y mediante el entendimiento se extraerían de

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y mediante el entendimiento se extraerían de
dichas imágenes sensibles las imágenes esenciales
generales, formándose así los conceptos. De estos
conceptos esenciales, mediante otras operaciones
del pensamiento, se extraen las leyes lógicas del
pensamiento y conceptos supremos tan generales
como los de Ser, no-Ser.
Karl Popper trataría de ir más allá de la síntesis
del racionalismo y el empirismo, postulando la
objetividad de un mundo tres.
Racionalismo y Empirismo como “Apriorismo”
Igual que el intelectualismo, el “apriorismo”
considera que tanto el pensamiento como la
experiencia son fuentes del conocimiento y
conforman conjuntamente la raíz del conocimiento
humano, pero empieza a tomar distancia
postulando el clásico principio del apriorismo de
que “los conceptos sin las intuiciones son vacíos y
las intuiciones sin los conceptos son ciegas”.
Si para el intelectualismo todos los conceptos
provienen de la experiencia y la relación entre
experiencia y pensamiento se da mediante la
causalidad experiencia-pensamiento, para el
“apriorismo” dicha relación no se establecería
derivando así no más lo racional de lo empírico,
sino mediante la participación de un elemento
“a priori”, donde la relación entre experiencia y
pensamiento se daría mediante la causalidad
Pensamiento,  “a priori”, es decir, el factor “a
priori” no procedería de la experiencia sino del
pensamiento.
No se está diciendo que la experiencia es
producto del pensamiento, sino que los factores
“a priori” por proceder del pensamiento son
anteriores a la experiencia; que lo intuitivo es de
la experiencia y que lo racional no se deriva de la
experiencia sino de la Razón.
A esta conclusión se ha llegado
considerando que la relación entre experiencia
y pensamiento se da mediante factores “a priori”
independientes de la experiencia; retomando del
“racionalismo” (Platón) esa idea de los factores
“a priori” independientes de la experiencia,
sin considerarlos como conceptos perfectos o
contenidos del conocimiento, sino viéndolos
simplemente como “formas” del conocimiento,
productos del pensamiento; y retomando del
empirismo aquella consideración de que estas
formas estarían como la hoja en blanco sobre la
cual escribirá la experiencia, es decir, que estas
formas o factores “a priori” del conocimiento
reciben su contenido de la experiencia.
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Además, el Pensamiento (Razón) no
asumiría una actitud receptiva o pasiva ante la
experiencia, sino que espontánea y activamente
imprime las formas “a priori” a la materia
empírica, constituyéndose así los objetos del
conocimiento.
Con otros racionalismo e empirismo, el Criticismo”
Buena parte de la filosofía de Kant es el
esfuerzo por “criticar” la concepción mecanicista
del racionalismo y del empirismo, entrando a
conciliar el racionalismo de Leibniz y Wolff con el
empirismo de Locke y Hume, mediante la máxima
de que “la materia del conocimiento procede de la
experiencia y la forma procede del pensamiento y
de la intuición”.
Los cimientos sobre los que Kant edifica
su “criticismo” serían, igual que los del
intelectualismo, la Experiencia en primera medida
y el Pensamiento, pero el modo y manera de
erigirlo no sería determinada por los cimientos
sino por las leyes inmanentes al “pensamiento”
y por las formas y funciones “a priori” de la
conciencia. La materia del conocimiento serían las
sensaciones, que se nos presentan espontáneas y
caóticas, sin obedecer a reglas o normas, pero
que el pensamiento y la intuición las ordenan
enlazando y conectando entre sí los contenidos
de las sensaciones.
El proceso de conocimiento mediante el
cual se alcanzaría el conocimiento de la realidad
objetiva existente con independencia del sujeto
cognoscente, es concebido por Kant a partir de la
actuación de ciertas formas innatas de sensibilidad
o “estructuras cogitativas” innatas intrínsecas al
Sujeto, como serían el “espacio”, el “tiempo”, la
“causalidad”, la “permanencia del objeto”. Y estas
estructuras entrarían a procesar y re-ordenar las
impresiones sensibles recibidas de manera directa
e inmediata para transformarlas en Conocimiento
o impresiones concientes del Sujeto.
Las otras formas apriorísticas de la sensibilidad
serían intuiciones puras como el “espacio” y el
“tiempo”, que son condiciones indispensables
para que se dé la experiencia y que la conciencia
cognoscente usa para ordenar el tumulto de las
sensaciones ubicándolas mediante yuxtaposición
en el espacio y mediante sucesión en el tiempo;
las formas “a priori” procedentes del Pensamiento
o de la Razón, son conceptos del entendimiento
de carácter sintético y a priori como la noción de
causa y de necesidad, los juicios, las categorías, las
leyes del pensamiento, etc.
El Monismo “Ëllo-Yo-criptoYo”,
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