EDITORIAL EN EL FRENTE • Segunda reunión sobre

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Región I. Noroeste
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REVISTA CNEP
Editora
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Colaboración de:
Lic. José Ángel Vidal Mena
Psic. Samantha Barocio Rocha
Lic. Eduardo Ayala Uribe
Asistente
Paula Aldana Vite
Diseño
LDG Elima Montero Amores
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Fotos
Jaime Ciprés
Instituto La Salle de Chihuahua
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20
EDITORIAL
EN EL FRENTE
• Segunda reunión sobre referentes para la
mejora educativa: Estándares de desempeño
curriculares, maestros y escuelas.
ARTÍCULO DE FONDO
• La responsabilidad de la
formación académica
• “Nuestros hijos, los ciudadanos del futuro:
Cómo enseñar a su hijo(a) a ser un adulto
responsable”.
LOS ESPECIALISTAS OPINAN
• La educación ciudadana y la
escuela: una visión cultural humanista.
VOCES
• Formación Ciudadana.
EDUCATIPS
• ¿Cómo formar un ciudadano?
Fe de erratas: Por causas fuera de nuestro control estas cartas fueron publicadas con un error.
COMITÉ EDITORIAL
Dr. Manuel Velasco Arzac
Lic. Giampiero Aquila Coltro
Patricia Hernández Caballero 3A
Colegio Labastida. FEP Nuevo León
Nancy Gabriela Trejo Valenzuela 5A
Colegio Ethel Sutton Plantel 2. FEP Noreste - Tamaulipas
E D I TO R I A L
A
medida que los hombres han madurado se han congregado para vivir juntos, primero en los pueblos pequeños, luego
en las ciudades que, por definición, estarían habitadas por seres más humanos, expertos en civismo, esto es, en “el arte de ser
ciudadanos”, plena realización de su dimensión social.
Sólo las personas educadas pueden ser ciudadanos; uno de los propósitos de la educación es, por ello, formar personas tales
que, al integrarse a la sociedad, lleguen a ser ciudadanos. Muchos educadores notables aspiran a formar “ciudadanos del cielo y de
la tierra”. Aunque otros nos previenen: no se trata sólo de formar ciudadanos.
Hoy, sin embargo, la convivencia en las ciudades, dista de ser un modelo de civismo. Pareciera cierto que “la civilización no
suprime la barbarie, la perfecciona” (Valtour).
¿Qué te dicen a ti, como educador, la migración, el desempleo, el hambre, el deterioro del medio ambiente, la injusticia, el
narcotráfico, las adicciones, la discriminación, la basura, la pobreza, la violencia?
¿Qué les dicen estas mismas realidades a tus alumnos?
***
• El hombre se “personaliza” por las relaciones que establece con “los demás”: me reconozco “yo” cuando frente a mí acepto al
“otro yo” como “tú”. Descubre de este modo su “vocación social”.
En nuestro mundo de hoy las relaciones del hombre con sus semejantes se multiplican sin cesar, sin que se promueva siempre, sin
embargo, una proporcional madurez de la persona, y unas relaciones verdaderamente personales.
• Ciertamente tenemos hoy una percepción más viva de la dignidad humana de la que nace el deseo de instaurar un orden jurídico que proteja mejor los derechos de la persona, condición indispensable para que los ciudadanos, individualmente o como
asociación, puedan participar activamente en la vida y en la gestión de los asuntos públicos.
Esa misma dignidad nos exige el respeto a cada persona, a pesar de sus diferencias, la búsqueda del bien de todos, promover la
justicia social, a partir de la igualdad esencial de todos los hombres.
• El respeto a la conciencia nos urge hoy tambiéns a que cada uno cumpla más fielmente con su deber, tanto respecto a su propia
persona como respecto a los varios grupos de los que es miembro; por tanto, hay que procurar con todo empeño una más
amplia cultura espiritual.
La educación de los jóvenes, sea cual fuere su origen social, debe ser orientada de modo que se formen hombres y mujeres, que
no sólo sean personas cultas, sino de gran corazón, como reclama nuestro tiempo.
• Igualmente importante es el sentido de responsabilidad: cada uno debe ser consciente de su propia dignidad y estar dispuesto
a responder a su vocación empleándose en servicio de Dios y de los hombres.
La libertad humana se debilita cuando el hombre cae en la extrema pobreza, del mismo modo que se envilece cuando, dejándose
llevar por una vida excesivamente cómoda, se encierra en una especie de dorado aislamiento. Por el contrario, se robustece cuando el hombre acepta las insoslayables necesidades de la vida social, se hace cargo de las exigencias de la asociación humana y se
recompromete al servicio de la comunidad.
• Un atento examen de las relaciones educativas de nuestras instituciones nos debe llevar a establecer, mejorar e innovar las diversas formas de participación de los alumnos, los padres de familia, los maestros y los directivos, para que nuestros egresados
logren impactar la sociedad mexicana con nuevos valores e ideales.
• Las acciones y tareas educativas personalizadoras deben contribuir a establecer relaciones significativas entre los alumnos, que
vayan desde el trabajo hasta el recreo, desde la cooperación hasta el servicio, desde la ayuda personal hasta la colaboración en la
tarea científica, desde exponer el propio punto de vista hasta examinar la realidad con diversos enfoques, del trabajo individual
al del equipo interdisciplinario.
De ello se deriva la valoración adecuada, ética, de toda la actividad humana: arte, ciencia, filosofía, técnica, economía, política, como
ordenada al bien del hombre, de todo el hombre, de todos los hombres.
REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
n un esfuerzo de la Secretaría de Educación Pública
(SEP), el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Empresarios por la Educación Básica (ExEB),
el Centro de Estudios Educativos (CEE), el SIEME y Heurística Educativa (HE); se ha conformado un primer documento que consolida algunos indicadores básicos para la
evaluación de la educación básica en México.
El documento, producto de un trabajo de investigación
a nivel nacional, integra algunos estándares para encauzar
la educación básica hacia una mejor calidad.
El Dr. Luis Morfin López, del CEE, encabezó una
reunión de trabajo para la Discusión General del documento y aseguró que una de las principales soluciones es
“Hacer responsable de su escuela a cada ciudadano”.
El modelo elaborado para el desarrollo de las escuelas
públicas se sostiene en tres pilares: la labor de Docentes,
Directivos y Padres de Familia como responsables de la
labor educativa, la Autogestión Escolar, y el Currículum.
Los participantes en las mesas de discusión expresaron
sus comentarios acerca de las tres áreas de trabajo.
• En cuanto a los centros educativos:
- Las escuelas deben ser centros de integración social y
vincularse con su comunidad, convirtiéndolas en lugares de intercambio, de generación de cultura y proyectos de la comunidad: como ferias, eventos artísticos,
convivencia, etc.
- Sin perder su carácter social, las escuelas pueden adoptar algunos elementos exitosos de la experiencia empresarial: como la existencia de un consejo de administración y participación social, en donde los miembros
de la comunidad trabajen por, para y con sus propios
centros educativos.
REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
EN EL FRENTE
E
- Los casos de éxito de escuelas en el Programa de Escuelas de Calidad tienen como denominadores comunes dos factores principales: el interés del director por
guiar el proyecto y llevarlo a buen cauce, así como el
trabajo participativo de los padres de familia. Es necesario que ambos protagonistas unan sus esfuerzos.
• En el rubro de docentes:
- La evaluación docente es clave para elevar la calidad
de la educación, pues “si queremos que el niño obtenga conocimientos a nivel de excelencia, debe tener
un maestro con conocimientos de excelencia”, por lo
que se las bases del documento presentado en este
rubro surgen de un acercamiento con el SNTE muy
estrecho.
Hace años que Gandhi definió a la educación como “El
poder obtener lo mejor del otro”… Es necesario apoyar a
los maestros para que mejoren sus propias competencias
docentes y se capaciten en la comprensión de los problemas que surgen en su entorno, en lograr una atención diferencial hacia sus alumnos, en ser flexibles y eficientes…
• En materia de estándares curriculares:
Sabemos que se trabaja bajo una perspectiva constructivista y orientada hacia las competencias, es necesario flexibilizarlo y favorecer el diálogo académico, hacer hincapié
en el aprendizaje más que en otras cuestiones. El curriculum debe centrarse, en opinión de los participantes, en la
formación para ser persona, ser digno, ser participativo,
ser responsable, creativo y crítico.
La reunión de trabajo fue una de las maneras en las
que la sociedad está haciendo su parte y establece acuerdos para validar y legitimar los estándares de calidad que
se buscan en nuestro sistema educativo.
ARTÍC U LO D E F O N D O
Por: Lic. José Ángel Vidal Mena
[email protected]
A
“No puedes escapar a la responsabilidad
de mañana evitándola hoy”
Abraham Lincoln
tan sólo un par de semanas de recibida la invitación para mi participación en esta edición referente a la formación de ciudadanos responsables, escuché
en entrevista radiofónica a un legislador por el Distrito
Federal anunciando una nueva iniciativa para, supuestamente, disminuir el número de accidentes automovilísticos; la solución: reducir el horario de venta de bebidas
alcohólicas y una prohibición para los “vallet parking” a
entregar el vehículo si el conductor está etílicamente indispuesto al volante… Y si a esto le sumamos: la prohibición al consumo de cigarro, la proliferación de “stands
alcoholimetreros”, por mencionar algunas estrategias, llegará el momento en que habrá más personas dedicadas
a cuidar a las personas que deambulan por las calles de la
ciudad. Sí, generándose así un círculo vicioso.
