TRATAMIENTO DE LA INSUFICIENCIA RENAL 1 TRATAMIENTO DE LA INSUFICIENCIA RENAL NO TERMINAL: CUIDADOS PREDIÁLISIS Mientras que la enfermedad renal va avanzando, el nefrólogo comienza a realizar unos cuidados específicos, que deben realizarse de forma ideal en las fases tempranas de la enfermedad y que son determinantes tanto para contener la evolución de la enfermedad en la medida de lo posible, como influirán claramente en la calidad de vida del paciente e incluso su supervivencia durante los tratamientos de diálisis o trasplante. A. MEDIDAS DE PREVENCIÓN Las medidas de prevención de la enfermedad son muy importantes e incluyen entre otras: • Control de la tensión arterial, que debe mantenerse en los límites considerados como normales • • • Control estricto de la glucosa en el paciente diabético No ingerir alcohol, tabaco ni otras drogas Llevar una alimentación sana, sin exceso de grasas y verduras, iniciando una dieta baja en proteínas y con la exclusión de algunos (frutas grupos y de lácteos) alimentos cuando el especialista lo indique • Realizar ejercicio moderado diariamente, o al menos tres veces en semana • Evitar el sobrepeso • Evitar la automedicación: el riñón es uno de los órganos encargados de la eliminación de los fármacos de nuestro organismo y en el caso de esta enfermedad, los medicamentos pueden acumularse en sangre y resultar peligrosos para nuestra vida. También muchos medicamentos son capaces de hacer enfermar el riñón o en caso de enfermedad, hacer que empeore con más rapidez • No ingerir alcohol, tabaco ni otras drogas • Evitar infecciones de orina extremando la higiene genito-vaginal • Evitar situaciones de estrés B. CUIDADOS PREDIÁLISIS El médico determinará, individuamente, los cuidados necesarios en este momento, en función de cada paciente. Sin embargo, y en general, habrá limitaciones de la ingesta de sal para control de la tensión arterial, la limitación de la ingesta de proteínas, e inicio de medicación para tratamiento de los problemas específicos del paciente renal. • Control de la anemia: se administra hierro y eritopoyetina, que es la hormona que fabrica el riñón y es necesaria para la producción de glóbulos rojos. Cuando el riñón está enfermo, no es capaz de producirla y aparece entonces la anemia, con manifestaciones como fatiga, cansancio y debilidad. • Control del metabolismo del hueso: los componentes estructurales de los dientes y los huesos son el calcio y el fósforo. Una cantidad demasiado baja de calcio y demasiado elevada de fósforo, como ocurre en la enfermedad renal avanzada, desintegra sus huesos, esto hace que sean más débiles y susceptibles de fracturarse, además, el fósforo elevado favorece los depósitos de calcio en el cuerpo, dependiendo de donde se acumulen los depósitos pueden provocar diferentes síntomas como ojos rojos, dolor en las articulaciones o picores. Es necesario en muchos pacientes seguir una dieta baja en fósforo y tomar los quelantes (medicamentos que absorben el exceso del fósforo de su cuerpo y posibilitan su excreción en las heces), recetados, con todas las comidas • Control de los líquidos: la cantidad de líquido que debe tomarse es diferente según la cantidad de orina que se elimina diariamente. Hay enfermedades del riñón en las que se orina mucho y en ellas es bueno beber mucha agua. En otras, la cantidad de orina es pequeña y hay que disminuir la cantidad de agua y líquidos que se toman para que no se acumulen. A pesar de ello, muchas veces puede producirse retención de líquidos (edemas), y el especialista puede mandar medicinas que aumenten la eliminación de líquidos, llamados diuréticos. En este período, es conveniente que el paciente vaya tomando conciencia de la necesidad de la diálisis en un futuro, así como las diversas técnicas de diálisis, para que llegado el momento pueda elegir, junto con las recomendaciones de su médico, la que mejor se ajuste a sus características personales. Originariamente, los médicos indicaban diálisis cuando las alteraciones clínicas eran muy severas, pero actualmente se opta por un ciclo precoz por ello, aunque el paciente no note empeoramiento de los síntomas, no debe extrañar que el facultativo indique la necesidad de iniciar la diálisis. II.- TRATAMIENTO DE LA INSUFICIENCIA RENAL TERMINAL La insuficiencia renal completa o irreversible es también llamada enfermedad renal de fase terminal, o ESRD. Cuando los riñones dejan de funcionar por completo, los desechos y líquidos se acumulan en el cuerpo. Esta condición se llama uremia. Las manos y pies pueden hincharse y podemos sentirnos cansado y debilitados porque el cuerpo necesita sangre limpia para funcionar correctamente. Si no se trata la uremia, esta puede derivar en ataques o coma y finalmente la muerte. Si los riñones dejan de funcionar por completo, será necesario someterse a diálisis o recibir un transplante. A. QUÉ ES LA DIÁLISIS La diálisis es una técnica basada en un principio físico-químico denominado difusión. Éste consiste en un incremento de sustancias, a través de una membrana o “filtro”, desde la sangre del paciente, cargada de sustancias