NORMA Oficial Mexicana NOM-020-SEMARNAT2001, Que establece los procedimientos y lineamientos que se deberán observar para la rehabilitación, mejoramiento y conservación de los terrenos forestales de pastoreo Análisis de pertinencia y aplicación Dirección de Regulación Ambiental Agropecuaria Noviembre, 2014 INDICE Página I. INTRODUCCIÓN 1 II. ANÁLISIS TÉCNICO. GANADERÍA Y MEDIO AMBIENTE 2 a. La visión global del cambio 3 b. La situación actual de los ecosistemas forestales 6 c. La secuencia de cambio en los ecosistemas 8 d. Las formas de cambio de uso de suelo 9 e. Las políticas de apoyo a la ganadería 16 III. ANÁLISIS JURIDICO 19 IV. ANALISIS DE APLICACIÓN 26 V. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 28 INDICE DE FIGURAS Fig. Página 1 Vegetación primaria potencial de México 4 2 Uso del Suelo y Vegetación en México, 2007 4 3 Comparación entre la vegetación primaria potencial y la vegetación y uso del suelo en 2007. 5 4 Vegetación primaria y secundaria por tipo de formación en México 7 5 Superficie perdida y tasa de cambio anual para selvas, bosques, matorrales y pastizales en México, 1976 -2007 9 6 Grado de fragmentación y condición de la vegetación en algunos ecosistemas de México, 2007 11 7 Superficie ganadera y usos del suelo en México, 2007 13 8 Comparación entre la Vegetación Potencial Primaria y la Superficie ganadera y usos del suelo en México en 2007 14 9 Superficie ganadera por entidad federativa. 14 10 Grado de sobrepastoreo por entidad federativa 16 I. INTRODUCCIÓN La Norma Oficial Mexicana NOM-020-RECNAT-2001, Que establece los procedimientos y lineamientos que se deberán observar para la rehabilitación, mejoramiento y conservación de los terrenos forestales de pastoreo (En adelante, NOM-020 o Norma), fue publicada en diciembre del año 2001 y establece lineamientos básicos para rehabilitar, mejorar y conservar terrenos forestales explotados por la ganadería extensiva para pastoreo de rumiantes. Considera como campo de aplicación la observancia obligatoria para quienes realicen actividades pecuarias y faunística, cuyo sustento se base en el aprovechamiento de la vegetación forestal natural o inducida, en terrenos forestales. Las ramas productivas de la ganadería extensiva que son predominantes en el uso de terrenos forestales para el pastoreo son la bovina para carne y para doble propósito, aunque en las regiones centro y noreste del país también se presenta la ganadería de ovi – caprinos. La introducción de la NOM-020 refiere algunos de los problemas básicos de la ganadería de pastoreo en ecosistemas forestales: Ocupa parte importante de los ecosistemas de zonas áridas, semiáridas, de bosques templados y selvas. La cobertura geográfica de la ganadería de pastoreo asciende a alrededor de 114 millones de hectáreas, 52 millones de las cuales son de ecosistemas de matorrales. La primera de esas cifras, representa casi tres quintas partes del territorio nacional. Agrega la NOM-020, que distintas zonas boscosas han sido utilizadas con sistemas de pastoreo extensivo, lo que ha conducido a una disminución considerable del potencial forrajero de estas zonas y que esto, en gran parte, se debe a una presión de uso que rebasa la recuperación natural de los ecosistemas, y a la ausencia de prácticas de manejo que permitan su conservación. Asimismo señala que el sobrepastoreo causado por el manejo inadecuado del ganado, degrada el suelo, incrementa la compactación, reduce la filtración de agua, aumenta los escurrimientos, modifica la estructura del suelo, y reduce la acumulación de materia orgánica; además provoca cambios en la vegetación natural, desplaza, disminuye o elimina especies de flora y fauna silvestre, disminuye la población de especies perennes forrajeras e incrementa la de las especies menos productivas, y disminuye la biodiversidad en general. 1 de 33 En unas cuantas líneas la introducción de la NOM-020 da una sinopsis de la problemática de la relación ganadería extensiva - ecosistemas forestales del país que según la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable incluye entre ellos a los matorrales. Se puede agregar que la ganadería es una rama básica de la producción nacional, porque aporta parte importante del PIB agropecuario, genera empleo y, en específico, las ramas bovinas producen poco más del 30% de la carne y del 98%1 de la leche que concurre al mercado interno, sin embargo, requiere mejorar su desempeño ambiental, principalmente en los ecosistemas que aprovecha, tal y como lo demuestra la información sobre el desempeño ambiental de la ganadería, que se extrae de estudios recientes del medio ambiente mexicano. La siguiente información justifica, amplia y actualiza los elementos de diagnóstico de la introducción de la NOM-020 vigente y muestra la necesidad de mejorar el desempeño de la ganadería de pastoreo para preservar los ecosistemas forestales del país, para disminuir su contribución a la generación de gases de efecto invernadero, y para propiciar su adaptación a los efectos del cambio climático. Es claro que una norma oficial mexicana por sí sola no puede lograr estos objetivos, pero en su calidad de instrumento normativo puede jugar un papel relevante y complementario a otros instrumentos en una estrategia tendiente a impulsar la sustentabilidad ambiental de esa rama. II. ANÁLISIS TÉCNICO. GANADERÍA Y MEDIO AMBIENTE En México, como en otros lugares del mundo el sector pecuario es un gran usuario de tierras y tal como lo señala el Informe “La larga sombra del ganado” 2 tiene una considerable influencia en los mecanismos de degradación de las tierras en el contexto de una creciente presión sobre este recurso. De acuerdo a este Informe de la FAO, en los sistemas basados en la tierra, dos regiones presentan los problemas más graves. Se puede observar un proceso de degradación de los pastizales, en particular en las zonas áridas y semiáridas de África y Asia, que está presente también en las zonas subhúmedas de América Latina. Asimismo, hay un problema con la expansión de los pastos y la transformación de bosques en pastizales, que afecta sobre todo a América Latina. 1 2 SIAP-SAGARPA-INEGI. Información para el año 2012. Cuadros editados en sus portales de Internet, actualizados a agosto del 2013. FAO, 2009. La larga sombra del ganado. Problemas ambientales y opciones. Roma, 2009 2 de 33 En México, la ganadería extensiva sigue, aunque en menor medida que en el siglo pasado, creciendo a expensas de los ecosistemas naturales, pero también influye determinante el proceso de degradación de pastizales y matorrales que conducen a cambios en la vegetación y a la desertificación. Asner et al. (2004) sugiere tres tipos de síndrome de degradación de los ecosistemas relacionado con el pastoreo: desertificación (en climas áridos); aumento de la cobertura de plantas leñosas en praderas subtropicales y semiáridas; deforestación (en climas húmedos). Aunque la ganadería suele tener impactos en la cantidad y calidad de recursos hídricos y en la contaminación atmosférica, particularmente con emisiones de gases de efecto invernadero propulsores del calentamiento global, en este análisis sólo se abordará el aspecto de degradación de tierras o ecosistemas terrestres, ya que es el ámbito en el que la NOM 020 puede tener una incidencia. En México, la presión sobre la tierra (ecosistemas terrestres) ha sido intensa, sobre todo, a partir de las décadas de los años cuarenta y cincuenta. En la edición más reciente del Informe sobre la situación del medio ambiente, SEMARNAT (2012), se describe el estado de la cubierta vegetal y usos del suelo, que son variables básicas para apreciar el estado de los sistemas terrestres; asimismo, se analizan los factores causales. El análisis de esta información describe procesos de cambio, que se exponen a continuación. a. La visión global del cambio. El país tiene una superficie aproximada de 196 millones de hectáreas. INEGI elaboró la Carta de Vegetación Primaria Potencial (hipotética) desde 2001, integrada por las formaciones vegetales originarias del país. Se debe comentar que cada una de ellas aporta la base de producción primaria natural sobre la que se han desarrollado nuestros ecosistemas. La carta de vegetación primaria potencial es un instrumento que, al compararla con el estado actual de las formaciones vegetales/ecosistemas, permite deducir los cambios ocurridos. En este sentido, es útil comparar gráficas del informe de SEMARNAT 3, que confrontan el presente, con la situación original; tal como se muestra en las Figuras 1 y 2. 