Utilización de sorgo dulce como forraje diferido en la alimentación

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1. INTRODUCCIÓN
Los cerdos están presentes en un tercio de los establecimientos agropecuarios del
país, aunque en algo más del 30% de dichos establecimientos la producción tiene destino
comercial (URUGUAY, MGAP, DIEA, 2000).
Cuando se clasifican los establecimientos según la principal fuente de ingreso, la
producción porcina aparece en cuarto lugar, luego de la ganadería (vacuna y ovina), la
lechería y la horticultura (URUGUAY, MGAP, DIEA, 2000). Por su parte, Tommasino
y Bruno (2005) destacan particularmente que es un rubro que aparece como secundario
en la mayoría de los establecimientos que lo realizan. Por otro lado, en casi 13000
establecimientos la producción de cerdos tiene como destino el consumo familiar.
Un rasgo importante, es que es realizada predominantemente por productores
familiares, los que alcanzan al 84% de los establecimientos comerciales. Este tipo social
a pesar de englobar a la amplia mayoría de los productores de cerdos, maneja apenas el
20% de las existencias totales (Tommasino y Bruno, 2005). Esto pone de manifiesto otra
característica fundamental de dichas explotaciones, y es que en su mayoría manejan
rodeos pequeños. En este sentido, el último Censo General Agropecuario del año 2000
revela que el 67% de los productores comerciales maneja menos de 20 animales, y si se
considera el total de establecimientos con cerdos, este valor asciende al 89%.
La predominancia de productores pequeños en el rubro hace que la especialización
productiva que prevalezca sea la cría, comprendiendo el 77% de los productores
comerciales. Esto se debe a la plasticidad de una actividad que tolera diferentes sistemas
de alojamiento y alimentación, a las escasas exigencias del mercado comprador de
lechones (URUGUAY, MGAP, DIEA, 2006); y a que mayoritariamente se realiza a
campo, implicando costos menores, tanto en inversiones como en capital circulante, por
lo que se presenta como la opción más factible de llevar a cabo por pequeños
productores (Vadell, 2005).
La reducción del número de establecimientos con cerdos en los últimos 20 años ha
sido del 40%. Esta pérdida está representada principalmente por pequeños y medianos
productores (con menos de 200 cabezas), mientras que el número de productores
grandes ha mostrado un incremento del 20%, poniendo de manifiesto un proceso de
expulsión de los pequeños productores y una concentración de la producción en manos
1
de grandes empresas (solamente un 3% de los establecimientos comerciales concentran
el 53% de las existencias animales).
La cría de cerdos en el Uruguay se realiza principalmente en condiciones de campo,
ya sea como forma de reducir los costos en instalaciones, o con el objetivo de utilizar el
pastoreo como fuente de alimento, ya que la condición de omnívoro del cerdo, permite
incluir en su dieta alimentos de diversa naturaleza (subproductos agroindustriales,
pasturas, etc.)
Por lo tanto, la incorporación de alimentos alternativos tiene como objetivo viabilizar
un rubro que es constantemente amenazado debido al precio de los granos y el escaso
margen que genera el valor del producto final. El estudio de alimentos alternativos
forma parte de una línea de investigación definida como prioritaria en la Facultad de
Agronomía desde fines de la década del 80, y reafirmada en el documento marco del
Grupo de Trabajo Interdisciplinario – Porcino (Barlocco y Bauza, 2005).
Aunque la pastura es el recurso alimenticio alternativo para cerdos más económico
que en la región se puede producir y está siempre disponible, existen momentos en el
año en que sus aportes no son suficientes en cantidad o calidad. Una alternativa que se
plantea es la evaluación de especies de alto rendimiento que puedan ser diferidos o
conservados para utilizarse en períodos de baja oferta de pasturas.
El sorgo dulce (Sorghum saccharatum), el que se está estudiando en Uruguay como
materia prima para la producción de etanol, representa una especie de interés debido a su
gran potencial de producción, a su rusticidad, y a que su tallo puede almacenar gran
cantidad de azúcares solubles presentándose como una importante fuente de energía.
Por otro lado, existe un conocimiento empírico de productores que operan en el área
de influencia del Centro Regional Sur (CRS) de la Facultad de Agronomía en
Canelones, los que sembraron sorgo dulce con la intención de cosechar semilla en la
zafra 2006-07, y luego de finalizado el ciclo del cultivo, realizaron la experiencia de
alimentar sus rodeos de cerdas madres durante todo el invierno utilizando las cañas de
esta especie cortadas al momento de suministrarlas.
En el marco de la “Evaluación de alternativas forrajeras en la cría y engorde de
cerdos”, línea de trabajo del Programa permanente de investigación “Estudio de
2
Sistemas de Producción de Cerdos a Campo” que desarrolla la Unidad de Producción de
Cerdos (UPC) del CRS, se realiza el presente trabajo final.
El objetivo de este estudio es evaluar el consumo de la planta entera de sorgo dulce
por cerdas gestantes según el momento del año y la forma de conservación, así como el
efecto que pueda tener el nivel en la oferta de concentrado y el agregado de melaza
sobre dicha variable.
En caso de lograrse un consumo interesante por los cerdos podría mitigar en parte los
costos de alimentación de los reproductores, y ser una alternativa que permita a
pequeños productores posicionarse mejor en un mercado estructuralmente difícil.
3
2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
2.1. LA CRÍA DE CERDOS A CAMPO Y EL SISTEMA PROPUESTO POR
FACULTAD DE AGRONOMÍA
El origen de la cría de cerdos a campo en el país está íntimamente ligado al uso de los
ecosistemas pastoriles como recurso alimenticio para el cerdo, de carácter permanente,
de bajo costo, y no competitivo con la alimentación humana. El Uruguay posee
condiciones favorables para la producción de pasto durante todo el año, lo que ha
permitido una arraigada costumbre de complementar la alimentación de los cerdos
mediante el libre acceso a dichos ecosistemas pastoriles (Vadell, 2005).
Uno de los aspectos que caracteriza a los productores de cerdos en Uruguay, es que el
capital suele ser el recurso limitante, y por el contrario la mano de obra (proveniente de
la familia) y la tierra son los recursos más valiosos con los que cuentan para desarrollar
la producción. Estas características son las que fueron tenidas en cuenta a la hora de fijar
los criterios que debían considerarse en el desarrollo del modelo de producción
propuesto en la UPC (Vadell, 2005).
Existen abundantes referencias que describen dicho modelo: Vadell (1999), Vadell
(2005), Barlocco (2007), Díaz (2008), entre otros.
De forma muy resumida se puede mencionar que es un sistema donde todos los
procesos productivos se llevan a cabo a cielo abierto, se utiliza un solo tipo de
instalación de campo, se restringe el uso de ración balanceada y se maximiza la
utilización de pasturas en el rodeo reproductor, se utilizan razas y cruzamientos con alta
adaptación al pastoreo, así como técnicas de manejo que respetan el comportamiento y
la productividad animal.
Es un modelo que permite la adaptación de sus componentes a la realidad del
productor y su predio, y que da gran importancia al uso de recursos locales, sobre todo a
aquellos posibles de ser usados como alimento (de allí la importancia de la utilización de
pasturas como fuerte base de la alimentación en las categorías adultas).
4
2.2. PRODUCCIÓN DE FORRAJE DE LAS ESPECIES PRATENSES
El clima y el suelo constituyen la base del ecosistema y afectan en forma notable y
decisiva el comportamiento de las pasturas. Si bien nuestro clima tiene parámetros con
valores moderados, éstos presentan una gran variabilidad, lo que expone a nuestra región
a cambios bruscos, con registros de temperatura y lluvias sensiblemente alejados de los
promedios. En cuanto a los suelos, si bien el territorio uruguayo ocupa una extensión
reducida, presenta un espectro amplio de tipos de suelos como consecuencia de la gran
variabilidad de los materiales geológicos, la topografía local y el drenaje (Carámbula,
1996).
Esta variabilidad de ambientes hace que nuestras pasturas naturales estén compuestas
por un gran número de especies, que difieren en ciclos de producción, hábitos de
crecimiento, fisiología y calidad (Boggiano et al., 2005). Por otra parte, dichas especies
se presentan mezcladas en proporciones fluctuantes y muestran una dinámica intensa
(Carámbula, 1996). La predominancia de especies de ciclo estival de nuestros campos
genera una marcada estacionalidad productiva con una mayor producción de forraje en
primavera y verano (Berretta, 1996).
Los momentos críticos de carencia de forraje varían con cada tipo de suelo y el ciclo
de las especies que en ellos habitan, pero si bien el verano limita el crecimiento vegetal
debido a la falta de agua de los suelos, el invierno es la época más limitante para las
producciones animales, debido a las bajas temperaturas que retardan el crecimiento de
las pasturas (Carámbula, 1996).
La intensificación de los sistemas de producción animal incorpora la utilización de
pasturas cultivadas para resolver la problemática de la estacionalidad en la producción
de forraje del campo natural. Así las especies que se cultivan dan lugar a una serie de
alternativas forrajeras (pasturas anuales, pasturas bienales o de rotación corta, pasturas
de rotación larga) que se adaptan a cumplir distintos objetivos.
La utilización de praderas permanentes le brinda a los sistemas un mayor volumen de
forraje y de mejor calidad que la ofrecida por el campo natural, pero de acuerdo a las
especies que compongan la mezcla, su oferta aún presentará cierto grado de
estacionalidad y variabilidad. En este sentido García (1996) trabajando con praderas de
larga duración menciona que a medida que aumenta la edad de la pradera se reduce
5
sustancialmente la producción de otoño/invierno y la misma tiende a concentrarse en
primavera. Por otro lado, estudios de García et al., citados por García (1996),
encontraron que la variación en los rendimientos anuales de praderas de larga duración
era del 22; 26; 39 y 83% para el primer, segundo, tercer y cuarto año respectivamente.
Lo mencionado anteriormente hace pensar que cualquier sistema de producción
animal con cierto grado de intensificación no pueda pretender depender únicamente de
las praderas naturales ni aún de las sembradas (Carámbula, 2007a). En este sentido la
utilización de especies anuales de rápido crecimiento cumplen con una doble función:
por un lado suplementar la producción de forraje otoño/invernal o estival, y por otro,
evitar el deterioro que se produce en la pastura cuando son pastoreadas en condiciones
de baja disponibilidad, ya que la constante selección de los rebrotes tiernos conduce a la
pérdida de las especies de mayor valor forrajero.
2.3. ESPECIES ANUALES
En invierno las únicas especies forrajeras que presentan buenas tasas de crecimiento
son los cereales (avena, trigo, cebada, etc.) y el raigrás, brindando un volumen
importante de forraje de muy buen valor nutritivo en una época en la que existe una
marcada deficiencia.
Son especies de origen templado, con rangos óptimos de temperatura de entre 15 y
20°C, las que en promedio se dan en otoño y primavera, y responden positivamente al
aumento de temperatura, fundamentalmente durante los meses de invierno (Zanoniani,
2000).
Frente a condiciones estivales benévolas se podrían realizar siembras a mediados de
febrero, la avena es un claro ejemplo de esto. Resultados obtenidos en la UPC con este
cultivo sembrado temprano, muestran que es posible iniciar el pastoreo a mediados de
abril y extender el período de utilización hasta setiembre obteniendo hasta 4 pastoreos
(Primo, datos sin publicar).
Por otro lado, no todas las especies se adaptan a siembras tempranas y además las
mismas conducen a una mayor dependencia ambiental, por lo que la época óptima de
6
instalación es a partir de mediados de marzo, otorgando forraje recién en la primer
quincena de mayo.
Por lo anteriormente mencionado, y debido a que el otoño es la época más apta para
la siembra de praderas permanentes, los verdeos invernales muchas veces no solucionan
parte del problema de falta de forraje, ya no por las limitantes ambientales para su
producción sino porque el otoño es la época del año en donde se reduce drásticamente el
área efectiva de pastoreo.
