Número de registro: 18049 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO DIRECTO 40/2004.
Número de registro: 18049
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XIX, Mayo de 2004
Página: 1606
AMPARO DIRECTO 40/2004. MAGDALENA DE LA CRUZ HERNÁNDEZ Y OTRO.
CONSIDERANDO:
VII. Son infundados los conceptos de violación que se examinan.
Por la técnica que rige en el juicio de amparo y por ser de estudio preferente, se analizará el
concepto de violación que comprende una cuestión de formalidad, que es aquel en donde se
sostiene que el laudo reclamado es violatorio de garantías, porque carece de fundamentación
y motivación pues, de resultar fundado, haría innecesario el estudio de los demás argumentos
que invoca la parte quejosa, cabe decir, que con fundamento en el artículo 79 de la Ley de
Amparo, éste será analizado a la luz de lo que establece el artículo 14 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, porque el acto reclamado lo conforma un laudo
que tiene efectos de sentencia, en cuyo caso los derechos afectados tienen una consecuencia
permanente y definitiva y, por tanto, no se está en hipótesis alguna que conduzca a considerar
violado el referido numeral 16 de la Carta Magna, toda vez que éste tutela los derechos cuyas
afectaciones provienen de los actos transitorios o provisionales, lo cual no es el caso.
Lo asentado encuentra sustento en la jurisprudencia número P./J. 40/96, emitida por el Pleno
de la H. Suprema Corte de Justicia de la Nación, de observancia obligatoria, acorde con el
artículo 192 de la Ley de Amparo, consultable en la página 5 del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo IV, julio de 1996, de rubro:
"ACTOS PRIVATIVOS Y ACTOS DE MOLESTIA. ORIGEN Y EFECTOS DE LA
DISTINCIÓN."
Desde esa perspectiva, es de considerarse que resulta infundado en virtud de que este cuerpo
colegiado, al examinar el fallo combatido, advierte que no carece de esos requisitos de forma,
puesto que para resolver en el sentido que lo hizo, la responsable citó los artículos 2121,
2122, 2123, 2153, fracción III y 2283 del Código Civil y 4o., 67, fracción XI, 92, 93, 204,
205, 206, 215, 318, 324 y 361, fracción I, del Código de Procedimientos Civiles, e invocó las
tesis de rubros: "PRESUPUESTOS PROCESALES. MOMENTO DE SU EXAMEN
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE TABASCO).", "ACCIÓN Y JURISDICCIÓN
PRESUPUESTOS PARA SU EJERCICIO." y "OTORGAMIENTO DE ESCRITURA
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PÚBLICA. LA DIVISIÓN DEL INMUEBLE OBJETO DEL CONTRATO Y EL
CONSENTIMIENTO DE LOS COPROPIETARIOS NO SON ELEMENTOS NI
CONDICIONES PARA EL EJERCICIO DE LA ACCIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO
DE PUEBLA)."; citando su fuente, además, de que expresa las causas legales por las que
estima que esos preceptos legales y criterio son aplicables al caso en concreto.
Tiene aplicación al caso, por igualdad de circunstancias, la jurisprudencia 204, emitida por la
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en la página 166,
Séptima Época, Tomo VI, Materia Común, del Apéndice al Semanario Judicial de la
Federación 1917-2000, que dice:
"FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN. De acuerdo con el artículo 16 de la Constitución
Federal todo acto de autoridad debe estar adecuada y suficientemente fundado y motivado,
entendiéndose por lo primero que ha de expresarse con precisión el precepto legal aplicable
al caso y, por lo segundo, que deben señalarse, con precisión, las circunstancias especiales,
razones particulares o causas inmediatas que se hayan tenido en consideración para la
emisión del acto; siendo necesario, además, que exista adecuación entre los motivos aducidos
y las normas aplicables, es decir, que en el caso concreto se configuren las hipótesis
normativas."
En efecto, aduce el peticionario de amparo diversos conceptos de violación, en los cuales se
plantea que la Sala debió tomar en consideración que las demandadas no fueron interpeladas,
dichos argumentos son los siguientes: a) Que la responsable indebidamente considera que la
falta de interpelación legal para estar en condiciones de exigir la firma de la escritura, es una
cuestión previa al ejercicio de la acción, pues con esa determinación deja de observar lo
dispuesto por el artículo 67 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Tabasco; b)
Que no se puede estimar que porque la demandada no hizo valer la excepción de falta de
interpelación el inferior la abordó de oficio, ese tópico no se pueda abordar en la sentencia
definitiva; c) Que no fue intención del legislador que los aspectos procesales que afectan el
fondo de la acción fueran dilucidados en la audiencia de conciliación; d) Que la responsable
confunde los presupuestos procesales con las condiciones de la acción; e) Que los requisitos
procesales son requisitos sin los cuales no puede iniciarse ni tramitarse un proceso; f) Que si
no se reúnen los requisitos de procedibilidad, no puede dictarse sentencia, porque los
presupuestos procesales son indispensables para que el Juez pueda dictarla; g) Que las
condiciones de la acción son circunstancias necesarias para que el actor obtenga una
sentencia favorable, pues no impiden la continuación del procedimiento; h) Que la
interpelación judicial para requerir el cumplimiento de un contrato no es un presupuesto
procesal o excepción dilatoria, ni requisito indispensable para el ejercicio de la acción; i) Que
la interpelación no está comprendida en ninguna de las fracciones del artículo 67 del Código
Civil; j) Que cuando los contratantes no fijan fecha o plazo cierto para cumplir con sus
obligaciones, es necesaria la interpelación para situarlos en mora; k) Que la interpelación
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judicial constituye una condición de la acción, es decir, un elemento indispensable para
declarar procedente o improcedente la acción; l) El tribunal de alzada debió analizar si era o
no necesaria la interpelación por haberse planteado como agravio, cuestión que también el
inferior dejó de analizar de oficio; m) Que la interpelación pertenece a las excepciones
perentorias que tienden a destruir la acción, por lo que basta que existan al momento de dictar
la sentencia y son reguladas por la ley sustantiva en los artículos 2098, 2159, 2279, 2282 y
2283; n) Que la responsable confunde la falta de cumplimiento del presupuesto procesal con
la interpelación judicial que es una condición de la acción y debe resolverse en definitiva; y,
ñ) Que la responsable analiza erróneamente el primer agravio de la apelación consistente en
que el inferior omitió analizar de oficio la improcedencia de la acción por falta de
interpelación judicial.
