La Realidad de la angustia - Toda la Escritura es inspirada por Dios

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Tema General: Jesús mi salvación en tiempos de angustia.
La realidad de la angustia
Por: Juan Ramón Chávez
Introducción:
E
stamos viviendo tiempos difíciles. Cada vez hay más terremotos, guerras, hambres y
enfermedades. En los laboratorios por ejemplo, se trabaja a marchas forzadas desde hace
varios años tratando de encontrar soluciones contra el cáncer, el sida y otras enfermedades
mortales. Sin embargo, existen enfermedades que no tienen que ver con el cuerpo humano, sino con
el corazón, con el alma. Son igualmente dañinas y muchas veces mortales. Incapacitan, que hunden
y quitan muchas veces las ganas de vivir. Esas enfermedades son: Ansiedad, depresión y angustia.
Todos podemos ser victimas de estas enfermedades creyentes o no creyentes. La verdad es que estas
enfermedades ya son una realidad en muchos cristianos. Lo fueron en el pasado, lo son hoy y quizás
lo serán en el futuro. Por eso quiero hablarles de una de ellas, de angustia. De la realidad de la
angustia.
La palabra Angustia viene de la palabra “latina “augustus” se refiere a un desfiladero o abismo
profundo y estrecho (angosto), que había que saltar. La sensación provocada por el hecho de estar
junto al vacío paso a llamarse Augustus, es decir, angustia. Paso de un significado concreto (Lugar
físico) a un significado abstracto (Sensación). http://etimologias.dechile.net/?angustia
Según la definición de los expertos la angustia es:
“Un estado anímico de extrema inquietud ante un peligro. El individuo que experimenta angustia se
siente desarmado e impotente ante una amenaza. Angustia se caracteriza por la aparición de una
fuerte sensación de miedo, asociada a una serie de síntomas, los que ocasionan un intenso malestar
general”.
“El sentimiento que experimentamos cuando sin motivo nos preocupamos en exceso por la
posibilidad de que en el futuro nos ocurra algo temido sobre lo que no tenemos control... También se
puede definir la angustia como un sentimiento de amenaza cuya causa es por el momento
desconocida pero que puede aparecer en el momento en que menos lo esperamos…
http://www.tuotromedico.com/temas/angustia.htm
Se dice que los animales también padecen de angustia pero que la diferencia es que la angustia de
ellos es cuando su vida esta en peligro. Y los seres humanos se angustian por anticipado
imaginándose cosas que aun no suceden. La angustia no es pecado en si, pero si puede llevarte a
acciones pecaminosas. La angustia en una señal de que estas vivo. Quiero que veamos la realidad de
la angustia en tres personajes bíblicos.
I). La realidad de la angustia en Jacob. Génesis 32:1-12
A. Su angustia era la consecuencia de los errores del pasado.
En el pasado Jacob había sido abusivo, ambicioso y ladrón. Se había disfrazado para robar a
Esaú la bendición de su padre. Y también había abusado de su hermano, cuando su hermano
tenía necesidad, vendiéndole comida a cambio de su primogenitura. Pero había aprendido la
lección. Ahora, 20 años después tiene que enfrentarse a su hermano. La angustia que es
consecuencia de su maldad no lo deja vivir en paz. Jacob había arreglado las cuentas con
Laban su suegro, pero todavía le faltaba una que arreglar. Cuentas, que conmovía las
profundidades de su alma, las cuentas con su hermano Esaú. Su angustia era de culpabilidad
porque sabia lo había hecho en el pasado por eso temía encontrase con el.
A veces los errores del pasado nos persiguen aun, porque no pedimos perdón en ese
momento. Quizás preferimos irnos como Jacob y dejamos las cosas sin arreglar. Una de las
peores cosas que pasa nuestra alma es la angustia de la culpabilidad. Es una carga demasiado
pesada. A veces vivimos inquietos, desesperados, angustiados, a veces no dormimos porque
la conciencia nos acusa. Salomón dijo: “Huye el impío sin que nadie lo persiga; Mas el
justo está confiado como un león” (Proverbios 28:1) ¿De que se puede preocupar el león?
¿Qué angustia su corazón? ¡El es el rey de la selva! El esta confiado. El justo vive así,
confiado. No porque el sea el rey de la selva, sino porque vive con Cristo es el rey del
universo. Vive haciendo su voluntad. Pero el impío, el que no hace la voluntad del Señor, el
que no vive con el Señor, anda como si lo persiguieran. No esta tranquilo, no duerme, esta
angustiado todo el tiempo. Siente que lo persiguen porque la conciencia culpable lo acusa.
