del imputado ENOC ISAÍ GARCÍA CRUZ, por el delito de EXTORSIÓN, Art.214 Pn., en perjuicio de la víctima Clave 2005. Habiéndose cumplido con las formalidades previstas para la interposición del mismo, ADMÍTASE. LEÍDO EL PROCESO; y CONSIDERANDO: I) Que mediante sentencia relacionada en el preámbulo, se resolvió: "...FALLAMOS: A) CONDÉNASE al ciudadano ENOC ISAI GARCÍA CRUZ, por el delito de EXTORSIÓN, en perjuicio de la víctima identificada con la Clave 2005, a cumplir la pena de DIEZ AÑOS DE PRISIÓN...". II) Contra el anterior pronunciamiento, el recurrente presentó su libelo expresamos: “...Las disposiciones legales inobservadas son los Arts.24 y 68 Pn., ya que se condenó a mi defendido por un delito consumado y lo correcto debió haber sido siempre por el delito de Extorsión, pero... la calificación jurídica del delito debió ser en grado de Tentativa, por cuanto la pena de prisión a imponer tenia que ser menor de acuerdo a la penalidad de la tentativa establecida en el Art.68 Pn....". III) Por su parte, la Agente Auxiliar del Fiscal General de la República, Licenciada Isela Janeth Cerritos de Ramírez, al ser emplazada no contestó el recurso. IV) El impugnante aduce la infracción de los Arts.24 y 68 Pn., basada en la omisión del A-quo, al no subsumir el hecho acreditado en el tipo "Extorsión en grado de Tentativa". V) En la fundamentación del motivo, el defensor público manifiesta su desacuerdo con el fallo, por considerar que correspondía calificar el ilícito en grado de tentativa, contrariamente a la consumación declarada por el juzgador. Bajo ese contexto, señala que en el caso que nos ocupa, de los elementos requeridos para el delito, se desprende que existió una tentativa por las condiciones que rodearon el hecho, y que no se logró el fin propuesto, consistente en obtener un provecho económico injusto, debido a que su defendido fue detenido en flagrancia, dada la intervención policial. Doctrinariamente, en su configuración se tiene que la acción típica del delito de Extorsión consiste en obligar a una persona, mediante violencia e intimidación suficiente, a ejecutar u omitir un acto o negocio jurídico de repercusión patrimonial, acción que realiza el sujeto activo con la finalidad de constreñir la voluntad del ofendido, a tomar la decisión perjudicial contra su patrimonio, cuyo actuar ilícito se consuma cuando el sujeto pasivo se ha desapoderado de la cosa o bien; es decir, en el momento preciso que lo lleva a cabo; por tanto, acciones de esta naturaleza únicamente son efectuadas con dolo directo, ya que se utiliza la intimidación, la amenaza con causar daño al ofendido, su familia o patrimonio, con el objeto de conseguir que acceda a realizar lo exigido; se requiere que entre la acción ejecutada por el sujeto activo y el medio empleado exista una relación de causalidad para lograr el fin propuesto consistente en lucrarse de forma ilegitima del patrimonio de la victima. A efecto de comprobar la infracción que se denuncia, es procedente determinar si en la actividad desplegada por el imputado concurrieron los elementos del tipo que caracterizan el delito de Extorsión para configurarlo como consumado, o si por el contrario, el tribunal sentenciador incurrió en una errónea aplicación de la ley sustantiva, al no calificar el hecho como tentativa. Respecto al grado de ejecución, existe un ataque a la libertad de la persona, que se lleva a cabo mediante una intimidación propia, como en el presente caso, cuando la víctima se encontraba en su negocio ubicado en la ciudad de Lolotique, Departamento de San Miguel, llegó un sujeto conocido por ella como "Enoc", y le exigió la cantidad de veinticinco dólares en concepto de "renta", bajo la amenaza de melada o a cualquier miembro de su familia, razón por la que accedió a tal pretensión, señalando de forma especifica en su denuncia, que no era la primera vez que lo extorsionaba, y que siempre se identificaba como miembro de la Mara Salvatrucha; luego que se habla marchado, el ofendido dio aviso a la policía de lo sucedido, proporcionando las características físicas y de