caracteristicas nutricionales de raciones para ganado en

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CARACTERISTICAS NUTRICIONALES DE RACIONES PARA GANADO
EN EXPLOTACIONES LECHERAS EN LA REGIÓN LAGUNERA
Nutritional Characteristics Of Cattle Rations In Dairy Farms In The Region Lagunera
Gregorio Núñez Hernández1, Karla Rodríguez Hernández1, Jorge Alberto Granados
Niño2, Antonio Anaya Salgado1, Jorge A. Bonilla Cárdenas3 y
Uriel Figueroa Viramontes1
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias. Blvd José Santos
Valdez 1200 Col. Centro 27440 Cd, Matamoros, Coahuila, México. 2Asistente de Investigación.
3
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias C.E. Santiago
Ixcuintla- CIRPAC. Km 6 Entronque Carretera Internacional México-Nogales, Santiago Ixcuintla,
Nayarit, México. e-mail: [email protected]
1
RESUMEN
El objetivo de este trabajo fue caracterizar nutricionalmente
las raciones utilizadas en la alimentación del ganado lechero
en la Región Lagunera. Este estudio se realizó en 10 establos
lecheros. Se caracterizó cada grupo de animales en cada una
de las explotaciones. Se registró la cantidad de cada ingrediente de las raciones, forma y horario de suministro. En cada
explotación se tomaron tres muestras al azar de aproximadamente 800 g de cada uno de los forrajes, ingredientes y raciones suministradas a los diferentes grupos de ganado. Los
forrajes se analizaron mediante espectroscopia en el cercano
infrarrojo. Las raciones suministradas a los diferentes grupos
de ganado se analizaron mediante química húmeda. Se determinó proteína cruda (PC), fibra detergente neutro (FDN), fibra
detergente ácido (FDA) y carbohidratos no fibrosos (CNF). Se
estimó energía metabolizable y energía neta de lactancia (ENl)
de las raciones mediante los métodos propuestos por la NRC
(2001). El consumo diario de materia seca (MS) por animal se
estimó mediante la cantidad de alimento ofrecida por día menos la rechazada dividida entre el número de animales de cada
corral y se multiplicó por el contenido de MS. En el presente estudio, el consumo estimado de MS fue de 21.8±3.5 kg d-1 para
vacas en lactación, 11.1±2.5 kg d-1 para vacas secas, 9.0±1.6
kg d-1 para vaquillas mayores de 1 año, y 3.8±1.1 kg d-1 para
vaquillas menores de 1 año. Las concentraciones de PC fueron de 18.35±2.1 %, 11.47±2.7 %, 13.75±3.6 %, 15.63±4.9 %
para vacas en lactación, vacas secas, vaquillas mayores de 1
año y vaquillas menores de 1 año, respectivamente, y la concentración de FDN en las raciones para estos mismos grupos
fue de 35.97±1.9 %, 49.37±6.5 %, 50.85±4.9 %, 55.1±10.3 %,
respectivamente. Las raciones tuvieron valores de 1.45±.05,
1.02±.14, 1.00±.14 y 1.1±.22 Mcal de ENl kg-1 MS para vacas
en lactación, vacas secas, vaquillas mayores de 1 año y va-
quillas menores de 1 año, respectivamente. La producción de
leche fue de 31.7±3.3 kg con 3.2±.1 % de proteína y 3.5±4 %
de grasa.
Palabras clave: Explotaciones lecheras, ganado, raciones,
valor nutritivo, consumo.