Nadie anda detrás de El pero se siente perseguido porque su propia conciencia le acusa. Y así
no es vivir. Jesús quiere que arreglemos las cuentas nuestros prójimos y con nuestro Dios.
Porque la angustia de la culpabilidad puede acabar con nosotros. Jesús quiere que tú sepas
que a su lado los errores del pasado no volverán jamás. Jesús quiere que sepas que el a pago
tus deudas. Eres libre con la libertad de los hijos de Dios.
B. Su angustia era por su futuro incierto.
El futuro de Jacob era incierto porque 20 años después, Jacob no sabía si Esaú había
cambiado de intensiones. No sabia si aun lo quería asesinar o no. No solo era incierto su
futuro, sino también el de toda su familia. Económicamente era muy rico, pero el dinero no
podía asegurar su futuro. Porque su futuro dependía de la voluntad de su hermano Esaú,
voluntad que podía o no cambiar.
A veces la angustia se apodera de nosotros porque contemplamos un futuro incierto. No hay
economía lo suficientemente firme que no pueda desplomarse. No hay un ejercito lo
suficientemente eficaz que nos pueda proteger. No hay un país lo suficientemente bueno, a
donde ir, donde la maldad no nos pueda alcanzar. No existe empleo seguro. Ni la misma vida
física es segura. Nadie sabe lo que sucederá mañana. Y ese futuro incierto muchas veces
angustia. Los noticieros están a la orden del día. En la mañana que vamos a almorzar,
noticias. En la tarde que vamos a comer, noticias. En la noche que vamos a cenar, noticias.
Noticias que nos dan información de las desgracias que pasan en el mundo entero. La
información de la situación mundial inyecta angustia en nuestra mente. Y, ¿A donde ir? ¿Qué
hacer?
En Cristo hay un futuro seguro. Como alguien escribió: “Con Cristo mi pasado fue
perdonado, mi presente tiene significado y mi futuro está asegurado” Jesús dijo: “No se
turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre
muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar
lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os
tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. (Juan 14:1-3)
Así estaba de seguro Pablo que escribió: “Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me
avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para
guardar mi depósito para aquel día.” (2 Timoteo 1:12) Nuestras dudas y angustias
desaparecen cuando nos damos cuenta en quien hemos creído.
II). La realidad de la angustia en Jonás. Jonás 2:1-10
A. Su angustia era por circunstancias adversas.
Circunstancias adversas en las que el mismo se había metido. ¿Dónde se encontraba Jonás?
En el vientre del pez. En las profundidades del mar. Las algas marinas se enredaban en su
cuello. No era un día o dos. No era una noche o dos, sino tres días y tres noches. (Jonás 1:17)
en el vientre del pez. Los jugos gástricos del pez quizás empezaban hacer estragos en el
cuerpo de Jonás. Siente que está encerrado en una cárcel bajo grandes cerrojos. La angustia
se apodera de el. Esta solo, sin comer e incomodo. Muchas veces tuvo la oportunidad de
arrepentirse. Cuando descendió a Jope, cuando compro el boleto a Tarsis, cuando ya estaba
en el barco, cuando empezó la tormenta. Pero en lugar de eso tuvo que bajar muchos
escalones hasta encontrarse en el sótano de su propia desgracia, para poder clamar a Dios.
Cuantas veces nosotros también nos convertimos en necios porque en lugar de arrepentirnos
por lo malo que hemos hecho, no lo hacemos hasta que nos encontramos en una extrema
angustia y desesperación. No nos encontramos allí por coincidencia, tampoco porque
tenemos una racha de mala suerte, ni mucho menos por nuestro karma, sino porque nosotros
mismos nos metimos allí. Pablo dijo una gran verdad: “Porque el que siembra para su
carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del
Espíritu segará vida eterna”. (Gálatas 6:8) A veces nos encontramos en circunstancias
angustiosas por las malas decisiones que hemos cometido. Por ejemplo, la maternidad antes
de tiempo en muchas jovencitas. En matrimonios forzados. En enfermedades por los vicios.
Pero cuando estamos en ese gran pez problemas, en las entrañas de la calamidad, en prisiones
de angustias. Necesitas saber algo, que todavía hay esperanza. Todavía Dios escucha.
Todavía Jesús salva y quiere que lo sepas. Cristo esta a tu alcance. Cristo es el libertador.
B. Su angustia por estar frente a la muerte.
Jonás se sentía perdido. Creía que ese era su fin. El gran pez se lanza hacia el fondo del mar.
