Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. La presión de pulso como marcador de riesgo cardiovascular S. Tranche Iparraguirre*, R. Marín Iranzo**, M. A. Prieto Díaz*** y E. Hevia Rodríguez**** En representación del Grupo Oviedo de Hipertensión (apéndice). Centros de Salud de * El Cristo, *** Vallobín-Concinos y **** Cabañaquinta. ** Servicio de Nefrología. Unidad de Hipertensión. ** Hospital de Covadonga. Oviedo Efficiency of antihypertensive therapy on pressure pulse: the PREDIVERA study Pulse pressure as a cardiovascular risk marker La presión arterial de pulso ha sido considerada en los últimos años un factor de riesgo cardiovascular independiente y un marcador de mortalidad cardiovascular y total. Su valor pronóstico en la población hipertensa tratada ha sido menos estudiado. Objetivo. Verificar el significado clínico y pronóstico de la presión de pulso en una población de hipertensos adultos vistos en Atención Primaria. Métodos. Se trata de un estudio descriptivo y transversal realizado con la totalidad de los enfermos hipertensos (n = 3.084) ya tratados, incluidos en la base de datos de 8 Centros de Salud de Asturias. Se analizaron los factores de riesgo clásicos y la patología cardiovascular asociada. El estudio se realizó mediante la división en terciles de la presión de pulso. Resultados. La edad media fue de 68 ± 12 años, siendo mujeres el 67 % de la población. Los terciles de la presión de pulso fueron: tercil 1, ≤ 51 mmHg (44 ± 6); tercil 2, 52-65 mmHg (59 ± 4); tercil 3, ≥ 66 mmHg (78 ± 11). Los pacientes con presión de pulso más elevada tuvieron edad más avanzada (72,5 ± 10 frente a 63 ± 13; p < 0,001), mayor predominio del sexo femenino (70 % frente a 62 %; p = 0,001), presión arterial sistólica más alta (161 ± 14 mmHg frente a 130 ± 11 mmHg; p < 0,001) y diastólica más baja (83 ± 10 mmHg frente a 85 ± 9 mmHg; p < 0,001), y mayor prevalencia de diabetes mellitus (23 % frente al 15 %; p < 0,001) y de patología cardiovascular global (27 % frente al 21 %; p = 0,009). La relación entre la presión de pulso y la patología cardiovascular persistió en el análisis de regresión múltiple. Conclusión. La presión de pulso en los pacientes hipertensos tratados se asocia directamente con la edad, el sexo femenino, niveles más bajos de presión arterial (PA) diastólica, más elevados de PA sistólica y con la presencia de diabetes. Además es un marcador de riesgo cardiovascular independiente. Pulse pressure have been considered in the last years as an independent cardiovascular risk factor and a marker for total and cardiovascular mortality. His prognostic value in hypertension patients has not been studied. Objective. We purpose to check clinic signification and prognostic value of pulse pressure in treated hypertension patients who were attend in Primare Care. Methods. A descriptive, crossover study. All of treated hypertension patients (n = 3,084) which belong to eight Health Center of Primary Care in Asturias were studied. For every hypertension patient it was analysed the cardiovascular risk factors and cardiovascular disease associated. It was realized a distribution on tertiles of pulse pressure to compared them. Results. Average age was 68 ± 12.67 % were woman. Tertiles of pulso pressure were: tertil 1: ≤ 51 mmHg (44 ± 6); tertil 2: 52-65 mmHg (59 ± 4); tertil 3: ≥ 66 mmHg (78 ± 11). Higher pulse pressure was associated with older age (72,5 ± 10 versus 63 ± 13; p < 0,001), higher proportion of woman (70 % versus 62; p < 0,001), higher blood systolic pressure (161 ± 14 mmHg versus 130 ± 11; p < 0,001), lower blood diastolic pressure (83 ± 10 mmHg versus 85 ± 9 mmHg; p < 