HAO, Núm. 32 (Otoño, 2013), 31-41 ISSN 1696-2060 “LOS QUE VOLVIERON A CASA”: EL FIN DE ETA POLÍTICO MILITAR Y LA REINSERCIÓN DE SUS MIEMBROS (1974-1985). Eduardo Parra Iñesta1. 1 Universidad de Castilla la Mancha, España. E-mail: [email protected] Recibido: 26 Noviembre 2012 / Revisado: 7 Marzo 2013 / Aceptado: 14 Julio 2013 /Publicación Online: 15 Octubre 2013 Resumen: En septiembre de 1982 se produjo la disolución de ETA político militar, escisión que había surgido en 1974 ante la oleada de atentados del frente militar, por lo que ETA se dividió en militares y político militares. Los polimilis siguieron una vía que pretendía unir la lucha armada con la lucha de masas. Sin embargo, su papel en la lucha obrera fue residual, por lo los atentados siguieron capitalizando el protagonismo en la organización. En cambio, si tuvo un papel destacado el partido político surgido de su desdoblamiento, EIA, nacido en 1977, y que desde muy pronto aceptará participar del juego político. Precisamente EIA será un elemento importante para que ETA político militar abandone la lucha armada, al imponer una visión realista, en la que las conquistas políticas como la Constitución o el Estatuto dejaban sin sentido a la lucha armada. Palabras clave: ETA, ETA político militar, lucha armada, Transición Española, Transición, País Vasco, Mario Onaindía, Euskadiko Ezkerra, UCD. ______________________ Introducción. E n este artículo pretendemos pasar revista a la disolución y reinserción de ETA político militar, un proceso que se inició en 1982 cuando los militantes de esta organización decidieron su autodisolución como grupo armado en una rueda de prensa en la que literalmente “se quitaron las capuchas”. El © Historia Actual Online 2013 estudio del abandono de la violencia de ETApm parece clave un momento como el actual, un año después del abandono de la lucha armada por parte de ETA en octubre de 2011. En primer lugar, analizaremos la literatura existente sobre ETA político militar y los debates que han surgido en la misma. Posteriormente, estudiaremos la trayectoria de la organización hasta llegar a su proceso de disolución y posterior reinserción de sus miembros. Por último, intentaremos extraer una serie de causas y conclusiones acerca del abandono de la lucha armada de ETApm, así como sus posibles conexiones con el actual proceso de paz iniciado en País Vasco en octubre de 2011. 1. El estudio de ETA político militar. La literatura sobre ETApm no es muy extensa, así como tampoco la concerniente a de EIA/Euskadiko Ezkerra, el partido que nació bajo su seno, y cuyo estudio es imprescindible en conjunto con la organización armada. Pese a todo, existen una serie de obras remarcables, que muestran el camino para las interpretaciones acerca de esta escisión. Las primeras obras que encontramos sobre ETApm contienen una elevada carga ideológica. Pertur de Ángel Amigo1, ex militante polimili, salió a la luz en 1978. No se centra propiamente en el análisis de ETApm, pero narra el periodo 1971-1976 a través del análisis casi apologético de la figura de Eduardo Moreno Bergareche, Pertur, ideólogo en los primeros tiempos de andadura de la organización. Desde un ámbito 31 Los que volvieron a casa... totalmente contrario, cercano a Herri Batasuna, procede ETApm: El otro camino, del italiano Giovanni Giacopucci2. Reproduce la visión que de ETApm se ha tenido dentro del movimiento abertzale más cercano a ETA militar y HB, como “traidores” por haber abandonado en primer lugar los postulados radicales, y posteriormente la lucha armada. Pese a todo, no carece de interés su análisis acerca de la disolución de ETApm, donde señala posibles claves como la ruptura parcial con el partido que se venía barruntando desde la campaña de verano de 1979 y que es patente tras los asesinatos de miembros de UCD, así como la acción represiva que castiga duramente a ETApm. El camino elegido no triunfó, según Giacopucci, pero ha conservado un hueco en la memoria vasca, aunque eso sí, empequeñecido ante ETA militar. Un ejemplo de que ETApm ha seguido vigente en el debate político de País Vasco es el simposio promovido desde la Fundación Fernando Buesa con el nombre Luces y Sombras de la disolución de ETA político militar.3 Este encuentro, mediatizado por la tregua de 2006, dio cita protagonistas de aquel proceso como Juan Infante, uno de los abogados que llevaron a cabo la negociación de las “medidas de gracia” a militantes polimilis, así como antiguos militantes de Euskadiko Ezkerra como Kepa Aulestia, Xabier Markiegui, Xabier Aierdi o Teo Uriarte, y la presencia de la periodista Ángeles Escrivá. En ellos se abordan temáticas sobre la disolución, como las negociaciones que se llevaron a cabo con entonces Ministro de Interior Juan José Rosón, por parte de Mario Onaindía y Juan María Bandrés, para otorgar unas medidas de gracia a los polimilis que abandonasen la violencia. Uno de los temas en los cuales se hace más hincapié en estas jornadas, es el tratamiento de las víctimas en el proceso de reinserción. Este encuentro se realizó en una fundación que ayuda a las víctimas de ETA, y en un momento en el que la sociedad se haya muy sensibilizada con ese tema. No fue igual en los ochenta, donde se hizo incluso cierta ostentación de la vuelta de los militantes de ETApm a la sociedad, pero se desatendía a viudas y huérfanos. Sin duda fue una de las mayores “sombras” que existieron sobre este proceso. El mayor especialista en la actualidad sobre ETApm es Gaizka Fernández Soldevilla, que ha abordado la disolución de ETA político militar 32 Eduardo Parra Iñesta. en dos artículos4, que ahora han adquirido forma de libro junto con Raúl López Romo.5 Este historiador, que desarrolla su labor profesional en la educación secundaria, realiza un breve recorrido sobre la trayectoria de ETApm y EIA/EE, imprescindible para entender la disolución. Fernández