Ante una situación como la que ejemplifico con anterioridad, me pregunto: ¿cuál será una verdadera solución?,
¿por qué tratar a los asuntos que aquejan la convivencia
social desde un aspecto estrictamente legal?, ¿las prohibiciones generan mejores comportamientos sociales?... Las
respuestas obviamente no las tengo en este momento,
pero todo ello me hace reflexionar desde mi humilde trinchera: la docencia y ahora comparto mis ideas con usted,
amigo lector.
Primeramente considero necesario que usted y yo
mantengamos una directriz por la cual abordar esta
disyuntiva y, poniendo toda mi concentración en el principal tema de la edición, hablaré de la RESPONSABILIDAD, ese valor por el que cada uno de nosotros podemos
ofrecer actitudes adecuadas a las tareas correspondientes de nuestra labor social, laboral, familiar y, para no
olvidarlo, legal; todo ello con una perspectiva didáctica.
Hoy en día diversos centros escolares, realizan su promoción desde una perspectiva axiológica. Muchas escuelas ofertan una “educación en valores“ como si los valores
fueran una especie de promesa publicitaria. Sin embargo,
ante un cúmulo de necesidades reales se requiere de una
formación potencial en procesos afectivos ligados a los
cognitivos; se necesitan futuras generaciones que más que
memorizar datos y cifras, puedan aplicar asertivamente
sus habilidades y destrezas en un marco de virtudes o
comportamientos éticos, y además es imperativo que los
esfuerzos de cada persona se enmarquen en actitudes
tendientes a la armonía y la cooperación social.
Proyectos para abordar esta temática hay diversidad,
la propia Secretaría de Educación Pública mantiene uno
en la actualidad, se le conoce como educación por competencias1, proyecto que, puede perder su razón de ser
al confrontarse con mecanismos de evaluación como la
prueba de Evaluación Nacional del Logro Académico en
Centros Escolares (ENLACE), que responde a un tradicionalismo educativo: se enseñan contenidos y se observa,
mide y cuantifica; “etiquetas sociales”, en palabras de Díaz
Barriga, Ángel.
La responsabilidad y la didáctica,
convivencia en el aula
Según la Real Academia de la Lengua Española, es responsable quien responde por sus propios actos, reconoce
y acepta las consecuencias, sean cuales resulten; ante esta
directriz, la didáctica muestra su conformidad con acciones como las que se muestran en el esquema 1.
El valor o virtud al centro, necesariamente tendrá que
descomponerse en una serie de actitudes, las determinantes de los comportamientos esperados. Ahora bien,
podemos partir de que la aplicación metodológica de un
componente afectivo, requiere de un comportamiento
adecuado para el desarrollo cognitivo; de tal forma que la
1. Término que para el presente texto será entendido como “habilidades expresadas como aptitudes para afrontar y resolver diversos retos”. Ver Villalobos Pérez-Cortés, Elvia
Marveya. “Estrategias didácticas para una conducta ética”. 2004.
REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
docencia se encuentra precisamente en el cambio de época, pasando de la educación de discentes a la formación
de ciudadanos responsables.
La relación parecería confusa, utópica e imposible para
“bajar al terreno de la práctica”.2 ¿Cómo combinar la ética
con la didáctica?, ¿qué tipo de estrategias se requieren
para modificar el carácter axiológico de los educandos y, a
la par, establecer nexos cognitivos asertivos? Para aproximarme a la respuesta de estas interrogantes y seguramente dejar en el tintero algunos retos para la docencia
actual, señalaré algunos aspectos del conocido Modelo T
del Dr. Martiniano Román Pérez, una reseña bibliográfica
de Elvia Marveya Villalobos Pérez-Cortés y, por supuesto
mi experiencia personal; a saber:
“La ética busca la moralidad de los actos humanos.
La didáctica señala el camino, el modo de transitarlo y
concreta los procedimientos”
Villalobos Pérez-Cortés, Elvia
Ante la idea de que la ética no se enseña, sino se aprende,
el eje didáctico tendrá que determinar acciones concretas
para lograr un desarrollo humano por encima de los contenidos curriculares que, en ocasiones, tan sólo dejan en
el alumno una memorización ininterrumpida. Para lograr
esto se requiere de una docencia que desarrolle aptitudes
de aprendizaje y se olvide de la generación de actitudes
de enseñanza. Como se muestra en el siguiente esquema
donde se divide a la responsabilidad en la triada que probablemente se acerca más a la formación que a la educación. (Ver esquema 2)
Como puede verse, un valor ofrece la posibilidad de
trabajar en tres aspectos que conviven estrechamente en
la formación, implementarlo desde una perspectiva del
ARTÍC U LO D E F O N D O
Esquema 1
Esquema 2
Modelo T nos remite a la estructura de los objetivos, mismos que en su estructura determinan con precisión las
acciones a seguir.
capacidad + contenido + método + valor
destreza + contenido + método + actitud + tiempo
De tal forma se potencia una inteligencia escolar afectiva,
esto es: en el aula se viven actitudes y se desarrollan comportamientos adecuados según el valor que se trabaje; en
cuanto al aspecto cognitivo, se potencian actividades o pasos mentales que conllevan al alumno a aprehender conceptos, relacionarlos con su bagaje cultural y, finalmente
llegar a una comprensión.
“En la relación ética-didáctica, la segunda asume el fin
de la primera y, así, los contenidos de la didáctica tienen
como faro el bien hacer para mostrar el bien ser de la persona”,3 (sic) la postura de Villalobos ante el planteamiento
didáctico empata de manera perfecta con la experiencia
personal respecto al establecimiento de estrategias para
motivar las actitudes, comportamientos o valores que
conllevan a una formación humanística, sea de honestidad, solidaridad y, para el caso de RESPONSABILIDAD.
(Ver cuadro 1).
ACTITUDES
Ser consciente
Juicioso
Diligente
Tranquilo
Reflexivo
Confiable
Puntual
Autoestima
Respeto
Participación
VALOR
RESPONSABILIDAD
CONTENIDOS
Aplicación de la luz
directa/indirecta.
Elementos de la
composición en
una imagen.
Elaboración de
un borrador.
Empleo de lectura
analítica.
Cuadro 1
2. Las comillas son mías. 3. Villalobos Pérez-Cortés, Elvia Marveya. op.cit. p. 29
REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
Como se ve, el mismo valor puede desarrollarse en
diversas actitudes y, por supuesto no importa en qué asignatura, en qué unidad, el tipo de programa e incluso, el
nivel académico al que estemos inscritos; lo importante
será que de esas actitudes se desprendan microactitudes
(comportamientos) cuya labor será su potenciación al
tiempo de revisar X contenido curricular, lo cual nos propicia la oportunidad de llevar una evaluación cualitativa
de nuestros estudiantes mediante la aplicación de una rúbrica, lista de cotejo, observación directa o coevaluación.
Aproximación teórica como resultado
de la formación responsable
ARTÍC U LO D E F O N D O
Debemos considerar la posibilidad que otorga el ejercicio
formativo frente al educativo; el primero entendido como
el que propicia un desarrollo de aptitudes para potenciar
habilidades físicas, mentales o morales, mientras que el
segundo podría quedar reducido a una simple instrucción
por medio de la acción docente.
Si revisamos con detenimiento el efecto de una formación podremos llegar hasta el desarrollo y ejercicio del
funcionamiento pleno,4 que sin duda será resultado de
aplicar permanentemente la congruencia.
En el siguiente modelo se ejemplifican los alcances
de una formación académica tomando en cuenta los tres
valores que establecen la misión de la Escuela Nacional
Colegio de Ciencias y Humanidades de la Universidad
Nacional Autónoma de México, a saber: RESPONSABILIDAD, honestidad y congruencia. (Ver esquema 3)
Así, ejemplificando teóricamente la formación axiológica con una misión institucional real, puede vislumbrarse una posibilidad práctica para alcanzar una formación
RESPONSABLE, honesta, solidaria, tolerante. Cualquier
arista axiológica podría potenciarse ante gestiones académicas como la ejemplificada, siempre y cuando vayan
más allá del discurso, incluso mucho más allá de las presentaciones, planeaciones, publicaciones y explicaciones.
Necesariamente se requieren poner en práctica.
Ahora bien, si esto se practicara día con día, ¿serían
necesarias restricciones legales o iniciativas como que se
comentan al principio del texto?, ¿no sería más fácil apostarle a una formación axiológica para formar generaciones
responsables, personalidades que no necesiten cuidados
exhaustivos, sino que actúan según su formación?
Así pues, cuando se busca concretar la formación por
encima de la educación, como docentes tenemos el reto
de ubicarnos fuera del paradigma tradicional en el que se
aplican tan solo las influencias intencionales obedientes a
la instrucción del docente hacia el discente para arribar
a lograr en él la adquisición de hábitos, destrezas y ciertas técnicas que en conjunto, conducen a una educación
intelectual, es decir, como opción adentrarse al paradigma ambientalista o intervencionista y buscar estrategias
didácticas que potencien capacidades, habilidades, destrezas, valores, actitudes y microactitudes; parece el reto
educativo de hoy.
“Ser hombre significa ser responsable.
Implica sentirnos avergonzados al ver la pena que
alguien no se merece. Implica sentirnos orgullosos por
el triunfo de nuestros compañeros. Es, en cierta forma,
saber que al colocar nuestra propia piedra, estamos
contribuyendo a la construcción del mundo”
Antoine de Saint Exupéry
RESPONSABILIDAD
(Poner cuidado y atención en lo que se hace reconociendo
y aceptando las consecuencias de lo realizado)
APRENDIZAJE
CONGRUENCIA
(Establecimiento de acuerdos entre dos o
más conceptos mediante la postura propia)
Misión
HONESTIDAD
(Comportamiento transparente con los demás,
no se oculta nada y no se apropia de lo ajeno)
FUNCIONAMIENTO PLENO
Modo de vivir de la persona que actualiza constantemente sus potencialidades (…)
poniendo de manifiesto la perfecta y estable congruencia de su personalidad.
