An¶alisis del cultivo comercial de la langosta de agua dulce (Cherax

Anuncio
An¶alisis del cultivo comercial de la langosta de agua dulce
(Cherax quadricarinatus): y su posible impacto en America Latina.
Je s u ¶ s T. P o n c e P a la fo x,
L a b o r a t o r io d e B io in g e n ie r ¶ ³a A c u ¶ ³c o la , Ce n t r o d e In ve s t ig a c io n e s B io l¶o g ic a s ,
U A E M. A . P . 5 8 4 , Cu e r n a va c a , Mo r e lo s , M¶e xic o . E { m a il: c u lt la n g @c ib .u a e m .m x.
Jo s ¶e L u is A r r e d o n d o Fig u e r o a ,
P la n t a E xp e r im e n t a l d e P r o d u c c i¶o n A c u ¶ ³c o la , D e p a r t a m e n t o d e H id r o b io lo g ¶ ³a ,
CB S , U A M{ I. A . P . 5 5 { 5 3 5 , M¶e xic o 0 9 3 4 0 D . F. E { m a il: a fjl@xa n u m .u a m .m x
y X a vie r R o m e r o .
Co n s u lt o r e n a c u ic u lt u r a . Gu a ya qu il, E c u a d o r . E { m a il: xr o m e r o @g ye .s a t n e t .n e t
En la naturaleza existen alrededor de 1,200 g¶eneros
y 10,000 especies de crust¶
aceos dec¶
apodos (Holdich
y Lowery, 1988), de los cuales los de mayor importancia comercial corresponden a dos grupos: a) los
camarones peneidos (como por ejemplo : Penaeus
monodon, P. vannamei y P. japonicus) y b) el langostino gigante de Malasia (Macrobrachium rosenbergii). Su producci¶
on a escala comercial ha impulsado la investigaci¶
on y su desarrollo tecnol¶
ogico,
logr¶
andose avances importantes y rendimientos de
considerable magnitud que aseguran la rentabilidad
econ¶
omica y ¯nanciera de las granjas.
Re s u me n
En e l pre se nte tra ba jo se a na liz a n a lg uno s a spe c to s de
la pro ble m¶a tic a de l c ultiv o de l C herax a niv e l c o me rc ia l c o n ¶e nfa sis e n la s e x pe rie nc ia s o bte nida s e n Ec ua do r
y M ¶e x ic o . El do c ume nto se ha div idido pa ra su pre se nta c i¶o n e n tre s pa rte s: e n la prime ra , se me nc io na n a lg una s c o nside ra c io ne s so bre la intro duc c i¶o n de e sta e spe c ie pa ra c ultiv o e n lo s pa ¶ ³se s La tino a me ric a no s, pe ro
de bido a la fa lta de e stud¶ ³o s e c o l¶o g ic o s y de l impa c to
e c o l¶o g ic o q ue e sta e spe c ie pue da o c a sio na r, se indic a n lo s
pro ble ma s q ue se ha n pre se nta do c o n e l de c ¶a po do m¶a s
c e rc a no e l a c o c il ro jo P rocambaru s clarkii; e n la se g unda pa rte , se disc ute n lo s a spe c to s m¶a s impo rta nte s q ue se
pre se nta ro n c o n la intro duc c i¶o n de l C herax e n siste ma s
de c ultiv o c o me rc ia l, y e n la u
¶ ltima pa rte , se de te rmina n lo s po sible s te ma s de inv e stig a c i¶o n q ue pue de n c o ntribuir a la so luc i¶o n de su pro ble m¶a tic a y me jo ra r e l de sa rro llo te c no l¶o g ic o de l c ultiv o de e sta e spe c ie .
De las investigaciones a nivel mundial que se han realizado en torno al cultivo de crust¶
aceos dec¶
apodos,
se ha puesto una especial atenci¶
on a los acociles o
langostas de agua dulce que pertenecen a tres familias: Cambaridae, Astacidae y Parastacidae. Las
familias Astacidae y Cambaridae se encuentran restringidas al Hemisferio Norte, en cambio la familia Parastacidae s¶
olo se presenta en el Hemisferio
Sur. De estas u
¶ltimas las llamadas langostas de agua
dulce Australianas del g¶enero Cherax son las que
exhiben mayor potencial en la acuicultura (Jones,
1990).
Introducci¶
on
Dentro de las principales especies animales acu¶
aticas
que se cultivan a nivel mundial, las pertenecientes
al grupo de los crust¶aceos dec¶apodos han demostrado poseer una rentabilidad aceptable, y como ejemplo de ello existen numerosas granjas de engorde
de camar¶
on marino (Familia Peneidae) y langostino (Familia Palemonidae), que se localizan en algunos pa¶³ses del mundo al igual que en M¶exico y
cuyo desarrollo ha signi¯cado una de las actividades
acu¶³colas productivas m¶as importantes de la presente
d¶ecada.
