El talento de Mr. Ripley, de Patricia Highsmith

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El talento de Mr. Ripley, de Patricia Highsmith
EL AUTOR Y SU ÉPOCA
BIOGRAFÍA DE PATRICIA HIGHSMITH
Patricia Highsmith nació en 1921 en
Forth Worth, Texas (Estados Unidos).
Hija de padres separados, pasó largas
temporadas con su abuela materna. El
apellido Highsmith proviene del segundo
marido de su madre. A su padre lo
conoció cuando contaba con 12 años. La
joven Highsmith mantuvo siempre una
relación de amor y odio hacia su
madre: ésta llegaría a contarle que
durante su embarazo había tratado de
abortar ingiriendo aguarrás. En 1927
Highsmith se traslada con su madre y su
padrastro a Nueva York.
Tras concluir sus estudios en la
High School Julia Richmond, estudia latín, griego e inglés en la Universidad de Columbia. La
lectura de La mente humana, del psiquiatra Karl Menninger (1930) afianza su fascinación por
lo “psicológicamente anormal”: Menninger hace un estudio detallado del comportamiento
“desviado” (cleptomanía, esquizofrenia, piromanía…) y rechaza el concepto de normalidad.
Al finalizar su instrucción académica a mediados de los años 40, Highsmith comenzará
su actividad como escritora. Trabaja para la editorial Fawcett escribiendo guiones de cómics. En
esta época descubre su homosexualidad, tema que tratará más tarde en la novela El precio de la
sal, escrita con el seudónimo de Claire Morgan. También publica sus primeros relatos y reside
en México durante unos meses.
En 1950 publica su primera novela, Extraños en un tren, obra maestre del suspense,
cuya versión cinematográfica, dirigida un año después por Alfred Hitchcock, la lanzaría a la
fama. Su otro gran éxito sería la serie de novelas protagonizadas por Tom Ripley, un frío
asesino, amante de la buena vida, cuyos crímenes siempre quedan impunes.
En Estados Unidos no se le valora como una escritora seria; sí, en Europa, donde es
considerada como una novelista de temática existencial, cuya obra entronca con la de autores
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como Dostoievski, Conrad, Kafka, Gide o Camus. Se trasladará al viejo continente en 1963,
residiendo en Inglaterra, Francia y, finalmente, en Suiza, donde morirá en 1995.
Highsmith poseyó un carácter solitario y difícil, agravado por su temprana adicción al
alcohol. Fue amante de muchas mujeres y de algunos hombres, pero nunca consiguió una
relación estable y feliz. Su carácter inseguro, malévolo, autodestructivo, su radical pesimismo y
su misantropía, está en el origen de una de las más perturbadoras propuestas narrativas del siglo
XX.
CONTEXTO HISTÓRICO: LOS AÑOS 40 Y 50 EN EEUU
La Segunda Guerra Mundial sembró el
miedo en el mundo occidental, pues no
sólo dejó millones de muertos y
heridos en combate, sino también el
terror a la bomba atómica y a una
tercera y definitiva guerra mundial. En
1947, el presidente Truman instaura la
guerra fría, con el fin de contener en
lo posible la creciente influencia
internacional del comunismo. Se crea
el
Comité
de
Actividades
Antinorteamericanas, que, impulsado
por el senador McCarthy, lleva a cabo
la tristemente famosa caza de brujas,
una
implacable
izquierdistas
afectaría
a
y
persecución
de
progresistas,
numerosos
que
artistas
y
escritores.
En lo económico, el progreso
material y la consolidación de la
sociedad de consumo que caracteriza
estos
años,
presenta
algunos
Momento de una representación moderna de El crisol (1953),
drama de Arthur Miller que denunciaba la caza de brujas
llevada a cabo por el senador McCarthy.
aspectos
negativos:
masificación,
estrés,
alienación,
contaminación…
El arte y la literatura de este tiempo serán la expresión de la crisis de valores que sigue a
las dos guerras mundiales, así como del miedo a perder la individualidad en la nueva
sociedad de masas.
