¿Cuánto tiempo nos vas a dejar dudando?

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«¿Cuánto tiempo nos vas a dejar dudando?»
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EN ROSA DE SANTA MARIA DE LURIN LA VIRGEN LLAMO A SUS HIJOS PARA PRESENTARLOS AL SU HIJO EL BUEN PASTOR Â Â TODOS
FUERON GANADORES ENTRE LA SENCILLEZ Y LA HUMILDAD DEL ENCUENTRO CON JESUS EL SEÑOR EUCARISTIA COMO FRUTO DE
LA PASCUA. ES A TRAVES DE LA IGLESIA Y EL SACRAMENTO POR EL QUE RECIBIMOS LA GRACIA DEL ESPIRITU SANTO
17 de mayo 2011 Martes IV Pascua Hch 11, 19-26
Hace unos dÃ-as veÃ-amos como la comunidad de Jerusalén, vÃ-ctima de la persecución, se habÃ-a dispersado, y esto hizo que la Buena Nueva
se esparciera más. Hoy el relato nos cuenta cómo esa dispersión provocó que la Buena Nueva saltara las fronteras y las culturas. Bernabé y
Pablo se trasladan a Antioquia para instruir los nuevos creyentes. ¿SerÃ-as capaz de irse de tu casa para ir a catequizar? Señor, dame a tu Iglesia
muchas vocaciones misioneras.
Evangelio según San Juan 10,22-30.
Se celebraba entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús se paseaba por el Templo, en el Pórtico de Salomón. Los
judÃ-os lo rodearon y le preguntaron: "¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si eres el MesÃ-as, dilo abiertamente". Jesús les respondió:
"Ya se lo dije, pero ustedes no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mÃ-, pero ustedes no creen, porque no son de
mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las
arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y yo
somos una sola cosa".
Me tomo un tiempo para recibir la seguridad que me da Jesús; para realizar que estaré segura(o) en las manos de Dios. AsÃ- como las ovejas
reconocen la voz de su pastor, recuerdo lo sucedido estos últimos dÃ-as, escuchando la Palabra de Dios, dirigida a mÃ- a través de los que me
acompañaron, y recordando mis observaciones y experiencias. "Fue en AntioquÃ-a donde por primera vez los discÃ-pulos recibieron el nombre de
cristianos." Con los Hechos de los Apóstoles seguimos fijándonos en estos primeros emocionantes pasos del cristianismo. Nos dijeron "cristianos",
es decir, ungidos con el aceite del crisma, con el EspÃ-ritu Santo. Este siempre está presente dentro de nosotros, no lo olvidemos. Bernabé era
"un hombre bueno, lleno del EspÃ-ritu Santo y de fe". Hacemos un repaso mental rápido por nuestros amigos y conocidos. Seguro que
encontraremos algunos que se ajustan a esta descripción. Estos son los que "ganan los otros para el Señor".
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San AgustÃ-n (354-430), Obispo de Hipona (Õfrica del Norte) y doctor de la Iglesia. La Trinidad, I, 13, 30-3
«¿Cuánto tiempo nos vas a dejar dudando?»
Como es igual al Padre, el Hijo de Dios no recibe el poder de juzgar, ya que lo posee con el Padre. Lo recibe para que buenos y malos lo vean
juzgar, porque es el Hijo del hombre.
Ver al Hijo del hombre se les dará a los malvados por sÃ- mismos, pero la visión de su divinidad sólo se dará a los limpios de corazón, porque
son ellos los que verán a Dios (Mt 5,8). ¿Qué es la vida eterna, sino esta visión, que será denegada a los impÃ-os? "Que te conozcan a ti,
único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo» (Jn 17,3). ¿Cómo conocerán a Jesucristo, si no como el verdadero Dios, el que se muestra a
sÃ- mismo a ellos? Él se mostrará lleno de bondad en la visión que descubrirá a los limpios de corazón. "Qué bueno es el Dios de Israel para
los rectos de corazón" (Sal 72,1). Sólo Dios es bueno.
He aquÃ- porqué aquel que llamó al Señor « maestro bueno» , y le pidió consejo para llegar a la vida eterna, recibe  esta respuesta:
"¿por qué me preguntas sobre lo que es bueno?". "Nadie es bueno salvo el mismo Dios" (Mc 10, 17-18). Este hombre que le ha interrogado no
sabe a quién se ha acercado y lo ha tomado por un simple hijo del hombre... "El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser
igual a Dios; al contrario, se despojó de sÃ- mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres. Y asÃ-, reconocido como
hombre por su presencia" (Flp 2, 6-7). Este es Él, el único Dios, Padre, Hijo, EspÃ-ritu Santo, que aparecerá tan solo para alegrÃ-a inalterable de
los justos.
La imagen del Buen Pastor es una de las más alentadoras de la Biblia. Incluso si los lÃ-deres nombrados pudieran fallar, "yo cuidaré de mi
rebaño y lo protegeré... yo mismo apacentaré mis ovejas ... yo iré a buscar la oveja perdida, recuperaré las que se han alejado, vendaré
sus heridas... (Exequiel 34:11-16). El Salmista canta asÃ- luego: "El Señor es mi Pastor, nada me ha de faltar" (Salmo 23:1). Y Jesús en el
Evangelio nos cuida a todos: "Viendo a la multitud, se conmovió por ellos, porque andaban maltrechos y postrados, como ovejas sin pastor" (Mateo
9:36).
Más adelante, dice: "Yo soy el Buen Pastor; yo conozco mis ovejas y ellas me conocen a mÃ-" (Juan 10:14). AsÃ- que, estemos amenazados o
rechazados, o caÃ-dos en quebradas, hay alguien que se preocupa por nosotros, a través de amigos o de la comunidad, o en el fondo de nuestros
corazones, y especialmente en los momentos de oración. Es importante, en este perÃ-odo Pascual, mirar a Jesús y verlo como el Buen Pastor.
Entre todas las voces que reclaman mi atención, su Voz es clara y verdadera, llamándome por mi nombre, guiándome por el buen camino,
conduciéndome a praderas seguras y a fuentes de agua refrescantes. "A las aguas de descanso me conduce, y reconforta mi alma" (Salmo 23:2) .