3 SEMARNAT. Informe de la situación del medio ambiente en México. Edición 2012. México. 382 pp., pp. 53, 48 y 44. 3 de 33 Figura 1. Vegetación primaria potencial de México Nota: 1. Incluye: chaparral, mezquital, bosque de mezquite, mezquital tropical, palmar natural, sabana y vegetación de dunas costeras. Fuente: SEMARNAT 2012, Informe de la situación del medio ambiente en México, con datos de: INEGI. Carta de vegetación primaria potencial, escala 1: 1 000 000. México. 2001., (p. 53) Figura 2. Uso del Suelo y Vegetación en México, 2007 Nota: Incluye: chaparral, mezquital, bosque de mezquite, mezquital tropical, palmar natural, sabana, vegetación de dunas costeras y palmar inducido. Fuente: SEMARNAT 2012, Informe de la situación del medio ambiente en México [Elaboración propia con datos de: INEGI. Carta de Uso del Suelo y Vegetación Serie IV (2007), escala 1: 250 000. México. 2011. (p. 48)] 4 de 33 La representación cartográfica de esta comparación queda de la siguiente forma: Figura 3. Comparación entre la vegetación primaria potencial y la vegetación y uso del suelo en 2007. Vegetación primaria potencial en México Vegetación y uso del suelo en México, 2007 (p. 53) (p. 44) El Informe de SEMARNAT ubica el periodo culminante del proceso de cambio que condujo al medio ambiente actual al señalar que el crecimiento poblacional global ocurrido durante el siglo XX, acompañado por el intenso desarrollo industrial y urbano, trajeron consigo la mayor transformación de los ecosistemas terrestres registrada por el hombre…”4. Para el caso de México, se puede recordar que nuestro territorio siempre ha estado influido por el clima de trópico húmedo del centro hacia el sur y por climas semiáridos y secos del centro hacia el norte; su morfología integrada por serranías y altiplanos en un país que es más ancho en el norte, se hace angosto de forma más o menos progresiva, hacia el sur, hasta llegar al istmo de Tehuantepec, punto a partir del cual se vuelve ampliar en una zona integrada por la planicie costera de Tabasco, los altiplanos del sur y la península de Yucatán. Sus formaciones vegetales/ecosistemas estuvieron integradas, como se consigna en la Figura 1, por casi 30% de matorrales xerófilos, otro tanto por selvas tropicales y casi una cuarta parte bosques templados. Esta configuración morfológica, climática y 4 SEMARNAT. Informe de la situación del medio ambiente en México. Edición 2012. México. 382 pp., p. 40. 5 de 33 ecológica proviene desde hace 10 mil o 7 mil años, a decir de paleontólogos y arqueólogos. La situación actual también es descrita en las Figura 2 y será analizada enseguida, sólo cabe preguntar sobre el papel que juega en este proceso la ganadería de pastoreo que, según la SAGARPA ocupa alrededor de 110 millones de hectáreas, el 56% del territorio nacional. Parece pertinente la aclaración previa de que según la SEMARNAT, la información utilizable para analizar la evolución de los ecosistemas terrestres del país, así como para identificar y comparar sus diferentes etapas, está referida al periodo que inicia en la década de 1970 y llega hasta el año 2007. Se basa en las Cartas de Vegetación y Usos del Suelo que INEGI ha editado en 4 series. La primera corresponde a los años setenta y fue levantada mediante fotografía aérea; las otras tres series están fechadas en 1993, 2002 y 2007 y se basan en fotografías de satélites. La limitante de todas estas series radica en que sólo capta cambios radicales y completos en las formaciones vegetales, la mayoría de los cuales se originaron por desmontes agropecuarios. No puede captar los cambios graduales en la estructura y funciones de las formaciones vegetales y de los ecosistemas forestales, provocados por el pastoreo, salvo cuando se evidencian sus efectos acumulativos. b. La situación actual de los ecosistemas: De acuerdo a la información disponible la situación actual de los ecosistemas / formaciones vegetales es la siguiente: 5 De acuerdo con la Serie IV, en el 2007 el 71.8% del país, alrededor de 140 millones de ha estaba cubierto por comunidades naturales; la superficie restante, poco más de 56 millones de hectáreas, (alrededor del 28% del territorio), había sido convertida a terrenos agropecuarios, urbanos y otras cubiertas antrópicas.5 Sin embargo no toda la vegetación natural remanente se encontraba en buen estado de conservación, sólo el 69.5% (poco más de 97 millones de hectáreas) conservaba el estado primario. Esta condición corresponde a la vegetación en la que permanecen la mayoría de las especies del ecosistema original, los procesos ecológicos no han sido alterados significativamente, no presenta perturbación considerable y es, en principio, SEMARNAT. Informe de la Situación del Medio Ambiente en México. Edición 2012. México. 382 pp, p. 47. 6 de 33 la de mayor importancia por su biodiversidad y por su provisión de servicios ambientales.6 De acuerdo a la Carta de Vegetación Primaria Potencial (ver Figura 1), los matorrales ocuparon 29% del territorio, seguidos por las selvas (28%) y los bosques (24%). Pero en 2007, se conserva solamente el 73% de la superficie original de bosques, 58% de las selvas, 90% de los matorrales y el 61% de los pastizales, lo que representa una pérdida neta de poco más de 23 millones de hectáreas de selvas, casi 13 millones de bosques, 5.5 millones de matorrales y cerca de 6.4 millones de pastizales. Aun cuando la mayor parte de estas transformaciones ocurrieron antes de los años setenta, en las últimas décadas se registran aún pérdidas importantes (mayores a las 100 mil ha anuales), particularmente en el caso de selvas y matorrales7 como puede apreciarse en la Figura 4. Figura 4. Vegetación primaria y secundaria por tipo de formación en México Nota: 1. La superficie de pastizales de 1976 no se muestra por encontrarse agregada con otros tipos de vegetación en la fuente original. Fuentes: SEMARNAT 2012, Informe de la Situación del Medio Ambiente en México con datos de: INEGI. Carta de Uso del Suelo y Vegetación Serie I (1968-1986), escala 1: 250 000. México. 2003. INEGI. Carta de Uso del Suelo y Vegetación Serie II (1993), escala 1: 250 000. México. 2004. INEGI. Carta de Uso del Suelo y Vegetación Serie III (2002), escala 1: 250 000. México. 2005. INEGI. Carta de Uso del Suelo y Vegetación Serie IV (2007), escala 1: 250 000. México. 2011. El Informe de la SEMARNAT ubica la fase aguda del proceso de degradación de los ecosistemas terrestres en los últimos 50 años, tanto a nivel mundial, como en México y comenta que “estas rápidas y profundas transformaciones, con efectos 6 SEMARNAT. Informe de la Situación del Medio Ambiente en México. Edición 2012. p. 49. 7 SEMARNAT. Informe de la Situación del Medio Ambiente en México. Edición 2012. pp. 52 y 53. 7 de 33 en ciertos casos aún desconocidos, han impactado procesos ambientales locales, regionales y globales, acelerando la pérdida de la biodiversidad y provocando la pérdida o el deterioro de muchos servicios ambientales como la disponibilidad del agua, la regulación del clima y la regulación de los ciclos biogeoquímicos, entre otros.” 8 c. La secuencia de cambio en nuestros ecosistemas. Esta secuencia es descrita por el Informe de SEMARNAT, edición 2012, en estos términos: Entre la década de los años setenta y 1993, se perdieron alrededor de 8.3 millones de hectáreas de vegetación natural, a un ritmo promedio de 490 mil hectáreas por año. Del total de la superficie transformada, 3.5 millones de hectáreas correspondieron a selvas (que cambiaron de uso a una velocidad promedio de 206 mil ha anuales), 537 mil de bosques (32 mil por año) y 2.3 millones de matorrales (135 mil ha anuales). De estos ecosistemas, las selvas fueron las que se perdieron más aceleradamente (al 0.57% anual). Entre 1993 y 2002, la vegetación natural transformada a otros usos del suelo sumó poco más de 3 millones de hectáreas, pérdida cercana a las 336 mil hectáreas anuales en promedio. La formación que perdió mayor superficie entre estos años fueron las selvas, con alrededor de 1.3 millones de hectáreas (a una tasa del 0.4% anual), seguidas por los matorrales (cerca de 796 mil al 0.17% anual), los bosques (359 mil al 0.12%, tasa mayor a la registrada en el periodo anterior) y los pastizales naturales (que perdieron cerca de 114 mil ha, al 0.12% anual.9 Entre 2002 y 2007, se eliminaron 1.9 millones de hectáreas de vegetación natural, a un ritmo de poco más de 382 mil hectáreas anuales (cifra mayor a la observada entre los años 1993 y 2002). De la superficie total transformada, poco más de 835 mil hectáreas correspondieron a selvas, 419 mil a pastizales y 338 mil a matorrales.10 Las pérdidas consignadas en los periodos citados, suman 13.2 millones de hectáreas. La Figura 5 sintetiza los cambios en los ecosistemas del país descritos arriba. 