Por la relación que guardan entre sí, los anteriores conceptos de violación se estudian de
manera conjunta por autorización del artículo 79 de la Ley de Amparo, los que resultan
infundados.
Respecto a los anteriores argumentos, es dable decir que la sentencia ahora combatida fue
emitida en cumplimiento de una ejecutoria anterior dictada por este Tercer Tribunal
Colegiado del Décimo Circuito, en los autos del diverso juicio de amparo 858/2003,
promovido por María Elena Silva Chombo y Juan Ulises Martínez Cardoza en contra de la
Primera Sala Civil del H. Tribunal Superior de Justicia del Estado de Tabasco, en el que se
determinó que la Sala violó el principio de legalidad al abordar lo relativo a la interpelación
judicial, determinación que aun cuando no obra en autos este tribunal la invoca como un
hecho notorio, dicha ejecutoria textualmente refiere:
"VI. Los conceptos de violación propuestos resultan fundados.
"En efecto, el acto reclamado lo constituye la sentencia definitiva pronunciada por la Primera
Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Tabasco en el toca 1413/2003,
formado con motivo del recurso de apelación interpuesto por la parte demandada contra la
sentencia dictada por el Juez Sexto Civil de Primera Instancia de Centro, Tabasco, en el
expediente 55/2003 relativo al juicio de otorgamiento y firma de escritura, promovido por
María Elena Silva Chombo y Juan Ulises Martínez Cardoza contra Magdalena de la Cruz
Hernández y Bartolo Hernández Hernández.
"Para una mejor comprensión del asunto conviene citar los antecedentes siguientes:
"María Elena Silva Chombo y Juan Ulises Martínez Cardoza, por propio derecho,
promovieron acción civil de otorgamiento de escritura contra Magdalena de la Cruz
Hernández y Bartolo Hernández Hernández, aduciendo en el capítulo de hechos que, el dos
de diciembre de mil novecientos noventa y ocho, celebró contrato privado de compraventa
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con los demandados respecto a un predio ubicado en la calle José Moreno Irabien esquina
con Manuel Téllez de la colonia Primero de Mayo de esta ciudad, y habiendo pagado el
precio de la operación citó a los vendedores ante la Notaría Pública Número 25 de esta
capital, con el fin de elaborar la escritura correspondiente, pero los vendedores nunca
quisieron acudir, no obstante que en varias ocasiones se les requirió para tal efecto (fojas 1 a
4 del juicio natural).
"La demanda fue admitida (fojas 25 y 26), habiéndose emplazado a los demandados (fojas 28
vuelta a 35) quienes produjeron su contestación (fojas 36 a 42), la cual se tuvo por contestada
en tiempo (foja 35 vuelta).
"Seguido el juicio en sus etapas correspondientes, el dieciséis de junio del año dos mil tres, el
Juez de instancia dictó sentencia (fojas 220 a 230) en la que declaró probada la acción de
otorgamiento de escritura intentada, condenando a los demandados a extender el documento
de mérito, en el entendido de que en caso de no hacerlo el Juez lo haría en su rebeldía,
además de imponerle condena al pago de gastos y costas.
"Inconforme con esa sentencia, la parte demandada interpuso apelación con la
correspondiente expresión de agravios (fojas 312 a 319), correspondiendo conocer del asunto
a la Primera Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Tabasco en el toca
1413/2003, que se resolvió por sentencia definitiva de nueve de septiembre del presente año
(fojas 24 a 33), en la cual revocó la decisión judicial recurrida, declarando infundada la
acción intentada y absolvió a los demandados del cumplimiento de las prestaciones
reclamadas, así como del pago de la reparación del daño, siendo ésta la que constituye el acto
reclamado.
"Ahora bien, en los conceptos de violación la parte quejosa sostuvo que la sentencia
reclamada viola sus garantías individuales porque se declaró improcedente la acción por
considerar que los demandados no fueron requeridos previamente a la promoción del juicio,
no obstante que esa circunstancia no fue opuesta por la parte demandada al contestar la
demanda, extralimitándose la autoridad al momento de resolver, por haber invocado un
aspecto que no fue motivo de controversia.