0,001), higher prevalence of diabetes (23 % versus 15 %; p < 0,001) and total cardiovascular disease (27 % versus 21 %; p = 0,009). Relationship between pulse pressure and total cardiovascular disease persists after adjustment in a multivariate regression model. Conclusion. Pulse pressure in treated hypertension patient it’s associate with older age, female sex, lower diastolic pressure, higher systolic pressure, higher prevalence of diabetes. Pulse pressure is an independent marker of cardiovascular risk. Key words: Pulse pressure, hypertension, risk factors, cardiovascular disease. Palabras clave: presión de pulso, hipertensión, factores de riesgo, enfermedad cardiovascular. Correspondencia: S. Tranche Iparraguirre. Centro de Salud de El Cristo. C./ Álvaro Flórez Estrada, 23. 33006 Oviedo. E-mail: [email protected]. 218 Introducción Es un hecho bien reconocido que la presión arterial (PA) sistólica aumenta de un modo continuo con la edad, mientras que la PA dias- Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ORIGINALES tólica aumenta sólo hasta los 50-60 años y luego tiende a disminuir1, 2. Como consecuencia la presión de pulso (diferencia entre la PA sistólica y la PA diastólica) aumenta lentamente entre los 50 y 59 años y muy rápidamente después3, 4. El patrón de aumento de la PA sistólica y de la presión de pulso puede ser explicado por el proceso de progresiva rigidez de las grandes arterias que tiene lugar con el envejecimiento; la elastina de las paredes arteriales es sustituida por tejido colágeno y se produce una hipertrofia y fibrosis de la capa muscular. Este proceso de arterioesclerosis difusa acompaña inevitablemente a la edad y está claramente acelerado por la presencia de hipertensión5. Tanto la PA sistólica como la presión de pulso se relacionan directamente con la arterioesclerosis y el daño vascular orgánico, pero quizá sea l a presi ón de pul so el marcador más importante de dicho daño6-8. En efecto, en los últimos años se ha demostrado que la presión de pul so es un marcador i ndependi ente de riesgo cardiovascular en procesos tales como la hipertrofia miocárdica9, enfermedad cardíaca coronaria3,6, infarto agudo de miocardio8,10, insuficiencia cardíaca11, 12, estenosis de la arteria carótida13, 14, accidente cerebrovascular isquémico15, enfermedad renal terminal 16, mortalidad cardiovascular, incluida la población normotensa17, 18 y mortalidad total 15. También se ha comprobado, muy recientemente, una asociación directa entre grado de microalbuminuria y el nivel de la presión de pulso19. Ha sido menos estudiado el valor pronóstico de la presión de pulso en la población hipertensa, que ya recibe tratamiento farmacológico 3, 15. Tampoco es bien conocido si entre los diferentes agentes antihipertensivos existen diferencias en su capacidad para reducir la PA sistólica sin modificar (o hacerlo ligeramente) la PA diastólica20; la importancia de este hecho es evidente, pues en el estudio SHEP (Systolic Hypertension Elderly Program) se comprobó que cuando la PA diastólica se redujo con el tratamiento a un nivel inferior a 60 mmHg aumentó el riesgo de ictus21, 22. El objetivo del presente estudio es verificar el significado clínico y el valor pronóstico de la presión de pulso en una amplia población de hipertensos adultos, que ya reciben tratamiento y son atendidos en el ámbito asistencial de la medicina de Atención Primaria. Métodos Se trata de un estudio descriptivo y transversal realizado en el ámbito de Atención Primaria entre junio y octubre de 1999. Se examinaron la totalidad de las historias clínicas de los pacientes con hipertensión arterial esencial de 17 cu- pos de medicina