Soldevilla ha consultado una abundante documentación primaria, tanto hemerográfica como generada por los grupos y personajes protagonistas, que le hace ser el investigador de referencia sobre ETA político militar. Para este autor, el alejamiento de la lucha armada de ETApm es paralelo al que Euskadiko Ezkerra quiere realizar de la violencia, mediante su evolución ideológica. Asimismo, tuvo la imperiosa necesidad de afirmarse como fuerza pacífica para parecer hipócrita al denunciar la tortura estatal y callar ante los atentados de ETApm. Es Juan María Bandrés, senador de EE, el que abrió el camino criticando la campaña de atentados de verano de 1979, algo que se hace más patente tras los atentados a miembros de la UCD en otoño de 1980. ETApm encalla en una encrucijada: o dejar la violencia ahora que se había conseguido el Estatuto y ciertas libertades, o seguir en una escalada que la convertiría en una nueva ETAm. El alejamiento de su soporte político sería la gran causa que nos señala Fernández Soldevilla, pero también existirían otras motivaciones secundarias, como puede ser la represión policial, que castiga duramente a ETApm durante toda su existencia e incluso se extiende a EIA. Asimismo, el fracaso de su acción de masas, que no obtiene apoyo en el movimiento obrero. Por último, para la cuestión de la reinserción, contamos con la obra de la periodista Ángeles Escrivá El camino de vuelta6. Este libro nos acerca a la realidad de las medidas de reinserción que ha vivido ETA a lo largo de su historia, y claro está, a la reinserción polimili, tanto séptimos, que constituyeron un tercio de la organización, como octavos. La autora, destaca el papel del ministro Juan José Rosón y de la cúpula de EIA, Juan María Bandrés y Mario Onaindía, quienes llevaron a cabo las negociaciones para el fin de ETApm. 2. El nacimiento de ETApm (1974-1977). Entre finales de 1974 y principios de 1975, la organización armada ETA vivió un periodo de convulsión interna que acabó con una triple escisión. Por un lado quedó el frente militar, © Historia Actual Online 2013 HAO, Núm. 32 (Otoño, 2013), 31-41 bajo la denominación de ETA militar, que se especializó en la lucha armada y para ello adoptó una estructura militarista. En segundo lugar apareció LAIA, que supuso el intento del frente obrero de crear un partido que se adentrase en la lucha de masas. Por último, ETA político militar, que conservó la dirección política y la mayoría de los miembros de la organización, apostó por desarrollar la doble lucha, la armada y la de masas.7 Este intento de unir ambos frentes entraba en consonancia con otros grupos armados de la época, en especial con los frentes de liberación nacional de los países tercermundistas, como los Tupamaros uruguayos. La lucha nacional y la lucha de clases pasaban a ser vistas como dos caras de la misma moneda. Asimismo, en Europa se vive en la década de 1970 un repunte de la lucha armada, con el resurgir del IRA en Irlanda y el nacimiento de organizaciones como la RAF en Alemania y Brigadas Rojas en Italia, fruto de la radicalización de la ultraizquierda europea, que contienen similitudes en su concepción respecto a ETApm. ETA militar, mientras tanto, criticaba la estructura político militar de sus compañeros y vaticinaba la represión que iba a caer sobre ellos: “Consideramos que mientras la Organización Político Militar continúe con su estructura actual, su participación en la creación de una unidad abertzale popular es una labor destinada al fracaso ya que con la represión que acarrean lo único que se conseguiría sería la unidad popular abertzale en la cárcel y en el exilio, lo que en modo alguno deseamos”8 Los primeros años de ETApm estuvieron marcados por la represión policial, que se había agravado en País Vasco desde el Proceso de Burgos de 1970. ETApm combina en un primer momento las acciones obreras, como el fracasado llamamiento a la huelga general de Diciembre de 1974, con atentados mediante tácticas terroristas, como el que acaba con la vida del policía José Ramón Morán en abril de 1975, al que acusaban de la muerte de su compañero Txikia. La organización también llevó a cabo una serie de acciones, con la intención de romper el marco vasco y entrar en contacto con grupos en otras partes de España, Barcelona (donde colaboraría en algunos atentados con Terra Lliure9) y Madrid principalmente. Sin embargo, en el verano de 1975 tuvieron lugar una serie de detenciones en © Historia Actual Online 2013 ISSN 1696-2060 cascada de miembros de ETApm, por la actuación de un infiltrado de la policía, Mikel Lejarza, Lobo. Estas caídas tuvieron su punto más dramático en los fusilamientos del 27 de septiembre de 1975, cuando Juan Paredes Manot, Txiki y Ángel Otaegui fueron ejecutados junto a tres miembros del FRAP.10 ETApm sufrió también en sus inicios la defección de los Comandos Bereziak, quienes se ocupaban de las acciones violentas de mayor envergadura. Esta facción pretendía imponer una visión más militarista sobre la política de la organización, por lo que empezaron a actuar de forma autónoma, como en el secuestro del empresario Ángel Berazadi en marzo de 1976. Esta deriva les llevaría finalmente abandonar a ETApm y unirse a la causa de ETAm a mediados de 1977.11 Este hecho provocó una debilidad estructural en ETApm de la que le costaría recuperarse hasta 1979, aunque arrastraría sus consecuencias durante toda su trayectoria. Mientras tanto, en el nivel teórico Eduardo Moreno Bergareche, Pertur, marcó el camino a seguir en ETApm con la Ponencia Otsagabia, elaborada junto con Javier Garayalde Erreka, en la que apostaba por la creación de un partido para entrar en la lucha de clases, así como la alianza con los sectores izquierdistas españoles. Asimismo, se impulsó la creación de un sindicato de masas autónomo, LAB, Langile Abertzaleen Batzordeak (Comisiones de Obreros Patriotas), como