Oración introductoria
Señor Jesús, asÃ- como te paseabas por el Templo de Jerusalén aquella tarde, también caminas conmigo a lo largo de mi vida. Tú recorres
conmigo cada paso que doy aunque a veces no te percibo. A veces, como hicieron aquellos hombres, yo también te pido pruebas, te pido señales
para creer. Señor, aumenta mi fe para descubrir las innumerables señales de tu amor que pones en mi camino cada dÃ-a. Ayúdame a descubrir
lo tanto que me amas, a valorar el don de mi vida, de mi salud, de mi fe, de mi familia, de mi educación, de mis amistades, de los talentos que me
has dado y de tantas bendiciones que me das todos los dÃ-as. También dame fe para descubrirte en medio de mis dificultades y sufrimientos, pues
en esos momentos estas más cerca que nunca. Ayúdame, Jesús, a escuchar tu voz que me habla a través de todas estas muestras de tu amor
por mÃ-.
Petición
Señor aumenta mi fe para descubrir el infinito amor que me tienes, para experimentar tu cercana presencia en mi vida, para descubrir que Tú me
acompañas en cada paso que doy.
Meditación
"Dios nos ama a cada uno de nosotros de un modo personal y único en la vida concreta de cada dÃ-a: en la familia, entre los amigos, en el estudio
y en el trabajo, en el descanso y en la diversión. Nos ama cuando llena de frescura los dÃ-as de nuestra existencia y también cuando, en el
momento del dolor, permite que la prueba se cierna sobre nosotros; también a través de las pruebas más duras, Él nos hace escuchar su voz.
SÃ-, queridos amigos, ¡Cristo nos ama y nos ama siempre! Nos ama incluso cuando lo decepcionamos, cuando no correspondemos a lo que espera
de nosotros. Él no nos cierra nunca los brazos de su misericordia. ¿Cómo no estar agradecidos a este Dios que nos ha redimido llegando incluso
a la locura de la Cruz? ¿A este Dios que se ha puesto de nuestra parte y está ahÃ- hasta al final?" (Juan Pablo II, homilÃ-a en la Santa Misa de
clausura de la Jornada Mundial de la Juventud, domingo 20 de agosto de 2000).
Reflexión apostólica
El mundo de hoy también nos cuestiona a nosotros. La sociedad nos pide señales sobre la veracidad de nuestra fe y en ocasiones sentimos que
nuestras palabras se quedan cortas ante estos interrogantes. No podemos desanimarnos, pues también cuestionaron a Nuestro Señor. El
Evangelio de hoy nos enseña que la mejor respuesta que podemos ofrecer son nuestras obras modeladas por el Evangelio. Con nuestras palabras,
podemos ayudar a una persona a descubrir que nuestra fe es la verdadera, pero eso no basta. Con nuestro testimonio de vida cristiana auténtica y
con la gracia de Dios, podemos tocar los corazones de muchas personas que no creen y que están esperando una "señal", una respuesta
convincente para creer. El amor sincero a nuestro prójimo será siempre nuestro mejor argumento.
Propósito
Hoy por la noche, dedicar algunos minutos para recordar y agradecer las muestras de amor que Dios ha tenido conmigo durante este dÃ-a.
Diálogo con Cristo
Gracias Jesús por todo el bien que diariamente realizas en mi vida. No quiero ser nunca indiferente ante todas las muestras de tu amor. Ayúdame
a encontrarte caminando a mi lado, enséñame a escuchar tu voz y dame un corazón como el tuyo para que yo también comparta con mi
prójimo el amor que tú me tienes a mÃ-.
"Es posible, también mientras se está en el mercado, mientras se está en el trabajo, o mientras se pasea en la soledad, orar frecuente y
fervorosamente" (San Juan Crisóstomo)
LE DESEO UN DIA LLENO DEL AMOR DEL SEÑOR RESUCITADO QUE PUEDA SENTIR Y QUE LLEGUE TODAS LAS BENDICIONES A LOS
SUYOS Y A LOS QUE GUARDA EN SU CORAZON POR LOS CAMINOS DE LAS MARAVILLAS QUE EL AMOR REGALA COMO LA SALUD DE
ALMA Y CUERPO.
CRISTO ES LA PUERTA, EL BUEN PASTOR, LA IGLESIA -LA EUCARISTIA Y CRISTO ES GRACIA EN LA SANTISIMA TRINIDAD
HE EMPEZADO PONIENDO ESE MOVIMIENTO DE AMOR Y FE QUE EL DOMINGO SATURO EL GOZO DE CRISTO JESUS EL SEÑOR EN
MEDIO DEL PUEBLO QUE ENTRE QUE BUSCABA LA SALUD, SURGIA LA ALABANZA Y LA ACCION DE GRACIAS POR LA FE QUE NOS DA
CRISTO POR LA IGLESIA Y CELEBRANDO LA FESTIVIDAD DEL BUEN PASTOR.
Durante estos dÃ-as, en la primera lectura, escuchamos fragmentos del libro de los Hechos de los Apóstoles. Son los inicios de la Iglesia y sus
acciones están consignadas con el sello del EspÃ-ritu Santo. Por eso se trata de un libro inspirado, al igual que las cartas apostólicas, y se
encuentra en la Biblia que la Iglesia custodia y venera.
Jesús nos ha dejado la Iglesia, que perpetúa su presencia entre los hombres hasta el fin de los tiempos. Es una cosa maravillosa porque,
adhiriendo cada vez más hombres Jesús va llegando a todos los pueblos. Lo vemos en el texto de hoy. Al principio los primeros cristianos sólo
predicaban a los judÃ-os, como habÃ-a hecho el Señor. En un momento dado, sin embargo, empezaron a hablar a los paganos de formación
griega (helenistas). Y constataron que se convertÃ-an, porque la mano del Señor estaba con ellos. La Iglesia no hace nada sin Cristo y, Jesús,
quiere llegar a los hombres a través de la Iglesia. El Concilio Vaticano II recordó la enseñanza tradicional de que fuera de la Iglesia no hay
salvación. Lo hizo con estas palabras: "Jesús, al inculcar con palabras bien claras la necesidad de la fe y del bautismo, confirmó al mismo tiempo
la necesidad de la Iglesia, en la que entran los hombres por el bautismo como por la puerta. Por esta razón no se podrÃ-an salvar aquellos hombres
que, sabiendo que la Iglesia católica fue fundada por Dios por medio de Jesucristo como necesaria, no quisieran entrar o no quisieran permanecer
en ella" (Lumen Gentium, 14). Esta afirmación no afecta, evidentemente, a los que sin ninguna culpa desconocen a Cristo y a su Iglesia.