Por otro lado, aún contando con forraje disponible durante los meses de otoño –
invierno, es probable que el exceso hídrico en determinados momentos imposibilite el
acceso al pastoreo por falta de piso (sobre todo de cultivos anuales cuando son
realizados con laboreo convencional), y sea necesario contar con alternativas sustitutas a
la ración para alimentar a los animales, evitando el pisoteo y consecuente deterioro de la
pastura.
Las especies anuales de crecimiento estival que se utilizan habitualmente en las
rotaciones forrajeras de nuestro país tienen a las gramíneas de tipo C4 como principales
componentes, especies que realizan un uso eficiente del agua y producen forraje a altas
temperaturas contribuyendo a evitar sobrepastoreos de praderas productivas en períodos
en que éstas requieren más cuidados. Entre ellas se encuentra el maíz (Zea mais), los
sorgos forrajeros (S. bicolor x S. sudanense), el sudangrás (S. sudanense), la moha
(Setaria italica), etc.
Dichas especies, si bien entregan grandes masas de forraje, ofrecen insuficiente
calidad mediante un bajo contenido de proteínas (Carámbula, 2007b). Además con la
madurez, aumentan significativamente el contenido de pared celular, más aún que las
especies invernales. Esto podría significar otra desventaja de las mismas cuando se
piensa en la alimentación de cerdos, ya que por un lado el cerdo disminuye el consumo
al aumentar la fibrosidad del forraje (Bauza, 2005), y por otro, con la madurez del
vegetal aumenta el contenido de fibra insoluble, y es justamente la fracción que el cerdo
no logra aprovechar eficientemente, lo que no sucede con la fibra soluble, de la que
logra una buena utilización digestiva (Graham et al., 1986).
Los trabajos realizados en Facultad de Agronomía se basaron principalmente en
estudiar la utilización de sorgo forrajero, buscando dar respuesta a la problemática que
7
se genera en verano, cuando las especies convencionales recomendadas en praderas para
cerdos (tréboles, raigrás) están en su pico de menor producción.
Los resultados obtenidos con esta especie han demostrado que a medida que el sorgo
madura disminuye el consumo y aumenta el rechazo por parte de los cerdos (Epifanio y
Scalone, 1989), y que cuando es pastoreado, el mejor aprovechamiento y el mayor
consumo de forraje lo realizan altas dotaciones (80 – 100 cerdas/ha) (Di Doménico et
al., 1990).
En cuanto al aporte de nutrientes, Di Doménico et al. (1990) concluyen que en cerdas
gestantes es posible cubrir un 34% de los requerimientos diarios de proteína y un 20%
de los requerimientos diarios de energía digestible (ED) en función de la cantidad de
sorgo consumido; mientras que por su parte, Linari y Sahonero (1992) obtuvieron que el
acceso diario a una pastura de sorgo permite aportar un 57% del requerimiento diario de
proteína y del 28% de la ED en cerdas gestantes.
Por su parte, Bauza (2005) resume varios trabajos de tesis en los que se evalúan
distintas alternativas forrajeras, y los consumos promedio de sorgo forrajero y de alfalfa
se ubican en el entorno de los 750 gr de MS/animal/día.
Varios son los trabajos que reportan que en los países tropicales, uno de los cultivos
más utilizados en la alimentación alternativa de cerdos ha sido la caña de azúcar
(Saccharum officinarum), productor por excelencia de altos niveles de energía
metabolizable. Mientras que por su parte Mena et al. (1999), plantean su posible
sustitución por el sorgo dulce como alimento para cerdos en razón de su contenido de
azúcares no cristalizables que pueden llegar a 18°Brix (sólidos solubles), y con las
ventajas de su corto ciclo y la posibilidad de cultivarlo en una amplia gama de regiones
agroecológicas.
2.4. EL SORGO DULCE
2.4.1. Generalidades
El género Sorghum tiene su centro de origen en Etiopía (África) y debido a que se
cultiva hace más de 5.000 años, el mismo tiene la habilidad de formar fácilmente
8
híbridos interespecíficos, por lo que la taxonomía del género es algo confusa. Utilizado
para la producción de granos o forraje, los mejores resultados para este último propósito
se obtienen con los tipos forrajeros (híbrido interespecífico entre S. bicolor y S.
sudanense), o con el sorgo dulce, al que se describe indistintamente como una variedad
de S. bicolor o como una especie separada (Sorghum saccharatum) (Langer y Hill,
1987).
La planta de sorgo se caracteriza por presentar una gran rusticidad, lo que permite su
cultivo en condiciones ambientales restrictivas para otras especies como maíz. Basa su
adaptación a un amplio rango de condiciones ambientales en una serie características
morfofisiológicas, dentro de las que se pueden mencionar: la profusa ramificación de su
sistema radicular que le permite la exploración del suelo en busca de agua y extraerla
aún cuando se encuentra fuertemente retenida, poseer una cubierta de cera en las hojas
que reducen las pérdidas de agua, contar con la capacidad de detener su crecimiento en
períodos de estrés hídrico y retomarlo cuando las condiciones vuelven a ser favorables.
Considerando una temperatura base para su crecimiento de 15°C, no se adaptaría a
zonas en las que no hubiera una suma térmica mínima de 600°C durante su estación de
crecimiento, por lo que no existen restricciones en el país para su utilización, sino que
por el contrario las temperaturas predominantes en verano se ubican dentro de la zona de
máxima respuesta biológica (Carrasco, 2004b).
La fecha de siembra óptima se encuentra entre la segunda quincena de octubre y la
primera de noviembre, escapando de los suelos fríos y húmedos previos a este momento,
y de las posibles deficiencias hídricas más adelante. Por otro lado, para el sorgo dulce
particularmente, un retraso en la fecha de siembra más allá de noviembre implicaría
obtener mermas importantes en el rendimiento de tallos y las concentraciones de
azúcares de los mismos (Martínez y Albano, 2007). Con diferencias para los distintos
cultivares, el sorgo dulce completaría su ciclo en 100 – 120 días de crecimiento.
Es una especie que prospera en suelos de muy variada textura y fertilidad, desde
vertisoles pesados a suelos arenosos profundos. El rango de pH que tolera se encuentra
entre 5,0 y 8,5 y resiste además la salinidad de mejor forma que el maíz (Almodares y
Hadi, 2009).
9
Es reconocido como uno de los cultivos de mayor eficiencia en el uso de la radiación
interceptada. Aunque tolera excesos hídricos adaptándose a climas lluviosos, es una
especie que muestra ventajas en zonas con precipitaciones restringidas (400 a 600 mm).
Los requerimientos de agua para producir biomasa representan un tercio de los de la
caña de azúcar y la mitad de las necesidades del maíz (Reddy et al., 2007).
Es una gramínea típica que presenta una gran variación en cuanto a su capacidad de
macollar a influencia de factores genéticos (variedad) o ambientales (población,
humedad, fertilidad, fotoperíodo, etc.)
Posee tallos de crecimiento erecto, los que pueden ser secos o jugosos e insípidos o
dulces. En las variedades para grano, el tallo es sólido e insípido, en las variedades
forrajeras se presenta jugoso, mientras que en los sorgos dulces o azucarados el tallo se
presenta jugoso y con un importante contenido de azucares (monosacáridos y
disacáridos como glucosa, fructuosa y sacarosa) llegando dicho jugo a representar
aproximadamente el 50% de su peso (Martínez y Albano, 2007).
2.4.2. Potencial de rendimiento y valor nutritivo
Las primeras investigaciones sobre el cultivo de sorgo dulce en el país datan de 1945
en las que se destacan rendimientos de 35 a 88 ton de MV/ha (Bentancur, citado por
Martínez y Albano, 2007). Por su parte Siri et al. (2006) evaluando el comportamiento
para la obtención de etanol, reportaron rendimientos de hasta 82 toneladas de tallo
limpio por hectárea.
Existen diferencias dentro de las variedades en el diámetro del tallo, lo que significa
potenciales de rendimiento distintos. Los tallos de diámetro menor tienen mayor
tendencia al vuelco y se requiere un número más elevado de ellos para obtener una
misma cantidad en la cosecha. Para obtener una tonelada de tallos de 1 cm de diámetro
se necesita aproximadamente 4 veces la cantidad de tallos necesarios si los mismos
fueran de 2 cm de diámetro (Martínez y Albano, 2007).
10
Por otro lado, el diámetro de tallos no solo define el potencial de rendimiento sino la
calidad del material ya que en tallos más finos tendrían un mayor peso relativo los
componentes estructurales frente al jugo.
La naturaleza química del sorgo dulce se caracteriza por presentar una cantidad
importante de azúcares solubles y cantidades considerables de compuestos estructurales
como la celulosa, hemicelulosa y lignina.
La fracción soluble está constituida principalmente por azúcares y es por lo tanto una
fuente básicamente energética en estado líquido y de difícil conservación por su rápida
fermentación.
La fracción insoluble representa un gran volumen de biomasa de naturaleza lignocelulósica, por lo que podría limitar su uso en la alimentación porcina.
La cantidad y composición de los jugos y azúcares del tallo maduro, cambian según
la variedad o el híbrido. Mientras que el sorgo granífero puede contener entre 5 y 6% de
azúcar total sobre la base del peso seco, en los sorgos dulces dicho contenido oscila
entre 14 y 23% (Almodares y Hadi, 2009). La sacarosa es el principal disacárido del
jugo del tallo de la planta madura y oscila entre 6 y 15%, los monosacáridos presentes
son la glucosa, que varía entre 0,5 y 5%, y la fructosa de 0 a 1,5% (Martínez y Albano,
2007).
El contenido de los distintos azucares varía al madurar la planta. En la planta joven
predominan los azucares reductores, mientras que el nivel de sacarosa en el tallo
aumenta hasta la madurez (Webster, citado por Martínez y Albano, 2007). Por otro
lado, el contenido de azúcar y la suculencia del tallo disminuyen al aumentar da
densidad vegetal (Eilrich et al., citados por Martínez y Albano, 2007).
En condiciones normales el llenado de grano depende de la fotosíntesis que ocurre
durante esa etapa fisiológica ya que los fotosintatos incorporados al tejido vegetal con
anterioridad a la antesis contribuyen solo con un 12% al llenado del grano (Fisher y
Wilson, citados por Carrasco, 2004a).
Durante el llenado del grano, los carbohidratos producidos en la hoja no se dirigen
directamente al grano sino que son depositados temporariamente en el tallo que funciona
11
como un reservorio, para luego dirigirse al grano. De la misma manera y tal vez con más
facilidad, el tallo constituye una fosa alternativa para la deposición de carbohidratos, así
cuando la capacidad de almacenar carbohidratos es baja en la panoja, existe un
incremento importante del peso del tallo.
En ganado rumiante el bagazo de sorgo dulce es tan bueno como el rastrojo en cuanto
al consumo y la ganancia de peso (Reddy et al., 2008), desde luego en ganado porcino
los jugos azucarados contenidos en el tallo representarían el principal aporte de este
material y en menor medida la fibra.
Si bien no existen trabajos de alimentación de cerdos con sorgo dulce, sí los hay para
un cultivo similar como la caña de azúcar, y los mismos demuestran que su jugo permite
sustituir completamente la fuente energética de la ración (maíz o sorgo), tanto en dietas
de cerdos en crecimiento, como en gestantes y lactantes (González, 2002).
La calidad del jugo de los tallos se mide por el total de sólidos disueltos en el jugo
(grados Brix) (Woods, citado por Martínez y Albano, 2007). El grado Brix (°Brix) es la
unidad de medida tomada en forma casi universal y refiere a la concentración de azúcar
en una solución (1°Brix, corresponde a 1 gramo de azúcar en 100 gramos de solución
azucarada).