organización de apoyo a la lucha de masas. Pese a la desaparición de Pertur en julio de 1976 (de la que se acusó precisamente a los Bereziak) su obra continuó y fue aprobada en la VII Asamblea de ETApm, celebrada a finales de 1976. En septiembre, ETApm ya apuntaba que habría que participar de la naciente democracia: “De todos modos es indudable qué la situación ha cambiado. El carácter ofensivo que tuvo la acción armada durante la dictadura se transforma dentro de una democracia burguesa, o en una etapa de transición como la que vivimos, para convertirse en una especie de fuerza disuasoria o defensiva, que garantice, por una parte, los logros de las clases populares”12 EIA (Euskal Iraultzarako Alderdia/Partido para la Revolución Vasca) era presentado en Lejona en abril de 197713, y pese al boicot del KAS, 33 Los que volvieron a casa... participó en las elecciones generales de junio de 1977. Consideraban que, tras los extrañamientos de abril de 1977, la amnistía estaba conseguida en su totalidad. Asimismo, estas elecciones se presentaban como una inmejorable para calibrar su fuerza política y convertirse así en el referente de la izquierda nacionalista en País Vasco. Para su concurso, formó la coalición Euskadiko Ezkerra con el EMK de Patxi Iturrioz, lo que sellaba la alianza con los sectores izquierdistas que había propugnado Pertur. Obtuvieron un diputado y un senador en Madrid, Francisco Letamendía y Juan María Bandrés, respectivamente. 3. EIA se aleja de la violencia (1978-1980). Este partido, como bien señala Gaizka Fernández Soldevilla, fue en un primer momento el brazo político de ETApm14. En su presentación Gregorio López Irasuegui, afirmaba que: “Es cierto que no somos ETA, pero esa separación no significa un abandono de los ideales por los que ETA luchó durante quince años. Nosotros continuaremos- la lucha de otra manera. Ellos seguirán la lucha armada, nosotros mantendremos la lucha política”.15 Sin embargo, esta identificación con las siglas ETA empezó a cambiar de forma gradual con la llegada, precisamente, de antiguos miembros de la organización armada, como Mario Onaindía o Teo Uriarte que habían recobrado la libertad gracias a los extrañamientos16. De todos modos, los lazos entre partido y organización armada siempre estuvieron latentes, ya que debemos de entender que en muchos casos se mezclaban con las relaciones familiares o de amistad, aunque a nivel organizativo, ambas esferas empezaron a tomar un camino autónomo. Mario Onaindía fue elegido en octubre de 1977 como secretario general de una EIA ya expulsada del KAS, a raíz de su participación en las elecciones generales. EIA había tomado un camino alternativo al abierto en Chiberta y Alsasúa, de donde salió el germen de Herri Batasuna.17 Mario Onaindía era una figura muy respetada dentro del nacionalismo vasco, sobre todo a raíz de su comportamiento en el Proceso de Burgos. Una de sus primeras acciones fue cambiar los estatutos del partido para que fuese legal.18 Pese a todo se abstuvieron en el referéndum constitucional, haciendo un guiño a la “sociedad antirrepresiva”. El partido siguió un camino más autónomo tras su ruptura con el EMK, tras la pugna por el abandono del acta de diputado de Letamendía, así como por el apoyo 34 Eduardo Parra Iñesta. que este partido brindó al PNV en el Consejo General Vasco, donde EIA participaría de la mano de Juan María Bandrés19, insertándose en la vía de las instituciones. Podemos decir que aquí empieza la evolución de EIA hacia un nacionalismo heterodoxo y un socialismo más moderado. El propio Onaindía había sufrido una evolución similar en la cárcel, que le lleva a moderar su nacionalismo y ahondar en su marxismo, heterodoxo, como demuestra en su libro La lucha de clases en Euskadi.20 A nivel electoral, el partido vio como Herri Batasuna ocupaba parte de su nicho electoral, por cuanto esta fuerza irrumpiría con fuerza en las elecciones generales de 1979 y en las elecciones autonómicas de 1980, relegando a EE a ser la sexta fuerza de Euskadi. Mientras tanto, para 1979 ETApm se había rearmado tras la crisis originada por la represión policial y la defección de los Berezis, Había intentado aproximarse al movimiento obrero de una manera torpe, con acciones como el secuestro del director de la factoría de Michelin en febrero de ese mismo año, que se ganó la condena de los trabajadores y organizaciones sindicales. ETApm empezaba a perder su sitio dentro del movimiento obrero, ya que los “tiros en la rodilla” a empresarios no generaban ningún beneficio a los obreros, aparte de que no casaban con el clima democrático en ciernes.21 Para verano, desarrolló una campaña contra zonas turísticas en la costa española, que gozó de gran resonancia al ser zonas de fuerte turismo internacional. Una de esas acciones tuvo lugar el 29 de julio en Madrid, con varias bombas en Atocha, Chamartín y Barajas, que causaron 6 muertos. Esto llevó a la primera crítica severa de EIA y Euskadiko Ezkerra contra ETApm de mano de Juan María Bandrés, el hombre de EE en Madrid: “Si no se quiere que una bomba explosione, lo mejor es no ponerla”22 Estas acciones se enmarcaban dentro de su campaña Con el estatuto, los presos a la calle, con el que se pedía el traslado de presos de ETApm a cárceles de Euskadi, así como se exigía la retirada de la policía nacional del interior de la cárcel de Soria. Esta campaña le generó críticas abiertas no solo desde la política, sino también en la prensa. El País le dedicó un editorial donde critica que sus atentados afectan a miles de familias que viven el turismo.23 La distancia entre partido y organización armada empezó a crecer desde este momento, instalándose la crítica dentro de sus relaciones. EIA empezó a resaltar constantemente, a partir © Historia Actual Online 2013 HAO, Núm. 32 (Otoño, 2013), 31-41 de este momento, que no eran el brazo político de ETApm, ante