Los seguidores de Cristo que estaban en Jerusalén enviaron a Bernabé a Antioquia para que observara lo que estaba sucediendo. Cuando
Bernabé llega allÃ- se alegra al descubrir lo que Dios está haciendo. Ve, más allá del trabajo de los hombres, la acción de Dios. Por eso en
seguida se dan cuenta de que es voluntad de Dios que el Evangelio llegue a todos los hombres. Ese inmediatismo para reconocer la acción del
EspÃ-ritu Santo sin entrar en disquisiciones ni discusiones sin fin era propio de los primeros tiempos y seÃ-a deseable en los nuestro. Alegrarse con
las obras de Dios, se obren por medio de quien se obren, es un signo de sana catolicidad.
Al final de la primera lectura de hoy se dice otra cosa muy bonita. "Fue en AntioquÃ-a donde por primera vez llamaron a los discÃ-pulos cristianos".
No me parece que se esté dando un simple dato histórico, sino señalando una realidad teológica. Son cristianos, y lo somos también nosotros,
porque participan de la misma vida de Cristo. Es más, porque Jesús continúa haciendo, en ellos y mediante ellos, las obras del Padre. En el
Evangelio Jesús señala que da la vida eterna a sus ovejas. Esa vida eterna no es sólo la que nos espera al traspasar el umbral de la muerte en
estado de gracia. Es también la vida del que es Eterno y que participa su vida a los hombres que se unen a Él por la fe y el Bautismo.
Que la Virgen MarÃ-a, Madre de la Iglesia, nos mantenga unido al Cuerpo MÃ-stico de Cristo y nos ayude a ser fieles a la vida divina que hemos
recibido.
San Pascual Bailón
Religioso. Año 1592.
Nació en Torre Hermosa, Aragón, España. Es el patrono de los Congresos EucarÃ-sticos y de la Adoración Nocturna. Su gran amor fue la
Sagrada EucaristÃ-a. Desde los campos donde cuidaba las ovejas de su amo, alcanzaba a ver la torre del pueblo y de vez en cuando se arrodillaba
a adorar el SantÃ-simo Sacramento.
En esos tiempos se acostumbraba que al elevar la Hostia el sacerdote en la Misa, se diera un toque de campanas. Cuando el pastorcito Pascual
oÃ-a la campana, se arrodillaba allá en su campo, mirando hacia el templo y adoraba a Jesucristo presente en la Santa Comunión. Como religioso
franciscanos sus oficios fueron siempre los más humildes: portero, cocinero, mandadero, barrendero.
Durante el dÃ-a, cualquier rato que tuviera libre lo empleaba para estarse en la capilla, de rodillas con los brazos en cruz adorando a Jesús
Sacramentado. Por las noches pasaba horas y horas ante el SantÃ-simo Sacramento.
Pascual compuso varias oraciones muy hermosas al SantÃ-simo Sacramento Sus superiores lo enviaron a Francia a llevar un mensaje. Llegado a
Francia, descalzo, con una túnica vieja y remendada, lo rodeó un grupo de protestantes y lo desafiaron a que les probara que Jesús sÃ- está en
la EucaristÃ-a.
Pascual, habló de tal manera bien de la presencia de Jesús en la EucaristÃ-a, que los demás no fueron capaces de contestarle. Lo único que
hicieron fue apedrearlo. HabÃ-a recibido de Dios ese don especial: el de un inmenso amor por Jesús Sacramentado. Siempre estaba alegre, pero
nunca se sentÃ-a tan contento como cuando ayudaba a Misa o cuando podÃ-a estarse un rato orando ante el Sagrario del altar.
Pascual nació en la Pascua de Pentecostés de 1540 y murió en la fiesta de Pentecostés de 1592, el 17 de mayo (la Iglesia celebra tres
pascuas: Pascua de Navidad, Pascua de Resurrección y Pascua de Pentecostés.
Pascua significa: (paso de la esclavitud a la libertad)  Los milagros que hizo después de su muerte, fueron tantos, que el Papa lo declaró santo
en 1690. El Sumo PontÃ-fice nombró a San Pascual Bailón Patrono de los Congresos EucarÃ-sticos y de la Adoración Nocturna.
Oremos: Tú, Señor, que concediste a San Pascual Bailón el don, de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde, concédenos también a
nosotros, por intercesión de este santo, la gracia de que, viviendo fielmente nuestra vocación, tendamos hacia la perfección que nos propones en
la persona de tu Hijo. Que vive y reina contigo
Pascual Bailón, confesor (1540-1592)
MartÃ-n Bailón e Isabel Jubera son pobres, viven como colonos de las tierras que pertenecen al monasterio cisterciense de Puerto Regio, en
Torrehermosa de Zaragoza, perteneciente a la diócesis de Sigüenza. AllÃ- nació su hijo Pascual -el nombre lo pusieron por coincidir con la
Pascua- el 17 de mayo de 1540. Es el siglo XVI de la España Imperial.
Pascual cuidó de las cabras y ovejas desde los siete años; no habÃ-a mejor modo de arrimar el hombro a la economÃ-a familiar.
Cuando creció pasó a servir a MartÃ-n GarcÃ-a, poderoso señor, dueño de grandes posesiones que quiso hacerlo su heredero, pero se
encontró con la negativa de Pascual, ensimismado en otros proyectos. HabÃ-a pensado hacerse franciscano del convento de Nuestra Señora de
Loreto, en Valencia, que hacÃ-a poco habÃ-an fundado los de San Pedro de Alcántara, y donde querÃ-a ser «la escoba de la casa de Dios».
El 2 de febrero de 1564 tomó el hábito en Loreto, donde estará nueve años. No hizo nada importante; solo lo que le mandaban; iba y venÃ-a,
entraba y salÃ-a siempre con extremada alegrÃ-a. Con esa misma disposición fue pasando por los conventos de Villena, Elche, Jumilla, Ayora,
Valencia y Játiva, donde desempeñó los encargos que le indicaban: portero, hortelano, cocinero, jardinero y limosnero. Los últimos tres años
los pasó en el convento de Villarreal.
Cuando salÃ-a a mendigar, iba solo con una paupérrima túnica que cubrÃ-a el cilicio o dolorosa cadena que herÃ-an sus carnes; Aspe, Ayorte,
Elda, Novelda y Alicante lo vieron recorrer sus calles con la alforja al hombro, soportando el sol y el frÃ-o; regresaba cargado como un burro, con la
sonrisa y buen humor de siempre, animado por la oportunidad de poder ponerse de rodillas delante de Jesús Sacramentado.
