En memoria de ella En memoria de ella BONIFACIA UNA MUJER 2 GUÍA DE TRABAJO 1.JUSTIFICACIÓN Esta ficha pretende acercarnos a la realidad de Bonifacia como mujer, dentro de su contexto del siglo XIX español. La época en que ella vivió estuvo marcada por profundos cambios sociales, culturales y económicos que repercutieron de forma significativa en el ser y el hacer de las mujeres. La Revolución Francesa de 1789 se había convertido en el acontecimiento que abría las puertas a un nuevo momento para la historia de Europa: la edad Contemporánea. El nuevo orden político y social que desde ella se va a generar se constituía como modelo para otros países proclamando la igualdad, la libertad y la fraternidad entre los hombres. Pero todo este despertar revolucionario supondrá para las mujeres, un retroceso en sus derechos y en sus posibilidades sociales y culturales. El siglo XIX definirá un nuevo modelo de mujer basado en las diferencias de género, en las ideas de los pensadores Ilustrados y en la ideología del nuevo orden burgués. Vamos a estudiar este nuevo modelo, intentando descubrir como se vivieron en él las mujeres, qué posibilidades les ofreció y como lo trasgredieron, recuperando así, la otra mirada que parecía no estar detrás de casi nada de lo que parecía relevante, pero sin embargo, estaba ahí también haciendo posible la historia. A Bonifacia su tiempo, su estatus social, su género al configuró pero también le posibilitó ir más allá de lo que se esperaba de ella Bonifacia una mujer 1 INFORMACIÓN GENERAL Buscar las voces: Revolución Francesa Ilustración Revolución Industrial Leer en la Biografía Documentada de la Positio las páginas: 21-29 y 53-60 Con los datos recogidos nos hacemos las siguientes Preguntas • ¿En qué consisten estos acontecimientos? • ¿Quiénes son sus protagonistas? • ¿Qué papel tienen en ellos las mujeres? Dialogar las preguntas en el grupo y redactar las Conclusiones: ESTUDIO Leer los documentos 1 y 2 de la iluminación Dialogar en el grupo: • • • • ¿Qué nos ha sorprendido de lo leído? ¿Qué idea se tiene de la mujer en el siglo XIX? ¿Cómo les afecta a las mujeres la revolución Industrial? ¿Quiénes son las mujeres solas? Bonifacia una mujer 2 En memoria de ella En memoria de ella Elaborar las conclusiones del trabajo • INVESTIGACIÓN El trabajo realizado hasta ahora nos a proporcionado un nuevo escenario donde ubicar a Bonifacia. Desde él vamos a leer el cuaderno de Socorro Hernández, testimonio inestimable de primera mano, no sólo por los datos que aporta, sino porque está escrito por otra mujer, contemporánea y amiga, hija por tanto también de su época y sobre todo la primera que con su relato visibilizó para el futuro la historia de Bonifacia. Con el escenario de lectura elaborado en los apartados anteriores y el texto de Socorro vamos a intentar hacerle nuevas preguntas a la historia y buscar nuevas respuestas que nos acerquen a ella desde su realidad de mujer. • • • • • • • • Compáralos con la descripción que Concepción Arenal hace en los textos recogidos en el documento 2 de la Iluminación. ¿Cuál es para Socorro lo más excepcional de la persona de Bonifacia? ¿Dice algo sobre eso Concepción Arenal? ¿Es Bonifacia una mujer “Típica” de su época? ¿Qué papel asume Bonifacia en su familia? ¿Por qué Bonifacia espera tanto tiempo para elegir una opción de vida? ¿crees que Bonifacia responde al perfil de una mujer sola?. Razona la respuesta ¿Es el taller de Bonifacia un espacio público o privado? ¿Qué desafíos sociales y laborales se le presentan a Bonifacia al poner un taller? ¿Hay algún momento de su vida en que rompe con el modelo femenino que se espera de ella? Leer detenidamente las conclusiones de los dos apartados anteriores. Leer despacio el Cuaderno de Socorro Hernández • • • • Señalar los sentimientos personales que Socorro expresa a lo largo de su obra. ¿Qué datos ofrece de la historia del siglo XIX español? ¿Cuáles son los acontecimientos que ella más valora? Enumera los calificativos y cualidades con que Socorro define a Bonifacia. Bonifacia una mujer 3 Bonifacia una mujer 4 En memoria de ella • • • • En memoria de ella 3 ILUMINACIÓN Qué te parece... ¿Hablaría Butinyà igual de Bonifacia que lo hizo Socorro? Explica la respuesta. ¿Se puede ver la realidad de la misma manera siendo hombre que mujer en el siglo XIX? ¿Por qué? ¿qué condicionamientos tiene Bonifacia a la hora de decidir o proyectar