"En principio debe decirse, que en la actualidad se ha abandonado aquel criterio que sostenía
que para estudiar de fondo los conceptos de violación, era necesario que éstos reunieran los
requisitos de un verdadero silogismo, conformado por una premisa mayor, otra menor y una
conclusión, señalándose que ese criterio por ser rigorista no debe prevalecer, por lo cual se
adoptó el criterio que sostiene que basta la causa de pedir en tales motivos de inconformidad
para que el Tribunal Colegiado, válidamente, pueda emprender el estudio de la cuestión
planteada, lo cual no significa otra cosa que un principio de justificación de la lesión jurídica
para abordar la cuestión planteada.
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"Sirve de apoyo a lo anterior la jurisprudencia que a continuación se transcribe:
"‘Novena Época
"‘Instancia: Pleno
"‘Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"‘Tomo: XII, agosto de 2000
"‘Tesis: P./J. 68/2000
"‘Página: 38
"‘CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. PARA QUE SE ESTUDIEN, BASTA CON EXPRESAR
CLARAMENTE EN LA DEMANDA DE GARANTÍAS LA CAUSA DE PEDIR. El Pleno
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación considera que debe abandonarse la tesis
jurisprudencial que lleva por rubro «CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. REQUISITOS
LÓGICOS Y JURÍDICOS QUE DEBEN REUNIR.», en la que, se exigía que el concepto de
violación, para ser tal, debía presentarse como un verdadero silogismo, siendo la premisa
mayor el precepto constitucional violado, la premisa menor los actos autoritarios reclamados
y la conclusión la contraposición entre aquéllas, demostrando así, jurídicamente, la
inconstitucionalidad de los actos reclamados. Las razones de la separación de ese criterio
radican en que, por una parte, los artículos 116 y 166 de la Ley de Amparo no exigen como
requisito esencial e imprescindible, que la expresión de los conceptos de violación se haga
con formalidades tan rígidas y solemnes como las que establecía la aludida jurisprudencia y,
por otra, que como la demanda de amparo no debe examinarse por sus partes aisladas, sino
considerarse en su conjunto, es razonable que deban tenerse como conceptos de violación
todos los razonamientos que, con tal contenido, aparezcan en la demanda, aunque no estén en
el capítulo relativo y aunque no guarden un apego estricto a la forma lógica del silogismo,
sino que será suficiente que en alguna parte del escrito se exprese con claridad la causa de
pedir, señalándose cuál es la lesión o agravio que el quejoso estima le causa el acto,
resolución o ley impugnada y los motivos que originaron ese agravio, para que el Juez de
amparo deba estudiarlo.’
"Pues bien, la parte quejosa en los conceptos de violación, como ya se expuso, aduce que la
Sala revocó la sentencia con base en un aspecto que no fue motivo de debate en la
contestación de demanda consistente en que la parte demandada no fue interpelada para
requerir del cumplimiento del acuerdo de voluntades base de la acción y, en efecto, del
escrito de contestación de demanda (fojas 36 a 41) aparece que tal aspecto no fue hecho valer
como excepción o defensa en la contestación de demanda, por tanto, no podía ocuparse de
ello en la sentencia definitiva.
"En efecto, la cuestión de la interpelación judicial para requerir del cumplimiento del contrato
previo al ejercicio de la acción civil, se traduce en la falta de cumplimiento a una condición a
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que está sujeta este tipo de contienda, la cual queda comprendida dentro de la hipótesis a que
refiere la fracción XI del artículo 67 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de
Tabasco, cuya resolución debe hacerse en la audiencia previa y de conciliación conforme a lo
dispuesto en los artículos 226 y 234 del ordenamiento en cita, y sí es válido que, aun de
oficio, pudo haberse tomado en cuenta, pero no en la sentencia definitiva, ya que fue
intención del legislador local que todos aquellos aspectos de carácter técnico procesal que
afectan lo relativo al fondo de la acción fuera dilucidado en esa audiencia, ya que sería inútil
llevar adelante un proceso para que finalmente se dejara de estudiar el fondo por una cuestión
de esta magnitud.
"Luego, si no se hizo valer como excepción ni tampoco el Juez de instancia lo abordó de
oficio, ni menos se apeló a la audiencia previa y de conciliación para reclamar la resolución
por la condición a la que estaba sujeta el ejercicio de la acción, es evidente que la parte
quejosa tiene razón al señalar que la Sala responsable se extralimitó en sus funciones, pues no
debió abordar en la sentencia definitiva el aspecto de la interpelación judicial, porque ello no
se hizo valer como excepción ni fue resuelto de oficio en su oportunidad, pues de haber
existido tal pronunciamiento se hubiera resuelto en el momento en que marca la norma
procesal aplicable, pues no es válido que en la sentencia definitiva se traigan a cita aspectos
vinculados con presupuestos procesales o excepciones previas, cuando ese no es el estadio en
que deben dirimirse.