Tuvo que ir a ParÃ-s llevando carta para el General. Aquello no fue fácil porque las ciudades que tuvo que atravesar estaban repletas de herejes.
Alguna vez le asaltaron preguntándole dónde estaba Dios; su respuesta fue «en el Cielo», pero la escueta contestación le produjo escrúpulos
por no haber dicho al hereje que le amenazaba con un puñal, que también estaba en el SantÃ-simo Sacramento del Altar «por mi falta de
memoria, descuido y debilidad». También lo apedrearon hiriéndole en un hombro; su actitud sobre las tropelÃ-as de los hugonotes puede
resumirse con el comentario ante los de su convento, cuando dijo de ellos: «Es encantadora la gente de Orleans. Por ser agradables a Dios me han
hecho esta marca como signo de su amistad. Es una pena que se equivocasen al transformar su bonita iglesia en una cuadra para animales».
Murió después de una muy dolorosa enfermedad el mismo dÃ-a y mes de su nacimiento, poco más de medio siglo después, el 17 de mayo de
1592, en el convento del Rosario de Villarreal de los Infantes, en Castellón.
Lo canonizó Alejandro VIII en 1690.
Los más de cuatrocientos milagros que se le atribuyen aún están siendo sometidos a juicio por la crÃ-tica histórica. Algunos lo serán de verdad,
incomprobables y solo fiables por el repetido testimonio de los que los presenciaron; entre ellos se incluyen los arrebatos mÃ-sticos que de vez en
cuando tenÃ-a en la presencia de la EucaristÃ-a, cuando asistÃ-a a Misa o escuchaba las campanas en el momento de alzar al Dios. Otros muchos,
como saltar, brincar, bailar -algunos llegaron a pensar que lo de «Bailón» era un apodo- y balbucear incoherencias ante el solo pensamiento de
que iba a comulgar y ante distintas imágenes de la Virgen, o las múltiples predicciones que hizo a sus amigos sobre el dÃ-a y hora de sus
respectivas muertes, o la reacción de su cadáver en la misa de cuerpo presente al abrir y cerrar los ojos por dos veces en el momento de la
consagración, o las enfermedades que dicen que hizo con solo un guiño, o los moribundos que reanimó porque necesitaban una prórroga para
poder arreglar los asuntos de su alma, etc., quizá necesiten una criba más especial. Pero, de hecho, por su devoción a la EucaristÃ-a, fue
nombrado por León XIII Patrón de los congresos y obras eucarÃ-sticas desde el año 1897.
JESUS SIGUE LLAMANDO PORQUE LA MIES ES MUCHA Y LOS DISCIPULOS Y SISTERS SON POCAS, SE NECESITAN MUCHOS
CORAZONES LLENOS DE AMOR PARA SERVIR A LOS HERMANOS DE AMERICA LATINA COMO SEMILLERO DE VOCACIONES. SEGUIRLO
PORQUE CONOCEMOS SU VOZ Y AMARLO PORQUE NOS HACE SACRAMENTO EN EL POR EL DON DE LA EUCARISTIA
LE PRESENTO ALGUNAS FOTOS DE LO QUE FUE EL ENCUENTRO ESPIRITUAL QUE CULMINO CON LA EUCARISTIA EN ROSA DE SANTA
MARIA DE LURIN CON LA PARTICIPACION DEL GRUPO DE LA CATEQUESIS Y TODOS LOS PITUFOS/AS EN PROCESION. USTED OBSERVE
TODA LA ALEGRIA QUE REGALA LA VIRGEN DE FATIMA Y LA BELLEZA Y PUREZA DE LOS OJOS Y CORAZONES.
SI VEN MI MANO ACARICIANDO SUS CARITAS ES POR LO DURO Y DIFICIL Y EN LA MAYORIA LA FALTA DE AMOR, SUS MAMAS NO
SABEN DARLES EL CARIÑO, PORQUE NO LO RECIBIERON Y QUE ELLAS/OS NECESITAN, VAMOS ENSEÑANDO CON MUCHO AMOR,
SINCERIDAD Y SOBRE TODO ESTA LIMPIEZA Y DESEO DE ACERCAR SUS ALMAS A JESUS Y LA DULCE VIRGEN MARIA. ES UN AYUDAR A
CRECER Y QUE NUNCA SE BORRE DE SUS CORAZONES EL AMOR CON QUE EL AMOR DE JESUS LAS BENDICE.
NO ESTAMOS PARA NADA,  HACER DE TROPIEZO NI DAÑO A NADIE -DIOS NOS LIBRE DE MANIPULAR CONCIENCIAS DESDE EL
HUMILDE SERVICIO QUE NOS PERMITEN REALIZAR ENB A DIOCESIS DE LURIN, DEJANDO CORAZONES QUE AMEN A CRISTO Y A LA
IGLESIA, MIENTRAS NOS PERMITAN LLENAR DE SALUD Y DE VIDA MUCHAS DE ESTAS CRIATURAS QUE VAN CON HAMBREÂ DE AMOR
Y DE ALIMENTOS. BASTA MIRAR SUS CARITAS QUE SEÑALAN TODA LA DEFICIENCIA DE VITAMINAS QUE NECESITAN. HAY NIÑAS
QUE PASAN A SER SEÑORITAS Y HAY QUE ENSEÑAR Y AYUDAR EN TODO LO QUE SEA POSIBLE SER UNA BENDICION
DECIA SISTER CECILIA QUE ESTOS FELICES CARGADORES QUEDARON MUERTOS POR CARGAR EL ANDA. SON CRIATURAS QUE VAN
APRENDIENDO A LLEVAR EL DULCE PESO DE LA VIRGEN MARIA Y DAR TESTIMONIO DE TODO EL AMOR DE LA IGLESIA.
MUCHOS DE LOS ASISTENTES ALA HUMILDAD DE ESTE HOMENAJE A LA VIRGEN DE FATIMA, SE EMOCIONARON Y SANARON. Y ESTAS
SON LAS GRACIAS DE LA HUMILDAD YA QUE NO PEDIMOS NADA A NADIE, SOLO QUE SE LLENEN DE FE Y AMOR PARA SER
INMENSAMENTE FELICIES Y ESA ALEGRIA DE LA ALABANZA NO SE LA QUITARA NADIE. DICE JESUS: "HE VENIDO PARA QUE TENGAN
VIDA Y LA TENGAN EN ABUNDANCIA". GRACIAS DEL ESPIRITU SANTO QUE TRANSFORMA Y TOCA LOS CORAZONES.