las críticas que se cebaban con el partido.24 Tras esta campaña, ETApm llevó a cabo un periodo de reorganización interna, pero no permaneció inactiva, como demostraba el secuestro del diputado de UCD Javier Rupérez a finales de año. Asimismo, en 1980 volvieron a plantear la campaña de verano, intentando dar solución a los “temas pendientes de Euskadi” como la cuestión de los presos, la integración de Navarra, o la retirada de las FOP de País Vasco.25 Estas acciones centraron de nuevo la represión en ETApm, y esta vez también contra EIA, que se sintió víctima de una campaña por parte del partido del gobierno de la UCD, destinada a presionar a la organización armada. Un episodio revelador fue la detención de Javier Garayalde, Iñaki Múgica Arregui y Javier Ruiz de Apodaca tras los atentados de ETApm de verano de 1980 en la Costa del Sol. El partido protestó, al sentirse víctima de una campaña orquestada por el gobierno, ya que la UCD, con estas detenciones, a la que intentaba presionar era a ETApm. “Tenemos nuestras dudas de que el Gobierno se haya tomado alguna vez en serio el significado de la democracia de Euskadi, que ha sido siempre más conflictivo que otros lugares del Estado español. La actitud contra un partido como el nuestro es un claro ejemplo de ello. Personalmente creo que nuestras detenciones obedecen a una política de UCD muy preparada, encaminada hacia la coacción”26 EIA, por su parte, se había convertido en uno de los grandes críticos contra el gobierno por el uso de la tortura, especialmente en las prisiones, donde estallaban escándalos como el acaecido en Herrera de la Mancha.27 Esto le granjeó críticas al partido, ya que al mismo tiempo se le acusaba de “doble moral” por no condenar rotundamente los atentados de ETA. La situación en País Vasco iba a tornar a un mayor punto de dramatismo en el otoño e invierno de 1980-81. Aparte de la espiral desarrollada por ETAm desde hacía unos años, en otoño de 1980 asistimos al asesinato de dos miembros de UCD por parte de ETApm, Ignacio Ustarán y Juan de Dios Doval. La respuesta de Mario Onaindía en El País era clara: © Historia Actual Online 2013 ISSN 1696-2060 “El hecho de que los polis-milis se hayan cargado gente de UCD Y que los milis no valoran las respuestas populares ante los atentados de Zarauz y Éibar significa que hay un gran desconcierto entre esas organizaciones. Por ese desconcierto es precisamente por lo que hay que ofrecerles una salida negociada. Los milis se han quedado sin estrategia política y vuelven a caer en el mismo análisis de su origen: cargarse gente porque hay represión. Eso es caer en la espiral de la violencia. ETA Militar se ha quedado sin esquemas, y la alternativa KAS no vale para hoy, porque, entre otras cosas, es impresentable”28 Desde el partido se empezaba a pedir una tregua a las organizaciones armada, mientras que en la propia ETApm se desarrolla un debate interno. Mientras tanto, la situación política estaba caldeada. En febrero de 1981, José María Ryan, ingeniero de Lemóniz, era asesinado por ETA militar. Tan solo una semana más tarde moría un miembro de esta organización fruto de las torturas policiales.29 En medio de ese clima de enfrentamiento en País Vasco, Adolfo Suárez dimitía a finales de enero y el rey viajaba al País Vasco a principios de febrero, en una visita marcada por la actuación de los diputados de Herri Batasuna. 4. De la tregua a la autodisolución (19811982). EIA había pedido una tregua a las organizaciones armadas vascas en su congreso del 15 de febrero de 1981.30 ETApm ya había planeado realizarla, tras mantener contactos con el partido en invierno, pero antes querían realizar una última ekintza para demostrar que aún tenían fuerza, que sería secuestro de tres cónsules el 20 de febrero. Sin embargo, el frustrado golpe de Estado del 23 F, llevó a ETApm a proponer una tregua, en un análisis quizá precipitado, ya que el terrorismo se había señalado como una justificación para frustrado el golpe militar. El 28 de febrero de 1981 ETApm anunciaba una tregua indefinida, e invitaban a ETAm a seguir su ejemplo. Con este anuncio pretendían “ceder todo el protagonismo en la resolución de los problemas pendientes en Euskadi y en la profundización del Estatuto a los partidos políticos e “instituciones”31 Para Euskadiko 35 Los que volvieron a casa... Ezkerra era un paso en la normalización de Euskadi: “ETA Político-militar ha dado ya su primer paso anunciando el cese de su actividad sin condiciones; ahora corresponde a los partidos y organizaciones democráticas para que contribuyan a la resolución de los problemas pendientes: medidas de gracia, profundización del Estatuto e incorporación de Navarra en Euskadi”.32 A raíz de este anuncio se pusieron en marcha los mecanismos de diálogo entre el gobierno de la UCD y Euskadiko Ezkerra, como partido cercano a los polimilis, buscando que la tregua se convirtiese en un abandono definitivo de las armas. En este proceso resultó clave la amistad que se generó entre el Ministro de Interior, Juan José Rosón y Mario Onaindía, dos personalidades provenientes de mundos totalmente diferentes.33 Sus respectivos partidos respaldaron las negociaciones, y EIA vio reforzado su papel de fuerza de paz tras la entrada de los comunistas vascos en la coalición. La negociación no fue rápida ni exenta de problemas, lo que empezó a motivar el desespero en la organización armada. La situación a nivel estatal seguía estando tensa, El País hablaba de la “obsesión militar”. Se habían creado unidades antiterroristas con la llegada de Calvo Sotelo,34 parte del “giro derechista” que se produce tras el 23-F, y que se completaba con leyes como la de Defensa de la Constitución o la Ley Antiterrorista.35 Las detenciones de militantes de ETA no pararon en este periodo, pese al periodo de tregua. En noviembre, por ejemplo, se detenía a los implicados en el asesinato de Juan de Dios Doval.36 Asimismo, se acusó a ETApm de no mantener la tregua, al atribuírsele el secuestro de Luis Suñer, empresario valenciano, como acción de abastecimiento.37 En otoño de 1981 comenzaron a sentirse voces discordantes en la organización armada. Los “duros”, partidarios de volver a la lucha armada, empezaron a actuar de forma autónoma, como demuestra el secuestro de Julio Iglesias padre en enero de 1982. En la prensa se consideró este secuestro como la prueba de la ruptura de la tregua. Igual que el anuncio de la tregua traía noticias positivas, este secuestro trae “inquietantes perspectivas”, aunque ETApm declaró que no era una ruptura de la tregua.38 Esta situación se agravaba al encontrarse el día 36 Eduardo Parra Iñesta. 