Diapositiva 1 - IES 8 de Marzo

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LA GUERRA
DE
TROYA
Príamo y Hécuba eran los reyes de Troya. Tuvieron cincuenta
hijos (los más conocidos fueron Héctor, Paris y Casandra).
Paris fue el hijo segundo. Cuando su madre, Hécuba, estaba
encinta y a punto de dar a luz, tuvo un sueño, en que se vio a
sí misma echando al mundo una antorcha que prendía fuego
a la ciudad de Troya. Príamo pidió a su hijo Ésaco (que había
tenido con otra mujer llamada Arisbe) la interpretación de
este sueño, y Ésaco le aseguró que el niño que iba a nacer
sería la causa de la ruina de Troya. Y le aconsejó que lo
hiciese desaparecer en cuanto naciese. Cuando nació, Hécuba
mandó exponerlo en el monte Ida, en vez de dar muerte al
niño. Durante cinco días lo amamantó una osa y después lo
encontraron unos pastores. Éstos lo recogieron y le dieron el
nombre de Alejandro (“el hombre que protege” o “el hombre
protegido).
Tindáreo y Leda
eran los reyes de
Esparta. Zeus se
transformó en un
cisne para seducir a
Leda. Ésta quedó
embarazada de
cuatro hijos, dos de
Zeus y otros dos de
su esposo. Leda
puso dos huevos, de
uno nacieron
Helena y Pólux
(hijos de Zeus) y
del otro nacieron
Cástor y
Clitemnestra (hijos
de Tindáreo).
Helena de Esparta
Helena de Esparta
Clitemnestra
Cuando Helena creció Tindáreo pensó que había llegado el momento de
casarla. Una multitud de pretendientes se presentó; acudieron casi todos
los príncipes de Grecia. Perplejo ante esta afluencia de pretendientes,
Tindáreo temió que, al elegir a uno, quedaran descontentos los restantes,
con lo cual correría el riesgo de una guerra. Por eso escuchó el consejo
de Odiseo: comprometer, por juramento, a todos los presentes a acatar la
decisión de Helena y acudir en auxilio del elegido en caso de que su
esposa le fuese disputada. Odiseo, como recompensa al favor que su
consejo significó para el rey de Esparta, recibió la mano de Penélope
(hija de Icario, hermano de Tindáreo y, por tanto nieta suya). Helena
eligió a Menelao, y los demás pretendientes se sometieron. Más tarde se
convirtieron en reyes de Esparta. Clitemnestra se casó con Agamenón
(hermano de Menelao) y se convirtieron en reyes de Micenas.
Agamenón
Menelao
Odiseo y Penélope
Años más tarde se celebró la boda de Tetis (una de las nereidas, hija de
Nerero y de Dóride y, por tanto, una divinidad marítima e inmortal) y
Peleo, quienes engendraron a Aquiles. A dicha boda asistieron invitados
todos los dioses, excepto Éride (personificación de la Discordia). Ésta,
enfadada, se presentó volando en el banquete y tiró una manzana de oro,
donde estaba inscrita la palabra καλλίστῃ (para la más bella). La cogieron
Atenea, Hera y Afrodita, quienes disputaron por obtenerla.
Al no solucionar el problema acudieron a Zeus y éste encargó a
Hermes que guiase a Hera, Atenea y Afrodita al monte Ida, para
que Paris tomara la decisión. Cada una le prometió una cosa a
Paris. Atenea le dijo que lo convertiría en un guerrero invencible,
Hera se comprometió a darle el imperio de toda Asia y Afrodita
se limitó a brindarle el amor de Helena de Esparta. La decisión
de Paris fue que Afrodita era la más bella.
En Troya pensaban que Paris
habría muerto y Príamo decidió
convocar unos juegos fúnebres en
honor de su hijo. El premio era un
toro blanco, el cual gustó a Paris.
Paris participó en dichos juegos
sin saber que estaba en su patria,
que Príamo era su padre y que los
juegos eran en su honor. Éste salió
vencedor de los juegos. Por
casualidad se encontró con su
hermana Casandra (sacerdotisa de
Apolo) quien le reconoció. Príamo
ya había olvidado aquel mal
augurio y sólo pensaba en lo feliz
que estaba de tener a su hijo de
regreso convertido en un apuesto y
atlético joven. Paris regresó a casa
donde se le concedieron todos los
honores de príncipe de Troya.