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CONTEXTO LITERARIO: LA NOVELA NEGRA
Con novelas como El talento de Mr. Ripley (1955), Patricia Highsmith contribuyó a la
transformación del género policíaco y demostró que el éxito popular de la novela negra era
compatible con una elevada calidad literaria. Analizaremos ahora la historia de éste género
narrativo, para determinar, a continuación, el papel que le corresponde a Highsmith en su
evolución.
El relato policial clásico
La novela policíaca es un género narrativo en donde la trama consiste generalmente en la
resolución de un misterio de tipo criminal. El protagonista en la novela policíaca es
normalmente un policía o un detective, que, mediante la observación, el análisis y el
razonamiento deductivo, consigue finalmente averiguar cómo, dónde, por qué se produjo el
crimen y quién lo perpetró.
Está generalmente aceptado que, aunque sus antecedentes se remontan más atrás en el
tiempo, el género policíaco como tal nació en el siglo XIX de la mano del estadounidense
Edgar Allan Poe, al crear al detective Auguste Dupin en su relato Los crímenes de la Calle
Morgue.
Dupin sirvió de modelo a Arthur Conan Doyle para dar vida al “más famoso detective
de todos los tiempos”: Sherlock Holmes, cuyos brillantes razonamientos deductivos se apoyan
en un amplio conocimiento de numerosas disciplinas relacionadas con la investigación del
crimen: química, anatomía, botánica, leyes…
Doyle, Chesterton y Christie, los maestros de la novela policíaca británica
Doyle pertenece, junto con Gilbert K. Chesterton y Agatha Christie a la escuela
británica de la novela policíaca. El primero es el creador del padre Brown, un sacerdote
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católico que aprovecha los amplios conocimientos que sobre la naturaleza humana le ha
proporcionado el confesionario para resolver los crímenes. A Christie le debemos la creación
del detective belga Hercule Poirot, cuya prodigiosa inteligencia destaca tanto en el análisis de
datos como en el interrogatorio de sospechosos.
El francés Georges Simenon, creador del comisario Maigret, dotará al género policial
de una dimensión más humana, al interesarse por la crisis psicológica que trastorna al asesino en
el momento del crimen.
La novela negra
Con el paso de los años, la novela policiaca fue
evolucionando hacia formas narrativas más complejas,
la resolución del misterio planteado como un juego de
lógica dejó de ser el objetivo principal de la obra,
quedando en primer plano la denuncia social y un
intento de comprender los conflictos del alma humana.
Fue así como nació un subgénero dentro de la novela
policíaca: la novela negra.
La novela negra nació en EE.UU., en los años
20, en el contexto de la ley seca y del gansterismo, y los
padres del género fueron Dashiel Hammett y Raymond
Chandler, en cuyas obras se basaron algunas de las
películas más representativas del cine negro americano
Humphrey Bogart interpretó al detective
Sam Spade en la adaptación al cine de la
novela de Hammett El halcón maltés .
como El halcón maltés o El sueño eterno.
El apelativo de “negra” se debió por un lado a
los ambientes oscuros que reflejaban, pero sobre todo a
que aquellos relatos se publicaron por primera vez en la
revista Black Mask, creada en 1920, y en la Série
Noire de la editorial francesa Gallimard nacida en 1945.
Aquellas novelas marcaron un antes y un después en la
forma de narrar el crimen. A diferencia de los relatos
británicos donde intervenían las clases sociales altas, los
crímenes eran generalmente “refinados” y donde el
culpable casi siempre era descubierto y castigado por la
ley, en la novela negra americana se reflejan sobre todo
los ambientes sórdidos de los bajos fondos y el héroe
es
un
personaje
cínico
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y
desencantado
que
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habitualmente está sin trabajo, no tiene un dólar en el bolsillo y debe hacer frente él solo, no
solo al criminal, sino también a un poder establecido generalmente corrupto.