El g¶enero Cherax se distribuye pr¶
acticamente en toda Australia excepto en Tasmania. Estos organismos
se localizan en r¶³os que llegan a las zonas costeras, en
r¶³os interiores y cuerpos de agua epicontinentales como lagos y presas. Las experiencias han demostrado que es el g¶enero en Australia con mayor potencial para la acuicultura (O'Connor y Rayns, 1992).
54
An¶
alisis del cultivo comercial. . . Jes¶
us T. Ponce Palafoxa, Jos¶e Luis Arredondo Figueroab y c Xavier Romero.55
Dentro del g¶enero Cherax existen muchas especies
cuyo estudio en Australia se encuentra en desarrollo, sin embargo, actualmente s¶olo tres son de inter¶es
comercial; Cherax destructor, Cherax tenuimanus y
Cherax quadricarinatus. Este u
¶ltimo es el que tiene
el mayor potencial en las regiones tropicales para
desarrollarse como un cultivo de importancia comercial. Esta especie es conocida com¶
unmente como
marron de Queensland, langosta de agua dulce o cangrejo de tenazas o quelas rojas. Es nativo del Norte
del estado de Queensland y del Territorio Norte
(O'Connor y Rayns, 1992), de ah¶³ que se le llame
el marr¶
on de Queensland, no obstante por ahora,
se tiene como bien aceptado el nombre de langosta de agua dulce de tenazas o quelas rojas (Figura 1). Es de ¶esta u
¶ltima especie de la que nos ocuparemos por considerarla como la m¶as importante
para las regiones c¶alidas de la regi¶on latinoamericana, y de la cual ya se cuenta con un desarrollo tecnol¶
ogico y ha sido introducida en varios pa¶³ses de Europa, Africa, Sudeste de Asia, Estados Unidos de
Norteam¶erica y Latinoam¶erica.
F ig ura 1 . A spe c to g e ne ra l de la la ng o sta de q ue la s ro ja s (C herax qu adricarinatu s ), c ultiv a da e n la Pla nta Ex pe rime nta l de Pro duc c i¶o n A c u¶ ³c o la , de la U A M { I.
A pesar de los avances logrados en el desarrollo
cient¶³¯co y tecnol¶ogico del cultivo de los dec¶
apodos
en el mundo, sobre todo con el camar¶on y el langostino, la b¶
usqueda de nuevas especies de crust¶
aceos
dec¶
apodos para mejorar la rentabilidad econ¶
omica
de los sistemas de cultivo contin¶
ua y M¶exico no es la
excepci¶
on, por lo que la ¯nalidad del presente trabajo es analizar los aspectos m¶as importantes del cultivo comercial de la langosta de agua dulce, los resultados logrados hasta el momento, sus problemas y las
necesidades de investigaci¶on y desarrollo tecnol¶
ogico
que se requieren realizar para mejorar el cultivo con
especial ¶enfasis en el ¶ambito latinoamericano.
En esta u
¶ltima d¶ecada se han logrado importantes
contribuciones en el conocimiento del impacto que
ha causado el cultivo de crust¶aceos en otros pa¶³ses
del mundo, sin embargo la optimizaci¶
on de todo el ciclo de producci¶
on implica el establecimiento de diversas t¶ecnicas, que en la mayor¶³a de los casos son
caras y exigen el desarrollo de cultivos alternos para
poder suplir las necesidades en alguna fase de su ciclo
de vida, o en su defecto su cultivo depende del comportamiento estacional de la especie o m¶
as a¶
un de la
disponibilidad de organismos en su medio ambiente
natural como es el caso en el cultivo del camar¶on. Estos problemas se han presentado en muchas partes
del mundo y de ello se ha aprendido a no poner en
riesgo la fauna y °ora acu¶
atica nativa y de los impactos ecol¶
ogicos que causan las granjas de cultivo en el entorno donde se ubican.
La importancia del g¶enero Cherax en acuicultura
queda mani¯esta ya que se ha introducido con estos ¯nes en varios pa¶³ses del mundo y de Latinoam¶erica como es el caso de Ecuador, M¶exico y Cuba. Adem¶
as, ya se contempla su introducci¶
on en Costa Rica y Honduras. Existen una serie de elementos
de car¶
acter biol¶
ogico, tecnol¶
ogico y de mercado para
la selecci¶
on apropiada de una especie con prop¶ositos
de cultivo, ya sea nativa o introducida. La langosta de tenazas o quelas rojas ofrece ventajas comparativas con respecto a otras especies de crust¶aceos
dec¶
apodos comerciales. En principio el cultivo puede
realizarse en agua dulce; si la temperatura del agua
se mantiene por arriba de los 21± C, las perspectivas de producci¶
on de larvas, el pre{engorde y el engorde a tallas comerciales es grande. En cuanto al peso del animal se puede calcular que de un 35 a 50%
del organismo es carne, relaci¶
on que lo pone en ventaja contra otras especies como el camar¶
on y langostino (Masser y Rouse, 1990). Si comparamos las
principales caracter¶³sticas biol¶
ogicas de la langosta
de quelas rojas, con otras especies comerciales cercanas como el el caso del acocil Procambarus clarkii
y el langostino gigante de Malasia Macrobrachium
rosenbergii, podemos ver que entre las ventajas de esta especie detaca que presenta u
¶nicamente dos estadios larvales adheridos a la parte ventral del abdomen de la hembra, lo que asegura una mayor supervivencia de las larvas, en comparaci¶
on con el langostino que presenta 11 cambios metam¶
or¯cos despu¶es de la eclosi¶
on de la larva zoea y que adem¶as requiere de una salinidad entre 10 y 12 partes por mil.
