DE LA DIP. DOLORES DE LOS ÁNGELES NÁZARES JERÓNIMO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA, LA QUE CONTIENE PUNTO DE ACUERDO QUE EXHORTA A DIVERSOS EJECUTIVOS LOCALES A EXPEDIR LOS REGLAMENTOS RESPECTIVOS DE LAS LEYES ESTATALES EN MATERIA DE ACCESO DE LAS MUJERES A UNA VIDA LIBRE DE VIOLENCIA. HONORABLE ASAMBLEA La suscrita, Diputada DOLORES DE LOS ÁNGELES NAZARES JERÓNIMO, integrante del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, con fundamento en el artículo 78, fracción III de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 58 y 59 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, presenta a esta Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión, la siguiente proposición con punto de acuerdo con carácter de urgente y obvia resolución, al tenor de las siguientes CONSIDERACIONES En primer término, podemos rescatar el significado de Reglamento: Reglamento deriva de la palabra reglar (del latín regulare), que entre otras acepciones significa: sujetar a reglas una cosa; de ahí que reglamento es la "colección ordenada de reglas o preceptos que por autoridad competente se da para la ejecución de una ley o para el régimen de una corporación, una dependencia o un servicio". Vid. infra, reglamento parlamentario. II. En materia política y administrativa, la facultad reglamentaria es entendida como "la que compete para completar la aplicación de las leyes y disponer genéricamente sobre cuestión no legislada y sin violencia legal. Son connaturales estas facultades con el ejercicio de los cargos de los ministros o Secretarios de Estado, con la firma del Jefe de Estado. Sus expresiones genuinas son los reglamentos (textos orgánicos y de cierta extensión) y los decretos. Ya por delegación legislativa o por absorción abusiva, también los decretos-leyes. [1] En primer término es menester señalar que para los especialistas [2] en materia jurídica si bien la facultad reglamentaria no se encuentra expresamente prevista en el texto constitucional, tanto la doctrina como la jurisprudencia han interpretado que aquélla proviene del artículo 89, fracción I, al otorgarle al presidente de la República la facultad de “proveer en la esfera administrativa a la exacta observancia de las leyes” Asimismo, consideran que como lo confirma la existencia de la facultad reglamentaria del Presidente de la República la disposición contenida en el artículo 92 de la propia Constitución, la cual establece que “todos los reglamentos, decretos, acuerdos y órdenes del presidente deberán estar firmados por el Secretario de Estado o Jefe de Departamento Administrativo a que el asunto corresponda, y sin este requisito no serán obedecidos” [3]. En el mismo sentido, se puede argumentar que el artículo 89, fracción I de la CPEUM, establece que las facultades y obligaciones del Presidente son las de promulgar y ejecutar las leyes que expida el Congreso de la Unión, proveyendo en la esfera administrativa a su exacta observancia. Que según la interpretación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el artículo 89, fracción I, de la CPEUM confiere al Presidente de la República tres facultades: a) La de promulgar las leyes que expida el Congreso de la Unión; b) La de ejecutar dichas leyes, y c) La de proveer en la esfera administrativa a su exacta observancia, o sea la facultad reglamentaria [4]. “FACULTAD REGLAMENTARIA DEL PODER EJECUTIVO FEDERAL. SUS PRINCIPIOS Y LIMITACIONES. La Suprema Corte ha sostenido reiteradamente que el artículo 89, fracción I, de la Constitución Federal establece la facultad reglamentaria del Poder Ejecutivo Federal, la que se refiere a la posibilidad de que dicho poder provea en la esfera administrativa a la exacta observancia de las leyes; es decir, el Poder Ejecutivo Federal está autorizado para expedir las previsiones reglamentarias necesarias para la ejecución de las leyes emanadas por el órgano legislativo. Estas disposiciones reglamentarias, aunque desde el punto de vista material son similares a los actos legislativos expedidos por el Congreso de la Unión en cuanto que son generales, abstractas e impersonales y de observancia obligatoria, se distinguen de las mismas básicamente por dos razones: la primera, porque provienen de un órgano distinto e independiente del Poder Legislativo, como es el Poder Ejecutivo; la segunda, porque son, por definición constitucional, normas subordinadas a las disposiciones legales que reglamentan y no son leyes, sino actos administrativos generales cuyos alcances se encuentran acotados por la misma Ley. Asimismo, se ha señalado que la facultad reglamentaria del Presidente de la República se encuentra sujeta a un principio fundamental: el principio de legalidad, del cual derivan, según los precedentes, dos principios subordinados: el de reserva de ley y el de subordinación jerárquica a la misma. El primero de ellos evita que el reglamento aborde novedosamente materias reservadas en forma exclusiva a las leyes emanadas del Congreso de la Unión o, dicho de otro modo, prohíbe a la ley la delegación del contenido de la materia que tiene por mandato constitucional regular. El segundo principio consiste en la exigencia de que el reglamento esté precedido de una ley, cuyas disposiciones desarrolle, complemente o detalle y en los que encuentre su justificación y medida. Así, la facultad reglamentaria del Poder Ejecutivo Federal tiene como principal objeto un mejor proveer en la esfera administrativa, pero siempre con base en las leyes reglamentadas. Por ende, en el orden federal el Congreso de la Unión tiene facultades legislativas, abstractas, amplias, impersonales e irrestrictas consignadas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para expedir leyes en las diversas materias que ésta consigna; por tanto, en tales materias es dicho órgano legislativo el que debe materialmente realizar la normatividad correspondiente, y aunque no puede desconocerse la facultad normativa del Presidente de la República, dado que esta atribución del titular del Ejecutivo se encuentra