tóxicas, con un líquido “de diálisis”, en el que quedarán las sustancias tóxicas sobrantes, y que puede aportar además, algunas otras, que presentan déficit en la sangre del enfermo. Los objetivos de la diálisis son: • Alcanzar una reducción de sustancias tóxicas (urea) • Lograr la adquisición de sustancias necesarias (calcio, por ejemplo) para nuestro organismo • Eliminar el líquido acumulado en exceso por falta de orina B. TIPOS DE DIÁLISIS Existen dos tipos principales de diálisis, la hemodiálisis y la diálisis peritoneal, aunque dentro de ellas existen diferentes modalidades para adaptar la técnica a las necesidades del paciente. • LA HEMODIÁLISIS Qué es: Es en la actualidad la forma más común de tratamiento de la insuficiencia renal crónica terminal y se utiliza como tratamiento definitivo, y/o previo a otras formas de tratamiento como el trasplante renal. Se calcula que más de 500.000 personas en todo el mundo están incluidas en programas de hemodiálisis periódica. En Andalucía 3.800 pacientes reciben este tratamiento en la actualidad La hemodiálisis consiste en el intercambio de sustancias entre la sangre y el líquido de hemodiálisis a través de una membrana semipermeable. Durante la hemodiálisis, las sustancias tóxicas disueltas en la sangre como consecuencia del fallo de la función de los riñones son eliminadas, y además la sangre incorpora desde el líquido de diálisis otras sustancias beneficiosas y que se encuentran deficitarias en el paciente por el mismo motivo. Los dos líquidos que intervienen son: nuestra sangre y el líquido de diálisis. La membrana a través de la cual se hace el intercambio, es una membrana artificial, que recibe el nombre de dializador; así, se extrae la sangre “sucia” del organismo del paciente, y se pone en contacto con el líquido de diálisis a través del dializador. Dicho líquido, está preparado para recoger las sustancias tóxicas (urea, creatinina, fósforo, potasio…) y aportar a las sangre otras beneficiosas que nuestro cuerpo necesita (calcio) y que, por padecer una enfermedad renal, el organismo no es capaz de captarlas de los alimentos. El paciente con enfermedad renal variando según enfermedad, va la causa de su disminuyendo la capacidad de eliminación de líquidos y en muchos casos, con el paso del tiempo, esta capacidad de eliminación de orina desaparece totalmente. Durante la hemodiálisis, el exceso de líquido acumulado, y que con frecuencia se nota por aparición de hinchazón en los párpados y piernas, se elimina también; gracias a la diferencia de presiones existentes entre la sangre y el líquido de diálisis (el llamado proceso de ultrafiltración) el líquido de diálisis arrastra el exceso de líquido que acumula nuestro cuerpo. La máquina que hace posible que este proceso se lleve a acabo, con todos los mecanismos de seguridad necesarios, es el llamado “riñón artificial”. En qué consiste la sesión de diálisis: Es el tiempo que invierte el riñón artificial en depurar la sangre y extraer el líquido sobrante en nuestro organismo. Cada paciente, en función de su peso, talla, ingesta, líquidos acumulados…, requiere un tiempo determinado. En general, una vez que el médico indica la necesidad de comenzar el tratamiento con hemodiálisis, las sesiones suelen programarse tres veces por semana, con un tiempo que oscila habitualmente entre 3 y 4 horas cada sesión. El tratamiento puede ser realizado en el propio domicilio con ayuda de un familiar, o en centros sanitarios hospitalarios o extrahospitalarios, en función de las necesidades clínicas o de carácter meramente geográfico. En cada sesión de hemodiálisis, el personal de enfermería conecta al paciente al riñón artificial, cuida su normal desarrollo durante el tiempo que dura el tratamiento, y desconecta al paciente tras el tiempo prescrito por el médico. Para realizar el proceso de depuración, debe existir una vía de salida de la sangre cargada de tóxicos y otra distinta, generalmente por encima, que permita la entrada de la sangre depurada. La vía de entrada y salida de la sangra es denominada “fístula” arteriovenosa. El proceso de diálisis es continuo. La sangre viaja varias veces desde nuestro cuerpo a la máquina a través de unas líneas realizadas con material sintético transparente, para tal fin, y del dializador, la sangre sale impulsada por una bomba, de vuelta a nuestro organismo; durante todo el proceso, no se siente este movimiento, y la cantidad de sangre que se aloja fuera del organismo dentro de las líneas y el dializador, a pesar de su longitud, no supera los 150 cc, es decir, la cantidad de sangre que está fuera del cuerpo, no supera la cantidad que cabe en 2 tazas de café. El momento de los pinchazos de la fístula, es el único, durante todo el proceso de hemodiálisis, que es siempre un poco doloroso, si no hay otras complicaciones durante la sesión, el resto no debe resultar molesto pudiéndose dedicar a charlar, ver la televisión o leer con toda comodidad. Si existe alguna anomalía, la máquina lo detecta de forma inmediata, y se ponen en marcha unas alarmas sonoro-luminosas, que no deben de asustarnos, ya que las enfermeras