Asimismo, el intervalo entre los desoves es de 1 a 2
meses, que es m¶
as corto que las otras especies; se
pueden obtener hasta dos cosechas al a~
no; su supervivencia en condiciones de cultivo llega hasta el 94%
y sus h¶
abitos de conducta son m¶
as bien sociales, en
comparaci¶
on con el acocil que tiene h¶
abitos escavadores y el langostino h¶
abitos agresivos y territoriales. No obstante, se debe tener cuidado en la selecci¶
on de los ejemplares a introducir y en conocer con
la mayor precisi¶
on posible sus requerimientos de cali-
56
dad de agua, nutrici¶on y enfermedades, ya que las experiencias que se han tenido con el cultivo del langostino en los u
¶ltimos 20 a~
nos en M¶exico, as¶³ como en otros pa¶³ses de Latinoam¶erica, no han dado los resultados esperados ni han cubierto las expectativas de rentabilidad de los productores.
La introducci¶
on del Cherax a los pa¶³ses latinoamericanos con prop¶ositos de cultivo, sin contar con
estudios b¶
asicos sobre su posible impacto en los
ecosistemas acu¶aticos, ni demostrar su rentabilidad
econ¶
omica y ¯nanciera bajo las condiciones particulares de cada pa¶³s, di¯culta el asegurar el ¶exito de
las empresas dedicadas a esta actividad, a pesar de
que continuamente se buscan especies con una mayor rentabilidad en la acuicultura regional, por lo que
hay que tener un cuidado excesivo en la transferencia de nuevas especies y tecnolog¶³as y evitar posibles impactos ecol¶ogicos que pongan en riesgo los recursos naturales.
Debido a lo anterior, para tener una idea por lo
menos general de las posibles consecuencias a las que
se exponen a nuestros ecosistemas acu¶aticos con la
introducci¶
on de la langosta de quelas rojas, presentamos para prop¶osito de comparaci¶on algunos de los
resultados obtenidos con la introducci¶on del acocil
rojo Procambarus clarkii con ¯nes acu¶³colas. Sin embargo, por las caracter¶³sticas de la especie creemos
que el impacto del Cherax podr¶³a ser menor que el
de P. clarkii, no obstante se requieren de estudios
de laboratorio y de campo para determinar los alcances reales del impacto y para poder de¯nir estrategias espec¶³¯cas para su control.
La mayor¶³a de las introducciones de acociles han
tenido consecuencias negativas Hobbs et al. (1989).
En las ¶
areas donde esta especie ha tenido poco o
ning¶
un valor econ¶omico se ha gastado considerable
esfuerzo para erradicarlo utilizando diversos mecanismos como los pesticidas (Chang y Lange, 1967).
Estos organismos son politr¶o¯cos y pueden servir como especies \keystone"para controlar la composici¶
on de especies acu¶aticas. Una nota positiva es la
selectividad de esta especie para controlar lib¶elulas
acu¶
aticas y semi{acu¶aticas las cuales son vectores
de pat¶
ogenos humanos como la esquistosomiasis, debido a que P. clarkii es un hu¶esped intermediario
de numerosos par¶asitos helm¶³nticos de vertebrados
(Johnson, 1977). Este acocil puede crear problemas
p¶
ublicos o veterinarios de salud cuando se trasplanta. Bas¶
andose en estudios de las relaciones entre los
hongos y los acociles de Norteam¶erica (Vey et al.,
1983) se asume que P. clarkii puede ser un vector
para la plaga de los hongos Aphanomyces astaci. En
lo que se re¯ere al g¶enero Cherax no se conoce con detalle su resistencia a esta plaga.
ContactoS 31, 54{61 (1999)
En el caso de las langostas Australianas la habilidad
para utilizar una amplia variedad de alimentos, sugiere que tienen una in°uencia compleja sobre los sistemas l¶enticos y l¶
oticos, y de acuerdo a los estudios
disponibles sobre los Astacidos y Parastacidos realizados por Masser y Rouse (1992), indican que la introducci¶
on a esos sistemas acu¶
aticos puede imponer considerable estr¶es ambiental y una irreparable alteraci¶
on de la biodiversidad. Entre los efectos m¶as
importantes se encuentran la in°uencia que tienen en
las pesquer¶³as de algunas especies tradicionales, debido a que por sus h¶
abitos alimentarios tiene efecto sobre la reducci¶
on de la cubierta de macro¯tas y
de los macroinvertebrados, pueden ser depredadores
de huevos de peces y seg¶
un los estudios de Magnuson et al. (1975), pueden eliminar a las especies de
acociles nativos (en el caso particular de M¶exico a
las especies de los g¶eneros Cambarellus y Procambarus).
