Polos opuestos - Papel Digital

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LATERCERA Domingo 13 de enero de 2013
Cultura&Entretención
CRITICA DE TELEVISION
Polos opuestos
RR Las familias participantes deben adaptarse a la vida de una tribu y ser aceptadas por ellos.
E
S LA PRIMERA sorpresa
del verano: Perdidos en
la tribu, el nuevo docureality de TVN, ofrece
más de lo que promete en el papel. La adaptación del programa
español del mismo nombre -que
debutó esta semana- es deslumbrante en términos visuales y
factura técnica, como pocas veces se ha visto en un espacio de
telerrealidad en Chile, además
de contar con un casting impecable. Pero, además, la idea
base -tres familias deben convivir con algunas de las tribus
más antiguas del mundo- funciona independiente de si las etnias escogidas por la realización
han radicalizado sus costumbres para las cámaras o se han
prestado para el show televisado. Más allá de cuánta verdad
Rodrigo
Munizaga
Editor de Entretención
haya, lo importante es que el
programa funciona, con una
idea que ha mutado con el correr de los años, pero que resulta atractiva siempre: enfrentar a
polos opuestos, como el de ricos
y pobres en las teleseries; de pasado y futuro que tenía el reality Mundos opuestos; de desconocidos y conocidos, como lo
hacía Adopta un famoso.
Así, Perdidos en la tribu muestra a un padre que se declara
“clasista, homofóbico, xenófobo
y machista” viviendo con los
Himba, en Namibia, que son polígamos, prohíben a las mujeres
bañarse y son los más ortodoxos
del programa. Lo que ocurre ahí,
y que se replica con las otras dos
familias -que compiten por un
premio de $ 30 millones si resisten quedarse y son aceptados por
las etnias-, es el enfrentamiento
de costumbres y maneras distintas de ver la vida. El resultado
que se expone es la falta de tolerancia con la que parece que nos
hemos acostumbrado a convivir.
Por apariencia física, sexualidad,
condición socioeconómica o creencias, entre otras tantas, la discriminación es presentada en
pantalla, y ahí está uno de los
principales valores de este programa, dejando expuesto que la
intolerancia parte desde la ignorancia. Lo hace, por cierto, en dosis, porque también cede al mor-
El nuevo docureality
de TVN ofrece más
de lo que promete en
el papel.
bo cuando la cámara se detiene
en las caras de asco y llantos, y no
profundizan todo lo que podrían
hacerlo, aunque hay que ver
cómo siguen los capítulos.
Interesante, también, es que
TVN haya puesto sus fichas en un
programa familiar, como también
lo hace en otro de sus estrenos del
verano, el espacio de concursos
Apuesto por ti. En ambos, la intención de exhibir un formato
para reunir a la familia es estar en
sintonía con una de las tendencias
que promete imponerse en la TV
de 2013: la programación “blanca”
y con tintes familiares, que asegura más televidentes y que, en el
caso de un canal con misión, ayuda a dar diversidad, incluso tratándose de un programa con ADN
de telerrealidad, el género que
monopoliza la pantalla hoy.
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