4.4 Le Soste_E

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Jornadas Internacionales FICPM – Assis – 2-5 Mayo 2013
MESA REDONDA «LAS PARADAS»
(Español)
EL ACOMPAÑAMIENTO DE LOS FORMADORES EN SU CAMINO
CON LOS NOVIOS
Y CON LAS PAREJAS EN DIFICULTADES
PERSPECTIVAS TEOLÒGICAS
CRISIS Y CONFLICTOS EN EL NUEVO TESTAMENTO
Animador: Raymond Heusghens
diòcesi di Malinas – Bruselas (Bèlgica)
Raymond Huesghens es un sacerdote en la diòcesi di Malinas – Bruselas (Bèlgica).
Ayudante y suplente del Vicario Episcopal de la Vicaria de la enseñanza (Bruselas
y Brabant vallone).
Ya asesore spiritual de la FICPM.
La vida cotidiana está hecha de alternar momentos tranquilos,alegres y armoniosos,
con momentos agitados, de confrontación y difíciles de vivir. Nadie escapa a las crisis
o conflictos; las crisis son la vida, y a menudo son sólo dolores de crecimiento. En la
vida, cada pareja pasa por crisis más o menos importantes provocadas por los
conflictos internos, a veces violentos, a veces menos, o por acontecimientos externos,
a veces dramáticos, a veces menos.
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1. Los conflictos
Si tomamos como referencia los Evangelios, la vida de Jesús en sí misma no está libre
de crisis, conflictos ni malentendidos para él, sus padres y su familia:
• La familia de Jesús toma impulso en la vida a partir de un momento de crisis: María
embarazada antes de casarse. María y José se guiarán por la confianza adquirida
durante la meditación para superar esta crisis.
• Jesús, del linaje real de David, nace entre los pobres, en condiciones de emigración
debido a la persecución
• "¿No sabíais que yo debía estar en los negocios de mi Padre?" (Jesús en el templo a
los 12 años, Lucas 2,49). Esta es una fuente de sufrimiento para los padres de Jesús
al comenzar la crisis de emancipación. María y José, por amor, lo llevan en silencio en
su corazón, en su oración...
• El conflicto forma parte del evangelio. Jesús encontró serias dificultades entre sus
contemporáneos:
• Con las multitudes (entusiasmo superficial o decepción...).
• Con los discípulos (dificultades de comprensión, el desánimo, la ilusión ingenua de
un inmediato triunfo popular...).
• Con su familia (¿Quién lo hace? Ha perdido la cabeza...).
• Con las autoridades religiosas (sospecha, hostilidad...).
• Con los partidarios de un renacimiento religioso (oposición a los ojos de los fariseos
"Es demasiado, demasiado lejos"...).
• Desde el poder político (Herodes pronto cree que la actitud de Jesús altera el orden
público y amenaza su poder...).
Hemos visto, por tanto, que el conflicto es el centro del evangelio.
2. Las reacciones
Incluso si estas dificultades se deben traspasar, permanecen hoy en día y son
prácticamente idénticas, para todos aquellos que quieren ser cristianos en nuestro
mundo. Vivir en cristiano nos lleva normalmente a vivir contra corriente, por lo que
siempre hay un conflicto potencial de entrada.
Jesús tuvo que responder a muchas críticas y ataques. Constantemente tenía que
precisar lo que decía y pensaba, ya sea respondiendo directamente a las objeciones,
ya sea hablando en parábolas. Viendo las múltiples oposiciones planteadas por sus
palabras y por sus acciones, la única manera de seguir ofreciendo el reino era
enseñando en parábolas. Para no abordar de frente las reticencias, que las fortalecen,
Jesús emplea otro lenguaje: las parábolas, una palabra que sale al encuentro de los
hombres allí donde están, una palabra que se encarna en realidades simbólicas de
cada día (vid, el tesoro escondido, el hijo pródigo, los trabajadores de la última hora,
la sal de la tierra, sembrador, higuera estéril, la semilla de mostaza,...). Esta palabra
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lleva fruto y se impone por la fuerza de su interpelación y de su transparencia, con un
lenguaje "no religioso" que se dirige al mayor número. La atención de Jesús sigue viva
en primer lugar por los mandamientos de la Ley, pero también por la importancia de
la relación real con la persona del otro, el respeto por el otro y por su dignidad (la
Samaritana Juan 4, la mujer adúltera, Juan 8, el puro y el impuro, Marc 7, 14-16;
significado del sábado, Marcos 2, 27). Nos propone pasar de "saber quién es el otro",
de "hacer por el otro", a "creer en el otro".
