puede reconocerse por lo común bastante bien lo referente á los cultivos y producciones del suelo patrio en presencia de lo existente todavía, y con los datos suministrados por otros escritos árabes. El cultivo del arroz (Ort/za sativa L.J nos viene del tiempo de los árabes, y también á ellos debérnosla adquisición del Sorgo común (¡Sorghum vulgar e Pers.) llamado Alcandía, Melca ó Saina, é igualmente habíase introducido sin duda en España, durante la dominación árabe, el Sorgo azucarado (Sorgliwm saccJiaratum Pers.), bien poco diferente del vulgar en sus caracteres botánicos. Presta fundamento para creerlo el Libro citado, donde se trata de la siembra del panizo, llamado Dojon en árabe (1) ó Dochn, como escribe Forskal, cuyo Holcus Dochna es precisamente el Sorgo azucarado, que algunos suponen recientemente adquirido. Además, el agrónomo sevillano habla de otro panizo llamado en árabe Dorrat, ó mejor Dsorrat, semejante al anterior y cultivado del mismo modo, como que es el Sorgo común designado por Forskal con el nombre de Holcus Burra. Pero los árabes no estimaron el Dojon como planta azucarera, prefiriendo con razón la Cana de azúcar (Saccharum officinarum L.J, cuyo cultivo establecieron en España, siendo uno de los ricos dones que más tarde habían de ser transmitidos á las colonias americanas. Entre las gramíneas y como cereal, se cuenta el Panizo de Daimiel ó espigado (Penicillaria spicata Willd.J, tenido por Linneo como Holco, el cual se siembra en algunas de nuestras provincias. y se habrá recibido de los moros que lo cultivan en África, procediendo de la India como las anteriores plantas. Varias hortalizas introdujeron los árabes , tales como las Espinacas (¿¡pinada olerácea L.J, procedentes de Oriente y que desde España pudieron extenderse por el resto de Europa, siendo cierto que en tiempo de EBK-EL-AWAM eran cultivadas en Andalucía por lo meüos, según expresamente lo indica (2), manifestando que en Sevilla se sembraban las tempranas por Enero. También las Berengenas (Solamim esculentum Dun.J, de ori(1) Los hebreos conocieron el Sorgo con el nombre de Dojez, aplicado probablemente á una y otra especie. (2) Desvanécense así las dudas que Alfonso Decandolle muestra sobre el particular en la pág. 846 de la Geogr. bolán. (18t¡$.)