8 9 SEMARNAT. Informe de la Situación del Medio Ambiente ... Edición 2012. pp. 51-52. SEMARNAT. Informe de la Situación del Medio Ambiente ... Edición 2012. p. 56. SEMARNAT. Informe de la Situación del Medio Ambiente ... Edición 2012. p. 57. 10 8 de 33 Figura 5. Superficie perdida y tasa de cambio anual para selvas, bosques, matorrales y pastizales en México, 1976 -2007 Notas: 1. Se calculó con la fórmula r = (((s2/s1)(1/t)) x 100)-100, donde r es la tasa, s2 y s1 son las superficies para los tiempos final e inicial, respectivamente, y t es el tiempo transcurrido entre fechas. 2. La tasa de cambio de los pastizales para el periodo 1976-1993 no se pudo calcular, debido a la agregación que muestran los pastizales con otros tipos de vegetación en la fuente original. Fuentes: SEMARNAT, 2012 Informe de la Situación del Medio Ambiente en México con datos de: INEGI. Carta de Uso del Suelo y Vegetación, Serie I (1968-1986), escala 1: 250 000. México. 2003. INEGI. Carta de Uso del Suelo y Vegetación, Serie II (1993), escala 1: 250 000. México. 2004. INEGI. Carta de Uso del Suelo y Vegetación, Serie III (2002), escala 1: 250 000. México. 2005. INEGI. Carta de Uso del Suelo y Vegetación, Serie IV (2007), escala 1: 250 000. México. 2011. d. Formas del cambio de uso del suelo. Este cambio se ha dado por tres vías: deforestación, degradación y fragmentación. Sobre estos procesos del cambio el Informe de la Situación del Medio Ambiente en México (2012) informa lo que sigue: Deforestación. Definida como el cambio permanente de una cubierta dominada por árboles hacia una que carece de ellos. La estimación más reciente de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) observa una tendencia a la reducción de la superficie deforestada anualmente en el país: mientras que entre 1990 y 2000 se calcula que se perdían 354 mil 9 de 33 hectáreas anuales, esta cifra se redujo a 235 mil y 155 mil para los periodos 2000-2005 y 2005-2010, respectivamente.11 Degradación. Este deterioro implica una modificación inducida por el hombre en la vegetación natural, pero no un reemplazo total de la misma; no es tan evidente como la deforestación, pero ocasiona cambios importantes tanto en la composición específica como en la densidad de las especies que habitan los ecosistemas, lo que a su vez afecta su estructura y funcionamiento. La alteración de los ecosistemas naturales tiene también efectos negativos directos sobre los servicios ambientales, y con ello sobre la posibilidad de un aprovechamiento sostenible. La FAO12 identifica este proceso como “deforestación difusa”. En México, “…actualmente tan sólo el 36 y el 62% de las selvas y los bosques, respectivamente, son primarios según la Carta de Uso del Suelo y Vegetación Serie IV… durante el periodo 2002-2007 la vegetación secundaria ha aumentado a un ritmo cercano a las 296 mil hectáreas por año (considerando tan sólo bosques y selvas), siendo los bosques templados los que han sufrido una degradación más intensa (poco más de 181 mil ha anuales), mientras que las selvas se degradaron a un ritmo de 115 mil hectáreas al año…” El análisis conjunto de la deforestación y la degradación permite evaluar el ritmo de “deterioro” general de la vegetación. De la década de los setentas al 2007, la tasa anual de deterioro de los bosques y selvas del país fue de cerca de 711 mil hectáreas por año, es decir, poco más de tres veces la tasa de deforestación sensu stricto para ese mismo periodo (213 mil ha por año).”13 Fragmentación. Se refiere a la transformación del paisaje dejando pequeños parches de vegetación original rodeados de superficie alterada. Para medir el grado de fragmentación de los ecosistemas, se consideraron como áreas fragmentadas todas aquellas superficies de vegetación natural menores a 80 kilómetros cuadrados; esta superficie se ha considerado como la mínima adecuada para mantener en condiciones óptimas la diversidad y las poblaciones biológicas en ciertos ecosistemas (ver Sánchez-Colón y colaboradores, 2009). Sobre la fragmentación de las principales formaciones forestales del país, se puede decir que: 11 12 13 SEMARNAT. Informe de la Situación del Medio Ambiente ... Edición 2012. p. 65. FAO. “Ganadería y deforestación”. Políticas pecuarias. 03. 2007 SEMARNAT. Informe de la Situación del Medio Ambiente ... Edición 2012. pp. 66 y 68. 10 de 33 De acuerdo a la Carta de Uso del Suelo y Vegetación, Serie IV, en el 2007 los bosques (incluyendo los templados y mesófilos de montaña) fueron los ecosistemas forestales más fragmentados del país: 54% de su superficie remanente (alrededor de 18.4 millones de ha) se repartía en fragmentos menores a 80 kilómetros cuadrados; el bosque mesófilo de montaña fue en ese año el tipo de vegetación forestal más fragmentado, alcanzando esta condición el 62% de su superficie remanente, es decir, 1.14 millones de hectáreas.14 Con respecto a las selvas, cerca del 38% de su superficie está en fragmentos menores a 80 kilómetros cuadrados, es decir, 12.1 millones de hectáreas. De entre ellas, las selvas subhúmedas presentaron menor continuidad que las húmedas, con 39 y 34% de su superficie fragmentada, respectivamente. Finalmente, los matorrales mostraron el menor grado de fragmentación: cerca del 80% de su superficie (40.1 millones de ha) no mostraba evidencias de esta condición; esto significa que el 20% de los matorrales sí están fragmentados. La fragmentación de los ecosistemas afecta tanto a la vegetación primaria como a la secundaria. Grandes superficies de vegetación primaria del país permanecen en forma de fragmentos. Esta condición los hace susceptibles de degradarse más rápidamente, aún sin la intervención humana, que las superficies conservadas más extensas. En el año 2007, la fragmentación de la vegetación primaria ya era considerable para algunos ecosistemas: 55% de la superficie remanente primaria de los bosques mesófilos y 44% de los bosques templados (Figura 6) estaban en esa condición. Porcentajes menores, aunque no por ello poco importantes, fueron los de las selvas subhúmedas y húmedas (25 y 20% de su superficie primaria, respectivamente) y los matorrales (17%).”15 14 15 SEMARNAT. Informe de la Situación del Medio Ambiente ... Edición 2012. pp. 69 y 70. SEMARNAT. Informe de la Situación del Medio Ambiente ... Edición 2012. p. 71. 11 de 33 Figura 6. Grado de fragmentación y condición de la vegetación en algunos ecosistemas de México, 2007 Notas: 1. Para considerar un área de vegetación natural como fragmentada, se tomó como criterio que su 2 superficie fuese menor a 80 km . P: Vegetación primaria S: Vegetación secundaria Fuente: SEMARNAT, 2012 Informe de la situación del medio ambiente en México, 2012, con datos de: INEGI. Carta de Uso del Suelo y Vegetación, Serie IV (2007), escala 1: 250 000. México. 2011. Hasta aquí se ha revisado el panorama general de degradación y modificación de la vegetación forestal en nuestro país, a continuación se analizará el papel de la ganadería extensiva en ese proceso de deterioro de los ecosistemas forestales. Según el Informe 2012 de la SEMARNAT, la ganadería extensiva se practica en todos los estados del país, abarcando, según los datos de la Comisión Técnico Consultiva de Coeficientes de Agostadero (COTECOCA, 2004), alrededor de 109.8 millones de hectáreas, es decir, cerca del 56% de la superficie total de la república. Considerando esta estimación y tomando en cuenta que para el año 2007 los pastizales inducidos y cultivados cubrían poco menos de 19 millones de hectáreas (cerca de 10% del país), entonces las restantes 90.8 millones de hectáreas de superficie ganadera debían encontrarse en vegetación natural, con lo cual sólo alrededor de 49 millones de hectáreas de vegetación natural (35% de la superficie remanente) podrían estar libres de actividades ganaderas (Figura 7). 