Superar las dificultades, las crisis mediante la búsqueda de un camino y de una paz
más allá de ellas. ¿No será lo mismo hoy en día para nuestra propia fe? ¿Creer no es
superar las dificultades que al principio nos podrían parecer insuperables?
En la comunidad cristiana primitiva, la controversia por la entrada de los paganos
(gentiles) es fuerte y se opusieron a Pablo y Bernabé los demás apóstoles y los
ancianos. Esta crisis será el tema del Concilio de Jerusalén (AA 15), donde, tras una
discusión larga y dolorosa, Pedro tomó la palabra y luego Jaime para proponer una
solución de compromiso (AA 15, 7-35).
Vemos en que cada crisis, los conflictos son diferentes el uno del otro y no hay una
solución única, y mucho menos arreglarla con un milagro. Cada conflicto requiere
paciencia, comprensión, compromiso personal. Es necesario el valor de mirar la
experiencia vivida para dar lugar a una resolución del conflicto que tenga en cuenta a
cada uno. No hay que hundirse en las propias ideas y principios, y dar una prueba de
confianza creyendo en la importancia del diálogo y de la reconciliación. Además,
también debe ser capaz de "llevar las cosas silenciosamente en su corazón y en la
oración", siguiendo el ejemplo de María. Es especialmente útil ser creativos en la
respuesta que se aporta a las personas ya las situaciones, para proyectar hacia
adelante y en lugar de anclarse en el pasado, dejarse interpelar en profundidad ya
nivel de corazón. Las condiciones de una verdadera salida del conflicto son múltiples y
exigentes.
Las personas que experimentan conflictos en la pareja o en cualquier otra situación de
la vida, se encuentran en una situación de malestar y sienten generalmente un
sentimiento de culpabilidad en relación con el otro y con Dios.
Para un acompañante, un animador, hay un lugar para un ministerio maravilloso, EL
MINISTERIO DE SOPORTE:
• escuchar con respeto para permitir encontrar el camino del otro y de Dios;
• percibir desde la retrospectiva, la llamada del otro en el sufrimiento;
• reencontrar la necesidad de tener tiempo para releer lo que se ha vivido;
• volver a centrarse en el otro durante las negociaciones;
• hacer tomar conciencia, cuando se dan pasos del uno hacia el otro, incluso a través
de limitaciones y malentendidos, señales de luz que muestran la presencia de Dios.
Pero todo esto no se improvisa.
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3. El Perdón
Finalmente, cualquier crisis o conflicto en la vida no se puede resolver sin perdón. No
hay vínculo matrimonial sin perdón.
"¿Cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me hará mi hermano?" (Mt 18,
21-22). Haciendo esta pregunta a Jesús, Pedro se siente muy inspirado proponiendo
otorgar el perdón hasta "siete veces". Pero Jesús dijo, sorprendentemente, "setenta
veces siete".
Hablando así, Jesús nos invita a permanecer atentos en todo momento y sin límites,
durante todos los días, a las heridas pequeñas o grandes causadas por nuestro
entorno. Él nos invita a creer que un cambio de la otra parte, como de los dos, sigue
siendo posible, no para persuadirnos de que estamos atrapados en el pasado, un
ámbito infernal del que no podíamos salir. Como Jesús, no podemos decir: "Tú no
cambiarás" o "yo lo he hecho todo, pero él no llega". No, él nos invita a creer que la
conversión, que un cambio de la persona, un cambio de la situación, aún puede
ocurrir.
Un atleta que se entrena, una enfermera que cuida, un músico que compone, un
educador que enseña, un cónyuge que le gusta hacer y rehacer las mismas cosas más
de setenta veces siete. Del mismo modo, se necesita una cantidad significativa de
tiempo, una paciencia enorme, una esperanza loca de alcanzar su meta, para
aprender a amar. Mañana no es sólo una repetición de ayer, pero puede ser una
fuente de verdadera renovación.