vestimenta de dicho individuo. Siendo así, con la información proporcionada, agentes de la Policía Nacional Civil, procedieron a la búsqueda del imputado, a quien localizaron en el punto de buses del Barrio San Antonio de la referida ciudad, y al efectuarle un registro, le encontraron en la bolsa derecha del pantalón, la suma de veinticinco dólares y un teléfono celular marca Nokia, y en la bolsa izquierda, la cantidad de cuarenta dólares, al parecer producto de otras extorsiones. Al ser identificado por medio de su Documento Único de Identidad se obtuvo su nombre, Enoc Isaí García Cruz, y en virtud de los hechos denunciados procedieron a su detención. VII) La existencia del delito se acreditó con el acta de denuncia interpuesta por la víctima identificada con la Clave 2005; diligencias de ratificación de secuestro; acta de investigación ocular policial y reconocimiento en rueda de personas practicado en calidad de anticipo de prueba en el Juzgado de Paz de Lolotique, realizado en las Bartolinas de la Delegación de la Policía Nacional Civil de la ciudad de San Miguel, el cual resultó positivo, pues el ofendido señaló sin lugar a dudas, que la persona a la que entregó el dinero era el imputado. Por otra parte, la autoría se estableció con las deposiciones de la víctima y de José Luis Martínez Ramos, testimonios que a juicio del tribunal son creíbles, precisos y coherentes, complementados con la prueba documental, siendo categóricas para comprobar los extremos procesales. VIII) En relación al momento consumativo, la defensa arguye sobre la tentativa en razón de la presencia policial y la nula afectación patrimonial. Al respecto, cabe señalar que la consumación de un delito se produce cuando se reúnen todos los elementos típicos expresados en á descripción legal; es decir, que en la noción de delito perfecto han de concurrir los elementos objetivos y subjetivos del tipo correspondiente. La Extorsión pertenece a la categoría de delitos de resultado, y su consumación se realiza al producirse las consecuencias expresadas en la hipótesis normativa. Tal como está construida, los actos de ejecución culminan en el instante que el sujeto pasivo realiza el acto o negocio jurídico lesivo a su patrimonio, siendo indiferente si el autor del ilícito llega o no a beneficiarse con ello, pues esta última etapa pertenece a la fase de agotamiento que es posterior a la etapa formal exigida por el precepto legal. A diferencia de otras figuras delictivas en las que el bien jurídico protegido es también el patrimonio, generalmente se consuman mediante el despojo o la sustracción ejecutada por el hechor; en el caso de la extorsión, es la misma víctima quien realiza el desplazamiento patrimonial, decisión proveniente de su propia esfera volitiva, aunque viciada por los actos coactivos desplegados por el sujeto activo; de tal manera, constituye un ataque a la libertad realizado con el propósito de obtener un beneficio, que se concretiza en un menoscabo patrimonial efectivo. El verbo rector del tipo penal en referencia, requiere para su configuración, obligar o inducir a otra persona contra su voluntad a realizar, tolerar u omitir un acto o negocio en perjuicio de su patrimonio o de un tercero; conducta ejercida por el imputado al obligar al ofendido, identificándose como miembro de la Mara Salvatrucha, a disponer la entrega de dinero exigida en diversas oportunidades. Por su naturaleza, es un delito pluriofensivo, por cuanto lesiona el patrimonio del sujeto pasivo, reportándole un perjuicio económico, como también la libertad de obrar del mismo, al inhibirlo en el normal desarrollo de sus actividades; por lo que se determina que el imputado con su conducta disvaliosa afectó el patrimonio y la libertad de la víctima Clave 2005. Además, deben considerarse los elementos que configuran el delito: La acción consistente en la fuerza física o moral que se ejerce por el autor o autores sobre el ofendido, para que éste tome una decisión encaminada a despojarse de su patrimonio, tal como lo establece el tipo penal "El obligar o inducir a otro contra su