ENUNCIACIÓN, ARGUMENTACIÓN Y TRADUCCIÓN Marta TORDESILLAS Universidad Autónoma de Madrid Hoy en día, la traducción suscita un notable interés en el marco sociocultural actual. El papel fundamental que é s t a representa en ámbitos de carácter económico, político, didáctico, cultural, etc., ha provocado una viva inquietud por analizar los fundamentos, valores y función sobre los que se asienta. Estos, sin embargo, no pueden ser tratados si no partimos de la base de toda traducción, es decir, de las lenguas y su funcionamiento y de la posibilidad de transferir las actualizaciones de las mismas. En este sentido no puedo por más que poner de manifiesto la importancia de los estudios lingüísticos que se están llevando a cabo, desde hace unos 30 años aproximadamente, y que consisten en un intento por aprehender el concepto de sentido en el seno mismo de las lenguas. El sentido no está dotado, a priori, de límites fijos, si no que se presenta como el resultado de una asociación entre lo explícito y lo implícito que desarrollan los interlocutores en toda elaboración lingüística. El sentido se ve obligado a encasillarse en estructuras formales fijas y esto provoca que una gran dosis de él se mantenga en un estado virtual. Su organización es compleja y es motivo de un profundo estudio en todos los planteamientos de lenguaje y de análisis de discurso. No hay más que citar las principales teorías lingüísticas en Francia. Tenemos la de la polifonía y argumentación de O. Ducrot, la de las operaciones enunciativas de Culioli, la de los espacios mentales de Fauconnier y Sperber, la de los universos de creencía de R. Martin, y nombres como los de Kerbrat-OrecchionL Maingueneau, Pottier, Charaudeau... Todos ellos trabajan en torno al sentido, 503 En todo acto de lenguaje» el valor y el papel que desempeña el sentido es capital, El aspecto semántico no puede desligarse de la realización discursiva, de ahí su importancia en el campo de la traducción. La traducción es un acto de lenguaje y como tal desencaden a u n a serie de mecanismos lingüísticos. Estos varían y se desarrollan de distinta manera según tratemos de lengua oral o de lengua escrita y según se aplique a textos jurídicos, económicos, comerciales, científicos, filosóficos, literarios, etc. Es necesario delimitar el área en la que los planteamientos que luego expondré tienen validez. Yo me limitaré a tratar el campo semántico en la obra literaria. Más concretamente, la necesidad de analizar los mecanismos de la enunciación y de la argumentación presentes en el texto con la finalidad de obtener mejores resultados en la traducción de formas no equivalentes entre una lengua y otra. En este caso entre el francés y el español. El texto literario, para u n a correcta traducción debe ser estudiado previamente, sin embargo, reconozco que no siempre es fácilmente analizable. En él se combinan dos factores: por un lado, el uso de una lengua dada, con todo lo que ello entraña, y por otro, la manipulación en general voluntaria que se hace de la misma para conseguir el propósito que el autor se ha fijado para y mediante el acto de escritura. Es sin duda la hábil combinación de estos dos elementos la que genera el sentido del texto y le permite al lector recrearse. Es necesario tener en cuenta la figura del lector, que en su lectura crea su propia composición, su propio universo imaginario. Asimismo, el traductor, en un primer momento va a ser lector, inconscientemente, en su recorrido semasiológico de compresión del texto, se va a desencadenar su subjetividad actuando como filtro del texto original. Sólo si es consciente de este proceso podrá desligarse de la interpretación que él da al texto y pasar, con vistas a la traducción del mismo, a un análisis de los mecanismos que la han posibilitado. Esto le permitirá atenerse al contenido semántico del texto origen y a su vez transferirlo con imparcialidad. En u n segundo momento el traductor debe pues hacer un análisis exhaustivo de la configuración del sentido en el texto. Observar de dónde viene, corno funciona, qué desencadena, cómo lo presenta y lo utiliza el autor. Esta tarea conlleva, sin duda, el estudio de las organizaciones rectoras del discurrir del autor, es decir la enunciativa v la. 504 argumentativa, plasmadas en la arquitectura acto-espacio-temporal del texto. ¿Cómo funciona la organización enunciativa? Pues bien, antes de analizarla debemos precisar que se divide en enunciación explícita y enunciación implícita. La explícita viene marcada en el texto por conectores enunciativos que a su vez permiten acceder a la articulación implícita de la misma. Esta última, la considero fundamental. En este nivel es donde se plantea verdaderamente el origen de la traducción. Debe mantenerse en su grado de virtualidad y el traductor debe intentar trasladarlo con toda su complejidad. Para ello es necesario u n dominio no sólo de la lengua francesa y española sino también de los efectos de sentido desencadenados por el uso de sus componentes: conectores, expresiones, adjetivación, tiempos, etc.. Esto le permitirá prever las sutilidades que