algo por el hecho de ser mujer? • Redactar un documento final que responda al título: “Bonifacia una mujer del siglo XIX” a partir de los siguientes itens: Características de la época en al que vivió. Perfil de Bonifacia como mujer del siglo XIX (en lo que se refiere a continuidad con su época y distancia con ella) Interrogantes planteados a lo largo del estudio. • Evaluación del trabajo realizado • • • • • Experiencia de grupo Descubrimientos realizados Desafíos Preguntas por resolver Bibliografía utilizada DOCUMENTO 1 • Mujer e Ilustración Desde la antigüedad se consideraba a la mujer un varón incompleto, idea nacida sobre todo, de concepciones medicas originadas en el pensamiento de griego que consideraban a la mujer como varones imperfectos. A lo largo del siglo XVII y XVIII se va introduciendo la idea de la total diferencia entre los sexos a partir de las diferencia fisiológicas observadas entre ellos. Esta nueva concepción de las diferencias corporales entre varones y mujeres va a fortalecer y a justificar la idea de que a las diferencias corporales le corresponden a su vez, diferencias sociales y culturales. La obra de J.J. Rousseau, “El Émile” (1762) es el texto clave, que a partir de este momento, va a sustentar la teoría de la diferenciación de espacios sociales y educativos para cada uno de los sexos Su insistencia en el confinamiento de las mujeres en el hogar y su argumentación de que eso era lo natural, ayuda a la justificación legal de la diferencia y subordinación de la mujer al varón y su confinamiento al espacio privado del hogar. • Mujer y Revolución Francesa En los años anteriores a 1789, no existía conflicto entre las funciones de las mujeres en el hogar, en la comunidad y en el ámbito económico. A lo a largo del siglo XVIII era reconocida la responsabilidad de las mujeres hacia la familia y hacia el Bonifacia una mujer 5 Bonifacia una mujer 6 En memoria de ella En memoria de ella bienestar de la comunidad, lo que automáticamente convertía la cuestión de los precios y la necesidad de resolver las crisis de los alimentos en una actividad femenina. En el momento que la crisis financiera de 1780 obliga al rey a convocar los Estados Generales el proceso desencadenado hasta 1789 originó un amplio debate político del que brotan las demandas de participación política del tercer estado y la nueva conciencia de ciudadano que desemboca en la Declaración de derechos ciudadanos de 1789. Esto supone una nueva conexión entre las cuestiones de la vida diaria y los derechos reclamados por el tercer estado. Preocupaciones económicas y política se habían interaccionado. Las mujeres que inicialmente tienen un papel relevante en proceso revolucionario van progresivamente siendo marginadas del espacio político a través del proceso de equiparación entre ciudadano y varón a partir de las ideas de Rousseau. Los debates ante la constitución de 1791 originó la declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana de Olympe de Gouges en 1791 ampliando el ámbito de los derechos ciudadanos también al ámbito privado. Pero la base filosófica que se había introducido en las cortes revolucionarias estaba definida por la desigualdad básica entre varón y mujer Y así en 1793 se prohíben los debates sobre la condición femenina y se prohíben las asociaciones femeninas, justificada desde las diferentes tareas y espacios sociales para los sexos. Definitivamente la ciudadanía y los derechos políticos se convertían en masculinos con lo que esto supuso de marginación de la mujer y sobre la definición de su identidad. Bonifacia una mujer 7 • Mujer y Revolución Industrial A la par de estas concepciones la Revolución Industrial va configurar un cambio en la concepción del trabajo y del hogar y con ello nuevos planteamientos que refuerzan la desigualdad de los sexos. La industrialización sirvió para reforzar y hacer mas rígida la división del trabajo según el género. El nacimiento del trabajador industrial junto al artesano o al hombre de negocios supuso un reforzamiento de la idea de que el trabajo era una actividad fundamentalmente masculina. La industria aumentó los puestos de trabajo y los separó del hogar. La necesidad creciente de la mujeres de buscar trabajo para ayudar a la economía familiar se hizo difícil. Buscaron traerse el trabajo a casa para poder cuidar a la familia. Los sindicatos buscaron la defensa del trabajador