Si la narrativa de Chandler y Hammett entronca con la novela social, al presentar un
retrato acerado y mordaz de una sociedad violenta y corrupta, la de otros autores de su
generación y más jóvenes, como James M. Cain (El cartero siempre llama dos veces, 1934) y
Patricia Highsmith (Extraños en un tren, 1950), puede ser tildada de novela psicológica, al
centrarse en la exploración psicológica del crimen y del que lo comete.
Fotograma de la adaptación cinematográfica de 1946 de El cartero siempre llama dos veces.
Aunque la novela negra sufrió una época de crisis en los años 60, desde los 80 hasta
nuestros días han seguido apareciendo grandes figuras que han mantenido vivo el género:
destaquemos, entre otros a las británicas P. D. James y Ruth Rendell, al sueco Henning
Mankell, la francesa Fred Vargas, el español Manuel Vázquez Montalbán, el italiano
Andrea Camilleri o la estadounidense Donna Leon. Según P. D. James, la novela policíaca
actual se caracterizaría por ser “más realista en el tratamiento del asesinato, más conocedora de
los avances científicos en la investigación criminal, más sensible al entorno en el que transcurre,
más explícita sexualmente y más cercana que nunca a la narrativa general”.
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OBRA LITERARIA
LA OBRA LITERARIA DE PATRICIA HIGHSMITH
La novelística de Highsmith supone una importante transformación de la ficción criminal
anterior. El centro de atención se desplaza al asesino y no existe el proceso de la pesquisa, ya
que el lector conoce la identidad del asesino y es probable que se identifique con él. Desaparece
el concepto de crimen y castigo y el tono de las historias se tiñe de relativismo y amoralidad.
Sus novelas giran muchas veces en torno a pequeñas mentiras que conducen a grandes
desastres, a la vez que constatan la existencia oculta, adormecida pero latente, de un criminal en
el alma de toda persona. El criminal es para Highsmith el perfecto ejemplo del héroe
existencialista del siglo XX, un hombre “activo, libre, espiritualmente”.
Las cinco novelas que Highsmith dedicó a Tom Ripley, conocidas popularmente como
La Ripliada, son el mejor ejemplo de esta transformación:

El talento de Mr. Ripley (1955). Mr. Greenleaf, un millonario americano, le pide a Tom
Ripley que intente convencer a su hijo Dickie, que está viviendo una bohemia dorada en
Italia, para que regrese al hogar. Tom acepta el encargo, y de paso pone tierra por medio
a posibles problemas policiales por estafa, y encuentra a Dickie y a su amiga Marge,
con quienes establece una turbia y compleja relación. Si al principio de la novela, Tom
es un tímido joven neoyorquino, al final, es un hombre muy seguro de sí mismo,
establecido en Europa, y con un nuevo interés, la pintura, aunque esta feliz
transformación se sostenga en dos asesinatos, en falsificaciones y en mentiras.

Ripley bajo tierra (1970). Casado con Heloise, una joven y hermosa heredera francesa,
Ripley es ahora un hombre aparentemente respetable. En su lujosa finca cerca de París,
lleva una existencia apacible, cuidando el jardín, pintando, estudiando francés y
escuchando música. Un día le telefonean de Londres sus socios de la Buckmaster
Gallery,
marchantes
de
Derwatt,
un
misterioso pintor que se oculta en un ignorado
rincón de México, mientras el precio de sus
cuadros sube vertiginosamente. Sin embargo,
un coleccionista americano sospecha que le
han vendido un cuadro de Derwatt falsificado,
por lo que urge la aparición del pintor para
disipar
Dennis Hopper como Tom Ripley en El amigo
americano (1977), de Wim Wenders, adaptación
cinematográfica de El juego de Ripley.
sospechas...
pero
por
desgracia
Derwatt ha muerto. Y ahí entra en acción
Tom Ripley.