SUMMARY
The objective of this study was to characterize the nutritive
value of dairy cattle rations at the Region Lagunera. This study was conducted in ten dairy farms. Each animal group was
characterized and amount of each ingredient, form and feeding schedule were recorded in each farm. In each farm, three
samples of approximately 800 g of each forage, ingredient and
ration were taken from each group of animals. Forages were
analyzed through NIRS, and rations were analyzed through
chemical analyses. Crude protein (CP), neutral detergent fiber
(NDF), acid detergent fiber (ADF) and non fiber carbohydrates
(NFC) were analyzed. Metabolizable energy and net energy for
lactation (NEl) were estimated according to NRC (2001). Daily
dry matter (DM) intake per animal was determined as ration
amount offered minus amount refused divided by number of
animals in each group and adjusted by DM content. Estimated DM intake were 21.8±3.5 kg d-1 for lactating cows, 11.1±2.5
kg d-1 for dry cows, 9.0±1.6 kg d-1 for heifers older than 1 year,
and 3.8±1.1 kg d-1 for heifers younger than 1 year. Rations CP
were 18.35±2.1 %, 11.47±2.7 %, 13.75±3.6 %, 15.63±4.9 % for
lactating cows, dry cows, heifers older than 1 year and heifers
younger than 1 year, and NDF of the rations were 35.97±1.9 %,
49.37±6.5 %, 50.85±4.9 %, 55.1±10.3 %, for lactating cows, dry
cows, heifers older than 1 year and heifers younger than 1 year,
respectively. Ration NEl were 1.45±.05, 1.02±.14, 1.00±.14 and
1.1±.22 Mcal kg-1 DM for lactating cows, dry cows, heifers older
than 1 year and heifers younger than 1 year, respectively. Milk
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production was 31.7±3.3 kg with 3.2±.1 % protein and 3.5±4
% fat.
Key words: Dairy farms, cattle, rations, nutritive value, intake.
INTRODUCCIÓN
El sistema especializado de producción de leche se localiza
principalmente en áreas semiáridas y desérticas en donde la
precipitación es menor de 500 mm. Este sistema tecnificado de
producción de leche (sistema de altos insumos) es altamente
dependiente de insumos, muchos de ellos de importación como
semen, equipo, maquinaria, productos veterinarios e ingredientes para raciones alimenticias. El sistema contempla grandes
inversiones en construcciones para la estabulación y manejo
del ganado, así como equipo para la ordeña y enfriamiento de
la leche. En este sistema se utilizan razas puras, principalmente Holstein con programas de mejoramiento genético con los
cuales, se ha mejorado notablemente la productividad. La producción de leche es de 8,000 a 10,000 kg vaca-1 día-1 (Núñez et
al., 2009). La alimentación se basa en forrajes de buena calidad
nutricional como alfalfa, ensilaje de maíz, sorgo y cereales de
grano pequeño producidos bajo condiciones de riego. La alimentación incluye el uso intensivo de granos procesados (principalmente maíz y sorgo), y el empleo de subproductos agroindustriales como pastas de soya y canola, grano de destilería y
cervecería, semilla y cascarilla de algodón, así como productos
especializados como grasas, proteína y vitaminas de sobrepaso, amortiguadores del pH ruminal y estimuladores de la actividad microbiana en el rumen, etc. Las raciones se suministran
totalmente mezcladas varias veces al día. Las características
nutricionales determinan la productividad y eficiencia del ganado, los costos de producción y los impactos al medio ambiente.
El objetivo de este trabajo fue caracterizar nutricionalmente las
raciones utilizadas en la alimentación del ganado lechero en la
Región Lagunera.
MATERIAL Y MÉTODOS
Este estudio se realizó en 10 establos lecheros de la Región Lagunera, localizada en la parte central de la porción norte
de México, entre los meridianos 101°40´ y 104°45´ de longitud
Oeste y los paralelos 25°05´ y 26°54´de latitud Norte. La altitud
de esta región es de 1,139 m sobre el nivel del mar. Con clima
bWhw (f), muy seco con lluvias en verano; una temperatura media anual de 21° C y una precipitación promedio anual de 220
mm.
La información de estructura del hato (número de animales por grupo productivo) se obtuvo a partir de los registros automatizados de cada establo. Se caracterizó cada grupo de
animales en cada una de las explotaciones. Se registró la cantidad de cada ingrediente de las raciones, así como la forma
y horario de suministro. En cada explotación se tomaron tres
muestras al azar de aproximadamente 800 g de cada uno de
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AGROFAZ
los forrajes, ingredientes y raciones suministradas a los diferentes grupos de ganado. Las muestras se pesaron inmediatamente con una báscula digital, se identificaron y se trasladaron
al Campo Experimental La Laguna. Se secaron al sol por dos
días y después en una estufa de aire forzado a 65º C por 72
horas hasta peso constante. En el caso de los forrajes, en todas
las muestras se determinó la concentración de materia seca
(MS), proteína cruda (PC), fibra detergente neutro (FDN), fibra
detergente ácido (FDA), carbohidratos no fibrosos (CNF), almidón (ALM), grasa (GC), lignina (LIG), digestibilidad de la fibra
a 30 horas (DFDN) y energía neta de lactancia (ENl) mediante
espectroscopia en el cercano infrarrojo previamente calibrado.
