Importància i estratègies per a un control tensional precoç P

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Importància i estratègies per a un control tensional precoç P. Armario Unitat d’Hipertensió Arterial i Risc Vascular Hospital General de L’Hospitalet. Universita de Barcelona Inicio del tratamiento antihipertensivo. Importancia del control precoz: Actualmente está fuera de toda duda que excepto en aquellas situaciones de urgencia o emergencia hipertensiva, en las que el tratamiento antihipertensivo debe ser iniciado de forma urgente o como máximo dentro de las primeras 24 horas, el tratamiento antihipertensivo no urgente, debe ser iniciado en función de las cifras de PA y del riesgo cardiovascular global de cada paciente. El documento de consenso español para la evaluación y tratamiento de la hipertensión Arterial en España1, publicado en el año 2008, y basado fundamentalmente en la Guía 2007 de las Sociedades Europeas de Hipertensión Arterial y de Cardiología2 ya resaltó la necesidad de iniciar el tratamiento antihipertensivo de forma razonablemente rápida en todos los sujetos don HTA grado 2 (PAS > 160 mm Hg, PAD > 100 mmHg, o ambas) o en los sujetos con HTA grado 1 (PAS > 140 mmHg, PAD > 90 mm Hg o ambas) que presentasen un elevado riesgo cardiovascular ( > 3 factores de riesgo cardiovascular añadidos, síndrome metabólico, lesión de órganos diana o diabetes). Más controvertido sería el tema de los sujetos con PA normal alta en determinadas situaciones de riesgo elevado como la diabetes mellitus, enfermedad renal crónica o enfermedad cardiovascular previa. Este grupo de pacientes se beneficia sin duda de los cambios de estilo de vida, que ayudarían al control de la elevación de la PA y de los factores de riesgo asociados, pero el tratamiento farmacológico debe ser individualizado, dado que la evidencia de reducir la PA por debajo de 130/80 mmHg es escasa, como ha sido resaltado en el documento publicado en 2009 por la Sociedad Europea de Hipertensión Arterial3 y que será tratado posteriormente al hablar de la meta terapéutica. No hay que olvidar, independientemente del riesgo cardiovascular estimado en un momento determinado, que los sujetos con cifras de PA en el rango de normal‐alta presentan un alto de riesgo de desarrollar HTA establecida, y que presentan un aumento del riesgo cardiovascular en relación a los sujetos con cifras de PA óptima, por lo que deben iniciarse sin demora los cambios de estilo de vida que ayuden al control de las cifras de PA no óptimas y del resto de factores de riesgo añadidos. Especial relevancia tiene la prevención o corrección del sobrepeso u obesidad y de las alteraciones metabólicas observadas ya precozmente en estos sujetos. Los resultados del estudio Value4 y la continuación de forma abierta del Syst‐Eur5 han mostrad los beneficios de un control precoz de la HTA. Está claro que dentro de las estrategias para conseguirlo pasa por el uso de combinaciones terapéuticas6. Objetivo terapéutico: En general, en la población hipertensa se recomienda reducir la presión arterial (PA) por debajo de 140/90 mm Hg., excepto en la población octogenaria, en el que basándonos en la evidencia (estudio Hyvet)4 la meta debe ser máss conservadora: descenso de la PA sistólica < 150 mmHg de PA. El riesgo residual de los individuos con PA normal‐alta (PA sistólica de 130‐139 mmHg y o PA diabólica entre 85‐89 mm Hg) sigue siendo mayor que el de los sujetos con PA óptima (PA < 120/80 mm Hg). Por otro lado, los estudios epidemiológicos de observación han mostrado que el riesgo asociado a la elevación de la presión arterial es continuo a partir de 115/75 mmHg, y de ahí la noción, actualmente vigente de PAS óptima como aquella inferior a 120/80 mm Hg. Por esta razón el documento de consenso sobre la evaluación y tratamiento de la hipertensión arterial en España1, publicado en 2008 recomendaba que habría que intentar, cuando fuese posible, alcanzar valores lo más cercanos posibles a estas cifras óptimas de PA, y a su vez, tanto en dicho documento con las Guías Europeas 20072 se recomendaba reducir la PA por debajo de 130/80 mmHg en la diabetes mellitus, enfermedad renal crónica y otros sujetos con enfermedad cardiovascular previa. A pesar de lo razonable de dichas recomendaciones, debido a lo observado en estudios epidemiológicos de observación, y al riesgo residual anteriormente mencionado, la evidencia científica no apoya en general esta reducción de la PA por debajo de 130/80 mm Hg3. Bibliografía: 1. De la Sierra A, Gorostidi M, Marín R, Redón J, Banegas JR, Armario P et al. Evaluación y tratamiento de la hipertensión arterial en España. Documento de consenso. Med Clin (Barc) 2008;131:104‐16 2. Mancia G, De Backer G, Dominiczak A, Cifkova R, Fagard R, Germano G et al. 2007 Guidelines for the management of arterial hypertension: The Task Force Guidelines for the Management of Arterial Hypertension of the European Society of Hypertension (ESH) and of the European Society of Cardiology /ESC). J Hypertens 2007;25:1105‐87 3. Mancia G, Laurent S, Agabiti‐Rosei E, Ambrossioni E, Burnier M, Caulfield MJ et al. Reappraisal of the European guidelines on hypertension management: a European Society of Hypertension Task Force document. J Hypertens 2009;27:2121‐58 4. Julius S, Kjeldsen SE, Weber M, Brunner HR, Ekman S, Hansson L et al. Outcomes in hypertensive patients at high cardiovascular risk treated with regimens based on valsartan or amlodipine: the VALUE randomised trial. Lancet 2004; 363:2022‐31 5. Staessen JA, Thijsq L, Fagard R, Cells H, Birkenhäger WH, Bulpitt CJ et al. Effects of immediate versus delayed antihypertensive therapy on outcome in the Systolic Hypertension in Europe Trial. J Hypertens 2004; 22: 847‐57 6. Fogari R, Zoppi A. Clinical benefit from combination therapy in the treatment of hypertension. Hipertens riesgo vasc 2010;27:108‐16 7. Beckett NS, Peters R, Fletcher AE, Staessen JA, Liu L, Dumitrascu D et al. Treatment of hypertension in patients 80 years of age or older. N Engl J Med 2008;358:1887‐98 
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