presentan las lenguas para generar el movimiento interno. Los enunciados que componen el texto no contienen el sentido en sí mismo, sino los útiles para recomponerlo. Los conectores son objetos lingüísticos específicos de cada lengua. La comparación, a la que necesariamente se ve abocado el traductor, conlleva poner de manifiesto lo que cada una tiene de más heterogéneo, pero a su vez, es lo que posibilita hacerlo generalizable, como categoría de lenguaje, para reconstruir de nuevo la especificidad en la lengua de llegada. El traductor debe ser capaz de llegar a ese lugar común de lenguaje para, a partir de una lengua, recomponer en la otra el juego enunciativo marcado en el texto. Para ello es necesario operar el camino inverso al seguido por el escritor para elaborar el sentido. En todo este proceso, ciertos aspectos pueden sin duda ser un obstáculo para el traductor. Veamos alguno de ios puntos en los que la traducción del francés al español puede resultar conflictiva y exige u n profundo análisis del texto para preservar su coherencia. El texto literario viene configurado por tres estructuras que son la actancial, la espacial y la temporal. Las tres se hallan superpuestas y es conveniente hacer un desglose para observar su composición. La división que presentan tiene u n significado tanto sí su evolución es paralela como si no lo es. Para el análisis de la estructura actancial, nos es imprescindible extraer las marcas de persona que nos permitan establecer la presencia y la función del autor, del narrador y del actante en el texto. Estas marcas, si bien son muy parecidas en Francés y en Español, no son, sin embargo, las mismas. Esto se debe, entre otras cosas, a la configuración del contenido que presentan los pronombres y otros elementos caracterizadores de persona. 505 Los aspectos puntuales que voy a tratar a continuación conciernen al enunciado pero los hago extrapolat»les al texto, concibiendo éste como conjunto significativo de enunciados. Tómenos por ejemplo el pronombre on. Bien es verdad que este pronombre representa gramaticalmente una tercera persona pero su contenido significativo no es siempre ese. Sus lecturas pueden ser plurales debido a su sentido variable. Sólo el contexto podrá delimitarlo. En algunos m a n u a l e s recomendados p a r a la traducción francés-español se nos dice que la traducción de este pronombre depende de lo que permita entender. Como su equivalente en español nos proponen: —Un giro reflexivo siempre que el verbo no lo sea (on = el uso; la regla; la costumbre...) —La tercera persona del plural (on = alguien; la gente...) —la inserción de "uno" o "una" (on =je) —la sustitución por nosotros, En numerosas ocasiones determinar qué permite entender este pronombre no es nada fácil. El autor, en su texto, no sólo utiliza on sino que lo combina con el resto de las formas que componen el espectro de persona y es respecto de ellas que on adquiere su valor. El seleccionar una u otra traducción no puede venir dado mas que por un estudio previo de la organización enunciativa del texto en los niveles explícito e implícito. Consiste en saber si en realidad el pronombre representa, excluye o incluye al narrador, al actante o es el reflejo de la presencia del autor. En otros términos, si corresponde ai enunciador, a un locutor que se asimila a él o a uno que no lo hace. Es el contexto enunciativo donde se inserta el que nos permitirá darle uno u otro valor. Si esto no se refleja de manera precisa en su traducción perdemos la evolución significativa de cualquiera de estos elementos y alteramos su función en la estructura actancial del texto literario. Creo, en todo caso, que limitar la traducción de on a las cuatro posibilidades anteriormente citadas supone marcar u n límite al contenido de este pronombre, Si el contenido de la palabra no encuentra, su equivalente en otro pronombre del sistema de persona del español., debemos intentar que !o obtenga, si es necesario mediante adjetivos o adverbios lo suficient ernen506 te significativos para llenar el vacío semántico que pueda crearse. De e s t a m a n e r a se i n t e n t a r á conservar la organización enunciativa subyacente. Otro elemento a tener en cuenta es la ubicación en el enunciado de partículas adverbiales y adjetivales. La traducción de las mismas no debe hacerse sin una previa reflexión. Respecto de este punto me gustaría precisar que existen dos clases diferentes de adverbios y adjetivos, a saber: —los que especifican el sentido de los otros elementos del enunciado ej: Te lo digo francamente. —los que modalizan y transmiten la enunciación, ej; ¡Francamente te lo digo! Para los primeros pueden establecerse normas más o menos fijas sobre el lugar que deberán ocupar en el enunciado, sin embargo, en lo que concierne a los segundos su posición no es fija y viene determinada por su carácter de conector enunciativo, es decir por el estatus que ocupa dentro del funcionamiento interno de la lengua. Otro punto que me gustaría poner de manifiesto se refiere a la negación. A menudo, he podido observar que al traducir del francés ai español la negación