Estudio de Derecho de Sucesiones.indb

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María Paz García Rubio
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Margarita Herrero Oviedo
ESTUDIOS DE DERECHO DE
SUCESIONES
Liber Amicorum
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Andrés Domínguez Luelmo
María Paz García Rubio
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ESTUDIOS DE DERECHO DE
SUCESIONES(*)
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José Ignacio Rubio San Román
Gemma Rubio Gimeno
Paloma Saborido Sánchez
M.ª Belén Sainz-Cantero Caparrós
Blanca Sánchez-Calero Arribas
M.ª Eugenia Serrano Chamorro
Estrella Toral Lara
Esther Torrelles Torrea
Laura Zumaquero Gil
El presente libro se enmarca dentro de la ejecución del Proyecto «Sucesiones internacionales. El Reglamento
650/2012 y su interacción con el Derecho civil nacional» [Ref. DER2013-43391-R], subvencionado por el Ministerio de Economía y Competitividad y el FEDER y del Programa de consolidación y estructuración de unidades de
investigación competitivas [Axuda GPC2014/024], subvencionado por la Consellería de Educación e Ordenación
Universitaria de la Xunta de Galicia y el FEDER.
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1.ª edición: diciembre 2014
ISBN: 978-84-9020-362-0
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Encarna Roca Trías
alimentos(17) y todo ello de acuerdo con el principio del agotamiento de
sus propios recursos, las razones de la legítima se debilitan hasta extremos
impensables. Porque, a pesar del recurso constante al principio de solidaridad, una de las características de la sociedad occidental se encuentra en
la falta de respeto hacia las personas mayores, con una correlativa disminución de los cuidados que se les prestan(18). Los textos legales en España
siguen estableciendo que los ascendientes y descendientes están recíprocamente obligados a prestarse alimentos (art. 143 CC; art. 237-2 CCCat).
Pero en las sociedades actuales, se espera que los padres puedan proveer a
sus necesidades y aún más, son los propios hijos quienes dependen de las
prestaciones que puedan recibir de sus progenitores, ya que, por ejemplo,
las madres van a prestar servicios solicitados por sus descendientes, especialmente en lo que se refiere al cuidado de los nietos, con más frecuencia
que el que prestan a sus ascendientes(19).
Entonces, ¿tiene razón de ser la legítima de los padres, cuando son ellos
los que se han ocupado del hijo y han invertido cantidades muchas veces
muy importantes en su educación y cuidado? El Código de sucesiones catalán suprimió la legítima de los ascendientes de grado más lejano, pero
mantuvo la de los progenitores, solución que se mantiene en el art. 4514 CCCat; en cambio, el art. 486 CDCFA declara que los descendientes
son «los únicos legitimarios», excluyendo, por tanto, a los ascendientes de
cualquier grado, incluidos los progenitores. Finalmente, el art. 238 de la
Ley 2/2006, de 14 junio, de derecho civil de Galicia no reconoce legítima
a los ascendientes. Es curioso, pues, que no va a tener legítima el progenitor que ha efectuado una inversión en sus hijos, si estos fallecen antes.
Mientras que el hijo siempre va a poder reclamarla, salvo desheredación.
Es decir, quien ha invertido en beneficio de sus hijos, no tiene derecho a un
beneficio sucesorio si el hijo premuere sin descendencia(20), mientras que
el hijo va a estar doblemente beneficiado, sin perjuicio de la imputación.
3.º. Las necesidades de los hijos discapacitados. La única reforma que ha
sufrido el derecho sucesorio español se ha efectuado para permitir la pro-
(17)
(18)
(19)
(20)
1252
MALAURIE, op. cit., pág. 904.
BECKER, op. cit., pág. 315.
MALAURIE, op. cit., pág. 904.
ROCA TRÍAS, E., ob. cit., pág. 216.
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Una reflexión sobre la libertad de testar
tección por causa de muerte de los hijos discapacitados. La Ley 41/2003,
de 18 de noviembre permite al testador que sea padre o madres o ascendiente del sucesor que se encuentre incapacitado, imponer un gravamen
sobre la legítima estricta a su favor (art. 808 CC). El incapacitado será, pues,
el fiduciario, en una especie de trust en el que el fideicomisario puede estar
sometido a la condición de tener que cuidar del incapacitado fiduciario(21).
La rigidez del sistema impide una solución razonable, incluso en estas circunstancias.
