AUTOS: "CARRANZA,Eva Doloresy otra contra I.A.P.O.S. -Amparo- sobre RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD(Expte.C.S.J.N° 276,Año 2008). Reg.: A y S t 231 p 381-386. En la ciudad de Santa Fe, a los seis días del mes de mayo del año dos mil nueve, se reunieron en acuerdo los señores Ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia, doctores Daniel Aníbal Erbetta, María Angélica Gastaldi, Eduardo Guillermo Spuler y el señor Juez de Cámara doctor Villaggi, con la presidencia del titular doctor Roberto Falistocco, a fin de dictar sentencia en los autos caratulados "CARRANZA, Eva Dolores y otra contra I.A.P.O.S. -Amparosobre RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD (Expte. C.S.J. N° 276, Año 2008). Se resolvió someter a decisión las cuestiones siguientes: PRIMERA: ¿es admisible el recurso interpuesto?; SEGUNDA: en su caso, ¿es procedente? y TERCERA: en consecuencia, ¿qué resolución corresponde dictar? Asimismo se emitieron los votos en el orden en que efectuaron el estudio de la causa, o sea, doctores Gastaldi, Erbetta, Falistocco, Spuler y Villaggi. A la primera cuestión, la señora ministra doctora Gastaldi dijo: Mediante resolución registrada en A. y S., T. 226, pág. 247, esta Corte -por mayoríaadmitió la queja por denegación del recurso de inconstitucionalidad interpuesto por la actora contra la sentencia del 12 de diciembre de 2006, dictada por la Sala Segunda de la Cámara de Apelación en lo Laboral de esta ciudad, por entender que el planteo de la recurrente contaba con suficiente asidero en las constancias de la causa e importaba articular con seriedad postulaciones que encuadraban "prima facie" en lo dispuesto por el artículo 1, inciso 3) de la ley 7055, teniendo en especial consideración la naturaleza del derecho que se encontraba en juego (el de la salud) y fundamentalmente el riesgo de vida que surgiría de lo agregado como "hecho nuevo". En el nuevo examen de admisibilidad que prescribe el artículo 11 de la ley 7055, realizado con los autos principales, no encuentro razones para apartarme de aquella conclusión provisoria, no obstante lo dictaminado por el señor Procurador General a foja 291. Voto, pues, por la afirmativa. A la misma cuestión, el señor Ministro doctor Erbetta y el señor Presidente doctor Falistocco expresaron idénticos fundamentos a los expuestos por la señora Ministra doctora Gastaldi y votaron en igual sentido. A la misma cuestión, el señor Ministro doctor Spuler dijo: Mediante resolución registrada en A. y S. T. 226, pág. 247, esta Corte -por mayoría- admitió la queja por denegación del recurso de inconstitucionalidad interpuesto por la actora contra la sentencia del 12 de diciembre de 2006, dictada por la Sala Segunda de la Cámara de Apelación en lo Laboral de esta ciudad. Conforme lo previsto por el artículo 11 de la ley que regula el remedio extraordinario local corresponde en esta oportunidad efectuar un nuevo examen de admisibilidad, sin que en tal labor la Corte se encuentre limitada por la conclusión arribada en el examen liminar efectuado al resolver el recurso directo (Cfr. A. y S. T. 108 pág. 271; T. 143, pág. 457; T. 153, pág. 148; T. 179, pág. 145; entre otros). Puesto en tal tarea, esta vez con los autos principales a la vista, arribo a la conclusión acerca de la necesidad de rectificar el criterio que he sustentado al resolver la queja, en cuanto propuse en aquel momento su rechazo, toda vez que la adecuada ponderación de la totalidad de las constancias obrantes en la causa demuestran la conveniencia de dicha modificación, al advertir que la arbitrariedad endilgada por la actora, especialmente en el plano fáctico y probatorio, cuenta con suficiente asidero como para habilitar la instancia excepcional pretendida. Por ello, no obstante lo dictaminado por el señor Procurador General (fs. 291) voto, pues, por la afirmativa. A la misma cuestión, el señor Juez de Cámara doctor Villaggi expresó idénticos fundamentos a los vertidos por la señora Ministra doctora Gastaldi y votó en igual sentido. A la segunda cuestión, la señora Ministra doctora Gastaldi dijo: 1. La actora promovió acción de amparo contra el Instituto Autárquico Provincial Obra Social de Santa Fe (I.A.P.O.S.) tendente a que se dejara sin efecto el acto administrativo que había dispuesto la baja de Eva Dolores Carranza como