Debido a lo anterior para el mejor desarrollo del
cultivo del Cherax, es necesario tener en consideraci¶
on que debe existir un conocimiento completo de la ecolog¶³a y la biolog¶³a del organismo, para lograr un manejo adecuado y evitar un impacto negativo sobre las especies nativas, as¶³ como de los requisitos sanitarios de este crust¶
aceo y m¶
as a¶
un estudios de mercado que aseguren la rentabilidad del cultivo.
En el Ecuador se introdujo en el a~
no de 1993, cuando
se iniciaron las primeras experiencias sobre su cultivo. En M¶exico la primera iniciativa de introducir esta especie para cultivo comercial ocurri¶
o en el a~
no de
1986 cuando una empresa, ubicada en el estado de
Quer¶etaro, intent¶
o traer la especie con pobres resultados, ya que los organismos perecieron en el camino.
A la fecha la especie se ha estudiado a partir de 1995
en la Planta Experimental de Producci¶
on Acu¶³cola
de la Universidad Aut¶
onoma Metropolitana, Unidad
Iztapalapa, en la Ciudad de M¶exico y en el Centro de Investigaci¶
on y Estudios Avanzados del Instituto Polit¶ecnico Nacional, Unidad M¶erida en Yucat¶
an. Recientemente en 1998, se transladaron algunos ejemplares de una granja del estado de Morelos, al Centro de Investigaci¶
on Cient¶³¯ca y de Estudios Superiores de Ensenada (CICESE) en Baja California y al Centro de Investigaciones Biol¶
ogicas del
Noroeste (CIBNOR) Unidad la Paz en Baja California Sur. Desde el punto de vista comercial se
tienen reportes de cultivo en los estados de Tamaulipas, Colima, Jalisco, Morelos, Distrito Federal y
Yucat¶
an.
An¶
alisis del cultivo comercial. . . Jes¶
us T. Ponce Palafoxa, Jos¶e Luis Arredondo Figueroab y c Xavier Romero.57
Aunque el cultivo del Cherax ya se realizaba r¶
usticamente en Australia a ¯nales de los setenta, el inicio del cultivo comercial en estanques data de 1985,
a partir de entonces los resultados estimados proporcionaron un rendimiento de 300 g por metro cuadrado o 3,000 kg por hect¶area en 12 meses de cultivo, seg¶
un el reporte de Aiken (1988). En Am¶erica se
iniciaron los estudio del Cherax por primera vez en
los Estados Unidos de Norteam¶erica obteniendo como resultado de las investigaciones que en un periodo de 7 a 8 meses es posible obtener organismos
con talla comercial de 50{100 gramos (Rouse et al.,
1991) (Figura 2).
Uno de los principales problemas con los que se enfrentaron al inicio del cultivo los productores de langosta en el Ecuador, fue que los Australianos que les
vendieron la tecnolog¶³a les dijeron que producir¶³an
de 2,500 a 3,000 libras de langosta por hect¶
area, con
una densidad de 7 organismos/m2 con un 70% de supervivencia y un peso promedio de 100 gramos en
seis meses. Las primeras experiencias demostraron
que no era cierto, ya que sus pesos eran menores y
adem¶
as hab¶³a una heterogeneidad de tallas mayor
que en los cultivos de camar¶
on marino y langostino,
por lo que se consideraron defraudados. Los que inicialmente siguieron las recomendaciones de los Australianos cultivaron con densidades de siembra de 12
organismos/m2 lo que los llevo al fracaso. Posteriormente, los productores Ecuatorianos modi¯caron y
adaptaron las t¶ecnicas de cultivo de acuerdo a las
condiciones locales de sus granjas, mostrando que
los mejores resultados se obtienen cuando se manejan 4 organismo por metro cuadrado, sin aireadores,
en estanques de media hect¶
area en donde se colocan de 15,000 a 21,000 refugios por hect¶
area, con
lo que fue posible producir de 1,500 a 2,000 libras
por hect¶
area, con una supervivencia del 50 al 70%
(Figura 3).
F ig ura 2 . T a lla pro me dio q ue a lc a nz a la la ng o sta de q ue la s ro ja s e n c o ndic io ne s de c ultiv o . En e ste c a so c o rre spo nde a una he mbra c o n hue v o s.
