Metodología para Plan Curricular basado en competencias,

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Metodología para Plan Curricular basado en competencias,
correspondiente a Primer Grado de Educación Básica.
(1996)
Por: Amada Guillermina Rivera
La metodología propuesta debe ser congruente con el Enfoque
comunicativo propuesto en este Plan Curricular, es decir, que debe
responder al desarrollo de las competencias comunicativas, en general ,y
lingüísticas en particular, las cuales ya están establecidas.
Esto significa que, en el primer grado, la enseñanza aprendizaje de la
Lectoescritura no deberá ser el único propósito que los docentes se planteen
al inicio del año escolar; pues deberá tomarse en cuenta el desarrollo de las
otras habilidades lingüísticas, las cuales redundarán en beneficio del
aprendizaje de la primera.
Los abundantes y variados estudios acerca de cómo enseñar la
lectoescritura, en los últimos años, han estado impregnados de un enfoque
psicolingüístico que desvirtúa , en gran medida, la concepción pedagógica
tradicional sobre “la madurez lectora” y sobre los requisitos para obtenerla
(el dominio del esquema corporal, la lateralidad, la memoria visual , la
percepción espacial, etc.) y aseguran haber realizado pruebas
experimentales que demuestran que estas habilidades no garantizan el éxito
en el aprendizaje de la lectoescritura ni mucho menos la formación de
buenos lectores.
Los defensores del enfoque psicolingüístico proponen que en la enseñanzaaprendizaje de la lectoescritura, es necesario desarrollar habilidades
lingüísticas (como la expresión y comprensión oral) y metalingüísticas, es
decir habilidades relacionadas con el conocimiento del código, propiamente
dicho.
El conocimiento del código tiene que ver, fundamentalmente , con el
conocimiento de los diferentes elementos que conforman la cadena hablada
y principalmente los fonemas. De ahí la nueva expresión de “conciencia
fonológica o fonémica”. En consecuencia, también tiene que ver con la
relación entre fonema (unidad mínima de la lengua) y grafema (unidad
mínima de la escritura), ya que en las lenguas alfabéticas como el español,
existe una correspondencia casi exacta entre fonema y grafema.
Por lo anteriormente expuesto, el desarrollo de las habilidades
metalingüísticas en los niños y niñas sería de gran utilidad para el
aprendizaje de la lectura y escritura, según los defensores de este enfoque.
En relación al desarrollo de la conciencia fonológica y su conexión con la
lectoescritura, existen tres posiciones : (Calero Guisado y otros,1999)
 La primera plantea que la conciencia fonológica se desarrolla como
resultado del aprendizaje de la lectoescritura, en un sistema
alfabético.
 La segunda, sugiere que la conciencia fonológica precede y predice
el éxito de la adquisición de la lectoescritura.
 La tercera posición, que es la más extendida, plantea que la
conciencia fonológica y el aprendizaje de la lectoescritura tienen una
relación bidireccional y una influencia recíproca.
Calero Guisado está de acuerdo con la tercera posición, la cual parece el
término medio entre las otras dos.
En cuanto a la relación existente entre la lengua oral y escrita, parece estar
de acuerdo totalmente con el Desarrollo Cunicular Básico Español, que en
tal sentido apunta (citado por el mismo autor):
“el dominio de la lengua oral es una condición básica para dominar la
lengua escrita, de tal modo que una deficiencia en la primera (pobreza de
léxico, mala articulación, etc.), acaba reflejándose en la segunda”
“el aprendizaje de la lectura y escritura significa aprender a usar de forma
nueva los recursos lingüísticos que han sido desarrollados escuchando y
hablando”
Lo anterior, además de que tiene una lógica contundente, responde a uno de
los requerimientos básicos del Enfoque comunicativo: el desarrollo de la
expresión y comprensión oral; ya que, por lo general, los planteamientos
curriculares, los programas de estudio y los docentes, conceden a estas dos
competencias lingüísticas muy poca importancia; en consecuencia, no las
desarrollan en el aula.
Lo grave de la situación anteriormente planteada es que los estudiantes,
además de que no desarrollan las competencias lingüísticas mencionadas,
tienen serios problemas para desarrollar las competencias escritas
equivalentes (expresión y comprensión escrita).
Por tal motivo es necesario que establezcamos claramente que la
metodología empleada en la enseñanza de la lengua en el primer grado,
deberá responder claramente al Enfoque Comunicativo y que la enseñanza
de la lectoescritura, deberá estar impregnada del Enfoque Sicolingüístico,
el cual, como se dijo anteriormente, pretende desarrollar además de las
habilidades lingüísticas, habilidades metalingüísticas relacionadas sobre
todo con el aspecto fonológico de la lengua.
¿Cómo podría realizarse el desarrollo de esta competencia metalingüística
en el aula?, ¿ Cúales serían los recursos por utilizar?, ¿Cuál sería la unidad
lingüística desde la cual se partiría para realizar dicho proceso? ¿ En qué
momento se establecería la relación entre fonema y grafema?
A continuación se intentará dar respuesta a las interrogantes anteriores:
1. El desarrollo de la competencia metalingüística debe desarrollarse en
primer lugar, a través del uso de la lengua oral y sus respectivas
competencias ; en segundo lugar, a través de la lectoescritura.
2. Los recursos para desarrollar la competencia metalingüística de tipo
fonológico son básicamente los diversos juegos lingüísticos que
hacen que los niños fijen su atención en los diversos sonidos
(fonemas) producidos al hablar, tales como: fonemas o grupos de
fonemas iniciales, fonemas o grupos de fonemas finales o
intermedios; rimas, trabalenguas, etc.
3. La unidad lingüística para iniciar este proceso de reconocimiento de
los diversos segmentos que constituyen la lengua oral es la palabra,
luego la sílaba y después el fonema. La explicación lingüística de
esta secuencia sería : Es más fácil reconocer primero segmentos de la
cadena hablada que, además de tener un significado, pueden ser
utilizados en diversos contextos lingüísticos ( Primera articulación
del Lenguaje) , que reconocer segmentos mínimos de la misma
cadena (fonemas) cuya independencia con respecto a los otros
segmentos con los cuales está unido, no es tan evidente ni fácil de
reconocer.( Segunda articulación del lenguaje). La fase intermedia, la
de la sílaba, responde a este proceso gradual: de la mayor unidad a la
mínima.
4. En cuanto al establecimiento de la relación entre fonema y grafema,
es preciso ejercitar primero la segmentación oral de la cadena
hablada, antes de tratar de establecer, de manera directa, la relación
entre fonema y grafema. Esto no significa que , de alguna manera no
se vaya induciendo a los niños y niñas a conocer que todo lo que se
habla se puede escribir. En otras palabras, no se puede evitar ni
mucho menos obviar que los estudiantes no vayan estableciendo, de
manera paulatina, la relación que existe entre lengua oral y lengua
escrita; lo que no debe hacerse, por razones didácticas es interferir en
el desarrollo de la conciencia fonológica, tratando de que este
desarrollo se dé, desde el inicio, simultáneamente con el
conocimiento del código escrito.
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