Esquema3
4. Ver Polaino-Lorente, Aquilino. et. al. “Fundamentos de psicología de la personalidad” Rialp ediciones, Madrid. 2003, 584 PP.
REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
Psic. Samantha Barocio Rocha
T
“El padre que no enseña a su hijo
sus deberes, es igualmente culpable
que el hijo que no se ocupa de ellos”
Confucio
odo padre/madre de familia, tiene la responsabilidad y el deseo de asegurar el bienestar físico, intelectual
y emocional de sus hijos(as). Asegurarse que coman bien,
tomen agua, duerman suficientes horas, hagan su tarea,
crucen la calle con cuidado, hagan ejercicio, etc., son actividades que los padres y madres de familia hacen diariamente, casi de manera automática. Y es a través de
estas actividades que los hijos(as) van aprendiendo cosas
como: cómo cuidar su cuerpo, su persona y cómo vivir
sanamente.
Pero ¿qué hay del aprendizaje cívico? ¿De qué manera
enseña usted a sus hijos(as) a ser un buen ciudadano, un
ciudadano responsable? En mi experiencia, los padres de
familia tienden a dejar esta enseñanza en manos de la
escuela, esperando que las “lecciones” aprendidas en el
salón de clase se transfieran automáticamente a la vida
diaria de sus hijos. Pero todos los que abogamos por el
aprendizaje activo sabemos que cuando aprendemos algo
de manera teórica, sin tener oportunidad de practicarlo,
experimentarlo, vivirlo, termina quedando en el olvido.
La escuela puede ofrecer una excelente educación cívica, contar con los mejores maestros, las mejores técnicas
de enseñanza, pero si los estudiantes llegan a casa para
encontrarse con prácticas que contradicen dicha enseñanza, las probabilidades de que ellos hagan lo aprendido en
la escuela vs. lo aprendido en casa a través del ejemplo,
se acercan a cero.
En mi práctica privada con adolescentes, frecuentemente recibo la queja de los papás diciendo que cuando
buscan darles un consejo o enseñarles algo que consideran importante, ellos no escuchan y lo que yo siempre les
digo es, “los hijos probablemente no escuchan, pero ¡qué
tal ven!” Si usted quiere que niños y jóvenes aprendan a
hacer lo correcto, no se preocupe tanto por decirles qué
es lo correcto… mejor hágalo y permítales que aprendan
de su ejemplo. Recuerde, los actos hablan más fuerte que
las palabras.
ARTÍC U LO D E F O N D O
“Si quieres que tus hijos
mantengan los pies en la tierra,
pon un poco de responsabilidad sobre sus hombros”
Abigail Van Buren
“Enseñar con el ejemplo no es
otra forma de enseñar, es la única.”
Albert Einstein
Es decir, ¿Qué aprenden sus hijos(as) cuando usted no
respeta las reglas de tránsito, no paga sus impuestos, no
vota, no se mantiene informado sobre temas actuales, no
recicla, desperdicia agua, no ayuda a su comunidad, etc.?
Y sobre todo, con este ejemplo, ¿Qué clase de ciudadano
será ese chico o chica cuando crezca?
”No somos sólo responsables de lo que
hacemos, sino también de lo que no hacemos.”
Jean Baptiste Moliére
Todo sería más simple si el hecho de no ser un buen
ciudadano fuera únicamente cuestión de ser o no mejor
individuo, pero en la época en que estamos viviendo, no
1. Samantha Barocio Rocha estudió la Licenciatura en Psicología en la Universidad Nacional Autónoma de México, en el programa de Alta Exigencia Académica. Desde hace
cuatro años, estudia el modelo MythoSelf® con su creador, el Dr. Joseph Riggio, el Dr. David McDermott, Master Trainer de MythoSelf®, quién además es su tutor y el Mtro.
Jeffrey Leiken, también Master Trainer de MythoSelf® y Especialista en Adolescentes. Actualmente, Samantha Barocio tiene una práctica privada como Facilitador Certificado
de MythoSelf®, trabajando de manera individual con adolescentes de entre 14 y 19 años de edad para apoyarlos en la búsqueda de su identidad, en el fortalecimiento de su
auto-estima, así como en el desarrollo de sus habilidades de comunicación con quienes les rodean. Además, imparte de manera continua, a través de Barocio Asesores, la División
de Educación Continua de la UNAM, Grupo Psicoterapéutico Integral y otras Instituciones, talleres para adolescentes, así como conferencias y pláticas para los padres/madres de
adolescentes y los profesionales que trabajan con ellos (maestros, psicólogos, pedagogos, etc.).
REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
ARTÍC U LO D E F O N D O
ser un ciudadano responsable tiene repercusiones importantísimas no sólo sobre cómo vivimos cada día, sino sobre qué planeta dejaremos a nuestros hijos y los hijos de
nuestros hijos. Todos tenemos ya una vasta experiencia
en las consecuencias que tiene no respetar las reglas de
tránsito o la falta de conciencia social por ejemplo, ¿Cuántas veces le ha pasado que alguien se pasa la preventiva,
sabiendo que no va a lograr cruzar y termina atravesado
a media calle, bloqueando el paso a los coches que vienen en otra dirección? Y ¿Qué tal la contaminación, la
corrupción, el exceso de basura, el graffiti en las paredes,
el incumplimiento de las promesas políticas y nada más y
nada menos que las consecuencias del calentamiento global? Todas estas son consecuencias de no haber tomado
una responsabilidad civil a tiempo.
En esta época, no podemos darnos el lujo de no ser
ciudadanos responsables y sobre todo, de no enseñar a
los menores a ser ciudadanos responsables para que respetan las leyes, cuiden su medio ambiente, apoyen a su
comunidad, se mantengan informados y se involucren
activamente para lograr que se produzcan los cambios
necesarios en la comunidad.
“No gastes tu valioso tiempo preguntándote:
¿Por qué el mundo no es un mejor lugar?
Solo será tiempo perdido.
La pregunta que debes hacer es:
¿Cómo puedo hacer del mundo un mejor lugar?
Para eso, siempre hay una respuesta.”
Leo F. Buscaglia
“Si quieres saber tu pasado,
mira tus condiciones presentes.
Si quieres saber tu futuro,
mira tus acciones presentes.”
Proverbio Chino
dose como voluntarios para diversas actividades sociales,
reciclando, etc.
Un buen ciudadano, un ciudadano responsable:
• Es un buen vecino y se preocupa por los demás.
• Respeta a los demás y sus puntos de vista, aunque difieran de los suyos.
• Comparte su tiempo y habilidades con la comunidad
para mejorarla, hacerla más limpia y más segura.
• Conserva los recursos practicando las 3 R’s: Reducir,
Re-usar y Reciclar.
• Se mantiene informado en una diversidad de asuntos y
hace saber su opinión votando.
Un mal ciudadano:
• Sólo se preocupa y ve por sí mismo.
• No respeta a los demás y discrimina a quienes son diferentes a él.
• Tira basura y desperdicia los recursos.
• Deja los asuntos de política a los llamados “expertos”.
Todos tenemos la capacidad de ser ciudadanos responsables y de generar e inspirar cambios positivos a través de
nuestras actitudes y acciones.
¿Es usted un buen ciudadano?
(Aplíquese esta auto-evaluación y descúbralo)
VERDADERO FALSO
Yo tomo responsabilidad por lo
que sucede en mi comunidad.
Hago mi parte por el bienestar común.
Participo en servicios a la comunidad.
Ayudo a cuidar el medio ambiente.
Obedezco la ley.
¿Qué significa ser un buen ciudadano,
un ciudadano responsable?
He aprendido esto a través de la filosofía:
yo hago sin que me manden lo que otros
solo hacen por miedo a la ley.”
Aristóteles
Los buenos ciudadanos entienden que tienen una responsabilidad con la comunidad, el medio ambiente y la
ley. Los adultos demuestran ser un buen ciudadano de
diversas formas: obedeciendo las leyes de tránsito, pagando sus impuestos, ayudando a los vecinos, ofrecién-
Ayudo al trabajo de nuestra democracia,
expresando mis opiniones, votando y
participando en el proceso de
toma de decisiones.
Lo más valioso que usted puede dejar a sus hijos son
sus enseñanzas positivas a través del ejemplo. Propóngase ser en todo momento, un modelo positivo para ellos.
La vida nos da oportunidades todos los días para serlo:
• Muestre preocupación por el éxito y seguridad de
otros.
• Utilice lenguaje sin juicios, lenguaje que no ofenda o
menosprecie a otros.
REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
• Siempre haga lo correcto, especialmente cuando sea
difícil.
• Siempre haga lo correcto, aún cuando nadie está
mirando.
• Tome responsabilidad por sus acciones.
• Reflexione sobre sus acciones y cómo afectan el bienestar de otros. Actúe siendo consciente de esto.
¿Si usted fuera un modelo positivo todos
los días, qué clase de adultos cree que sus
hijos(as) serán cuando crezcan?
¿Por qué deberíamos enseñar a nuestros
hijos/alumnos a ser ciudadanos responsables?
Nuestra Constitución nos otorga un gran número de derechos y libertades (por ejemplo, la libertad de expresión,
el derecho a la educación, etc.) y de la misma manera,
nos otorga responsabilidades como ciudadanos. Y estas
responsabilidades nos obligan a contribuir al bien común,
desempeñando deberes que beneficien a la comunidad
(por ejemplo, la responsabilidad individual de estar informado acerca de políticas públicas, de votar en las elecciones, o de servir como funcionario de casilla).