Las primeras corridas comerciales en el Ecuador se
realizaron a partir del mes de marzo de 1994, con resultados negativos, ya que se obtuvo una mortalidad
de 80% en promedio. Entre junio y julio de 1994 se
inicio la moda del cultivo del Cherax en el Ecuador,
la primera empresa que lo cultivo fue INACUA a recomendaci¶
on de un grupo Australiano, quien lo introduce en el Ecuador. Al inicio se presentaron los
primeros problemas en el cultivo y se comenzaron a
morir las langostas, aparentemente por la alta densidad utilizada en los estanques, por lo que utilizaron
aireadores con el objeto de disminuir la mortalidad
y mejorar la tasa de crecimiento.
A la fecha se tienen construidas 500 hect¶areas de cultivo y solamente est¶an en operaci¶on 350. La inversi¶
on fue alrededor de 20 millones de d¶olares. Generalmente se manejan dos estrategias de cultivo:
la primera por medio de sistemas intensivos con
agua de pozo, aireaci¶on y estanques de 0.25 a 0.30
hect¶
areas con una densidad de 7 a 10 organismos por
metro cuadrado y la segunda utiliza el cultivo semi{
intensivo con estanques de 0.5 a 1.0 ha, con agua de
r¶³o o canales, sin aireaci¶on y densidades de 3 a 5 langostas por metro cuadrado.
F ig ura 3 . V ista g e ne ra l de un e sta nq ue de c ultiv o de la ng o sta de q ue la s ro ja s e n Ec ua do r.
Adem¶
as, hicieron pruebas de crecimiento en estanques a salinidades de 8 0 =00 con buenos resultados. No obstante, por experiencias previas realizadas con Procambarus clarkii a salinidades entre
7 y 8 0 =00 se pudieran presentar enfermedades ocasionadas por virus.
En condiciones de cultivo en estanques r¶
usticos se
encontr¶
o que hasta los 20 g el macho y la hembra crecen igual, pero luego los machos crecen m¶
as r¶apido
y su intervalo de talla es m¶
as amplio, con una mayor desviaci¶
on est¶
andar. Por el contrario las hembras
presentan menor desviaci¶
on est¶
andar y menor intervalo de tallas. No se sabe si este comportamiento se deba a que exista una diferencia de tipo hor-
58
monal o a una dominancia de los machos que provocan este efecto.
En cuanto a la reproducci¶on se utilizan estanques de
1.2 hect¶
areas. Para la selecci¶on de reproductores, en
el caso de las hembras se escogen a las langostas que
alcancen en tres meses de 60 o 70 gramos de peso.
La proporci¶
on es de 5 hembras por cada macho. Los
reproductores machos que se utilizan tienen un peso
promedio de 220 g con ampollas rojas en las quelas.
La producci¶
on estimada es de 100 larvas por metro
cuadrado, con una supervivencia del 50 a 60%. Cada
mes se cosecha los juveniles y se colocan en estanques
de precria y cuando alcanzan un peso de 2 g se pasan
a los estanques de engorde.
En el ¶
ambito comercial se han presentaron mortalidades masivas, provocadas por enfermedades principalmente bacterias intracelulares y riquetcias. En el
a~
no de 1995, reportaron supervivencias de 10 al 20%
por ataque de enfermedades. Al respecto los Ecuatorianos tienen la idea de que las hembras pasan bacterias a trav¶es de las heces a los juveniles y de esta manera los contagian. Las langostas son susceptible probablemente a la mayor¶³a de las enfermedades
que afectan a los acociles nativos de Am¶erica, y a
u
¶ltimas fechas se han detectado un gran n¶
umero
de agentes pat¶ogenos en C. quadricarinatus, entre los que encontramos a virus, bacterias, protozoarios epibiontes, miscrosporidios, platelmintos y
nem¶
atodos.
ContactoS 31, 54{61 (1999)
obtenida contra peso total cosechado. En este sentido, la langosta rinde de 20 a 50% de carne dependiendo de la talla. Para lograr la aceptaci¶
on en un nuevo mercado como el que se per¯la en varios pa¶³ses
latinoamericanos se requiere llevar a cabo una investigaci¶
on sistem¶
atica y establecer estrategias que permitan el progreso del cultivo comercial. Por lo que es
indispensable una coordinaci¶
on productiva que asegure la continua disponibilidad del producto hacia
el mercado y es necesario adoptar un nombre atractivo de preferencia corto para su f¶
acil identi¯caci¶on
por el consumidor.
De acuerdo a lo anterior, los precios podr¶
an variar seg¶
un la oferta y la demanda del producto, sus tallas, presentaciones, la cantidad solicitada, el pa¶³s y
el tipo de mercado (mayoristas, distribuidores, centros comerciales, restaurantes, hoteles, etc¶etera). En
este sentido, hacia 1992 en Australia, el precio de
la langosta de agua dulce al menudeo oscilaba de
US $ 16.00 hasta US $ 28.00 por kilogramo y para
restaurantes de New York se estaba pagando a US $
24.25/Kg, ya que el turismo neoyorquino le di¶
o a este
nuevo manjar una entusiasta aceptaci¶
on (Figura 4).