"Este tribunal reitera el criterio que ha sostenido en anteriores ejecutorias, que dice:
"‘Novena Época
"‘Instancia: Tercer Tribunal Colegiado del Décimo Circuito
"‘Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"‘Tomo: XVI, julio de 2002
"‘Tesis: X.3o.18 C
"‘Página: 1366
"‘PRESUPUESTOS PROCESALES. MOMENTO DE SU EXAMEN (LEGISLACIÓN DEL
ESTADO DE TABASCO). Acorde a la exposición de motivos y al contenido de los
numerales 66, 67, 68 y 234 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Tabasco,
como la intención del legislador es que en la sentencia definitiva se aborden exclusivamente
cuestiones de fondo, a fin de evitar que se lleve adelante un proceso en el que finalmente no
se resuelve sobre las acciones o excepciones por un aspecto de carácter técnico, los
presupuestos procesales, que son requisitos indispensables para el ejercicio de la acción,
deben estudiarse necesaria y exclusivamente en la audiencia previa de conciliación, ya sea
por excepción de parte o aun de oficio por el juzgador; en la inteligencia de que esa
resolución es apelable y cuando el demandado considere que el Juez no hizo uso de la
facultad oficiosa para abordar determinado aspecto, puede denunciar esa omisión en los
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agravios, para que en dicho recurso contra lo resuelto en la audiencia previa se dirima lo
relacionado con los presupuestos procesales. Por tanto, salvo que se trate de una cuestión de
carácter superveniente, en la sentencia definitiva no es válido que se aborden cuestiones
relacionadas con los presupuestos procesales por no ser ese el momento para estudiarlos,
porque ello pugna con el espíritu de la ley.’
"Por tanto, es verdad que la Sala transgredió el principio de legalidad consagrado en el
artículo 14 de la Constitución, al abordar lo relativo a la interpelación judicial como requisito
para el ejercicio de la acción, cuando ello no era momento para estudiarlo en la sentencia
definitiva, lo que impone conceder la protección de la Justicia Federal para que la Sala
responsable deje insubsistente la sentencia reclamada y en otra que dicte, prescinda del
criterio de que la acción es improcedente porque no se requirió previamente a la parte
demandada (interpelación), resolviendo con libertad jurisdiccional lo que proceda.
"Visto el resultado al que se arriba, resulta innecesario examinar los demás conceptos de
violación, pues el examinado fue suficiente para conceder la protección constitucional,
sirviendo de apoyo a lo anterior la jurisprudencia siguiente:
"‘Quinta Época
"‘Instancia: Segunda Sala
"‘Fuente: Apéndice de 1995
"‘Tomo: Tomo VI, Parte SCJN
"‘Tesis: 168
"‘Página: 113
"‘CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. CUANDO SU ESTUDIO ES INNECESARIO. Si el
amparo que se concede por uno de los capítulos de queja, trae por consecuencia que se
nulifiquen los otros actos que se reclaman, es inútil decidir sobre éstos.’."
Como puede observarse en la ejecutoria de amparo en comento, ya se había analizado el tema
de la interpelación judicial, concluyendo esta autoridad judicial que la responsable obró
incorrectamente al analizar esa cuestión en la sentencia definitiva, de ahí que al ser cosa
juzgada esa consideración, no puede ser motivo de estudio en este juicio de garantías, razón
por la cual los conceptos de violación antes sintetizados devienen inoperantes.
Se aplica al caso la jurisprudencia IV.2o. J/48, Octava Época, sustentada por el Segundo
Tribunal Colegiado del Cuarto Circuito, publicada en la página 57, Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Número 79, julio de 1994, que dice:
"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN INOPERANTES. LO SON LOS QUE ATACAN LAS
CONSIDERACIONES EMITIDAS EN CUMPLIMIENTO DE EJECUTORIA ANTERIOR.
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Si las consideraciones de un laudo y la consiguiente decisión, en relación con uno de los
puntos sobre los que versa el negocio respectivo, no fueron emitidas por la responsable con
jurisdicción propia sino en cumplimiento de una ejecutoria de amparo anterior, las mismas no
pueden ser objeto de estudio en un nuevo juicio de garantías, por lo que deben declararse
inoperantes los conceptos de violación que respecto de aquel punto se hagan valer."
Igualmente es aplicable la tesis aislada emitida por la otrora Tercera Sala de la H. Suprema
Corte de Justicia de la Nación, visible a fojas 118, Séptima Época, Semanario Judicial de la
Federación, Volúmenes 187-192, Cuarta Parte, que es del tenor siguiente:
"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN INOPERANTES. LO SON AQUELLOS QUE
COMBATEN UNA SENTENCIA QUE CUMPLIMENTA EJECUTORIA ANTERIOR,
RESPECTO DE PUNTOS EN LOS QUE EL TRIBUNAL RESPONSABLE NO
CONSERVÓ JURISDICCIÓN PROPIA. Cuando en una ejecutoria se concede el amparo
para efectos, al cumplimentarla el tribunal responsable queda vinculado a los puntos
establecidos en dicha ejecutoria y únicamente conserva jurisdicción propia para resolver los
demás puntos de la litis, pero sobre las bases dadas. En este orden de ideas, la sentencia que
cumplimenta una ejecutoria de amparo, sólo es impugnable mediante un nuevo juicio
constitucional, cuando las violaciones en que, se pretende, se incurrió, conciernen a
cuestiones respecto de las cuales el tribunal conserva jurisdicción, y no respecto de aquellas
que podrían constituir un incumplimiento de la anterior ejecutoria de amparo, una repetición
del acto reclamado en el juicio de garantías, o una ejecución defectuosa o excesiva del fallo
constitucional. Por consiguiente, si en un juicio de amparo contra una sentencia de esa
naturaleza se formulan conceptos de violación sobre las cuestiones especificadas, deben
desestimarse por inoperantes, puesto que por un lado esos problemas son ajenos al juicio
promovido y, por otro, en cualquiera de dichas hipótesis el interesado puede interponer,
según el caso, los medios de defensa previstos en los artículos 104 a 113 de la Ley de
Amparo, que se refieren a los incidentes de inejecución de las sentencias de amparo, y de
repetición del acto reclamado, o el recurso de queja previsto en la fracción IX del artículo 95
del mismo ordenamiento."