voluntad a realizar, tolerar u omitir un acto o negocio". El segundo elemento "el obtener provecho, utilidad, beneficio o ventaja" en provecho de quien o quienes realizan la acción o de un tercero, es decir, el beneficio económico que se obtiene en perjuicio del ofendido. El tercer elemento es el perjuicio del patrimonio, actividad profesional o económica, de la victima o de un tercero, en provecho del autor o de una tercera persona; respecto a este elemento, podemos afirmar que lo decisivo es que la amenaza haya producido el efecto de obligar al ofendido. Es decir, que por tratarse de un delito de lesión, se consuma cuando el sujeto pasivo se desprende de la cosa, sin necesidad de que haya llegado a manos del agente, al ser dicha figura dolosa, consiste en la conciencia y voluntad de estar obligando a la víctima a realizar alguno de los actos de disposición patrimonial de los previstos en la norma, a sabiendas de la ilegitimidad de su pretensión. IX) Según consta en la sentencia, el actuar criminal se originó con la exigencia de la denominada renta, de lo que resulta que la decisión de entregar el dinero formaba parte de la exigencia del imputado, con la finalidad de constreñir la voluntad de la víctima a tomar la determinación; en este sentido, se concretizó el perjuicio patrimonial, con el desapoderamiento del dinero, por ello, el delito se consumó, ya que se obtuvo el beneficio ilícito, aunado a que el ofendido tomó la decisión perjudicial a su patrimonio a través de la intimidación directa; asimismo, con su declaración se estableció que las amenazas fueron el medio o acción idónea para obtener el resultado deseado por el sujeto activo, ante la exigencia realizada en la forma indicada. En su fundamento, el A-quo califica el hecho como delito consumado, por reunir todos los elementos de la figura descrita por el legislador, así como el apoderamiento de la suma de dinero y no intento para ello, aunado al hallazgo en poder del responsable en el momento de ser capturado; siendo concordante con el análisis efectuado a las pruebas testimoniales y documentales presentadas por la representación fiscal, el tribunal determinó plenamente probada la existencia en grado de consumación del delito de Extorsión, considerando suficientes los elementos de juicio para la destrucción legal de la presunción de inocencia establecida a favor del imputado. En este orden de ideas, se practicaron los actos tendientes a la ejecución del delito, apropiados para lograr su consumación, al conminar a la víctima a entregar la cantidad de dinero que le exigían, razón por la cual el tribunal estima que el hecho acusado logró agotar su fase ejecutiva, siendo independiente cualquier posibilidad de eficacia del acto de disposición patrimonial; debiendo valorarse también que el sujeto pasivo realiza un desplazamiento patrimonial a sabiendas de que ello le genera perjuicio o menoscabo en sus bienes, y por ende, el curso causal cuya finalidad es perseguida por el sujeto activo alcanza el perfeccionamiento del ilícito, por lo que no es aplicable el dispositivo amplificador del tipo establecido en el Art.24 Pn., en cuyo caso el sujeto activo con el fin de perpetrar un delito, da comienzo o practica todos los actos tendientes a su ejecución por actos directos o apropiados para lograr la consumación y ésta no se produce por causas extrañas al agente; como consecuencia directa se debe confirmar la sentencia impugnada. Por lo anterior y no existiendo el vicio alegado, se estima procedente declarar sin lugar el recurso de casación interpuesto. POR TANTO: De conformidad a lo expuesto, disposiciones legales citadas y Arts.50 Inc.2° y No.1, 357, 421, 422 y 427 Pr.Pn., en nombre de la República de El Salvador, esta Sala RESUELVE: a) DECLÁRASE NO HA LUGAR a casar la sentencia de mérito, por el motivo invocado. b) Remítase el proceso al tribunal de origen, para los efectos legales consiguientes. NOTIFIQUESE. .------R. M. FORTÍN H.--------M. TREJO------------GUZMÁN U.DC.-----------ILEGIBLE------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN----------RUBRICADAS.