del concurso, tuvo mucho trabajo. Primero, hacer llegar el mensaje a todas las casas del reino y después, la de recibir todos los cuadros, fueran de la cualidad que fueran. La recompensa al ganador era tan importante que mucha gente se animó a participar y la sala de exposiciones se quedó pequeña enseguida. Los hijos, a veces, nos hacen preguntas que nos dejan sin respuesta. El otro día, mi hijo me preguntó: “Mamá, que es la serenidad?” Entonces recordé un cuento que escuché en una conferencia del Dr. Mario Alonso Puig. “Hace mucho tiempo, en un país muy lejano, vivía un rey viudo que se preocupaba mucho de la educación de su único hijo y heredero. Quería explicar a su hijo de 12 años, el significado de serenidad. Pese a que los profesores, los sabios de la corte y el mismo lo intentaron, el chico no lo acababa de entender y el rey pensaba que era muy necesario que comprendiese dicho concepto para su futuro como rey. Entonces, al soberano se le ocurrió hacer un concurso de pintura con la serenidad como tema y el ganador obtendría una buena bolsa de monedas de oro. El rey puso solo dos normas: la primera era que podían participar todos los súbditos del reino, fueran artistas o no, y la segunda era que ningún cuadro podía quedar descartado, todos tenían que estar presentes el día de la exposición. Durante tres meses, el ministro encargado El ministro se encargó de colgar los cuadros según la medida, la belleza del paisaje y la gama de colores para que la inauguración fuera un éxito. Todos los cuadros que el ministró encontró feos o de menos calidad, quedaron medio escondidos en un rincón de la sala. El día de la inauguración, la plaza se llenó de artistas, súbditos y de toda la nobleza del reino. Al frente de la comitiva, el rey i su hijo y heredero estaban emocionados, por fin el chico podría entender el significado de “serenidad”. La sala, decorada con el buen gusto del ministro y sus ayudantes, estaba espectacular. Todos los cuadros eran paisajes de gran belleza y serenidad: puestas de sol, el mar en calma, prados llenos de flores, montañas nevadas… El rey se paraba delante de cada obra, la miraba durante minutos y seguía su recorrido, cuadro tras cuadro, hasta llegar al final de la gran sala, con el ministro, su hijo y toda la nobleza detrás de él. De pronto, vio un cuadro terrible, la cara del rey mostró sorpresa. El ministro pensó en aquel momento en el que hubiese sido mejor apartar ese cuadro. Entonces el rey se acercó al cuadro, lo miró con interés y volvió a acercarse hasta que su nariz tocó la tela. El rey se giró y gritó: “este cuadro es el ganador! Hijo, acércate y mira que es la serenidad”. El ministro se quedó boquiabierto. El hijo se acercó para mirar el cuadro, en el cual había un gran acantilado donde las olas chocaban contra la roca a causa de una terrible tormenta, con relámpagos y todo el cielo ennegrecido. Y en medio de aquel sobrecogedor espectáculo, observó como encima de una roca, había un pequeño nido de pájaros. Se acercó un poco más y pudo ver como en el nido, había la madre pájaro dando de comer a sus cuatro hijos. El rey entonces dijo: “hijo, esto es la serenidad, en medio de la tormenta, saber cuál es tu prioridad”. Pues así es como respondí a la pregunta de mi hijo. A veces los cuentos nos ayudan a explicar el significado de ciertas cosas de la vida. Pero claro, hoy en día muchas veces no tenemos tiempo de explicar cuentos… y mucho menos de imaginarlos! Una pena, verdad?