"El pecado" en griego, consiste en no llegar a su objetivo, de perder su objetivo. Todo
el mundo puede pecar contra su hermano no por querervoluntariamente el mal, sino
por faltar a su objetivo. Siendo un mal interlocutor, un pobre comunicador, adoptando
un comportamiento inadecuado, convirtiéndose momentáneamente en insoportable.
Todo esto puede afectar, y mucho, la calidad de las relaciones con los demás.
En Mateo 18, es una cuestión de "DEVOLVER" las ofensas. La vuelve a colocar en su
sitio, en el lugar que le corresponde a una buena distancia, aprender a devolver en
sintonía con su cónyuge, su hermano. "DEVOLVER" evoca también la condonación de
la deuda, tal como se hace referencia en la parábola del deudor implacable, siguiendo
(Mt 18, 23-35). El rey que habla en la parábola, vuelve la deuda a su sirviente,
mientras el siervo se niega de condonársela a su compañero. Jesús enseña que Dios
no puede perdonar a alguien que no perdona a su hermano y pide perdón a Dios,
primero debemos perdonar al hermano. Jesús insiste y nos impide olvidar esta
realidad, Él nos la hace proclamar cada día en el "Padre nuestro" (Mt 6:14). El perdón
no es sólo un requisito previo para la nueva vida del Reino, pero es esencial. Jesús
indica a Pedro que él ha de perdonar indefinidamente y sin fin.
El perdón hace retornar la deuda, para la reanudación de diálogo, se está
reconstruyendo el daño causado, sin quitarle importancia, se va restableciendo, se
hace renacer. Es una señal que el mal que ha creado la herida puede superarse y abrir
un nuevo camino de esperanza. El punto de esta parábola es poner en evidencia que
la relación entre hermanos, entre los cónyuges está estrechamente relacionado con
nuestra relación con Dios. El verdadero perdón, tan difícil, implica un verdadero
diálogo donde uno quiere y pide perdón, y donde el otro se acordará y le dé lo más
profundo de su corazón. Es creer que el amor puede ser más fuerte. "Ve y no peques
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más". (John 8, 11, 5, 14). Dios no espera que cambiemos PARA PERDONARNOS pero
NOS PERDONA PORQUE NOSOTROS CAMBIAMOS.
El perdón aporta la paz, se da por vencido después de la noche y restaura la
comunión.
PERDONR ES RESUCITAR Y HACER RESUCITAR.
Raymond Huesghens
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(Català)
CRISI I CONFLICTES EN EL NOU TESTAMENT
La vida quotidiana està feta d'alternar moments de tranquil·litat, moments alegres i
harmoniosos, amb moments agitats, de confrontació i difícils de viure. Ningú escapa a
les crisis o conflictes, les crisi són la vida, sovint són només dolors de creixement. A la
vida, cada parella passa per crisi més o menys importants provocades pels conflictes
interns de vegades violents, de vegades menys, o per esdeveniments externs, de
vegades dramàtics, de vegades menys.
1. Els conflictes
Si prenem com a referència els Evangelis, la vida de Jesús en si mateixa no està lliure
de crisi, conflictes i malentesos per a ell, els seus pares i la seva família:
• La família de Jesús pren embranzida a la vida a partir d’un moment de crisi: Maria
embarassada abans de casar-se. Maria i Josep es guiaran per la confiança
adquirida durant la meditació per superar aquesta crisi
• Jesús, del llinatge reial de David, neix entre els pobres, en condicions d'emigració a
causa de la persecució.
• "No sabíeu que jo havia d'estar en els negocis del meu Pare? "(Jesús en el temple
als 12 anys, Lluc 2,49). Aquesta és una font de patiment per als pares de Jesús al
començament de la crisi d'emancipació. Maria i Josep, per amor, ho porten en
silenci en el seu cor, en la seva pregària ...
• El conflicte forma part de l'evangeli. Jesús va trobar serioses dificultats entre els
seus contemporanis:
• amb les multituds (entusiasme superficial o decepció ...)
• amb els deixebles (dificultats de comprensió, el desànim, una il·lusió ingènua
d’un immediat triomf popular, ...)