Preservar nuestros derechos y libertades está ligado
al desempeño de responsabilidades. Por ejemplo, el derecho a participar políticamente significa poco cuando la
mayoría de los ciudadanos no ejercen dicho derecho y de
la misma manera, el derecho a la libre expresión de ideas
políticas se ve disminuido cuando las personas que expresan estas ideas no están informadas acerca del gobierno.
Las responsabilidades de un ciudadano –tal como
el servicio voluntario a la comunidad, la participación en el
sistema político, la adquisición de conocimiento acerca de
la vida cívica, y el compromiso público a los valores de la
democracia constitucional (libertad, justicia, etc.) son esenciales para la salud de nuestra sociedad actual y futura.
Enseñando a los Niños a Ser
un Buen Ciudadano
Enseñar a los niños pequeños a ser un buen ciudadano,
puede ser tan simple como enseñarles a:
• Cooperar
• Obedecer las reglas
REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
ARTÍC U LO D E F O N D O
”La mayor recompensa para el arduo trabajo no es
lo que la persona obtiene,
sino la persona en la que se convierte por ello.”
John Ruskin
• Respetar a las personas que están a cargo
• No tirar basura
• Ahorrar agua
Así, los pequeños desarrollarán hábitos de buena ciudadanía imitando las prácticas de sus papás y adultos significativos, ellos son los primeros y más influyentes maestros
de los valores y actitudes cívicas. Las lecciones aprendidas
en casa acerca de la participación política o servicio a la
comunidad, por ejemplo, podrían ser las que determinen
los términos y el tono para el futuro aprendizaje de las
responsabilidades como ciudadano.
De esta manera, hay ciertas cosas que usted puede
fomentar en los niños, desde muy pequeños para ayudarles a desarrollar una conciencia social y crecer para ser
ciudadanos responsables:
Infantes
Usted puede comenzar por educar a un niño para ser
un ciudadano, haciéndolo un miembro de su comunidad.
Llevar a su bebé a la tienda, al parque o a la casa de sus
vecinos introduce a su hijo a un mundo más grande que
su propia casa. Estas experiencias iniciales en la comunidad serán importantes en la vida posterior. Un niño que
se siente conectado con el mundo exterior, querrá ser un
miembro activo del mismo.
Maternales
Enseñe la conexión entre los miembros de su comunidad
y los aspectos de la vida diaria. Usted puede hacerlo al
explicar a los niños las cosas que se pueden ver en la calle
de su comunidad. Por ejemplo, si ven una patrulla pasar,
explíquele cómo los oficiales de policía nos ayudan a estar
a salvo. Cuando se detenga en la luz roja, explíquele que
usted se detiene para permitir que los otros coches pasen.
ARTÍC U LO D E F O N D O
Podría también decirle que está siguiendo las reglas de
tránsito. Su niño en esta edad podría no entender todo lo
que usted le explique, pero mientras más se le hable acerca de su comunidad, más irá entendiendo y más querrá
formar parte de la misma.
Preescolares
Antes de que un niño pueda ser un ciudadano de la comunidad, debe ser un ciudadano en casa. Los niños que
aprenden a relacionarse con sus familias, para después
relacionarse en sus comunidades. Una manera de ayudar
a su preescolar a convertirse en un ciudadano responsable
es enseñándole a no tirar basura. Podría también enseñarles a mantener la ciudad limpia uniéndose a brigadas
voluntarias de limpieza. Brinde a los pequeños oportunidades de ser un miembro activo en el aula, en la escuela
o en su casa. Anímelo(a) a desempeñar actividades simples que le permitan sentirse útil y darse cuenta que está
haciendo una diferencia. Actividades tan sencillas como
poner la basura en su lugar, recoger sus cosas, arreglar
el salón, ordenar los estantes de libros, ayudar a separar
la basura, permitirán que haga hoy una diferencia en su
comunidad.
“No estamos aquí para ganarnos la vida.
Estamos aquí para enriquecer al mundo.”
Woodrow Wilson
¿Qué más puede hacerse en casa?
Los padres de familia y adultos significativos pueden fortalecer el aprendizaje de los niños acerca de las responsabilidades de un ciudadano, haciendo las siguientes cosas
en casa:
• Estableciendo un buen ejemplo al participar en el sistema político y ofreciéndose como voluntarios en proyectos de servicios a la comunidad.
• Mostrando interés por los asuntos cívicos y gubernamentales, iniciando conversaciones al respecto durante
la comida o en respuesta a los programas de televisión
referentes a asuntos actuales.
• Pidiendo que los niños lleven a cabo regularmente labores en la casa como lecciones sobre el valor de contribuir al bien común de su unidad familiar.
• Animarlos a que formen parte de proyectos de servicio comunitario, tal como limpieza del vecindario o actividades para mejorar el aspecto del vecindario, reciclando materiales para conservar los recursos naturales,
fungiendo como tutores de niños más pequeños con
problemas de aprendizaje, etc.
10
• Proporcionando recursos de aprendizaje en el hogar –
libros, revistas, periódicos – y utilizarlos con los niños.
• Transmitiendo y reforzando los valores cívicos a través
de discusiones, comportamiento ejemplar, y el uso de
reglas justas para el orden de la vida familiar.
• Monitoreando y reforzando en la escuela, las lecciones
del hogar sobre las responsabilidades ciudadanas.
15 COSAS QUE USTED PUEDE HACER
Y ENSEÑAR A SUS HIJOS A HACER
POR EL MEDIO AMBIENTE
1.Cierre la llave del agua cuando se lava los dientes.
2.Báñese lo más rápido posible. Si puede, reduzca el
tiempo a la mitad.
3.Báñese con agua tibia en vez de caliente.
4.Cierre la regadera mientras se rasura.
5.Agradezca todos los días el agua que llega a su hogar.
6.Respete la naturaleza.
7.Separe su basura en orgánica e inorgánica.
8.Lleve a reciclar por ejemplo, los envases diversos, en algunos supermercados hay un contenedor especial para
colocarlos.
9.Cambie sus focos por focos ahorradores de energía.
Ayudará al medio ambiente y a su bolsillo.
10. Apague los aparatos y las luces que no está utilizando,
incluyendo su computadora (no la deje hibernando o
suspendida, mejor apáguela).
11. Recicle.
12. Si va a recorrer una distancia corta, camine o vaya en
bicicleta.
13. Use su coche lo menos posible y organícese con otras
personas para compartirlo para ir al trabajo o recoger a
los niños de la escuela.
14. Si tiene planeado comprar coche nuevo, procure que
sea un coche híbrido.
15. Plante un árbol.
¿Qué puede hacerse en la escuela?
Después de la familia, la escuela tiene el mayor efecto en
las actitudes cívicas de los niños. Es la agencia primaria
de enseñanza del conocimiento acerca de la política y el
gobierno. Abajo se mencionan algunas cosas que podrían
fortalecer la educación de las responsabilidades cívicas en
la escuela:
• Incrementar la cantidad de tiempo que todos los estudiantes invierten en educación cívica en todos los niveles escolares.
REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
ARTÍC U LO D E F O N D O
• Integrar lecciones acerca de la responsabilidad en todas
las materias, en todos los niveles escolares, con énfasis
especial en los cursos de civismo y literatura.
• Solicitar que los estudiantes lean, analicen y discutan casos e historias acerca de personas involucradas en la vida
cívica de sus comunidades en el pasado y el presente.
• Establecer experiencias de aprendizaje cooperativas en
donde un grupo de estudiantes se responsabilice por
su propio logro de los objetivos educativos.
• Involucrar a los estudiantes en simulacros y juegos de
roles con respecto a diversos aspectos relacionados con
las responsabilidades cívicas.
• Establecer programas para desempeñar servicio comunitario como parte de la materia de civismo.
• Llevar a cabo de manera regular, discusiones abiertas
con respecto a temas públicos y eventos actuales.
• Pida como trabajo escolar, que los estudiantes escriban
cartas a funcionarios de gobierno o periódicos para expresar sus opiniones acerca de temas públicos y políticos ó abogar por ciertas causas.
• Pida como actividad escolar, que los estudiantes participen en actividades políticas fuera del salón de clases.
“No trates de convertirte en un hombre de éxito,
sino en un hombre de valor.”
Albert Einstein
“Cuando todo se acabe, no te preguntarán
quién fuiste, sino si hiciste una diferencia.”
Bob Dole
Datos de contacto:
Psic. Samantha Barocio Rocha - Certified and Licensed MythoSelf® Facilitator
Tels ofna. 5595 9865, 5339 5025. Email: [email protected]
Pág. web: www.educacionydesarrollo.org/ewb.php
REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
11
Recordemos que también es nuestra obligación educar en la prevención.
que todos estemos preparados para salir adelante antes, durante y después de un fenómeno natural.
Plan Familiar. Es muy importante que este plan se difunda en todas las comunidades. Cada escuela debe revisarlo, copiarlo y difundirlo de tal manera
empresarios de la zona, etc.) para enfrentar adecuadamente cualquier contingencia climatológica, o sísmica u otros fenómenos naturales a través del
personal docente, administrativo y de apoyo) así como a todos aquellos que forman parte de su entorno cercano, (vecinos, locatarios,
Invitamos a directivos y docentes, nuevamente, a preparar a cada uno de los integrantes de su comunidad educativa, (alumnos, padres de familia,
Una de las características del ser ciudadano es su capacidad de responsabilizarse de sí y de los demás según sus habilidades, actitudes y preparación.
L O S E S P E C I A L I S TA S O P I N A N
Por Francisco Alonso Chica Cañas2
“La educación ciudadana es el reto del hombre del
siglo XXI, reto que exite una nutrición en valores para
evitar que el hombre caiga por un despeñadero del
cual nunca tendrá posibilidad de levantarse”.