El juego de Ripley (1974). Jonathan
Trevanny, de profesión enmarcador de cuadros, vive una existencia plácida y rutinaria
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con su esposa Simone y su hijo. Se casó con ella sabiendo ambos que él moriría después
de unos años: padece una enfermedad incurable, la leucemia meloide. En estas
circunstancias, y cuando intuye que el final está cerca, Jonathan sufre por la precaria
situación económica en la que dejará a su familia después de su muerte. Al toparse con
Tom Ripley, éste le da la oportunidad de ganar una buena cantidad de dinero si a
cambio se convierte en un eventual asesino a sueldo. Y se plantea el dilema…

El muchacho que siguió a Ripley (1980). John J. Pierson, un multimillonario
americano, ha muerto, al precipitarse con su silla de ruedas desde un acantilado.
¿Accidente? ¿Suicidio? El hijo menor de Pierson, Frank, la última persona que lo vio
con vida, huye a Francia, buscando el amparo de Tom Ripley, la única persona a la que
confiesa que él asesinó a su padre. Ambos emprenden un viaje por Europa en el que
Tom intentará proteger a Frank del acoso de secuestradores y familiares, pero sobre
todo de sus propios sentimientos de culpa.

Ripley en peligro (1991). Tom Ripley y su mujer Heloise disfrutan de una plácida
existencia en el “paraíso perdido” de una pequeña localidad francesa, cuando aparecen
en escena los Pritchard, una enigmática pareja de norteamericanos que pretende sacar a
la luz dos asesinatos que Ripley había cometido tiempo atrás y que habían quedado
impunes. Ripley se siente acorralado y decide actuar.
Otras importantes novelas de Highsmith son:

Extraños en un tren (1950). La intriga
de esta novela se basa en la idea del crimen
perfecto, un crimen sin móviles: qué pasaría si
dos desconocidos acordasen asesinar cada uno
al enemigo del otro, proporcionándose así una
coartada indestructible.

El precio de la sal (1952). Narra una
historia de amor entre dos mujeres con final
feliz, lo que resultaba especialmente valiente en
la época de la caza de brujas de MacCarthy.

La celda de cristal (1964). Muestra los
horrores
del
sistema
penitenciario
estadounidense, así como el carácter arbitrario
Fotograma de la versión cinematográfica de
Extraños en un tren dirigida por Alfred Hitchcock.
de la justicia: Philip Carter es condenado a seis
años de cárcel por un delito que no ha cometido;
sin embargo, tras salir de prisión, comete dos asesinatos, pero esta vez la falta de
pruebas no le condena.
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Además de novelas, Highsmith publicó Suspense, un ensayo sobre el proceso de
creación de una novela de intriga, y varias colecciones de relatos breves (Once, Pequeños
cuentos misóginos, Crímenes bestiales…).
EL TALENTO DE MR. RIPLEY
El talento de Mr. Ripley se publicó en 1955. Se trataba de la cuarta novela de la autora. En ella
aparecía por primera vez el personaje de Tom Ripley, considerado por muchos como el más
carismático psicópata de la literatura moderna.
Varios son los antecedentes del personaje que
ha señalado la crítica. La relación enfermiza, con lazos
de dependencia, de Ripley hacia Dickie; así como la
frialdad con que Tom comete los asesinatos, recuerdan
el caso de Leopold y Loeb, dos jóvenes homosexuales
de Chicago que en 1924 asesinarían a un chico de 14
años fascinados con la idea de cometer el crimen
perfecto. Ripley tiene relación además con algunos
ilustres personajes literarios: es amoral y epicúreo
como Dorian Gray (El retrato de Dorian Grey [1890],
de Oscar Wilde), se ha hecho a sí mismo y, gracias al
crimen, ha conseguido trepar en la escala social como
Richard Loeb y Nathan Leopold
durante su juicio en 1924.