y no de la trabajadora puesto que, lo ideal era que la mujer no trabajase y mejorar la situación del hombre haría esto sea posible. El modelo de hogar y la importancia de la vida familiar regentada por las mujeres se convierte en un lugar común para todas las ideologías y estamentos. Progresivamente los conceptos trabajo y mujer se hacen conflictivos. La mujer tenía su lugar en la casa, de tal manera que ciertas formas de trabajo remunerado eran impensables para la mujer, mientras que otros como el doméstico era adecuado. Pero la necesidad de trabajar fuera del hogar seguía siendo una necesidad y la fabrica una realidad para la mujer pobre. Bonifacia una mujer 8 En memoria de ella • En memoria de ella Sociedad Burguesa: La vida familiar y el hogar. El siglo XIX ve nacer la clase burguesa y con ella una nueva sociedad en valores y creencias. Entre ellas está su concepción de familia. La familia se define con el hogar de padres e hijos dejando de ser el ámbito del linaje y de las relaciones y compromisos de la familia extensa. El honor masculino se centra en proporcionar un hogar confortable a sus esposas e hijos. Este nuevo tipo de familia realza el papel de esposa y madre. El matrimonio para la mujer suponía abandonar cualquier tipo de trabajo remunerado. En los lugares en que existía la pequeña empresa familiar todavía quedaba a la mujer un espacio laboral público. Surgen multitud de obras dedicadas a educar a la mujer para su tarea en el hogar. El hogar es además de un espacio físico un espacio de moralidad. Se pensaba que si la mujer cumplía sus deberes domésticos y morales disminuían los desordenes políticos y sociales, la promiscuidad y la guerra. Además se iba concibiendo como buena la actividad caritativa de las mujeres y la labor moral con las otras mujeres mas débiles. Las mujeres estaban llamadas a regenerar la sociedad desde el hogar pero estaban subordinadas a los varones. Estaban llamadas a elevar el tono moral y religioso del mundo político y económico, un mundo vedado para ellas. • Las mujeres solas A lo largo del siglo XIX en Europa occidental se produce un incremento del número de mujeres solas, originado por la Bonifacia una mujer 9 presencia constante de revoluciones y guerras que merman la población masculina y favorece el aumento de mujeres solteras y de viudas. Estas mujeres se van a visibilizar de forma especial en las ciudades donde van a ser un grupo inicialmente problemático puesto que no tienen la protección familiar, económica y social característica de las zonas rurales, donde la familia es un colectivo que aglutina distintos grados de parentesco (familia extensa) y genera un sistema de trabajo colectivo que acoge a todos sus miembros en las tareas agrícolas o artesanales y hay que reubicarlas social y laboralmente. El enriquecimiento de la burguesía va a traer consigo una mayor demanda de empleados en el servicio doméstico, ya que el hecho de tener “criados” supone un signo de status y prestigio. Las principales beneficiarias de este emergente sector ocupacional van a ser por un lado las jóvenes campesinas solteras que emigran a la ciudad y que van a encontrar en el “oficio de criadas” un trabajo estable y seguro donde poder ahorra para la boda, aprender a llevar una casa y una mejora en su instrucción, que de alguna manera mejora su estatus social frente a otros trabajos femeninos como el de la fábrica. Por otro lado el servicio domestico facilitará también empleo seguro a mujeres de la baja burguesía, huérfanas, hijas de familia numerosas, o viudas maduras que manteniendo su soltería pueden acceder a cargos de institutriz o gobernanta en casa de las familias adineradas. El horizonte vital de estas mujeres estará marcado por la soledad, la falta de un espacio propio y familiar. La reivindicación social de la soltería se va a realizar sin embargo, a través de las asociaciones de caridad constituidas por mujeres que ven en la acción social un ámbito de iniciativa Bonifacia una mujer 10 En memoria de ella En memoria de ella personal y de implicación en los problemas sociopolíticos y económicos del momento. En el mundo católico este tipo de agrupaciones femeninas de mujeres solteras se va a consolidar a través de las instituciones religiosas de nuevo cuño que van a conjugar experiencia religiosa y compromiso social, proporcionando formación profesional a sus miembros, con lo que eso supone