20 de enero un arsenal de armas de ETApm en Éibar. Como consecuencia de estas dos noticias se paralizó el traslado de presos polimilis a la prisión alavesa de Nanclares de Oca.39 La ruptura de la tregua creó en los medios de comunicación una imagen negativa acerca de Euskadiko Ezkerra, justo antes de su paso de coalición a partido. En Deia se produjo un cruce de acusaciones entre PNV y EE, que aprovecha la vuelta a la violencia de ETApm para cuestionar las credenciales democráticas de EE, al condenar la violencia estatal pero callar ante la de ETA. Califican a EE como el “partido abertzale de Madrid”, como un instrumento del gobierno central en Euskadi.40 El diferente análisis de la tregua, que para los duros no había servido de nada, motivo la ruptura en la VIII Asamblea de enero-febrero de 1982 celebrada en Las Landas. ETApm pasaba a configurarse en dos grupos, ETApm VII Asamblea, los séptimos, que proseguían la tregua, y ETApm VIII Asamblea, los octavos que anunciaban la vuelta a la lucha armada.41 Esta escisión hizo que se acelerasen las medidas de reinserción para no perder a más gente por el camino. Como hemos comentado, durante este año de 1982, se produjo la entrada de los comunistas vascos en la coalición EE, que pasó a constituirse como partido en marzo. El proyecto de Roberto Lertxundi de convergencia con los partidos de la izquierda nacionalista le había enfrentado en repetidas ocasiones al comité nacional y forzó su salida. La entrada del EPK fue fundamental en el cambio de actitud de EE ante la violencia, ya que este partido siempre se había destacado por su condena de todo tipo de acciones por parte de ETA. De hecho, el propio Lertxundi había sido secuestrado por los berezis.42 Asimismo, esta coalición contribuía a alejar a EIA de su tronco nacionalista y hacerla ahondar en su vertiente socialista.43 Ante la escisión operada en ETApm, se aceleraron los esfuerzos encaminados a ofrecer un camino de reinserción a los militantes que quisieran abandonar la violencia. En verano se acordó la llamada “vía Bandrés”, por la que irían saliendo los presos y regresando los exiliados, según la gravedad de sus cargos. El tema de los presos y los exiliados era capital para desbloquear la situación, para permitir que los presos se acerquen a Euskadi y que los exiliados vuelvan a casa. Asimismo, se empezó a informar © Historia Actual Online 2013 HAO, Núm. 32 (Otoño, 2013), 31-41 al PSOE, ya que se da como segura su victoria en las próximas elecciones ante la progresiva descomposición de la UCD. Una vez ETA político militar tiene garantías sobre las medidas de gracia, decide su disolución el 30 de septiembre de 1982, que ya había sido anticipada por algunos diarios.44 Durante todo este año habían sido de nuevo hostigados por las detenciones policiales, que habían dejado aún más mermada la organización. Pese a su abandono de la violencia no renuncian a la historia de ETApm en su documento de despedida, ni se ve un atisbo de “arrepentimiento” del que serían posteriormente acusados por los octavos. "La lucha armada implicaba en sus objetivos y efectos al conjunto de la población y aunque decidida y practicada por un sector mínimo de la misma era aceptada socialmente por su conjunto... Lo que determinó su supervivencia histórica, a pesar de las caídas y escisiones cíclicas, casi generacionales, fue el convertirse en el centro de los sectores más conscientes y revitalizados de la sociedad vasca. Fue el catalizador simbólico de la oposición vasca al franquismo. Como consecuencia de todo ello y a partir de la muerte de Franco la lucha por la amnistía fue el marco en el que se manifestó toda la simpatía general alrededor de ETA"45 Consideraban que a raíz de la consecución del estatuto de autonomía la situación había cambiado en Euskadi. Habían perdido el apoyo popular y la gente busca la normalización de la situación política. Esto les llevó a operar por los cauces democráticos y dejar vía libre al nuevo partido político, Euskadiko Ezkerra. Asimismo, el proyecto de medias de gracia ofrece una salida respetable para ellos. “El proyecto de resolución sobre medidas de gracia presentado por Euskadiko Ezkerra y el PNV en el parlamento de Euskadi (legítimo representante del pueblo vasco) hace que en estos momentos presentemos nuestra disolución oficial”46La vuelta a la lucha armada se descartaba, salvo en caso de involución política con un nuevo golpe de Estado. Por último, destacan que "la lucha armada y ETA ya han cumplido su papel", e invitaban a que su decisión "sea tenida en cuenta por el resto de las organizaciones armadas"47 El tiempo de la lucha armada ya había pasado, era el momento de actuar por cauces políticos. © Historia Actual Online 2013 ISSN 1696-2060 5. De la reinserción a las amenazas. La noticia de la disolución de ETApm VII Asamblea fue acogida con alegría en todos los sectores políticos, aunque con reservas, ya que era ETAm la que proporcionaba los mayores quebraderos de cabeza a la clase política. De todas maneras, la disolución de ETApm era la prueba necesaria para desbloquear finalmente el proceso de reinserción. Los