Jonás piensa que va al fondo del abismo, a la muerte segura, a la pena máxima por su
desobediencia. Por primera vez en su vida esta frente a la muerte que quiere arrebatarle su
alma. La angustia se apodera de el porque su vida esta en peligro.
La angustia ante la muerte sigue afectando nuestra existencia. Uno puede decidir no creer en
Dios, pero esta obligado creer en la realidad de la muerte. Porque la vemos todos los días. En
la televisión, en la radio, en el periódico, en Internet vemos la muerte por todas partes. La
muerte no es un acontecimiento solo para adultos mayores, tampoco solo para enfermos, la
muerte es para todos. “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran
una sola vez…” (Hebreos 9:27) Nos angustiamos cuando el medico pide hablar con un
familiar cercano a nosotros. Cuando nos encontramos en medio de una balacera entre el
ejército y la delincuencia organizada. Cuando el pilo de la avión informa que tiene que hacer
un aterrizaje de emergencia. Cuando un hombre armado pine nuestra billetera. Porque en
todas estas situaciones esta en peligro nuestra vida. Pero pregunto: ¿Alguien o algo puede
matar un muerto? No. Pablo dijo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo
yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de
Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20) Este mismo
pensamiento debe ser el nuestro. Por tanto, nada ni nadie nos puede matar, porque ya estamos
muertos. Pero vivos para el Señor.
Jesús quiere que sepas que no estas solo ni en vida ni en muerte. La muerte no es la última
palabra en el cristiano. Porque tenemos vida de Dios dentro de nosotros que siempre
permanecerá. La muerte para el cristiano no es una pérdida, sino una ganancia. No es un fin,
sino un principio. No es una despedida, sino un encuentro. No es un descenso, sino un
ascenso. No es adiós, sino un hasta luego. No es una derrota, sino una victoria. Jesús quiere
que sepas que El esta a tu lado no importa a que te enfrentes. No te ha dejado en las buenas y
no lo hará en las malas.
III). La realidad de la angustia en Jesús. Mateo 26:36-42
Arrio (256 - 336) fue un sacerdote de Alejandría (Egipto), fundador del movimiento conocido como
arrianismo. Quien usaba este pasaje y otros para enseñar que Jesús no era Dios, porque Dios no
podía sufrir. Esa falsa doctrina aun es creída y predicada en muchos movimientos religiosos de
nuestros días. Pero quiero aclarar que Jesús era completamente Dios, pero también completamente
hombre. Y como hombre, Jesús experimento la angustia.
La angustia de Jesús no fue por un futuro incierto, porque el sabia el futuro. Tampoco fue por los
errores de su pasado, porque el no tuvo ninguno. Tampoco fue por temor en enfrentarse a la muerte,
porque su Padre esta del otro lado. Sino,
A. Por el sufrimiento que ya enfrentaba.
Los dolores del alma de Jesús dolían más que los dolores del cuerpo físico. Mateo 26:37
menciona dos palabras de suma importancia, La Tristeza y la Angustia. Sentimientos que El
aun no revela aun pero que se hacen evidentes en su cara, ojos, y aun en todo su cuerpo. Bien
dice el Profeta Isaías “…varón de dolores, experimentado en quebranto…” (Isaías 53:3)
La primera palabra es la tristeza. Sentimiento de aflicción, pesadumbre o melancolía.
(Océano) Hasta en el verso 38 Jesús les revelo lo que sentía en su alma. “Mi alma está muy
triste, hasta la muerte” En otras palabras les dijo: “me siento tan afligido, que me siento
morir” Quizás sus discípulos miraron sus ojos brillosos queriendo llorar. El dicho dice:
“Nadie sabe lo que trae en el morral sino el que lo trae cargando”. La segunda palabra es la
angustia. Es el estado anímico de extrema inquietud ante un peligro. Jesús no tenía como
costumbre exagerar, ni lamentarse sin razón. Cuando dice que estaba angustiado es porque lo
estaba. Marcos nos dice la tercera palabra que traduce “entristecerse” (Marcos 14:33) pero
que no es la misma palabra griega de Mateo. Aquí no es pesadumbre o melancolía. Según
muchas versiones aquí es: Atemorizarse, horrorizarse, aterrarse. Lo creamos o no, lo
aceptemos o no, Jesús estaba asustado, tenia miedo por todo lo que estaba pasando y por lo
que esta próximo a pasar. Son sufrimientos espirituales del alma de Jesús, eran tan fuertes
que el evangelista Lucas dice que su “sudor era como grandes gotas de sangre”. (Lucas
22:44)
