Viaje al Polo Sur en `ecotrineo`

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EL MUNDO. DOMINGO 1 DE DICIEMBRE DE 2013
EM2 CIENCIA / EM2
Cometas polares:
Están reforzadas con Kevlar.
Se llevarán 20 cometas
diferentes con tamaños de
3 a 120 m2
Dos equipos de tres personas
con guardias de 12 horas
permiten la travesía continua
Trineo
vivienda
y laboratorio
Tiendas Greenhouse:
Fabricadas con plástico
transparente para
aprovechar el efecto
invernadero y calentar la
tienda. Se llevarán
4 tiendas
Tracción: Compuesto
por un sistema de
poleas unido a unas
líneas de 500 m.
4 Técnicos. Manejo de las
cometas y reparación
2 Científicos
Placas solares:
Superficie total de 10 m2
ITINERARIO DE
LA EXPEDICIÓN
A LA ANTÁRTIDA
Salida
4 m.
Novo
POLO
SUR
Trineo
locomotora
Trineo
de carga
(3,5 m.)
El porqué de las cosas
ANTONIO RUIZ DE ELVIRA
¿Por qué no
nos marea
la rotación
de la Tierra?
៑Nuestro planeta da una vuelta sobre
sí mismo cada 24 horas y se mueve a
1.276 km/h, pero no lo notamos
៑Esto se debe a que para nuestros
oídos estamos parados, ya que todo lo
que nos rodea se mueve con nosotros
Dome Fuji
Plateau Station
Dome
Argus Kulun
South Pole of
Inaccessibility
Vostok
4x3 m
Tienda-cabina:
caliente gracias al
microclima creado por
los rayos solares
Cajas antárticas: ligeras,
desmontables y adaptables
para transportar toda la carga,
servir de asiento y como
soporte a las placas
Ilustración: M. Roselló
FUENTE: Tierras Polares
Concordia
A. Villarreal / EL MUNDO
Tecnología / Innovación ‘made in Spain’
SANTIAGO SEQUEIROS
Viaje al Polo Sur en ‘ecotrineo’
El explorador español Ramón Larramendi rediseña su catamarán movido
por el viento para realizar expediciones científicas en la Antártida
en el que nunca estuvo y que, te que puede equipararse al gasALFREDO MERINO / Madrid
A todo el mundo le pasa lo mis- vistos los feroces recortes dados to de transporte de un buque
mo. Cuando ves por primera vez a las campañas científicas en el oceanográfico hasta la Antártiel ecotrineo con el que Ramón Séptimo continente (40% desde da, permite investigar toda una
Larramendi ha atravesado la 2009), va a abandonar incluso campaña. Se cambiaría la presencia en la costa por el interior
Antártida, crees que es una bro- su periferia.
«Las posibilidades de este del continente, con muy poco
ma. A simple vista parece un cachivache hecho con restos en- vehículo para la ciencia antárti- desembolso económico a camcontrados en cualquier contene- ca son infinitas», explica Larra- bio de contar con una base de
dor: travesaños de madera y mendi, quien está convencido investigación móvil a bordo de
planchas de plástico en aparien- de que su uso significaría una los trineos», afirma el exploracia burdamente atados con nueva era para la investigación dor polar.
«La investigación en la Antárcuerdas, una tienda clavada en en aquel territorio. «Con un cosuna irregular superficie
de tablones y varias cajas colocadas encima casi de cualquier modo.
Nada es lo que parece y
en el caso de este portentoso vehículo, el refrán
que asegura que las apariencias engañan es más
certero que nunca.