primeros exiliados séptimos volvieron en una fecha tan temprana como el 4 de octubre, ya que no tenían ninguna causa pendiente. La cifra total se sitúa entre 70 y 100 antiguos militantes de ETA, incluyendo otras ramas aparte de la político-militar, y continuó con la llegada del PSOE al gobierno central. El proceso se dilató hasta enero de 1985 en que paso la frontera el último de sus dirigentes, Joseba Aulestia.48 ETApm VIII Asamblea siguió activa durante algunos años más. Estos desarrollaron una campaña de denuncia contra Euskadiko Ezkerra, a quien consideran culpable de las detenciones de miembros de su organización. Se amenazó, de hecho, a Bandrés y Onaindía, a quienes se acusaba de traidores. El propio Bandrés hablaba de la demencial presencia de los octavos, que no tardarían en acogerse a una fórmula de reinserción parecida a la de los séptimos, la llamada “vía Azkárraga” que toma el nombre del senador del PNV que la promovió: "Toda persona mínimamente informada sabe en Euskadi que la superación de la espiral de la violencia pasa por buscar una solución al problema de los presos vascos y los exiliados. Nosotros consideramos que esa es una obligación moral y política de toda persona que desee sinceramente la pacificación y normalización de Euskadi, y no tiene por ello nada que ver con siglas concretas".49 Los octavos mostraron una actitud tildada de mafiosa ante el abandono de la violencia, con la creencia de que esos militantes iban a otorgar información sobre ellos. Incluso cuando ya se estaban reinsertando miembros de ETA político militar VIII Asamblea, seguían atacando a los séptimos por hacer lo mismo que ellos estaban realizando. Sin embargo, no hubo que lamentar ninguna víctima, aunque la presión social duró bastantes años y los octavos llegaron a secuestrar a compañeros que pretendían abandonar la lucha armada.50 Finalmente, los octavos fueron reinsertándose con cuentagotas 37 Los que volvieron a casa... mediante la “vía Azkarraga” y algunos otros se integraron en ETAm. ETA militar sí cruzó esta línea y asesinó a antiguos militantes de su propia rama que habían abandonado la lucha armada, en una demostración fatal de lo que pasaba si los militantes se acogían a la reinserción. En febrero de 1984 asesinaba a Mikel Solaun, que había abandonado la lucha armada por la vía Bandrés, del que se publica a su muerte una carta en la que relataba cómo había sido difícil abandonar el terrorismo.51 Especialmente dramático fue el caso de Yoyes, antigua dirigente de ETA, asesinada en septiembre de 1986 cuando se encontraba junto a su hijo pequeño, después de haber vuelto del exilio.52 El balance de estas medidas de reinserción polimili puede ser valorado como positivo. Unos cien miembros de la organización se beneficiaron de ellas y pudieron regresar a casa dentro de un proceso colectivo. Sin embargo, algunos autores como Gaizka Fernández Soldevilla han calificado este proceso de “amnistía encubierta”.53 En nuestra opinión, se produjo una salida satisfactoria por ambas partes, ya que los polimilis regresaban a casa en un tiempo bastante corto, mientras que los precios políticos, que los hubo, no fueron excesivamente elevados, compensados con el hecho de que una facción de ETA abandonase la violencia. Más que una amnistía, sería considerado como una contraprestación al abandono de la violencia por parte de los polimilis, una transacción en la que ambas partes salían ganando, tanto una UCD en descomposición, que necesitaba algo a lo que agarrarse, como una EIA que quería presentarse como una fuerza promotora de la paz en Euskadi. Contamos con algunos testimonios de los antiguos miembros de ETApm, que se ocuparon de ofrecer bastantes entrevistas, antes y después de su vuelta, para dar una imagen de civilización de los militantes reinsertados. Podemos seguir de esta manera el proceso de “vuelta a casa”. Miren Alkorta, militante de ETApm, hablaba el 11 de octubre ante la inminente vuelta al País Vasco: “Cuando vuelva, que no va a ser mañana ni pasado, lo primero que voy a hacer es dar un abrazo enorme a mi familia y a mis amigos y después imagino que emborracharme con ellos. No hago más 38 Eduardo Parra Iñesta. que darle vueltas, voy a descubrir que la vida normal es algo maravilloso: el pasear, el poder gritar. Intentaré estudiar bellas artes, vivir con mi hijo y con Joseba y claro, trabajar”.54 Otro de los históricos de ETApm, Fernando López del Castillo, hablaba en 1985 de las sensaciones que produjo la vuelta a casa y a la legalidad, así como de la reconciliación que se dio en País Vasco, aunque las tensiones entre simpatizantes milis y polimilis perdurarían. “Cuando llegué a Vitoria, tuve dos sensaciones: primero la constatación de que había vivido una larga experiencia de aislamiento, y segunda, que me resultaría fácil recuperar los contactos, las costumbres y el ritmo de vida anterior. Entraba en los bares de mi barrio y la gente, incluida la de HB, me saludaba; me parecía que había estado allí toda la vida. Luego, el encuentro en la calle con los adversarios políticos te despierta la idea de la reconciliación"55 Conclusiones. En este artículo hemos pretendido recoger algunas de las ideas que podemos extraer de este proceso de disolución y reinserción de ETA político militar. En primer lugar, hay que destacar el esfuerzo que se realizó desde el entorno político de Euskadiko Ezkerra, si tenemos en cuenta desde donde se partía, por más que pecase en ocasiones de doble moral. Se consiguió que una parte de la organización armada abandonase la violencia con éxito, con unos costes políticos no demasiado grandes. Aquí debemos recoger el análisis de Gaizka Fernández Soldevilla, que destaca los caminos inversos de EIA/Euskadiko Ezkerra y Herri Batasuna. Mientras EIA nació como el brazo político de la organización armada y se fue convirtiendo progresivamente en un ente autónomo; Herri