16 16 SEMARNAT. Informe de la Situación del Medio Ambiente. Edición 2012. p. 81 12 de 33 Se debe señalar que gran parte de estas 90.8 millones de hectáreas pueden considerarse como área forestal usada para el pastoreo, lo que las ubica en la cobertura potencial de la NOM-020. Figura 7. Superficie ganadera y usos del suelo en México, 2007 Nota: 1. Incluye zonas urbanas, forestales y cuerpos de agua. Fuentes: SEMARNAT, 2012. Informe de la situación del Medio Ambiente en México 2012, con datos de:Cotecoca, Sagarpa. Monografías de Coeficientes de Agostadero, años 1972-1981. México. 2004, y de INEGI. Carta de Uso del Suelo y Vegetación, Serie IV (2007), escala 1: 250 000. México. 2011 Si se retoma en este punto, la Figura 1 de Vegetación Potencial Primaria y se compara con la figura 7, se facilita la integración de una noción acerca del impacto de la ganadería de pastoreo en la configuración y degradación actual de los ecosistemas del país y se percibe que la mayor parte de esta actividad se practica en la superficie del país que conserva vegetación natural, tanto primaria como secundaria. 13 de 33 Figura 8. Comparación entre la Vegetación Potencial Primaria y la Superficie ganadera y usos del suelo en México en 2007 Fuente: SEMARNAT, 2012. Informe de la situación del Medio Ambiente en México 2012 La Figura 9 informa sobre rangos de superficie que ocupa la ganadería de pastoreo en los estados del país17. Es interesante ver que Chiapas, Jalisco y Veracruz, que destacan en producción y población pecuaria, se ubican en rangos medios o bajos por cuanto a la superficie que dedican a la ganadería, lo que indicaría una mayor capacidad de carga de los terrenos que se utilizan con fines de producción pecuaria. Figura 9. Superficie ganadera por entidad federativa. Fuente: SEMARNAT, 2012. Informe de la situación del Medio Ambiente en México 2012 17 SEMARNAT. Informe de la Situación del Medio Ambiente ... Edición 2012. p. 82. 14 de 33 Todos estos datos muestran con claridad que la ganadería usa una amplia superficie de las tierras forestales y preferentemente forestales del país para el pastoreo de rumiantes, principalmente de bovinos y que esto ha sido un factor importante en la reducción de los ecosistemas de selva tropical húmeda y subhúmeda, de bosques templados, de matorrales y de pastizales que han sido desmontados para establecer terrenos de pastoreo o mediante la ocupación de áreas de vegetación natural, las cuales son sometidas a degradación gradual o “deforestación difusa” (FAO). Pero ha contribuido también a la fragmentación de las superficies restantes de esos ecosistemas, lo que los degrada integralmente, aumenta su vulnerabilidad, reduce su capacidad para sostener poblaciones de vida silvestre y demerita los servicios ambientales necesarios para la población general del país. Pero la ganadería no sólo tiene problemas por su emplazamiento en ecosistemas forestales o preferentemente forestales, sino también por la forma en que explota los terrenos. La Figura 1018 refiere la distribución nacional del problema de sobrepastoreo que afecta a los ecosistemas por su carácter ecológicamente invasivo que degrada o destruye poblaciones de flora y fauna silvestre y los suelos y que altera los ciclos del agua y el funcionamiento integral de los ecosistemas. Puede ser complementado señalando que SAGARPA y la Universidad Autónoma de Chapingo, en una evaluación del PROGAN, principal programa ganadero de esa Secretaría, comentan que “…más del 76 por ciento de las unidades de producción pecuaria (UPP) beneficiadas reportaron tener sobrepastoreo…”19 Esto indica que la instrumentación de políticas públicas de apoyo a la ganadería ignoraron en su diseño medidas para evitar el deterioro de los terrenos donde se realiza la producción ganadera. 18 19 SEMARNAT. Informe de la Situación del Medio Ambiente... Edición 2012. p. 83. SAGARPA. Coordinación General de Ganadería. PROGAN. Informe final de consistencia y resultados. 2007. Chapingo, México. Marzo del 2008. 176 pp. p. 12 15 de 33 Figura 10. Grado de sobrepastoreo por entidad federativa Fuente: SEMARNAT 2012, Informe de la Situación de Medio Ambiente en México. Con datos de CotecocaSagar, con datos de: Cotecoca-SARH. Monografías de coeficientes de agostadero, años 19721981. México. 2004. e. Las políticas de apoyo a la ganadería La ganadería extensiva en México ha sido objeto de importantes políticas que incluyen programas de apoyos o subsidios que no siempre han tomado en cuenta el daño ambiental que genera la expansión de la ganadería sobre los ecosistemas. A finales de la década de los noventas y hasta 2006 el programa de Establecimiento de Praderas de la Alianza para el Campo canalizaba montos importantes de recursos a la ganadería extensiva, mientras que por otra parte el Programa de Heladas y Sequías pagaba afectaciones, especialmente por problemas de sequías en áreas ganaderas. Posteriormente y hasta la fecha el principal problema de apoyo destinado a la ganadería de pastoreo es el PROGAN. El PROGAN en su diseño original consideró incrementar y mejorar la cubierta vegetal de los terrenos de pastoreo como una vía para mejorar la productividad de los sitios y hacer un mejor uso de los recursos naturales. Sin embargo, al aplicarse perdió este enfoque ya que al permitir que los productores seleccionaran las prácticas tecnológicas a aplicar en su predio, la mayoría optó por prácticas ligadas a infraestructura y sanidad. Además, no se consideró una línea base que permitiera medir la condición de cada sitio. Al finalizar la primera etapa del Programa, la evaluación externa practicada mostró que una parte significativa de 16 de 33 las unidades de producción pecuaria apoyadas presentaba sobrepastoreo debido a sobrecarga animal. Los señalamientos de la evaluación externa buscaron ser atendidos en la siguiente fase del Programa a través de cambios en sus reglas de operación y otros mecanismos; no obstante aunque se dispuso como actividades obligatorias la reforestación y la conservación de suelos estás prácticas se han visto diluidas en las reglas de operación por lo que las prácticas más cercanas a la reducción de impactos ambientales no son significativas. A continuación se señalan los principales rubros del actual PROGAN. Progan productivo 2014 Además de diversos apoyos en especie, como identificadores, asistencia técnica, capacitación, entre otros, el PROGAN otorga pagos en efectivo por vientre, en dos estratos de productores: Estrato A Apoyos en efectivo: Para el caso de bovinos de carne y doble propósito, la cantidad de vientres (UA) a apoyar va de 5 a 35 con una aportación de recursos públicos de 350.00 por vientre. Considera, entre otras, las siguientes prácticas tecnológicas: Protección de la vegetación, adicionalmente podrán hacer reforestación o revegetación Obras y/o prácticas de conservación de suelo, agua y/o vegetación Sólo aplica a bovinos de carne y doble propósito, quedan excluidos bovinos de leche, ovinos y caprinos; además se señala que con base a sus atribuciones, la Coordinación General de Ganadería de SAGARPA establecerá cuáles prácticas de las señaladas para el estrato A tendrán que llevar a cabo los productores de acuerdo al número de vientres o colmenas apoyados. Estrato B Apoyos en efectivo: Para el caso de bovinos de carne y doble propósito, la cantidad de vientres (UA) a apoyar va de 36 a 300 con una aportación de recursos públicos de 280.00 por vientre. Entre las prácticas tecnológicas a realizar a cambio del apoyo se incluyen los siguientes conceptos: 17 de 33 Protección de la vegetación, adicionalmente podrán hacer reforestación o revegetación Obras y/o prácticas de conservación de suelo, agua y/o vegetación Acciones para el Ajuste de Carga Animal En este caso aplica a bovinos de carne y doble propósito, ovinos y caprinos, con la excepción de que la protección de vegetación o