De acuerdo con lo anterior, el tenor de grados Brix que contengan los tallos es
además una medida de la calidad que ofrece como alimento. Así, Acosta et al. (2006) en
un ensayo realizado en Costa Rica evaluando tres raciones para cerdos en crecimiento a
base de alimentos alternativos, obtuvieron que el tratamiento que utilizó caña de azúcar
como única fuente energética no presentó un nivel óptimo de energía, puesto que
presentaba 21°Brix, cuando la caña de azúcar utilizada para alimentación animal debe
tener en promedio 26°Brix.
El rendimiento global del azúcar bajará a medida que se retrasa el aplastamiento de
los tallos desde la cosecha (Reddy et al., 2008), tema importante cuando se lo cultiva
con el objetivo de la producción de alcohol, pero aspecto que también implicaría una
pérdida de valor nutritivo en el caso de su utilización como alimento, lo que requeriría
no diferir demasiado el suministro una vez cosechados los tallos.
12
En el caso de la caña de azúcar, especie con similares características al sorgo dulce,
González (2002) citando a Bobadilla y Preston (1981), plantea que la principal
desventaja de la utilización del jugo de caña como alimento radica en su rápido
deterioro, pues se ha demostrado que fermenta después de 10 a 12 horas de su
extracción, aspecto que también ocurriría con el sorgo dulce. Este autor, citando a
Duarte et al. (1982), plantea además que bajo estas condiciones los animales reducen su
consumo, por el cambio en la palatabilidad y en la pérdida del contenido de azúcares del
alimento.
Es sabido que el contenido de proteína cruda de las gramíneas declina rápidamente
hasta los 40 – 60 días de crecimiento, para luego disminuir lentamente. Esta disminución
con la madurez se atribuye por un lado a la disminución en la proporción de la fracción
hoja, así como al menor contenido de proteína de esta fracción. Por otro lado, y en
términos generales el contenido de proteína cruda de las gramíneas tropicales aún en los
primeros estadios tiende a ser menor que en las gramíneas templadas (Carámbula,
2007b).
En el sorgo el tallo actúa como un órgano de reserva con grandes concentraciones de
azúcares y carbohidratos. La disminución de la digestibilidad al avanzar la madurez está
determinada por el aumento en el porcentaje de los componentes estructurales de la
planta (pared celular). Al aumentar la madurez del tallo aumentan los porcentajes de
celulosa, hemicelulosa y lignina. La altura de la planta y el porcentaje de tallos tiene un
efecto directo con el contenido de fibra detergente ácido y la digestibilidad.
Los datos son escasos en cuanto al aporte de nutrientes que puede realizar el sorgo
dulce ya que los trabajos sobre el mismo han estado orientados principalmente a su valor
como productor de etanol. Sin embargo, en un ensayo de evaluación de sorgo para silo
realizado por INIA La Estanzuela en la zafra 2007-08 en el que se analizaron 29
cultivares, aparecen datos sobre sorgos dulces. Los mismos se presentan en la tabla
siguiente.
13
Tabla 1: Parámetros de calidad de sorgo dulce M81.
MS
PC
FDN
FDA
DIVMO
29,3
5,7
52,7
33,9
66,5
Fuente: Vilaró, INIA La Estanzuela, 2008.
MS:
PC:
FDN:
FDA:
DIVMO:
Materia Seca
Proteína cruda
Fibra detergente neutro
Fibra detergente ácido
Digestibilidad in vitro de la materia orgánica
En dicho ensayo la variedad de sorgo dulce M81 fue la que más rendimiento (kg
MS/ha) produjo al estado de grano lechoso – pastoso, obteniendo un 33% más respecto a
la media de los 29 cultivares evaluados (Vilaró, 2008).
Por su parte, Terra et al. (2006) reportan resultados sobre un ensayo llevado a cabo
en INIA Treinta y tres, donde M81 produjo un promedio de 55,2 ton de MV/ha, con una
altura promedio de planta a cosecha de 2,7 m, demostrando su alto potencial productivo.
En cuanto a la partición de la MS acumulada, la variedad M81 al estado de grano
lechoso-pastoso acumuló un 70% en tallos, un 10% en hojas y un 20% en panojas (Terra
et al., 2006).
2.4.3. Uso diferido en pie y ensilaje
El grupo de los sorgos dulces o azucarados incluyen sorgos caracterizados por poseer
gran altura (1,70 a 3,50 m), tallos dulces suculentos y altos rendimientos de MS al
estado de grano lechoso-pastoso. En general presentan una proporción alta de tallos, baja
de panojas e intermedia de hojas. Su capacidad de rebrote es menor que la de los
híbridos forrajeros o el sudangrás (Carámbula, 2007b).
Por todas estas características, una clasificación de tipos agronómicos de sorgos
realizada por Owen y Moline, citados por Carámbula (2007b), ubica al sorgo dulce
14
como un tipo agronómico que no sería recomendado para su utilización bajo pastoreo y
sí altamente recomendable para ser utilizados con destino a ensilaje.
El sorgo es un cultivo útil para forraje de reserva o diferido, especialmente en las
zonas donde no se producen heladas ya que es muy susceptible a las mismas, pero los
tallos gruesos, erguidos y jugosos del sorgo forrajero seguirán siendo jugosos y dulces
un tiempo después de morir las hojas, por lo que será útil como forraje diferido
(Skerman y Riveros, 1992).
El valor nutritivo del ensilaje de sorgo es aproximadamente el 90% del valor del silo
de maíz, aunque hay trabajos que demuestran que tienen similar valor nutritivo (Fassio
et al., 2002).
Se observa una gran variabilidad en la composición de nutrientes de los ensilajes de
sorgo que se debe principalmente a diferentes proporciones entre tallo, hojas y panoja.
En sorgos de porte medio o bajo, normalmente los tenores de proteína bruta han sido
superiores a los de porte alto, en función de una mayor participación de las hojas,
panojas y granos en la masa ensilada (Zago, citado por Ribeiro et al., 2007).
A continuación se presentan datos promedio del valor nutritivo de ensilajes de la
planta entera de sorgo.
Tabla 2: Valor nutritivo de ensilajes de sorgo.
MS
PC
FDN
FDA
C
DIV
MS
pH
Fuente
30
7,5
s/d
30 – 38
8,7
60
s/d
NRC (Fassio et
al., 2002).
19,6
5,5 – 7,9
s/d
40 – 61
s/d
s/d
s/d
INRA (Fassio et
al., 2002).
28,2
7,9
58,2
35,2
s/d
61,5
3,8
Romero et al,
2002.
34,6
6,9
56
40,1
8,8
60,5
4,4
INIA (Mieres,
2004).
29,8
7,5
58,1
35
s/d
55,1
s/d
Ribeiro et al.,
2007.
15
Según Carvalho et al., citados por Ribeiro et al. (2007), si se toma en cuenta
solamente el tenor de MS de la planta, los estados de grano harinoso y duro son los más
indicados para la producción de ensilajes. Cuando el sorgo forrajero ya completó su
ciclo de crecimiento, con los granos en el estado harinoso y la MS en torno de 27 a 30%,
presenta mayores rendimientos por área cultivada y mayores coeficientes de
digestibilidad “in vitro” de la MS (Zago, citado por Ribeiro et al., 2007).
El contenido de MS de la planta al momento de confeccionar el ensilaje es
frecuentemente la principal limitante de la preservación satisfactoria del forraje.
Niveles muy bajos de MS harían que el exceso de agua diluya los ácidos formados y
extienda el proceso fermentativo, y por lo tanto, el lento descenso del pH favorecerá la
intervención de microorganismos poco deseables en la fermentación, como las bacterias
formadoras de ácido butírico.
En este sentido, Romero et al. (2002) evaluando tres momentos de corte de sorgo
forrajero dulce para ensilaje, observaron que fechas tempranas solo mejoran el contenido
de proteína, mientras que en fechas tardías aumenta el contenido de MS, los valores de
FDN y FDA disminuyen y por lo tanto la digestibilidad mejora. En los cortes tempranos
se presentaron valores bajos de MS y una mala conservación por el alto pH.
El valor nutritivo de un ensilaje depende no solo de las características de la especie a
ensilar, sino de una serie de factores como ser el estado de madurez del cultivo al
momento de cosecha (relación de nutrientes o fracciones, contenido de MS, etc.),
tamaño de picado, llenado, compactado y sellado, estructura de almacenamiento, etc.
pudiendo ejercer gran influencia sobre el proceso de fermentación, el que cuando se
realiza eficientemente garantiza un alimento más palatable y digestible.
2.4.4. Agregado de melaza
El desarrollo actual de las raciones comenzó a preocuparse por el sabor de los
alimentos suministrados a los animales. De forma empírica se han obtenido datos
interesantes, como ser que el gusto de los animales no coincide en absoluto con el de las
personas también se ha podido comprobar que las preferencias difieren entre las distintas
16
especies, e incluso entre animales de una misma especie pero de edades diferentes (Parsi
et al., 2001).
Por ejemplo, el empleo de saborizantes resulta especialmente interesante en la ración
de lechones, en los sustitutos de leche para terneros, en la ración de las vacas lecheras y
en los suplementos minerales. El saborizante para raciones más importante y con mayor
frecuencia utilizado es la melaza (Parsi et al., 2001).
La melaza es un líquido espeso derivado de la producción de azúcar a partir de la
caña de azúcar o de la remolacha azucarera. Su aspecto es similar al de la miel aunque
de color parduzco muy oscuro, prácticamente negro. El sabor es dulce con un pequeño
regusto amargo.
Es comúnmente utilizada como fuente de energía ya que contiene aproximadamente
el 80% de la energía de los cereales. Es prácticamente libre de grasa y fibra, tiene un
bajo contenido en nitrógeno y la cantidad de ceniza fluctúa entre el 9 y el 13% de la MS.
El extracto no nitrogenado (ENN), la fracción principal, representa entre el 87 y el 95%
de MS total y se compone de una mezcla de azúcares simples (62 a 70%) y entre un 19 y
un 24% de compuestos orgánicos no identificados. Estos últimos tienen una
digestibilidad aparente de sólo el 51% (Ly, citado por Pérez, 1997). Presenta además
vitaminas del grupo B y abundantes minerales, entre los que destacan el hierro, cobre,
magnesio y potasio; éste último presenta la limitante que un nivel excesivo de
incorporación en la dieta produce efecto laxante. Su contenido de agua es bajo (78 –
85% de MS).
El proceso tecnológico industrial para la producción de azúcar a partir de la caña
conlleva a la obtención de cuatro tipos de melazas: la melaza fina, la melaza A que se
origina cuando se extrae el 75% del total de azúcar recuperable, la melaza B que se
origina al completarse el 86% de cristalización y la melaza final considerada un
subproducto porque ya no es factible la recuperación de sacarosa.
En otros países son abundantes los trabajos que han estudiado los derivados de la
caña de azúcar como fuentes de alimento para la especie porcina, y la experiencia
acumulada en su utilización ha permitido diseñar una tecnología de alimentación para
cerdos basada en estas fuentes energéticas como sustitutas de los cereales de
importación (Macías, 2008).
17
Por otro lado, la melaza ha sido recomendada como un aditivo para mejorar la
palatabilidad de las raciones secas, y en particular en los países productores de caña de
azúcar, como complemento de concentración o de raciones a base de residuos
alimenticios a niveles de hasta aproximadamente el 30% (Buitrago et al., Preston,
citados por Pérez, 1997), pero no se ha encontrado información sobre su utilización
como mejorador del consumo de alimentos fibrosos.
2.5. LA CERDA GESTANTE
2.5.1. Requerimientos nutricionales
Las pautas de alimentación normalmente recomiendan la utilización de una dieta
considerablemente restringida en las cerdas gestantes, basadas en el principio del
anabolismo de la gestación, proceso por el cual la cerda incrementa la eficiencia con que
utiliza los alimentos en función de los productos de la concepción.