• amb la seva família (Qui ho fa? Ha perdut el cap ...)
• amb les autoritats religioses (sospita, hostilitat, ...)
• amb els partidaris d'un renaixement religiós (oposició als ulls dels fariseus "És
massa, va massa lluny", ...)
• des del poder polític (Herodes aviat creu que l'actitud de Jesús altera l'ordre
públic i amenaça el seu poder, ...)
Hem vist, per tant, que el conflicte és el centre de l'evangeli.
2. Les reaccions
Fins i tot si aquestes dificultats s’han de traspassar, romanen avui en dia i són
pràcticament idèntiques, per a tots aquells que volen ser cristians en el nostre món.
Viure en cristià ens porta normalment a viure contra corrent, de manera que hi ha un
conflicte potencial d’entrada.
Jesús va haver de respondre a moltes crítiques i atacs. Constantment havia de
precisar el que deia i pensava, ja sigui responen directament a les objeccions, ja sigui
parlant en paràboles. Veient les múltiples oposicions plantejades per les seves
paraules i per les seves accions, l'única manera de continuar oferint el regne era
ensenyant en paràboles. Per tal de no abordar de front les reticències, que les
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enfortirien, Jesús empra un altre llenguatge: les paràboles, una paraula que surt a
l'encontre dels homes allà on són, una paraula que s'encarna en realitats simbòliques
de cada dia (vinya, el tresor amagat, el fill pròdig, els treballadors de l'última hora, la
sal de la terra, sembrador, figuera estèril, la llavor de mostassa, ...). Aquesta paraula
porta fruit i s’imposa per la força de la seva interpel·lació i de la seva transparència,
amb un llenguatge "no religiós" que s’adreça al major nombre. L'atenció de Jesús
continua viva en primer lloc pels manaments de la Llei, però la importància de la
relació real amb la persona de l’altre, el respecte per l'altre i per la seva dignitat (la
Samaritana Joan 4, la dona adúltera, Joan 8, el pur i l'impur, Marc 7, 14-16; significat
de dissabte, Marc 2, 27). Ens proposa passar de "saber qui és l'altre", de "fer per
l’altre", a "creure en l'altre”.
Superar les dificultats, les crisis mitjançant la recerca d'un camí i d’una pau més enllà
d'elles. No serà el mateix avui en dia per a la nostra pròpia fe? Creure no és superar
les dificultats que al principi ens podrien semblar insuperables?
A la comunitat cristiana primitiva, la controvèrsia per l’entrada dels pagans (gentils)
és forta i es van oposar a Pau i Bernabé els altres apòstols i els ancians. Aquesta crisi
serà el tema del concili de Jerusalem (AA 15), on, després d'una discussió llarga i
dolorosa, Pere prengué la paraula i després Jaume per a proposar una solució de
compromís (AA 15, 7-35).
Veiem en que cada crisi, els conflictes són diferents l’un de l’altre i no hi ha una
solució única, i molt menys arreglar-la amb un miracle. Cada conflicte requereix
paciència, comprensió, compromís personal. Cal el valor de mirar l'experiència viscuda
per donar lloc a una resolució del conflicte que tingui en compte a cadascú. Cal no
enfonsar-se en les pròpies idees i principis, i donar una prova de confiança creient en
la importància del diàleg i de la reconciliació. A més, també ha de ser capaç de "portar
les coses silenciosament en el seu cor i en l'oració", seguint l'exemple de Maria. És
especialment útil ser creatius en la resposta que s’aporta a les persones i a les
situacions, per projectar cap endavant i en lloc d’ancorar-se en el passat, deixar-se
interpel·lar en profunditat i a nivell del cor. Les condicions d'una veritable sortida del
conflicte són múltiples i exigents.
Les persones que experimenten conflictes, en la parella o en qualsevol altre situació
de la vida, es troben en una situació de malestar i senten generalment un sentiment
de culpabilitat en relació amb l’altre i amb Déu.
Per a un acompanyant, un animador, hi ha un lloc per a un ministeri meravellós, EL
MINISTERI DE SUPORT:
• escoltar amb respecte per a permetre trobar el camí de l’altre i de Déu.
• percebre des de la retrospectiva, la crida de l’altre en el sofriment.