HAN SIDO ALGUNAS FOTOS DEL DOMINGO DEL BUEN PASTOR, SENCILLAS, TIERNAS PARA JESUS-MARIA-IGLESIA EN PASTORAL
Los obispos consideran indisoluble la vocación a la caridad y la participación en la EucaristÃ-a
Los obispos muestran su "reconocimiento y gratitud" a los voluntarios católicos en el DÃ-a de la Caridad
"Cerrar los ojos ante el prójimo nos convierte también en ciegos ante Dios"
"Los cristianos sabemos que amor a Dios y amor al prójimo son inseparables"
La autenticidad de la EucaristÃ-a se refleja en gran parte en «un compromiso activo en la edificación de una sociedad más equitativa y
fraterna», de modo que celebrar la EucaristÃ-a es también hacer memoria de los pobres y de las pobrezas de la sociedad.
"Los cristianos sabemos que amor a Dios y amor al prójimo son inseparables, y que cerrar los ojos ante el prójimo nos convierte también en
ciegos ante Dios". La Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal ha hecho público este mediodÃ-a su mensaje para el Corpus Christi,
el tradicional "DÃ-a de la Caridad", o dÃ-a de Cáritas. En su mensaje, el episcopado agradece el trabajo de miles de voluntarios que, a partir de su
fe, llevan a cabo un compromiso por los más empobrecidos, por los que no tienen nada, por las vÃ-ctimas de la injusticia de un mundo que se
desangra.
Coincidiendo con la celebración del Año Europeo del Voluntariado, los obispos "hacemos también memoria de todos los hombres y mujeres que
saben hacer entrega de su tiempo, su trabajo, su servicio, su vida en favor de los hermanos". Y lo hacen "con reconocimiento y gratitud", pues
"somos una Iglesia rica y generosa en voluntariado, cosa que podemos afirmar mirando la presencia de los cristianos allÃ- donde hay pobres,
enfermos, personas abandonadas y seres humanos excluidos".
"La Iglesia es en sÃ- misma como un cuerpo hecho de miembros que ponen cada uno lo mejor de sÃ- mismo al servicio de los otros", recuerdan los
obispos, que reconocen, con orgullo, que "el voluntariado es el modo de ser connatural de todo cristiano".
Unos voluntarios ponen su vida "de manera gratuita al servicio de los otros en los múltiples servicios de la comunidad cristiana: sea como
catequistas, educadores, servidores de la Palabra, responsables de movimientos, servidores del bien común en el compromiso público-polÃ-tico y
en la atención a los pobres".
Porque todo va unido en torno a la fe, sostiene el mensaje episcopal, que hace especial hincapié en la importancia de la EucaristÃ-a en la vida de
todo cristiano, también de quienes dedican su vida al trabajo solidario. "Celebrar la EucaristÃ-a y estar al servicio de los otros, en especial de los
pobres, son dos formas inseparables de recordar a Jesús", afirma el mensaje.
"La autenticidad de la EucaristÃ-a -continúa el texto- se refleja en gran parte en «un compromiso activo en la edificación de una sociedad más
equitativa y fraterna», de modo que celebrar la EucaristÃ-a es también hacer memoria de los pobres y de las pobrezas de la sociedad".
Puesto que "EucaristÃ-a y servicio a los pobres son inseparables", los obispos de Pastoral Social invitan "a quienes dedicáis vuestro voluntariado al
servicio caritativo y social, a alimentar vuestra vida en la comunión eucarÃ-stica y en lo que ésta significa".
Sentid que vuestro servicio, como vocación divina, es un verdadero ministerio de la caridad tan digno y necesario en la Iglesia y en el mundo como
cualquier otro", prosigue la nota, que pide a los voluntarios que "no caigáis nunca en la tentación de vivir el servicio caritativo y social sin la
experiencia de Dios en la EucaristÃ-a y en los hermanos".
"Trabajamos por la justicia y hay que dar a cada uno lo "suyo", lo que le pertenece, lo que le corresponde en justicia. Pero "la caridad va más allá
de la justicia, porque amar es dar, ofrecer de lo «mÃ-o» al otro; pero nunca carece de justicia, la cual lleva a dar al otro lo que es «suyo», lo que
le corresponde en virtud de su ser y de su obrar. No puedo «dar» al otro de lo mÃ-o sin haberle dado en primer lugar lo que en justicia le
corresponde. Quien ama con caridad a los demás, es ante todo justo con ellos".
Cardenal RodrÃ-guez Maradiaga: la Iglesia, referente en América Latina
Hace falta una evangelización de la polÃ-tica, afirma el purpurado
América Latina es un continente en el que existe una gran esperanza, en donde la Iglesia es un punto de referencia por su empeño con la
doctrina social, a pesar de poderes fuertes que quieren desacreditarla. Un continente en el que aún falta evangelización en la polÃ-tica y esto
atrasa la lucha a la pobreza, factor que le impide a mucha gente de vivir según la dignidad de hijos de Dios, y que ciertas ideologÃ-as no toman en
consideración pues niegan la dimensión trascendente del hombre.
Estos fueron algunas de las reflexiones del cardenal Oscar Andrés RodrÃ-guez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa (Honduras) y presidente de
Caritas Internationalis, durante el congreso sobre los 50 años de la Mater et Magistra que se realiza en Roma hasta el próximo miércoles 18.
- ¿Cuáles son las preocupaciones y esperanzas de la Iglesia en América Latina?
Cardenal RodrÃ-guez Maradiaga: En primer lugar hay una gran esperanza porque la Iglesia sigue siendo una razón para esperar.La cosa bella de
nuestro pueblo es que, a pesar de la pobreza, las dificultades, las luchas, nunca se pierde la esperanza. Y no es un simple optimismo, el optimismo
puede venir de una constitución psicosomática, pero la esperanza se basa en la fe, es algo teologal y que está en los tuétanos de nuestros
paÃ-ses.
- ¿La Iglesia es siempre un punto de referencia importante para América Latina?
Cardenal RodrÃ-guez Maradiaga: Continúa siéndolo a pesar de que hay fuerzas bastantes grandes que quisieran desacreditarla. Y una de las
razones es por su compromiso con la doctrina social de la iglesia.