Las raciones suministradas a los diferentes grupos de ganado
se analizaron mediante química húmeda, determinándose PC,
FDN, FDA y CNF de acuerdo a los procedimientos descritos
por Undersander et al. (1993). Se estimó energía metabolizable
(EM) y ENl de las raciones mediante los métodos propuestos
por el NRC (2001). El consumo de materia seca por día por
animal se estimó mediante la cantidad ofrecida y rechazada
por día dividida entre el número de animales de cada corral y
se multiplicó por el contenido de MS. Se obtuvo la producción,
contenido de grasa y proteína de la leche promedio en el mes
en que se realizó el muestreo. Se realizó estadística descriptiva
de los datos, además de un análisis correlación para determinar
el grado de asociación entre indicadores. Se empleó el programa estadístico SAS (Versión 5.01a, SAS Institute).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En el Cuadro 1 se presenta los ingredientes en las raciones
para los diferentes grupos de animales en las explotaciones lecheras. Los henos de alfalfa y el ensilado de maíz son utilizados
principalmente en las raciones de vacas en producción y becerras. El ensilado y heno de avena es empleado en raciones
de vaquillas y becerras. El ensilado de sorgo se emplea principalmente en raciones de vaquillas mayores de 1 año, vacas
secas y en menor grado en raciones de vacas en producción.
En las raciones de vacas productoras, el maíz rolado se utiliza
en todos las explotaciones mientras que la semilla de algodón,
pasta de soya y núcleos son empleados con menos frecuencia.
En la mayoría de las explotaciones se emplean núcleos concentrados en la alimentación de vaquillas menores de 1 año. En
vacas secas y vaquillas mayores de 1 año, estos núcleos concentrados se utilizan con menos frecuencia. Se observa que
las vacas productoras y becerras consumen menos de 50 %
de forraje en sus raciones, mientras que las vaquillas y vacas
secas consumen más del 80 % de forrajes en sus raciones. Lo
anterior es importante porque debido a la naturaleza digestiva
de los rumiantes, una función importante de los forrajes es estimular la rumia y salivación necesarias para mantener la salud
del ganado. Además, también estimulan las contracciones del
rumen para el paso de la digesta; lo cual, permite una eficiencia
mayor en el crecimiento de la población de microorganismos en
el rumen. Por otra parte, contrarresta los efectos negativos que
tiene la inclusión de altos niveles de grano en las raciones para
PRODUCCIÓNPECUARIA
vacas lecheras (Schroeder, 1996). Por otra parte, aunque en el
caso de vacas altas productoras de leche se utilizan grandes
cantidades de grano, subproductos agroindustriales y productos especializados, los forrajes contribuyen con 40 a 60 % del
consumo de materia seca en vacas en producción, alrededor
del 50 % de la proteína y energía neta de lactancia, y 80% de
la fibra detergente neutro. Esto es importante debido a que los
forrajes constituyen una fuente de nutrientes de bajo costo.
Cuadro 1. Frecuencia de utilización de ingredientes en raciones para el ganado en explotaciones lecheras de la
Región Lagunera.
En relación a los forrajes utilizados en este estudio, Núñez
et al. (2009) indican que la alfalfa fue el único forraje con alto
contenido de proteína (22.1±1.2 %) y energía neta de lactancia
(1.4±0.01 Mcal kg-1 de MS). Los ensilados de maíz son forrajes
principalmente energéticos (1.3±0.01 Mcal kg-1 de MS), seguidos de los henos de avena (1.2±0.01 Mcal kg-1 de MS), ensilados de avena (1.2±0.02 Mcal kg-1 de MS) y sorgo (1.2±0.01
Mcal kg-1 de MS). Se observó que existe una amplia variación
en la energía neta de lactancia sobre todo en el caso de ensilados de maíz. Además, la alfalfa tiene un contenido bajo de
fibra detergente neutro (38.6±0.07 %) seguida del ensilado de
maíz (50.7±7.2 %) y heno de avena (52.7±2.1 %). El ensilado
de sorgo tuvo mayores contenidos de fibra (63.2±4.7 %) que los
forrajes mencionados. Los rastrojos se caracterizaron por su
contenido bajo de proteína cruda (5.2±0.8 %) %, contenido alto
de fibra (74.6±2.7 %) y contenido bajo de energía (1.01±0.01
Mcal kg-1 de MS). Comparando estos valores con parámetros
de forrajes de buena calidad nutricional reportados por Núñez
et al. (2009), se observan valores menores a los recomendados para forrajes de buena calidad nutricional en el caso de los
ensilados de maíz, sorgo y avena.