Pronto hubo una oportunidad para embarcarse hacia Grecia, a Esparta, pues esta región
y su hermana la poderosa Micenas buscaban llegar a un tratado con Troya para asegurar
la llegada de especias y demás mercancías a través del estrecho de los Dardanelos, el
cual controlaba. Paris se ofreció para ir, y el rey desconociendo los ocultos motivos que
movían a su hijo a ofrecerse para embarcar hacia Grecia, aceptó. Al llegar fue recibido
con todos los honores por el rey Menelao de Esparta. Siendo excelente anfitrión, le
mostró sus tierras, el palacio y le presentó ante los reyes griegos en un banquete
organizado en su honor. Pero Paris pasó por alto toda amabilidad y solo prestó atención
cuando reconoció a la mujer que Afrodita le había prometido. Pero gran decepción se
llevó cuando supo que era esposa de Menelao. Molesto, Paris exigió explicaciones a
Afrodita, pues no le había dicho que Helena estaba casada, ésta le dijo que no se
preocupara pues ella se encargaría de que Helena no pudiese resistirse a él. Paris dudó
en un principio pues desde su llegada le habían tratado sumamente bien, pero el deseo
pudo más y con la ayuda de Afrodita no tardó en enamorar a Helena, sin despertar
recelos de Menelao, quien de manera completamente ingenua no sospechó nada del
adulterio.
Antes de que Paris
se fuese según lo
planeado,
Menelao debió
embarcar rumbo a
Creta a los
funerales de un
pariente,
encomendando a
su esposa para que
despidiese al
huésped. Pero
Helena se sentía
muy apegada a
éste como para
dejarlo partir, por
lo que sin previo
aviso huyó con él
rumbo a Troya,
abandonando a su
marido y a su hija
Hermíone de
nueve años.
Los amantes llegaron a Troya siendo recibidos por los
estupefactos ciudadanos ante la vista de la mujer más hermosa
de la tierra. Pero aquello no fue nada comparado con la
conmoción que causó en el palacio real. Algunos recibieron bien
a la recién llegada, pero el príncipe Héctor, sabiendo que el rapto
de Helena a su esposo desencadenaría una guerra contra Grecia,
aconsejó que fuese devuelta. Paris se defendió en la asamblea
diciendo que había actuado en nombre del amor, lo cual
convenció a la gran mayoría, y Helena se quedó en Troya. Este
suceso desencadenó la Guerra de Troya, narrada en la Ilíada de
Homero.
ILÍADA
La cólera canta, oh diosa, del Pelida Aquiles,
maldita, que causó a los aqueos incontables dolores,
precipitó al Hades muchas valientes vidas
de héroes y a ellos mismos los hizo presa para los perros
y para todas las aves -y así se cumplía la voluntad de Zeus-,
desde que por primera vez se separaron tras haber reñido
el Atrida, soberano de hombres, y Aquiles.
Menelao se dió cuenta de todo lo sucedido y acudió al compromiso que pactaron
todos los pretendientes de Helena. Se enviaron, pues, mensajeros a todos los que
fueron pretendientes. Odiseo intentó esquivar dicho juramento para evitar la guerra
de Troya. Fingió estar loco cuando recibió la visita de Menelao, que estaba
reclutando a los expedicionarios. Éste, sin embargo, puso en evidencia la falsedad
de tal treta. Los griegos sabían que sin la ayuda de Aquiles no ganarían la Guerra.
Cuando Aquiles nació Tetis intentó hacerle inmortal sumergiéndolo en el río Estigia,
pero olvidó mojar el talón por el que le sujetaba, dejando vulnerable ese punto. Tetis
sabía que si Aquiles acudía a la guerra moriría y ocultó a Aquiles en la corte del rey
Licomedes, disfrazado de mujer. Pero el astuto Odiseo llegó a la corte disfrazado de
comerciante, ofreciendo a las hijas del rey diversas baratijas y objetos femeninos.
Aquiles se descubrió al escoger de entre los presentes las armas que Odiseo había
puesto entre ellos y así fue como marchó a la guerra.
Finalmente, se reunió una flota de más de mil barcos al mando de Agamenón
en Áulide. Una vez allí, no soplaba el viento y por tanto no podían poner
rumbo hacia Troya. Se consultó entonces a un adivino, el cual les informó que
Ártemis estaba enfada con Agamenón, debido al ciervo sagrado que había
matado. El adivino dijo que la única forma de apaciguar a Ártemis era
sacrificar a Ifigenia, hija de Agamenón y Clitemnestra. Agamenón la mató y
sopló el viento.
La armada aquea arribó a las playas de Troya, donde se encontró con gran parte
del ejército troyano esperándola. Allí lucharán durante 10 años.
Tras una batalla en la playa, los aqueos lograron imponerse. Los griegos
sitiaron la playa de Troya. Las tropas griegas saquearon varias ciudades
cercanas y, en el reparto del botín, Agamenón tomó como esclava a Criseida
(sacerdotisa de Apolo) y Aquiles a Briseida. Apolo se enfureció por el rapto de
su sacerdotisa y envió una peste a los griegos que les forzó a devolverla. Los
griegos obligaron a Agamenón a restituir a Criseida, pero el rey exigió a
cambio la entrega de Briseida, originando con ello la cólera de Aquiles. Aquiles
se negó a luchar.
Aquiles cura a Patroclo herido
Briseida conducida hasta Agamenón
Odiseo devuelve a Criseida
Los siguientes días los griegos
fueron duramente castigados en
la batalla y los principales
guerreros fueron heridos
gravemente. Aquiles autorizó a
su amigo Patroclo a ponerse su
armadura y a lanzarse al
combate. Cuando los troyanos
lo vieron aparecer huyeron
despavoridos. Pronto hizo una
gran matanza de troyanos. Pero
finalmente se descubrió su
identidad y Héctor le dio
muerte. Aquiles, desconsolado,
organizó sus funerales y
regresó con una furia insólita a
la batalla.