Batasuna, nacido en el ambiente autónomo y plural de las Cumbres de Chiberta fue sometiéndose lentamente a la disciplina de ETA militar.56 En segundo lugar, hay que deconstruir la conceptualización que considera a ETApm como la “ETA buena”. Como casi todas las escisiones en ETA, los polimilis pretendían ser una nueva alternativa al militarismo y ultranacionalismo del Frente Militar, una nueva ocasión de intentar conciliar nacionalismo con © Historia Actual Online 2013 HAO, Núm. 32 (Otoño, 2013), 31-41 marxismo. Para ello dieron un paso importante, como fue la creación de EIA, que con el tiempo se convirtió en una formación de suma importancia para la normalización política de Euskadi, aunque tuviese más importancia mediática que electoral. Podemos decir que EIA fue la gran creación de ETApm. Si ETApm fue considerada como “buena”, aparte de por su ideología más izquierdista y obrera, sobre todo por la comparación ante ETAm, mucho más sangrienta. Intentó unir la lucha de masas con la lucha armada, algo que se demostró irrealizable, pero no hay que olvidar que contribuyó con sus atentados y con sus 22 muertes57 a la inestabilidad en País Vasco y rompió muchas familias. En tercer lugar, hay que referirse a una de las grandes “sombras” del proceso, el trato deparado a las víctimas. En aquellos tiempos no se encontraban tan organizadas como ahora, pese a la división de las mismas. No existían asociaciones de víctimas, ni se les consideraba como un grupo con voz dentro de la política que llevar a cabo con ETA. No se contó con ella, lo que provocó algunos episodios de dolor a la vuelta de polimilis, que aparecían recurrentemente en los medios de comunicación. Este tema ha evolucionado a un difícil punto de equilibrio, como se ha observado tanto en los sucesivos intentos de negociación, como el del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tras la tregua de 2006 o el acercamiento de presos del gobierno de Mariano Rajoy a partir del abandono de la lucha armada de 2011, que han provocado críticas en diferentes sectores de las víctimas. En cuarto lugar, habría que cuestionarse si en ETApm se dio un proceso de arrepentimiento. Es conocido que el gobierno italiano promovió las políticas de arrepentimiento para acabar con las Brigadas Rojas en los años ochenta, dirigidas por el general Della Chiesa, que buscaba la colaboración a cambio de beneficios penitenciarios. Sin embargo, como nos cuenta Mario Moretti, no fue un arrepentimiento en realidad, sino una política de delación. Para que haya arrepentimiento es necesario que exista un cuestionamiento de conciencia.58 Por ello, como nos cuenta Gaizka Fernández Soldevilla, los únicos “arrepentidos” de verdad fueron los milikis, los octavos que terminaron entrando en ETA militar, para lo que tuvieron que realizar una “honesta y reflexionada autocrítica y práctica de nuestra errónea trayectoria política” de manera pública.59 Tanto séptimos como © Historia Actual Online 2013 ISSN 1696-2060 octavos, se acogieron a unas medidas de reinserción que no requirieron una disculpa pública o una abnegación de su pasado. El propio Juan María Bandrés se refería a que el término de arrepentido no ha cuajado en relación a los séptimos: “El término terroristas arrepentidos -en el sentido italiano del término- no ha cuajado en Euskadi en relación a los séptimos. Por el contrario, estos últimos han sido acogidos con respeto incluso en ambientes muy radicalizados. Según muchos observadores, esto ilustra una significativa evolución de la situación política vasca.”60 Los años fueron pasando, y el análisis del fin de ETApm ha sido recurrente cada vez que se ha motivado una tregua en ETA militar, como las de 1998, 2006 o en 2011. En este contexto, el estudio de ETA político militar se revela de suma importancia, a la hora de entender un tema, el de ETA, que ha entrado en la segunda década de siglo de plena actualidad. ETA político militar nos ofrece un modelo de abandono de la lucha armada, del cual podemos extraer ideas para analizar otros casos de abandono de la violencia. En el episodio más cercano a la composición de este artículo, el anuncio del abandono de la lucha armada de ETA en 2011, dos puntos parecen clave, a la luz de la lectura de ETApm, tanto el tema de los presos como los exiliados. Estos dos grupos, que dicho sea de paso necesitan un análisis histórico en profundidad, forman parte del problema y de la solución en un posible proceso de paz. Los presos siempre han constituido un grupo de presión dentro de la organización. Han asumido una función de retroalimentación dentro de la misma, elaborando un discurso de necesidad de lucha porque existen presos, y esa lucha genera más gente en las cárceles por las que pelear. Una posible solución del problema debe intentar resolver el problema de los presos, ofrecer una salida aceptable para todas las partes. Asimismo, los exiliados constituyen otro grupo de importancia, aunque no tanto como en el caso de ETApm. Su vuelta aparece como otro de los temas que aparecen sobre la mesa, al igual que en la reinserción polimili. Con todo, esta disolución de ETA político militar que hemos estudiado, puede ser propuesta como modelo de abandono de la violencia por parte de una organización armada. Supone un ejemplo que nos muestra que es 39 Los que volvieron a casa... posible dejar la lucha armada y que sus miembros se reinserten en la sociedad, sin que existan fracturas dentro de la misma o haya que pagar grandes precios políticos. Se demostró que existía una salida para la cuestión de ETA, una alternativa sin violencia y sin enfrentamientos, que buscó sin éxito que la rama militar se adhiriera a la misma. En definitiva, una fórmula que debe reivindicarse desde el momento actual en que ETA ha abandonado, parece que definitivamente, la violencia, recordando que la salida de la violencia ya fue posible y que existe una alternativa pacífica y de convivencia en País Vasco. Notas. 