La calidad de los forrajes puede afectar la producción de
leche. Thomas et al. (2001) indican diferencias hasta de 1.7
kg d-1 entre ensilados de maíz. Ballard et al. (2001) reportaron
también diferencias de 2.3 kg d-1 entre ensilados de maíz. Oba
y Allen (1999) indicaron diferencias significativas de 2.6 kg d-1
entre ensilados de maíz. En estos estudios, las diferencias en
producción de leche se atribuyeron a un mayor consumo de
materia seca, mayor digestibilidad de la materia seca, mayor
digestibilidad de la fibra y mayor consumo de energía.
En experimentos con ensilados de sorgo, Grant et al. (1995)
señalaron diferencias en producción de leche de 8.3 kg d-1 entre
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AGROFAZ VOLUMEN 14 NÚMERO 1 2014
ensilados de sorgo, mientras que Aydin et al. (1999) reportaron
una diferencia en producción de leche de 3.0 g d-1 entre ensilados de sorgo. Estos resultados son similares a los reportados
por Oliver et al. (2004) quienes señalaron diferencias en producción de leche de 4.6 kg d-1 entre ensilados de sorgo. Entre
los factores que explican las diferencias señaladas destacan un
mayor consumo de materia seca, materia seca más digestible
y fibra más digestible por una lignificación menor y una tasa de
paso más rápida por el rumen. No se observaron efectos en la
producción de ácidos grasos volátiles o en el pH ruminal.
En estudios con forrajes de cereales de grano pequeño,
Khorasani et al. (1993) indicó producciones de leche de 31.6,
28.8, 28.1 y 29.6 kg d-1 con raciones con ensilados de alfalfa,
cebada, avena y triticale; sin embargo, esta diferencias no fueron estadísticamente significativas. Sin embargo, en ese experimento se observó un consumo menor de materia seca en
las vacas alimentadas con las raciones de cereales de grano
pequeño.
En general, se recomienda de 1/3 a 2/3 de forraje de alfalfa
henificada o ensilada en raciones para vacas lecheras de alta
producción (Satter, 1999). El uso de ensilados de maíz, sorgo
o cereales con alfalfa en raciones para vacas lecheras permite
obtener producciones de leche similares que con raciones ex-
clusivamente con alfalfa, sin embargo, la utilización de estos forrajes en niveles superiores a 75 % en la ración puede disminuir
el consumo y la producción en vacas altas productoras de leche
(Broderick, 1985; DePeters et al., 1989; Acosta et al., 1991). Por
otra parte, se han observado mayores producciones de leche
(> 3 litros de leche diarios) con raciones de ensilado de maíz
en comparación a raciones de ensilado de sorgo (Aydin et al.,
1999; Oliver et al.,2004).
En relación a la calidad nutricional de los forrajes para vaquillas de reemplazo, la alimentación con henos con un porcentaje
mayor de 12 % de proteína cruda puede requerir de un suplemento energético. Debido a que la síntesis microbiana puede
cubrir las necesidades de proteína a esta edad, la suplementación de proteína no degradable en el rumen, no beneficia el
crecimiento de las vaquillas o la eficiencia de alimentación. El
ensilado de maíz proporciona energía suficiente para vaquillas
mayores de un año, pero es necesario suplementar fuentes de
proteína. Dietas exclusivamente con ensilado de maíz pueden
engordar las vaquillas. En este último caso la cantidad de ensilado se puede limitar incluyendo henos de alfalfa o gramíneas.
El ensilado de sorgo o sorgo x sudán permite obtener ganancias de peso de 0.750 kg/día (Núñez et al., 2009).