reforestación no aplica a caprinos Adicionalmente, el Programa considera un Bono de Productividad en efectivo para bovinos carne y doble propósito. El apoyo será de $ 200.00 (doscientos pesos 00/100 M.N.) por cría bovina de carne y doble propósito para personas físicas o morales de los estratos A y B. El apoyo se entregará por cría (hembra o macho bovino de carne y doble propósito desde el destete y hasta máximo 15 meses), identificado con dispositivo SINIIGA, de las vacas inscritas en el Padrón del PROGAN y hasta 60% de la parición de las mismas. La meta 2014 – 2018 es mantener apoyos multianuales en apoyo de la ganadería extensiva en una superficie estimada de 64.5 millones de hectáreas, lo que equivale al 58.6% de la superficie ganadera nacional. Otra meta asociada es la elaboración de 5,000 estudios y constancias de coeficientes de agostadero y clase de tierras en predios agropecuarios para el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales. Debe ser considerado que ni Alianza para el Campo ni el PROGAN han vinculado el cumplimiento de la NOM 020 como parte de la aplicación de sus acciones. El manual de Trámites y Servicios de la Coordinación General de Ganadería de SAGARPA incluye al menos dos servicios que podrían estar vinculados a la NOM y ésta no es utilizada o referida en las fichas de descripción de los servicios que se ponen para el uso público. Tales servicios son: SAGARPA-04-004 Dictamen de Rehabilitación y Manejo de Áreas de Agostadero en Ejidos, Comunidades y Pequeñas Propiedades. Estudio que contiene recomendaciones específicas de manejo de los agostaderos, basadas en la determinación del óptimo de la carga animal mediante su coeficiente de agostadero SAGARPA-04-005 Dictamen de Condición Actual de los Recursos Naturales y su Potencial Forrajero. Estudios que son indispensables para llevar a cabo proyectos de planeación de aprovechamiento de los recursos de las tierras de pastoreo, derivados del conocimiento de la condición actual en que estos se encuentren. 18 de 33 De las metas y presupuestos asociados a apoyar la ganadería extensiva en México es posible colegir que constituye una prioridad para el sector de fomento productivo, en función de la demanda de productos alimentarios de origen pecuario, tanto en el mercado nacional como en mercados de exportación. Por lo que es necesario encontrar mecanismos que permitan reducir los impactos ambientales de la ganadería, especialmente sobre los ecosistemas que aún alojan vegetación natural. III. ANÁLISIS JURIDICO a. Evolución del marco jurídico Al abordar este aspecto, cabe citar el siguiente razonamiento de la FAO que, en su informe sobre “El estado mundial de la agricultura y la alimentación. 2009” habla de la necesidad de alimentar a una población mundial que crece continuamente, impulsada por el desarrollo económico, la industrialización, la urbanización y que adopta cambios importantes en sus culturas y patrones de consumo. La FAO dice que la ganadería ha respondido a esos procesos incorporando cambios profundos, pero advierte que: Textualmente la FAO señala: La rápida transición del sector ganadero ha tenido lugar en medio de un vacío institucional. Con frecuencia, la velocidad de los cambios sobrepasa de forma significativa la capacidad de los gobiernos y de la sociedad de proporcionar el marco político y regulador necesario. El sector afronta varios problemas: “Existe una presión creciente sobre los ecosistemas y los recursos naturales: tierra, agua y biodiversidad. En algunos casos, la repercusión en los ecosistemas es desproporcionada respecto a la relevancia económica del sector. Al mismo tiempo, los recursos naturales son cada vez más limitados y es mayor la competencia con otros sectores respecto a diferentes recursos. También crece la concienciación de la interacción entre ganadería y cambio climático, puesto que el sector ganadero contribuye al cambio y padece sus consecuencias. Sin embargo, también se reconoce que el sector puede desempeñar una función fundamental en la mitigación del cambio climático a través de la adopción de tecnologías mejoradas.”20 La FAO señala que es necesario desarrollar medidas normativas que mitiguen el impacto de la producción pecuaria en el medio ambiente y para garantizar que el 20 FAO. El estado mundial de la agricultura y la alimentación. Roma. 2009. p. vii. 19 de 33 sector contribuya de manera sostenible a la seguridad alimentaria y a la reducción de la pobreza. Menciona también que la ausencia de una gobernanza adecuada del sector pecuario puede contribuir al agotamiento y a la degradación de las tierras, el agua y la biodiversidad. Al mismo tiempo, el sector pecuario se ve afectado por la degradación de los ecosistemas, el cambio climático y a la competencia de otros sectores por los recursos naturales. Sin embargo, el mejor análisis de los impactos ambientales de la ganadería a nivel global es el Informe “La larga sombra del ganado. Problemas ambientales y opciones”, FAO, 2009 que al hacer un exhaustivo análisis de los factores causales de los impactos de la ganadería, también propone opciones para encarar la problemática ambiental y mejorar un sector económico y de aportación a la seguridad alimentaria. Para alcanzar estos objetivos se requiere la adopción de medidas en los ámbitos normativo, institucional y técnico. Considerando lo anterior, en este apartado se hace un apretado análisis del marco jurídico. En México, la situación jurídico-normativa de la ganadería de pastoreo puede ser caracterizada de la siguiente manera: 1. Las principales disposiciones legales de nivel federal, que aluden de manera explícita la ganadería son las siguientes: a. El artículo 27 de la Constitución Política, en relación con la propiedad de tierras y aguas, en los párrafos 5° y 7° de la fracción XV prohíbe los latifundios y define lo que entiende por pequeña propiedad ganadera: “…la que no exceda por individuo la superficie necesaria para mantener hasta quinientas cabezas de ganado mayor o su equivalente en ganado menor…” Pero también, considera pequeña propiedad a terrenos originalmente ganaderos que, por mejora de sus titulares puedan dedicarse a la agricultura, en cuyo caso su límite máximo es de 100 hectáreas de riego o sus equivalentes en otras calidades de tierras. b. La Ley Agraria, reglamenta estas disposiciones constitucionales y establece que: Tierras ganaderas son “…los suelos utilizados para la reproducción y cría de animales mediante el uso de su vegetación, sea ésta natural o inducida.” (artículo 116, fracción II) 20 de 33 La pequeña propiedad incluye a terrenos de hasta 100 hectáreas de riego, con un equivalente de cuatro hectáreas de “…agostadero de buena calidad, por ocho de monte o agostadero en terrenos áridos.” (artículo 117, final del último párrafo) Siguen siendo pequeña propiedad ganadera los terrenos que, por virtud de mejoras introducidas por sus titulares, puedan dedicarse a cultivos forrajeros para mantener su ganado o a cultivos con fines distintos. En este último caso, su límite de extensión es de hasta 100 hectáreas de riego. (artículo 122) Las propiedades ganaderas que se conviertan en forestales pueden conservar su extensión aunque rebasen 800 hectáreas. (artículo 123). c. La Ley de Desarrollo Rural Sustentable, ley marco del sector agropecuario, se refiere directamente a la ganadería sólo en las siguientes disposiciones: En el artículo 88, para mencionar los conceptos en los que puede ser apoyada la ganadería para realizar inversiones que mejoren su eficiencia. En lo relativo a la sustentabilidad, la parte final del párrafo segundo del artículo 164, dice que “…En el caso del uso de tierras de pastoreo, se deberán observar las recomendaciones oficiales sobre carga animal o, en su caso, justificar una dotación mayor de ganado.” El artículo 166 establece que “La Comisión Intersecretarial… con la participación del Consejo Mexicano, establecerá las medidas de regulación y fomento conducentes a la asignación de la carga de ganado adecuada a la capacidad de las tierras de pastoreo y al incremento de su condición, de acuerdo con la tecnología disponible y las recomendaciones técnicas respectivas.” En el artículo 178, que define los productos agropecuarios prioritarios y estratégicos, incluye