• retrobar la necessitat de tenir temps per la rellegir el que s’ha viscut.
• tornar a centrar se en l'altre durant les negociacions
• fer prendre consciència, quan s’han passos de l’un cap a l'altre, fins i tot a través de
limitacions i malentesos, senyals de llum que mostren la presència de Déu.
Però tot això no s'improvisa.
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3. El Perdó
Finalment, qualsevol crisi o conflicte en la vida no es pot resoldre sense perdó. No hi
ha vincle matrimonial sense perdó.
"Quantes vegades he de perdonar les ofenses que em farà el meu germà?” (Mt 18,
21-22). Fent aquesta pregunta a Jesús, Pere se sent molt inspirat proposant atorgar
el perdó fins a "set vegades". Però Jesús va dir, sorprenentment, "setanta vegades
set".
Parlant així, Jesús ens convida a romandre atents en tot moment i sense límits,
durant tots els dies, de ferides petites o grans causats pel nostre entorn. Ell ens
convida a creure que un canvi de l'altra, com dels dos, segueix sent possible, no per
persuadir-nos que estem atrapats en el passat, un àmbit infernal del que no podíem
sortir. Com Jesús, no podem dir: "Tu no canviaràs" o "jo ho he fet tot, però ell no hi
arriba". No, ell ens convida a creure que la conversió, que un canvi de la persona, un
canvi de la situació encara pot passar.
Un atleta que s'entrena, una infermera que cuida, un músic que compon, un educador
que ensenya, un cònjuge que li agrada fer i refer les mateixes coses més de setanta
vegades set. De la mateixa manera, es necessita una quantitat significativa de temps,
una paciència enorme, una esperança boja d'assolir la seva meta, per aprendre a
estimar. Demà no és només una repetició d'ahir, però pot ser una font de veritable
renovació.
"El pecat" en grec, consisteix a no arribar al seu objectiu, a perdre el seu objectiu.
Tothom pot pecar contra el seu germà no volent voluntàriament el mal, però sí faltant
al seu objectiu. Essent un mal interlocutor, un pobre comunicador, adoptant un
comportament inadequat, convertint-se momentàniament en insuportable. Tot això
pot afectar, i molt, la qualitat de les relacions amb els altres.
En Mateu 18, és una qüestió de "TORNAR" les ofenses. Torneu-la a col·locar en el seu
lloc, en el lloc que li correspon a una bona distància, aprendre a tornar en sintonia
amb el seu cònjuge, el seu germà. "TORNAR" evoca també la condonació del deute,
tal com es fa referència en la paràbola del deutor implacable, seguint (Mt 18, 23-35).
El rei que parla en la paràbola, torna el deute al seu servent, mentre el servent es
nega de condonar-li al seu company. Jesús ensenya que Déu no pot perdonar a algú
que no perdona al seu germà i li demana perdó: primer hem de perdonar al germà.
Jesús insisteix i ens impedeix d’oblidar aquesta realitat, Ell ens la fa proclamar cada
dia en el "Pare nostre" (Mt 06:14). El perdó no és només un requisit previ per a la
nova vida del Regne, però és essencial. Jesús indica a Pere que cal que ell perdoni
indefinidament i sense fi.
El perdó fa retornar el deute, per la represa de diàleg, s’està reconstruint el dany
causat, sense treure-li importància, es va restablint, es fa renéixer. És un senyal que
el mal que ha creat una ferida pot superar-se i obrir un nou camí d'esperança. El punt
d'aquesta paràbola és posar en evidència que la relació entre germans, entre els
cònjuges està estretament relacionat amb la nostra relació amb Déu. El veritable
perdó, tan difícil, implica un veritable diàleg on un vol i demana perdó, i on l’altra
l’acorda i li dona del més profund del seu cor. És creure que l'amor pot ser més fort.
"Vés i no pequis més". (John 8, 11, 5, 14). Déu no espera que canviem PER
PERDONAR-NOS però ENS PERDONA PERQUÈ NOSALTRES CANVIEM.
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El perdó aporta la pau, es dóna per vençut després de la nit i restaura la comunió.
PERDONAR ÉS RESSUSCITAR I FER RESSUSCITAR.
Raymond Huesghens
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