general, en 8 Centros de Salud de 3 Áreas Sanitarias de Asturias. Protocolo de estudio Cada cupo de medicina general dispone de una base de datos informatizada donde están incluidos la totalidad de pacientes hipertensos diagnosticados, lo que facilita su análisis y seguimiento. Para el presente estudio se elaboró un protocolo que recogió datos demográficos del paciente (edad, sexo), clínicos (peso, talla, PA sistólica, diastólica y antigüedad de la hipertensión arterial), existencia de factores de riesgo cardiovascular (tabaquismo, dislipidemia, diabetes, obesidad) y enfermedad cardiovascular (cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular, hipertrofia de ventrículo izquierdo, insuficiencia cardíaca y arteriopatía periférica). Asimismo se anotaron los datos correspondientes al tratamiento de la hipertensión arterial. A todos los pacientes se les realizó un electrocardiograma y estudio de bioquímica general que incluía las concentraciones séricas de glucosa, ácido úrico, creatinina, colesterol total, colesterol ligado a lipoproteínas de alta densidad (c-HDL) y triglicéridos obtenidas por la mañana tras un mínimo de 8 horas de ayuno. Definiciones Para el diagnóstico de hipertensión arterial se consideró la existencia de cifras de PA sistólica mayor o igual a 140 mmHg y/o PA diastólica mayor o igual a 90 mmHg en tres visitas separadas o bien personas que ya estaban recibiendo tratamiento con fármacos antihipertensivos. La medición de la PA se obtuvo con esfigmomanómetro de mercurio tras mantener al paciente sentado 5 minutos y se utilizaron manguitos estándar de 12 × 21 cm o mayores (15 × 31 cm) en pacientes obesos. Se hizo coincidir la PA sistólica y la diastólica con las fases I y V de Korotkoff, respectivamente. Las cifras de PA que se anotaron correspondían a las cifras promedio de tres medidas separadas entre sí 2 o más minutos. En todos los pacientes se excluyeron causas posibles de hipertensión arterial secundaria. Se define la PA de pulso como la diferencia entre la PA sistólica (PAS) y la diastólica (PAD) expresada en mmHg y la PA media como PAD + (PAS-PAD)/3. Se consideró fumador a toda persona que hubiera consumido tabaco (cigarrillos, puros, pipa) durante el último mes y ex fumador a aquel que habiendo sido fumador no había fumado en el último año. Se consideró que los pacientes tenían diabetes por cifras de glucemia basal ≥ 140 mg/dl en dos ocasiones o bien prueba de tolerancia oral a la S. TRANCHE IPARRAGUIRRE ET AL—LA PRESIÓN DE PULSO COMO MARCADOR DE RIESGO CARDIOVASCULAR 219 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ORIGINALES glucosa superior a 200 mg/dl a las 2 horas o pacientes que ya recibían tratamiento antidiabético bien con insulina, antidiabéticos orales o inhibidores de alfa-glucosidasa. La hipercolesterolemia fue considerada si presentaba cifras de colesterol total superiores a 240 mg/dl en dos ocasiones separadas por un intervalo superior a 2-3 semanas al igual que para la hipertrigliceridemia por cifras de triglicéridos > 200 mg/dl en dos ocasiones. La obesidad se consideró si el índice de masa corporal (peso en kilogramos dividido por la altura en metros al cuadrado) era ≥ a 30 kg/m2. En cuanto a la existencia de enfermedad cardiovascular se incluían la cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular y arteriopatía periférica si estaban documentados bien por ingreso hospitalario o estudio especializado. La hipertrofia de ventrículo izquierdo se incluía si se disponía de estudios ecocardiográficos o bien cumplían los criterios electrocardiográficos de voltaje de Sokolov-Lyon (SV1 + RV5 o RV6 ≥ 35 mm) o de Cornell (R en aVL + S