L
a educación ciudadana requiere ser tratada con un
enfoque humanista que establecerá los valores para que
el hombre piense en términos de humanidad y de piedad
hacia el prójimo, colocando la moral como piedra angular;
quienes la desechen estarán destinados al fracaso, debido a que perdieron la esencia de las virtudes de la vida
misma.
La escuela que opte por una educación ciudadana de
la alteridad es una escuela que valora el rostro del otro,
acogiendo en su casa al extraño como un familiar más
que necesita afecto, cariño y reconocimiento de los que
forman parte del núcleo familiar. Desde un primer momento, los habitantes de la casa saben que tienen en sus
manos la responsabilidad del otro, pues la existencia del
otro lo reta a desconocerlo a brindarle hospitalidad para
que crezca como una persona justa, equitativa, igualitaria
y solidaria.
La educación ciudadana necesita de la acción comunicativa para dialogar y exponer las razones sobre el objetivo en discusión, es decir, cómo convencer a los participantes para practicar las habilidades morales en beneficio
del bien común.
Esta es una tarea que se puede catalogar como utópica, pero sucede que la guerra, la violencia y la muerte no son una utopía; son una realidad que incide en la
educación ciudadana, por eso requiere del concurso de
la escuela para hacer de la teoría moral, la esencia de la
vida, con el fin de luchar contra un mundo plagado de
dioses mercenarios que se olvidan de la humanidad del
ser humano.
1. Un Enfoque Humanista
de la Educación Ciudadana
La educación ciudadana tiene sentido cuando piensa en
educar al otro en términos de humanidad, es decir, que el
acto humanitario se caracteriza por penetrar en la casa de
la otra persona para educarlo y sensibilizarlo hacia sí mismo: la premisa de “Conócete a ti mismo”, conlleva a que
la persona descubra cómo piensa acerca de su persona,
cómo actúa, cómo se comporta, cómo ama, cómo valora
su obrar, identificando cuál es su grado de humanidad.
Entonces, conocerse a sí mismo es el primer síntoma
de educación ciudadana, en cuanto la persona es capaz
de reflexionar y de comprenderse así mismo, develando
poco a poco una cartografía como ser humano. El hecho
de quedar frente a la desnudez de sus propios valores
o antivalores, es una señal de cuán cerca o lejos está de
asumir un compromiso ciudadano.
En la medida en que un sujeto dimensione a nivel personal la trascendencia de una educación ciudadana, en
esa misma medida será capaz de volcarse hacia el otro.
Debemos entender que la norma de vida es significativa en cuanto la persona considera que sus actos afectan
a los demás. La significación tiene sentido para irrumpir
en un nivel de bienestar material y espiritual, percibiendo
que la educación ciudadana rescata al otro de la presión,
de la miseria, de la deshonestidad, del desempleo, de la
violencia, de la criminalidad de la pobreza, de todo aquello que degrada la humanidad de una persona.
Sin embargo, también debemos tener en cuenta que
es difícil aplicar una norma o cambiar un mal hábito cuando la persona tiene que luchar por sobrevivir, pues la vida
se antepone a cualquier norma, por lo que en ocasiones
se deja a un lado la responsabilidad ciudadana. Casos
como la venta ambulante puede ser un ejemplo de cómo
la gente rompe la norma social si de por medio le va la
manutención de la familia.
1. Condensado de Educación Hoy, Revista de la CIEC, año 23, no. 153.
2. Docente de la Universidad de Santo Tomás, Bogotá, Colombia.
14
REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
la norma en norma de vida; además, es importante que
el estado determine un derrotero en inversión social para
minimizar el impacto de las acciones que fustigan los valores de la democracia, mientras que el ciudadano tiene
que dar testimonio de ser una persona íntegra, dispuesta
a escuchar, dialogar, tolerar, respetar, pero sobre todo, a
colocarse en las condiciones del otro para aprender a convivir y ser un buen ciudadano.
2. La Educación Ciudadana en la Escuela
desde una Perspectiva Humanista
L O S E S P E C I A L I S TA S O P I N A N
Se piensa que cumpliendo con la norma se logra avanzar en la educación ciudadana, pero no siempre es así,
la norma puede quedar en entredicho ante una aguda
crisis social o económica, por lo que se puede inferir que
la educación ciudadana se encuentra condicionada por la
presencia de un factor económico, que considere como
ganancia invertir en lo social para cambiar las actitudes
negativas que contrarrestan todo proyecto educativo.
Es cierto que la ausencia de inversión social estatal o
privada no justifica la carencia de educación ciudadana, ya
que la educación en valores es un imperativo categórico
donde el pensar y el actual deben ser congruentes respecto a los compromisos de hacer del bien un proyecto de
vida que enaltece al otro. Esto implica que el ciudadano
sea capaz de transformar el conocimiento moral en ‘realidad’, al elegir las respuestas sobre su actuar benéfico y
ponerlas en marcha.3 En otras palabras el actuar debe ser
congruente con el pensamiento y la realidad misma.
Así, la educación ciudadana posibilita una mejor comprensión de la actividad humana pues facilita asumir cualquier proyecto político, económico, social y cultural con
una connotación moral, en cuyo primer plano aparece el
hacer bien al otro.
Las demás acciones que se desprendan tendrán como
fundamento lidiar con problemas de la vida real, pero sustentados en un conocimiento moral de la realidad. De ahí
que, para actuar responsablemente se deben responder
según las directrices morales. Se sabe que los “problemas
éticos son causados o exacerbados por personas que se
niegan a hacer el bien; la mayoría de los temas relacionados con la ética de nuestra época involucran problemas
reales para el conocimiento de la moral”.
Entonces, la cartografía de la educación ciudadana implica la apropiación de la ética y la moral, constituyendo
El proyecto de educación ciudadana en la escuela debe tener como núcleo problematizador una antropología de la
alteridad, en el sentido de que la existencia del otro es un
problema para mí, de ahí la necesidad de ser hospitalario,
acogiéndolo mediante un diálogo de valoración y respeto
hacia la dignidad de la persona humana.
La escuela debe educar en la lectura del rostro del
otro, en el sentido de que el niño descubra la biografía y
lo valioso que es el otro para que trascienda su yo.
Esto significa que la educación ciudadana se inicia cuando comprendo la angustia, la tristeza, la felicidad, el amor,
la ausencia de afectividad, las emociones, los sentimientos
que experimenta el otro ser humano. Es encontrarse cara
a cara y mirar a los ojos al otro para darse cuenta de que
su existencia interpela la existencia del propio yo. Entonces, el otro nos reta para generar acciones de compromiso
y moralidad, lo que genera solidaridad ciudadana, interés
por ser educado, tener y brindar oportunidades para servir a la sociedad y mejorarla… Esto implica trascendencia
humana. Por consiguiente, la educación ciudadana en la
escuela debe propiciar espacios pedagógicos para que los
estudiantes tengan la oportunidad de mirarse y reconocerse como sujetos que participan del mismo proyecto de
vida, colaborándose en medio de las diferencias sociales,
culturales, políticas y económicas del país.
La educación ciudadana en la escuela debe sensibilizar
a los estudiantes con el fin de tener la oportunidad de rozar la piel del rostro del yo con la piel del rostro del otro,
llevar a los alumnos a conocer el mudo intersubjetivo del
otro, descubriendo la agonía y la grandeza, buscando alternativas para materializar el conocimiento en hechos
que dejen huella de amor al prójimo, de otra manera,
el individuo se pierde en el utilitarismo, el positivismo y el
pragmatismo que caracteriza a la sociedad pos moderna.
Conocer e involucrarse con el otro, en cambio, conlleva una responsabilidad compartida.
La educación ciudadana en la escuela tiene fundamento al asumir su alter ego con todas sus manifesta-
3. Melchin, Kenneth, Aprender a Convivir, Introducción a la ética cristiana de Bernard Lonergan, Ed. Trillas, 2000.
REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
15
L O S E S P E C I A L I S TA S O P I N A N
ciones para que el yo se apropie de manera responsable
del otro y no a través de actos violentos. Como se sabe:
“tradicionalmente la violencia viene de la alteridad: lo otro
me violenta, estoy en un mondo que no he creado yo y
cuya violencia no he instaurado. Para Lévinas, las cosas
son diferentes: el sujeto es responsable de la violencia es
acusado por la debilidad del rostro de ser el violento por
empeñarse en seguir la lógica del ser y preferirla a la posibilidad de otra lógica…”4
El rostro del otro se dimensiona desde la ética, o sea
que, el otro vale por su bondad, esto quiere decir que la
educación ciudadana prima la razón de alteridad, en donde la intersujetividad se mueve entre la dialéctica del bien
y del mal. Pero buscando siempre que la palabra bien
prevalezca y tenga sentido no en la lógica del verdugo,
sino en la lógica del conocimiento moral del otro.
Como ingrediente de la educación ciudadana debe estar la hospitalidad, es decir, la acogida del otro. El alumno
debe saber que al otro habrá de tratarlo bien, que con el
otro habrá de mantener una buena relación y debe tratarlo
con justicia, para ello, cada sujeto deberá ser tratado así.
Hablar de hospitalidad es hablar de abrir la puerta, es
permitir que el otro se exprese libremente, exponiendo
las argumentaciones de su experiencia vital del mundo y
de la vida, de manera que la educación ética en la escuela
debe partir de razonamientos correctos, justos para ser
comprendida e interiorizada por el estudiante en un ambiente de cordialidad y hospitalidad.