Menelao sujeta el cuerpo de Patroclo
Muerte de Patroclo
Pese a los ruegos de su padre Príamo y de su madre Hécuba, Héctor se enfrentó a
Aquiles. Tras un duelo desigual, Aquiles hirió mortalmente a Héctor, quien antes
de morir profetizó el fin del Pelida a manos de Paris. Aquiles ató el cadáver a su
carro con correas de cuero y lo arrastró alrededor de la ciudad por tres veces,
bajo las miradas de los troyanos.
Aquiles se negó a devolver el cuerpo de Héctor a los troyanos para los ritos
funerarios hasta que Príamo en persona fue a suplicarle que lo devolviese, con
lo que se ablandó y declaró una tregua de doce días mientras durasen los
funerales de Héctor. Andrómaca (esposa de Héctor), Hécuba y Helena
encabezaron el duelo. En este momento concluye el relato de la Ilíada, sin
haber finalizado la guerra. Es en la Odisea donde un aedo nos canta cómo los
griegos lograron forzar las puertas de la muralla y arrasar la ciudad.
Regreso del cuerpo de Héctor a Troya
Héctor yacente junto a su
esposa Andrómaca y su hijo
Aquiles se enamoró
de Polixena
(hermana de Paris) y
le contó que su punto
débil era el talón.
Polixena se lo dijo a
Paris y cuando
Aquiles fue a visitar
a ésta, Paris lo mató
lazándole una flecha
al talón, la cual fue
dirigida por Apolo.
Pasaron diez años hasta que el astuto Odiseo ideó construir un
gran caballo de madera hueco. Su interior fue ocupado por
soldados griegos liderados por Odiseo. El resto de la armada
griega fingió partir escondiéndose en una isla cercana.
Dejaron el caballo en la solitaria playa, donde lo encontraron
los troyanos. Éstos pensaron que el caballo era una ofrenda a
Atenea. Dos personas se opusieron: Casandra y Laoconte.
Nadie hizo caso de Casandra, ya que estaba castigada por
Apolo a ver el futuro y a no ser creída. En cuanto a Laoconte
(sacerdote de Apolo) explicó en el senado que no se fiaba de
los griegos y que debían quemar el caballo. En ese momento
aparecieron dos serpientes marinas que mataron a éste y a sus
hijos (porque Apolo estaba furioso al haber mantenido
Laoconte relaciones en el templo con su mujer). Los troyanos
pensaron que Atenea estaba enfadada, así que adentraron el
caballo en la ciudad.
Casandra
Laoconte y sus hijos
Los troyanos hicieron una gran celebración y, cuando los griegos
salieron del caballo, la ciudad entera estaba bajo el sueño de la bebida.
Los guerreros griegos abrieron las puertas de la ciudad para permitir la
entrada al resto de las tropas y Troya fue saqueada sin piedad alguna.
Mataron a casi toda la
población y se llevaron a
las mujeres. Sólo
sobrevivieron Eneas y un
grupo de personas que
lograron salir de la
ciudad con la intención
de fundar Troya en otro
lugar.
Pirro (hijo de Aquiles) mató al hijo de Héctor. Agamenón se llevó a Casandra. Odiseo
se llevó a Hécuba (ésta se convirtió en una perra rabiosa y se lanzó al mar). Menelao se
llevó a Helena. Cuando Agamenón y Casandra llegaron a Micenas fueron asesinados
por Clitemnestra y Egisto.
Clitemnestra y
Egisto a punto de
matar a Agamenón
Odiseo atado
al mástil
Después de la guerra de Troya, Odiseo y sus compañeros padecieron muchas aventuras
antes de regresar a Ítaca. Aventuras contenidas en la Odisea de Homero. Ésta obra narra
la vuelta a casa del héroe griego Odiseo tras la Guerra de Troya. Odiseo tardó veinte
años en regresar a la isla de Ítaca, donde poseía el título de rey, período durante el cual
su hijo Telémaco y su esposa Penélope tenían que tolerar en su palacio a los
pretendientes que buscaban desposarla (pues ya creían muerto a Odiseo), al mismo
tiempo que consumían los bienes de la familia.
ODISEA
Cuéntame, Musa, la historia del hombre de muchos senderos,
que anduvo errante muy mucho después de Troya sagrada asolar;
vio muchas ciudades de hombres y conoció su talante,
y dolores sufrió sin cuento en el mar tratando
de asegurar su vida y el retorno de sus compañeros.
Mas no consiguió salvarlos, con mucho quererlo,
pues de su propia insensatez sucumbieron víctimas;
¡locos!, de Hiperión Helios las vacas comieron,
y en tal punto acabó para ellos el día del retorno.
JAVIER HERNÁNDEZ GARCÍA
domingo, 06 de septiembre de 2009
22:36h
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