afiliada Opcional por haber omitido denunciar -en la declaración jurada- que padecía de una enfermedad de cadera y espalda. El Juez de Primera Instancia de Distrito en lo Laboral Número 1 de esta ciudad admitió la demanda de amparo, ordenando mantener el servicio de prestación de salud a cargo de la demandada en el entendimiento -básicamente- de que la resolución administrativa cuestionada carecía de fundamentación suficiente (f. 198). Apelado que fuera dicho pronunciamiento, la Alzada lo revocó rechazando, en consecuencia, la acción instaurada. Para así decidirlo, el A quo entendió que no se había demostrado la manifiesta arbitrariedad o ilegalidad del acto administrativo impugnado ni un supuesto vicio constitucional o la conculcación -directa y certera- de un derecho de "tercera generación" conforme al rango "daños contra la salud". Abundó en relación a ello, señalando que la demandada había actuado conforme a facultades regladas que le eran propias y que la actora al peticionar su afiliación en calidad de "opcional", firmó una declaración jurada de salud manifestando en forma clara y expresa que no padecía patologías como las que, inmediatamente después, pretendió reclamar; y que -además- la institución demandada había desarrollado un expediente administrativo interno donde recabó toda la información necesaria para evaluar la pretensión, incluso la del médico tratante de la propia actora que declaró que su patología era coetánea y de un proceso evolutivo anterior a la afiliación. 2. Contra tal pronunciamiento dedujo la amparista recurso de inconstitucionalidad. Afirmó que -contrariamente a lo sostenido por el A quo- la resolución N°118 del I.A.P.O.S. y su modificatoria N° 412 constituyen actos administrativos emanados de la autoridad pública que adolecen de vicios de manifiesta arbitrariedad, irrazonabilidad e inconstitucionalidad que afectan a su estructura misma y de manera directa a los elementos esenciales de causa, objeto, motivación y finalidad. Así, consideró que se estaba en presencia de un vicio que afectaba a la causa del acto, como asimismo a la sentencia de la Cámara, al haberse invocado antecedentes de hecho y de derecho que no han existido, tales, que la señora Carranza conocía la patología que padecía al suscribir su declaración jurada de salud en marzo de 2003, que, pese a conocerla, la ocultó deliberada y malintencionadamente y que el hecho de presumir dichas circunstancias alcanzaba para demostrarlas y justificar así la baja de aquélla como afiliada opcional del I.A.P.O.S.. Expresó que existió también un vicio en el objeto del acto, puesto que el Ente violó su propio procedimiento regulado expresamente en el decreto 298/97 por cuanto no se comprobó que la patología de artrosis que padecía Carranza era de conocimiento de las actoras, desde que no se aportó ninguna historia clínica, estudio médico, bioquímico, facturas, recibos farmacológicos o de cualquier otra índole que fuesen preexistentes a la declaración jurada de salud que probasen con certeza la omisión deliberada de Carranza en la mentada declaración; y que, por el contrario, remarcó que el I.A.P.O.S. se limitó a presumirla. Hizo referencia al vicio que afectaba la motivación del acto, desde que el I.A.P.O.S. lo fundó en la presunción de la auditoría médica de que la señora Carranza había falseado u omitido información en su declaración jurada de salud. Adujo que en el caso, se encontraba viciada la finalidad del acto por desviación de poder, en violación no sólo al interés jurídico particular de las amparistas sino al de toda la población, desde que el interés en la protección de la salud concierne a toda la comunidad y sus dirigentes. Por lo demás, aludió a que el vínculo que une a los afiliados con las obras sociales no es una mera relación contractual de Derecho Privado que deba ser dilucidado por las vías ordinarias y ajeno al interés del Estado puesto que aquí esta en juego el principio de solidaridad; y el Estado debe asumir un rol de parte, garante y asegurador de los derechos constitucionalmente amparados además de supervisor de los entes encargados de esta función social. Manifestó que -contrariamente a lo expresado por el A quo- ha quedado demostrado en el presente que la vía del amparo es la más idónea para la defensa de los derechos constitucionales vulnerados, desde