En general otras opciones religiosas son muy verticalistas y no son un problema para quien quiere gobernar de manera injusta. En cambio la Iglesia
católica tiene una voz consistente. Solamente examinando el magisterio de los últimos cincuenta años, a partir de la conferencia de RÃ-o de
Janeiro en 1955 más con MedellÃ-n, Puebla, Santo Domingo y Aparecida hay una consistencia y una lÃ-nea en el magisterio social que es muy
comprometida y muy incómoda para algunos poderes constituidos.
Por consiguiente se trata de desacreditarla. Lógicamente se han servido de algunas cosas como los escándalos de pedofilia en particular en los
Estados Unidos, para poder quitar la voz. Pero hay un fenómeno bastante particular. En nuestro continente eso no ha logrado que se desacredite la
voz del Magisterio, porque hay un compromiso con los pobres que el pobre lo percibe aunque no razone sobre ello.
- ¿Un compromiso que no es polÃ-tica sino doctrina social católica?
Cardenal RodrÃ-guez Maradiaga: Exactamente, porque hay tantos cambios que verdaderamente tienen que darse y la Iglesia ha sido consistente en
tratar de concienciar al pueblo de que es necesario el cambio.
- ¿En este congreso, cuál la esperanza de este análisis?
Cardenal RodrÃ-guez Maradiaga: Los participantes, que son muy numerosos y de todos los continentes, están directamente implicados en la
doctrina social de la Iglesia y en su estudio y para ponerla en práctica. Creo que todos ellos serán multiplicadores para que el mensaje de estos
dÃ-as pueda ponerse en práctica.
- Cayeron muchas ideologÃ-as, muros, ¿quizás el mensaje de la doctrina social católica pueda obtener ventaja visto que algunos querÃ-an
relacionarla con ideologÃ-as polÃ-ticas, algunas de las cuales ya no existen?
Cardenal RodrÃ-guez Maradiaga: AsÃ- es, y yo creo que ésto es muy importante. Y claro nosotros también debemos hacer un examen de
conciencia. A mi juicio no ha habido suficiente evangelización de los polÃ-ticos y de la polÃ-tica. Por ello algunos cambios se atrasan pero, está
 muy claro que nuestra doctrina social de la iglesia no es ninguna ideologÃ-a, porque las ideologÃ-as pasan, caen, vienen otras. La iglesia quiere
aportar y al mismo tiempo cuestionar las ambigüedades de las ideologÃ-as.Â
- El punto central de la doctrina social de la iglesia es la dignidad humana.  ¿Cuál es la relación entre pobreza y dignidad de la persona
humana?
Cardenal RodrÃ-guez Maradiaga: Yo dirÃ-a que la pobreza es una situación injusta, que no permite a los seres humanos vivir conforme a la
dignidad de hijos de Dios. Por consiguiente la pobreza es un mal que hay que tratar de erradicar. Si recuerda los famosos objetivos del milenio en las
Naciones Unidas, a veces la pobreza se usa para todo y creo que tristemente ese objetivo al menos ha sido una palabra vacÃ-a, porque no he visto
yo mayores esfuerzos parar reducir la pobreza hasta la mitad en el año 2015.Â
- Algunos pero aprovechan la lucha a la pobreza para cabalgarla con ideologÃ-a pero que no tiene en cuenta la dignidad de la persona humana.Â
Cardenal RodrÃ-guez Maradiaga: Efectivamente es lo que no consideran, y el centro de la doctrina social de la Iglesia es la dignidad de la persona
humana que le viene del hecho de ser hijos de Dios. Si observamos el ideal de la Revolución Francesa: libertad, igualdad, fraternidad, un sistema
quiso libertad sin igualdad, el capitalismo; otro sistema quiso igualdad pero sin libertad: el comunismo; y la fraternidad no viene de ninguna parte.
Porque la fraternidad solamente se puede alcanzar cuando reconocemos que somos hijos del mismo Dios. Y por consiguiente tenemos un mismo
Padre y por eso somos hermanos. Y sin la dimensión trascendente se empobrece el humanismo y queda reducido a una ideologÃ-a.
¡Hablamos de la muerte!
Hablamos poco de la muerte. Y si lo hacemos, rápidamente nace la sospecha de humor "negro". Y sin embargo la muerte está siempre presente
en el horizonte de la vida humana. Pero no hablamos, la rehuimos, la enmascaramos, la maquillamos, la escondemos en el fondo "amable" de un
tanatorio.
¿Qué es la muerte? En los años 50, en un precioso ensayo sobre la muerte reeditado recientemente por Herder, el teólogo Karl Rahner
distinguÃ-a entre la muerte del organismo y la muerte personal para afirmar que la muerte es total, de ambas las dimensiones que confieren nuestra
vida humana terrenal. La muerte del cuerpo supone y coincide también con la muerte de nuestra aventura humana, la aventura de la libertad
inteligente que acaba y culmina su itinerario.
Estos dÃ-as, la sexta edición de la Aula Salud Blanquerna habla de la muerte, su sentido y su acompañamiento. El Aula Salud Blanquerna parte
de los presupuestos humanÃ-sticos propios de la Universidad Ramon Llull y pretende ofrecer un espacio de debate sobre las cuestiones más
generales de la salud y de la enfermedad en nuestra sociedad. Esta edición del Aula Salud plantea pues el tema de la muerte que no por ineludible
es menos punzante: la presencia de la muerte en la vida humana y su difÃ-cil encaje con la mayorÃ-a de concepciones de la vida.
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En la primera sesión, entre tantas otras reflexiones interesantes, los ponentes, Armand Puig, Decano de la Facultad de TeologÃ-a de Cataluña,
David Jou, Catedrático de FÃ-sica de la UAB, y Marina Geli, Médico, Diputada en el Parlamento de Cataluña y Consejera de Salud de la
Generalidad de Cataluña del 2003 al 2010, han puesto de relieve tres aspectos válidos y complementarios que me han resultado muy sugerentes:
la muerte como cumplimiento de la vida, la muerte como puerta hacia la vida y la muerte que posibilita la vida cósmica.