que están a cargo del paciente, acuden rápidamente a solucionarlo. Si durante la sesión de diálisis se siente cualquier tipo de malestar, y dado que esto no debe ser habitual, debemos comunicarlo de inmediato al personal sanitario. Durante los primeros meses de tratamiento, se irá notando una mejoría importante en el estado general del paciente, con desaparición del cansancio, las náuseas, el nerviosismo en las piernas… La hemodiálisis por tanto no es un tratamiento molesto o doloroso sino un tratamiento que requiere de 3 a 4 horas tres veces por semana, para mantener una situación de bienestar. Qué es la fístula arteriovenosa Para poder sacar la sangre del organismo, limpiarla en el riñón artificial y devolverla al paciente en un tiempo determinado, necesitamos en flujo o cantidad mínima de 200 mililitros de sangre por minuto. Este flujo no se encuentra en las venas normales superficiales, y además sus finas paredes no resistirán y se romperían, por ello, debemos realizar una intervención, en la que se une una arteria a una vena, y permite que en ella pinchemos y saquemos la cantidad de sangre necesitada, retornando la sangre limpia después del paso por el filtro de diálisis. Así, la fístula arteriovenosa es la unión de una arteria con una vena, generalmente situadas en antebrazo, que se realiza mediante una pequeña intervención quirúrgica con anestesia local. Idealmente, esta intervención debe realizarse en la fase de prediálisis para que la vena se desarrolle “engorde” por el paso continuo de sangre y sus paredes se agranden y fortalezcan al menos durante 2 ó 3 meses antes de su utilización, y así sea fácil su canalización en el momento de iniciar el tratamiento. Generalmente, la fístula es radio cefálica, es decir, se une la arteria radial con la vena cefálica en el antebrazo. Cuando ésta no es posible se realiza antecubital, es decir, en el pliegue del codo. Tanto una como otra se suelen realizar en el brazo no dominante (brazo derecho para los zurdos y brazo izquierdo para los diestros) como primera localización, para que de esta manera, tanto la fístula como los cuidados que ésta requiere, ni interfieran ninguna de las actividades cotidianas del paciente. La fístula en sí misma, cuando no es pinchada, no produce molestia alguna, solamente se nota la vena más abultada y un ruido especia “thrill” que transmite el flujo de sangre al pasar por la vena, y al que no hay que temer, ya que es un signo inequívoco de su buen funcionamiento. - Cuidados de la fístula Para prolongar la vida de la fístula se requieren unos cuidados mínimos que vamos a señalar: 1. Controlar diariamente su buen funcionamiento posando suavemente la mano sobre ella y notando el flujo, o escuchando su ruido o “thrill”. Debe hacer 3 veces al día, y en caso de que este desaparezca, comunicarlo de inmediato a su médico. 2. No permitir que en el brazo de la fístula nos tomen la tensión, ni nos saquen sangre. 3. No coger pesos en dicho brazo, y evitar golpes en esa zona. 4. No poner objetos que nos aprieten como relojes, pulseras o ropa apretada. 5. Lavar a diario la zona donde se nos pincha con agua y jabón, para evitar infecciones. 6. Evitar acostarse sobre el lado de la fístula. 7. Aceptar que durante las sesiones de diálisis nos pinchen en sitios nuevos aunque sea más doloroso, puesto que esto alargará la vida de la fístula. 8. Acudir al hospital lo antes posible si observamos que la fístula se ha parado o existe un dolor intenso en este brazo. La fístula puede recuperarse las primeras 24-48 horas. 9. Tras su inmediata realización, hacer pequeños ejercicios que ayuden al endurecimiento y desarrollo de las paredes de la vena, como son en caso de fístulas radio cefálicas, maniobras de “apretar” con la mano una pelota o bola de lana dura del tamaño del puño, o en el caso de los accesos antecubitales,, movimientos de elevación de un peso de medio kilo (paquete de arroz, lata de conserva…).Este ejercicio leve, de forma diaria, ayudará al adecuado desarrollo de la fístula, y auque ésta se esté pinchando, mejorará su funcionamiento y duración a largo plazo. Del cuidado de la fístula dependerá, en ocasiones, su buen funcionamiento; su cuidado es de máxima importancia ya que si se para, nos deberán realizar otra. En cuanto al tiempo de hemostasia, es aquel durante el que hay que hacer una compresión leve sobre las dos zonas de pinchazo de la fístula, para que la sangre de la punción se corte, tras finalizar la sesión de diálisis. Cada paciente, según las características de la fístula, factores de coagulación, etc., tiene un tiempo de hemostasia determinado. La buena hemostasia, es importante para el buen funcionamiento de la fístula, por eso, no hay que tener prisa tras la finalización de la sesión, por marcharse. Es conveniente tener en casa gasas estériles y desinfectante, por si acaso se sangra por las zonas de punción, en este caso, no hay que asustarse, ya que apretar de nuevo en la zona del pinchazo unos minutos, suele ser suficiente para que finalice el sangrado. - Cuando la fístula no funciona o se carece de ella A veces la fístula no puede