Jay Gatsby (El gran Gatsby [1925], de Francis Scott Fitzgerald) y asesina a Dickie Greenleaf
de forma parecida a como el también ambicioso Clyde Griffiths (Una tragedia americana
[1925], de Theodore Dreiser) se deshace de su amante Roberta. Además, Ripley comparte con
muchos héroes y villanos del cómic, una doble identidad y una doble vida.
Argumento y estructura
La acción de la novela se estructura en dos partes claramente diferenciadas, el antes y el
después del asesinato de Dickie Greenleaf por Tom Ripley, hecho que debemos considerar
como nudo principal del relato.
La primera parte se abre con una escena típica de novela de suspense: el protagonista
Tom Ripley, un joven de 25 años que malvive en Nueva York, se da cuenta de que un hombre
maduro lo persigue. Desconoce sus intenciones: duda si es un homosexual a la caza de un joven
atractivo, o un policía que investiga sus actividades delictivas (Tom lleva meses perpetrando
pequeñas estafas). Finalmente, el hombre maduro resulta ser Herbert Greenleaf, un millonario,
armador y fabricante de buques, que encarga a Tom Ripley –al que toma por un viejo amigo
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íntimo de su hijo único Dickie– la misión de viajar a
Europa, con el propósito de hacer volver a casa a su
heredero.
Este punto de partida coincide con el de Los
embajadores (1903), novela de Henry James, en la
que un hombre de mediana edad viaja a Europa en
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busca del hijo de su prometida, una viuda que tiene la
intención de poner a su heredero al frente del negocio
familiar. La intertextualidad se vuelve explícita en el
momento en que Highsmith hace que Herbert
Greenleaf recomiende a Tom la lectura de la novela de
James. El talento de Mr. Ripley ha sido interpretada
Henry James
como una revisión paródica de Los embajadores: en la novela de James, el viaje a Europa
conduce al crecimiento espiritual del protagonista; en la de Highsmith, el protagonista se
transforma en un frío asesino.
Tom viaja hasta Mongibello, un pueblo de la costa napolitana, donde Dickie lleva una
vida bohemia, entregado a la pintura y al ocio, y mantiene una relación afectiva con Marge, una
joven norteamericana. Tom queda fascinado por el tren de vida de Dickie, que lo acoge en su
casa; inconscientemente empieza a imitarlo y a ilusionarse con la idea de compartir con Dickie
la dolce vita italiana. Pronto, sin embargo, Tom se sentirá rechazado por Dickie –especialmente,
a partir de que Marge manifieste sus sospechas de que Tom es homosexual– y decidirá
asesinarlo y suplantar su identidad.
La segunda parte se asemeja más –en su desarrollo– al de una novela policial: la
policía investiga, en primer lugar, la supuesta desaparición de Tom Ripley; luego, el asesinato
de Freddie Miles (un amigo de Dickie al que Tom se ve obligado a matar para encubrir su
primer crimen); y, por último, la desaparición de Dickie (una vez que Tom decide recuperar su
verdadera identidad). Sin embargo, estas pesquisas –que en una novela detectivesca tradicional
constituirían la acción principal– son vistas solamente al trasluz del asesino; de la policía sólo
percibimos su profesionalidad exterior. La narración se centra en explorar el estado de
excitación del asesino que, una vez cometido el crimen, se ve obligado a representar uno o
varios papeles.
La otra gran diferencia con el relato policial tradicional se encuentra en el desenlace: ni
la policía italiana ni el detective privado contratado por el padre de Dickie consiguen resolver el
caso; no hay reparación, por tanto, para la víctima; y el asesino no sólo queda impune, sino que
consigue, además, lo que codiciaba. Falsificando el testamento de Dickie, Tom se convierte en
su heredero universal y se asegura poder seguir disfrutando mucho tiempo de una vida regalada
y ociosa.