En cuanto al efecto por contaminantes, en los cultivos se encontr¶o que algunos pozos de agua que
fueron utilizados para los estanques de langosta conten¶³an concentraciones importantes de hierro, lo que
ocasionaba enanismo en los organismos.
Para obtener mejor calidad en cuanto al sabor de
la carne de langosta, se puede llevar a cabo el cultivo en agua salobre (hasta 2.40 =00); aunque el mismo
efecto sobre el sabor puede ser inducido en langostas
que fueron cultivadas en agua dulce, pero al ¯nal se
trasladaron a un estanque con agua salobre (3.00 =00)
al menos por 48 horas antes de ser cosechadas. En la
cosecha se ha encontrado que cuando las langostas
est¶
an media hora sin hielo se hacen blandas. Por lo
tanto para asegurar una mejor calidad del producto se recomienda hidratarlas primero y luego ponerles hielo. Los Ecuatorianos aprendieron ¶esto despu¶es de que enviaron a Chile 8,000 libras de langosta congelada r¶apida, las cuales se hicieron blandas y tuvieron problemas de comercializaci¶on.
En el Ecuador al promover el cultivo con los inversionistas le hablaron de precios ¯nales de US $ 6 a
8/libra de animales enteros y producciones de 10,000
lbs/ha cada 6 meses, ambas situaciones no se han dado lugar y algunos granjeros gastaron hasta 50,000
d¶
olares/ha en la construcci¶
on e implementaci¶
on de
la infraestructura. Lo que indica que sobrevendieron
las ventajas de la langosta antes de tener resultados en las granjas de producci¶
on comercial. Algunos
asesores se enriquecieron a trav¶es de la venta de tecnolog¶³a supuestamente probada, pero al costo de los
granjeros.
En el mercado internacional, esta especie se compara favorablemente con las langostas marinas en
t¶erminos de sabor, proporciones cola/cuerpo y carne
El precio ¯nal pagado en granja en el Ecuador es de
US $ 4 /lb y en el futuro puede bajar hasta US $ 3.6
o 3.8 /lb, las producciones por hect¶
area son de 2,000
F ig ura 4 . Pla to de la ng o sta s de q ue la s ro ja s c o c ida s e nte ra s, a c o mpa n
~ a da de una sa lsa de ma y o ne sa .
An¶
alisis del cultivo comercial. . . Jes¶
us T. Ponce Palafoxa, Jos¶e Luis Arredondo Figueroab y c Xavier Romero.59
a 2,500 lbs/ha cada 6 o 7 meses. En M¶exico la langosta tiene buen precio el cual es alrededor de US $ 7.0 a
7.5/lb. Varios langosteros en Ecuador gastaron mucho dinero en arrancar y construir la granja, lo que
ocasiono que nunca van a recuperar su inversi¶
on,
y quiz¶
as apenas puedan pagar al banco los intereses. La mayor¶³a de los langosteros que gastaron entre US $ 10,000 y 11,000 /ha en construcci¶
on, plani¯caron producciones que si pudieron obtener sin mucho problema
Otra enorme posibilidad de mercado que tiene la
especie, es orientarlo hacia la venta para ¯nes ornamentales, ya que este crust¶aceo tiene una vistosa tonalidad azul que resultar¶a atractiva para los
acuari¶
o¯los, mismos que estar¶an dispuestos a pagar
muy buenos precios.
En vista del alto costo que todav¶³a representa la
compra de las cr¶³as, en una explotaci¶on comercial
la densidad de siembra debe decidirse con extremo
cuidado, considerando las experiencias recientes en
un cultivo piloto semi{intensivo en el Sudeste de Estados Unidos (Louisiana) en estanques r¶
usticos de
0.02 ha donde se encontr¶o que las mejores densidades de juveniles de 3.2 g sembrados fueron de 1 a 3
org./m2 , ya que las mayores tallas ¯nales obtenidas
a los 158 d¶³as representaron altos precios de venta y
los menores costos variables, en contraste con los resultados de una siembra de alta densidad {ensayada
paralelamente{ de 5 org./m2 .
Finalmente, el costo de producci¶on de la langosta de
agua dulce deber¶a estar entre US $ 3.20 a $ 3.50 para
que sea rentable. En t¶erminos generales la langosta
tiene un precio de US $ 4.0 a $ 4.5 /lb. puesto en
granja. Se ha vendido entero cocinado a Chile, USA,
Espa~
na y Alemania en US $ 3/lb.
A pesar del promisorio potencial acu¶³cola que presenta Cherax quadricarinatus, para alcanzar una
producci¶
on rentable pueden ser necesarios varios
a~
nos de investigaci¶on y desarrollo tecnol¶
ogico. De
acuerdo con Jones (1990), todav¶³a se requieren m¶
as
investigaciones para evaluar los efectos de:
1) tipos de alimento;
2) densidad de reclutamiento;
3) refugios arti¯ciales;
4) tipo de sustrato, en relaci¶on con la supervivencia y crecimiento de la langosta de quelas rojas. Otros temas de investigaci¶on importantes
podr¶³an ser enfocados a conseguir el desarrollo
tecnol¶
ogico de la incubaci¶on arti¯cial, el dise~
no
e implementaci¶on de trampas m¶as e¯cientes, el
mejoramiento gen¶etico, controlar los efectos de
la calidad del agua (dureza, alcalinidad, pH,
etc¶etera.) y manejar la patolog¶³a de la especie
y su pro¯laxis (antis¶epticos, vacunas, etc¶etera).