había sido eliminada o sustituida. Creo que esto repercute negativamente en la composición del enunciado. El enunciado negativo es polifónico, y deja de serlo si suprimimos la negación. Esta última debe pues ser conservada ya que es un componente más del contenido enunciativo y pertenece al sentido del texto en su progresión discursiva. Sin duda, la eliminación frecuente de la negación altera la composición semántica y, en la etapa posterior, afecta a la captación del sentido llevada a cabo por el lector. Otro aspecto en el que quisiera insistir es en la cada vez más extendida recomendación de traducir el passé-composé del francés por el pretérito perfecto simple del español. Estos dos tiempos no contienen en modo alguno el mismo sentido, no recortan de la misma manera el sistema temporal. Bien es verdad que, en ciertas ocasiones, puede ser traducido el uno por el otro pero siempre porque el contexto donde se inserten lo permita. El hacer sistemática una posibilidad considero que es u n error. En este caso concreto, esta sistematización provoca en el texto literario u n a alteración de la estructura temporal que repercute en la organización enunciativa del mismo. 507 Como ejemplo me remito a una traducción de El extranjero de Albert Camus. El narrador, que a su vez es actante principal, desde el primer párrafo, empieza su narración en passé-composé de tal m a n e r a que su vivencia, desde el punto de vista enunciativo está constantemente actualizada en un periodo temporal del que a ú n no se ha despojado. El efecto que se crea es que el tiempo del narrador y el tiempo del actante se confunden en la estructura temporal del relato. Tanto la enunciación del narrador como la del actante siguen una progresión simétrica y están estrechamente relacionadas. La traducción, por el contrario, nos presenta a un narrador distante en el tiempo respecto de la vivencia que narra. El texto está en pretérito perfecto simple lo que provoca una ruptura entre el tiempo del narrador y el tiempo del actante. Esto genera a su vez u n a disimetría entre la enunciación del narrador y la del actante. Disimetría que se agudiza cuando en el último capítulo del libro el tiempo utilizado en la traducción corresponde al del texto de Camus, es decir al pretérito perfecto compuesto. Con ello se modifica la articulación de los enunciadores y su configuración en la polifonía. La función que desempeña el uso de un tiempo concreto, como el passé-composé, sobre el que se traza la narración de Camus no está reflejada en la traducción. Desde mi punto de vista, se produce una alteración de la estructura temporal profunda del texto que repercute en la configuración enunciativa del mismo y de ahí en los papeles desempeñados por los que componen el espectro actancial. Estos p u n t o s que acabo de señalar manifiestan la g r a n importancia que debemos conferir, en la traducción de las obras literarias, al análisis de la organización enunciativa prestando u n especial interés a la parte implícita de la misma para evitar la distorsión del texto. Hasta el momento, he estado hablando de la enunciación y del papel que desempeña en la traducción, ahora bien, hablar de enunciación me lleva a tratar la argumentación en el texto. En todo acto de lenguaje, la enunciación está íntimamente ligada a la argumentación, ésta debe ser entendida en términos de O. Ducrot. Paso a definir lo que se entiende por argumentativo: "Son argumentativos aquellos contenidos transmitidos por el discurso que caracterizan la situación de la que se habla como permitiendo sacar una conclusión dada y ello en virtud de un lugar común, de un principio argumentativo llamado "topos". El "topos" (1) es presentado como sí fuera u n a creencia común 508 compartida por una multitud de personas, (2) es u n principio utilizado para argumentar y que es presentado como válido no sólo en la situación de la que se habla en el momento sino también en una infinidad de situaciones análogas, (3) es gradual, pone en relación dos propiedades graduales. ¿Qué función desempeña en el texto literario y cuál es su importancia en la traducción del mismo? Todo enunciado contiene u n a argumentación subyacente que se genera, a su vez, en el texto, en la progresión narrativa del contenido, Actúa en el inconsciente del lector e intenta conducirle hacia la conclusión prevista por el autor. De estos diremos que están orientados hacia una conclusión establecida (r). Se suele percibir de manera clara en los enunciados complejos, es decir en la subordinación. Lo que nos posibilita descubrir esa argumentación son los operadores del discurso, Debo precisar que llamo operador a todo nexo argumentativo explícito que permite la configuración interna de la enunciación. Yo, personalmente, clasificaría los operadores a partir de su función en el texto; obtengo dos tipos: —los que articulan el contenido argumentativo del enunciado, microsegmento significativo, y —ios que articulan el contenido argumentativo del texto, macrosegmento significativo. Pese a que estos últimos están menos estudiados creo que desempeñan un papel importante en