a la carne de bovinos, aves y porcinos. d. La Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, ley marco del Sector Ambiental, hace mención explícita a la ganadería en su artículo 99, el cual define las actividades en que son aplicables los criterios ecológicos para preservar y aprovechar los suelos. La fracción VI de este 21 de 33 artículo incluye entre esas actividades a “La determinación o modificación de los límites establecidos en los coeficientes de agostadero.” Lo anterior, permite señalar que son pocas las menciones explícitas de la ganadería en la legislación mexicana y están enfocadas en dos temas: i. Definición y delimitación de la superficie de las propiedades ganaderas; y ii. Control de la capacidad de carga y de los coeficientes de agostadero para controlar el sobrepastoreo que, como se vio, es un problema muy extendido, que degrada ecosistemas terrestres y suelos en grandes superficies del país. 2. En fechas recientes, a través de la legislación ambiental, se han establecido disposiciones relativas a la responsabilidad ambiental de los diferentes agentes económicos, lo cual incluye, por lo menos potencialmente, a la ganadería. Esas disposiciones precisan los conceptos de daño y deterioro ambiental y las responsabilidades en que incurren quienes los provocan. Destacan en este aspecto, estas disposiciones: a. Reformas al artículo 4° de la Constitución Política, relacionadas con el derecho a disfrutar de un medio ambiente sano, y con la responsabilidad ambiental: “Toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar. El Estado garantizará el respeto a este derecho. El daño y deterioro ambiental generará responsabilidad para quien lo provoque en términos de lo dispuesto por la ley”. b. Esta disposición constitucional se tradujo en la promulgación de la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental, vigente desde el 7 de julio del 2013. Esta Ley no hace referencia directa al daño causado por la ganadería, pero algunas disposiciones generan un marco normativo que potencialmente le es aplicable. En este sentido pueden interpretarse las siguientes disposiciones de la Ley mencionada: Artículo 2o.- Para los efectos de esta Ley… Se entiende por: III. Daño al ambiente: Pérdida, cambio, deterioro, menoscabo, afectación o modificación adversos y mensurables de los hábitat, de los ecosistemas, de los 22 de 33 elementos y recursos naturales, de sus condiciones químicas, físicas o biológicas, de las relaciones de interacción que se dan entre éstos, así como de los servicios ambientales que proporcionan. Para esta definición se estará a lo dispuesto por el artículo 6o. de esta Ley; IV. Daño indirecto: Es aquel daño que en una cadena causal no constituye un efecto inmediato del acto u omisión que es imputado a una persona en términos de esta Ley; VIII. Estado base: Condición en la que se habrían hallado los hábitat, los ecosistemas, los elementos y recursos naturales, las relaciones de interacción y los servicios ambientales, en el momento previo inmediato al daño y de no haber sido éste producido; XVI. Servicios ambientales: Las funciones que desempeña un elemento o recurso natural en beneficio de otro elemento o recurso natural, los hábitat, ecosistema o sociedad. Artículo 6o.- No se considerará que existe daño al ambiente cuando los menoscabos, pérdidas, afectaciones, modificaciones o deterioros no sean adversos en virtud de: I. Haber sido expresamente manifestados por el responsable y explícitamente identificados, delimitados en su alcance, evaluados, mitigados y compensados mediante condicionantes, y autorizados por la Secretaría, previamente a la realización de la conducta que los origina, mediante la evaluación del impacto ambiental o su informe preventivo, la autorización de cambio de uso de suelo forestal o algún otro tipo de autorización análoga expedida por la Secretaría; o de que, II. No rebasen los límites previstos por las disposiciones que en su caso prevean las Leyes ambientales o las normas oficiales mexicanas. La excepción prevista por la fracción I del presente artículo no operará, cuando se incumplan los términos o condiciones de la autorización expedida por la autoridad. Artículo 7o.- A efecto de otorgar certidumbre e inducir a los agentes económicos a asumir los costos de los daños ocasionados al ambiente, la Secretaría deberá emitir paulatinamente normas oficiales mexicanas, que tengan por objeto establecer caso por caso y atendiendo la Ley de la materia, las cantidades mínimas de deterioro, pérdida, cambio, menoscabo, afectación, modificación y contaminación, necesarias para considerarlos como adversos y dañosos. Para ello, se garantizará que dichas cantidades sean significativas y se consideren, entre otros criterios, el de la capacidad de regeneración de los elementos naturales. La falta de expedición de las normas referidas en el párrafo anterior, no representará impedimento ni eximirá al responsable de su obligación de reparar el daño a su estado base, atendiendo al concepto previsto en el artículo 2o., fracción III, de esta Ley. Artículo 10.- Toda persona física o moral que con su acción u omisión ocasione directa o indirectamente un daño al ambiente, será responsable y estará obligada a la reparación 23 de 33 de los daños, o bien, cuando la reparación no sea posible a la compensación ambiental que proceda, en los términos de la presente Ley. De la misma forma estará obligada a realizar las acciones necesarias para evitar que se incremente el daño ocasionado al ambiente.” Artículo 25.- Los daños ocasionados al ambiente serán atribuibles a la persona física o moral que omita impedirlos, si ésta tenía el deber jurídico de evitarlos. En estos casos se considerará que el daño es consecuencia de una conducta omisiva, cuando se determine que el que omite impedirlo tenía el deber de actuar para ello derivado de una Ley, de un contrato, de su calidad de garante o de su propio actuar precedente. c. Entre las disposiciones que cambian el marco de actuación de la producción ganadera, se incluye Ley General de Cambio Climático, de la cual cabe citar aquí lo siguiente: Artículo 26. En la formulación de la política nacional de cambio climático se observarán los principios de: I. Sustentabilidad en el aprovechamiento o uso de los ecosistemas y los elementos naturales que los integran; V. Adopción de patrones de producción y consumo por parte de los sectores público, social y privado para transitar hacia una economía de bajas emisiones en carbono; VIII. Responsabilidad ambiental, quien realice obras o actividades que afecten o puedan afectar al medio ambiente, estará obligado a prevenir, minimizar, mitigar, reparar, restaurar y, en última instancia, a la compensación de los daños que cause; Artículo 27. La política nacional de adaptación frente al cambio climático se sustentará en instrumentos de diagnóstico, planificación, medición, monitoreo, reporte, verificación y evaluación, tendrá como objetivos: I. Reducir la vulnerabilidad de la sociedad y los ecosistemas frente a los efectos del cambio climático; III. Minimizar riesgos y daños, considerando los escenarios actuales y futuros del cambio climático; Artículo 34. Para reducir las emisiones, las dependencias y entidades de la administración pública federal, las Entidades Federativas y los Municipios, en el ámbito de su competencia, promoverán el diseño y la elaboración de políticas y acciones de mitigación asociadas a los sectores correspondientes, considerando las disposiciones siguientes: III. Reducción de emisiones y captura de carbono en el sector de agricultura, bosques y otros usos del suelo y preservación de los ecosistemas y la biodiversidad: a) Mantener e incrementar los sumideros de carbono. 