utilizarse bien porque está recién hecha, porque ha dejado de funcionar, o porque la urgencia del tratamiento no ha dado tiempo .En estos casos, es necesaria la colocación de un catéter. Un catéter es un tubo de plástico blando, de medio centímetro de diámetro que se introduce en una vena de gran grosor (en la pierna la vena femoral, y en el cuello la vena yugular o subclavia) para permitir la extracción y retorno de la sangre necesaria para el buen funcionamiento de la máquina de diálisis. Suple de esa manera el tener que pinchar en una fístula. La instalación del catéter se realiza con anestesia local, y permite su utilización inmediata. La instalación del mismo es temporal, y si funciona correctamente, se suele dejar hasta que se ha realizado la fístula, y está en perfectas condiciones para poderla pinchar (de 4 a 8 semanas habitualmente). A veces se deben colocar catéteres de forma permanente, en aquellos pacientes sin posibilidad de acceso vascular; la localización suele ser en el cuello (vena yugular), por la menor tasa de complicaciones que presenta, y comodidad para el paciente. Los catéteres permanentes también se ponen bajo anestesia local, pero requieren de una pequeña intervención para introducirlos parcialmente en la piel (tunelizados) y permanezcan fijos. que de esta forma El cuidado de este acceso vascular por parte del paciente sólo requiere de una higiene general adecuada pero evitando mojar y tocar los apósitos que cubren al catéter, cuya manipulación sólo corresponde al personal sanitario. En casos excepcionales, los catéteres pueden salirse de la vena de forma espontánea o tras pequeña tracción, en ese caso, sólo hay que hacer compresión en la zona donde se introduce y contactar con su hospital para que les aconsejen la conducta a seguir. Complicaciones de la hemodiálisis Cuando una persona recibe un tratamiento ha de saber las posibles complicaciones que pueden derivarse de forma inmediata durante la sesión de diálisis (complicaciones agudas) y a largo plazo (complicaciones crónicas), así como tener claro que de no administrarse tratamiento alguno, conlleva de forma irreversible a la muerte en un período variable de tiempo. Complicaciones agudas Son aquellas que pueden aparecer mientras se realiza la sesión de diálisis: 1. Hipotensión arterial: la tensión arterial tiende a bajar al extraerse líquido y sal durante la sesión de diálisis. Cuando se siente la sensación de mareo, sudor o náuseas hay que comunicarlo a la enfermera. La administración de suero hará desaparecer enseguida los síntomas. En algunos pacientes ocurre tras la ingesta durante la sesión de diálisis, por el efecto de la dilatación de los vasos abdominales durante el período de digestión (sería algo parecido a un corte de digestión), se evita retirando la ingesta durante el tratamiento. 2. Calambres musculares: se dan por la eliminación rápida de líquidos. Pueden ocurrir durante el tratamiento, o en casa, tras la finalización del mismo. Durante su aparición en la sesión de hemodiálisis se comunicará a la enfermera, y ésta mediante la administración de suero hará que pase lo más rápidamente posible. Si ocurren en casa se pueden aliviar dando masaje sobre la zona o, ingiriendo un poco de agua con azúcar o calco salado. Si el calambre es en los pies, es conveniente tirad de la punta del pié haca nosotros o apoyar la planta con fuerza contra una superficie dura. 3. Náuseas y vómitos: suelen aparecer o acompañar a los episodios de hipotensión. 4. Fiebre y escalofríos: pueden deberse a infecciones víricas o bacterianas igual que en el resto de la población, sin embargo su aparición brusca durante la sesión de diálisis suele deberse a reacciones alérgicas al dializador, contaminación del líquido de diálisis o fallo en el sistema de control de la temperatura del líquido de diálisis. 5. Dolor de cabeza: a veces ocurre al finalizar la sesión debido a la eliminación de toxinas en poco espacio de tiempo o excesiva incorporación de una sustancia del líquido de diálisis (bicarbonato). 6. Reacciones de hipersensibilidad: se trata de reacciones alérgicas relacionadas habitualmente con la estructura química de la membrana del dializador o el método de esterilización. Complicaciones crónicas 1. Cardiovasculares: la cardiopatía isquémica o arteriosclerosis son más frecuentes en pacientes con insuficiencia renal crónica, en diálisis y pacientes trasplantados, en parte, por la existencia de elevadas tasas de pacientes con hipertensión arterial. Arritmias y afección del miocardio, problemas cerebro vasculares (isquémicos y hemorrágicos) y mala circulación periférica, son producto de la HTA y depósito de calcio en nuestro organismo. 2. Digestivos: son frecuentes la enfermedad ulcerosa, sangrados digestivos, anorexia y vómitos, muchos de ellos relacionados con los medicamentos administrados. 