Sin embargo, a veces al aplicar estos criterios aisladamente, no se tiene en cuenta que
la cerda lactante tiene una capacidad de consumo que en el mejor de los casos, cubre del
70 al 80% de sus necesidades de nutrientes para alimentar a su camada. Por lo tanto,
requiere movilizar reservas corporales, perdiendo en la lactancia un peso considerable
(15 – 30 kg). Estas pérdidas deben ser restituidas en la gestación posterior, mediante la
acumulación de reservas corporales que le permitan entrar en un nuevo ciclo
reproductivo, sin agotar sus capacidades productivas en el mediano y largo plazo.
Varios estudios sugieren que la cerda gestante debe ser alimentada de manera que
pueda ganar 25 kg de tejido materno a lo largo de la gestación, por lo menos durante las
primeras tres o cuatro gestaciones. El peso de la placenta y otros productos de la
concepción serían de aproximadamente 20 kg, lo que determinaría una ganancia total
durante la gestación de 45 kg (Noblet et al., Verstegen et al., citados por NRC, 1998).
No es posible utilizar un solo valor de requerimientos energéticos para una cerda en
gestación, debido a que los mismos difieren con el peso vivo (edad de la cerda,
genotipo), con el ambiente (temperatura, actividad del animal), pérdida de peso en la
lactancia previa y ganancia de peso esperada durante la gestación.
18
Los requerimientos energéticos para la ganancia uterina total son bajos, pero se
incrementan con el avance de la gestación (Noblet et al., 1990). Dichas necesidades
dependen principalmente del tamaño de la camada, y se puede calcular que 1 kg de
lechón al nacimiento implica alrededor de 1,3 Mcal de energía depositada en todos los
tejidos del útero (fetos, útero, placenta, líquido) (De Wilde, Noblet et al., citados por
Noblet y Etienne, 1987). Los requerimientos de energía del útero durante la gestación
pueden estimarse entonces como 1,3 Mcal por el peso de la camada al parto. Sobre la
base de un valor de eficiencia en la utilización de la energía metabolizable en el útero
(ku) del 48% (Noblet y Etienne, 1987), entonces podemos determinar la necesidad de
deposición de energía metabolizable (EM) en el útero.
Según el NRC (1998) las estimaciones de la exigencia en EM para mantenimiento por
kg de PV0,75 varían desde 92 hasta 160 kcal/día, con la mayoría de los valores
comprendidos entre 100 y 125 kcal/día. Para Noblet et al. (1990) los requerimientos
diarios de mantenimiento en termoneutralidad ascienden alrededor de entre 105 y 110
kcal de EM/kg PV0,75 en cerdas gestantes y lactantes respectivamente. En gestantes dicho
valor equivale a 110 kcal de ED/kg de PV0,75.
Las necesidades de mantenimiento representan entre el 75 y el 85% del total de
requerimientos durante la gestación, y éstos se ven afectados considerablemente por la
temperatura ambiental y la actividad de los animales (Noblet et al., 1990).
Al pensar los requerimientos de las cerdas mantenidas a campo, se hace necesario
tener en cuenta los efectos que las variaciones climáticas y el aumento en la actividad
física puedan ejercer, y considerar entonces el incremento energético necesario para este
sistema de producción.
Las bajas temperaturas, la humedad y los vientos, dependiendo de su intensidad,
aceleran el gasto energético. El costo energético debido a la acción ambiental durante los
meses de primavera – verano pude ser desestimado para el cálculo del efecto climático,
mientras que en otoño – invierno el mismo representa 840 kcal/ED/día (Close et al.,
citados por Marotta y Lagreca, 2003).
Por su parte, la actividad física representa una de las más importantes fuentes de
variación en los requerimientos energéticos de la cerda gestante. Cuando se estudió el
comportamiento de cerdas gestantes mantenidos en pastoreo se demostró que durante
19
las horas diurnas, emplean el 75% del tiempo en desarrollar actividades físicas como
comer pasto, caminar, permanecer parada y explorar (incluye el osado); el 25% del
tiempo restante permanecen echadas. Dicho costo energético representa un incremento
en sus requerimientos de 1032 kcal ED/día (Marotta y Lagreca, 2003).
La energía adicional a la necesaria para mantenimiento y gestación sería usada para
ganancia de peso, presumiblemente con la misma eficiencia que para el crecimiento
(NRC, 1998). Dichas necesidades están directamente relacionadas con el nivel de aporte
alimenticio y por ende con el grado de adiposidad de los depósitos. Dourmad et al.,
citados por Marotta y Lagreca (2003), estimaron un requerimiento promedio de 3,7 Mcal
de EM/kg de ganancia neta.
Tabla 3: Requerimientos energéticos de la cerda gestante en sistemas a campo.
Destino de la energía
ED (Mcal/día)
Prim. – Ver.
Oto. – Inv.
Ganancia uterina*
0,356
0,356
Mantenimiento**
4,949
4,949
1,032
1,032
0
0,840
Ganancia materna***
0,811
0,811
Requerimientos totales (Mcal/día de ED)
7,148
7,988
Actividad física
Termorregulación
* - Calculado en base a camadas promedio obtenidas en la UPC de 9,6 lechones
nacidos totales y un peso promedio de 1,5 kg por lechón
[9,6 lech. x 1,5 kg x 1,3 Mcal / 0,48 / 114 días / 0,96].
Donde 0,96 es el valor promedio (0,92 – 0,98) que tiene en los cerdos la
metabolicidad de la ED.
** - Calculado en base al peso promedio (160 kg) de una cerda que ingresa a servicio
con 140 kg y finaliza la gestación con 180 kg.
*** - Se asume una ganancia deseable de tejido materno de 25 kg durante la
gestación. Por lo tanto: [3,7 Mcal x 25 kg / 114 días].
Cabe aclarar que en sistemas a campo como en la UPC, que utiliza cerdas rústicas
a las que se les restringe el concentrado durante la gestación, seguramente no
logren ganancias de 25 kg durante la gestación. Por el contrario, son deseables
ganancias moderadas (15 kg), por lo que el manejo apunta justamente a eso,
evitando así refugos tempranos por peso excesivo y alargando la vida productiva
20
de la cerda (Barlocco, com. pers.) En función de esto, los requerimientos de
ganancia materna podrían disminuir a 0,487 Mcal ED/día.
Los requerimientos proteicos de la cerda gestante están influenciados por los
requerimientos para mantenimiento, deposición proteica en los tejidos maternos, y la
deposición en los productos de la concepción (NRC, 1998).
Cubrir las cantidades diarias de proteínas y aminoácidos son esenciales para
proporcionar el nitrógeno necesario para la deposición de tejido en el útero (un poco
menos de 3 gr de N por día) y maternos (6 a 12 gr de N por día). INRA (1989) establece
la necesidad de una ingesta diaria de aproximadamente 250 gr de proteína, mientras que
el NRC (1998) de 260 gr/día.
2.5.2. Utilización de los carbohidratos solubles y la fibra
Si bien no existen trabajos sobre la utilización del sorgo dulce en cerdos, sí los hay
sobre la utilización de la energía en un alimento similar como lo es la caña de azúcar.
Dichos trabajos sugieren que la digestión de los carbohidratos no estructurales sería
simple, en comparación con la del almidón de cereales o raíces, ya que sólo una enzima,
la sacarasa, es necesaria para hidrolizar la sacarosa en glucosa y fructosa, las que son
absorbidas a través de la pared del intestino delgado (Ly, citado por Pérez, 1997).
La fructosa en estado libre no se absorbe por completo cuando se ingiere (Ly, citado
por Pérez, 1997). Pequeñas cantidades pueden escapar del intestino delgado y son
presumiblemente fermentadas en el ciego y colon. Una cierta cantidad de fructosa no se
metaboliza y se escapa en la orina (Ly y Macías, Ly et al., citados por Pérez, 1997).
Después de la ingestión de alimentos que contengan fructosa, se produce un atípico
incremento de la excreción urinaria de ácido láctico y el pH de la orina disminuye
dramáticamente. La acidosis metabólica consiguiente puede deprimir el consumo de
alimento (Pérez, 1997).
En Haití, el trabajo de Bien-Aime y Francois, citados por Pérez (1997), mostraron
que los cerdos son bastante eficientes extrayendo el jugo de la caña picada. Estos autores
evaluaron la utilización de jugo fresco (JCA) o caña picada (CAP) (ambos con una
fuente adicional de proteína) contra un testigo de ración a base de maíz y soja (T) en
21
cachorros en crecimiento (23 a 86 kg PV), obteniendo ganancias diarias de 572; 325 y
560 gr/día para JCA, CAP y T respectivamente.
Por su parte Bravo et al. (1996) evaluaron la utilización de tallos de caña de azúcar
troceados en la recría-engorde de cerdos (30 – 70 kg PV) como fuente energética, con la
combinación de distintas fuentes proteicas (harina de pescado, harina de soja y harina de
carne), y distintos niveles de inclusión de la caña (17; 14; 10 y 6% del peso vivo en BF);
estimando también el nivel de extracción que realiza el cerdo al analizar el contenido de
azúcar de los trozos de tallos luego de masticados.
Los resultados obtenidos por estos autores muestran tasas de crecimiento de 420 a
580 gr/día cuando la fuente proteica fue harina de soja o pescado, frente a tasas de 650
gr/día obtenidos por los animales con la dieta control (a base de maíz y soja). La
extracción se estimó en un 67% representando (en función de los grados Brix) un
consumo de 1 kg de azúcar por día. Así mismo obtuvieron tasas de crecimiento
linealmente decrecientes a medida que disminuía la oferta de tallos (desde 441 a 237
gr/día) pero la extracción se incrementó al 84% con la oferta más baja (6% del peso
vivo).
Un trabajo similar realizado por Mederos et al. (2004) evaluó el consumo y el
desempeño de cerdos en recría (32 – 90 kg PV) alimentados con tallos de caña de azúcar
frescos trozados a mano evaluando dos longitudes: 3 y 40 cm (CT), contra tallos de caña
de azúcar frescos molidos (CM), ambos tratamientos suplidos de un complemento
proteico, vitamínico y mineral (225 gr/día de PC). Los resultados se muestran en la
tabla siguiente.
22
Tabla 4: Desempeño de cerdos en crecimiento – terminación alimentados con
caña de azúcar molida o trozada a diferentes longitudes.
Caña trozada
Caña
molida
3 cm
40 cm
Peso vivo inicial (kg)
32,2
30,8
31,8
Peso vivo final (kg)
86,3c
94,3a
90,3b
Consumo (kg/día)*
3,3b
11,1a
9,9a
Ganancia diaria (gr/día)
316c
451a
378b
Fuente: Mederos et al., 2004.
* - En base fresca, sin ajustar por el residuo fibroso expulsado de la boca de los
cerdos luego de la masticación, debido a que los animales se alojaron en lote y el
residuo resultaba contaminado con heces.
- p < 0,05 para Peso vivo final; p < 0,001 para Consumo y Ganancia diaria.
Los autores argumentan que el consumo de la caña molida fue extremadamente bajo
probablemente debido a que el pequeño tamaño de las partículas no brindó la
oportunidad de separar el jugo de la fibra a través del masticado, como sí ocurre con la
caña trozada. Las mejores ganancias se obtuvieron con el suministro de la caña trozada.
Así mismo, el trozado a 3 cm obtuvo los mejores resultados, consecuencia
probablemente de una más eficiente extracción del jugo de los tallos cuando los trozos
tienen una menor dimensión.
La pulpa del bagazo con el agregado de melaza, un 12% de maíz molido, suplemento
de proteínas y minerales ha sido utilizada para alimentar cerdas gestantes (Thrasher y
Brown, citados por Pérez, 1997). Los autores informaron que con inclusiones del 40%
de bagazo en la dieta se obtienen resultados satisfactorios para la pensar un sistema de
alimentación en condiciones secas, y sugieren explorar esta alternativa también en
condiciones de pastoreo.
Trabajos realizados en Brasil utilizando tallos de caña troceados o molidos como
única fuente energética para cerdas gestantes demuestran la flexibilidad que tiene esta
categoría para resolver su alimentación (Tabla 5).