de promoción social y proyecto de vida más allá del matrimonio. El éxito de estas diversas asociaciones, al mostrar la eficacia de las mujeres organizadas para cuidar, enseñar o socorrer, propaga también la idea según la cual hay oficios específicamente femeninos en la educación y, sobre todo, en los diferentes sectores de la sanidad y de la protección social. De este modo se afianza la idea de la necesidad del celibato para el ejercicio de determinadas profesiones. Estos nuevos oficios abiertos a las mujeres diseñan un modelo religioso marcado por la metáfora materna: dedicacióndisponibilidad, humildad-sumisión, abnegación-sacrificio reforzada por el ideal católico de la virginidad como camino de santificación y medio de compromiso social. DOCUMENTO 2 Concepción Arenal (1820-1893) Reformadora social y pensadora española nacida en El Ferrol (A Coruña). A partir de una formación autodidacta llegó a convertirse en una de las mujeres españolas más destacadas del siglo XIX. Bien conocida por sus tareas en favor de las reformas penitenciarias y de actividades de beneficencia, Concepción Arenal colaboró con Fernando de Castro en la fundación del Ateneo Artístico y Literario de Señoras en 1869. Pese a su poco éxito, fue el precedente de iniciativas posteriores en favor de la formación y la instrucción de la mujer como primer paso para lograr la igualdad de Bonifacia una mujer 11 derechos de ésta en la sociedad. Fue autora de diversos libros, entre los que destacan Beneficencia, filantropía y caridad (1861), Estudios penitenciarios (1877) y La mujer del porvenir (1884). Falleció en Vigo (PontevedraEspaña) en 1893. TEXTO 1 “La bondad es sensibilidad, compasión y paciencia. ¿El hombre es tan sensible, tan compasivo y tan paciente como la mujer? Suponemos que no habrá ninguno bastante obcecado para responder afirmativamente; mas por si lo hubiere, que al cabo existen en el mundo seres inverosímiles, nos haremos cargo de algunos hechos de tanto bulto, que quien no los vea podrá palparlos. La paciencia de la mujer, facultad que tiene bien ejercitada, se echa de ver en todas las situaciones de la vida. Niña, empieza a auxiliar a su madre, a cuidar a sus hermanos pequeñuelos, a ocuparse en faenas minuciosas y en labores de un trabajo prolijo, que acepta sin murmurar, y a que sería difícil, si no imposible, sujetar a ningún niño. Madre, tiene con sus hijos una paciencia verdaderamente infinita, de que ni remotamente es capaz el hombre. (...) Que la sensibilidad de la mujer es mayor se ve harto claro, aun sin observarla; todo la conmueve, todo la impresiona más que al hombre. Se asusta, se exalta, se entusiasma, adivina antes que él. Su ¡ay! es el primero que se escucha, su lágrima la primera que brilla; los dolores le duelen más, y cuando el hombre se estremece, ella tiene una convulsión. El fisiólogo dice que es más irritable, el vulgo que es más débil; pero todos convienen, porque es evidente para todos, en que es más sensible. ¿Quién cuida del niño abandonado, del enfermo desvalido y del anciano decrépito? ¿Quién halla disculpa para todos los Bonifacia una mujer 12 En memoria de ella En memoria de ella extravíos del triste? ¿Quién tiene lágrimas para todos los afligidos? ¿Quién no puede ver llanto sin llorar? ¿Quién padece con los que sufren y es compasiva como la mujer? No suele el hombre afligirse al par de ella de los ajenos dolores, ni afanarse tanto por buscarles alivio.” los asilos benéficos, y veréis convertirse las casas de beneficencia en casas de caridad. (...) La mujer soltera, que caritativa e ilustrada se dedica al consuelo de sus semejantes, es un elemento social de bien y prosperidad que no tiene precio; su actividad, su vehemencia, su piedad, su abnegación, su vida entera, se concentran en la buena obra objeto de sus afanes; allí está su hogar y su familia, allí sus alegrías y sus dolores. (...) Es tiempo de que no se trate sólo de la madre cuando se habla de la mujer; de que se comprenda que en toda mujer honrada hay sentimientos maternales; de que no se mire desdeñosamente un gran elemento de bien para la sociedad; de que se salga de las rutinas para el respeto y para el desprecio; de que no se rebaje nada que esté elevado, ni se niegue prestigio a nada bueno, ni admiración a nada sublime, ni se quieran hacer moldes para vaciar el mérito. Es tiempo de poner fin a la reacción que enaltecía el celibato sobre el