3. Lesiones óseas: las alteraciones del calcio y fósforo, pueden conducir a largo plazo a pérdida mineral del hueso, con aparición de dolores óseos, deformidades isquémicas y fracturas espontáneas, así como depósitos de calcio en tejidos blandos (corazón, pulmón, ojos, tendones…) que favorecen la cardiopatía isquémica, problemas tendinosos, etc. 4. Alteraciones hormonales: son frecuentes la impotencia, disminución de la libido y fertilidad tanto en varones como en mujeres (el 50% presenta además ausencia de menstruación), existe resistencia a la acción de la insulina y respuesta anómala a las hormonas tiroideas. 5. Alteraciones neurológicas: insomnio, calambres, afectación de los nervios periféricos cuyo síntoma más frecuente es el síndrome de piernas inquietas. 6. Malnutrición: la diálisis produce pérdidas de nutrientes por el dializador, la alimentación inadecuada puede llevar a una situación de desnutrición que conlleve mala curación de las heridas, susceptibilidad a infecciones, cansancio y fatiga que empeoran nuestra calidad de vida. Otros aspectos esenciales de la hemodiálisis El peso seco en hemodiálisis: el agua que podemos tomar El agua es indispensable para la vida. El 50-60% de nuestro organismo es agua y desarrolla importantísimas funciones vitales. La pérdida del exceso de agua se realiza, fundamentalmente a través de la orina, aunque también a través de la respiración, el sudor y las heces. Cuando una persona entra en diálisis, generalmente deja de orinar de forma progresiva o la cantidad de orina es cada vez menor. Por ello, todo el líquido que introduce en su cuerpo (a través de lo que bebe o de los alimentos), no puede expulsarse de forma natural y se acumula, produciendo hinchazón en diversas partes del cuerpo (tobillos, piernas, pulmón…) haciendo aumentar el peso e incluso provocando dificultades para respirar. Para evitar eso, la cantidad de líquido que se puede ingerir al día está en relación a la cantidad que se orina en el mismo período de tiempo, de tal modo, que se debe ingerir sólo medio litro de líquido más de lo que se orina. Pero teniendo en cuenta tanto el agua como el resto de los líquidos en forma de comidas (caldos, frutas como la sandía que son fundamentalmente agua…). Para determinar la cantidad de líquidos que debemos de eliminar en cada sesión de diálisis, se establece el PESO SECO. El peso seco se define como el peso del paciente al finalizar la diálisis, cuando ya se ha extraído el exceso de líquido, y con el que el paciente se encuentra bien. Por debajo de este peso puede aparecer hipotensión, calambres musculares y por encima puede aparecer fatiga. Todo el líquido que se ingiera en el período interdialítico (entre dos sesiones de diálisis), la máquina deberá eliminarlo hasta dejarnos al finalizar la sesión en nuestro peso seco. Por eso siempre hay que pesarse antes y después de cada sesión de diálisis, antes, para ver el peso que se trae y ver cuenta va a ser la ultrafiltración necesaria, y después, para comprobar cuanto peso se ha perdido y si se ha conseguido el peso seco. Entre dos sesiones de diálisis no se deben coger más de dos kilos de peso, que podrán ser dos kilos y medio el fin de semana ya que son tres los días sin dializar. El peso interdiálisis (entre sesión y sesión) es uno de los campos de batalla más importantes del enfermo renal cuando está en tratamiento de hemodiálisis. Hay que tener en cuenta, que cuanto más peso se coja entre sesión y sesión, más tiene que quitar la máquina y el corazón sufrirá en mayor medida, pues tiene que bombear con más fuerza. La importancia de respetar la dieta alimenticia La dieta forma parte del tratamiento en igual medida que pueda serlo la prescripción de diálisis o los medicamentos. Los riñones son los encargados de regular sustancias que ingerimos con los alimentos. Cuando no pueden hacerlo, por estar enfermos, es cuando la dieta se convierte en alfo imprescindible para la vida. La importancia del potasio La mayoría de los alimentos “sanos” (verduras, legumbres, frutas…) para el resto de las personas, se convierten en peligrosos para el enfermo renal, debido a uno de sus contenidos: el potasio. El potasio es una sustancia muy importante para un correcto funcionamiento del sistema nervioso y muscular. La persona sana elimina sus exceso a través de la orina. El paciente en hemodiálisis no puede eliminarlo, y su elevación en sangre produce alteraciones neuromusculares y cardiológicas que pueden desembocar en una parada cardíaca y muerte del paciente. Sólo puede consumir al día entre 1.800 y 2.000 mg. de potasio. Por ello, es conveniente tener a mano una tabla con el contenido del potasio de los alimentos que se consumen con mayor frecuencia, y según esto, veremos cómo son muchos los alimentos permitidos y algunos completamente prohibidos (caso de los frutos secos). Otros alimentos, sin embargo, se les puede reducir el potasio cocinándolos de una forma determinada (caso de las legumbres y verduras). E poner a cocer el a alimento en tres aguas diferentes sin aprovechar el agua de la cocción, o dejar las verduras en remojo de 8 a 10 horas cambiando el agua dos o tres veces puede hacer que el contenido de potasio de los alimentos se pierda en un 30-40%. Los alimentos congelados, tienen menos potasio y las frutas enlatadas (sin tomar el líquido) son preferibles a las frescas. La sintomatología de