Enseñanzas bíblicas para Discípulos en Crecimiento. Lección 5. TEMA: EL CARÁCTER DE LOS CREYENTES COMPROMETIDOS CON LA VISION – PARTE 5. TITULO: COMPETENTES EN EL PODER DE DIOS TEXTO BASE: 2 CORINTIOS 3: 4 - 6 INTRODUCCION: Como ya estudiamos en la enseñanza anterior, no debemos creer que de alguna manera somos indispensables en la obra de Dios, con nuestros propios talentos, esfuerzos y cualidades. Eso sería contrario al texto bíblico, sería poner a Dios a depender de nosotros y no que nosotros dependamos de EL. El ministerio es Dios usando a un hombre. Cuando el creyente quita a Dios de su vida ministerial y empieza a confiar en si mismo, es cuando se cree indispensable, se vuelve altivo, exaltado, orgulloso, vanaglorioso, amigo de contiendas y hasta agresivo de palabras. En fin, lo que llamamos “una chuleta con ojos”. ¿Pero, que nos recomienda las escrituras para evitar esos desequilibrios? Estudiemos este pasaje. Veamos primero los versículos 2 y 3 del mismo capítulo. El apóstol Pablo nos dice que somos cartas de Cristo, escrita por quienes nos enseñan la sana doctrina apostólica (nuestros pastores y maestros) ; es decir, somos el resultado del accionar de la palabra de Dios en nuestro corazón, pero de la palabra limpia, sin alteraciones ni razonamientos a conveniencia humana. Somos el reflejo de lo que nuestros maestros nos enseñan. Que gran responsabilidad tenemos ante Dios; porque somos maestros los unos de los otros en el compartir de la palabra todo el tiempo que servimos en las células. Menos mal que no escribimos con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo. Esto nos aclara que el que enseña, debe hacerlo bajo la unción del Espíritu Santo. Juan 16:14 habla de la obra del Espíritu Santo de revelar la verdad. Ya no escribimos en tablas de piedra; sino en el corazón de los que nos escuchan. Hebreos 10:15, esta es la obra del Espíritu Santo escribiendo la palabra que hablamos, en la mente y en el corazón de los que nos escuchan. (Vr. 4) Esta es la confianza que tenemos en Dios, mediante Jesucristo. Que no somos nosotros los autores de la obra; sino los hacedores, los obreros, los instrumentos, los ministros usados para hacer la obra. (Vr.5) No estamos capacitados, quiere decir que no tenemos la capacidad, que esto no es cosa humana; sino que es lo sobrenatural, la participación de la naturaleza divina (lo espiritual), la que nos hará fluir y ejercer adecuadamente la labor ministerial. (2 Pedro 1: 3 y 4) Nuestra capacidad proviene de Dios. Es Dios mismo quien nos ha dado la autoridad y el poder para ministrar en su nombre y nos hizo ministros del nuevo pacto por su Santo espíritu. 2 Pedro 4: 11 nos dice que si alguno habla (enseña) lo haga conforme a las palabras del Señor, no con conceptos personales. Aquí no cabe eso de que “Yo pienso que…” “Yo creo que…” “A mi me perece que…” “a mi me dijeron que…” “En cierta iglesia dicen que…” NO!! Lo que conviene es: “La palabra de Dios dice así” “Dicen las escrituras….” “La Biblia dice que…” Si alguno ministra; quiere decir, si alguno tiene ministerio (ujier, músico, cantor, maestro de escuela dominical, maestro de cursos bíblicos, pastorado, maestro de célula, Asesor, administrador, etc.) ministre conforme al poder que Dios da y no al suyo propio, no al poder que el mismo se da. La razón de que se exija que se haga así es: Para que en todo sea glorificado el Padre Dios, por Jesucristo. Quiere decir que la obra que nosotros hacemos en la guía y el poder del Espíritu Santo, es la obra de Jesucristo, y esta obra es la que glorifica a Dios. Que precioso!!! Tu y yo somos participes de la alabanza y la gloria al Padre cuando dependemos humildemente del poder de Dios para servir. Para recordarnos que la gloria y el imperio por los siglos de los siglos, le pertenecen a Dios. Es decir, para evitarnos que robemos la gloria a Dios con actitudes vanagloriosas, soberbias y de autosuficiencia. También para evitarnos que pretendamos levantar nuestro propio imperio, nuestro reinito personal dentro de la iglesia. Reconozcamos nuestras limitaciones humanas, para poder postrarnos ante Dios en total dependencia de EL. 2 Corintios 4:7 VASOS DE BARRO. Es lo que debemos considerarnos. En lo humano somos verdaderamente frágiles, vulnerables, siempre asediados por dolor, hambre, enfermedad, persecución, angustias. ¿Humanamente que somos? Nada. Si algo bueno hay en nosotros de Dios procede, Si algo digno de alabanza hacemos, de Dios sale el poder y la virtud; por lo tanto la excelencia del poder siempre será de Dios y no de nosotros. Romanos 12:3 dice: Que nadie se enaltezca a si mismo, que no se considere el único, el indispensable, el sabelotodo, y aquí nos recomienda el apóstol que pensemos de nosotros mismos con cordura; quiere decir: como cuerdo, no como LOCO. Que tenga el concepto que debe tener: Sin Cristo nada soy, sin su gracia y sin su autoridad delegada, nada soy. Si algo tengo, si algo puedo, si algo soy, es por su misericordia. Tenga fe, mucha fe; pero no una fe propia, inventada, desproporcionada que lo lleve a pensar locuras; sino conforme a la medida de fe que Dios le repartió. Es decir, sueña con propósito, anhela cosas grandes pero dentro del propósito de Dios. Prepárate para servir con propósitos definidos por la VISION de la iglesia donde fuiste puesto por Dios. Enfoca tu plan de vida conforme a lo que Dios determinó para ti y Tu congregación. ORACION SUGERIDA: Señor perdóname por haber pretendido servirte en mis propias fuerzas, con mis propios métodos. Perdóname por olvidar que yo dependo de ti en todas las cosas y creer que yo puedo resolverlo todo sin ti, que yo tengo la razón en todo, que mis pensamientos son mejores que los tuyos. Hoy vengo a ti arrepentido para decirte que reconozco tu señorío sobre mi, que me ayudes y me fortalezcas. Que me guíes, que ignores la necedad de mis pensamientos para que hagas en mi tu voluntad y que si te place, me uses como tu dispongas, dotado con tu poder, tu autoridad y bendecido por tu misericordia. Amén.