4.º. El cambio en la naturaleza de los bienes. Las herencias tradicionales tenían como objeto un conjunto de bienes, la mayoría de las veces,
heredados previamente. La participación de las sucesivas generaciones en
estos bienes no deja de ser una forma moderna de vinculación. Ahora bien,
como se ha señalado agudamente(22), la riqueza de la sociedad actual está
basada en fuentes públicas de ingresos, entre los que se encuentran los
beneficios de la seguridad social, las pensiones, en definitiva, el esquema
que se traduce en lo que se ha venido en llamar el «estado del bienestar»,
que otros autores califican como «la procura de la existencia»(23), es decir,
la participación del ciudadano en los servicios del estado. La nueva riqueza
consiste, por tanto, no en la participación en la riqueza material creada,
sino en los beneficios que pueden obtenerse mediante la inversión en sistemas de aseguramiento, públicos (seguridad social), o privados (seguros de
vida), que facilitarán a los sobrevivientes una existencia digna.
3.
DERECHO A LA HERENCIA, LEGÍTIMA Y AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD
Hasta aquí he reflexionado sobre las circunstancias familiares, pero
¿cuáles son los límites, si hay alguno, en nuestra Constitución? Algunas
Constituciones incluyen la herencia en la definición constitucional de la
propiedad. Así, el art. 14 de la Constitución alemana de 1949 dice: «Se
garantizan la propiedad y el derecho a la herencia, con el contenido y las
(21)
(22)
(23)
MONJE BALMASEDA, O., «Mecanismos sucesorios en la protección de los discapacitados y/o
incapacitados: el recurso a las sustituciones fideicomisarias», en REBOLLEDO, cit., pág. 528.
REICH, Ch. A. «The New Property», Yale Law Journal, Vol. 73, April 1964, pág. 734.
FORSTHOFF, E. El estado de la sociedad industrial, Nicolás MUÑIZ-LÓPEZ GUERRA, edits., Fundación Coloquio Jurídico europeo, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2013, pág. 54.
© LA LEY
1253
Encarna Roca Trías
limitaciones que la ley determine». Antes, la Constitución italiana de 1947,
en su art. 42.4, dijo que la ley establece las normas y los límites de las sucesiones legítima y testamentaria y los derechos del Estado sobre la herencia.
La Constitución portuguesa de 1976 dice, en su art. 62.1, que «se garantiza a todos el derecho a la propiedad privada y a su transmisión «em vida
ou por morte», con arreglo a la Constitución». Asimismo, la Constitución
española de 1978 incluye la herencia en el art. 33.1, diciendo que «1. Se
reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia».
El panorama constitucional permite constatar, en primer lugar, que se
incluye la protección del derecho a la herencia, dejando de lado, en consecuencia, otras posibilidades a las que voy a referirme a continuación. La
segunda, que la herencia se une al reconocimiento a la propiedad privada.
1.º. La herencia como consecuencia del reconocimiento del derecho a
la propiedad privada. La formulación moderna del derecho a la herencia
es una consecuencia ligada al reconocimiento de la propiedad privada,
que según algunos autores(24), se relaciona con la de los instrumentos de
producción, «en un ordenamiento que reconoce asimismo como derecho
del ciudadano «la libertad de empresa en el marco de una economía de
mercado» (art. 38 CE)», de manera que «cualquier traba legislativa que
suprimiera la sucesión en los bienes de producción, aún con el pretexto
de que cumplan mejor con su función social, sería inconstitucional como
atentatoria a la libertad de empresa y al derecho de propiedad privada».
Como vemos en las Constituciones citadas, la herencia va a separarse
de lo que es su origen, es decir, el mantenimiento de los bienes adquiridos
dentro del grupo familiar al que sirven, para resultar incardinada en el derecho de propiedad. Sin embargo, la realidad es tozuda y la herencia sigue
ligada a la familia y forma parte de ella, ya que precisamente las limitaciones que sufre el derecho a disponer libremente del propio patrimonio provienen del hecho de que el disponente tenga unos determinados parientes,
fundamentalmente, hijos y cónyuge, que se hacen acreedores, por disposición legal, de una participación en la herencia de su causante. Ciertamente
los intereses en conflicto en los planteamientos generales sobre el derecho
(24)
1254
LACRUZ, SANCHO, LUNA, DELGADO, RIVERO, RAMS, Elementos del Derecho civil. IV. Familia,
edición revisada por J. RAMS ALBESA, Dykinson, Madrid, 2002, pág. 6.
