Editorial - UAM-I

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Editorial
Toda teor¶³a cient¶³¯ca es una aproximaci¶on: no existe el vac¶³o perfecto, ning¶
un plano est¶
a libre de fricci¶on,
ning¶
un instrumento tiene respuesta lineal, las colisiones no son el¶
asticas, ninguna masa es puntual, etc¶etera.
De aqu¶³ que los cient¶³¯cos desconf¶³en cuando encuentran una concordancia entre los resultados te¶
oricos y los
experimentales mayor que la precisi¶on instrumental.
Cierto, esperan una \concordancia razonable". Pero lo que esto signi¯ca es diferente en el tiempo y la
disciplina. Lo que para Tolomeo fue concordancia razonable entre teor¶³a y observaci¶
on astron¶
omica, fue para
Cop¶ernico prueba rotunda del error del sistema tolomeico. De John Dalton (1800) a William Ramsay (1900)
la qu¶³mica cambi¶o notablemente sus criterios de \concordancia razonable". De hecho fue lo que permiti¶o a
Ramsay descubrir el arg¶on. Recordemos que en 1892, Lord Rayleigh pidi¶
o a los qu¶³micos explicar la diferencia
en los pesos at¶omicos del nitr¶ogeno obtenido a partir de compuestos qu¶³micos y el peso mayor encontrado en
el nitr¶
ogeno atmosf¶erico. Ramsay predijo que el nitr¶
ogeno atmosf¶erico estaba contaminado con un gas a¶
un
no identi¯cado: el arg¶on.
En espectroscop¶³a se considera \concordancia razonable" s¶
olo si son id¶enticos los primeros 6 u 8 d¶³gitos
de la longitud de onda. En teor¶³a de s¶olidos, la concordancia de dos cifras es su¯ciente. En cosmolog¶³a un
factor de 10 es \razonable".
Es incuestionable exigir para toda teor¶³a el que est¶e con¯rmada por una \concordancia razonable" pero. . .
>c¶
omo se la puede estimar ignorando la validez de la teor¶³a?
Dalton obtuvo datos que con¯rmaban la teor¶³a at¶
omica con compuestos que no siguen las simples relaciones
estequiom¶etricas. La relaci¶on entre los pesos de cobre en dos de sus ¶
oxidos era, seg¶
un Dalton 2:1 y seg¶
un Proust
(mejor experimentalista que Dalton) 1.47:1. S¶
olo sabiendo qu¶e resultados obtener pudieron los qu¶³micos
desarrollar los m¶etodos de an¶alisis para obtener esos resultados. Esto signi¯ca que necesitaron la teor¶³a para
predecir los resultados que deb¶³an obtener. Fue por 1850 que dispusieron de las t¶ecnicas e instrumentos
qu¶³micos para lograrlos.
Hoy los textos de qu¶³mica a¯rman que el an¶
alisis cuantitativo \demuestra" la teor¶³a at¶
omica de Dalton;
siendo que, en rigor, fue la teor¶³a at¶omica de Dalton la que gener¶
o al an¶
alisis qu¶³mico. Antes de que se
publicara la teor¶³a de Dalton los an¶alisis NO daban los mismos resultados. En f¶³sica, como en ciencias
sociales, hay profec¶³as que se cumplen por el deseo de que se cumplan.
A~
nadamos que el \m¶etodo cient¶³¯co" no se basa en el experimento y la observaci¶
on (esto se hac¶³a desde
el Medievo), sino en un cambio de actitud hacia la medici¶
on (b¶
usqueda de n¶
umeros sin redondear) y la
comunicaci¶
on (experimentos descritos con todos sus detalles y las credenciales de los testigos). Es tambi¶en
un cambio hacia la naturaleza del conocimiento: de representaci¶
on de \la realidad" a la \construcci¶on de
modelos". De forma rotunda Galileo a¯rmaba: \Si las esferas de bronce no siguen estas leyes, peor para
ellas".
Nos enfrentamos a la creencia de que a partir de los datos num¶ericos experimentales se puede llegar a la
teor¶³a. La manipulaci¶on l¶ogico-matem¶atica requiere la ayuda de la intuici¶
on; pero hay un riesgo al tratar s¶olo
de n¶
umeros: pueden someterse a manipulaciones m¶
as que cualquier otra forma de datos ya que son \neutrales
y precisos".
\El poder del n¶
umero se respeta m¶as cuanto menos se le comprende", a¯rm¶
o Voltaire. Hoy que el quehacer
universitario est¶a en la mira de los evaluadores, conviene recordarlo.
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