Cuadro 2. Cantidades (kg d-1) mínimas y máximas de ingredientes utilizadas en la alimentación de ganado en
explotaciones lecheras de la Región Lagunera.
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AGROFAZ
PRODUCCIÓNPECUARIA
En el presente estudio, los consumos de materia seca estimados fueron de 21.8±3.5 kg d-1 para vacas lecheras, 11.1±2.5
kg d-1 para vacas secas, 9.0±1.6 kg d-1 para vaquillas mayores
de 1 año, y 3.8±1.1 para vaquillas menores de 1 año (Cuadro
2). Respecto al consumo de materia seca, Nennich et al. (2005)
reportaron consumos de materia seca de 21.9 kg d-1, 10.4 kg
d-1, 8.34 kg d-1, y 3.37 kg d-1 para vacas en producción, secas,
vaquillas y becerras, respectivamente. El consumo de alimento
es variable, sobre todo en vacas productoras, ya que puede
ser afectado por los días y nivel de producción, peso vivo, composición química y forma física de la ración. Hristov et al. (2004)
indicaron que las variables más relacionadas con el consumo
de materia seca son el contenido de proteína cruda, energía
neta de lactación, proteína bacteriana, proteína degradable en
el rumen, y contenido de fibra del forraje. Allen (2000) indicó
que el efecto del contenido de FDN en las dietas afectó el consumo de materia seca dependiendo del tamaño de partícula y
sus características de fermentación; sin embargo, señala que el
efecto solo del tamaño de partícula fue de poca magnitud. La
digestibilidad de la fibra es otro factor que afecta el consumo de
materia seca. Oba y Allen (1999) señalaron que por cada unidad
de incremento en la digestibilidad de la FDN a 48 h, aumenta el
consumo de materia seca en 0.17 kg/día. Mertens (2009) señaló un efecto de la digestibilidad de la FDN de menor magnitud al
reportado por Oba y Allen (0.097 vs 0.170 kg d-1 ). Allen (2000)
indicó que dentro de otros factores que afectan el consumo de
materia seca, también se han observado efectos negativos del
porcentaje de almidón degradado en el rumen y los productos de la fermentación de forrajes ensilados. El contenido de
proteína cruda de las raciones se relaciona positivamente con
el consumo de materia seca, observándose incrementos por
unidad de proteína cruda de 0.9 kg d-1 hasta un nivel de 12 %,
y en menor grado de 0.04 d-1 a 18 % de PC en las dietas. Por
otra parte, la adición de grasas puede afectar el consumo de
materia seca a través de efectos en la fermentación u motilidad
del rumen, aceptación por el animal, secreción hormonal, y oxidación de grasas en el hígado. Al respecto, Rabiee et al. (2012)
también señalaron una reducción en el consumo de materia
seca de 0.88 d-1 con la adición de diferentes grasas de sobrepaso; sin embargo, el efecto parece ser mayor en el caso de
productos de sales de calcio. La humedad óptima de las raciones debe ser de 40 a 55 %; en alimentos fermentados, valores
de humedad superiores a éstos pueden reducir el consumo. El
suministro de alimentos debe ser al menos de dos a tres veces
por día para estimular el consumo; las vacas con problemas de
patas consumen menores cantidades de alimento.
En el Cuadro 3 se presenta la composición química y energía de las raciones proporcionadas a los diferentes grupos de
ganado en las explotaciones lecheras estudiadas en la Región
Lagunera. Las concentraciones de proteína cruda fueron de
18.35±2.1 %, 11.47±2.7 %, 13.75±3.6 %, 15.63±4.9 % para
vacas productoras, vacas secas, vaquillas mayores de 1 año
y vaquillas menores de 1 año. Respecto a las concentraciones de fibra detergente neutro, las raciones tuvieron 35.97±1.9
%, 49.37±6.5 %, 50.85±4.9 %, 55.1±10.3 %, respectivamente. En energía neta de lactancia, las raciones tuvieron valores
de 1.45±.05, 1.02±.14, 1.00±.14 y 1.1±.22 Mcal kg-1 de materia
seca para vacas productoras, vacas secas, vaquillas mayores
de 1 año y vaquillas menores de 1 año, respectivamente.