A pesar de las limitaciones actuales, el desarrollo
tecnol¶
ogico del cultivo tiende a mejorar la calidad
del agua, la producci¶
on de cr¶³as, la alimentaci¶on, los
refugios, el manejo sanitario y gen¶etico de la especie,
por lo que seguramente permitir¶
a en poco tiempo el
engorde rentable a tallas comerciales de cada vez m¶as
altas densidades.
Es necesario realizar m¶
as investigaciones sobre el uso
de refugios, en condiciones intensivas, evaluando distintas densidades de juveniles, hasta lograr la optimizaci¶
on de las tecnolog¶³as, si se consideran el efecto sobre el crecimiento y sus costos asociados.
Un cultivo piloto o experimental de C. quadricarinatus requerir¶
a de un control sistem¶
atico y un
monitoreo constante para desarrollar bases biotecnol¶
ogicas s¶
olidas cuya transferencia mediante extensionismo y capacitaci¶
on, permitan lograr los m¶as e¯cientes resultados productivos de las distintas empresas acu¶³colas con esta especie en Latinoam¶erica.
Una granja de producci¶
on de langosta de quelas rojas
debe ser econ¶
omicamente viable, u
¶nicamente cuando
todas las variables biol¶
ogicas, de mercado, t¶ecnicas y
¯nancieras hayan sido controladas mediante la aplicaci¶
on de pr¶
acticas seguras de crianza y de manejo de la empresa.
Por u
¶ltimo, otro factor de suma importancia en el
proceso de comercializaci¶
on de la langosta es la promoci¶
on, la cual deber¶
a llevarse a cabo a gran escala por las instituciones p¶
ublicas, junto con la industria y el comercio, siendo necesario un programa permanente de investigaci¶
on econ¶
omica para determinar las formas de presentaci¶
on del producto hacia los mercados potenciales. Es posible esperar que
los mercados del camar¶
on, de las langostas marinas y, especialmente el del langostino dejen un espacio a la langosta de agua dulce, ya que esta especie promete una excelente relaci¶
on precio{calidad.
Conclusiones
Uno de los principales problemas en el inicio de la
producci¶
on comercial de esta especie, fue que la venta de su tecnolog¶³a de cultivo, estuvo acompa~
nada
con una serie de expectativas que al momento de implementar el sistema de producci¶
on comercial no se
han cumplido, como son altos rendimientos, tasa de
crecimiento, mercado abierto, libre de enfermedades,
bajos precios de cultivo y altas ganancias en poco
tiempo. Adem¶
as, se han vendido diferentes especies
de langosta Australiana del g¶enero Cherax spp., aplicando la misma tecnol¶
ogica de cultivo lo cual no es lo
60
ContactoS 31, 54{61 (1999)
m¶
as adecuado, ya que tienen diferentes requerimientos y se ha encontrado que existen variedades dentro de las mismas especies que tienen diferentes morfotipos y respuestas al cultivo. Por lo que la calidad de la postlarva o reproductores puede ser cr¶³tica
si no se cuenta con la especie adecuada.
Por lo tanto es importante en un proyecto comercial que cuando se aplique la tecnolog¶³a de cultivo
se adopten las diferentes estrategias que han tenido
¶exito en otras regiones y se desarrolle una tecnolog¶³a
de cultivo local acorde con las condiciones clim¶
aticas,
sociales y econ¶
omicas.
En cuanto al impacto en el ambiente no se sabe mucho, pero ya se han presentado escapes de la especie en ecosistemas acu¶aticos cercanos a las granjas de cultivo tanto en Ecuador como en M¶exico. Por
lo que se espera que de no controlar el cultivo se tengan posibles consecuencias (no sabemos s¶³ ser¶an positivas o negativas ni en que grado) en los sistemas lacustres, debido a las caracter¶³sticas de adaptabilidad de la especie. En el Ecuador ya est¶a pasando con el acocil rojo P. clarkii, ya que se ha logrado adaptar al ambiente y hay reportes de su presencia en r¶³os cercanos a los lugares donde se introdujo para cultivarlo en estanques.
La langosta de agua dulce presenta excelentes caracter¶³sticas biol¶
ogicas para ser cultivada, su sabor es
bueno y es atractiva a la vista del consumidor y ha
demostrado tener un gran potencial, pero se necesita
desarrollar el mercado, para asegurar un buen precio
¯nal que sea atractivo para el comprador, adem¶
as, la
tecnolog¶³a deber¶
a estar orientada a disminuir los costos de producci¶
on, mejorar la tecnolog¶³a de proceso
y transformaci¶
on postcosecha y asegurar su incorporaci¶
on a la cocina latinoamericana, as¶³ como conocer
m¶
as sobre las enfermedades que la atacan y su comportamiento en estanques comerciales.