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Y añado, de mi cosecha, que posiblemente la incomprensión del misterio de la muerte es directamente proporcional a una visión individualista de
la vida, aquella visión en la que cada uno se pretende principio y final de sÃ- mismo. En la medida que nos sabemos y nos entendemos como
momentos de la larga historia de la humanidad, momentos únicos, importantes, irrepetibles, pero también efÃ-meros, huidizos, y sin embargo
llamados a ser útiles, a dejar nuestra gran o pequeña huella, la realidad de la muerte puede ser más domesticada, hasta poder hablar, ojalá, de
la hermana muerte.
 Los creyentes afirmamos la resurrección, especialmente en este tiempo de Pascua. "Si Cristo no ha resucitado, nuestra fe está vacÃ-a" dice San
Pablo (1 Co 15,12). Pero hay que recordar que la nuestra es la afirmación de una plenitud de vida que pasa por la muerte, y no por cualquier muerte,
sino por la muerte del hombre que da la vida por los demás, poco a poco, dÃ-a a dÃ-a, o quizás en un gesto heroico y definitivo.
SÃ-ntesis de la circular vaticana ante casos de abuso sexual de menores
Distribuida por la Oficina de Información de la Santa Sede
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 16 de mayo de 2011
La Congregación para la Doctrina de la Fe pide a todas las Conferencias Episcopales del mundo que preparen para mayo de 2012 "LÃ-neas guÃ-a"
para tratar los casos de abuso sexual de menores por parte de miembros del clero, de manera apropiada a las situaciones especÃ-ficas en las
diferentes regiones del mundo.
Con una "Carta circular", la Congregación ofrece una amplia serie de principios e indicaciones, que no sólo facilitarán la formulación de LÃ-neas
guÃ-a y, por tanto, la uniformidad de la conducta de las autoridades eclesiásticas en las diferentes naciones, sino que también garantizarán la
coherencia en el nivel de Iglesia universal, aun respetando las competencias de los obispos y de los superiores religiosos.
La atención prioritaria a las vÃ-ctimas, los programas de prevención, la formación de los seminaristas y la formación permanente del clero, la
cooperación con las autoridades civiles, la aplicación atenta y rigurosa de la normativa canónica más actualizada en esta materia son las
orientaciones principales que deben constituir las Directrices en todo el mundo.
***
En dÃ-as pasados, la Congregación para la Doctrina de la Fe envió a todas las Conferencias Episcopales una "Carta circular para ayudar a las
Conferencias Episcopales en la preparación de LÃ-neas guÃ-a para tratar los casos de abuso sexual de menores por parte del clero".
La preparación del documento fue anunciada en el pasado mes de julio, con ocasión de la publicación de las nuevas normas de actuación del
Motu proprio "Sacramentorum sanctitatis tutela" (cfr. Nota P.F.Lombardi, in OR, 16.7.2010, 1, e www.vatican.va, Abusos contra menores. La
respuesta de la Iglesia).
S.Em. el Card. Levada, Prefecto del dicasterio, habÃ-a después informado sobre la preparación con ocasión de la reunión de cardenales
durante el Consistorio del pasado mes de noviembre (Cfr. Comunicado de la Oficina de Prensa sobre la Sesión de la tarde, 19.11.2010).
El documento está acompañado de una Carta de presentación, firmada por el Card. Levada, que explica la naturaleza y los objetivos.
Como consecuencia de la actualización de las normas sobre la cuestión de los abusos sexuales por parte de miembros del clero, aprobada por el
Papa el pasado año, se considera "oportuno que cada Conferencia Episcopal prepare unas LÃ-neas guÃ-a", con el fin de "ayudar a los Obispos a
seguir procedimientos claros y coordinados cuando se tienen que tratar los casos de abusos sexuales contra menores", teniendo en cuenta las
situaciones concretas de las diversas regiones en las que se ejercitan las jurisdicciones de los distintos episcopados.
Con este fin, la Carta circular "presenta algunos temas generales", que necesariamente deben ser adaptados a las distintas realidades, pero que
contribuirán a garantizar -precisamente gracias a las LÃ-neas guÃ-a- una orientación común dentro de una Conferencia episcopal, y en cierta
medida, también por parte de distintos episcopados.
En relación al trabajo que se debe realizar para la redacción de las nuevas LÃ-neas guÃ-a o para la revisión de las ya existentes, la carta de
presentación del Card. Levada da dos indicaciones operativas: en primer lugar, implicar a los Superiores Mayores de los institutos religiosos
clericales (para que se tenga en cuenta no solo al clero diocesano, sino también al religioso), y después, enviar copia de las LÃ-neas guÃ-a a la
Congregación "antes de fines del mes de mayo del 2012".
En conclusión, aparecen claramente dos preocupaciones:
1. Animar a afrontar a tiempo y eficazmente el problema con indicaciones claras, orgánicas, adaptadas a las situaciones locales, que comprenden
también las relaciones con las normas y las autoridades civiles. Las indicaciones de una fecha precisa y de un término relativamente breve para
elaborar las LÃ-neas guÃ-a por parte de todas las Conferencias Episcopales es, evidentemente, una indicación muy fuerte y elocuente.
2. Respetar la competencia fundamental de los Obispos diocesanos (y de los Superiores mayores religiosos) en la materia (la formulación de la
Circular presta mucha atención a subrayar este aspecto: Las LÃ-neas guÃ-a sirven para "ayudar a los Obispos diocesanos y los Superiores
mayores").
La carta circular en sÃ- es breve, pero muy densa, y se divide en tres partes.
La primera parte desarrolla una serie de indicaciones generales, incluyendo, en particular:
La atención prioritaria a las vÃ-ctimas de abuso sexual: la escucha y la asistencia espiritual y psicológica a las vÃ-ctimas y a los familiares.
El desarrollo de programas de prevención para crear ambientes verdaderamente seguros para los menores.
La formación de los futuros sacerdotes y religiosos y el intercambio de información sobre los candidatos al sacerdocio o a la vida religiosa que se
trasladan.
El acompañamiento de los sacerdotes, su formación permanente y la formación a su responsabilidad en el ámbito de los abusos, la manera de
seguirlos cuando se les acusa, de tratar según el derecho los eventuales casos de abuso, la rehabilitación de la reputación de quien haya sido
acusado injustamente.
La cooperación con las autoridades civiles en el ámbito de sus respectivas competencias y el cumplimiento de "las prescripciones de las leyes
civiles en lo referente a remitir los delitos a las legÃ-timas autoridades, sin prejuicio del foro interno o sacramental". La cooperación deberÃ-a
aplicarse no sólo en los casos de abusos por parte del clero, sino también del personal que trabaje en estructuras eclesiásticas.