unos niveles tóxicos de potasio suele ser: pesadez en los músculos de los brazos o piernas, sensación de hormigueo en esa localización, alteraciones en el habla…. En ocasiones, a pesar de una dieta adecuada, persisten niveles elevados de potasio en sangre, en estos casos, se hará necesario tomar como tratamiento unas resinas, que aumentan la eliminación de esta sustancia tóxica por nuestras heces. La importancia de las proteínas Son necesarias para la renovación de células y tejidos, y por tanto, para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. En el intestino se descomponen en aminoácidos. El número de aminoácidos es de 22, de los cuales 10 son “esenciales”, necesario tomar es decir, proteínas que que es los contengan a través de los alimentos, porque nuestro organismo no los puede producir. El paciente en hemodiálisis, pierde en cada sesión una cantidad importante de proteínas. Para mantener el equilibrio y compensar esta pérdida es necesario un aporte de 1,2 a 1,5 gramos por kilo de peso y día; ya que si el aporte de proteínas es insuficiente, el organismo recurre a las proteínas corporales para obtener la energía que necesita, situación que puede dar lugar a desnutrición progresiva, con pérdida de masa muscular. No todas las proteínas son iguales, de hecho, tienen diferente valor biológico. Las hay de dos tipos: -Alto valor biológico: son las que se encuentran en los alimentos de origen animal, y por tanto, las que debemos tomar en mayor medida: carne, pescado y huevos deben formar parte de la dieta diaria del paciente renal. -Bajo valor biológico: son aquellas que tienen una baja proporción de aminoácidos esenciales y se encuentran en alimentos de origen vegetal, por ello, frutas, verduras y legumbres, solo deben formar parte de la dieta de forma moderada. La sal Nuestro organismo incorpora sodio (sal) de los alimentos, su exceso se elimina por los riñones, y en menor medida por las heces y el sudor. En el paciente renal, la eliminación está disminuida. Como consecuencia, va a aparecer, por un lado, una gran sensación de sed y, por otra, una retención de agua, dando lugar a hinchazones e hipertensión arterial. Por ello, es necesaria una dieta sin sal añadida, ya que la mayoría de los alimentos contienen sodio. El uso de otros condimentos, puede mejorar el sabor de los alimentos. Las sales potásicas que se venden en farmacias y algunos supermercados, que contienen menos sodio, son especialmente dañinos en nuestro caso, ya que son ricas en potasio. El calcio y el fósforo en nuestra dieta El fósforo y el calcio, son minerales que se encuentran en la sangre, forman parte de componentes de los tejidos, huesos y dientes. Ambos deben mantener un equilibrio para mantener una adecuada mineralización de nuestros huesos. La vitamina D, que es imprescindible para mantener el equilibrio del hueso, requiere del riñón para su síntesis completa. El paciente con enfermedad renal, por tanto, presentará un déficit de vitamina D, que hace que el calcio baje en la sangre y el fósforo aumente. El cuerpo, que necesita calcio, lo intenta obtener de donde puede, y para ello, estimula las glándulas paratiroides (que están en el cuello), para que lo consigan y lo hacen extrayéndolo de los huesos (dando lugar al llamado hiperparatiroidismo secundario a la insuficiencia renal). Se produce así la descalcificación de los huesos, para aportar calcio al resto del organismo. El fósforo, al acumularse en sangre por su deficiente eliminación en el paciente renal, también estimula la destrucción del hueso, por eso se recomienda una reducción de los alimentos que contienen fósforo, que son principalmente, la leche y sus derivados. • LA DIÁLISIS PERITONEAL Qué es: Los riñones sanos purifican la sangre al retirar el exceso de líquido, minerales y toxinas, también producen hormonas que mantienen los huesos fuertes y la sangre saludable. A medida que comienzan a fallar, se acumulan en el cuerpo toxinas dañinas, la tensión arterial se puede elevar, y no se pueden reproducir suficientes glóbulos rojos. Cuando esto sucede, se necesitará un tratamiento para reemplazar su deficiente función. La diálisis peritoneal (DP) es una de las opciones de tratamiento disponible para retirar los productos de desecho y el exceso de líquido de la sangre cuando los riñones ya no funcionan adecuadamente. Existen varias formas de diálisis disponibles para los pacientes. La DP usa su propio peritoneo – una membrana natural que cubre los órganos del abdomen y reviste las paredes abdominales. Esta membrana actúa como peritoneo porosa es que un filtro. una El membrana permite que se filtren de la sangre las toxinas y el líquido. Para llevar a cabo el tratamiento, se debe crear un acceso permanente de DP a la cavidad peritoneal. En general, requerirá un procedimiento quirúrgico para insertar un tubo blando y pequeño llamado catéter. Usualmente, es un procedimiento ambulatorio que incluye anestesia local y un sedante intravenoso. Se colocará un apósito estéril que permanecerá durante 5 o 7 días. La enfermera cambiará el apósito durante el programa El proceso de curación