Tesoros en el Cielo

Anuncio
 Tesoros en el Cielo
La Biblia distingue entre los bienes, las riquezas (2 Crónicas 1:11-12) y el dinero.
•
•
•
Bienes (abundancia): Aquello que tiene valor intrínseco, creado por Dios.
Como el oro, la plata, la tierra, propiedades, ganado, recursos naturales.
Dinero: Un instrumento creado por el hombre para intercambiar bienes y
servicios. No tiene valor intrínseco, sólo el que le da el mercado diariamente
(sujeto a la inflación y devaluación). Jesús ser refiere al dinero como “lo poco”
(Lucas 16:10) y “lo ajeno” (Lucas 16:12).
Riquezas: Aquello que incrementa, como dinero trabajando por uno (acciones,
bonos, inversiones, cuentas de ahorro, etc.). No debemos poner nuestra
seguridad en ellas (1 Tim 6:17).
Cuando los bienes son convertidos en dinero, cambian de reino y están suetos a la
influencia de Mammón—esto le ocurrió a Ananías y Safira en Hechos 5. Igualmente, si
no tienen un propósito definido, las riquezas están bajo Mammón.
Dos Sistemas Diferentes
El sistema de finanzas del Reino de Dios es diferente al sistema económico del mundo.
El del Reino se basa en dar y recibir en un contexto de abundancia para todos,
mientras que el del mundo se basa en comprar y vender a través del intercambio de
dinero en un contexto de recursos escasos, donde unos se enriquecen y otros
empobrecen.
En el sistema del mundo, el incremento viene por adición y porcentaje (interés). En el
reino, el incremento viene por multiplicación al 30, al 60 y al 100, o incluso más (Mateo
25:14-30; Lucas 19:11-27)
Por eso Jesús nos enseñó el principio de hacer tesoros en el cielo, para vivir conforme
al sistema de finanzas del Reino.
No almacenes tesoros aquí en la tierra, donde las polillas se los comen y el óxido los
destruye, y donde los ladrones entran y roban. Almacena tus tesoros en el cielo, donde
las polillas y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no entran a robar. Donde esté tu
tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón.
Mateo 6:19-21 (NTV)
Los tesoros en la tierra se refieren a las riquezas. El mundo nos invita a asegurar
nuestro futuro con las riquezas (pensiones) y poner nuestro corazón en ellas. Esto es
idolatría, pues es poner la confianza en algo que no es el Señor. Cuando los tesoros en
la tierra pierden su valor, muchos se deprimen y hasta cometen suicidio. No está mal
tener inversiones en la tierra, siempre y cuando no pongamos nuestro corazón en ellas.
Un ejemplo es el del joven rico en la Biblia, quien tenía su corazón en sus posesiones.
Enseñanza basada en material de Craig Hill y Earl Pitts. Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo: Una cosa te falta: ve y vende cuanto tienes y da a los
pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Pero él, afligido por estas palabras,
se fue triste, porque era dueño de muchos bienes. Marcos 10:21-22 (LBLA)
El joven rico estaba bajo el poder de Mammón y la forma de liberarse de él, era
vendiendo todo y dándolo a los pobres. Pero al hacer eso no se iba quedar en la
pobreza, sino que iba a tener tesoros en el cielo.
Cuando damos a otros, en obediencia al Señor, estamos haciendo tesoros en el
cielo. Tenemos una cuenta celestial (Filipenses 4:17) donde podemos hacer depósitos
y retiros: una cuenta que no paga un porcentaje de interés, sino que se multiplica; una
cuenta que no está sujeta a los cambios del mercado.
Según el apóstol Pablo, nuestra generosidad es el fundamento para nuestro futuro
financiero:
Enséñales a los ricos de este mundo que no sean orgullosos ni que confíen en su
dinero, el cual es tan inestable. Deberían depositar su confianza en Dios, quien nos da
en abundancia todo lo que necesitamos para que lo disfrutemos. Diles que usen su
dinero para hacer el bien. Deberían ser ricos en buenas acciones, generosos con los
que pasan necesidad y estar siempre dispuestos a compartir con otros. De esa manera,
al hacer esto, acumularán su tesoro como un buen fundamento para el futuro, a fin de
poder experimentar lo que es la vida verdadera. 1 Timoteo 6:17-19 (NTV)
En este verso y en otros (Filipenese 4:14-19; Hechos 10:4) dice que hacemos depósitos
en la cuenta celestial cuando damos con la actitud correcta, en obediencia, y no por
temor, culpa u obligación. Ahí es cuando sabemos que Dios suplirá todas nuestras
necesidades conforme a sus riquezas en gloria.
¿Cómo hacemos retiros? Pidiendo con fe (Marcos 11:23-24; Juan 16:23). ¿Y cómo
recibimos la “transferencia”? Miremos las tres maneras que Dios usó con Israel:
•
•
•
Maná: En el desierto, Israel recibió una provisión diara de Dios,
sobrenaturalmente. Estos son los milagros financieros de todos los días.
Cosechando lo que no hemos labrado: Al cruzar el Jordán, el maná se detuvo
pero recogieron lo que otros habían plantado. Estos son herencias o regalos.
Sembrando la semilla que Dios nos da: Al año siguiente, los Israelitas tuvieron
que trabajar la tierra y sembrar. Esto es el salario de tu trabajo, o las ganancias
de un negocio que Dios te da.
Hacer tesoros en el cielo es un principio del reino de Dios. Jesús nos exhorta en
Mateo 6 a no afanarnos o preocuparnos ni estar ansiosos por las cosas
terrenales, pues Dios es nuestro proveedor. Debemos buscar el reino primero y
aprender a dar y recibir en obediencia al Señor. ¿Dónde está tu corazón/tesoro
hoy? ¿Cuál es el balance de tu cuenta celestial? Pídele al Espíritu Santo que te
muestre qué cambios debes hacer en tu vida para comenzar a operar en los
principios financieros del reino de Dios.
Enseñanza basada en material de Craig Hill y Earl Pitts. 
Descargar