23
Tabla 5: Tallos de caña de azúcar troceados o molidos como única fuente
energética para cerdas gestantes.
Caña de azúcar
Trozada a 10 cm
Molida
Consumo diario de caña (kg BF)
6,0
6,0
Suplemento 36% PB
0,66
0,66
Ganancia en gestación (kg)
24,9
32,1
Lechones nacidos vivos
8,5
9,4
Peso de los lechones al nacimiento
1,7
1,5
Peso de los lechones a los 21 días
4,6
4,5
Fuente: Nicolaiewsky et al., citados por Figueroa, 1999.
Como fuera mencionado anteriormente, el sorgo dulce además de presentar una
cantidad importante de azúcares solubles, presenta también cantidades considerables de
azúcares insolubles de origen estructural (celulosa y hemicelulosa) y lignina, por lo que
resulta necesario atender las consecuencias de su utilización como alimento.
La capacidad digestiva del cerdo aumenta con la edad. Los lechones lactantes
dependen de una capacidad gástrica muy bien desarrollada para digerir eficazmente la
leche materna. Durante las primeras semanas de vida, tanto en el intestino delgado como
el páncreas crecen y se desarrollan preparándolos para el destete. El intestino grueso
madura más lento, lo que explica por qué el cerdo tiende a digerir los alimentos fibrosos
mejor en relación directa con su edad.
En animales adultos se presume que el tiempo de residencia de la ingesta es mayor a
causa de un mayor tamaño del tracto intestinal, el que puede soportar una degradación
más extensiva de la fibra (Varel, 1987). Este autor además reporta que el número de
bacterias celulolíticas en animales adultos es 6,7 veces mayor que en animales en
crecimiento siendo esta una posible explicación de porque los cerdos adultos son
capaces de mantenerse consumiendo dietas basadas en forraje cuando son
suplementadas las vitaminas y los minerales.
La energía contenida en forrajes y otros alimentos fibrosos está disponible para el
cerdo como glucosa formada a partir de hidratos de carbono complejos hidrolizados por
24
las enzimas digestivas del propio animal, o como ácidos grasos volátiles producidos en
el intestino grueso, por la fermentación microbiana anaeróbica de los carbohidratos no
atacados por las enzimas del animal (Pond, 1987).
La fermentación de residuos de alimento no digeridos a cargo de la microflora
intestinal es un proceso normal y en parte puede determinar la utilización de la energía
contenida en las fracciones de fibra de la dieta. Comúnmente se señala que hasta un 30%
del consumo de energía digestible podría ser aportado por ácidos grasos de cadena corta,
resultantes de la degradación microbiana de la fibra en cerdos en crecimiento (Pond,
1987).
Esta cifra puede ser mucho mayor en animales adultos ya que las cerdas pueden
mantener un desempeño reproductivo normal cuando son alimentadas con dietas altas en
fibra (Danielson y Noonan, 1975; Pollmann et al, 1981; Calvert et al., 1985).
La utilización de forrajes como fuente de energía para los cerdos depende de factores
tales como el contenido de pared celular, el grado de fermentación microbiana en el
intestino grueso, y el grado de absorción y utilización de los ácidos grasos volátiles
producidos (Pond, 1987). Por su parte la revisión hecha por Adesehinwa (2008), cita que
la utilización de la fibra está influenciada además por la composición fisico-química de
la dieta, el nivel de alimentación, la edad y el peso del animal, la adaptación a la fuente
de fibra y a diferencias entre cerdos.
Cuando se consideran estos factores, no es sorprendente que la digestibilidad de la
fibra aparezca en la literatura con valores de entre 0 y 97% (Rerat, citado por
Adesehinwa, 2008), y que la misma contenga información contradictoria sobre los
efectos de la fibra en la digestibilidad de nutrientes (NRC, citado por Adesehinwa 2008).
Henry, citado por Pond (1987), mostró una relación lineal entre la digestibilidad de la
energía y el nivel de fibra cruda (FC), y esto a su vez variaba con el alimento. Así un
punto de incremento en la FC del afrechillo de trigo se asocia con una disminución de
tres puntos de digestibilidad de la energía; mientras que para la pulpa de remolacha
significaba 1,1 puntos porcentuales de disminución en la digestibilidad. Estas diferencias
se deberían a la composición de la pared celular, particularmente a la relación
celulosa/hemicelulosa.
25
Según Adesehinwa (2008) no hay consenso en la influencia de la fibra dietaria sobre
la digestibilidad de la proteína. En la revisión hecha por este autor encontró trabajos que
sugieren que cuando la fuente de fibra no aporta cantidades significativas de proteína a
la dieta, un incremento en el nivel de fibra no afectaría la digestibilidad de la proteína en
forma significativa; mientras que otros investigadores observaron que un incremento en
los niveles dietarios de fibra deprimen la digestibilidad de la proteína.
Kass et al. (1980) trabajando con cerdos de 17 a 89 kg PV concluyeron que el
contenido de fibra en la dieta tiene un efecto depresivo en la digestibilidad aparente
debido a una mayor tasa de pasaje de la ingesta en los cerdos alimentados con dietas
altas en fibra.
Una de las ventajas de utilizar dietas muy ricas en fibra es reportada por Thacker,
citado por Borja y Medel (1998), quien sostiene que podrían incrementar la dilatación
del sistema digestivo, aumentando la capacidad de ingestión durante la lactancia y
disminuir los problemas de estreñimiento en las cerdas, y la incidencia del síndrome de
mastitis, metritis y agalaxia.
Renteria-Flores et al. (2008) estudiando el efecto de la fibra soluble (FS) e insoluble
(FI) en el aprovechamiento de la energía, nitrógeno y fibra por cerdas gestantes,
obtuvieron que el aumento de la ingestión de FI disminuye la digestibilidad de la
energía, mientras que el aumento de la ingestión de FS la mejora. Por otro lado, la
digestibilidad de la FI mejora cuando la ingestión de FS aumenta, por lo que concluyen
que es necesario un mayor conocimiento de los componentes específicos de la fibra
dietética para predecir con precisión los efectos de la fibra sobre la digestibilidad.
Por su parte Bauza (2005) menciona un comportamiento particular del cerdo cuando
se le ofrece un forraje altamente fibroso. En estos casos el cerdo mastica todo el bocado,
ingiriendo la parte tierna y rechazando la porción fibrosa. Mediante esta selección
disminuye el consumo total, pero mejora notablemente la digestibilidad de lo ingerido,
por lo que sugiere que es un aspecto que debe ser tenido en cuenta cuando se realizan
estimaciones del aporte nutritivo del forraje.
En una situación de suministro de forraje cortado, Epifanio y Scalone (1989)
obtuvieron valores de 15 y 40% de rechazo, para sorgos de 40 – 60 y 70 – 90 cm de
altura, respectivamente. En los ensayos con pastoreo directo realizaron las mismas
26
observaciones, destacando que se encontraban tirados en el campo los bolos de fibra del
forraje masticado y no ingerido. Esto determinó mejores aprovechamientos de la MS,
PC, energía bruta (EB) y FC consumidas con la mayor altura de sorgo debido a este
comportamiento selectivo del cerdo.
En una revisión hecha por Bauza (2005) destaca que las estimaciones del consumo de
forraje por las cerdas gestantes de diferentes ensayos muestran resultados promedio muy
consistentes, a pesar de la alta variabilidad al interior de cada trabajo, con coeficientes
de variación superiores al 30%. Este autor atribuye esta alta variabilidad a las diferencias
en el comportamiento de las cerdas en pastoreo, existiendo animales que consumen más
forraje que otras, aspecto que no está necesariamente asociado al peso vivo, destacando
que un aspecto que tiene mucha influencia tanto en el comportamiento como en el
consumo es el acostumbramiento de las cerdas al consumo de forraje y al pastoreo.
Ramonet et al. (1999) sostienen que dietas altas en fibras alteran el comportamiento
de los animales. Estos autores al evaluar tres niveles de fibra en dietas para cerdas
gestantes, observan que a mayor contenido de fibra se reduce el tiempo de pie, aumenta
el tiempo destinado a la alimentación, la masticación representa el mayor tiempo de la
actividad de alimentación y la tasa de consumo (gramos de alimento ingerido por
minuto) disminuye. Estas observaciones les permiten concluir que dietas fibrosas
reducen la incidencia de comportamientos orales no alimentarios y como resultado
podrían reducir la aparente motivación a comer de la cerda, incrementando el bienestar
de cerdas gestantes sometidas a restricción alimenticia.
2.6. PREDICCIÓN DEL VALOR NUTRICIONAL DEL ALIMENTO
Uno de los problemas más serios y complejos que presentan la mayoría de los
alimentos alternativos (en general, voluminosos), es su menor concentración de
nutrientes asimilables, en especial la energía, comparado con los alimentos
convencionales. Por lo tanto, la necesidad de un aumento en el consumo para compensar
esa deficiencia, es imperante si se desean lograr niveles de producción aceptables.
27
La evaluación de la energía contenida en los alimentos se basa usualmente en sus
valores de ED o EM (Noblet y Perez, 1993), y los métodos para establecer dichos
valores llevan tiempo y son costosos.
Existen ecuaciones de predicción con mayor o menor coeficiente de determinación
(R ), y que según los alimentos con los que se hayan obtenido utilizan una, dos, o más
variables, entre ellas el contenido de PC, FC, extracto etéreo (EE), carbohidratos
solubles (CS), etc. (Adesehinwa, 2008).
2
Sin embargo, las limitaciones en el uso de la FC para estimar los valores de la
utilización de la fibra por los animales son bien conocidos. King y Taverner, citados por
Pond (1987), mostraron que se logra predecir con más precisión la energía digestible en
dietas para cerdos, a través del porcentaje de FDN que por el porcentaje de FC, y
sugirieron ecuaciones de regresión para predecir la ED de determinados alimentos.
La EB es aquella liberada cuando una sustancia se quema en una bomba
calorimétrica. La concentración de EB de un alimento depende de las proporciones
presentes de carbohidratos, grasa y proteína. El agua y los minerales no aportan energía,
los carbohidratos aportan entre 3,7 (glucosa) y 4,2 (almidón) kcal/gr, las proteínas
aportan 5,6 kcal/gr, y las grasas aportan 9,4 kcal/gr. Conociendo la composición del
alimento se puede estimar la EB con bastante precisión. Ewan, citado por NRC (1998),
reportó la siguiente relación para predecir la EB a partir del porcentaje de EE, PC y
cenizas (%C).
EB (kcal/kg) = 4143 + (56 x %EE) + (15 x %PC) – (44 x %C)
R2 = 0,98
La EB del alimento menos la EB contenida en las heces es la ED. Ésta es fácilmente
determinable y los valores para los alimentos más comúnmente utilizados están
disponibles. Por otro lado, existen también regresiones que permiten determinar el
contenido de ED de los alimentos cuando no es posible realizar pruebas de
digestibilidad. La composición química del alimento es el principal determinante de la
digestibilidad de la energía, con efectos positivos del EE y negativos de la fibra y las
cenizas. Noblet y Perez, citados por NRC (1998), plantearon la siguiente ecuación para
predecir el contenido de ED a partir de la composición química del alimento:
ED (kcal/kg) = 949 + (0,789 x EB) – (43 x %C) – (41 x %FDN)
R2 = 0,91
28
La digestibilidad de la energía dietaria se incrementa ligeramente con el incremento
del peso vivo por las causas mencionadas anteriormente, por lo que Noblet y Shi, citados
por NRC (1998), propusieron que para cerdos en terminación y particularmente para
cerdas adultas alimentadas de forma restringida, el valor obtenido anteriormente se debe
corregir por la siguiente ecuación:
EDcorregida (kcal/kg) = 1391 + (0,58 x ED) + (23 x %EE) – (12,7 x %PC)
R2 = 0,96
Como consecuencia del costo de las determinaciones biológicas y la variabilidad
inherente entre muestras de un mismo ingrediente, es que se han derivado un número de
ecuaciones para predecir la energía a partir de los análisis químicos característicos de los
alimentos. No obstante conviene señalar que dichas ecuaciones se basan en algunos
alimentos de referencia (Adesehinwa, 2008).
