6 HERALDODOMINGO 5 de octubre de 2014 Vivir La cartuja de Aula Dei La celda accesible al público muestra el ámbito donde el monje cartujo habitaba y realizaba sus actividades cotidianas en aislamiento. GOYA EN CUATRO IDIOMAS T 4/*Ţ ŢŢ */*.Ţ ŢŢ Hace dos años que la comunidad Chemin Neuf se instaló en Aula Dei y su patrimonio vio la luz. Hoy, la música acompaña a las pinturas de Goya, una exposición recorre el claustro y las celdas de los monjes cuentan con internet Las austeras celdas donde vivieron los monjes tienen hoy internet. Las pinturas de Goya, durante siglos vetadas al público por las rígidas normas de la orden de San Bruno, se visitan y se explican en cuatro idiomas. El silencio que reinaba en las dependencias monásticas ha dado paso a las risas de los niños que residen con sus familias. Estos cambios en el estilo de vida de la cartuja de Aula Dei, en el barrio zaragozano de Peñaflor, comenzaron en febrero de 2012, cuando los monjes cartujos donaron el monasterio a la comunidad religiosa de origen francés Chemin Neuf y con él, uno de los tesoros más desconocidos para el público, las pinturas murales de Goya, declaradas Bien de Interés Cultural (BIC). La congregación propietaria del edificio nació en Lyon (Francia) y hoy tiene más de 2.000 miembros en casi 30 países. Pascale de Beaucorps, miembro de la comunidad y encargada de las tareas de guía turística y de liturgia, explica que la intención de su congregación «es respetar el origen y la tradición de los antiguos monjes cartujos, pero también que la sociedad disfrute de la riqueza cultural y el patrimonio, de ahí los pequeños cambios rea- lizado en el recinto». Uno de los tesoros a los que se refiere Pascale es la serie de once escenas bíblicas, desde la ‘Presentación de la Virgen en el templo’ hasta la ‘Huída a Egipto’, que plasmó Goya en 1774, cuando tenía 28 años. Hoy se conservan siete de esos lienzos y desde hace unas semanas se puede escuchar el comentario explicativo en una grabación, con música y en cuatro idiomas (inglés, francés, alemán y español). Otra de las novedades es el recorrido alrededor del claustro, que acoge una exposición con información y fotografías que cuentan los 450 años de historia de Aula Dei, cómo vivían los monjes y la llegada de Chemin Neuf al monasterio. Siete de las quince capillas que rodean el claustro han sido restauradas por los miembros de la congregación y voluntarios, que también han habilitado 25 de las 35 celdas del gran edificio. En ellas, los padres cartujos dormían, comían, trabajaban en su taller y oraban, en soledad, y ahora residen las familias que deciden recibir los cursos de formación bíblica, con duración entre tres meses a un año. En la actualidad el monasterio está completo. En él conviven 150 personas de diferen- «La intención de Chemin Neuf es respetar el origen y la tradición de los monjes cartujos» En el monasterio conviven 150 personas de diferentes nacionalidades «Las familias que quieren ir más allá en su formación cristiana son las que acuden aquí» tes nacionalidades. Cincuenta de estos nuevos moradores son menores que acuden a los colegios de Peñaflor y Montañana. «Hasta el momento no ha venido ninguna familia española, quizás porque no nos hemos dado a conocer lo suficiente», comenta De Beaucorps. Una de las oportunidades para que los aragoneses conozcan a la comunidad y sus dependencias monásticas son las visitas para grupos visitantes, los sábados. Es preciso pedir hora y la entrada cuesta 3 euros. El ‘viaje’ cultural comienza en el Patio de Honor, que equivale a una gran plaza que abre camino a la abadía. Desde el templo se llega al claustro y a las quince capillas que lo rodean; cada una de ellas pertenecía a un monje y está dedicada a una advocación. En el mismo recinto están la sala capitular, el jardín y una de las celdas, que muestra con todo ‘lujo’ de detalles la austeridad que caracteriza a la orden cartuja. La habitación recrea el modo de vida de los monjes, con muebles originales, vestuario, libros y herramientas del taller en el que trabajaban. Cada celda tiene su propio huerto y la zona donde comían en solitario. «Tratamos de explicar cómo era la vida del cartujo del