¿Estas afligido porque no encuentras trabajo? ¿Estas angustiado porque estas enfermo y no
sabes que enfermedad tienes? ¿Sientes en peligro tu vida y no sabes que hacer? ¿Estas
cansado de no poder salir del hoyo en que te encuentras? Jesús quiere que tu sepas que el te
entiende. Que el ya sintió lo que tu sientes. El escritor a los hebreos lo dice de esta manera:
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin
pecado”. (Hebreos 4:15) Se los digo de otra manera: “Porque él no es un sumo sacerdote
incapaz de comprendernos y compadecernos en nuestras debilidades; sino uno que, a
semejanza nuestra, pasó por las mismas pruebas y tentaciones que nosotros pasamos, pero
que nunca cedió ante ninguna de ellas, ni cometió pecado”. (CST)
Ilustración: Se cuenta que un niño quería un perrito y entro en una tienda de mascotas y fue
mirando de caja a cada uno de los cachorritos, hasta que escogió a uno de ellos y le pregunto
al vendedor cuanto costaba y el vendedor se lo dijo cuanto. Y el niño le prometió volver
pronto por el con el dinero. A lo que el vendedor dijo: “Vuelve pronto porque cachorros
como estos salen pronto” y el niño sonriendo le dijo: “El mío no se ira señor”. Y salio de la
tienda. El niño se puso a trabajar duro. Corto la hierba, lavo ventanas, limpio patios. Y
cuando tenia el dinero regreso a la tienda y puso sobre el mostrador los billetes y monedas
que había ganado y se lanzo por la caja donde esta su cachorrito y cuando lo saco de la caja y
ya se retiraba, el vendedor lo vio que el cachorro estaba lisiado de una patita y le dice al niño:
“Ese no escoge otro porque ese perrito esta lisiado y no podrá correr contigo. Elige un
cachorro sano” y el niño le dijo: “No señor este es el que andaba buscando”. Y el vendedor
iba a seguir insistiendo hasta que vio que del extremo de una pierna del pantalón del niño se
asomaba un soporte de su pierna lisiada. ¿Por qué escogió el niño ese perrito? Porque sabía
como se sentía. (Adaptado de en el ojo de la tormenta de Max Lucado) Jesús sabe tus temores, tus
preocupaciones, tus necesidades, tus limitaciones, tus angustias. Jesús quiere que sepas que el
te entiende y que esta contigo y que a su lado lo podrás vencer.
B. Por la soledad que ya experimentaba.
Mat.26:40-41 “Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así
que no habéis podido velar conmigo una hora” Jesús se levantó, temblaban sus rodillas,
apenas podían sostenerlo; tenía la fisonomía descompuesta, y estaba desconocido, pálido y
erizados los cabellos, Sus rodillas vacilaban; juntaba las manos; inundadas de sudor y de
hojas secas. Su sudor un sudor frío, Había comenzado la Pasión cruenta en su alma. Sin duda,
Jesús se acercó a sus discípulos procurando camaradería, solidaridad y simpatía pero no las
hubo. En este estado busca consuelo en los suyos pero no lo hubo. Nótese que se dirige a
Pedro, Pedro era el que se había jactado que acompañaría a Jesús a la cárcel o a la muerte. En
este momento, no era capaz de permanecer despierto. De doce discípulos solo uno estuvo al
pie de la cruz. Jesús sabe lo que es sentirse solo.
El dicho dice: “La soledad es mala consejera”. Satanás es el que trata de sembrar en tu mente
que estas solo en tus problemas y necesidades. Que a nadie le interesas. Que a nadie le
preocupas. Pero Jesús quiere que sepas que no estas solo. Jesús quiere que sepas que el
estuvo solo para que tu lo estuvieras. Que el no durmió para que tu pudieras hacerlo. Que el
murió para que tu pudieras vivir. Jesús te dice: “he aquí yo estoy contigo todos los días,
hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20)
Conclusión
Hemos visto que la angustia es una realidad en la vida de cada ser humano. Lo fue en Jacob,
lo fue en Jonás y lo fue en Jesús. Y lo puede ser también en nosotros. Sin embargo, el que
calmo la gran tempestad en el mar, puede calmar la tempestad de tu alma. El que sano la
enfermedad física, puede sanar la enfermedad del alma. ¿Cómo? Jesús dijo: “Venid a mí
todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Si tienes a Jesús lo
tienes todo. Porque en Jesús tienes asegura tu salvación, tu destino, y tu gozo. Si tú no lo haz
seguido te aconsejo que lo hagas y no te arrepentirás. Que Dios te bendiga.
Juan Ramón Chávez Torres
E-mail: [email protected]
http://chaveztorres.wordpress.com/
Apartado Postal 681. H. Matamoros Tam.
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