DIRECCION GENERAL DE EDUCACION SUPERIOR AREA DE DESARROLLO CURRICULAR EDUCACION INICIAL APORTES PARA LA UNIDAD CURRICULAR: SEMINARIO DE DEFINICION INSTITUCIONAL Problemática de la Diversidad en el Nivel Inicial En esta instancia académica de estudio de problemáticas relevantes para la formación profesional, incluye la reflexión crítica de las concepciones o supuestos previos sobre la problemática seleccionada a trabajar a lo largo de este seminario en el mismo los alumnos que concurren a sus instituciones ya incorporaron una basta experiencia de observación del contexto socio cultural la que profundizaran a través de la lectura y debates de los materiales bibliográficos. A la misma vez esta unidad le permitirá elaborar un pensamiento práctico ejercitando el trabajo reflexivo, manejo de literatura especifica, y produciendo su propio material el cual contendrá una investigación que será aplicado en su futuro desempeño como profesional de la educación lo largo de la misma. La problemática de la Diversidad en el Nivel inicial nos permite plantearnos y problematizarnos sobre los siguientes interrogantes: En primer lugar, cabría preguntarse qué debe entenderse por diversidad. ¿Se trata de un concepto unívoco?, o por el contrario, ¿se trata de un término que admite múltiples interpretaciones? En segundo lugar, el abordaje de la diversidad que interesa es el que tiene trascendencia pedagógica y entonces, las preguntas serian: -¿podemos concebir a todos los alumnos como diversos, o sólo a aquellos que se salen de la norma? - ¿Qué aspectos del currículum deben ser transformados frente a la consideración de la diversidad?, 1 - ¿Es posible atender a la diversidad a partir de un currículum común?, o ¿necesitamos de tantos Currículos como culturas o personas atendamos pedagógicamente? El reto de la diversidad tiene una fuerte connotación justiciera y en consecuencia, exige una profunda reforma curricular que afecte todos sus factores y elementos. Una reforma de tal naturaleza que transforme el currículum en un instrumento abierto a todas las identidades de los distintos colectivos y de las diversas comunidades de la sociedad, y que permita una relectura de dichas identidades, una relectura que, precisamente, sea liberadora de los condicionamientos impuestos por las asimetrías del poder imperante. Si las diferencias humanas son inherentes al desarrollo y constituyen un reto para la acción educativa, la respuesta educativa requiere considerar todas estas individualidades desde un planteamiento global, donde se personalicen los procesos de enseñanzaaprendizaje. Aquí es donde surge el concepto de educar en y para la diversidad. Por tanto, educar en y para la diversidad es un concepto construido sobre ideales filosóficos de libertad, justicia, igualdad y dignidad humana, que deberían estar recogidos en los documentos institucionales que rigen la vida del centro, no como un mero trámite administrativo y burocrático, sino porque representan la opinión consensuada de un grupo de personas que de manera colaborativa han llegado a ese posicionamiento. Así, es un proceso en el que toda la comunidad educativa tiene que estar comprometida (profesores, padres, alumnos, autoridades,…), puesto que no implica desarrollar procesos de enseñanza-aprendizaje mecanicistas, técnicos sino tener en cuenta cuestiones sociales, la idiosincrasia de cada grupo e incluso la propia biografía, circunstancias y características de los alumnos en desventaja dentro del grupo, consiste en valorar la diferencia por cuanto la diversidad no solamente se encuentra entre los hombres de diferentes culturas, sino que las diferencias son del ámbito personal, regional y local. La diversidad está presente en el ser humano desde el momento que cada persona tiene sus propias características evolutivas, distintos intereses académicos-profesionales, expectativas y proyectos de vida, especialmente, a partir de la etapa de la educación secundaria. Además de estas manifestaciones, podemos encontrar otras de carácter individual, como pueden ser las deficiencias intelectuales, físicas, sensoriales, altas capacidades, o aquellas otras que se manifiestan en contextos socioculturales desfavorecidos o relacionados con las minorías étnicas y culturales. Sin embargo, en muchas ocasiones el término diversidad es entendido desde un punto de vista reduccionista, circunscrito únicamente a aquellos alumnos que se apartan del común del alumnado, es decir, se asocia con situaciones extraordinarias y excepcionales (Mendia Gallardo, 1999). Este estrecho punto de vista dificulta un tratamiento global de la diversidad y favorece un tratamiento individual y ligado al modelo del déficit. Por lo tanto, cada vez es más evidente que las formas tradicionales de escolarización ya no son lo suficientemente adecuadas para atender a la diversidad del alumnado 2 presente en las aulas, por lo que se requiere del sistema educativo un ajuste en sus respuestas que haga posible que la enseñanza llegue a todos los alumnos y alumnas. La atención a la diversidad es una responsabilidad de la educación común porque las diferencias son inherentes al ser humano y están presentes en cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, al igual que ha ocurrido en la sociedad, las diferencias en el ámbito educativo se han obviado, lo que ha dado lugar a la creación de estructuras y propuestas educativas diferenciadas para distintos colectivos de alumnos y alumnas (niños con discapacidad, niños indígenas ,niños en riesgo socio cultural) La atención educativa a la diversidad está condicionada asimismo por la concepción que se tenga sobre las dificultades de aprendizaje. Como señala Ainscow (1998), existe una tendencia muy arraigada a percibir las diferencias en función de criterios normativos, de tal manera que aquellos alumnos que no se ajustan a los criterios establecidos como normales o estándares, son considerados diferentes, con dificultades o anomalías, y en consecuencia han de ser objeto de programas o servicios diferenciados, o simplemente son excluidos del sistema. Otra forma distinta es considerar que cada alumno tiene unas capacidades, intereses, motivaciones y experiencia personal única, es decir, la diversidad está dentro de “normal”. Desde esta concepción el énfasis está en desarrollar una educación que valore y respete las diferencias, viéndolas como una oportunidad para optimizar el desarrollo personal y social y no como un obstáculo en el proceso de enseñanza-aprendizaje. 3 Bibliografía de Consulta: Una introducción a la enseñanza para la diversidad: aprender en aulas heterogéneas. Anijovich Rebeca; Malbergier Mirta; Sigal Celia.(2004) ¿Y si el otro no estuviera ahí? Skliar, Carlos. Miño y Dávila editores (2007) La educación (que es) del otro. Skliar Carlos. Noveduc. Experiencia y alteridad en educación. Skliar, Carlos, Larrosa Jorge (comp) Homo Sapiens Ediciones, 2009. Pedagogía Diferenciada: de las intenciones a la acción. Perrenoud, Philippe. Editorial Popular. Artículos Académicos: Educar en y para la diversidad .Pilar Arnaiz Sánchez. Facultad de Educación. Universidad de Murcia. Las escuelas son para todos. Pilar Arnaiz Sánchez Hacia una escuela para todos y con todos. Rosa Blanco G. OREALC/UNESCO Santiago Lic. Sylvia Núñez nuez_sylvia @yahoo.com.ar 4 5