En relación a la proteína cruda de las raciones de las vacas
productoras se observaron valores dentro de los rangos recomendados. Huber y Kung Jr. (1981) indicaron en sus estudios
que obtuvieron producciones mayores de leche cuando el porcentaje de proteína aumentó de 12.2 a 16.2 %, aunque hubo
diferentes respuestas entre vacas adultas y vaquillas de primer
parto. Wu y Satter (2000) señalaron que las mayores producciones de leche se obtuvieron con dietas con niveles de 17.0 %
de proteína en las primeras 30 semanas de lactación y con 16
% en las siguientes semanas. Ipharraguerre y Clark (2005) indicaron una relación cuadrática entre el nivel de proteína cruda
en la dieta y la producción de leche, encontrando el nivel óptimo
cuando la proteína cruda en la dieta fue de 23 %. Sin embargo,
el análisis de estas relaciones indicaron aumentos de 0.75 a
0.94 kg de leche con aumentos hasta 16 % de proteína cruda
y de solo 0.35 a 0.42 kg con aumentos hasta 20 % de proteína
cruda en la ración. En el caso de vacas secas, se observaron
algunas explotaciones con valores más bajos de los recomendados sobre todo al inicio del período de secado. En vacas secas, el rango recomendado de proteína en las raciones es de
12 a 14 % (Núñez et al.,2009).
En relación a las concentraciones de fibra detergente neutro
se observaron valores mayores a los recomendados, particularmente en vacas altas productoras. Al respecto, las recomendaciones para vacas después del parto son de 30 % de FDN y 35
% de CNF, en vacas altas productoras de 28-32 de FDN % y
de 37-42 % CNF, en vacas medias 32-36 % de FDN y de 34-40
% CNF, y en vacas al final de la lactancia de 38-43 % de FDN
y de 30-40 % de CNF. En vacas cuya producción de leche por
día fue mayor de 45 kg, el consumo de materia seca se limitó
a un 32 % de FDN, mientras que en vacas con producciones
de 22.5 kg d-1, el consumo de materia seca se limitó a 44 % de
FDN en las dietas. De la misma manera que en vacas en lactación, también se observaron niveles altos de fibra detergente
neutro en las dietas de las vacas secas. Las recomendaciones
al respecto son un mínimo de 33 % y un máximo de 43% de
CNF. Generalmente, el nivel de FDN en las raciones puede
limitar el consumo de energía neta de lactancia de las vacas
(Núñez et al., 2009).
Por otra parte, los CNF en las raciones son necesarios para
contribuir a cubrir las necesidades de energía de los animales
y de los microorganismos del rumen para su crecimiento. Los
CNF se categorizan en ácidos orgánicos, azucares, almidón y
compuestos solubles de la fibra (Varga, 2003). Los ácidos orgánicos son utilizados por el animal, pero no para un crecimiento
microbiano apreciable. Los azucares se fermentan rápidamente en el rumen y también son utilizados por el animal. El almidón
tiene gran variación en la fermentación ruminal dependiendo
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AGROFAZ VOLUMEN 14 NÚMERO 1 2014
de fuentes, procesamiento y almacenamiento. Nocek y Russell (1988) señalan 40 % de CNF para optimizar la producción
de leche. Varga (2003) sugiere niveles de 32 a 38 % de CNF
cuando las dietas contienen ingredientes altos en azucares y
almidón como granos de cebada, maíz y ensilado de maíz o 38
a 42 % cuando las dietas contienen henos, y subproductos de
maíz y cascarilla de soya.
En cuanto a la energía neta para lactación de las raciones
para vacas productoras, en este estudio tuvieron valores inferiores a los recomendados para vacas lecheras de 1.6 a 1.8
Mcal kg-1 (Núñez et al., 2009). En vacas secas, se tuvieron valores bajos al inicio del período seco en la mayoría de las explotaciones y solo en algunas en las vacas próximas al parto. Al respecto, se recomienda utilizar dietas con 1.30-1.39 Mcal kg-1 de
materia seca al inicio y de 1.4-1.5 Mcal kg-1 de materia seca al
final del período seco. En relación a la energía de las raciones,
las dietas para vacas lecheras contienen aproximadamente 70
% de carbohidratos. De este total, 40 a 45 % es FDN, 35-40 %
es almidón y 15 a 20 % son azucares y otros compuestos solubles de la fibra (Weiss, 2010). Este último autor al estudiar dietas para vacas en producción reportó que la energía digestible
proveniente de la FDN fue 13.1±5.4 Mcal d-1 y la proveniente
del almidón 21.2±5.2 Mcal d-1. Lo anterior, indica que el almidón
proporcionó 1.6 veces más energía que la FDN de las dietas. El
incremento en el almidón de la dieta aumenta la energía de las
dietas, pero a cierto nivel también puede disminuir la digestibilidad de la FDN hasta en 10 %. Dado lo anterior, dietas bajas en
fibra o altas en almidón pueden tener menor valor energético
que el esperado. La adición de grasas usualmente aumenta la
energía de las dietas, pero muy frecuente reduce el consumo
de la dieta, lo cual, también puede afectar el valor energético
esperado de las dietas.