en V3 > 28 mm en hombres o R en aVL + Sen V3 > 20 mm en mujeres) o bien alteraciones de la repolarización (depresión de ST e inversión onda T) en derivaciones con onda R prominente. Análisis estadístico Se procedió al análisis de las diferentes variables por su distribución en terciles de la presión de pulso por ANOVA. La variables categóricas se evaluaron por la prueba del Chi cuadrado en tabla de 2 × 3. La diferencia de las medias se calculó mediante la prueba de la “ t” de Student. Los valores se expresaron como la media ± desviación estándar (DE). En todos los casos un valor de la p < 0,05 fue considerado como significativo. Las variables que resultaron significativas fueron incluidas en la regresión logística múltiple. Se empleó la correlación lineal de Pearson para analizar la relación entre la presión de pulso y la PAS y PAD. Todos los datos fueron procesados a través de un paquete estadístico SPSS 9.0 (SPSS Inc, Chicago, IL). Resultados El número total de hipertensos estudiados fue de 3.084, siendo su edad media de 68 (± 12) y mujeres el 67% de la muestra. Las características clínicas y los principales datos analíticos se exponen en la tabla 1. La antigüedad de la hipertensión fue de aproximadamente 10 años, siendo las cifras de PAS y PAD de 145 ± 17 mmHg y 84 ± 10 mmHg, respectivamente, y la prevalencia de diabetes mellitus del 19,5%. 220 HIPERTENSIÓN. VOL. 18, NÚM. 5, 2001 TABLA 1 Descripción general de la muestra Número: 3.084 Edad (años): 69 ± 12 Sexo femenino: 2.070 (67 %) Antigüedad de la hipertensión (años): 9,5 ± 7 Presión arterial sistólica (mmHg): 145 ± 17 Presión arterial diastólica (mmHg): 84 ± 10 Presión arterial media (mmHg): 104 ± 10 Presión arterial de pulso (mmHg): 61 ± 16 Pacientes con presión arterial < 140/90 mmHg (%): 29,4 Pacientes con presión arterial < 160/95 mmHg (%): 68,4 Pacientes con diabetes mellitus (%): 19,5 Índice de masa corporal (kg/m2): 29,9 ± 5 Glucosa (mg/dl): 112 ± 36 Creatinina (mg/dl): 1,03 ± 0,30 Ácido úrico (mg /dl): 5,8 ± 1,6 Colesterol total (mg/dl): 234 ± 42 Colesterol-LDL (mg/dl): 112 ± 36 Colesterol-HDL (mg/dl): 56 ± 14 Triglicéridos (mg/dl): 128 ± 81 Los datos cuantitativos se expresan como media ± desviación estándar (DE). LDL: lipoproteínas de baja densidad; HDL: lipoproteínas de alta densidad. Las diversas variables objetivo del estudio fueron analizadas en función de la división del valor de la presión de pulso en terciles: tercil 1, ≤ 51 mmHg (44 ± 6 mmHg); tercil 2, 52-65 mmHg (59 ± 4 mmHg); tercil 3; ≥ 66 mmHg (78 ± 11 mmHg) (fig. 1). El tercil más alto de presión de pulso estaba asociado a una mayor 700 600 500 400 300 200 100 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110 120 130 Desviación típica = 16 Media = 61 Fig. 1. Histograma de frecuencias de la presión de pulso en población hipertensa tratada (n = 3.084). Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ORIGINALES edad, predominio del sexo femenino, mayor antigüedad de la hipertensión y cifras de PAS y PA media más elevadas, mientras que ocurría lo contrario con las cifras de PAD. En cuanto a los factores de riesgo cardiovascular la presión de pulso más elevada se asoció con mayor prevalecia de diabetes mellitus y menor de tabaquismo y obesidad, sin observarse diferencias significativas en cuanto a la dislipidemia. En relación con la patología cardiovascular, los pacientes del tercil más alto de presión de pulso tuvieron una mayor prevalencia de patología cardiovascular global, y más en concreto de arteriopatía periférica, hipertrofia de ventrículo izquierdo y accidente cerebrovascular (tabla 2). Se realizó un análisis de regresión logística por el método de