Lucha contra la inmigración ilegal y la trata de seres

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Bruselas, 12 de febrero de 2002
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António Vitorino, Comisario responsable de Justicia y Asuntos de Interior, ha
declarado: "La lucha contra la trata de seres humanos y contra la inmigración
clandestina sólo puede ser eficaz si nos dotamos de los objetivos e instrumentos
jurídico–administrativos necesarios a nivel de la Unión. Los criminales que perpetran
estos actos odiosos se organizan en redes transnacionales y no debemos permitir
que se aprovechen de las diferencias o de las insuficiencias que existen en las
legislaciones nacionales para escapar a la justicia". El Sr. Vitorino recordó también
que: "Esta propuesta es esencial porque responde al gran obstáculo al que se
enfrenta la lucha contra la inmigración ilegal y la trata de seres humanos, que es
precisamente conseguir que las víctimas cooperen con las autoridades
competentes. No se trata sin embargo más que de uno de los elementos de una
estrategia global que debe buscar un equilibrio entre los elementos represivos de la
delincuencia y el respeto de los derechos humanos y la ayuda a las víctimas. Confío
que este debate podrá avanzar de manera decisiva durante la actual Presidencia
española".
La propuesta de Directiva presentada por la Comisión se propone responder a un
problema cada vez más preocupante: el aumento de la inmigración ilegal en sus dos
formas más odiosas: el desarrollo de redes de inmigración ilegal que actúan por
razones distintas a las humanitarias y la explotación de los extranjeros en el marco
de la trata de seres humanos.
El desmantelamiento de estas redes supone que las autoridades de los Estados
miembros sean capaces de recabar información con este fin. Sin embargo, aunque
pueden aportar su ayuda, las víctimas vacilan a menudo debido a su condición de
irregulares. La idea es, pues, instaurar un régimen de estancia particular, que incite
a las víctimas a cooperar con las autoridades de acuerdo con unas determinadas
condiciones para evitar los abusos. Corresponde en efecto a las autoridades de los
Estados miembros pronunciarse sobre los tres criterios necesarios para la
expedición del permiso de residencia (utilidad de la presencia de la víctima,
existencia de una voluntad clara de cooperación manifestada por ella y ruptura de
todo vínculo con los presuntos autores de las infracciones). Con independencia del
criterio de la víctima, la reserva de orden público y seguridad interior puede
intervenir en cualquier momento, sabiendo que este procedimiento se desarrolla en
tres tiempos: información a la víctima, plazo de reflexión y decisión sobre la
expedición del permiso de residencia.
La propuesta de Directiva va destinada prioritariamente a las víctimas adultas, pero
prevé disposiciones específicas si un Estado miembro desea ampliarlo a las
víctimas menores de edad.
La primera etapa es la información de la víctima. Se le presenta la posibilidad de
obtener el permiso de residencia y las condiciones que deben cumplirse. La víctima
debe entonces realizar un primer acto, la ruptura de todo vínculo con los autores
presuntos de la infracción, para beneficiarse de un plazo de reflexión de treinta días.
Este plazo debe permitirle tomar de manera clara la decisión de cooperar a la luz de
los riesgos que corre. Obtendrá a cambio medidas de atención y asistencia y no
podrá ser expulsada durante este plazo.
Por su parte, la autoridad encargada de la investigación o las actuaciones judiciales
debe pronunciarse sobre tres elementos, y dispone para ello como máximo de diez
días suplementarios. Estos tres elementos son: la utilidad de la presencia de la
víctima, la existencia de una voluntad clara de cooperación manifestada por ella, y el
hecho de que no se ponga en contacto con los autores de las infracciones. El
segundo elemento, la voluntad clara de cooperación, puede ser una primera
declaración sustancial a las autoridades o la presentación de una denuncia.
Si estas tres condiciones se cumplen y si no se opone a ello ninguna reserva de
orden público o seguridad interior, se entrega a la víctima un permiso de residencia
de una duración de seis meses. Es renovable por períodos de seis meses mientras
se cumplan estas mismas condiciones y una decisión judicial no haya puesto fin al
procedimiento.
Con la expedición del permiso de residencia, los Estados miembros autorizan el
acceso al mercado laboral, a la formación profesional y a la educación, así como a
la atención médica primaria.
Si un Estado miembro aplica estas disposiciones a los menores, debe tener en
cuenta su interés superior y velar por que el procedimiento les sea favorable. El
menor tendrá acceso a la educación. Se han previsto algunas medidas particulares
(establecimiento de la identidad, representación jurídica) en los casos en que se
trate de un menor no acompañado.
Los Estados miembros tendrán en cuenta circunstancias particulares en los dos
siguientes casos: la expedición del mencionado permiso a una víctima cuando otros
miembros de su familia son víctimas también, y la cooperación aportada por la
víctima cuando presenta una solicitud de estancia por otro motivo al vencimiento del
régimen que nos ocupa.
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Esta propuesta es reflejo de la determinación mostrada por los Jefes de Estado y de
Gobierno en el Consejo Europeo de Tampere de octubre de 1999 de "hacer frente a
la inmigración ilegal en su origen, en especial luchando contra quienes se dedican a
la trata de seres humanos y la explotación económica de los migrantes". Ante este
fenómeno creciente y especialmente odioso, varios Estados miembros han
adoptado estos últimos años disposiciones similares a las presentadas por esta
propuesta de la Comisión (Bélgica, Italia, los Países Bajos y España ya han
adoptado tales dispositivos, y Francia y Grecia están actualmente procediendo a la
adopción de propuestas legislativas en la materia).
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