1 Amigo, A. Pertur: ETA 71-76. San Sebastián, Hordago, 1978. 2 Giacopucci, G. ETA PM: El otro camino. Tafalla, Txalaparta, 1997. 3 Fundación Fernando Buesa (ed.) II Encuentros. Luces y sombras de la disolución de ETA Político Militar. Vitoria, Fernando Buesa, 2007. 4 Fernández Soldevilla, G. “Agur a las armas. EIA, Euskadiko Ezkerra y la disolución de ETA político militar (1976-1985)” en Sancho el Sabio. Revista de cultura e investigación vasca. Nº 33, 2010. Págs. 5596. y “Séptimos, octavos y milikis. Los finales de ETA político-militar (1981-1985)” en Spagna contemporánea. nº 30, 2011. Págs. 51-73 5 Fernández Soldevilla, G. y López Romo, R. Sangre, votos y manifestaciones: ETA y el nacionalismo vasco radical, 1958-2011. Madrid, Tecnos, 2012. 6 Escrivá, A. El camino de vuelta. La larga marcha de los reinsertados de ETA. Madrid, El País, 1998. 7 Fernández Soldevilla, G. “De las armas al Parlamento…” Pág. 247 8 “Propuesta de alternativa para el KAS” en Equipo Hordago Documentos Y. San Sebastián, Hordago, 1981. Tomo XVIII. Pág. 23 9 Domínguez Iribarren, F. ETA en Cataluña. Madrid, Temas de Hoy, 2005. 10 Domínguez Rama, A. “Vous qui pour la liberté allez demain mourir… 27 de Septiembre de 1975. El eco internacional de los últimos fusilamientos de la dictadura” en Quirosa-Cheyrouze, R. (dir.) Actas del II Congreso Internacional Historia de la Transición en España. Los inicios del proceso democratizador. Almería, 28 Noviembre – 2 Diciembre 2005. OLIVER OLMO, P. La pena de muerte en España. Madrid, Síntesis, 2008. En este libro se enmarcan también estos hechos, dentro del análisis del impacto de la pena de muerte en España. 11 El País, 28 de mayo de 1977. “Diferencias políticas en ETA”. “La crisis y escisión en ETA (pm)”, Hautsi 15, julio 1977 en HORDAGO, Documentos Y, tomo XVIII, págs.. 214-223. 12 El País, 26 de septiembre de 1976. 40 Eduardo Parra Iñesta. 13 “EIA, un partido esencialmente obrero” en El País, 3 de abril de 1977. 14 Fernández Soldevilla, G. “Agur a las armas. EIA, Euskadiko Ezkerra y la disolución de ETA político militar (1976-1985)” en Sancho el Sabio. Revista de cultura e investigación vasca. Nº 33, 2010. Págs. 5596.Pág. 59 15 El País, 3 de abril de 1977. “EIA, un partido esencialmente obrero” 16 Constituyó una especie de amnistía encubierta por la que los miembros más destacados de ETA, en especial los condenados por el Proceso de Burgos, recobraban la libertad mediante el exilio a países europeos, recuperando una figura de la Edad Moderna. Sin embargo, no tardarían en volver a País Vasco. 17 Fernández Soldevilla, G. “Ellos y nosotros: la cumbre de Chiberta y otros intentos de crear un frente abertzale en la Transición” en Historia del presente. Nº 13, 2009. Págs. 97-114 18 Castro, R. Juan María Bandrés: Conversaciones para la paz. Madrid, Hijos de Muley-Rubio, 1998.Pág. 180 19 Markiegi, X. “Euskadiko Ezkerra: Una contribución a la pedagogía política vasca” en Fundación Fernando Buesa (ed.) II Encuentros. Luces y sombras de la disolución de ETA Político Militar. Vitoria, Fernando Buesa, 2007. Pág. 106108. 20 Onaindía, M. La lucha de clases en Euskadi. San Sebastián, Hordago, 1979. 21 “Lectura insólita del Capital” en El País, 24 de febrero de 1979. 22 Egin, 1 de agosto de 1979. 23 “Los dos nuevos frentes del terrorismo”. El País, 5 de julio de 1979. 24 “Euskadiko Ezkerra urge al gobierno a negociar con ETA pm”. El País, 15 de noviembre de 1979. 25 Unzueta, P. “El gobierno vasco y Bandrés, contra la amenaza de ETApm” El País, 24 de junio de 1980. 26 “Euskadiko Ezkerra se considera objeto de una maniobra del gobierno” El País, 12 de julio de 1980. 27 Revuelta, M. Herrera de la Mancha. Sumario 22/79: Un caso ejemplar 28 El País, 15 de noviembre de 1980. 29 Deia, 7 de febrero de 1981. Egin, 14 de febrero de 1981 30 Egin, 17 de febrero de 1981. 31 Egin, 1 de marzo de 1981. 32 El País, 1 de marzo de 1981. 33 Onaindía, M. El aventurero cuerdo. Memorias 1977-1981. Madrid, Espasa Calpe, 2004.Pág. 560 y ss. 34 El País, 25 de marzo de 1981. 35 Castro, R. Óp. Cit. Pág. 224 36 El País, 12 de noviembre de 1981. 37 Egin, 15 de marzo de 1981. 38 Deia, 19 de enero de 1982. Egin, 19 de enero de 1982. 39 El Correo Español. El Pueblo Vasco, 21 de Enero de 1982. 40 Deia, 6 de febrero de 1982. © Historia Actual Online 2013 HAO, Núm. 32 (Otoño, 2013), 31-41 ISSN 1696-2060 41 Deia, 23 de febrero de 1982. El País, 18 de febrero de 1982. 42 Diario 16, 4 de abril de 1981. 43 Fernández Soldevilla, G. “Agur a las armas…” Pág. 72 44 Deia, 9 de septiembre de 1982. 45 El País, 1 de octubre de 1982. 46 El País, 1 de octubre de 1982. 47 Deia, 1 de octubre de 1982. 48 El País, 15 de enero de 1985. 49 El País, 16 de mayo de 1983. 50 Deia, 20 de octubre de 1984. 51 El País, 5 de febrero de 1984. 52 El País, 12-13 de septiembre de 1986. 53 Fernández Soldevilla, G. “A lomos de un tigre. ETA, la izquierda abertzale y el proceso de democratización” en Historia del presente. Número 19, 2012. Pág. 30 54 El País, 11 octubre 1982. 55 El País, 27 de enero de 1985. 56 Fernández Soldevilla, G. “A lomos de un tigre…” Pág. 35 57 www.march.es/ceacs/proyectos/dtv/datasets.asp Última visita 4-11-2012 58 Moretti, M. Brigadas Rojas: Entrevista con Carla Mosca y Rossana Rossanda. Tres Cantos (Madrid), Akal, 2002. 59 Fernández Soldevilla, G. “Agur a las armas…” Pág. 92 citado de CDHC, c. ETA (1976-1985), “ETA(pm)ren Agiria Euskal Herriari”, febrero de 1984. 60 El País, 22 de enero de 1984. Siglas utilizadas: EE: Euskadiko Ezkerra (Izquierda del País Vasco) EIA: Euskal Iraultzarako Alderdia (Partido para la Revolución Vasca) EMK: Euskadiko Mugimendu Komunista (Movimiento Comunista Vasco) ETA: Euskadi ta Askatasuna (Euskadi y Libertad) ETApm: ETA político militar ETAm: ETA militar HB: Herri Batasuna (Unidad Popular) © Historia Actual Online 2013 41