introducción de variables, utilizando como variable dependiente la presencia de patología cardiovascular global y como variables independientes aquellas que resultaron significativas en el análisis bivariante: PAS y PAD, PA media, edad, sexo, antigüedad de la hipertensión arterial (HTA), tabaquismo, diabetes y obesidad. La presión de pulso se asoció en este modelo de forma independiente con la patología cardiovascular (p = 0,008; OR del 1,016; IC 95 %: 1,004-1,028), así como también la PAS, la antiTABLA 2 Características según terciles de la presión de pulso VARIABLE Rango (mmHg) Edad (años) Sexo femenino (%) Antigüedad HTA (años) PA sistólica (mmHg) PA diastólica (mmHg) PA media (mmHg) Tabaquismo (%) Diabetes (%) Dislipidemia (%) Obesidad (%) Patología cardiovascular (%) Cardiopatía isquémica (%) Accidente cerebrovascular (%) Arteriopatía periférica (%) Hipertrofia de VI (%) Insuficiencia cardíaca (%) TERCIL TERCIL BAJO MEDIO (n = 958) (n = 1.077) 12-51 63 ± 13 62 52-65 68 ± 11 67 TERCIL ALTO (n = 1.049) SIGNIFICACIÓN P* 66-130 72,5 ± 10 < 0,001 70 = 0,001 8,9 ± 7 9,2 ± 7,5 10,3 ± 8 < 0,001 130 ± 11 143 ± 10 161 ± 14 < 0,001 85 ± 9 84 ± 9 83 ± 10 < 0,001 100 ± 9 104 ± 9 109 ± 10 < 0,001 33 26,5 24 < 0,001 15 20 23 < 0,001 40 41 40 = 0,822 46 49 41 = 0,002 21 23,4 27 = 0,009 10,5 12 12,3 = 0,431 5,5 6,9 8,3 = 0,052 3 4,2 3,2 6,4 5,7 7,6 = 0,003 = 0,005 6,4 7,1 7,5 = 0,592 * El análisis estadístico de las variables continuas fue realizado por ANOVA. Las variables categóricas se evaluaron por la prueba del Chi cuadrado en tabla de 2 × 3. HTA: hipertensión arterial; PA: presión arterial; VI: ventrículo izquierdo. TABLA 3 Modelo de regresión logística COEFICIENTE β Presión de pulso PA sistólica Antigüedad HTA Edad Sexo masculino Fumador* Diabetes* Obesidad* Constante 0,16 –0,21 0,028 0,064 –0,340 0,520 0,279 –0,067 –3,535 E. ESTÁNDAR 0,006 0,005 0,006 0,005 0,137 0,145 0,116 0,100 0,681 SIGNIFICACIÓN EXP (β) IC 95% 0,008 0,000 0,000 0,000 0,013 0,000 0,016 0,505 0,000 1,016 0,979 1,029 1,066 0,712 1,682 1,321 0,935 0,029 1,004-1,028 0,969-0,989 1,016-1,041 1,055-1,078 0,544-0,931 1,265-2,236 1,053-1,658 0,768-1,139 Variable dependiente: patología cardiovascular global. * 0: ausencia; 1: presencia; PA: presión arterial; HTA: hipertensión arterial; E. estándar: error estándar. güedad de la HTA, la edad, el sexo femenino y la presencia de diabetes (tabla 3). A pesar de que la presión de pulso depende directamente de la PAS y PAD, quisimos conocer el grado de correlación que existe entre la presión de pulso y éstas, para ello se llevó a cabo una correlación de Pearson, que verificó una correlación positiva de la presión de pulso con ambas, si bien el grado de correlación es superior para la PAS (coeficiente de correlación de 0,837) frente a la PAD (coeficiente de correlación de –0,134) (fig. 2). En cuanto al tratamiento antihipertensivo, el 18% de los pacientes estaban con dieta sin sal y otras medidas no farmacológicas, un 56 % en monoterapia, 23 % con dos fármacos y un 3 % con tres o más fármacos. Discusión El principal hallazgo de nuestro trabajo es que para la población hipertensa estudiada la presión de pulso es un marcador de riego cardiovascular independiente y por tanto puede ser útil a la hora de evaluar el riesgo cardiovascular individual o para ayudar a la toma de descisiones terapéuticas. De los dos componentes de la presión de pulso, al menos en nuestra serie de pacientes tratados, es la PAS la que parece tener una relación más directa, siendo la relación con el componente diastólica más débil. Como en otros ensayos nosotros observamos una relación directa de la presión de pulso con la