29
3. MATERIALES Y MÉTODOS
3.1. LOCALIZACIÓN Y DURACIÓN DEL PERÍODO EXPERIMENTAL
El experimento se desarrolló en la Unidad de Producción de Cerdos del Centro
Regional Sur de la Facultad de Agronomía, ubicada en Camino Folle km 35,5 s/n
(coordenadas geográficas: 56° 13’ O / 34° 36’ S) en la localidad de Progreso,
departamento de Canelones, Uruguay.
El consumo se midió en 2 momentos, otoño e invierno. El primer momento fue el
período comprendido entre el 21 de mayo y el 19 de junio de 2008, y fue definido como
momento 1 (otoño). El momento 2 (invierno) se llevó a cabo entre los días 5 y 30 de
agosto de 2008.
3.2. ANIMALES EXPERIMENTALES
El trabajo se llevó a cabo con 18 cerdas gestantes de la raza Pampa – Rocha
pertenecientes a la UPC, las cuales se encontraban en segundo tercio de la gestación
durante el experimento (entre el día 38 y 76). El peso promedio de las cerdas fue 158,4 ±
18,4 kg.
3.3. INSTALACIONES
El ensayo se llevó a cabo al aire libre. Los animales fueron alojados individualmente
en piquetes de aproximadamente 75 m2, en los que no tuvieron acceso a pastura. Los
mismos contaron con un refugio, bebedero tipo chupete, comedero en el que se le
suministró la ración y un comedero con plataforma construido especialmente para que
permitiera recolectar el rechazo sin que se contaminara con suelo, restos de cama, heces,
etc. (Anexos, imagen 1).
30
3.4. TRATAMIENTOS
Se realizaron 4 tratamientos con 6 repeticiones cada uno. Los tratamientos fueron
definidos de la siguiente manera:
Tratamiento 1 (T1): Sorgo dulce a voluntad, cosechado y molido previo al suministro.
Ración ofrecida al 50% de los requerimientos. Momento 1.
Tratamiento 2 (T2): Sorgo dulce a voluntad, cosechado y molido previo al suministro.
Ración ofrecida al 30% de los requerimientos. Momento 1.
Tratamiento 3 (T3): Sorgo dulce a voluntad, cosechado y molido previo al suministro
con agregado de una solución de melaza al 5%. Ración ofrecida al 30% de los
requerimientos. Momento 1.
Tratamiento 4 (T4): Sorgo dulce a voluntad, cosechado y molido previo al suministro.
Ración ofrecida al 30% de los requerimientos. Momento 2.
Tratamiento 5 (T5): Ensilaje de sorgo dulce voluntad. Ración ofrecida al 30% de los
requerimientos. Momento 2.
En el siguiente esquema se ilustran los tratamientos.
31
3.5. LOS ALIMENTOS
3.5.1. Sorgo dulce
Se utilizó un cultivo de sorgo dulce (Sorghum saccharatum) variedad M81 instalado
en el Centro Regional Sur.
3.5.1.1. Sorgo dulce fresco
Para los tratamientos que evaluaron el cultivo en pie, el sorgo era cortado cada no
más de 72 hs. Se molió luego de la cosecha con un molino de martillo accionado por la
toma de fuerza del tractor (Anexos, imagen 2). Luego de molido fue almacenado en
tarrinas plásticas de 120 lt, y se apisonó considerablemente a efectos de expulsar la
mayor cantidad de aire posible.
A lo largo del experimento se trató de no suministrar material que tuviera más de 72
horas de cosechado para tratar de mantener la homogeneidad del mismo (en los períodos
de acostumbramiento cuando el material tenía más de tres días de cortado y molido
comenzaba a presentar olores desagradables y los animales empezaban a rechazarlo).
3.5.1.2. Sorgo dulce ensilado
El ensilaje se realizó el día 28 de mayo de 2008 cuando la planta se encontraba en un
estado de grano pastoso – grano duro. Se realizaron minisilos para lo que se utilizaron
cajones de madera de 1 m de lado por 0,8 m de alto. Estos cajones se forraron
interiormente con nailon a los efectos de evitar el ingreso de aire y agua de lluvia.
La cosecha se realizó a machete y para el molido se utilizó el mismo molino
mencionado anteriormente. Se fueron agregando al silo camadas de material y se fue
pisando para lograr una buena compactación (Anexos, imagen 3).
Durante la utilización se extrajo el material ubicado en el centro del silo, para evitar
utilizar aquél próximo a los bordes que pudiere no haberse conservado correctamente.
32
3.5.2. Concentrado
La ración balanceada utilizada fue elaborada en la planta de raciones del Centro
Regional Sur, en las siguientes tablas se presenta la composición de ingredientes y
química de la misma.
Tabla 6: Formulación del concentrado.
Ingrediente
Porcentaje
Sorgo
59,00%
Girasol
18,00%
Afrechillo de arroz
20,00%
Sal
0,50%
Núcleo vitamínico - mineral
0,10%
Carbonato de calcio
1,30%
Fosfato bicálcico
0,75%
3.6. CONDUCCIÓN DEL EXPERIMENTO
Cada tratamiento consistió en un período de acostumbramiento y un período de
medición del consumo. El acostumbramiento se realizó durante 5 a 7 días, en los cuales
los animales debían conocer el alimento, familiarizarse con los comederos con
plataforma, etc., y por otro lado durante esta etapa se ajustaron las cantidades a ofrecer
en el período de evaluación.
El período de medición del consumo tuvo una duración de 5 días para cada
tratamiento. El criterio utilizado para el suministro del alimento fue exponer a los
animales al alimento durante la mayor cantidad de horas del día. Tanto el sorgo fresco
como el ensilado fueron suministrados en dos o tres oportunidades a lo largo del día, y el
concentrado al final de la jornada de trabajo.
33
La rutina fue la siguiente:
8:30 – Recolección del rechazo del día anterior. Limpieza de los comederos de
madera, alrededores y loza bajo los chupetes.
9:00 – Suministro de sorgo (fresco o ensilado, según tratamiento) en los comederos
de madera. Toma de muestra del alimento ofrecido.
9:00 – 14:30 – Recorridas para efectuar eventuales reposiciones del alimento a las
cerdas que no tuvieran disponible.
15:00 – Suministro del concentrado en comederos destinados a tal fin. De ser
necesario se repone el alimento evaluado.
3.7. PROCESAMIENTO DE MUESTRAS
En cada momento de corte se tomaron al azar 5 tallos (10 en total para cada
momento) a los que se les mide la altura, el peso en fresco de cada uno y se los separa en
las fracciones hoja, tallo y panoja. Éstas se colocan en estufa de aire forzado a 60º C
hasta peso constante para determinar su peso seco y como éste se distribuye en las
distintas fracciones.
Cada día del experimento se tomaron muestras del alimento ofrecido. Las mismas se
pesaron en fresco, se secaron en estufa a 60°C y se pesaron luego, determinando de esta
manera la MS60. Las muestras del ofrecido de cada día formaron parte luego una
muestra compuesta. Se generó así una muestra del ofrecido de cada tratamiento (5
muestras en total), las que se enviaron al laboratorio para su análisis químico.
Con el material rechazado se realizó un procedimiento similar. Se tomaron muestras
para secar de cada rechazo (1 por animal y por día). Las muestras de los rechazos de
todos los animales sometidos a cada tratamiento formaron la muestra compuesta. Se
generaron así 5 muestras de rechazo (1 de cada tratamiento) para su análisis químico.
34
Los análisis químicos realizados tanto a los materiales ofrecidos como rechazos
fueron: %MS105 (porcentaje de MS a 105ºC), %PC, %FDN y %FDA (ambas corregidas
por cenizas), %EE y %C; para el ensilaje además se determinó el pH.
3.8. DISEÑO ESTADÍSTICO
El objetivo fue evaluar el consumo de sorgo dulce según momento del año y el modo
de conservación, así como el efecto del nivel de restricción de concentrado y el agregado
de melaza.
Algunos animales participaron de más de un tratamiento por lo que los efectos de los
animales se consideraron como aleatorios. El modelo planteado inicialmente tenía en
cuenta los efectos de tratamiento y del peso vivo de los animales. A partir de
observaciones que arrojó el primer análisis estadístico se decidió incluir en el modelo el
efecto del día dentro del tratamiento y quitar el efecto del peso vivo de los animales
(aspectos que se justificarán en el próximo capítulo). Los datos fueron analizados
mediante el procedimiento GLM del programa informático SAS.
El modelo fue el siguiente:
Yijk = μ + τi + δ(τi)j + αk + εijk
Siendo:
Yijk:
μ:
τi:
δ(τi)j:
αk:
εijk:
Consumo de MS
Media general de los tratamientos
Efecto del tratamiento (i = 1; 2; 3; 4 y 5)
Efecto del día anidado en el tratamiento (j = 1; 2; 3; 4 y 5 para T2, T4
y T5; y j = 1; 2; 3 y 4 para T1 y T3)
Efecto animal
Error experimental
35
4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
4.1. CONSUMO
Se realizaron un total de 138 observaciones de consumo. La media general del
experimento fue de 893 gr de MS, con un consumo mínimo de 64 gr de MS y un
consumo máximo de 1589 gr de MS.
Estos resultados son menores a los obtenidos por Nicolaiewsky et al., citados por
Figueroa (1999) quienes evaluaron el consumo de la caña de azúcar molida y trozada, y
obtuvieron consumos promedio de 6,0 kg (equivalente a 1,8 kg de MS) para ambas
presentaciones.
En la misma línea, Mederos et al. (2004) evaluó el consumo por cerdos en recría (32
– 90 kg PV) de los tallos de caña de azúcar frescos y molidos, obteniendo un promedio
de 990 gr de MS/animal/día. Este mismo experimento evaluó el tallo de la caña trozado
a 3 y 40 cm y los desaparecidos se ubicaron en poco más de 3 kg MS/animal/día (el
trabajo de Mederos aclara que debido a problemas en la colecta del rechazo,
contaminación con heces de material masticado y expulsado de la boca de los animales,
el consumo no fue corregido, por lo que los valores presentados por esta autora se
corresponden de mejor manera con un desaparecido y no con un consumo real). Más allá
de las dificultades en la estimación del consumo real de este experimento, se puede
observar la ventaja que ofrece el modo de presentación del alimento en favorecer el
consumo.
Esta afirmación se sustenta en que si el cerdo ha de aprovechar principalmente el jugo
(y un animal adulto parte de la fibra también) la molienda no permite su extracción a
través del masticado, por lo que el consumo podría mejorarse a través de presentar la
caña en trozos.
36
4.1.1. Efecto de los tratamientos
El consumo de sorgo dulce mostró diferencias entre los tratamientos.
Tabla 7: Media y error estándar del Consumo de MS para cada Tratamiento.
Tratamiento
Media (gr)*
Error estándar
1
1137a
71,56
2
1119a
70,49
3
854b
70,63
4
669b
69,82
5
743b
69,82
* - Letras distintas en la columna difieren entre sí con p<0,05.
La tabla anterior muestra que T1 y T2 no difieren entre si, y sí son distintos al resto
de los tratamientos.
Esto permite afirmar que la restricción de concentrado (50% en T1 vs. 30% en T2) no
tuvo efecto sobre el consumo de la planta de sorgo dulce. Este resultado se contradice
con parte de la literatura revisada, ya que Battegazzore (2006) obtuvo una compensación
en el consumo de MS a partir de las pasturas cuando cerdos en recría son sometidos a
una mayor restricción de concentrado. Pero por otro lado, este resultado tiene similitudes
con los encontrados por Barlocco et al., (2005) quienes observaron que cerdas gestantes
con restricción de concentrado no consumen raigrás cuando este empieza a perder valor
nutritivo debido a su alto contenido de fibra.