En otro aspecto aducen los quejosos: a) Que la falta de cumplimiento del plazo o la condición
a que estaba sujeta la obligación sí es un presupuesto procesal o excepción dilatoria, que debe
existir al momento de la demanda y que es regulada por la ley procesal y se resuelve antes de
dictarse la sentencia; b) Que la falta de cumplimiento del plazo no es aplicable al caso porque
con el contrato de compraventa, los informes de los notarios, la confesional de los
demandados, el certificado de gravámenes, la inspección judicial y el acta conciliatoria, no se
acredita que se hubiera fijado plazo para el cumplimiento de la obligación, por lo que si no se
señaló día cierto para el cumplimiento, no puede decirse que no se ha cumplido; c) Que la
condición es un evento futuro de realización incierta, y de las constancias no aparece que la
obligación del vendedor estuviera condicionada por lo que no se surte tal hipótesis; d) Que a
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pesar de que se hizo valer en vía de agravio, la responsable no pondera que la actora no
señaló las peticiones que reclama, pues en los hechos que manifestó en su demanda no aporta
los datos que permitan identificar el bien inmueble tal como lo requiere el artículo 204,
fracción VI, del código procesal civil; e) Que la Sala Civil indebidamente considera que los
actores precisaron la ubicación, superficie, medidas del predio, porque los hechos remiten a
la cláusula primera del contrato de compraventa; y, f) Que los datos del predio deben
precisarse en la demanda por ser un requisito de ésta, como lo establece el artículo 204,
fracción VI, del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Tabasco, y no pueden
señalarse esos requisitos en otro documento, porque el numeral en cita claramente señala que
esos datos deben aportarse en la demanda, por ser elementos constitutivos de la misma.
Los motivos de inconformidad referidos, en esencia, controvierten dos cuestiones:
1. Que no se fijó ningún plazo en el contrato, por tanto, nunca se ha incurrido en un
incumplimiento.
2. Que la parte actora no precisó en su demanda los datos que pudieran identificar el predio
relacionado con el litigio.
Ahora bien, los tópicos antes referidos quedan comprendidos dentro de las hipótesis a que se
refieren las fracciones VI y XI del artículo 67 del Código de Procedimientos Civiles del
Estado de Tabasco, mismas que a continuación se reproducen:
"Artículo 67. Se reconocen como excepciones previas, las siguientes:
"...
"VI. El defecto en el modo de proponer la demanda;
"...
"XI. La falta de cumplimiento del plazo o la condición a que esté sujeta la acción intentada,
salvo que se trate de las acciones previstas en el artículo 61, fracción I."
Es el caso que las cuestiones antes referidas deben resolverse en la audiencia previa y de
conciliación conforme a lo dispuesto en los artículos 226 y 234 del ordenamiento en cita, los
cuales disponen:
"Artículo 226. Las excepciones previas se deberán tramitar conforme a lo prevenido en el
artículo 68 y deberán ser resueltas en la audiencia previa y de conciliación."
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"Artículo 234. Una vez contestada la demanda y, en su caso, la reconvención, el juzgador
señalará fecha y hora para la celebración de una audiencia previa y de conciliación dentro de
los treinta días siguientes, dando vista a la parte que corresponda con las excepciones previas
que se hubieren opuesto en su contra, por un plazo igual al de la contestación a la demanda.
"En el día y hora fijados para la celebración de la audiencia, el juzgador hará constar la
presencia de las partes. Si una de las partes o ambas no concurren sin causa justificada, se les
sancionará con multa hasta por el monto señalado en el artículo 107, fracción II. En todo
caso, el juzgador procederá a examinar las excepciones previas y a pronunciar su resolución
sobre estas cuestiones, con base en las pruebas aportadas.
"Si asistieren las dos partes, el juzgador examinará las cuestiones relativas a la legitimación
procesal y luego se procederá a procurar la conciliación, que estará a cargo del conciliador
adscrito al juzgado. Con base en las constancias del expediente, el conciliador preparará y
propondrá a las partes alternativas de solución al litigio. Si los interesados celebran un
convenio, el juzgador lo aprobará si lo encuentra apegado a derecho. El convenio aprobado
tendrá la autoridad de la cosa juzgada.
"En caso de desacuerdo entre las partes, la audiencia proseguirá y el juzgador, que dispondrá
de amplias facultades de dirección procesal, examinará y resolverá las excepciones previas,
con base en las pruebas que se hubieren aportado.