tomará de dos a tres semanas aproximadamente. Sus Opciones De Diálisis Peritoneal Durante el procedimiento se inserta un catéter a través de la pared abdominal al interior de la cavidad peritoneal. El área donde se extiende el catéter desde el abdomen se llama orificio de salida. Una parte del catéter permanece fuera del abdomen y bajo la vestimenta, proporcionando un medio para sujetar las bolsas de líquido (dialisate). Al recibir el tratamiento DP, el dialisate fluye dentro de la cavidad peritoneal a través del catéter. La solución permanecerá en la cavidad por varias horas. Durante este tiempo, los productos de desecho y el exceso de líquido pasan de la sangre hacia la cavidad peritoneal. Una vez completado el tiempo de permanencia (periodo en que la solución de diálisis permanece en el abdomen), se drena la solución de la cavidad. Entonces el paciente llena la cavidad con una nueva solución y el proceso empieza nuevamente. Este proceso se llama intercambio. Cada vez que se realice un tratamiento se usará un nuevo juego desechable .Hay que recordar que cualquier procedimiento quirúrgico o invasivo conlleva la posibilidad de infección; por lo tanto, debemos seguir las técnicas apropiadas para llevar a cabo los tratamientos. Los diferentes tipos de DP tienen diferentes horarios de intercambio. Algunos tratamientos DP se hacen durante el día mientras que otros se hacen por la noche. El médico indicará cuántos intercambios se deben hacer cada día así como la cantidad y tipo de líquido de diálisis a usar. Es importante seguir las indicaciones y hacer todos los intercambios conforme a las instrucciones. Se necesita espacio en casa para almacenar las provisiones DP (el despacho de las bolsas de soluciones se programa normalmente una vez al mes), estas se deben almacenar en un área limpia y seca Se pueden realizar los tratamientos en casa, en el trabajo o cuando viajamos. Esta independencia hace particularmente importante que se trabaje estrechamente con el equipo de atención médica: nefrólogo, enfermera de diálisis, dietista y trabajador social. El miembro más importante del equipo de atención médica es uno mismo. Clases de DP: 1. -Diálisis Peritoneal Ambulatoria Continua CAPD (las siglas corresponden a su nombre en inglés: C= Continuos, A= Ambulatory, P= Peritoneal, D= Diálisis) 2. -Diálisis Peritoneal Cíclica Continua CCPD. El tipo de DP que se escoja depende de la programación de intercambios que se quisiera seguir, así como de otros factores médicos particulares para cada persona. Se puede empezar con un tipo de DP y cambiarse al otro, o realizar una combinación de intercambios automatizados y manuales. El médico examinará la talla corporal, estilo de vida, pruebas de laboratorio, y capacidad para seguir los pasos de la diálisis de cada paciente. Ambos tipos de DP son continuos, lo que significa que se recibe tratamiento todo el tiempo, usualmente con líquido DP en el abdomen las 24 horas del día, siete días de la semana – similar a la manera en que funcionan los riñones sanos. La mayoría de las personas con insuficiencia renal pueden tratarse con DP, aunque hay excepciones. Algunas personas que han tenido operaciones abdominales importantes o cicatrizaciones en la membrana peritoneal pueden no ser buenos candidatos. Sin embargo, es importante consultar con el profesional de atención médica ya que incluso algunos de estos casos pueden tratarse con DP. 1.-Diálisis Peritoneal Ambulatoria Continua La CAPD no requiere una máquina, se puede realizar en cualquier lugar limpio y bien iluminado. El único equipo que se necesita es una bolsa llena de líquido de diálisis y el tubo plástico que viene pegado a la bolsa. Diálisis Peritoneal También se recomienda una máscara para evitar el riesgo de infección. Tal como la palabra ambulatoria sugiere, se puede caminar con la solución de diálisis en el abdomen por todas partes. Con la CAPD, la diálisis se lleva a cabo las 24 horas del día, siete días de la semana. La membrana peritoneal actúa como un filtro retirando de la sangre las toxinas y el exceso de líquido. Las toxinas y el exceso de líquido cruzan la membrana hacia la solución de diálisis y se retiran del organismo cuando la solución de diálisis se drena durante el intercambio en la bolsa de drenaje previamente colocada. Requiere tener la solución de diálisis en el abdomen. La cantidad de dialisate varía dependiendo de las necesidades específicas. Los intercambios usualmente se realizan cada cuatro a seis horas durante el día. Luego de un tiempo determinado, la solución, que ahora contiene toxinas, se drena en la bolsa de drenaje. Entonces se repite el ciclo con una bolsa nueva de solución. Un intercambio de líquido de diálisis en la CAPD es sencillo. Puede hacerlo uno mismo cuando haya sido capacitado por una enfermera especializada. Esta capacitación usualmente toma de una a dos semanas. La bolsa de solución se cuelga en un sujetador , usando la gravedad para permitir que el dialisate fluya hacia la cavidad peritoneal. Primero, hay que vaciar el abdomen de líquidos, y luego agregar la solución nueva. Cuando se haya llenado la cavidad peritoneal con la solución limpia de dialisate, se puede despegar el tubo y vaciar el dialisate usado en el inodoro. El líquido limpio se asienta luego en la cavidad peritoneal hasta su siguiente intercambio. Durante este tiempo, se es libre de empezar las actividades normales. Cada intercambio toma aproximadamente 30 minutos para completarse. El médico indicará la cantidad de intercambios que se necesitan, normalmente de tres a cuatro intercambios durante el día y un intercambio nocturno con un largo tiempo de permanencia mientras dormimos. 