edad, sexo femenino y diabetes mellitus tipo 2. Es bien conocido que a partir de los 50 años la PAS sigue incrementándose mientras que la PAD lo hace más lentamente, iniciando su declive a partir de los 60 años, dando lugar a una elevación de la presión de pulso achacable al aumento progresivo de la rigidez arterial, pérdida S. TRANCHE IPARRAGUIRRE ET AL—LA PRESIÓN DE PULSO COMO MARCADOR DE RIESGO CARDIOVASCULAR 221 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 140 140 120 120 100 80 60 40 Presión en pulso Presión en pulso ORIGINALES 100 80 60 40 20 20 0 0 80 100 120 140 160 180 200 220 240 PAS 40 de elastina de la pared vascular y disminución de su compliance23, 24. La relación con el sexo femenino es más controvertida; ha sido descrita en algunas series6, 15, pero en la mayoría no se han encontrado diferencias significativas3, 17. No hay una razón clara para explicar esta disparidad de resultados; es probable que tenga relación con la mayor esperanza de vida que se registra en las mjeres, lo que comporta una edad más avanzada que en los hombres. Sin embargo, esta variable se mantuvo como independiente tras el análisis multivariante. En el caso de la diabetes tipo 1 ya se había descrito una disminución de la compliance a nivel de arteria radial, carotídea y aórtica no sólo cuando la diabetes va acompañada de HTA, sino incluso en pacientes con cifras de PA normales y en los que no están presentes complicaciones macro ni microvasculares25, 26. Este mismo fenómeno fue descrito en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 en el estudio ARIC27. Anatomopatológicamente las lesiones ateromatosas y de pérdida de elasticidad vascular se producen de forma más precoz y grave que en la población no diabética, lo que justifica que haya sido descrito reiteradamente en la literatura que los enfermos diabéticos tienen valores más elevados de presión de pulso, que por otra parte son considerablemente difíciles de controlar en la práctica clínica15. El tabaquismo y la obesidad presentan una relación inversa con los terciles de la presión de pulso. Para el tabaquismo nuestros resultados son coincidentes con otros estudios15 y consideramos que este factor es más frecuente en jóvenes y hombres, que no son las condiciones de nuestra población. La relación inversa con la obesidad está menos clara y no ha sido objeto de estudios, aunque en algún ensayo se ha 222 HIPERTENSIÓN. VOL. 18, NÚM. 5, 2001 60 80 100 PAD 120 140 Fig. 2. Correlación de Pearson para la presión de pulso en relación con la presión arterial sistólica (PAS) (r = 0,837) y presión arterial diastólica (PAD) (r = –0,134). verificado que en los enfermos con aterosclerosis difusa, como muchos de nuestros pacientes, la prevalencia de población obesa es particularmente baja28. En nuestro estudio observamos una relación directa e independiente entre la presencia de enfermedad cardiovascular global y el nivel de presión de pulso; no verificamos una diferencia significativa para la cardiopatía isquémica y la insuficiencia cardíaca y sí la encontramos con el accidente cerebrovascular y la arteriopatía periférica. Es probable que las diferencias respecto a otros estudios se deriven de que nuestra población está recibiendo tratamiento antihipertensivo, como ocurre en el estudio de Domanski et al 15, donde en población tratada los resultados son similares a los nuestros. Todavía hoy día el papel de los diferentes componentes de la PA sigue siendo controvertido. A partir de la edad de 45 años se ha demostrado que en pacientes hipertensos el nivel de PAS es mejor predictor de eventos cardiovasculares que la PAD. La presión de pulso tiene una