"Antes de declarar cerrada la audiencia, el juzgador deberá decidir sobre la procedencia de la
apertura de la etapa probatoria.
"La resolución que dicte el juzgador en la audiencia previa y de conciliación, será apelable en
el efecto devolutivo."
Debe destacarse que al margen de que puedan analizarse de oficio o no las cuestiones
relativas a los requisitos de la demanda y que en el contrato no se fijó fecha para el
cumplimiento, esos tópicos no pueden abordarse en la sentencia definitiva, ya que fue
intención del legislador local que todos aquellos aspectos de carácter técnico procesal que
afectan lo relativo al fondo de la acción fuera dilucidado en esa audiencia, ya que sería inútil
llevar adelante un proceso para que finalmente se dejara de estudiar el fondo por una cuestión
de esta magnitud.
Luego, si el Juez no ponderó esas circunstancias, ni menos se apeló la audiencia previa y de
conciliación, es evidente que la Sala no podía abordar esas cuestiones, pues éstas deben
analizarse en el momento en que marca la norma procesal aplicable, pues no es válido que en
la sentencia definitiva se traigan a cita aspectos vinculados con presupuestos procesales o
excepciones previas, cuando ése no es el estadio en que deben dirimirse, de ahí que los
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conceptos de violación en estudio devienen infundados.
Sirve de apoyo al punto de vista expresado la tesis X.3o.18 C, emitida por este Tercer
Tribunal Colegiado del Décimo Circuito, publicada en la página 1366, Novena Época,
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XVI, julio de 2002, que es del tenor
siguiente:
"PRESUPUESTOS PROCESALES. MOMENTO DE SU EXAMEN (LEGISLACIÓN DEL
ESTADO DE TABASCO). Acorde a la exposición de motivos y al contenido de los
numerales 66, 67, 68 y 234 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Tabasco,
como la intención del legislador es que en la sentencia definitiva se aborden exclusivamente
cuestiones de fondo, a fin de evitar que se lleve adelante un proceso en el que finalmente no
se resuelve sobre las acciones o excepciones por un aspecto de carácter técnico, los
presupuestos procesales, que son requisitos indispensables para el ejercicio de la acción,
deben estudiarse necesaria y exclusivamente en la audiencia previa de conciliación, ya sea
por excepción de parte o aun de oficio por el juzgador; en la inteligencia de que esa
resolución es apelable y cuando el demandado considere que el Juez no hizo uso de la
facultad oficiosa para abordar determinado aspecto, puede denunciar esa omisión en los
agravios, para que en dicho recurso contra lo resuelto en la audiencia previa se dirima lo
relacionado con los presupuestos procesales. Por tanto, salvo que se trate de una cuestión de
carácter superveniente, en la sentencia definitiva no es válido que se aborden cuestiones
relacionadas con los presupuestos procesales por no ser ese el momento para estudiarlos,
porque ello pugna con el espíritu de la ley."
Similar criterio sustentó este Tribunal Colegiado, en los juicios de amparo directo 761/2001,
promovido por el Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores, resuelto
en sesión de veintiocho de febrero de dos mil dos; 358/2003, promovido por Francisco
Alberto Rabelo Cupido, resuelto el nueve de julio de dos mil tres; 432/2003, promovido por
Jorge Escalante Santiago y otra, resuelto el ocho de agosto del año próximo pasado; y,
500/2003, promovido por Julián Lazos Pérez, que se resolvió el veintidós de agosto de dos
mil tres.
En otro aspecto, sostiene el peticionario de garantías que la responsable realiza un análisis
incorrecto de la prueba de inspección, lo cual debió hacer conforme al acta circunstanciada en
relación con los puntos que motivaron la inspección, sin embargo, le da valor a las
declaraciones de las partes, sin tomar en cuenta que no están en relación con los puntos a
inspeccionar, además de que nadie puede hacer prueba de su propio dicho, por lo cual es
indebido que se le de valor a esa probanza para acreditar que el predio formó parte de una
superficie mayor ubicada en una esquina, la que al fraccionarse ya no quedó situada en la
esquina, sin que del acta circunstanciada existan observaciones al respecto, ni haya pruebas
que corroboren esa circunstancia, ni declaraciones de peritos o testigos en esta acta,
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asimismo, sostiene que en la inspección se menciona que el inmueble está ubicado casi
esquina con Manuel Téllez y en el contrato se refiere al predio que está ubicado en la esquina
con esa calle por lo que la inspección no puede formar convicción.
Respecto a la probanza en comento, la Sala responsable estableció que de su contenido se
desprendía que el inmueble sujeto a inspección formó parte de una superficie mayor
localizada en la esquina de la calle Manuel Téllez, que al fraccionarse es indudable que
algunas de ellas, como en efecto, es el predio materia de la acción, ya no queden situadas
exactamente en la esquina de la calle.
Cabe destacar que los actores ofrecieron la prueba de inspección en los siguientes términos:
"D) Inspección judicial: que realice el personal de ese H. Juzgado, en el predio urbano y
construcción materia de este juicio, los puntos sobre los que versará la prueba de inspección
judicial son los siguientes:
"I. Observará con su acuciosidad su Señoría, si el domicilio donde se encuentra ubicado el
predio urbano y construcción, es el mismo que se asienta en el plano y contrato privado de
compraventa base de nuestra acción.