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Principales temas
La novela de Highsmith refleja algunas de las principales preocupaciones de la autora: la crisis
de identidad del individuo, el poder corruptor de la sociedad, la ambigüedad moral…
La crisis de identidad
El problema de Tom Ripley es el de su identidad: ¿quién es Tom Ripley? En una sociedad en la
que se valora a las personas por lo que tienen –en vez de por lo que son–, Ripley no es más que
un joven que malvive en Nueva York, un desconocido sin perspectivas de futuro, un don nadie.
Su falta de personalidad es compensada por su teatralidad, sus dotes de falsificador: “Si uno
deseaba ser alegre, melancólico, pensativo, cortés, bastaba con actuar como tal en todo
momento”, piensa.
Tom anhela ser alguien, pero incapaz de construir dentro de sí su propia personalidad,
decide usurpar la identidad de otro. El asesinato no es sino una parte de este proceso: Ripley
adoptará los ademanes, las inflexiones del habla, las aficiones, la vestimenta y hasta las
expresiones faciales de su víctima.
Alain Delon interpretando la famosa escena en que Ripley se viste con las ropas de Dickie (A pleno sol, 1960).
La crítica social
En los primeros capítulos de la novela, el lector observa que Ripley es un joven atormentado por
sus orígenes humildes y por el incipiente deseo que siente hacia los miembros de su mismo
sexo. Ambiciona la vida opulenta y despreocupada de quienes, como Dickie, no tienen que
pensar en los problemas que genera la escasez de dinero. Marcado por una vida sin verdaderos
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afectos, anhela ser aceptado
como un sincero amigo por
Dickie,
desahogada
fascinan.
cuya
posición
y
belleza
le
Este
deseo
de
aceptación se transformará
en rencor cuando Dickie,
que adivina en Tom al
arribista y al “invertido”, lo
Fotograma de la versión cinematográfica de Anthony Minghella (1999).
rechace. El plan de asesinar a
Dickie y suplantar su identidad brota de este sentimiento de rencor, así como del deseo de
encarnar al hombre superior y gozar así de sus ventajas materiales.
La novela denunciaría, por tanto, el poder corruptor de una sociedad materialista,
profundamente clasista y homófoba.
La naturaleza del crimen
Las novelas de Highsmith profundizan en el significado del crimen y en la psicología del
criminal. Su talento consiste en iluminar la zona oscura de los seres humanos, mostrarnos el mal
que habita dentro de nosotros, confortablemente escondido en las tinieblas hasta que algo lo
hace aflorar. El lector percibe en el criminal a su semejante: la crisis de identidad que ha
conducido a Ripley a cometer un asesinato es un mal contra el que no nos sentimos vacunados.
La ejecución del crimen exacerba la autoconciencia que el criminal tiene de sí mismo: le
da una lucidez de que antes carecía, una sensación de dignidad nueva de ser alguien. Pero, a la
vez, el crimen condena al criminal al aislamiento, a la incomunicación y al desasosiego; le
obliga a mentir y a cometer nuevos crímenes para ocultar el primero.
El triunfo del mal
En la novela policíaca tradicional, el criminal es descubierto y castigado por la ley: el orden
alterado por el crimen es restaurado y, con él, la conciencia de que vivimos en un universo
racional, comprensible y moral. Sin embargo, en la novela de Highsmith, el criminal consigue
eludir la acción de la justicia y no se siente culpable por los crímenes cometidos. La mentira
triunfa sobre la verdad y se difuminan los límites entre lo bueno y lo malo. El mismo lector
no puede evitar identificarse con el criminal, que posee rasgos de inteligencia, humor y
cortesía, a pesar de su amoralidad.
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Otros temas
Como motivos secundarios en la novela podemos citar: la falsedad y fragilidad de las relaciones
humanas, la imposibilidad de comunicarse, la irreparable soledad del individuo, el conflicto
generacional entre padres e hijos, la contraposición entre los valores y estilos de vida del Nuevo
y el Viejo Mundo y la fascinación por el Mediterráneo.