también expresamente reconocida en la Constitución, dicha facultad del Ejecutivo se encuentra limitada a los ordenamientos legales que desarrolla o pormenoriza y que son emitidos por el órgano legislativo en cita.” [5] Así, se afirma que la fracción I, del artículo 89, de la CPEUM, otorga al Poder Ejecutivo la facultad reglamentaria; pero dicha facultad reglamentaria únicamente lo es para completar las leyes en las cuales se desarrolla la actividad de la administración pública. Dichos reglamentos son los llamados “de ejecución”, ya que dicha fracción debe interpretarse teniendo en cuenta todo el texto, y no sólo la frase que establece “proveyendo en la esfera administrativa a su exacta observancia”. Por lo cual, dicha facultad es restringida y no genérica; es decir, el presidente no puede expedir normas jurídicas de cualquier tipo y género, sino única y exclusivamente reglamentos que regulen y completen las leyes que expida el Congreso de la Unión [6]. Para otro especialista [7], el sentido gramatical de la palabra “proveer” es el de poner los medios adecuados para un fin; es decir, para facilitar la ejecución de las leyes. Añade que si se analizan las circunstancias prácticas en que las leyes deben ejecutarse, (…), se observará que es necesario para que tengan una exacta observancia, entre otros actos, desarrollar sus preceptos para ajustarlos a las modalidades que tienen las relaciones a las cuales van a ser aplicados [8]. También que las disposiciones que detallan los elementos que la ley consigna deben tener el mismo carácter que ésta, pues la fracción se refiere no únicamente a un solo caso de observancia, sino a todos los casos que puedan presentarse, a diferencia de la ejecución misma, que siempre significa la aplicación concreta de la ley a un caso especial [9]. Por consiguiente, se señala que en los términos anteriores, la interpretación gramatical de la disposición legal lleva a la conclusión de que en ella se otorga, junto con otras, la facultad de expedir disposiciones generales que sean el medio práctico adecuado para poder dar exacta observancia a la ley [10]. Finalmente, precisa que la atribución de la facultad reglamentaria al poder Ejecutivo se justifica desde el punto de vista práctico por la necesidad de aligerar la tarea del poder Legislativo relevándolo de la necesidad de desarrollar y completar en detalle las leyes para facilitar su mejor ejecución, teniendo en cuenta que el Ejecutivo está en mejores condiciones de hacer ese desarrollo, puesto que se encuentra en contacto más íntimo con el medio en el cual va a ser aplicada la ley. Además, existiendo mayores facilidades para la modificación de los reglamentos, el uso de la facultad reglamentaria permite que la legislación se pueda ir adaptando oportunamente a las circunstancias cambiantes en que tiene que ser aplicada, adaptación que no sería posible si dependiera del poder Legislativo, ya que éste tiene procedimientos más complicados y periodos reducidos de funcionamiento [11]. De manera extensiva, la facultad reglamentaria de los gobiernos de los estados se deriva de lo dispuesto en sus propias constituciones. A saber, por ejemplo, la del Estado Libre y Soberano de Campeche establece en su artículo 71 como atribución del Gobernador la de emitir los reglamentos necesarios: ARTÍCULO 71.- Son atribuciones del Gobernador: (…) XIX. Dar órdenes y expedir reglamentos para el mejor cumplimiento de esta Constitución y de las leyes; La Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Querétaro lo estipula en el artículo 57, fracción I, donde se señala que son facultades del Gobernador del Estado las siguientes (…) Promulgar, publicar, ejecutar y reglamentar las leyes del Estado, proveyendo en la esfera administrativa su exacta observancia; Así, tenemos que en esencia un reglamento tiene la finalidad de darle operatividad a una norma, de lo contrario resulta inaplicable en sus términos. En consecuencia, es oportuno, exhortar respetuosamente a los Ejecutivos de los estados libres y soberanos de Campeche, Querétaro y Tamaulipas, a expedir los reglamentos respectivos de las leyes estatales en materia de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, ello a fin de hacer frente a las responsabilidades que se derivan tanto de la Ley General de Acceso de las Mujeres y de las correspondientes de carácter local. En razón de lo anteriormente expuesto, someto a la consideración del Pleno de la Comisión Permanente, con carácter de urgente y obvia resolución, la siguiente PROPOSICIÓN CON PUNTO DE ACUERDO ÚNICO. La Comisión Permanente del Congreso de la Unión exhorta respetuosamente a los Ejecutivos de los Estados Libres y Soberanos de Campeche, Querétaro y Tamaulipas, a expedir los reglamentos respectivos de las leyes estatales en materia de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia. Salón de sesiones de la Comisión Permanente, agosto 1 de 2012 [1] Berlín Valenzuela, Francisco (Coordinador). Diccionario Universal de Términos Parlamentarios. Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, LVII Legislatura. Editorial Miguel Ángel Porrúa México, 1998. [2] Miguel Alejandro López Olvera. La facultad reglamentaria del Poder Ejecutivo en México. Un estudio histórico.; pp. 358 y ss. Académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. [3] Ibídem. [4] Semanario Judicial de la Federación, México, SCJN, Octava época, tesis XL/89, tomo III primera parte, p. 325. [5] “No. Registro: IUS 166,655, Jurisprudencia, Materia(s): Constitucional, Novena Época, Instancia: Pleno, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXX, Agosto de 2009, Tesis: P./J. 79/2009, página: 1067.” [6] Miguel Alejandro López Olvera. La facultad reglamentaria del Poder Ejecutivo en México. Un estudio histórico; pp. 358 y ss. [7] Fraga, Gabino, Derecho administrativo, México, Porrúa, 2000, Citado por Miguel Alejandro López Olvera. La facultad reglamentaria del Poder Ejecutivo en México. Un estudio histórico; pp. 358 y ss. [8] Ibídem. [9] Ibídem. [10] Ibídem. [11] Ibídem.