"II. Observará su Señoría, si el predio urbano y casa habitación lo habitan los señores María
Elena Silva Chombo y Juan Ulises Martínez Cardoza, actores en este juicio.
"III. Que de acuerdo con los colindantes los suscritos tenemos cinco años de habitar en el
predio urbano y la casa habitación.
"IV. Observará su Señoría, si las características del predio urbano y casa habitación son las
mismas que se detallan en el plano y contrato privado de compraventa que obran agregados
en autos."(foja 97).
La probanza en comento fue desahogada en diligencia de veinte de mayo del año dos mil tres
la cual, en la parte que interesa, dice:
"Estando en el domicilio ubicado en la calle José Moreno Irabien, antes esquina con Manuel
Téllez, toda vez que según manifestación de las partes actualmente, antes de llegar a la calle
Manuel Téllez, existen tres construcciones que fueron parte del mismo inmueble y que
actualmente se encuentran enajenadas, por lo que se identifica el inmueble tomando como
referencia que a setenta metros aproximadamente en el costado opuesto de la calle se
encuentra el Santuario de Guadalupe, por lo que se desahoga la presente inspección, en los
siguientes términos: en cuanto al desahogo del punto I, se da fe que el predio en el cual nos
encontramos se localiza en la calle José Moreno Irabien esquina con la calle Manuel Téllez,
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de acuerdo a las manifestaciones de las partes, mismo que no corresponde con los datos de
ubicación del plano anexo al contrato privado de compraventa ..."
De lo antes expuesto, claramente se advierte que uno de los puntos sobre los que versaría la
inspección es la identificación del predio en cuestión y si bien se hizo constar que las
colindancias del predio inspeccionado no correspondían al plano, como bien lo estimó la
responsable la propia demandada reconoció que el predio original había sido fraccionado, sin
embargo, una de las divisiones correspondía al predio que se iba a inspeccionar, razón por la
cual debe estimarse que es correcta la estimación de la Sala responsable.
Ahora bien, refieren los peticionarios de garantías que la responsable indebidamente le otorga
valor a la confesional, en específico a la posición 18, porque se refiere a más de un hecho, por
lo cual su redacción es contraria a lo dispuesto por el artículo 253, fracción III, del Código de
Procedimientos Civiles, y que la posición es insidiosa porque pretende ofuscar la inteligencia
del absolvente, porque no podrá afirmar o negar todos los hechos que en ella se plasman.
Cabe destacar que a manera de agravios y en relación con la prueba confesional, la parte
quejosa únicamente expresó lo siguiente:
"Cuarto. Igualmente el inferior al analizar la prueba confesional de los ahora apelantes
Magdalena de la Cruz Hernández y Bartolo Hernández Hernández, cae una vez más en
violación de las disposiciones legales señaladas como vulneradas y especialmente del
numeral 318 del código de la materia y violatoria también de las tesis de jurisprudencia
invocadas anteriormente bajo los rubros: "ACCIÓN, NECESIDAD DE PRECISAR LOS
HECHOS EN QUE SE FUNDA." y "ACCIÓN SU DEFICIENCIA NO PUEDE SER
SUBSANADA POR EL RESULTADO DE LAS PRUEBAS APORTADAS EN EL
JUICIO.", porque le da pleno valor probatorio a dicha confesional y tienen por probados
hechos que no forman parte de la litis, puestos (sic) que no están integrados en la demanda, al
manifestar el inferior que los demandados aceptamos que nos ostentamos como propietarios
del inmueble ubicado en la calle José Moreno Irabien número 123, esquina con Manuel
Téllez de la colonia Primero de Mayo de esta ciudad, cuando en ninguna parte de la demanda
se menciona que nos ostentamos como propietarios del inmueble y que el inmueble está
ubicado en el domicilio antes señalado; y al tener por probado que el demandado Bartolo
Hernández Hernández, al contestar la posición décima octava, aceptó que es cierto que el
predio que vendieron tiene como medidas 9.40 metros de frente por 18.50 metros de largo,
sin que tomara en cuenta la retractación que se hizo consistente en aclarar que no lo
vendimos, sin que tampoco tomara en consideración que en la demanda no se menciona las
medidas de frente y largo del inmueble, y que la retractación que se hizo surte efectos toda
vez que se realizó antes de concluir la diligencia y antes de firmarla, por lo que
contrariamente a lo afirmado por el inferior esa confesional carece de valor probatorio, y con
mayor razón porque no se ratificó después de firmada, por lo que con esas probanza (sic) no
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se pueden subsanar las omisiones o los defectos que tiene la demanda y, por tanto, esta
prueba no debe tomarse en cuenta porque los hechos que se acreditan con ella, no son materia
de la litis, resultando también ineficaz dicha probanza." (véase foja 7).
Como puede observarse, la parte entonces apelante, aquí quejosa, no expresó agravio alguno
en relación con que la posición 18 de la prueba confesional contuviera más de un hecho; en
consecuencia, el concepto de violación en comento, deviene inoperante, en atención a que ese
argumento no le fue planteado a la Sala responsable vía el agravio respectivo, por tal razón
no tenía elementos para pronunciarse respecto de dicha cuestión, y menos puede hacerlo este
Tribunal Colegiado, ya que estimar lo contrario conduciría a introducir a la litis
constitucional cuestiones ajenas que no fueron planteadas a la responsable, por esa razón en
este juicio no se puede emprender examen sobre esa cuestión.