la configuración semántica del texto en cuanto a la articulación global se refiere. Pienso que hasta ahora, en la traducción, no se les ha dado a estas partículas el valor suficiente. En general, se las concibe como portadoras de u n único significado y por lo tanto su traducción suele ser fija. Sin embargo, se hace necesario u n estudio riguroso del funcionamiento implícito que son capaces de desencadenar ya que poseen significados plurales. En algunas traducciones se observa que los operadores no h a n sido traducidos, acaso para evitar enunciados demasiado complejos, en otras, sin embargo, se pone uno ahí donde no lo hay. La repercusión en los dos casos es negativa. Por u n lado, supone una pérdida significativa; por otro, una ganancia significativa que proviene de la intromisión del traductor en el texto. Pérdida y ganancia respecto del contenido semántico original del texto, afectando a la estructura primaria confeccionada por el autor. Un ejemplo de este fenómeno lo podemos encontrar en la traducción de l'Étranger citada anteriormente. 509 —El primer párrafo del texto original dice así: "Aujourd'hui, maman est morte. Ou peut être hier, je ne sais p a s . J'ai reçu un télégramme de l'asile: "Mère décédée. Enterrement demain. Sentim e n t s d i s t i n g u é s . Cela ne veut rien dire. C'était peut-être hier." —La traducción es la siguiente: "Hoy, ha muerto mama. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: "Falleció su madre. Entierro mañana, Sentidas condolencias". Pero no quiere decir nada. Quizá haya sido ayer." Como podemos observar, a d e m á s de la utilización contradictoria de los tiempos, de la que ya hablé anteriormente, Cela que en el texto de C a m u s es u n anafórico, es decir que n o s remite al enunciado inmediatamente anterior, reemplazándolo, es t r a d u c i d o por u n Pero operador argumentativo que no n o s remite a dicho enunciado sino a u n a conclusión que se puede desprender de él. Conclusión a la que se opone. El traductor, sin d u d a inconscientemente, hace explícita su propia enunciación y genera u n acto argumentativo inexistente en este enunciado. Se p r o d u c e u n a dislocación en la organización de ios anunciadores reflejada en la composición del enunciado. E n el texto francés "cela ne veut rien dire" constituye u n enunciado que contiene eî sentido en sí mismo. La negación a c t ú a sobre u n contenido ya establecido y completo. En la traducción tópero no quiere decir nada" p r e s e n t a u n a configuración de dos s e g m e n t o s a r t i c u l a d o s por pero: de la forma X PERO Y, donde X está implícito y PERO Y no tiene sentido si no es como oposición a este segmento implícito. Este último está basado en u n topos que diría que de la comunicación se concluye la obtención de información. Podemos destacar la transformación que h a sufrido el e n u n ciado creado por el autor que-pasa a ser otro distinto creado por el traductor. Entiendo que si esta intromisión, involuntaria sin duda, no se evita la traducción se convierte en u n texto con dos autores o dicho de otra m a n e r a con dos locutores. Desde mi p u n t o de vista este hecho supone u n grave deterioro p a r a la creación literaria en la que el sentido y la función de s u s componentes tiene u n valor específico y pretende a c t u a r de m a n e r a concreta sobre el lector gracias a su composición que pertenece., en todo momento, al autor de la obra, 510 P a r a concluir, me g u s t a r í a insistir en la importancia que tiene el m a n t e n e r u n a seria reflexión ante el texto que se h a de traducir. La finalidad: el b u s c a r en la organización profunda los factores generadores del sentido. Sentido que desencadena la interpretación del lector. Soy consciente de que el sentido que uno obtiene de la obra literaria es individual. Su riqueza varía en función de los conocimientos y de la experiencia propia. Pero, el hecho de que p a r a cada lector el sentido sea específico, no excluye en ningún caso la existencia de uno ligado intrínsecamente al texto y común a todos. E s en la organización enunciativa y argumentativa en donde se inserta. El traductor, que, por su función, se convierte en u n intermediario entre el autor que quiere comunicar y los lectores que quieren recibir, debe hacer u n esfuerzo por situarse en el interior de esta zona de intersección en donde el sentido es común a todos. Su fidelidad respecto del texto origen permitirá que el lector de la traducción pueda percibir la obra del autor real lo menos trastocada posible y asimilarse, en cierto modo, al lector original. Será su rigor en la restitución del contenido semántico, tanto explícito como implícito, el que favorecerá este proceso. El mecanismo para la comprensión del texto es universal, y lo que el traductor debe evitar es la interpretación del mismo p a r a preservar, en el traslado de u n a lengua a otra, la configuración que el a u t o r p l a s m a en su creación. Sin d u d a es u n a a r d u a t a r e a que no todo el mundo es capaz de llevar a cabo. Bibliografía E. 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