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Una reflexión sobre la libertad de testar
a la herencia se produce entre los que López identifica como «intereses en
conflicto» y que son el personal, ligado a la facultad de disponer por causa
de muerte, el familiar y el colectivo(25).
2.º. La herencia como derecho fundamental. De los diseños constitucionales parece derivarse la naturaleza de la herencia como una consecuencia del derecho a la propiedad privada, pero si bien este es su origen, en
un momento determinado pasa a formar parte del derecho de propiedad.
La ideología liberal decimonónica(26) realiza esta asociación para asegurar
a la herencia «un espacio de libertad civil similar al que ya disfrutaba la
propiedad» y ello porque de esta manera se «la reinterpretaba como un
derecho a la libertad», relacionándola, por consiguiente, con el elenco de
derechos fundamentales. Las corrientes abolicionistas de la propiedad privada y, consecuentemente, de la herencia entre las que se encuentra la tesis
marxista, contrastan con el reconocimiento constitucional del derecho a la
propiedad privada a la que se une el del derecho a la herencia.
Esta es la opinión de los autores españoles que se han ocupado del
significado del art. 33.1 CE. Para Ángel LÓPEZ, la inclusión del derecho a
la herencia en el art. 33.1 CE viene a constitucionalizar «un ámbito de la
autonomía de la voluntad (que es siempre un ámbito de libertad de los particulares) en materia sucesoria»(27).
Este derecho tiene dos aspectos, el de causar herencias, como un sistema
de transmisión de la propiedad, y el de recibirlas(28). Por ello va a resultar de
gran importancia determinar si el legislador debe o no respetar el derecho
de determinados parientes a recibir una parte del patrimonio del causante.
En el derecho a la herencia se aplica, igual que en la propiedad, el principio de la función social. Efectivamente, el art. 33 CE dice textualmente:
«1. Se reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia. 2. La función social de estos derechos delimitará su contenido, de acuerdo con las
leyes»(29). La sociedad obtiene los beneficios correspondientes a la función
(25)
(26)
(27)
(28)
(29)
LÓPEZ LÓPEZ, Á., op. cit., pág. 31.
HATTENHAUER, op. cit., págs. 183 y ss.
LÓPEZ LÓPEZ, op. cit., pág. 50.
LACRUZ et alii, op. cit., pág. 6.
Cosa que niega LÓPEZ LÓPEZ, op. cit., pág. 33.
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«La tarea de confiar al papel la glosa de la figura que da razón de ser a este
Liber Amicorum no es misión sencilla, pues junto a los datos biográficos puramente
objetivos quisiéramos transmitir el exacto valor de una persona que a lo largo de
cuatro décadas ha hecho de la labor universitaria un estilo de vida y un ejemplo
de trabajo y dedicación». Las primeras líneas de la laudatio de la obra que el lector
tiene ante sí tratan de expresar la intención de sus promotores al rendir, a través de
ella, homenaje a una de las civilistas más respetadas del panorama jurídico español,
Teodora Felipa TORRES GARCÍA.
Más de sesenta trabajos de otros tantos autores componen este libro colectivo. Todos giran en torno a distintos problemas relativos del Derecho de Sucesiones,
precisamente el objeto de estudio y dedicación más reiterado en la labor docente e
investigadora de la homenajeada. La oportunidad de esta temática se evidencia por
su innegable actualidad, manifestada en normas autonómicas, estatales y europeas
de reciente factura, en una rica producción jurisprudencial y en numerosas publicaciones científicas que tratan de desentrañar la siempre compleja problemática
sucesoria; todo ello, fruto de la necesidad de adaptar este sector tradicional del
ordenamiento jurídico a las nuevas realidades sociológicas y de política jurídica, lo
que obliga a su revisión y a una intensa tarea de reflexión crítica.
A buen seguro, quien busque solución a los problemas más candentes que
plantean las cuestiones sucesorias encontrará alguna pauta cabal para hallarla en
uno o en varios de los trabajos aquí compilados, todos ellos realizados por reputados autores que han prestado su pluma para rendir sentido tributo a la profesora
TORRES GARCÍA. La calidad de las firmas, concordante con la de los respectivos
contenidos, ponen claramente de manifiesto que nos hallamos ante un libro destinado a ser un referente para la doctrina española en materia sucesoria.
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788490
203620
www.laley.es
3652K24224
ISBN: 978-84-9020-362-0
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