SALUD MENTAL Dr. Gonzalo j\dis Castro EI concepto de Salud Mental puede ser definido de diferentes maneras, según las prefer-encias y formación de los profesionales que utilizan este término. En general, sin embargo, se considera que existen dos marcos de referencia, o dos perspectivas, en relación al significado de tal concepto. Uno de ellos, hace énfasis en que la salud mental significa la ausencia de enfermedad mental. El otro, considera que la salud mental significa la presencia de ciertas características psicológicas en la persona. Desde nuestro punto de vista, vamos a hacer énfasis en la salud mental entendida como la presencia de ciertas características psicológicas, que se reflejan o manifiestan en la forma en que el individuo se relaciona consigo mismo y con los demás. Entre estas características podemos encon- trar una actitud de aceptación de sí mismo, que permite valorar atributos y aceptar limitaciones y que conlleva un estar conciente de las propias motivaciones, impulsos y necesidades; un sentimiento de continuidad entre lo que ha sido, lo que es y lo que será; un cierto grado de integración, de equilibrio, psicológico; es decir, una ausencia de conflictos internos tan intensos que obliguen a comportarse en forma incongruente consigo mismo o con sus valores. Otras características se refieren a la capacidad para actuar con auto- nomía, de acuerdo con una escala propia de valores y criterios; a la capacidad para percibir el mundo objetivamente, con un mínimo de distorsión provocado por las propias fantasías y necesidades emocionales. Finalmente otras características incluyen la capacidad para amar, para relacionarse interpersonalmente en forma satisfactoria, para trabajar, para ajustarse a las situaciones en que participa Y para enfrentarse a situaciones problemáticas. 14 Al revisar éstas y otras características, cuya presencia defina la salud mental, se observa que en realidad se está haciendo énfasis en la forma en que el individuo se relaciona consigo mismo y con los demás, en la manera característica en que éste se ajusta al mundo en que. participa, en la forma particular que tiene tanto para enfrentarse a los problemas cotidianos y cómó hace para resolverlos. Si pensa(nos en la forma en que el individuo se relaciona con él mismo y con otros, y en la forma en que se enfrenta a sus tareas cotidianas, necesariamente tenemos que referirnos, por una parte, a su familia, es decir, al contexto interpersonal en el que ha nacido y crecido y el que señala su propio momento histórico; y, por otra, a la cualidad de su comunicación interpersonal. Es necesario considerar el núcleo familiar, o sea, el contexto interpersonal que éste representa, puesto que la familia sirve de modelo al individuo en su aprendizaje de cómo llegar a ser él mismo, en su manera de relacionarse consigo mismo y con los demás, a la vez que le da un sentido de continuidad entre su pasado, su presente y su futuro. Es importante observar que en la interacción con las diferentes personas que constituyen el grupo familiar, el individuo también ejerce influencia sobre los demás, es decir, los afecta en algún sentido. Así, en la familia todos se afectan entre sí, se influyen mutuamente entre sí y, por lo tanto, todos y cada uno de·ellos . contribuyen a crear el "ambiente familiar". La naturaleza de la interacción de los miembros de la familia determinará las características del ambiente; podrá ser sano, positivo, estimulante de la salud mental de sus miembros, o por el contrario, negativo, nocivo, si como resultado de la manera de relacionarse se crea un ambietilta que no permite un crecimiento sano y positivo, o que impide el adecuado aesarrollo de la persona. Se dijo que al hablar de salud mental en esta forma, se hacía necesario referirse al núcleo familiar y a la calidad de su comunicación interpersona!. Mientras que la familia representa el contexto interpersonalen el que 15 crece y se forma el individuo, la calidad de su comunicación refleja la naturaleza de sus interacciones en este ambiente. Dicho de otra forma, si se habla de relaciones interpersonales, es necesario referirse a la manera en que los individuos se comunican entre sí sus sentimientos, o sus opiniones, o sus inquietudes y aspiraciones, o sus preocupaciones y tristezas. Es decir, hablar de relaciones interpersonales implica hablar de comunicación interpersonal. De ahí entonces las conveniencias de hacer referencia expl ícita a este proceso. Conviene señalar que cuando hablamos de comunciación en este con- texto, nos estamos refiriendo al hecho de que toda nuestra conducta le dice algo a la persona que nos oberva. Cuando verbalizamos nuestras ideas, estamos ex pi ícitamente comunicando algo. Pero también nuestras acciones, nuestros gestos, nuestros ademanes, el tono de la voz, en fin toda nuestra conducta no verbal, está comunicando algo a los demás. la comunicación, en este sentido, se refiere a toda nuestra conducta, a toda nuestra actividad cotidiana, que trasmite información y que provoca cambios en el grado en que ésta se percibe. Vista así la comunicación, es evidente que no pode- mos dejar de comunicarnos. Es imposible no comunicarse, toda vez que el silencio, la ausencia de palabras, es en sí un mensaje; a más de que nuestra posición corporal, nuestras expresiones, nuestros movimientos, la presencia o ausencia de tensión muscular, nuestra manera de ser en general, están comunicando algo. Este hecho señala, además, que nuestros mensajes, la comuni- cación, siempre va a dos niveles por lo menos: uno de estos niveles es el verbal y el otro el ha verbal. Si la comunicación es efectiva, clara, sin ambi- güedades, estos dos niveles son congruentes entre sí. Si decimos que esta· mas interesados, nuestra conducta también debiera reflejar este interés. De otra manera, si existe contradicción entre estos niveles, si éstos no son congruentes, la comunicación es pobre, es confusa y el que nos escucha no sabrá si creer en nuestras palabras, o creer en lo que dicen nuestras expresiones o, para evitarse confusión, optar por no hacernos caso y buscar algo más satisfactorio. 16