que la vida y la salud de las amparistas se encuentran en juego y tal consideración -dijo- no admite las dilaciones y demoras propias de una acción ordinaria. Culminó su exposición poniendo énfasis en que el acto u omisión de la autoridad pública arbitraria e ilegalmente provocó una lesión, restricción, alteración o amenaza a un derecho constitucional, arbitrariedad e ilegalidad éstas que resultan claras y manifiestas; que existe una contradicción entre una norma de jerarquía inferior -acto administrativo- y las normas constitucionales; que no hay otro medio judicial más idóneo que proteja tales derechos, como asimismo que existe peligro cierto de la demora que podría acarrearse al resolver la cuestión planteada a través de la utilización de la vía ordinaria. 3. El detenido examen de los autos persuade de que la impugnación planteada merece favorable acogida en esta instancia, constatándose que los Sentenciantes han adoptado una solución que, por franquear los límites de razonabilidad, no constituye derivación razonada del derecho vigente aplicable a las circunstancias comprobadas de la causa. AUTOS: "CARRANZA,Eva Doloresy otra contra I.A.P.O.S. -Amparo- sobre RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD(Expte.C.S.J.N° 276,Año 2008). La demandada dispuso -en lo que aquí concierne- la baja de la ahora recurrente como afiliada opcional al sistema de salud con sustento en que "la artrosis de cadera en un estadio calificado de severo, configura un cuadro de evolución crónica en el tiempo, se presume que la afiliada no podía ignorar o desconocer esa enfermedad, la que no fue consignada en la declaración jurada de salud" (f. 7). Por su parte, el Tribunal a quo fundamentó el rechazo del amparo en que esta resolución de la demandada no configuraba arbitrariedad o ilegalidad manifiesta en tanto había actuado en ejercicim de las facultades contenidas en el reglamento de la institución, otorgándole motivación suficiente a la decisión a partir de las actuaciones administrativas y con las afirmaciones del médico tratante de la actora que -en su oportunidad- había sostenido que la patología de la accionante era coetánea y -debido a su proceso evolutivoanterior a la afiliación. Es decir, que el soporte de hecho adoptado por la Cámara para descartar el requisito enunciado de procedencia del amparo radicó en el expediente administrativo y en la declaración del galeno tratante de la ahora recurrente. Y es aquí donde anida la arbitrariedad del fallo. En efecto, no está en tela de discusión las facultades del ente (I.A.P.O.S.) para adoptar resoluciones como las que motivan el presente. Lo que está cuestionado en la especie son los antecedentes fácticos que justificaron la baja y que los Jueces reputaron como suficientes para descartar el requisito de arbitrariedad o ilegalidad manifiesta. Adviértase, en tal sentido, que a la Cámara le basta con la sola constancia de que la demandada dispuso la baja precedida de un "expediente administrativo" para rechazar la acción instaurada; ello de manera alguna puede ser tolerado desde el linaje constitucional, en tanto una correcta resolución de la controversia imponía la valoración concreta de esos antecedentes a fin de juzgar -en términos reales y no formales- si el I.A.P.O.S. había obrado dentro o fuera del derecho sin desestructurar, en lo más mínimo, el ámbito de conocimiento de la vía prevista por la ley 10456. En síntesis, la sola mención de que la demandada recurrió a un trámite administrativo sin ponderación de las resultas de esas actuaciones -que constan, en mayor medida, de un informe de auditoría médica- importa arbitrariedad de sentencia. El restante soporte de la resolución atacada refiere a la testimonial del médico tratante de la actora, doctor Iván Gorosito, que solo por vía de una ponderación reñida con las reglas que gobiernan la sana crítica puede afirmarse que dicho galeno otorga certeza acerca de la fecha de la dolencia padecida y manifestación de los síntomas o tiempo de evolución de la misma, no obstante la decisividad que tenía ese dato temporal para examinar la veracidad de la declaración jurada. A tales fines corresponde recordar la ampliación de dicho testigo obrante a fojas 191/192 donde expresamente señaló que "...el tema del dolor es tremendamente subjetivo en la artrosis, uno puede sugerir el