Aunado a lo anterior, debe decirse que en realidad se está planteando una violación cometida
durante el procedimiento, es decir, la aceptación indebida de la posición dieciocho, por lo que
de conformidad con lo dispuesto por el artículo 161 de la Ley de Amparo, esa afectación
debió ser impugnada durante el procedimiento, y también debió ser invocada como agravio
en segunda instancia, tal precepto textualmente establece:
"Artículo 161. Las violaciones a las leyes del procedimiento a que se refieren los dos
artículos anteriores sólo podrán reclamarse en la vía de amparo al promoverse la demanda
contra la sentencia definitiva, laudo o resolución que ponga fin al juicio.
"En los juicios civiles, el agraviado se sujetará a las siguientes reglas:
"I. Deberá impugnar la violación en el curso mismo del procedimiento mediante el recurso
ordinario y dentro del término que la ley respectiva señale.
"II. Si la ley no concede el recurso ordinario a que se refiere la fracción anterior o si,
concediéndolo, el recurso fuere desechado o declarado improcedente, deberá invocar la
violación como agravio en la segunda instancia, si se cometió en la primera.
"Estos requisitos no serán exigibles en amparos contra actos que afecten derechos de menores
o incapaces, ni en los promovidos contra sentencias dictadas en controversias sobre acciones
del estado civil o que afecten el orden y a la estabilidad de la familia."
De ahí que, si la inconformidad de la parte quejosa relativa a que la prueba confesional se
desahogó indebidamente porque la posición 18 se refería a más de un hecho, no fue planteada
en segunda instancia mediante la correspondiente impugnación vía agravio, no obstante estar
obligado el quejoso a ello, sin que lo hubiera hecho, actualizándose la hipótesis prevista en la
fracción II del numeral antes referido, por lo cual debe concluirse que la determinación de la
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responsable al admitir la confesional y después valorarla ya no puede ser materia de la litis
constitucional.
Se cita en apoyo de lo anterior, la tesis emitida por la anterior Tercera Sala de la H. Suprema
Corte de Justicia de la Nación, consultable en la página 74 del Semanario Judicial de la
Federación, Séptima Época, Volúmenes 217-228, Cuarta Parte, que dice:
"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. SON INOPERANTES SI INTRODUCEN CUESTIONES
QUE DEBIERON PLANTEARSE EN APELACIÓN. Si al reclamarse en amparo una
sentencia dictada en apelación se introducen cuestiones relativas a la sentencia de primer
grado que no fue impugnada por la quejosa sino por el tercero perjudicado, resultan
inoperantes pues, dada la técnica del amparo, no pueden examinarse argumentos ajenos a la
sentencia reclamada."
Es igualmente aplicable la jurisprudencia 691, emitida por el Segundo Tribunal del Segundo
Circuito, que este tribunal comparte, consultable en la página 465, Apéndice de 1995, Octava
Época, Tomo VI, Parte TCC, que es del tenor siguiente:
"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN, CUESTIONES QUE NO PUEDEN PLANTEARSE EN
LOS, POR NO HABER SIDO MATERIA DE APELACIÓN.-Aun cuando el Juez de primera
instancia haya resuelto sobre determinado punto cuestionado, si ante el tribunal de apelación
no se planteó cuestión alguna al respecto, no habiendo tenido la autoridad responsable
oportunidad legal de resolver sobre ella, menos puede hacerlo el tribunal de amparo, atenta la
técnica del juicio de garantías."
En ese mismo orden de ideas, debe decirse que es infundado lo planteado por el quejoso en
relación con que la responsable no analiza por separado las pruebas, no las menciona ni las
relaciona unas con otras pues, como ha quedado patente, la responsable correctamente valoró
la prueba confesional y la inspección, pronunciándose también respecto de las documentales
consistentes en certificado de libertad de gravámenes.
Tampoco le asiste la razón a la quejosa en cuanto a que resulta indebida la condena al pago
de costas procesales, sosteniendo que si se hubiera hecho un estudio oficioso de la
improcedencia de la acción se les hubiera absuelto pues, como quedó apuntado, las causas de
improcedencia que invoca el peticionario, no son susceptibles de analizarse en la sentencia
definitiva dictada por la responsable.
Consecuentemente, ante lo infundado de los conceptos de violación hechos valer lo que en la
especie procede es negar la protección federal solicitada.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
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ÚNICO.-La Justicia de la Unión no ampara ni protege a Magdalena de la Cruz Hernández y
Bartolo Hernández Hernández, contra los actos y las autoridades que se puntualizan en el
resultando primero de esta propia sentencia.
Notifíquese, publíquese y anótese en el libro de registro; con testimonio de esta resolución,
devuélvanse los autos civiles al lugar de su procedencia y, en su oportunidad, archívese este
expediente.
Así, lo resolvió el Tercer Tribunal Colegiado del Décimo Circuito, por unanimidad de votos
de los Magistrados licenciados Leonardo Rodríguez Bastar, Carlos Manuel Bautista Soto y
José Encarnación Aguilar Moya, siendo presidente y ponente el primero de los nombrados.
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