La educación ciudadana partiendo de la escuela debe
tener conciencia de que el estudiante puede solicitar una
explicación, una justificación, confirmar o negar algo, por
lo que educar conlleva comprender la dialéctica de las razones de los habitantes del aula, buscando siempre en la
conversación la comprensión recta del pensar y del actuar.
El cierre de puertas implica perder una oportunidad
de sano entendimiento y convivencia pacífica. Así que la
hospitalidad está en contra de la xenofobia, el vandalismo,
el acoso y la guerra como tal… En consecuencia, cualquier acto de represión, cualquier asomo de racismo o
de discriminación, el egoísmo, la falta de capacidad de
trabajo en equipo, la envidia o el materialismo habrá
de ser decididamente combatido por el docente y por la
filosofía educativa en general, sin por eso, convertirnos en
perseguidores, sino en guías, en ejemplo de acogida, en
abrazo que no olvide que quien agrede siempre ha sido
agredido… Habremos de recordar que en nosotros, como
docentes o administrativos de una escuela, debe detenerse la cadena de injusticia.
La acción comunicativa es el puente ideal para trabajar
la educación ciudadana en la escuela. Se educa mediante
los actos de habla para cambiar la realidad cotidiana sobre todo, aprender a escuchar, para que los más jóvenes
aprendan a escuchar al débil, al anónimo, al que no tiene
voz dentro del sistema sociopolítico. La educación ciudadana parte de la desigualdad sociocultural e intenta recuperar a través de los actos de comunicación, un espacio
pedagógico para entender las posiciones de los violentos,
para posteriormente entablar un diálogo de las bondades
y tener un conocimiento de la moral en el sentido del bien
común, para trasformar conductas que desconocen lo valioso de la persona humana, con el fin de hacer del acto
comunicativo un espacio para aprender y desaprender en
torno a lo que es ser ciudadano.
El diálogo puede ser tenso y conflictivo, en donde las
razones no convencen a ninguno de los participantes,
pero poco a poco, se indaga sobre las aptitudes para construir una teoría moral de convivencia ciudadana.
Debemos recordar que “cuando no nos podemos
poner de acuerdo, debemos buscar a otro para que nos
ayude a entendernos, y si entonces tampoco nos ponemos de acuerdo, será necesario que otro más nos ayude
a entendernos, y si en una tercera y cuarta ocasión, con
más personas tratando de lograr un entendimiento, un
acuerdo; no llegamos a nada… tendremos que aceptar
que pensamos diferente y que necesitamos una alternativa nueva para colaborar.”5
Entonces, la acción comunicativa permite a la educación ciudadana pensar nuevas teorías morales que superen los cuellos de botella en que se encuentra enfrascada
gran parte de la sociedad, adaptando nuevas habilidades,
si se puede decir así, para aplicarlas en el ámbito moral.
4. MÉNDEZ Sans, José Antonio. Emmanuel Lévinas : « Un compromiso con la otredad. Pensamiento ético de la intersubjetividad” en Revista Anthropos, No. 176, Barcelona, 1998.
5. Citado por el Dr. Morfin, del Centro de Investigación Educativa, durante la presentación de Indicadores para la Evaluación de la Educación Básica, abril 2008.
16
REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
- Ningún participante se debe excluir.
- Todos los participantes pueden expresar libremente sus
puntos de vista, no importa que las razones expuestas
no coincidan con la tematización del bien.
- Los participantes deber ser honestos consigo mismos y
los demás: hablar siempre con la verdad para llegar a
compromisos serios.
- El diálogo se caracterizará por el respeto a la justicia, a
la equidad y a la igualdad entre los participantes.
Así pues, es necesario que la escuela formule un proyecto
de educación ciudadana que atraviese todo el currículo
y los planes de estudio de los cursos escolares, teniendo
como referentes: el proyecto educativo institucional, la
problemática moral del contexto, la realidad sociopolítica del contexto, las habilidades morales que pretenden
trabajarse en la escuela desde una concepción humanista
y la puesta en marcha del andamiaje teórico – moral pregonado por la escuela.
Por otra parte, la escuela debe tener definida la educación ciudadana según los siguientes pilares humanistas:
- Un enfoque antropológico fundamentado en la alteridad y la acción comunicativa.
- Establecer tópicos morales problematizadores de acuerdo con el contexto educativo
- Formular un proyecto de educación ciudadana que implique una mirada curricular integradora de los diferentes núcleos de los saberes presentes en los contenidos
o planes
- Desarrollar actividades académicas que hagan factible
la aplicación de las habilidades morales
- Involucrar a toda la comunidad en el proyecto de educación ciudadana
- Evaluar periódicamente las acciones de la educación
ciudadana para fijar nuevos derroteros
- Formar al futuro ciudadano en los valores de la democracia y la ética civil.
L O S E S P E C I A L I S TA S O P I N A N
Dicho de otro modo: la acción comunicativa crea escenarios para debatir y dialogar en torno a cuestiones morales, produciendo nuevas estrategias que ayudan a superar
impases que se consideraban insalvables, todo gracias a
la comprensión cognitiva y moral de las proposiciones
enunciadas en los actos del habla.
Los actos del habla en la educación ciudadana facilitan exponer nuevas idealizaciones para ir más allá de
las coyunturas y desacuerdos presentados en la realidad
sociopolítica, económica y cultural del colectivo, lo que
implica plantear suposiciones morales anticipantes que
posibiliten a los participantes llegar a la comprensión de
un problema.
Hay que aclarar que en esta negociación del conocimiento moral, los valores se mantienen tal como son
desde la ética, lo único que cambia es la estrategia y la
operación de la realidad.
La escuela que desarrolle una educación ciudadana
fundamentada en la acción comunicativa es una escuela que potencia la compresión y la decisión moral de un
modo reflexivo y analítico.
El objetivo de entendimiento en la educación ciudadana es la búsqueda de una moral honesta, sincera, inteligible y comprensible para todos, en donde el argumento
que prevalece es el que convence a los demás porque
tematiza el bien y elude el mal, en donde los participantes desean convencerse recíprocamente: “En la medida
que prosiga su acción comunicativa ciudadana en el nivel reflexivo de pretensiones de validez tematizadas, los
participantes se orientan siempre por el objetivo del entendimiento, ya que un proponente sólo puede ganar el
juego si convence a su oponente de la legitimidad de la
pretensión de su valiedez”.6
El colectivo acepta la racionalidad de los enunciados
porque todos los participantes comparten las razones del
acuerdo fundamental alrededor del objetivo tematizado,
en este caso. Practicar la moral de la teoría moral acogida,
tanto por el proponente como por el oponente.
Por otra parte, de la acción comunicativa surgen algunas presuposiciones que deben contemplarse en la aplicación de la educación ciudadana, tales como:
La educación ciudadana es uno de los temas más frágiles
en la escuela y la sociedad, lo cual obedece a la fragilidad
moral del hombre contemporáneo, quien desea desconocer la moral, anteponiendo intereses mercantilistas, capitalistas, afán de poder político, deseo inmenso de dominar
la sociedad del conocimiento.
La educación ciudadana es un imperativo categórico
de la formación integral del ser humano, entendido como
esa nueva persona que opta por el prójimo que es su
hermano, ganando una vida de tranquilidad que se finca
en el bien común.
3. Melchin, Kenneth, Aprender a Convivir, Introducción a la ética cristiana de Bernard Lonergan, Ed. Trillas, 2000.
REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
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VOCES
E. Yolanda Nieto Croda*
S
i hiciéramos una retrospección en el tiempo y lográramos rescatar lo mejor que ha dado México al desarrollo
de la humanidad, podríamos reflexionar y recuperar la
grandeza de nuestros antepasados y la fuerza de nuestra
gente; ya que nuestra historia no inicia con el desarrollo
industrial ni con la trasnacionalización.
Profundizar en el conocimiento de quién es un mexicano, producto de la mezcla de razas y costumbres, de
religiones y valores, nos llevaría a encontrarnos comunes
denominadores que seguro nos acercarían a darle un verdadero sentido a lo que hacemos, para qué lo hacemos y
a dónde el futuro apunta, con el fin de satisfacer, lo que
México necesita y seguir existiendo en este mundo globalizado que los tiempos nos han planteado.
¿Cómo poder hablar de educación y
cultura si no hemos definido la identidad
del mexicano ni la de México?
Hacer una reflexión en este sentido, invitaría a decir que
estamos en contra de algunas cosas que hemos hecho, sin
embargo, también implicaría que reconocemos que el esfuerzo multidisciplinario, que ha fraguado generación tras
generación, el país que hoy tenemos, también ha dado
frutos indiscutibles.
Reorientar, rediseñar será una labor eterna si no estamos de acuerdo a dónde vamos y si dejamos esta labor
sólo en manos de unas cuantas autoridades, conseguiremos una reforma para todos hecha por unos cuantos, que
llega a muy pocos.
Es imponderable e impostergable, que la sociedad civil
entre al campo de la definición de cómo han de ser las
personas que en el futuro se integren a ella, pues de lo
contrario, como ha venido sucediendo de una u otra manera, esta misma sociedad se convierte en expulsora de
sus propios integrantes, dejando a un lado a los pobres,
18
a los incultos, a los discapacitados o a aquellos que no se
ajustan a lo que ella requiere.
Esta expulsión o rechazo es injusta pues una sociedad
incluyente debería saber como hacer de cada uno de sus
integrantes, un miembro activo, capaz de ofrecer algo y
digno de recibir.
Por ello, parecería atractivo –como está de moda- crear
otra institución autónoma que cuidara de México y de su
futuro a pesar de todo, una institución responsable, de
largo plazo, que no dependiera de las situaciones coyunturales, ni de los cambios políticos y sociales que pudieran
suceder, sino ejerciera el poder de lo trascendental.