La segunda parte recuerda las prescripciones actualmente vigentes de la legislación canónica tras la actualización de 2010.
Se recuerda la competencia de los obispos y superiores mayores para la investigación preliminar y, en caso de acusaciones creÃ-bles, la
obligación de remitir el caso a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que ofrece las indicaciones para el seguimiento del caso.
Se habla de las medidas cautelares que hay que imponer y de la información que debe darse al acusado durante la investigación preliminar.
Se recuerdan las medidas canónicas y las penas eclesiásticas que se pueden aplicar a los culpables, incluida la dimisión del estado clerical.
Por último, se especifica la relación entre la legislación canónica válida para toda la Iglesia y las eventuales normas especÃ-ficas particulares
adicionales que las Conferencias Episcopales consideren apropiadas o necesarias, y el procedimiento que debe seguirse en estos casos.
La tercera y última parte enumera una serie de observaciones útiles para formular las orientaciones operativas concretas para los Obispos y
Superiores mayores.
Entre otras cosas, subraya la necesidad de ofrecer asistencia a las vÃ-ctimas; de tratar con respeto al denunciante y asegurar la privacidad y la
reputación de las personas; de tener debidamente en cuenta las leyes civiles del paÃ-s, incluyendo la eventual obligación de avisar a las
autoridades civiles; de garantizar al acusado información sobre las acusaciones y posibilidades de responder, y, en todo caso un mantenimiento
justo y digno; de excluir el regreso del clérigo al ministerio público, en caso de peligro para los menores o de escándalo para la comunidad. Una
vez más, se reitera la responsabilidad primordial de los obispos y superiores mayores, que no puede ser sustituida por órganos de control o
discernimiento, a pesar de ser útiles o necesarios para sostener esta responsabilidad.
La circular es, por tanto, un paso muy importante para promover en toda la Iglesia la conciencia de la necesidad y de la urgencia de responder de
manera más eficaz y con visión de futuro al flagelo de los abusos sexuales por parte de miembros del clero, renovando asÃ- la plena credibilidad
del testimonio y de la misión educativa de la Iglesia, y contribuyendo a crear en la sociedad en general aquellos ambientes educativos seguros de
los que existe una necesidad urgente.
La reacción de la Iglesia cuando un clérigo es acusado de abusos
El caso debe ser asumido por el obispo o el superior religioso
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 16 de mayo de 2011. Cuando un clérigo es acusado de haber cometido un delito de abuso sexual de un menor,
su obispo o el superior mayor de su congregación religiosa (si es religioso) debe escuchar la denuncia y asegurarse de que la acusación sea
verosÃ-mil.
Si es asÃ-, debe pasar el caso a la Santa Sede y remitir los delitos a las legÃ-timas autoridades, según establece la carta circular que la
Congregación para la Doctrina de la Fe ha enviado como subsidio para las conferencias episcopales en la preparación de LÃ-neas GuÃ-a para
tratar los casos de abuso sexual de menores por parte del clero.
"La responsabilidad para tratar los casos de abuso sexual de menores compete en primer lugar a los obispos o a los superiores mayores" de las
órdenes y congregaciones religiosas, indica el documento.
"Si la acusación es verosÃ-mil, el obispo, el superior mayor o un delegado suyo deben iniciar una investigación previa como indica el Código de
Derecho Canónico", aclara el texto.
"Si la acusación se considera verosÃ-mil, el caso debe ser enviado a la Congregación para la Doctrina de la Fe", organismo de la Santa Sede al
que Juan Pablo II encomendó esta tarea en 2003, ante la impotencia con la que algunas diócesis del mundo habÃ-an reaccionado ante casos de
abusos cometidos por sacerdotes.
Una vez estudiado el caso, la Congregación para la Doctrina de la Fe "indicará al obispo o al superior mayor los ulteriores pasos a cumplir.
Mientras tanto, la Congregación para la Doctrina de la Fe ayudará a que sean tomadas las medidas apropiadas para garantizar los procedimientos
justos en relación con los sacerdotes acusados, respetando su derecho fundamental de defensa, y para que sea tutelado el bien de la Iglesia,
incluido el bien de las vÃ-ctimas".
El documento publicado este lunes por la Santa Sede recuerda que "normalmente la imposición de una pena perpetúa, como la dimissio del estado
clerical, requiere un proceso judicial".
Según el Derecho Canónico, el obispo o superior religioso "no puede decretar penas perpetuas por medio de un decreto extrajudicial. Para ello
debe dirigirse a la Congregación para la Doctrina de la Fe, a la cual corresponderá en este caso tanto el juicio definitivo sobre la culpabilidad y la
eventual idoneidad del clérigo para el ministerio como la imposición de la pena perpetua".
Las medidas canónicas para un sacerdote que es declarado culpable del abuso sexual de un menor son generalmente de dos tipos.
En primera lugar, se trata de "medidas que restringen el ejercicio público del ministerio de modo completo o al menos excluyendo el contacto con
menores".
En segundo lugar, la Iglesia impone "penas eclesiásticas, siendo la más grave la dimissio [cesación] del estado clerical".
"La investigación previa y todo el proceso deben realizarse con el debido respeto a la confidencialidad de las personas implicadas y la debida
atención a su reputación", aclara la Congregación para la Doctrina de la Fe.
"A no ser que haya graves razones en contra, antes de transmitir el caso a la Congregación para la Doctrina de la Fe el clérigo acusado debe ser
informado de la acusación presentada, para darle la oportunidad de responder a ella. La prudencia del obispo o del superior mayor decidirá cuál
será la información que se podrá comunicar al acusado durante la investigación previa".
En espera del proceso canónico, recuerda el documento, "es deber del obispo o del superior mayor determinar cuáles medidas cautelares de las
previstas en el Código de Derecho Canónico deben ser impuestas para salvaguardar el bien común·. Estas medidas "pueden ser impuestas una
vez iniciada la investigación preliminar".
La Santa Sede aclara que estas medidas son obligatorias para todas las diócesis del mundo.
"Si una conferencia episcopal, con la aprobación de la Santa Sede, quisiera establecer normas especÃ-ficas, tal normativa deberá ser entendida
como complemento a la legislación universal y no como sustitución de ésta", asegura el texto.
Si una conferencia episcopal quiere añadir normas vinculantes, el Vaticano afirma que para ello será necesario que pidan el reconocimiento por
parte de los dicasterios competentes de la Curia Romana.
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