24 de 33 b) Frenar y revertir la deforestación y la degradación de los ecosistemas forestales y ampliar las áreas de cobertura vegetal y el contenido de carbono orgánico en los suelos, aplicando prácticas de manejo sustentable en terrenos ganaderos y cultivos agrícolas. d) Fortalecer los esquemas de manejo sustentable y la restauración de bosques, selvas, humedales y ecosistemas costero-marinos, en particular los manglares y los arrecifes de coral. b. Fundamento jurídico específico: La NOM-020-SEMARNAT–2001 se fundamentó principalmente en la Ley Forestal (1992), la cual fue abrogada en 2003 con la promulgación de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable (LGDFS). Existe un conflicto jurídico básico en la NOM respecto de la LGDFS: el concepto de terreno forestal de pastoreo. En el apartado 3. Definiciones la NOM incluye: 3.19. Terreno forestal de pastoreo: terreno forestal o de aptitud preferentemente forestal donde se llevan a cabo actividades ganaderas extensivas en forma simultánea con el aprovechamiento del recurso forestal. Cabe señalar que con ello la NOM establece una categoría de terreno que no está correspondida en la LGDFS y otros instrumentos que pudieran estar relacionados, y la Norma no establece criterios que acoten la determinación y la localización de los terrenos forestales de pastoreo. Considerando que son los terrenos forestales de pastoreo el objetivo y campo de aplicación de la NOM es importante que se hagan las adecuaciones normativas necesarias al tenor de lo que dispone la LGDFS. En esta Ley tienen relación relevante con la ganadería las disposiciones que se mencionan enseguida: ARTICULO 3. Son objetivos específicos de esta Ley: II. Regular la protección, conservación y restauración de los ecosistemas, recursos forestales y sus servicios ambientales; así como la ordenación y el manejo forestal; XII. Compatibilizar las actividades de pastoreo y agrícolas en terrenos forestales y preferentemente forestales; ARTICULO 7. Para los efectos de esta Ley se entenderá por: 25 de 33 XLIII. Terreno preferentemente forestal: Aquel que habiendo estado, en la actualidad no se encuentra cubierto por vegetación forestal, pero por sus condiciones de clima, suelo y topografía resulte más apto para el uso forestal que para otros usos alternativos, excluyendo aquéllos ya urbanizados; ARTICULO 130. La Secretaría emitirá normas oficiales mexicanas tendientes a prevenir y controlar el sobrepastoreo en terrenos forestales; determinar coeficientes de agostadero; evaluar daños a suelos y pastos; regular los procesos de reforestación y restauración de áreas afectadas; y a compatibilizar las actividades silvopastoriles. ARTICULO 136. … ... Toda persona física o moral que ocasione directa o indirectamente un daño a los recursos forestales, los ecosistemas y sus componentes, estará obligada a repararlo o compensarlo, de conformidad con lo dispuesto en la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental. ARTICULO 163. Son infracciones a lo establecido en esta ley: V. Establecer cultivos agrícolas o realizar labores de pastoreo en terrenos forestales, sin apego a las disposiciones contenidas en el programa de manejo autorizado o en contravención del reglamento o de las normas oficiales mexicanas aplicables; Como puede apreciarse es el artículo 130 el que establece los contenidos específicos para el desarrollo de uno o varios instrumentos normativos que prevengan los impactos ambientales de la ganadería en los ecosistemas forestales y para restaurar las áreas afectadas por la ganadería. El enfoque de este artículo 130 está ausente en la NOM 020, por lo que una alternativa es analizar el contenido, enfoque y alcance de instrumentos normativos que sustituyan a la NOM 020 y que retomen los avances que la evolución del marco jurídico ha generado. IV. ANÁLISIS DE APLICACIÓN Para el análisis de la aplicación de esta NOM, no se levantó una encuesta específica, puesto que la Norma fue considerada en el Diagnóstico Normativo del Sector Ambiental 2013 elaborado por la Subsecretaría de Fomento y Normatividad Ambiental de la SEMARNAT a través de cédulas enviadas por todas las Delegaciones de SEMARNAT y PROFEPA en el país, además de otros participantes. 26 de 33 De acuerdo a las cédulas de análisis de la NOM-020 del Diagnóstico mencionado las Delegaciones de SEMARNAT y PROFEPA, de forma general, señalan: Delegaciones SEMARNAT PROFEPA Norte Centro Sin mención Propone específica cancelación Sur Propone cancelación Sin mención Inoperante, Inoperante específica propone actualizar conforme a la LFMN Zonas Costeras Inoperante Propone cancelación; confusión con el procedimiento de cambio de uso del suelo. Por aplicación se refiere a la aplicación directa, ya sea vinculada a actos de gestión en el caso de SEMARNAT o de inspección y vigilancia en el caso de PROFEPA, que sea citada, por ejemplo en los resolutivos, o que sea consultada. De las respuestas de las Delegaciones se deduce que tampoco hay notificaciones a la autoridad ambiental por parte de productores ganaderos vinculados a esta Norma Se puede entonces concluir que su nivel de aplicación actual es prácticamente nulo, pero podría generar confusión respecto al procedimiento de cambio de uso de suelo. Por su parte, la Subsecretaría de Gestión para la Protección Ambiental mediante el Oficio SGPA/178/2014 del 28 de agosto de 2014 solicita su inclusión en el PNN 2015 para efectos de su cancelación, toda vez que la NOM genera confusión y puede encubrir cambios de uso de suelo no autorizados conforme al procedimiento establecido en la LGDFS y que opera dicha Subsecretaría. 27 de 33 V. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES Los apartados precedentes permiten concluir que la ganadería de pastoreo, con todo y tener una función relevante en la alimentación de la población y de generar empleo e ingreso para una parte significativa de la población rural ha tenido un impacto importante en los ecosistemas de bosque templado, selva tropical y matorral xerófilo, los cuales cubren la mayor parte del territorio. Este impacto se ha asociado al crecimiento demográfico, industrialización y urbanización experimentados por el país particularmente a partir de la década de 1940. Es probable que, con menor intensidad, estos procesos continúen y planteen necesidades crecientes de alimentación para la población urbana. Sin embargo, la ganadería se caracteriza por utilizar un espacio que cubre el 56% del territorio nacional, y ocupar, además de 19 millones de hectáreas de pastizales inducidos y cultivados, cerca de 91 millones de hectáreas cubiertas por vegetación natural y sobre todo por, ecosistemas forestales o preferentemente forestales. Las crecientes tasas de deforestación, degradación y fragmentación de los ecosistemas forestales y preferentemente forestales del país confirman que lejos de existir espacios para el crecimiento de la ganadería en la forma (con los “modelos”) seguida los últimos decenios, los límites para mantener esa forma de producción son claros, sobre todo si se considera que la población urbana demandante de alimentos seguirá creciendo, que fenómenos como el cambio climático seguirán avanzando y que los problemas de seguridad alimentaria también irán en ascenso. En términos del informe de la FAO citado y de otros reportes de esa agencia, las necesidades de alimentos seguirán en ascenso y la base de recursos naturales para producirlos seguirá en degradación, además de la inseguridad sobre el ritmo que seguirá la economía mundial y la del país en el corto y mediano plazo. El marco estructural de la producción pecuaria mexicana apunta a que al menos dos tercios del abasto de carnes seguirán dependiendo de la avicultura y la porcicultura cuyos precios son más accesibles para la población y, en el mejor de los casos, el resto seguirá siendo abastecido por las ramas de ganadería de rumiantes, basadas principalmente en el pastoreo cuyos costos de producción y distribución son más altos y tienen menor posibilidad de manipular precios para 28 de 33 una población predominantemente urbana que puede ver mermada su capacidad de compra. Son limitadas las posibilidades de seguir recurriendo a “bonos ambientales” como el representado por el sobrepastoreo o sobre tierras y recursos ambientales de accesibilidad ilimitada y a costos mínimos o “muy competitivos”. Ante estos escenarios previsibles, toda la producción de alimentos y, en especial, la ganadería de pastoreo se enfrentará a la necesidad de revisar a profundidad sus esquemas de producción y de aprovechamiento de los recursos naturales, sobre todo de los terrenos de pastoreo que, se quiera o no, son elemento fundamental de su capacidad de producción. La apreciación de la FAO en el sentido de que la ganadería mundial se