Una institución que viviera, día a día actualizándose acorde al desarrollo y a las exigencias de un México
cambiante, que deseara aprovechar sus áreas de oportunidad en el mundo y que quisiera corregir sus carencias
para ser, en lo integral, altamente competitiva, tanto en lo
económico como en lo social; y que a través del tiempo
rindiera cuentas exactas de su actuar a las generaciones
venideras.
Una institución que administrara –a través de la educación- el tesoro más grande que México tiene: sus seres
humanos y que entendiera que trabajar por ellos, para
ellos y para nuestra Patria, sería su principal objetivo.
REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
¿Es una utopía pensar en una institución
como la que hemos descrito?
VOCES
Hace tiempo que se pensó en ella, y se instituyó la Secretaría de Educación Pública, sin embargo, el tiempo nos
demostró que estábamos equivocados si queríamos que
desde el poder público y político se definiera el futuro de
la sociedad en general.
Nuestro país requiere de una identidad con madurez, producto de un proceso educativo, donde la persona
tome conciencia de que es parte de México y por lo tanto,
adquiera sentido de pertenencia, cuidando y respetando
el lugar que le permite desarrollar lo que es, al mismo
tiempo que genere sentido de responsabilidad consigo
misma, con los demás y con su entorno.
No podemos permanecer ciegos o miopes ante la situación de nuestro país, sino que debemos iniciar un compromiso con el futuro, pues sólo tendremos sociedades
justas, honestas, tendientes al desarrollo en la medida en
que haya familias, escuelas y otras instituciones sociales
interesadas en el bien común y por ende, haya personas
formando personas con valores y sentido de calidad.
Esto se traduce en el enriquecimiento de un currículo
con un enfoque activo de la educación, donde los estu-
diantes aprenden a ser responsables en un ambiente de
libertad y donde adquiere importancia la atención al desarrollo de los comportamientos éticos, es decir, la orientación del comportamiento humano con la formación de
actitudes, valores y normas.
Desde aquí, la formación ciudadana se entiende como
la adquisición de conocimientos, desarrollo de habilidades
y la incorporación de valores que permitan al estudiante
participar, incidir y mejorar la vida de su grupo, su comunidad, su país y su mundo, dado que en la actualidad los
mexicanos debemos estar concientes de este doble sentido de pertenencia: nacional y planetario.
La formación del mexicano es el principal reto que tiene México, una formación que lo fortalezca para enfrentarse a la vida en un mundo cambiante y demandante
de satisfactores, que le permita desempeñar su papel con
calidad en el mundo actual, que lo lleve a formar instituciones que pugnen y trabajen por la persona y que lo
impulse a defender a su Patria, porque ella le permite desarrollarse íntegramente.
Formemos para que México
sea el orgullo de los mexicanos
* Yolanda Nieto es Licenciada en Pedagogía por la Normal Superior Juana de Asbaje y Maestra en Tecnología Educativa por el Instituto Latinoamericano de Tecnología Educativa.
Cuenta con Diplomados en: Innovaciones Educativas por la Universidad La Salle, y en Manejo de Grupos de Corte Afectivo por Crianza con Cariño por el Family Development
Resources Inc., así como entrenamiento en Contranálisis por la Organización Mundial para la Paz Interior.Ha sido docente y directora de plantel en diversos niveles educativos,
conductora del programa de TV “El Mañana es Hoy”. Canal Potencial Humano 2002-2003 y coordinadora del Depto. de Pedagogía y Pastoral en Escuelas Particulares 20032005.Fue presidenta de la Federación de Escuelas Particulares de Apatzingan, entre 1997 y 2001. Actualmente es Presidente de Fundación Innovar para Transformar en donde
imparte Conferencias y Talleres interactivos en instituciones empresas y organizaciones. [email protected]
REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
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E D U C AT I P S
Por: Gabriela Schlemmer
E
Concepto de ciudadanía
l diccionario nos dice que un ciudadano es aquel
individuo que está en posesión de los derechos que le
permiten tomar parte en el gobierno de un país. Un ciudadano es un miembro de una comunidad política. La condición de miembro de dicha comunidad se conoce como ciudadanía, y lleva una serie de deberes y derechos, de los cuales los más importantes son los derechos
de participación política, el principal de ellos el derecho al
voto, que es la seña de identidad de las modernas democracias representativas predominantes en el mundo.
En la democracia representativa el pueblo delega la
soberanía en autoridades elegidas de forma periódica mediante elecciones libres. Estas autoridades en teoría deben
actuar en representación de los intereses de la ciudadanía
que los elige para representarlos.
Otros importantes derechos son los que se refieren a
los beneficios de la vida en común: la salud, la educación,
y el acceso al bienestar en general. Entre los deberes, destacan la obligación de respetar los derechos de los demás,
de contribuir al bien común asumiendo los costos de tal
condición comunitaria (pagando los impuestos, por ejemplo), respetar los valores predominantes - que incluyen el
sentido de justicia y de igualdad -, y otros que contribuyen
a afirmar la tesitura social y la paz. En tal sentido, tanto
más democrática es una sociedad cuanto más incluyente,
es decir, cuanto más ciudadanos plenos la conforman.
El concepto de ciudadanía ha cambiado a lo largo de la
historia occidental, haciéndose cada vez menos excluyente. En las democracias más antiguas, incluida la famosa
democracia ateniense, sólo eran considerados ciudadanos
Eduquemos a los niños para la participación política libre y crítica.
los varones, las mujeres tenían privado todo tipo de participación en la vida política. En algunos estados antiguos
era también necesario disponer de un determinado nivel
de renta económica para ser considerado ciudadano, tener cierto origen o parentesco, dedicarse a ciertas labores
u oficios, pertenecer o no a determinada raza, entre otras
características que se han impuesto como requisito de ciudadanía. Fue en Roma, en donde el título de ciudadano se
extendió a todos los miembros del imperio, excluyendo
los esclavos. En la actualidad, la ciudadanía la disfruta cualquier persona vinculada a un estado.
En las democracias actuales, tal como se conciben,
normalmente tienen la condición de ciudadanos todos los
hombres y mujeres mayores de edad (siendo la mayoría
de edad fijada generalmente en los 18 años), nacidos en
el territorio del Estado o descendientes de nativos; y en
algunos lugares, por razones excepcionales (como es el
caso de quienes han sido condenados por la justicia, se
pierde dicha condición como sucede en algunos lugares
de Estados Unidos).
1. Diccionario Océano.
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REVISTA CNEP MAYO - JUNIO 2008
Miembro de un Estado
En cuanto a su etimología, el término tiene su origen en
la palabra ciudad, ya que originalmente esta era la unidad
política más importante. Con el tiempo la unidad política
pasó a ser el Estado, y hoy en día al referirnos a ciudadanos suele ser respecto de un determinado país (por ejemplo, ciudadanos españoles, o ciudadanos belgas o ciudadanos brasileños).
Así pues, en México, la ciudadanía se adquiere cuando
mexicano cumple 18 años y tiene un modo honesto de
vida, por lo tanto, para ser ciudadano, primero habrás de
cumplir con una condición previa: ser mexicano…
Se es mexicano por dos vías:
a)Por nacimiento: en territorio mexicano o al ser hijo de
padres mexicanos
b)Por naturalización
Este proceso de formación es una labor de Estado pues
será el Estado en pleno, quien se defina cómo han de
ser esos ‘ciudadanos’, y esto, de manera estricta, es una
situación insoslayable, pues la convivencia, la metacomunicación y la interacción cotidiana de unos con otros hará
inevitable, - como diría el teórico de la comunicación Paul
Watslawick -, que las personas comunes, con quienes un
niño o niña conviven diariamente como son sus padres,
hermanos, vecinos, servidores públicos, maestros, comerciantes, etc. participen en la manera en que aprenderá a
ser ciudadano.
Esas personas son la parte viva de cualquier Estado,
más allá de autoridad pública alguna, más allá de cualquier política o legislación, estas personas y sus condiciones de vida harán que cualquier pequeño se forme como
ciudadano, porque la ciudadanía se ejerce “Aprendiendo
a ser”.
E D U C AT I P S
Podemos entender que a diferencia de otras cualidades de la persona, la ciudadanía se adquiere por relación,
es decir, es producto de una socialización determinada, a
la cual, el sujeto se ve sometido o se adhiere por voluntad,
en el transcurso de la vida.
Para ser ciudadano, se requiere un proceso de socialización, es decir, mientras que la nacionalidad se define
como el atributo que permite reconocer a una persona
como parte de una población, la ciudadanía es la característica que permite a una persona participar en las tareas
políticas de su país.
tario y, por lo tanto, representar de manera equivocada la
heterogeneidad de intereses que convergen en los ministerios de educación de los Estados que están involucrados
en una educación para una ciudadanía democrática (DCE,
por sus siglas en inglés).
Así pues, la educación ciudadana es un asunto de Estado, y por lo tanto, es un trabajo de cada miembro del
Estado el formar a sus habitantes para que colaboren con
el bien común, para que puedan incidir en su logro y su
realización, y así, tener el derecho a gozar de los beneficios que de esto se generen.
El hecho de ser mexicano inmediatamente conlleva derechos y obligaciones establecidas en a Constitución Federal, mismos que se incrementan al adquirir la ciudadanía.
Como vemos, ser ciudadano no es una condición innata, se logra mediante un proceso de socialización, mediante el cual, la persona adquiere valores culturales, cívicos y
sociales compartidos, se une a los otros por la convivencia,
por la relación y así también, adquiere conocimientos y
alimenta sentimientos hacia lo que considerará ‘suyo’, y
que se espera, reproducirá en lo futuro en donde esté. Se
espera así más que un simple reconocimiento de origen,
la formación de una identidad.