En un mismo momento (M1) y con una misma restricción de concentrado, el
agregado de melaza (T2 vs. T3) no sólo no logra mejorar el consumo, sino que por el
contrario lo deprime, contradiciendo la bibliografía que cita el uso de melaza como
promotor del consumo (Buitrago et al., Preston, citados por Pérez, 1997).
Si se analiza el momento, el consumo de MS presentó diferencias entre los mismos
(T2 vs. T4). Esto indicaría que la variación en la composición del sorgo luego de
diferirlo en pie desde el otoño al invierno tiene un efecto depresor sobre el consumo.
37
Por último, si bien el ensilaje conserva características similares al cultivo al finalizar
su ciclo (ver figura 5) el consumo también es menor comparado con el sorgo fresco en
el momento 1 (T2 vs. T5), aspecto que seguramente tenga que ver con las características
organolépticas del ensilaje y su palatabilidad.
4.1.2. Efecto del día
El análisis estadístico permitió centrar la atención sobre un aspecto que no estaba
planteado inicialmente. El mismo arroja diferencias de consumo entre los días dentro de
los tratamientos (p<0,0001); es decir, un mismo animal no consume lo mismo a lo largo
de los días dentro de un tratamiento.
La primer hipótesis que se planteó para intentar explicar este comportamiento era que
si el consumo de MS iba aumentando a medida que transcurría la evaluación, el período
de acostumbramiento habría resultado escaso. Ésta fue desechada debido a que las
variaciones eran aleatorias durante el transcurso del tratamiento.
La segunda hipótesis manejada para explicar la variación entre días en el consumo
fue la influencia de las precipitaciones durante el tratamiento; luego del análisis de
varianza correspondiente fue descartada por no arrojar efectos sobre la variable. La
tercer hipótesis proponía que lo que cambiaba a lo largo de los días era el alimento. El
corte y la molienda no se hicieron diariamente sino que se realizaron con intervalos de
hasta 72 hs. A continuación se ilustra como se comporta el consumo diario promedio
cuando se le adjuntan las fechas de corte y molienda para T1 y T2.
38
Figura 1: Consumo de MS promedio diario de las 6 repeticiones para T1, con
fechas de corte y suministro.
MS
(gr)
1.600
1.500
1.400
Corte y molienda: 26/5
Suministro: 27/5 y 28/5
1.300
1.200
1.100
1.000
900
Corte y molienda: 28/5
Suministro: 29/5 y 30/5
800
700
600
27/05/2008
28/05/2008
29/05/2008
30/05/2008
Fechas
Consumo MS T1
Figura 2: Consumo de MS promedio diario de las 6 repeticiones para T2, con
fechas de corte y suministro.
MS
(gr)
1.250
1.200
1.150
Corte y molienda: 26/5
Suministro: 27/5 y 28/5
1.100
1.050
1.000
Corte y molienda: 3/6
Suministro: 3; 4; 5 y 6/6
950
Corte
Cortey ymolienda:
molienda:28/5
6/6
Suministro:
Suministro:
29/57/6
y 30/5
900
850
800
03/06/2008
04/06/2008
05/06/2008
06/06/2008
07/06/2008
Fechas
Consumo MS T2
Al analizar los gráficos anteriores puede observarse como el consumo decae a medida
que transcurre el tiempo entre el corte y el suministro, mientras que vuelve a aumentar
cuando se ofrece sorgo con pocas horas de cosechado.
39
Esto resulta bastante claro en T1, el sorgo cosechado el día previo al inicio del
tratamiento (26/5) obtiene un consumo importante al otro día (27/5, día 1 del
tratamiento, consumo de MS = 1289 ± 81 gr), cayendo drásticamente el día 2 del
tratamiento (28/5, consumo de MS = 798 ± 56) cuando el material ya tiene 48 hs de
cortado y molido. Es de destacar que exactamente el mismo comportamiento se repite
los días 3 y 4 de T1, cortado el 28/5 y suministrado el 29 y el 30/5 (consumo de MS =
1458 ± 107 gr y 971 ± 188 gr para día 3 y 4 respectivamente).
El comportamiento en T2 es similar; en este caso el mismo día de inicio del
tratamiento se cosecha el sorgo y éste se suministra hasta las 72 hs luego de la misma
(día 4 del tratamiento). Los consumos de MS que se obtienen son 1202 ± 201 gr; 1132 ±
174 gr; 1119 ± 149 gr; 969 ± 238 gr y 1132 ± 154 gr para día 1 al 5 del tratamiento
respectivamente.
La caída en el consumo en este caso es lineal a medida que transcurren los días, para
recuperarse parcialmente el último día cuando se vuelve a suministrar sorgo recién
cortado. En este caso además, donde la disminución en el consumo no resultó tan
drástica como en T1 (las disminuciones en T1 rondaron los 500 gr de MS/día, mientras
que en T2 la mayor disminución diaria fue cercana a los 150 gr de MS), posiblemente
exista una influencia de la mayor restricción de concentrado a la que fueron sometidos
los animales en T2, la que pudo haber forzado a los mismos a consumir el alimento aún
cuando perdía palatabilidad.
A nivel de campo podía constatarse como luego de 48 hs de almacenado el material
comenzaba a presentar olores desagradables (acetona) denotando su deterioro. Esto
posiblemente se deba a que en condiciones de anaerobiosis, frente a las bacterias
lácticas, acéticas, etc. que normalmente participan en la fermentación que ocurre en los
ensilajes, hayan proliferado bacterias del ácido butírico pertenecientes al género
Clostridium, las que en una primera fase fermentan los azúcares para formar ácidos
(butirato, acetato), produciendo finalmente acetona, butanol y etanol (fermentación
butanol-acetona) (Parés y Juáres, 1997).
Estos resultados son coincidentes con lo postulado por González (2002), quien
citando a Bobadilla y Preston (1981), plantea que la principal desventaja de utilizar un
alimento con gran contenido de azúcares solubles (jugo de caña) radica en su rápido
deterioro, ya que se ha demostrado que éste fermenta después de 10 a 12 horas de su
40
extracción. Este autor, citando a Duarte et al. (1982), plantea además que bajo estas
condiciones los animales reducen su consumo por el cambio en la palatabilidad.
Cabe destacar que se esperaba obtener un efecto promotor del consumo a partir de la
mayor restricción del concentrado lo cual no se logró, y esto pudo estar asociado a
ofrecer un material que fue perdiendo palatabilidad para los animales.
4.1.3. Efecto del animal
Como consecuencia de que varios animales participaron en más de un tratamiento
(pero no en todos), los efectos del animal se consideraron aleatorios. El análisis de
varianza arrojó diferencias entre los animales en la variable de respuesta (consumo de
MS) con p<0,01.
Debido a esto, se incluyó en el modelo el peso vivo de los animales para explicar las
diferencias en el consumo, y su inclusión cambió la significancia de T3 (que dejaba de
ser distinto a T1 y T2). Por otro lado, el estimador de dicha variable resultó negativo,
con una disminución de 20 gr en el consumo de MS por cada kg de aumento en el peso
vivo. Por lo tanto, si bien desde el punto de vista biológico es deseable analizar el peso
vivo de los animales en su capacidad de consumo, el efecto encontrado posiblemente se
deba a diferencias (habilidad) entre los animales en su capacidad de consumo más allá
de su tamaño.
En este sentido Garín et al., (2003) a partir de un experimento en el que se midió el
consumo diario de forraje de trébol blanco (Trifolium repens), ofrecido como único
alimento en dos genotipos de cerdos en crecimiento (Pampa – Rocha y el cruzamiento
de Large White x Duroc), concluyeron que la variabilidad observada en la ingestión de
forraje sugiere un comportamiento diferencial entre los genotipos.
En la misma línea, Borja y Medel (1998) plantean que el efecto del apetito depende
del perfil genético y así, en animales convencionales la ingesta voluntaria de energía
supera las necesidades para la deposición máxima de proteína, observándose una
tendencia al engrasamiento, mientras que en genotipos mejorados con una elevada
capacidad de deposición de proteína, la ingesta necesaria para lograr el máximo
41
crecimiento de tejido magro puede estar limitada por el apetito del animal,
especialmente en ciertos genotipos muy musculados que se caracterizan por un apetito
reducido (por ejemplo, cerdos de genética Pietrain).
También existe evidencia que sugiere que hay diferencias genéticas en la respuesta
de los cerdos a la fibra dietética y en su capacidad para utilizarla como fuente de energía
(Pond, 1987). Este último aspecto se condice con lo planteado por Varel (1987) quien
reporta datos que sugieren la existencia de diferencias entre los cerdos genéticamente
magros y obesos en su respuesta a dietas con alto contenido de alfalfa.
La información que permita cuantificar los rasgos asociados con la utilización de la
fibra dietética por la población porcina contemporánea, servirá de base para los enfoques
de las estrategias de alimentación destinadas a maximizar la eficiencia de la utilización
de alimentos fibrosos en la producción porcina (Pond, 1987). En este sentido, ya que una
de las principales limitantes para el desarrollo de la producción de cerdos en nuestros
países es la alimentación, y desarrollar tecnologías que permitan utilizar los recursos
disponibles es uno de los desafíos, resulta interesante entonces plantear lo expuesto por
Viñoles et al., (2009), quienes mencionan que parte del problema del cambio
tecnológico en producción animal pasa por identificar los biotipos más eficientes para
cada sistema productivo.
4.2. CARACTERIZACIÓN DEL ALIMENTO
Si bien no es el objetivo central del trabajo, las muestras tomadas a lo largo de cada
tratamiento (las que no son suficientes para realizar un análisis estadístico) permiten
caracterizar de alguna manera los cambios que se producen en la composición química
del alimento desde el final de su ciclo (otoño), a medida que se lo difiere hacia el
invierno.
Una de las hipótesis que planteó evaluar el consumo en dos épocas del año, es que el
cultivo puede ser diferido en pie, manteniéndolo en la chacra sin cosecharlo y el mismo
conservaría características que lo harían valioso como alimento.
42
4.2.1. El sorgo dulce en pie
Las pruebas de consumo son realizadas en dos momentos, M1 (fines de mayo,
principios de junio) y M2 (agosto). En esas instancias el alimento ofrecido es analizado
químicamente.
A los efectos del experimento, M1 podría considerarse como óptimo desde el punto
de vista de la calidad ya que puede suponerse que el alimento vaya perdiendo calidad a
medida que avanza la senescencia de las hojas que serán quemadas con las heladas, así
como por la caída de los granos.
A continuación se presentan los resultados del sorgo en pie ofrecido a los animales en
M1 y M2.
Tabla 8: Análisis químico del sorgo en pie en cada momento (valores de las
distintas fracciones expresados como porcentaje de la MS).
Fracciones
M1
M2
MS (%)
30,0
30,0
PC
4,0
2,6
FDN
52,3
55,9
FDA
28,3
34,9
EE
0,6
0,8
C
6,2
5,1
Los resultados demuestran que se trata de un material con un tenor importante de
carbohidratos estructurales aún en M1 (superior al 50% de la MS). Así mismo se
observa un bajo tenor de PC, lo cual es propio de la especie (Fassio et al. 2002). Por otra
parte, la variedad M81 es de porte alto y normalmente los tenores de proteína han sido
inferiores a los de porte bajo, en función de una menor participación de las hojas,
panojas y granos en el total de la MS (Zago, citado por Ribeiro et al., 2007). Esto se
condice con el contenido superior de PC (6,02%) encontrado en la variedad de porte
bajo “Topper”, la que se ensiló en el mismo momento que la variedad en estudio.
43
Las características del material utilizado en este experimento son similares a las
publicadas por Vilaró (2008), los que mostraban al sorgo dulce variedad M81, con
valores de FDN en el entorno del 53%, FDA del 34%, y 5,7% de PC, con un 29% de MS
al estado de grano lechoso – pastoso.
