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Dirección de Prensa
Discurso de S.E. la Presidenta de la República,
Michelle Bachelet Jeria, al firmar Indicación Sustitutiva al
Proyecto que moderniza TVN y crea Canal Cultural Educativo
Santiago, 19 de mayo de 2016
Amigas y amigos:
La creación por ley, en 1970, de Televisión Nacional de Chile,
constituyó un hito en la historia de nuestros medios de comunicación.
Gracias a ella, los chilenos y chilenas de todo el territorio pudieron
acceder a contenidos informativos, culturales y de entretención.
La televisión pública permite que en todo el mundo, en Alemania, en
Italia, en el Reino Unido, en Japón, en España y en Francia, por dar
sólo algunos ejemplos, los habitantes del país puedan acceder a una
televisión hecha con un enfoque distinto a los medios privados.
Una televisión cuya misión es relevar los asuntos de interés público y
ciudadano, así como el reconocimiento de las realidades diversas de
la nación. Y esa misión, obviamente, requiere pluralismo y libertad.
Es por esa razón que a principios de la década de los ‘90, y para
recuperarla tras su utilización para difundir una pretendida verdad
oficial, a principios de los ’90 se hizo una gran reforma a Televisión
Nacional.
Y en 1991 se aprobó una capitalización para Televisión Nacional de
Chile por 2 mil 197 millones de pesos, lo que permitió al canal volver a
florecer con libertad e independencia.
Gracias a esta reforma y a esta capitalización, la Televisión Pública
volvió a ser la representación televisiva de los compatriotas, con una
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estructura corporativa moderna para la época y con los recursos que
le permitían trabajar con autonomía e independencia de los gobiernos
de turno.
Así, TVN recuperó el sitial de credibilidad, calidad y transversalidad
que nunca debió perder. Desde el matinal a las teleseries de la tarde,
y particularmente en el horario estelar y en la transmisión de
contenidos informativos y culturales, Televisión Nacional volvió a
cumplir su misión de ser “el canal de todos los chilenos”.
Frente a una misión tan exigente, conducir y financiar la televisión
pública siempre ha sido un asunto complejo, y hoy lo es más.
Ya en 1970, se concebía para TVN un financiamiento mixto, con un
aporte estatal en dos vías: un porcentaje de lo que se recaudaba por
lo que se denominaba Impuesto al Patrimonio, y los recursos que año
a año entregara la Ley de Presupuesto.
En la reforma de los ‘90, tras la capitalización, se estableció que TVN
debía ser económicamente autosustentable y financiarse de acuerdo a
las reglas del mercado, lo que para esa época parecía adecuado.
Pero el tiempo pasa y las exigencias del ámbito televisivo han
aumentado significativamente. Ni las formas de gobierno corporativo
del canal, ni su lógica de financiamiento le permitían adecuarse a esos
cambios al tiempo que mantener la particularidad de la misión pública.
Por ello, el año 2008 ingresamos un proyecto de ley para “actualizar” a
TVN, reconociendo su rol público, ampliando sus deberes,
estableciendo requisitos y ampliando las inhabilidades para integrar su
directorio, ampliando el giro de la empresa, entre otras.
Este proyecto de ley, con el paso del tiempo y el avance de la
televisión digital, quedó atrás en términos de las necesidades de la
industria y de la ciudadanía.
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Y hoy más que nunca necesitamos que el canal público cumpla su
misión, pero para ello debemos actualizar su institucionalidad y sus
recursos.
Las personas en sus casas ya no sólo demandan una buena
televisión, sino que una que entregue información plural en
permanente actualización, contenidos culturales, educativos,
entretención ágil y una prensa que busque la noticia y la verdad de los
hechos.
Así, es necesario que TVN pueda responder apropiadamente a esas
demandas, subiendo sus estándares y acercando a la televisión
abierta contenidos que, por su especialidad, sólo transmiten canales
especializados de televisión pagada.
Es por ello que hoy día firmamos una indicación sustitutiva al proyecto
del 2008, con las siguientes modificaciones, entre las más destacadas:
En primer lugar, reafirmamos la misión pública de TVN, que deberá
promover y difundir los valores democráticos, los derechos humanos,
la cultura, la educación, la participación ciudadana, la identidad
nacional y las identidades regionales o locales, la multiculturalidad, el
respeto y cuidado del medioambiente, la tolerancia y la diversidad, y
apoyar la producción audiovisual nacional.
Para ello, se modifica el directorio, aumentando sus miembros de 7 a
9, quienes ejercerán por 4 años y no 8, y deberán cumplir con un perfil
más estricto de trayectoria en la gestión, en la industria audiovisual o
en la educación, la cultura y las artes.
Quien presida el Directorio seguirá siendo designado directamente por
el Presidente o Presidenta de la República. Los 8 directores requerirán
acuerdo del Senado, 2 serán propuestos a partir de una terna
elaborada por el Mineduc y el Consejo de la Cultura, respectivamente.
Los restantes 6, de ternas elaboradas por el Consejo de Alta Dirección
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Pública. El directorio dará cuenta pública anualmente de los estados
financieros y del uso de los recursos.
De ese modo, mantendremos la independencia del directorio, el que
contará con integrantes que de un perfil acorde a las necesidades de
la televisión actual y los desafíos de la televisión del futuro.
Asimismo, y siguiendo el modelo de la BBC, una de las emisoras
públicas de mayor prestigio en el mundo, se crea un Consejo
Consultivo, el que supervisará ad honorem el cumplimiento de la
misión pública.
De esta manera, TVN estará permanentemente bajo el escrutinio
ciudadano, el que evaluará el cumplimiento de una misión más
elevada, que represente a la riqueza cultural, social y humana de
nuestro país.
Como ustedes saben, la Televisión Digital impone a los canales el
deber de actualizarse tecnológicamente, para llegar a más
televidentes con más señales y más contenidos, de mejor calidad.
Para ello, se contempla una capitalización de 75 millones de dólares,
que serán aportados por única vez.
Como cualquier empresa y sociedad con participación del Estado,
TVN deberá conseguir la autorización del Ministerio de Hacienda en
caso de requerir créditos.
Finalmente, y honrando el compromiso asumido en mi campaña, y
reafirmado el 21 de mayo pasado de crear un canal cultural público y
gratuito, este proyecto de ley impone a TVN el deber de emitir, a
través de una concesión televisiva especial de carácter nacional,
contenidos culturales y educativos, en una señal que será
administrada por una filial de TVN, y que no tendrá publicidad.
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Para ello, estamos realizando un aporte inicial y único de 25 millones
de dólares, que estarán exclusivamente dedicados a la
implementación y puesta en marcha de este canal cultural.
Lo que buscamos realmente al hacer todo esto es reafirmar el rol
público de TVN y reforzar su independencia, imponiéndole mayores
estándares.
La industria de la televisión ha tenido fuertes inversiones en los últimos
años para mejorar la programación y elevar la competencia. Hoy todos
los chilenos hacemos un aporte a nuestro canal para fortalecer la
televisión pública.
Una buena televisión pública, independiente, creativa, moderna,
entretenida, pluralista y educativa, enriquece a la industria de la
televisión, y de paso a su competencia, lo que se transmite a través de
la pantalla, beneficiando a nuestras familias.
De este modo, y con esta indicación, TVN podrá participar en un plano
de igualdad e independencia en el mercado televisivo, y seguirá
siendo el reflejo de la realidad nacional, un medio de comunicación
acorde con los tiempos, y que seguirá acompañando y llevando a los
hogares de nuestros compatriotas cultura, información y entretención.
Muchas gracias.
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