tiempo de evolución de una artrosis mediante radiografía, pero no puede sugerir el tiempo de evolución de los síntomas y muchos menos si un paciente conocía o no sí padecía su enfermedad...". Resumiendo: a esta Corte no le incumbe asignar el alcance y valor de las pruebas rendidas en la causa, toda vez que ello constituye tarea privativa y excluyente de los jueces ordinarios pero si controlar que en el ejercicio de dichas tareas no se incurre en arbitrariedad. Y realizando dicho examen debe concluirse que el Tribunal efectúa una apreciación crítica de los hechos y una hermenéutica de las pruebas que no encuentra sostén en la sana crítica y por ese carril termina avalando una resolución del I.A.P.O.S. -que dispuso nada más y nada menos que la baja de un afiliado- que solo en apariencia contiene motivación. Recuérdese que -siguiendo los lineamientos de la Corte Nacional- el derecho a la salud está íntimamente relacionado con el de la vida siendo éste el primer derecho de la persona humana que resulta reconocido y garantizado por la Constitución nacional. El hombre es el eje y centro de todo el sistema jurídico y en tanto fin en sí mismo su persona es inviolable y constituye un valor fundamental con respecto al cual los restantes valores tienen siempre carácter instrumental (doctrina de Fallos:323:3229). A partir de esta premisa, es inevitable tener en cuenta que la actora es una mujer de más de 70 años de edad que, además de la operación de artrosis, se le ha detectado cáncer en el útero siendo intervenida quirúrgicamente y que recibe radioterapia (vid. fs. 230 y s.s.). En tales condiciones, ha de interpretarse que incumbe a los jueces buscar soluciones que se avengan con la urgencia que conllevan prestaciones como las presentes, para lo cual deben encauzarse los trámites por vías expeditas y evitar que el rigor de las formas pueda conducir a la frustración de derechos que cuentan con tutela de orden constitucional, lo cual se produciría si el reclamo de la actora tuviese que aguardar el inicio de un nuevo proceso (doct. de Fallos:324:122). Finalmente, conviene aclarar que el presente caso no guarda ninguna similitud fáctica con lo decidido por esta Corte en A. y S., T. 210, pág. 155, toda vez que en dicho precedente este Tribunal consideró que la recurrente no había logrado demostrar la configuración de una cuestión constitucional acerca de lo juzgado por el A quo en torno a que la actuación de la demandada se había ajustado a lo regulado en su reglamento sobre la reticencia dolosa de un afiliado respecto de las dolencias previas a la contratación como presupuesto de la baja al sistema de prestaciones; mientras que en la especie -como ya se dijo- el sustento de hecho de la baja del afiliado ha sido fallado con arbitrariedad fáctica y probatoria. Voto, pues, por la afirmativa. A la misma cuestión, el señor Ministro doctor Erbetta, el señor Presidente doctor Falistocco, el señor Ministro doctor Spuler y el señor Juez de Cámara doctor Villaggi expresaron idénticos fundamentos a los vertidos por la señora Ministra doctora Gastaldi y votaron en igual sentido. A la tercera cuestión, la señora Ministra doctora Gastaldi dijo: Atento al resultado obtenido al tratar las cuestiones anteriores, corresponde declarar procedente el recurso de inconstitucionalidad y, en consecuencia, anular la sentencia impugnada, con costas (artículo 12, ley 7.055). Remitir la causa al tribunal que corresponda a los fines de que la misma sea nuevamente juzgada. Así voto. A la misma cuestión, el señor Ministor doctor Erbetta, el señor Presidente doctor Falistocco, el señor Ministro doctor Spuler y el señor Juez de Cámara doctor Villaggi dijeron que la resolución que correspondía dictar era la propuesta por la señora Ministra doctora Gastaldi y votaron en igual sentido. En mérito a los fundamentos del acuerdo que antecede, la Corte Suprema de Justicia de la Provincia RESOLVIÓ: Declarar procedente el recurso de inconstitucionalidad y, en consecuencia, anular la sentencia impugnada, con costas. Remitir la causa al tribunal que corresponda a los fines de que la misma sea nuevamente juzgada. Registrarlo y hacerlo saber. Con lo que concluyó el acto, firmando el señor Presidente y los señores Ministros por ante mí, doy fe. Fdo.: FALISTOCCO-ERBETTA-GASTALDI-SPULER-VILLAGGIFernández Riestra (Secretaria)