2.-Diálisis Peritoneal Cíclica Continua La DPCC requiere un aparato llamado ciclador. Algunas veces se le llama Diálisis Peritoneal Automatizada. Los tratamientos usualmente se realizan cuatro veces al día. No todas las instalaciones de diálisis ofrecen DPAC. Los procedimientos se deben seguir estrictamente para reducir el riesgo de infección en la cavidad peritoneal o en el orificio de salida. El DPCC es un procedimiento sencillo. La máquina controla automáticamente el tiempo de intercambio, drena la solución usada, y llena la cavidad peritoneal con la nueva solución. Las máquinas son fáciles de usar y tienen dispositivos de seguridad incorporados. Son portátiles y tienen casi el tamaño de una maleta pequeña. Se pueden usar donde quiera que haya corriente eléctrica. En cualquiera de los tipos de DP, los pacientes son relativamente independientes y pueden manejar su propio cuidado en casa. Sin embargo, la DP no siempre está libre de problemas. Las siguientes son algunas cosas que hay que considerar al escoger un tratamiento. Ventajas • Horario flexible y mayor independencia. A diferencia de la hemodiálisis en casa, no se necesita a otra persona y la capacitación es fácil. Usualmente se realiza mientras dormimos. • Menos líquido y restricciones de dieta que la hemodiálisis. • No usa agujas. • Se puede viajar fácilmente con el ciclador o se puede cambiar a DPAC • Simula el normal funcionamiento del riñón. • Brinda frecuentemente mejor control de la tensión arterial. • Prolonga la función del riñón remanente. Desventajas • Se necesita una máquina. • Puede necesitar un intercambio adicional durante el día. • Puede ser que el ruido del aparato ciclador nos despierte durante la noche. • Requiere la inserción de un catéter permanente. Algunas cosas que hay que considerar al escoger un tratamiento. En cualquiera de los tipos de DP, los pacientes son relativamente independientes y pueden manejar su propio cuidado en casa. Sin embargo, la DP no siempre está libre de problemas. Responsabilidad: Algunos pacientes se cansan de la diálisis todos los días. Si esto constituye un problema, hable con su enfermera DP quien puede ayudarlo a incorporar mayor flexibilidad en su rutina, incluyendo un “feriado de DP” usando hemodiálisis. Imagen Corporal: Para algunos pacientes de DP es difícil aceptar un catéter DP permanente. Les preocupa que el catéter pueda afectar su actividad sexual y la relación con su pareja. Las enfermeras de DP y los trabajadores sociales pueden ayudar con algunos consejos sobre cómo disfrazar el catéter DP. La DP también tiende a dilatar el abdomen dándole una apariencia redonda. Mantenerse en forma y hacer ejercicios puede ayudar. Sobrecarga de Líquido: Cuando hay demasiado líquido en el organismo puede haber un aumento súbito de peso corporal, tobillos hinchados y/o falta de aire. Generalmente, los pacientes de diálisis necesitan restringir la toma de líquidos para evitar una sobrecarga del mismo. Los pacientes DP, sin embargo, tienen más flexibilidad en la tolerancia de líquido que los pacientes de hemodiálisis. Molestia: Para algunos pacientes de DP es incómodo tener líquido de diálisis en el abdomen. Se sienten llenos, hinchados o experimentan dolor de espalda. Peritonitis: Esta es una infección del peritoneo usualmente ocasionada por bacterias que ingresan a través o alrededor del catéter. Esto puede suceder cuando los pacientes tocan los extremos abiertos de las conexiones entre la bolsa de líquido de diálisis y el catéter. Algunas veces, la contaminación alrededor del catéter en el orificio de salida puede conducir a una peritonitis. La peritonitis se reduce significativamente siguiendo las técnicas correctas de diálisis. En promedio, los pacientes pueden esperar tener menos de un episodio de peritonitis cada año. Algunos pacientes nunca experimentan uno. Es fácil reconocer la peritonitis ya que hace que su líquido de diálisis se vea turbio. Algunos pacientes también experimentan dolor abdominal y fiebre. La mayoría de gérmenes e infecciones se pueden tratar con antibióticos, aunque algunos son muy difíciles de combatir. Es necesario obtener atención médica inmediata. Para mayor información sobre peritonitis, hable con su médico. En Conclusión: Al momento de evaluar las diferentes opciones de DP tenga en cuenta que: • Cada paciente es único. • Cada uno tendrá distintos resultados y experiencias con los tratamientos. • No todos los tipos de tratamiento estarán disponibles en todas partes. • usted. Algunos tipos de tratamiento pueden no ser una opción para