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Técnica narrativa y estilo
El mayor acierto técnico de El talento de Mr. Ripley es la combinación de una voz narrativa en
tercera persona que cuenta los hechos pausada y desapasionadamente, con un lenguaje sencillo
y claro, y la focalización del relato en el personaje protagonista, cuya conciencia
descubrimos gracias al uso del estilo indirecto libre y de breves monólogos interiores. Al
hacer partícipe de las inquietudes del personaje protagonista al lector, se produce una
identificación entre ambos: el lector desea que Ripley se sustraiga a la acción de la justicia y
salga indemne de sus crímenes. La lectura se
convierte
por
tanto
en
un
acto
de
transgresión, en un placer perverso.
El argumento de la novela presenta
una estructura lineal: los sucesos se narran
cronológicamente,
con
algunas
elipsis
significativas. Algunos acontecimientos del
pasado se incorporan al relato a través de
breves flash-backs: se trata de experiencias
que el protagonista revive a través del
recuerdo.
El suspense es potenciado gracias a la
tensión
entre
distintos
niveles
de
información: uno, privilegiado, el del lector,
que conoce los movimientos y la conciencia
del asesino; otros, parciales, correspondientes
Portada de una edición popular de la novela (1960).
a los demás personajes, ya que no todos saben
lo mismo. A esta tensión contribuyen los equívocos, los juegos de identidad…
Hay cierto equilibrio entre narración, descripción y diálogo. Las descripciones llegan a
ser meticulosas, imprimiendo un ritmo lento al relato e impregnando con la espesura de lo
cotidiano todo, incluso los hechos más anómalos.
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Los diálogos suelen ser concisos. La información que proporcionan sobre los
personajes es poco fiable: los silencios pueden ser tanto o más significativos que las palabras,
que se ponen al servicio de la ocultación.
A la variedad del discurso narrativo contribuye, además, la inclusión de cartas y de
noticias periodísticas.
La densidad psicológica del relato se traslada a los objetos cotidianos (el armario, el
espejo, los anillos…), que adquieren un fuerte valor simbólico.
Trascendencia de El talento de Mr. Ripley
El talento de Mr. Ripley cuenta con dos apreciables adaptaciones cinematográficas, una francesa
y otra estadounidense:

A pleno sol (1960), de René Clement, destaca por el uso de numerosos primeros
planos, donde las miradas sustituyen a los diálogos. Alain Delon encarna a un Tom
Ripley confiado y resuelto, que en su deseo de suplantar a Dickie, llega incluso a
seducir a Marge. La película finaliza con un sorprendente revés dramático, que impide
que el crimen de Tom quede impune.

El talento de Mr. Ripley (1999), de Anthony Minghella, presenta la frustrada pasión
amorosa de Tom por Dickie como el móvil determinante de su crimen, por encima de
la envidia o la codicia. Además, convierte al personaje de Ripley, interpretado por
Matt Damon, en un ser torturado por los sentimientos de culpa.
El personaje de Tom Ripley ha sido interpretado también por Dennis Hopper, John
Malkovich y Barry Pepper, en versiones cinematográficas de otras novelas de La Ripliada. La
BBC hizo una adaptación radiofónica de la serie en 2009. Y en 2010, el británico Raz Shaw
dirigió la adaptación teatral de El talento de Mr. Ripley,
firmada por Phyllis Nagy.
La novela de Patricia Highsmith es además uno de
los grandes referentes de la crook story, la variedad de
novela negra en que el criminal deviene protagonista. El
personaje de Tom Ripley es un claro antecedente de Patrick
Bateman, el personaje principal de la novela American
Psycho (1991), del estadounidense Bret Easton Ellis, un
ejecutivo impecable y a la vez asesino en serie por capricho e
incluso
aburrimiento;
y
de
Martin
Arkenhout,
el
protagonista de Vidas ajenas (1999), del británico Michael
Pye, un joven asesino que mata para suplantar a sus víctimas
y disfrutar una vida mejor que la de ellas.
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Christian Bale como Patrick Bateman
en la versión cinematográfica de
American Psycho.
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