Este vehículo ha batido todos los récords en
las regiones polares, concluyendo desafíos en los
que fracasaron otros medios de transporte que Expedición en la Antártida con el primer modelo del ‘ecotrineo’. / JAVIER SELVA
tardaron décadas en ser
diseñados y que contaban, cuentan, con las más avanzadas tecnologías, incluyendo las espaciales. Ninguno pudo rozar los
Indistintamente llamado trineo de viento, catamarán polar y Inuit
retos logrados por Larramendi,
windsled, es un invento español basado en las tradiciones de los
quien defiende su vehículo copueblos indígenas del ártico. Está construido con tres travesaños
mo el instrumento que dará a
que se unen entre sí con tablas de madera atadas con cuerdas,
España la oportunidad de incoruna estructura de gran flexibilidad, que le permite navegar por la
porarse a la vanguardia de la insuperficie irregular del hielo sin quebrarse. El siguiente paso es
vestigación antártica, un lugar
un convoy con tres trineos con capacidad para seis tripulantes.
La herencia de los Inuit
tida es muy compleja de organizar y cara, por eso España apenas la hace», recalca Juan Manuel Viu, compañero de travesías de Ramón Larramendi y ex
director de la base científica de
la Antártida Juan Carlos I. «Y es
una pena, pues hablamos de la
zona menos estudiada del globo
terráqueo, una región que juega
un rol decisivo en el clima mundial», añade.
«Nuestra experiencia empezó siendo una aventura
para derivar a territorios cercanos a la ciencia», reconoce. Y el discurso actual de Larramendi tiene poco que
ver con las extraordinarias hazañas de su temprana juventud. Como
la que le llevó a recorrer
de una punta a otra todo el territorio litoral ártico norteamericano durante tres años en los
que convivió con los
inuit tan intensamente
que aprendió su lengua.
Y asimiló sus enseñanzas en
las que ahora se basa este sorprendente catamarán.
Ramón Larramendi prepara
ahora su próximo reto: la circunvalación de la Antártica, un
inaudito recorrido de 7.000 kilómetros en 100 días. Siumuinnag, «el único camino es para
adelante», concluye.
Cuando giramos sobre patines, bailamos
dando vueltas o montamos en una noria,
nos mareamos fácilmente. Sin embargo, estamos girando sin parar en la gigantesca noria que es la Tierra sin ningún problema. Y
eso que nuestro planeta da una vuelta sobre
sí mismo cada 24 horas, lo cual significa que
nos movemos a 1.276 km/h. Pero no lo notamos. El mareo es un efecto secundario del
mecanismo para mantener el equilibrio en
tres dimensiones, los tres canales semicirculares perpendiculares entre sí de los oídos.
Cuando giramos la cabeza lentamente, el
cuerpo se da cuenta y tensa músculos distintos para mantenernos erguidos. Pero cuando la movemos muy rápido, el cerebro no
sabe cómo actuar, y a veces nos caemos por
descoordinación muscular.
Sin embargo, el movimiento, como dijeron Galileo y Einstein, sólo tiene significado
si es relativo, si lo relacionamos con algo
que no se mueve. En un avión, de noche y
sin turbulencias, no sabemos que nos movemos. Esto mismo nos pasa con la Tierra: para nuestros oídos estamos parados, pues todo lo que nos rodea se mueve con nosotros.
El péndulo de Foucault que muestra esta semana nuestro videoblog en la web de EL
MUNDO es la única forma de saber que estamos girando en el espacio aunque nos encontremos en una habitación cerrada sin ver
ni el Sol ni las estrellas. El péndulo de Foucault cuelga de una anilla sin rozamiento,
que puede girar alrededor de su eje vertical.
En la naturaleza rige la primera Ley de
Newton: todo cuerpo mantiene su movimiento si no actúa alguna fuerza sobre él.
Sobre el péndulo actúa la fuerza de la gravedad, siempre hacia el centro de la Tierra, pero no actúa ninguna fuerza sobre la anilla
que la haga girar. Por lo tanto oscila, pero no
gira. La Tierra sí lo hace y vemos que el péndulo va tirando barras en sus oscilaciones.
DE L M U N D O .es
ZVídeo:Vea la explicación en CosmoCaixa,
el museo científico de Obra Social ‘la Caixa’
Impreso por Rosa Martin Tristan. Prohibida su reproducción.
UN VEHÍCULO ‘VERDE’ PARA EXPLORAR EL POLO SUR
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