matrimonio, y de considerar la excelencia de las acciones y no el estado de quien las lleva a cabo. ¡Santas mujeres, que no siendo madres habéis prohijado al género humano, recibid el homenaje de mi respeto, el recuerdo de mi cariño y las lágrimas que corren de mis ojos al pensar en las que habéis enjugado! Sirva vuestra vida ejemplar de argumento contra los que, combatiendo una preocupación con otra, se niegan a haceros justicia. TEXTO 2 “La mujer, es mujer aunque no sea madre, es decir, que es compasiva, afectuosa y dispuesta a la abnegación. Más aún: sin ser madre, tiene afectos maternales. Observemos en el hogar doméstico cuántas veces la hermana o la tía soltera cuidan de los niños con celo incansable, y los sufren y los aman con afecto verdaderamente maternal. Observemos esas sagradas legiones de Hermanas de la Caridad que amparan a los pobres niños que dejaron huérfanos la muerte, la miseria o el crimen. En toda mujer cuyo natural no se haya torcido de algún modo, hay amor a los niños, compasión hacia el que sufre y piedad religiosa. La sociedad, en vez de explotar este tesoro, le desdeña, si acaso no le escarnece. La mujer soltera casta, si tiene un poco de pan y un poco de educación, no es, como el hombre célibe, un elemento de vicios, desórdenes y males, sino que, por el contrario, puede consagrar toda su existencia al bien de la sociedad. El amor de Dios y del prójimo forma parte muy esencial de su naturaleza: la lleva a los hospicios, a los hospitales, a la inclusa, al campo de batalla, y la hace atravesar los mares en busca de dolores que consolar. Dad instrucción a esta criatura así organizada, dadle instrucción sólida, y veréis desaparecer los empleados de Bonifacia una mujer 13 Textos seleccionados de la obra, la mujer del porvenir, 1869 Bonifacia una mujer 14 En memoria de ella En memoria de ella TEXTO 3 Mujer: Es la compañera del hombre, con su frente pura, su dulce mirada, su voz suave, sus palabras cariñosas, su carácter tímido y apacible, su corazón amante; es aquella alma toda abnegación y ternura, que se olvida de sí, que piensa en los otros, que tiene excusa para todas las faltas, lágrimas para todas las penas, consuelo para todos los dolores; que cierra los ojos a la ingratitud y al engaño, que adivina la desgracia y le abre los brazos; pronta al sacrificio, fácil al perdón, respira sentimiento, vive de amor, necesita el cielo y cree en Dios.(...) Dulce, casta, grave, instruida, modesta, paciente y amorosa; trabajando en lo que es útil, pensando en lo que es elevado, sintiendo lo que es santo, dando parte en las cosas del corazón a la inteligencia del hombre, y en las cuestiones del entendimiento a la sensibilidad femenina; alimentando el fuego sagrado de la religión y del amor; presentando es esa Babel de aspiraciones, dudas y desalientos, el interprete que todo comprenden: la caridad; oponiendo al misterio, la fe, la resignación, al dolor, y a la desventura, la esperanza; llevando el sentimiento a la resolución de los problemas sociales, que nunca jamás se resolverán con la razón sola...tal mujer como la comprendemos; tal es “la mujer del porvenir”. Es error grave, y de los más perjudiciales, inculcar a la mujer que su misión única es la de esposa y madre. Lo primero que necesita la mujer es afirmar su personalidad, independientemente de su estado, y persuadirse de que soltera, casada o viuda tiene deberes que cumplir, derechos que reclamar, dignidad que no depende de nadie, un trabajo a realizar” Bonifacia una mujer 15 Texto seleccionado de la obra La cuestión social, 1880 BIBLIOGRAFÍA • • • • • • • Artola, Miguel, La burguesía revolucionaria(1808-1874), Alianza Editorial, Madrid 2001 Martínez Cuadrado, Miguel, Restauración y crisis de la monarquía (1874-1931), Alianza editorial, Madrid, 1991 Duby George. Perrot, Michelle (Dic), Historia de las mujeres en occidente, T.4: El siglo XIX, ed. Grupo de ediciones Santillana S.A,, Madrid, 2000 Amorós Celia., (Dic), Diez palabras clave sobre mujer, ed. Verbo Divino, Estella (Navarra)1998 Caine Barbara., Sluga, Glenda, Género e historia. Mujeres en el cambio sociocultural europeo, de 1780 a 1920, ed. Narcea, Madrid, 2000 Bel Bravo, Mª Antonia., La mujer en la Historia, ed. Encuentro, Madrid 1999 Díaz Sánchez, Pilar, Domínguez Prats, Pilar, Las mujeres en la historia de España. Siglos XVIII-XX, Instituto de la Mujer, Madrid, 1988 Bonifacia una mujer 16