En relación a las vaquillas, se observaron raciones con valores altos de fibra detergente neutro y bajos en energía neta de
lactancia. Al respecto, los valores recomendados son de 14-15
% de proteína cruda y de 22 a 34 % de FDN para 7 meses a un
año de edad. Durante la gestación, el contenido recomendado
de proteína cruda es de 13-14 % con un contenido de FDN de
30 a 45% (Zanton y Heinrichs, 2008). Los valores recomendados de energía metabolizable y energía neta de lactancia
son de 2.3 y 1.4 Mcal kg-1 de MS. En vaquillas en desarrollo,
Hoffman et al. (2008) indican que el consumo de materia seca
estuvo en función del peso vivo y la concentración de fibra detergente neutro en la ración. Por su parte, Pirlo et al. (1997)
señalan que las ganancias de peso estuvieron asociadas al
consumo de energía y proteína.
Cuadro 3. Composición química y valor energético de raciones para distintos grupos de animales en 10
explotaciones lecheras de la Región Lagunera.
PC-Proteína cruda; FDA-Fibra detergente ácido; FDN-Fibra detergente neutro; CNF-Carbohidratos no fibrosos;
ENl-Energía neta de lactancia; EM_Energía metabolizable.
En el Cuadro 4 se muestra que la producción y composición química de la leche fue de 31.7±3.3 kg con 3.2±0.1 % de
proteína y 3.5±0.4 % de grasa. Con respecto a la producción
diaria de leche por vaca, la proteína en la leche y el porcentaje
de grasa, los valores fueron similares a los obtenidos en explotaciones lecheras de diferentes regiones de los Estados Unidos
de América. Oleggini et al. (2001) reportaron valores de 30.8,
27.9 y 25.7 kg vaca-1 día-1 en explotaciones de las regiones
Norte, Centro-Sur y Sur, respectivamente, con valores de grasa
12
AGROFAZ
de 3.7, 3.6 y 3.6 %, respectivamente. Para la proteína en la
leche, los valores fueron: 3.2, 3.2 y 3.3 %, para cada región,
respectivamente. La producción de leche está relacionada con
el consumo de nutrientes. Hristov et al. (2005) indicaron que la
producción de leche se correlacionó significativamente con el
consumo de materia seca (r=0.52), consumo de energía neta
de lactancia de la ración (r=0.57), porcentaje de proteína cruda
(r=0.47), carbohidratos no estructurales (r=0.39) y proteína no
degradable en el rumen (r=0.39).
PRODUCCIÓNPECUARIA
Cuadro 4. Producción y composición promedio de la leche en explotaciones lecheras en la Región Lagunera.
CONCLUSIONES
Los henos de alfalfa y el ensilado de maíz son utilizados
principalmente en las raciones de vacas en producción y becerras. El ensilado y heno de avena es empleado en raciones de
vaquillas y becerras. El ensilado de sorgo se emplea principalmente en raciones de vaquillas mayores de 1 año, vacas secas
y en menor grado en raciones de vacas en producción.
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Comparando estos valores con parámetros de forrajes de
buena calidad nutricional se observan valores menores a los
recomendados para forrajes de buena calidad nutricional en el
caso de los ensilados de maíz, sorgo y avena.
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En relación a las concentraciones de fibra detergente neutro
se observaron valores mayores a los recomendados, particularmente en vacas altas productoras.
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La energía neta de lactancia de las raciones para vacas productoras presentó valores inferiores a los recomendados para
vacas lecheras en producción y vaquillas de reemplazo.
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