Formar ciudadanos: un asunto de Estado
Decir que el Estado forma ciudadanos a través de la escuela es otorgar ya al Estado la calidad de organismo uni-
Los niños deben aprender a resolver conflictos de forma no violenta.
2. JIMENEZ Cabrera, Ma. Teresa en: http://www.cem.itesm.mx/verba-iuris/articulos/130104.htm , mayo 2008.
3. Bradley Lewinson y Juan G. Berumen, en REICE, 2007. Vol 5, No. 4 http://www.rinace.net/arts/vol5num4/art1.pdf, abril 2008.
http://www.educacionciudadania.mec.es/pdf/Recomendaciones.pdf
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E D U C AT I P S
Sin embargo, cabe aclarar que la ciudadanía no es
cuestión de personalidad, de gustos o modas, no se trata
de ¿cómo quieres tú ser ciudadano?, sino de cómo formar
a los ciudadanos, qué camino seguir para dar lugar a personas responsables para con su Estado, con su territorio,
con sus conciudadanos, con su participación política y pública, así como con el cuidado y desarrollo de su cultura y
de los valores esenciales.
Las cosas que debe saber y la forma en que debe
actuar el ciudadano mexicano está descrita en nuestra
Constitución, como ha afirmado el Dr. Luis Benavides,
sin embargo, el trabajo formativo es arduo, tanto, que ha
sido, en muchas ocasiones, más fácil de soslayar que de
llevar a cabo, y que esta irresponsabilidad mostrada por
autoridades públicas y privadas, esta falta de compromiso de la que incluso han sido cómplices las familias y las
escuelas, los docentes, los servidores públicos y cada uno
de nosotros, hoy trae como consecuencia la violencia, criminalidad, inseguridad y desintegración del tejido social
que se vive en el país.
El problema de México hoy radica en que hemos dejado de formar ciudadanos, y sin ciudadanos no hay una
idea de participación, no hay democracia participativa, no
hay dirección ni rumbo. Entonces nadie se preocupa por
nuestro país, por que nadie es un ciudadano, nadie se
hace responsable y por lo tanto, nadie se preocupa por
su escuela, su empresa o su calle… Aunque la responsabilidad de limpiar, vigilar, corregir, educar, ofrecer oportunidades, alimentar, guiar, respetar, incluir, y amar es de
todos los que formamos parte del Estado Mexicano.
¿Competencias ciudadanas?
La educación para la ciudadanía democrática se considera
un factor para la cohesión social, el mutuo entendimiento, el diálogo intercultural e interreligioso y la solidaridad,
contribuye a fomentar el principio de igualdad entre hombres y mujeres, favorece las relaciones armónicas y pacíficas entre los pueblos, así como la defensa y desarrollo de
la democracia la cultura, por lo que deberá tener carácter
prioritario para cualquier país.
Este tipo de formación podría incluir una educación
cívica, política o enfocada a los derechos humanos, todo
lo cual contribuiría a la educación para la ciudadanía democrática sin abarcarla por completo. Para ofrecer esta
educación será necesario favorecer enfoques multidisciplinarios y acciones que combinen la educación cívica
y política con la enseñanza de la historia, la filosofía, la
religión, las lenguas, las ciencias sociales y todas aquellas disciplinas relacionadas con aspectos éticos, políticos,
sociales, culturales o filosóficos, bien sea en términos de
su auténtico contenido o de sus opciones o consecuencias
en una sociedad democrática.
Igualmente debe ser importante desarrollar las capacidades y actitudes que adecuadas para la vida en las
sociedades multiculturales, respetando las diferencias e
interesándose por el entorno, lo que significa llevar a cabo
cambios rápidos y a menudo impredecibles.
Algunas regiones del mundo, como la Unión Europea,
han avanzado en materia de educación para la ciudadanía democrática puntualizando que ésta: “debe abarcar
cualquier actividad educativa formal, no formal o informal, incluida la de la familia, permitiendo que el individuo
actúe durante toda su vida como un ciudadano activo y
responsable, respetuoso con los derechos de los demás.”
En México, las autoridades educativas han decidido
reincorporar el estudio del civismo a la currícula básica,
aunque hemos olvidado que las personas pueden o no
comprender un concepto, pueden o no aprenderlo, pero
sólo viviendo y participando activamente podrán llegar a
ser ciudadanos.
Todos somos responsables de limpiar, vigilar, respetar...
La educación ciudadana, debe vivenciarse, como si
habláramos de un laboratorio de ciencias, debe experimentarse, pues así los más jóvenes habrán de sentir el
compromiso con el otro, la entrega, el servicio a nuestra
tierra y a nuestra gente.
4. Ministerio de Educación y Ciencia de España, 2005 http://www.educacionciudadania.mec.es/pdf/Recomendaciones.pdf mayo 2008
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Así por ejemplo, los países miembros de la Unión Europea, implementaron el 2005 como el año de la educación ciudadana y se diseñaron algunas recomendaciones
para que los ministerios de educación de los países miembros pudieran implementar un plan:
El conocimiento, las actitudes, los valores y las competencias clave referidas anteriormente requiere de métodos y enfoques educativos diversificados, como:
- La participación activa de alumnos, estudiantes, profesionales de la educación y padres en la gestión democrática del lugar donde se lleve a cabo el aprendizaje,
particularmente la institución educativa.
- La promoción del sistema de valores democráticos en
los métodos educativos.
- El uso de métodos que se centren en los alumnos, tanto si tales proyectos son definidos por un grupo, un
colegio, la comunidad local, regional, nacional, o internacional, como por las diversas organizaciones de la
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“Convendría llevar a cabo enfoques educativos y métodos
de enseñanza orientados al aprendizaje de la convivencia
en una sociedad democrática, que combatan el nacionalismo violento, el racismo y la intolerancia, y que rechacen la
violencia y el pensamiento extremista. La adquisición de
las siguientes competencias clave contribuirían al logro de
tales objetivos, a saber, la capacidad para:
- Resolver conflictos de forma no violenta.
- Argumentar en defensa de los puntos de vista propios.
- Escuchar, comprender e interpretar los argumentos de
otras personas.
- Reconocer y aceptar las diferencias.
- Elegir, considerar alternativas y someterlas a un análisis
ético.
- Asumir responsabilidades compartidas.
- Establecer relaciones constructivas, no agresivas, con
los demás.
- Realizar un enfoque crítico de la información, los modelos de pensamiento y los conceptos filosóficos, religiosos, sociales, políticos y culturales…”
La educación ciudadana deberá incluir el uso del tiempo libre de manera creativa.
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sociedad civil involucradas en la educación para la ciudadanía democrática (organizaciones no gubernamentales, empresas, organizaciones profesionales).
- La investigación, el estudio personal y la iniciativa.
- El acercamiento entre la educación formal a la no formal
y a la informal, estableciendo relaciones cívicas entre el
colegio y la familia, la comunidad, el lugar de trabajo y
los medios de comunicación.
En México, los consejos ciudadanos con los que algunas escuelas ya cuentan deberían ser el centro de esta
formación. Nuestras escuelas particulares deberían promover esta formación desde grupos externos vinculados
con la institución, en los que participan padres, empresarios, trabajadores y autoridades de la comunidad a la que
pertenece la escuela. Juntos, estos actores han de esforzarse por establecer el tipo de ciudadanos que requiere su
localidad, siguiendo algunos aspectos básicos que orientan en la formación de nuestros pequeños en el área de
competencias ciudadanas, como son:
su bienestar físico y mental, así como el respeto a su
integridad.
- Participación social y política de manera libre y crítica,
mediante actividades y prácticas con diversos grupos
de su comunidad, en donde los niños puedan aportar
sus ideas, su tiempo y sus habilidades en el mejoramiento de la calidad de vida de su entorno social, físico
y económico incluso.
- Uso del tiempo libre de manera creativa y creadora,
permitiendo que niños y niñas sean capaces de expresar sus ideas y sentimientos de manera productiva, armónica y al mismo tiempo puedan despertar su propio
potencial artístico o deportivo.
- Fomento y respeto a los valores comunes que han
quedado ya determinados por nuestra Constitución
Federal y que la escuela y la familia deberán ampliar y
puntualizar de acuerdo entonces con proyectos particulares, relativos a las relaciones personales.
Formación para educadores
Cumplir los objetivos específicos de la educación para la
ciudadanía democrática presupone una participación muy
activa de los agentes educadores en una variedad de papeles y funciones necesariamente amplia, dependiendo
de si las actividades tienen lugar dentro de los sistemas
formales o no formales, o en un marco informal, aunque
queda claro que han de contar con una sólida comprensión de las dimensiones políticas, legales, sociales y culturales de la ciudadanía.
Fomentemos los valores comunes.
- Mantenimiento de la tradición y la identidad cultural,
es decir, promover en los niños la capacidad de aprender, comprender, disfrutar y transmitir las tradiciones y
la identidad cultural propia de su comunidad, su región
y su país.
- Logro y conservación de la salud, que implicaría hacer
a cada niño y niña capaz de cuidarse a sí mismo,
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Ellos habrán de tener la capacidad de establecer las relaciones necesarias con el entorno social de la institución
educativa; impulsar el desarrollo de recursos educativos
y metodológicos, y de centros de orientación abiertos a
todos los agentes involucrados en la educación para la
ciudadanía democrática; así como de reconocer el papel y
la situación legal de los agentes que trabajan en contextos
no formales e informales. También habrán de apelar a la
colaboración de los medios de comunicación y las nuevas
tecnologías de la información, pues su potencial en lo que
respecta a educación para la ciudadanía democrática permitiría promover experiencias, innovaciones y perspectivas a grandes grupos de influencia.
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