relación más intensa con el riesgo cardíaco: infarto de miocardio8 e insuficiencia cardíaca11, mientras que para los pacientes con accidente cerebrovascular el mejor marcador es el nivel de PAS. En el estudio de seguimiento de 5 años del Hypertension Detection and Follow-up Program29 se comprobó que la presión de pulso y la PAS tuvieron un papel equivalente como factores predictores de mortalidad global. Aunque en nuestro trabajo la presión de pulso es un marcador de riesgo cardiovascular independiente, su correlación con la PAS es muy notable al igual que ocurre en otros estudios30, 31. Por tanto, el papel que desempeñan los diferentes componentes de la PA como marcadores de riesgo cardiovascular sigue siendo motivo de estudio32. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ORIGINALES La ri gi dez arteri al es l a pri nci pal causa de aumento de la presión de pulso, pero también ésta puede incrementarse a expensas de un descenso de la PAD. En nuestro estudio no hemos podido verificar la relación inversa entre la PAD y la presencia de patología cardiovascular. Cuando analizamos conjuntamente la elevación de la PAS con el descenso de la PAD observamos que esta última pierde su valor predictivo al contrario de lo descrito en el Framingham Heart Study3. Sin embargo, en el mismo estudio3, en los pacientes excluidos porque previamente recibían tratamiento farmacológico de su HTA ninguno de los componentes de la PA fue marcador de riesgo cardíaco. Y cuando en el mismo análisis se incluyeron los pacientes tratados y no tratados, la presión de pulso y la PAS permanecían como predictoras de riesgo cardíaco, siendo la PAD borderline, de forma similar a nuestros resultados. Nuestro trabajo presenta la limitacion de tratarse de un estudio transversal que, por un lado, no permite evaluar si basalmente la presión de pulso era un marcador de riesgo cardiovascular y por otro al no estar diseñado con ese objetivo no posibilita el análisis de la respuesta terapéutica a los distintos grupos farmacológicos, ya que no discrimina la influencia concomitante de otras variables (diabetes, di sl i pi demi a, presenci a de patol ogía cardiovascular, etc.). Siguiendo las recomendaciones de la Sociedad Europea de Hipertensión y grupos especializados32-34 creemos que deberían realizarse estudios epidemiológicos (poblacionales y prospectivos) que analicen el papel de los componentes de la PA y los resultados del tratamiento farmacológico en términos no sólo de un mejor control de la HTA, sino también de su influencia sobre la rigidez arterial y, en definitiva, sobre las cifras de la presión de pulso. En resumen, la presión de pulso es un marcador de riesgo cardiovascular independiente en la población adulta hipertensa tratada y debería incorporarse en la evaluación del riesgo cardiovascular individual. Son necesarios estudios prospectivos para clarificar el papel de la presión de pulso en relación con los otros componentes de la PA, así como su respuesta a los diferentes grupos farmacológicos. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. Apéndice Grupo Oviedo de Hipertensión: Alonso C, Álvarez A, Barbé M, Cuetos J, Paredes MJ, Hevia E, Herrero P, Iglesias A, López V, Marín R, Monte C, Pizarro M, Plaza F, Prieto MA, Rodríguez C, Sánchez-Baragaño M, Suárez S, Tranche S, Vázquez Jy Villa R. Bibliografía 1. Burt VL, Whelton P, Rocella EJ, Brown C, Cutler JA, Higgins M, et al. Prevalence of hypertension in the US adult 20. 21. 22. population: results from the Third National Health and Nutri ti on Exami nati on Survey, 1988-1991. H ypertensi on 1995; 25:305-313. 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