Desde el punto de vista comercial la estrategia a
seguir para invertir en esta especie debe ser precedida de operaciones apropiadas a escala piloto y el inicio de la operaci¶on debe ser conservativo para minimizar la inversi¶on de capital, mantener costos bajos y desarrollar mercados que presenten ventajas
al poder comercializar el producto vivo sin necesidad de un procesamiento posterior como es el caso de los organismos adultos. En el caso particular de los juveniles, existe una gran demanda con
¯nes ornamentales ya que el color azul brillante y la
originalidad de las pinzas rojas es un gran atractivo para los acuaristas y llegan alcanzar elevados precios en este mercado.
Aunque el cultivo comercial todav¶³a representa un
gran reto, puede a¯rmarse que M¶exico cuenta con
la capacidad cient¶³¯ca y tecnol¶ogica, las condiciones
ambientales y de mercado para desarrollar empresas
acu¶³colas de langosta de agua dulce rentables, siempre y cuando se realice una buena planeaci¶on, paralelamente con proyectos pilotos, sobre la base de los resultados e investigaciones realizadas en diversos lugares del mundo y que adem¶as, consideren los aspectos ecol¶
ogicos, biol¶ogicos, econ¶omicos y legales que
est¶
an impl¶³citos para la importaci¶on y el cultivo comercial de esta especie ex¶otica.
Agradecimientos
Al M. en C. Jos¶e Luis Villalobos de la Colecci¶
on Carcinol¶
ogica del Instituto de Biolog¶³a de la U.N.A.M.
por sus comentarios y sugerencias en cuanto al impacto de la introducci¶
on de dec¶
apodos ex¶
oticos en
Norte Am¶erica, al Dr. Kim Pullem del proyecto Entomol¶
ogico en M¶exico del Gobierno de Australia por
la informaci¶
on sobre el cultivo y producci¶
on comercial del g¶enero Cherax en Australia.
Bibliograf¶³a
1. Aiken, D. 1988. Marron farming. World Aquaculture. 19(4) 4pp.
2. Chang, V.C.S. y Lange, W.H. 1967. Laboratory and ¯eld evaluation of selected pesticides
for control of the red cray¯sh in California rice
¯elds. Journ. Econ. Entomol., 60:473{477.
3. Hobbs III, H.H., Jass, J.P. y Huner, J.V. 1989.
A review of global cray¯sh introductions with
particular emphasis on two North American
species (Decapoda, Cambaridae). Crustaceana
56(3), 290{316.
4. Holdrich, D.M. y Lowery, R.S. 1988. Freswater
Cray¯sh: Biology, Management and Explotation. Timber Press, Portland Oregon. 498 pp.
5. Johnson, S.K. 1977. Craw¯sh and freshwater
shrimp diseases. Texas Agric. Ext. Serv. Publ.,
TAMU{SG{ 77{605: 2{18.
6. Jones, C. 1990. General biology of Cherax quadricarinatus. in: Northern Territory Department of Primary Industries and Fisheries From, \Farming the red{claw freshwater cray¯sh", 1990. Edited by C. Shelly and
Pearce. 6 pp.
An¶
alisis del cultivo comercial. . . Jes¶
us T. Ponce Palafoxa, Jos¶e Luis Arredondo Figueroab y c Xavier Romero.61
7. Magnuson, J.J., Campelli, G.M., Lorman, J.G.
y Stein, R.A. 1975. Consideration of cray¯sh
for macrophyte control. In: P.L. Brezonik &
J.L. Fox (eds). The proceedings of a symposium on water quality management through biological control. Rept. No., ENV 07{75{1. Univ.
Florida, Gainesville: 66{ 74.
8. Masser, M. y Rouse, D. 1990. Australian Cray¯sh. Agricultural & Natural Resources Information. Natural Resources Series 4 pp.
10. O'Connor, P.N. y Rayns, N.D. 1992. Aquaculture prospects for freshwater cray¯sh. NSW
Fisheries Fishnote DF/10, May 1992. 4 pp.
11. Rouse, D., Austin, C. y Medley, P. 1991.
Progress Toward pro¯ts?. Aquaculture Magazine (May/June). 11 pp.
12. Vey, A., SÄ
oderhall, K. y Ajaxon, R. 1983. Susceptibility of Orconectes limosus Ra® to the
cray¯sh plague Aphanomyces astaci Schikora.
Freshwater Cray¯sh, 5:284{291.
9. Masser, M., Rouse, D. y Austin, C. 1990. Australian red claw cray¯sh a potencial culture
species for Alabama. Agricultural & Natural
Resources Information. Natural Resources Series. 20 pp.
cs
Descargar