Los resultados en M2 muestran valores esperables, menor tenor de PC y mayor peso
de los componentes estructurales. Cabe destacar que el porcentaje de MS fue el mismo,
lo que refleja que aún sin hojas, la planta no se encontraba totalmente senescente.
En M2 el cultivo en la chacra constaba de los tallos únicamente, prácticamente el
total de hojas estaban secas y permanecían unas pocas panojas. Esto puede observarse en
el gráfico siguiente en la que se presenta la participación de las diferentes partes de la
planta en el peso seco total de la misma.
En M1 la planta se encontraba en grano duro, con senescencia únicamente en las
hojas basales, por lo que se puede comprobar el importante aporte de hojas y sobre todo
de los granos al peso total de la planta (Anexos, imagen 4).
Figura 3: Participación de las distintas partes de la planta en la MS total en cada
momento.
% 100
90
92,8
80
70
54,7
60
50
40
30
20
25,6
19,7
5,5
10
1,7
0
1
2
Momentos
panojas
hojas
tallos
En función de las características químicas, y aplicando las ecuaciones propuestas por
Ewan, citado por NRC (1998) para EB; Noblet y Perez, citados por NRC (1998), para
ED; y la corrección propuesta por Noblet y Shi, citados por NRC (1998) para cerdas
44
adultas alimentadas de forma restringida, se puede obtener una aproximación al aporte
de ED de la planta entera de sorgo dulce en cada momento.
Momento 1 = 2319 kcal ED/kg MS
Momento 2 = 2304 kcal ED/kg MS
Se puede observar que si bien algunos parámetros de calidad del alimento varían de
un momento al otro, el aporte energético que podría hacer luego de diferirlo en el tiempo
es similar, lo que estaría confirmando una de las hipótesis planteadas.
4.2.1.1. Sorgo dulce con agregado de melaza
El sorgo molido se mezcló con una solución de melaza de manera de estudiar si esto
mejora la palatabilidad y por tanto el consumo. El agregado de melaza no tuvo como
objetivo cambiar el contenido energético del alimento pero naturalmente, las
características del sorgo molido con melaza varían respecto al sorgo sin melaza. Las
mismas se presentan en la tabla siguiente.
Tabla 9: Análisis químico del sorgo molido en M1 con el agregado de melaza.
Fracciones
Porcentaje
MS (%)
24,0
PC
3,27
FDN
44,4
FDA
24,5
EE
0,95
C
6,1
Los cambios más importantes se reflejan en el contenido de MS el que obviamente
disminuye (30 a 24%) al humedecer el material con la solución de melaza; así como la
dilución de la proteína y los componentes estructurales del sorgo (FDN y FDA), los que
en promedio representan el 84% del material sin melaza.
45
Desde el punto de vista energético, el sorgo con melaza presentaría 2535 kcal de
ED/kg de MS, un 9% más que el material sin melaza.
4.2.2. El sorgo dulce ensilado
El ensilaje se realizó el 28 de mayo de 2008, al estado de grano pastoso – duro.
Carvalho et al. citados por Ribeiro et al. (2007) consideran los estados de grano harinoso
y duro son los más indicados para la producción de ensilajes de sorgo (con tenores de
MS del orden del 30%) ya que se obtienen los mayores rendimientos por área cultivada;
mientras que Romero et al. (2002) plantean que en fechas tardías además de aumentar el
contenido de MS, los valores de FDN y FDA disminuyen y por lo tanto la digestibilidad
mejora.
Tabla 10: Análisis químico del ensilaje de sorgo dulce M81.
MS
PC
FDN
FDA
EE
C
pH
27
5,3
53,0
29,6
3,9
7,0
4,1
Las características de las plantas al momento de ensilar son las presentadas en la tabla
8 (M1), y la partición de la MS muestra un importante aporte del peso de los granos en
el total debido al avanzado estado de madurez en el que se realizó el ensilaje, si se lo
compara con los valores obtenidos por Terra et al. (2006), en los que la partición de la
MS presentó un 70% acumulado en los tallos, 10% en hojas y 20% en panojas, al ensilar
al estado de grano lechoso – pastoso.
Las plantas muestreadas al momento de ensilar presentaron un contenido de MS de
36%, sin embargo el contenido de humedad del ensilaje fue del 27%. Esto pudo deberse
a varias causas, filtraciones de agua de lluvia dentro del silo, a que las plantas colectadas
en chacra previo al ensilaje no fueran representativas de todo el cultivo, o a que el
material no haya podido compactarse debidamente cuando se almacenó para ensilarlo;
ésto último implica que el contenido de humedad aumente debido a que el agua es uno
de los productos finales cuando se producen procesos respiratorios al interior del silo. Es
posible que esto no se deba a una de las tres causas sino a la sumatoria de pequeños
efectos de cada una de ellas.
46
Conociendo el contenido de nitrógeno amoniacal (N-NH3), nitrógeno insoluble en
detergente ácido (NIDA) y ácido láctico se puede tener una idea de como se ha
desarrollado el proceso de conservación. También es posible evaluar si el proceso se ha
desarrollado satisfactoriamente si se conoce el pH del ensilaje y se lo relaciona con el
contenido de MS. Ensilajes con bajos porcentajes de MS necesitan alcanzar pH menores
que aseguren la correcta acidificación del medio. Existen tablas que relacionan ambos
valores (Bruni, com. pers.) y las mismas consideran que ensilajes con contenidos de MS
de entre 25 y 30% deben alcanzar un pH de 4,2 a 4,4 para inferir que el proceso
fermentativo se llevó a cabo satisfactoriamente.
Las características organolépticas (olor, color, etc.), presencia de hongos, etc. al
momento de la extracción de la muestra, así como al momento del suministro durante el
tratamiento permite también caracterizar el estado de conservación del material.
Las observaciones durante el experimento permiten afirmar que el material estaba
bien conservado, no se observó presencia de hongos, presentaba olor a frutas y buen
color. Así mismo el pH de 4,1 está por debajo del óptimo para el contenido de MS del
ensilaje.
El ensilaje de sorgo contendría 2421 kcal de ED/kg de MS.
4.2.3. Características químicas del sorgo dulce según el modo de conservación
La primera observación a resaltar es la caída lineal en el contenido de PC al diferirlo
en el tiempo, así como en pocos días en los sucesivas determinaciones químicas que se
realizaron durante M1. El principal aporte a la PC lo representan las enzimas encargadas
de la fotosíntesis por lo que es esperable que con la senescencia de las hojas el contenido
de PC disminuya.
47
Figura 4: Evolución del contenido de PC en el sorgo en pie.
PC (%) 4,5
4,2
4
3,5
3,78
3
2,5
2
3,27
2,64
Momento 1
Momento 2
1,5
y = -0,0154x + 614,77
1
2
R = 0,8223
0,5
0
12/ma y
01/jun
21/jun
11/jul
31/jul
20/a go
09/s ep
Tiempo
A continuación se presenta gráficamente como evolucionan algunos parámetros de
calidad de la planta de sorgo dulce mantenida en pie en el campo y comparada con el
material ensilado.
Figura 5: PC, FDN y FDA del sorgo en pie en ambos momentos y ensilado.
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
PC
FDN
Momento 1
Momento 2
FDA
Ens i l ado
Al observar los distintos métodos de conservación evaluados se puede comprobar la
ventaja que ofrece el ensilaje frente a su conservación en pie en el campo, ya que éste
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mantiene contenidos de PC y componentes estructurales similares a los de la planta al
final de su ciclo.
Figura 6: ED estimada para el sorgo en pie en ambos momentos y ensilado.
2600
ED
(kcal/kg MS)
2400
2200
2000
1800
1600
1400
1200
1000
En pi e M1
En pi e M2
Ens i l a do
ED
Si bien algunos parámetros de calidad (FDN, FDA, PC) del sorgo cambian de M1 a
M2, así como frente al ensilaje, dichos cambios no estarían representando una variación
en el contenido estimado a través de ecuaciones de ED de cada material.
4.3. CAPACIDAD PARA CUBRIR LOS REQUERIMIENTOS DE LA CERDA
GESTANTE
El rechazo dejado por el animal incluía material que no fue consumido pero también
material que fue masticado y luego devuelto, por lo que la composición química del
rechazo varió respecto al material ofrecido (ver análisis químicos en Anexos); este
aspecto hace pensar que los animales pudieron haber aprovechado de mejor forma los
nutrientes ofrecidos por la caña del sorgo.
En función de lo mencionado anteriormente, y del consumo de MS obtenido en cada
tratamiento, se estimó el aporte de ED (Mcal/día) que es capaz de brindar el alimento.
Por otro lado, aún tratándose de un alimento con un aporte muy escaso de proteína, se
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estimó teniendo en cuenta las mismas consideraciones que para la ED el aporte proteico
del mismo.
Tabla 11: Aporte a los requerimientos de la cerda gestante.
ED
Momento /
Forma de
Req.
Aporte
conservación (Mcal/día) (Mcal/día) % Req.
M1
M2 pie
M2 ensilado
7.664
3.203
42%
1.996
26%
2.255
29%
PC
Req.
(gr/día)
250
Aporte
(gr/día)
% Req.
51
20%
19
8%
53
21%
Como lo ilustra la tabla anterior, en función de los niveles de consumo obtenidos, el
sorgo dulce en el momento 1 lograría aportar poco más del 40% de la ED y alrededor del
20% de la PC que requiere la cerda en gestación.
La práctica de diferir el cultivo en pie hacia el invierno tiene como consecuencia que
pierda gran parte de su escaso contenido proteico, lo que junto a la disminución en el
consumo hacen prácticamente insignificante el aporte de este nutriente en invierno.
Como se planteara anteriormente (figura 6), el contenido de ED se mantendría y la
disminución en su aporte se debe a la merma en el consumo cuando el cultivo se difiere.
Respecto al ensilaje, si bien tiene ventajas para conservar los nutrientes contenidos en
el alimento para diferirlo hacia el invierno, los consumos obtenidos cubrirían casi un
30% de la ED requerida.
De contrastar estos resultados con los propuestos por otros autores para alimentos
similares, se puede mencionar que superan a los obtenidos por Di Doménico et al.
(1990) y Linari y Sahonero (1992) quienes concluyen que en cerdas gestantes es posible
cubrir un 20% de los requerimientos diarios de ED el primero, y un 28% el segundo, al
evaluar el consumo de sorgo forrajero en estado vegetativo.
Si bien el consumo de forraje verde fue superior en estos trabajos al obtenido en el
presente (entre 4,2 y 4,8 kg/cerda/día vs. 3,0 kg/cerda/día), las diferencias en el
contenido de MS entre el sorgo forrajero en estado vegetativo y el sorgo dulce al final de
su ciclo (15 vs 30%), resultaron en que el consumo de MS para los trabajos
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mencionados haya superado apenas los 600 gr/día, y esto explicaría las diferencias en el
aporte energético. Sin embargo, el sorgo forrajero presentó un mayor contenido de PC,
14 – 15%, por lo que aún con un menor consumo de MS realizó un mayor aporte a los
requerimientos de PC de la cerda.
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5. CONCLUSIONES
1. La mayor restricción de concentrado no tuvo efecto sobre el consumo de MS de
sorgo dulce.
2. El agregado de melaza tuvo un efecto depresor sobre el consumo de MS de sorgo
dulce.
3. El consumo de MS del sorgo dulce según los dos momentos del año evaluados
presentó diferencias, disminuyendo en M2 respecto a M1.
4. Diferir el alimento mediante la técnica de ensilaje no mejoró el consumo
obtenido en M2 frente al obtenido con el alimento diferido en pie en el campo.
5. El nivel de consumo obtenido en M1 (otoño) permite que el alimento aporte el
20% de la PC y el 42% de la ED requeridos por la cerda gestante en condiciones
de campo, mientras que el obtenido en M2 (invierno) permite aportar un 8% de
la PC y el 26% de la ED cuando se lo difiere en pie, y el 21% de la PC y el 29%
de la ED cuando se lo conserva ensilado.
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