ha desarrollado en un “vacío institucional”, caracterizado por una normatividad estatal y social insuficiente, parece ser aplicable a México, como puede ser apreciado en el análisis del marco normativo presentado en este análisis. Da la apariencia de que en nuestra normatividad predomina el desfase respecto de la evolución económica de la ganadería, de la producción alimentaria, de la economía y de la problemática ambiental del país. Por ejemplo, la normatividad que deriva de la rama agraria, tiene una base constitucional, pero se limita a prohibir el latifundio y a fijar el límite territorial de lo que se acepta como “pequeña propiedad ganadera”, pensando casi exclusivamente en la ganadería extensiva. La ganadería con tecnología intermedia y aún más, la producción pecuaria intensiva, así como la nueva situación generada después de la década de 1940, parecen ausentes de sus consideraciones. La Ley de Desarrollo Rural Sustentable, fundamental para el medio rural, alude poco a la ganadería y predomina en ella el interés, explicable por frenar el problema del sobrepastoreo. Enfoque similar se percibe en las leyes generales de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente y de Desarrollo Forestal Sustentable. Se tiene que llegar a normatividad de menor jerarquía, como lo son las normas oficiales mexicanas, para encontrar disposiciones más concretas para regular la producción ganadera, su manejo y aprovechamiento de los ecosistemas y recursos naturales. 29 de 33 No obstante, las normas deben contar con elementos para evaluar su impacto directo sobre el problema que pretenden resolver, así como ser revisadas a la luz de los cambios en el entorno. Frente a la problemática de afectación a los ecosistemas forestales por la sustitución de la vegetación natural o por el daño causado por el sobrepastoreo a la vegetación primaria e incluso a la vegetación secundaria, así como otros procesos de deterioro como la degradación de suelos, pérdida de conectividad y funcionalidad de los ecosistemas conviene revisar el papel de la NOM – 020. Dadas las cifras deterioro de las tierras, la NOM no está atacando el problema central que significa la disminución de los impactos ambientales de la ganadería sobre los terrenos forestales, por lo que el mal manejo de los terrenos de pastoreo continua constituyendo un factor de amenaza a los ecosistemas debido a varios factores, entre ellos: Un primer aspecto es que la NOM se enfoca a terrenos que requieren acciones de rehabilitación, mejoramiento y conservación, pero no establece una diferencia en el tipo de actividades o prácticas que hay que realizar para cada condición. No considera como una medida contundente el respeto a la capacidad de carga expresada en el Coeficiente de Agostadero establecido por la COTECOCA, mismo que además tendría que ser actualizado. No aborda la condición específica del sitio respecto a su grado de sub o sobrepastoreo por lo que las medidas son demasiado generales. El término de terreno forestal de pastoreo no existe en el marco jurídico vigente y tampoco constituye una categoría de alguna clasificación de terrenos o zonificación forestal. No establece una clara delimitación de este tipo de terrenos, por lo que queda abierta la posibilidad de que cualquier tipo de terreno forestal sea considerado también de pastoreo, sin establecer restricciones. Considera entre las especificaciones la realización de actividades que incluyen a la remoción de vegetación, sin establecer parámetros o límites. Esto, además entra en franca contraposición con el cambio de uso de terrenos forestales que implica la remoción total o parcial de la vegetación. Posibilita la introducción de especies no nativas, lo que podría impactar negativamente al biodiversidad y podrán establecerse especies exótica 30 de 33 “cuando exista suficiente evidencia experimental, validada por instituciones de investigación que demuestren la superioridad sobre las opciones nativas y que no constituyan un riesgo para los ecosistemas”. Al parecer restringe el concepto de comportamiento superior solamente a una cuestión de producción de forraje. Si bien las cifras de deforestación se han visto aminoradas en los años recientes, el problema ambiental que genera la ganadería extensiva persiste y presenta manifestaciones diversas: Existe un proceso de empobrecimiento de los sitios (diversidad florística) Desplazamiento de hábitat de especies silvestres Incremento de especies exóticas en los terrenos de pastoreo Los terrenos utilizados para la actividad pecuaria suelen carecer de corredores biológicos, lo que significa una importante pérdida de conectividad y funcionalidad ecológicas Degradación de suelos Acciones de mejoramiento que implican la simplificación versus la diversidad de organismos vivos. Aunque su nivel de aplicación es prácticamente nulo, jurídicamente, contiene el conflicto relacionado con la denominación de terrenos forestales de pastoreo, que es relevante porque constituye su objetivo y campo de aplicación. Lo expuesto en este apartado determina que si bien el problema ambiental persiste, la NOM-020 no es pertinente, es decir ya no es adecuada en el actual contexto, por lo que se requiere analizar alternativas para mejorar la regulación en el tema. Recomendaciones Es evidente que la ganadería requiere ser normada para garantizar que sea ambientalmente sustentable, para posibilitar su desarrollo en el futuro, y para garantizar un medio ambiente sano para todos los mexicanos y preservar el capital natural para la actual y para las futuras generaciones. La información expuesta 31 de 33 muestra que en estos aspectos, se tienen pasivos riesgosos que requieren ser justipreciados, en sus dimensiones éticas y prácticas pero, sobre todo en estas últimas, sin renunciar a una visión estratégica de largo plazo. En función de lo anterior, se hacen las siguientes recomendaciones: 1. Cancelar la NOM-020. En el plazo inmediato, se propone la cancelación debido a que se requiere hacer cambios en el fundamento jurídico, en el objetivo y campo de aplicación y en el cuerpo de medidas regulatorias, es decir, cambios de fondo. Además, la cancelación reduce el riesgo, por mínimo que éste sea, de que pueda ser utilizada para encubrir cambios de uso de suelo. El proceso de cancelación de una Norma Oficial Mexicana requiere realizar el mismo procedimiento que se llevó a cabo para su elaboración, tal como lo establece el artículo 51 párrafo tercero de la Ley Federal sobre Metrología y Normalización, por lo que deberá incluirse en el Programa Nacional de Normalización correspondiente y ser sometida a la aprobación del Comité Consultivo Nacional de Normalización de Medio Ambiente y Recursos Naturales (COMARNAT) para publicar el Aviso de Cancelación en el Diario Oficial de la Federación. 2. Desarrollar una nueva norma oficial mexicana. Se propone una nueva NOM de acuerdo a lo establecido en el Artículo 130 de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable. Puesto que el artículo mencionado aborda los aspectos de prevención y control del sobrepastoreo en terrenos forestales; la determinación de coeficientes de agostadero; la evaluación de daños a suelos y pastos; la regulación de los procesos de reforestación y restauración de áreas afectadas; y la compatibilización de las actividades silvopastoriles, es posible que pueda generarse más de una NOM. En el desarrollo de esta NOM debe asegurarse una estrecha participación de la Coordinación General de Ganadería de la SAGARPA y de la Comisión Nacional Forestal como asociados principales. 3. Promover la aplicación de la NOM una vez que sea elaborada, aprobada y publicada. Una estrategia de promoción ante las organizaciones ganaderas y la vinculación de la NOM a programas de apoyo, como mecanismo de eco-condicionalidad, debe ser puesta en marcha. 32 de 33 4. Articular la NOM con otros instrumentos para una ganadería sustentable en convivencia con ecosistemas forestales. La NOM o NOMs a desarrollar debería estar complementada con una estrategia de fomento de prácticas como establecimiento de sistemas silvopastoriles, corredores biológicos y conservación de la biodiversidad que puede ser conceptos de apoyo tanto en programas de la CONAFOR como de la SAGARPA. 33 de 33