Condena a dos ginecólogos del Hospital de Poniente por no

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Viernes, 12 de Junio de 2015
Condena a dos ginecólogos del Hospital de Poniente por no
practicar una cesárea a tiempo con resultado de muerte del
bebé y la madre.
El juzgado de Instrucción nº3 de El Ejido, mediante Sentencia tramitada por los
Servicios Jurídicos de ‘El Defensor del Paciente’, ha condenado a dos ginecólogos del
Hospital de Poniente (Almería) por una falta de negligencia profesional del artículo
621.2del C.P., con resultado de muerte de Doña J. G. S. Se condena a cada uno de ellos,
a la pena de 1 mes de multa, a razón de 50 euros día, y responsabilidad personal en caso
de impago y costas.
Igualmente condena a la aseguradora Zúrich y a la AGENCIA PÚBLICA
EMPRESARIAL HOSPITAL DE PONIENTE a indemnizar a los familiares.
Los hechos se remontan a finales de 2012, cuando Doña J. G. S., de 45 años de
edad, y en estado de gestación (de 41 semanas), contaba con factores de riesgo
consistentes en su propia edad, ser fumadora, haber tenido un aborto anterior en el año
2010, y se produjeron diversas asistencias por parte de tres ginecólogos del Hospital de
Poniente de El Ejido que concluyeron con la trágica muerte del bebé y la gestante el
2/1/2013.
La denuncia de la familia se centró en tres puntos:
Que el 26/12/2012 fue vista por una ginecóloga que apreció oligoamnios o
líquido amniótico escaso, a pesar de lo cual y de las circunstancias de estar de más de 37
semanas y factores de riesgo del embarazo no provocó el parto o al menos no lo
controló más estrechamente.
Que cuando ingresó en el hospital el 31/12/2012 y fue vista por otra ginecóloga
no se le vigiló la hipertensión, ni se provocó tampoco el parto, y se ingresó en planta a
la paciente sin vigilar el bienestar del feto, que falleció por hipoxia la noche de ese día.
Por último, que una vez muerto el feto el 1/1/2013 un tercer ginecólogo no
procedió a extraerlo con cesárea, sino que intentó un parto vaginal a pesar de la escasa
dilatación de la paciente y de que comenzó a empeorar sus constantes, demorándose
horas la realización de pruebas que informaron de una embolia de líquido amniótico
por la que acabó muriendo a pesar de la cesárea urgente.
Tras acudir, la familia de la fallecida, a la Asociación ‘El Defensor del
Paciente’, y previa la calificación de los hechos como de falta, el juzgado ha condenado
a los dos ginecólogos que asistieron a la paciente el 31/12/12 y 1/1/13 –absolviendo a la
que lo hizo el 26/12/12-, con los siguientes argumentos:
“…Distinto criterio ha de seguirse, tras valorar la prueba en su conjunto,
respecto de la actuación de los otros dos facultativos; no solo por la documental y la
pericial obrante en autos, sino también porque sorprende que con la cantidad de
medios técnicos de los que se dispone actualmente, los riegos que desde el principio se
venían reconociendo en el presente embarazo (en particular la edad, el tabaquismo y el
antecedente de un aborto previo), las semanas que ya se habían cumplido de gestación
–en la casi totalidad de los partes de asistencia se destaca que el embarazo está a
término-, y los avisos que venía dando la propia paciente, antes y durante el proceso de
parto, se haya llegado al resultado fatal y lamentable. Se podrán esgrimir los
protocolos de actuación de los que se disponga (desconociendo los criterios que se
siguen para su confección, que en definitiva debería de primar el interés del paciente
por encima de cualquier otra cosa), se podrá aludir a la lex artis; pero es de sentido
común que, en este caso en concreto, no se supo trascender de los citados protocolos
para reparar en que la paciente estaba avisando de una forma muy clara que el
proceso no iba bien.
Desde mi punto de vista y del examen de la documental, considero acreditado
que se le hicieron muchas pruebas, y se le aplicaron muchos tratamientos paliativos,
pero estos llegaron tarde, de hecho transmite la sensación de que se está actuando a
resultas del estado de la paciente, que se va deteriorando por momentos, en lugar de
anticiparse a los acontecimientos con la pericia que se espera de los profesionales de la
medicina en este tipo de situaciones; se decide finalmente practicar una cesárea muchas veces solicitada por la paciente y sus familiares, denegada por los facultativos,
y que finalmente, en el momento de su práctica, no dio quirúrgicamente ningún
problema- .
… el día 31 de diciembre de 2012, la paciente, con la edad referida y
oligoamnios en situación de pródromos de parto (contracciones cada 5 minutos) se
opta por una "conducta expectante". Esta situación podría haber sido indicativa de una
mayor vigilancia y habérsele practicado una TSN por la noche, o haber escuchado al
feto.
En un parto sin apenas evolución del cuello en 12 horas podría haberse
planteado una tratamiento más agresivo y optar por la cesárea y no tenerla tantas
horas con la inducción.
La actuación conforme a protocolo de inducir el parto natural, una vez
confirmado el fallecimiento del feto, es una opción excesivamente conservadora que
debería haberse enfrentado con una actitud más diligente, ya que, a decir del médico
forense, la experiencia de un cuello cerrado en una mujer de 46 años es poco probable
que responda. No puede descartarse que prestando una diligencia o atención mayor a
la normalmente exigible podría haberse evitado el resultado final obtenido.
… da la sensación de que los acontecimientos se van encadenando uno tras
otro, de la lectura lineal de los documentos se va comprobando el progresivo
empeoramiento de la paciente, la tensión, la respiración, la máscara de oxígeno, el
tiempo que se pierde en hacerle un TAC, que no arroja resultado, finalmente la opción
de la cesárea, que podría haberse tomado con anterioridad.
... del estudio de la documentación obrante en autos, no puede desprenderse que
la hipotensión, la hipoxia y la coagulopatía que pudieran dar lugar a la embolia de
líquido amniótico en el torrente sanguíneo de la madre fuera “súbita”, manteniendo el
criterio ya expresado por el que el estado de la paciente empeora progresivamente a
medida que pasa el tiempo, que la decisión de inducir el parto se mantiene por más
tiempo del debido y que los tratamientos paliativos, pruebas realizadas etc., incluso la
decisión finalmente adoptada de practicar cesárea llegan todos ellos en un momento
en el que el organismo de la paciente ya no responde orgánicamente.”
La sentencia acaba de ser apelada por la familia por entender que también
se ha de condenar por la asistencia del día 26/12/2012 a la tercera ginecóloga, así
como por no estar de acuerdo en que no se condene por la muerte del feto.
La defensa del caso ha sido tramitada por los Servicios Jurídicos de ‘El Defensor
del Paciente’.
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