son oblicuas hacia adelante y afuera, y por esta razón en un corte transversal suelen aparecer como tabicadas y constituyendo dos o más pisos de cámaras. En algunos géneros son así, por subdivisión de las cámaras primitivas, merced a láminas secundarias muy oblicuas que las dividen en varios espacios más pequeños e irregulares. Las Marchantiáceas y Targioniáceas ofrecen una estructura muy característica: las cámaras aeríferas son anchas y muy aplanadas, de base exagonal o rómbica, y en el suelo crecen unos pelos formados por células clorofilosas, que unas veces son pelos simples y más A B Fig. 113.—A, estoma de Reboulia hemisphaerica: a, visto por encima; o, en corte vertical; B, estoma de Preissia commutata : c, poro externo; e', poro interno; d, en corte vertical con una cámara aerífera, y tejido fundamental con una célula oleífera, la sección de una fibra esclerinquematosa y dos paredes frontales con tífeles. X 10". frecuentemente ramificados como las palas de una chumbera, por cuya razón Lindberg las llamó cellulae opuntiaceae (fig. 113 B). En algunas especies la célula superior de estos pelos es hialina, abultada o alargada. Con frecuencia se transparentan las cámaras a través de la epidermis, y cuando son grandes y la epidermis delgada, se aprecia bien su forma con una lente y le comunica a la cara dorsal de la fronde un aspecto particular estriado o en mosaico (fig. 109 b). Los estomas son comunes a todas las Marchantiales, aunque